La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón. ||Madison

Alex no tenía mucho que hacer, sus clases había terminado y las cosas había sido demasiado intensas últimamente como para querer regresar a su fraternidad para soportar a esos chicos jugando y gritando de un lado a otro. No estaba de humor para nada de aquello, quería simplemente estar tranquilo y poder pensar. 
Comenzó a andar por el único lugar donde pensó que podría relajarse. El aula de coro. Esa aula era usada de vez en cuando y las personas que llegaban a cantar o tocar algún instrumento no lo hacían nada mal, así que era refrescante escuchar algo nuevo que no dañara los oídos. Se sentó fuera del aula recargando la cabeza en la pared y cerrando los ojos para poder escuchar mejor y concentrarse en la música que empezaba a sonar dentro. 

Aquella voz le resultaba conocida, pero no entraría corriendo para averiguar quién era, simplemente quería escuchar y olvidarse de todo por un instante. Era feliz, era más que feliz, pero le gustaba la soledad de vez en cuando para pensar. Debería estar con Ion en ese momento, planeando la manera y día para hablar con sus padres, pero ella se había quedado en su casa y él tenía que terminar algunas clases importantes, además de los asuntos del sótano. Aquella melodía la había escuchado hace tiempo, cuando era niño. Era una canción que su madre solía cantarle antes de dormir y siempre lograba que los "monstruos" desaparecieran, bueno, era un niño de 3 años y debía de ser consolado por su madre. Esa canción logró relajarlo más de lo que había imaginado y soltó un suave suspiro mientras aquello continuaba. 

Había tomado una gran decisión, y no se arrepentía. Ahora debía de continuar con su vida y ser feliz con aquella chica tan especial para él. Ni siquiera se dio cuenta cuando terminó de cantar y solo abrió los ojos cuando la puerta lo golpeó y soltó un gruñido de dolor.
-Deberías de tener cuidado- dijo de malas y frunciendo el ceño hasta que levantó la mirada y una sonrisa de medio lado se asomó por su rostro al reconocer a Madison. -No puedo creer lo que me he encontrado... ¿Sientes algún tipo de placer al golpearme, Madison?-preguntó con una sonrisa y alzó una ceja levantándose -Tal vez debería de denunciarte por golpearme tan a menudo... Deberías ser un poco más considerada.

El principal motivo que a llevaba Madison a estar sentada en aquel banquillo tocando el piano y cantando no era otro más que el buscar un escape. ¿Pero cómo había llegado a ese momento? La melodía sonaba con fuerza, su voz también aunque el tono melancólico le diera cierta suavidad contrariada. Podía caerse el techo y ella seguiría sin perder la concentración. Maddie tomaba muy en serio el pertenecer al club de coro aunque ahora ya no era una miembro tan activa por todos sus problemas familiares y que en su momento el medio croata estuviera en coma por lo del Mall.

Ya había despertado pero estaba con su rehabilitación y luego seguro se pondría con el asunto de los Yags. De ese modo llego hasta aquel punto actual, cantando sola en aquel salón. Y cuando la última nota fue tocada un dolor en el pecho le estrujo el corazón. Se quedo en silencio mirando las teclas de aquel piano, divagando. Se parecía mucho a uno que tuvo de niña y que su finado padre le había enseñado a tocar, pero también se parecía un poco al que los Wildenstein tenían en su sala y que aunque disfrutaba usarlo no era lo mismo. Allá siempre había alguien, en cambio allí no, o eso creía.

De pronto tuvo nuevamente esa horrible sensación de ser perseguida y creyó ver una sombra moverse del otro lado de la puerta así que fue a ver. Sorpresa se llevo cuando vio quien era la persona que estaba allí y no pudo evitar reírse aunque luego aclarara la garganta como si le hiciera una acusación seria con todo el asunto de que la denunciaría y demás. ▬Me descubriste, es que me encanta el BDSM y cada que te veo me provoca hacerte infinidad de cosas, no sabes…▬ susurro acercándose a él para poner las manos en su pecho y tirar de las solapas de su ropa para acercar su rostro al suyo casi a milímetros de distancia. Lo miro de esa manera por unos instantes pero sonrió soltándolo.

▬Pero hablando en serio, ¿Estas acosándome? Lo digo porque no te había visto antes por estos lares▬ lo miro con una ceja enmarcada antes de siquiera preguntarle si estaba bien o no. No es que no le importase pero tampoco consideraba que le hubiera herido como aquella vez de la alberca. Las veces que se cruzaba con Alexander las cosas tomaban rumbos raros pero al menos no se aburría con ello. Fijo su mirada a los costados y no vio a nadie por los pasillos así que volvió a verle a él. ▬¿Desde cuándo estas aquí? No esperaba público, ¿algo te preocupa?▬ hablo un poco más relajada para evitar iniciar una guerra civil. Intuía que si estaba allí era por algo, tal vez también necesitaba despejarse.

Maddie outfit ♥