Hard Shopping

Nate lleva como mucho tiempo queriendo cambiar mi vestimenta y honestamente jamás me pasó por la cabeza que eso fuera a ocurrir de verdad. Sin embargo, aquí estamos, en medio de una de esas plazas comerciales a las que las chicas suelen ir en grupos y yo, con la completa disposición de ponerme en sus manos.
 
¿Por qué Nate? Bueno, es una de las pocas personas que tienen mi confianza y la decisión estaba entre él y Lucian, pero considero que el joven Bloodworth tiene mucha más experiencia con las fiestas y las familias de sus novias. Aunque el Alpha no es precisamente del tipo de relaciones formales. Como sea, el tema de la cena familiar de los Lovecraft me ha puesto de nervios y aunque no quiero admitirlo, de un humor no tan agradable. Quizá se deba a que la luna llena está demasiado próxima o a que es la primera vez en mucho tiempo que de verdad me importa causar una buena impresión.
 
-          Escucha, Nate… - empiezo, pero me detiene el habla cuando se para en seco frente a una tienda bastante grande con el nombre “The White Scarf” que en su mayoría parece tener ropa femenina. Me hace señas para que lo siga y tras un largo suspiro, entro al lugar.
 
Parece el típico lugar en que cualquiera podría hacer sus compras y apenas unos metros de la entrada, el área de hombres está al alcance. Lo malo del asunto es que debo comprar un atuendo completo… Eso me pasa por renegar de las reuniones formales con la familia y preferir ser un completo antisocial.
 
-          Harley dijo que la reunión era formal, pero no sé que tan formal es ‘formal’… y también mencionó algo sobre unos tentáculos ¿crees que aquí vendan repelente para tentáculos o algo? –
 

Paso mi mano por lo tupido de mi barba, en ese ademán como nervioso que me caracteriza. No estoy seguro de querer hacer esto, pero si no es ahora seguramente me acobardaré y terminaré huyendo.

Hecho una mirada hacia las tiendas hasta que finalmente veo la indicada, me adelanto hacia el lugar y en la entrada indico con una señal a Daniel para que entre también. Me adentre a The White Scarf y gire hacia la derecha para encontrarme con la sección de caballeros, me quede observando unas camisas casuales mientras esperaba que Daniel llegara, cuando escuche su voz me gire a verle.

- ¿Que tan formal puede ser la palabra "formal"? jajaja - Reí un poco mientras miraba la vestimenta que el cargaba de arriba a bajo. - Nada de lo que tienes en tu guarda ropa es formal, eso es seguro - Me di la vuelta y continué caminado adentrándome mas a la sección de caballeros, esta vez, entrando a un área donde solo podríamos encontrarnos con camisas de vestir y trajes de etiqueta, corbatas, zapatos, etc.

- ¿Tentáculos? Oh, dude, los Lovecraft deben ser muy exigentes a la hora de examinar al novio de su hija, el repelente dependerá, de tu apariencia y comportamiento delante de la familia de tu novia. - Me acerque a el y coloque mis manos en sus hombros mirándolo con seriedad a los ojos - Si de verdad quieres tener éxito, necesito que te me entregues en cuerpo y alma... - Me mantuve en silencio y luego acote - Sin llegar a la homosexualidad, así que no te emociones - Finalmente retire mis manos y me gire para examinar varios trajes, tome 3 de ellos (dos negros y un blanco), busque un chaleco beige y uno plateado y lo convine con los dos trajes negros, no les traje la corbata por el momento, por ahora eso era opcional, le traje camisa de vestir blanca y un pantalón negro, ademas le agregue un pantalón de rallas a ver que tal. Me acerque a Daniel y le pedí que cargara todo eso poniéndoselo sobre los brazos, quizás era mucha ropa pero la verdad quería examinar cual le quedaría bien.

- Bien, vete poniendo una por una y ve saliendo para observarte a ver que tal te quedan, te espero frente a los vestidores, adelante dude - Me di la vuelta dejando le cargando toda la ropa y me senté frente a los vestidores esperando que el entrara y se cambiara.

Primeros 3 trajes que Nate le dio a Daniel para que se los probara:

No me gusta nada su silencio, pero me gusta menos cuando lo rompe para decirme aquello. Nunca me ha gustado que la gente se mofe de mi, aunque sé que él jamás lo haría con malas intenciones, pues como yo esta totalmente en contra de ser abusivo con otros. Supongo que es parte del por qué tiene mi confianza y del que nos llevemos tan bien aun siendo tan opuestos para muchas cosas. Como esto, como la ropa, las fiestas, las chicas…
 
-          Ya lo sé, si lo hubiera no estaríamos aquí ¿no? – le respondo con ese tono de resignación en mi voz y lo sigo.
 
Me sorprende a veces como existen cosas que no conozco o con las que no estoy familiarizado. Sé que en algún momento de mi vida este mundo de las reuniones sociales y la ropa para ellas pudo haber sido importante, aunque jamás habría venido a un lugar como este para comprar en ellas. Y no sé si sentirme mal por eso o simplemente agradecer lo que tengo, con todo y que la maldición sigue haciendo estragos en mi persona… Quizá la reacción de Brownie al contarle si tuvo repercusiones en mi vida, buenas a final de cuentas.
 
Cuando llegamos a la parte formal de la tienda, empieza a correrme un sudor frío por la espalda. Es como si de alguna forma mi yo anterior emergiera de algún lugar recóndito en mi mente y empezara a buscar lo que me va y lo que no. Pero lo detengo, por que he decidido confiar plenamente en la experiencia de Nate en estas cosas.
 
-          ¿De verdad lo crees? Algo me dice que me estaba tomando el pelo (lo cual tiene sentido por que es HD), pero no sé… - le digo sin prestarle atención a sus movimientos, sin embargo cuando se acerca y me pone las manos en los hombros mirándome fijamente, me quedo sin habla y sus palabras… son más de lo que puedo soportar en este momento. Afortunadamente no me deja responder nada y tras lo siguiente que dice, pongo los ojos en blanco y me deshago de su agarre con un movimiento de brazos – Ja-ja… muy gracioso –
 
Sé que es su forma de ser, después de todo así nos hemos llevado casi desde el inicio de nuestra amistad, que aunque no ha sido larga, si es lo suficientemente sustanciosa como para permitírselo. No termino de entender muy bien lo que hace cuando empieza a tomar un montón de prendas y a pasármelas, hasta que me da instrucciones y debo caminar hacia los probadores para ver como me quedan.
 
Apenas entrar y tomar uno por uno los trajes, ya sé cual es el que se me verá peor, así que lo tomo primero. No sé si es una broma o qué, pero espero que se divierta todo lo que pueda de una vez y se ponga serio después. Unos minutos más tarde, salgo con el traje blanco puesto, que sorpresivamente no me queda tan mal, pero no se me ve nada bien… además de que el cuello de la camisa parece apretarme un poco.
 
-          ¿Qué dices? – le pregunto -  Se honesto, si me visto así ¿me dejarías salir con tu hija mayor?
 

No es que quiera eso, por dios, Nate ni si quiera tiene hijas, pero, a modo de referencia es básicamente para lo que necesito el traje.

Mientras el estaba cambiándose, yo le coqueteaba a la tendienta diciéndole varias cursiladas que a veces me suelo inspirar. La puerta de uno de los vestidores se abrió, la tendienta me miro y solo me dio un papel con su numero para luego irse con un tumbado al caminar que me hipnotizo por un par de segundos hasta que finalmente oí lo que dijo Daniel, cuando lo mire, me lleve las manos a mis ojos.

- Si claro, serias perfecto para que le subas y le bajes las maletas, no "botones" ¡siguiente! - Dije finalizando con dos aplausos.

Obviamente el comentario me saca una risa de aquellas, así que medio carcajeándome vuelvo al probador, donde el siguiente traje me espera. Esta vez elijo el de chaleco dorado, que tampoco es mi hit y vuelvo a salir.

Ya sé que seguro Nate estará coquetando con media tienda, pero es algo natural para él después de todo. Digo, siempre parece tener la confianza suficiente para ir por allí en pose de galán, lo bueno es que jamás nos topamos en mi vida anterior, por que seguramente le habría hecho segunda o nos convertiríamos en rivales

- ¿Y este que tal? Me siento como actor de musical, pero igual y les pega - Por qué toda la familia según entiendo es un poco excéntrica.

Tome mi celular y comencé a escribir varios mensajes mientras esperaba que Daniel saliera, cuando lo hizo y vi su vestimenta, me levante y me acerque a el, luego empece a dar vueltas lentamente al rededor de el examinando el traje, como le quedaba, sus proporciones, su.... -A juzgar por el saco y los pantalones, diría que parecieras un mayordomo, parece que no sales de los quehaceres en el hogar, seguramente deberías comprarlo para desfilarselo a tu mujer un día jajaja... siguiente Dude, mientras tu te cambias yo iré a buscarte uno mas - En esas me dispuse a buscar mas trajes, pasaba caminando por los estantes, veía cada traje y no me llamaban mucho la atención varios, los veía demasiado... no se, muy... ¿?... Había encontrado un traje que tenia una buena pinta pero era la ultima talla que le quedaba, me encamine hacia donde los vestidores y le puse el traje que había conseguido sobre la misma - Ponte este cuando puedas Daniel, a ver que tal. - Volví a sentarme en los asientos y continué escribiendo mas mensajes seguidos, mientras esperaba la salida de Daniel.

(Es el mismo traje que estas usando en la fiesta de Brownie ahora)

Vuelvo al probador medio desganado, la verdad es que esto de estarme cambiando de ropa y modelándola como si de verás no es mi fuerte. Sin embargo tengo que recordarme que se trata de una situación especial y que lo hago principalmente por Brownie para darme valor y seguir adelante. Me ha parecido super rara la forma en que Nate se acercó a tomar medidas y esas cosas, sin embargo decido no tomarle importancia. 

Termino por probarme el ultimo traje que me ha dado, pero incluso antes de salir me siento como si fuera un pungüino, así que yo solo me río de mi aspecto general. Igual debería afeitarme, como que la barba no va del todo con el traje y seguro luciré mejor para la familia Lovecraft, como un chico serio, responsable y bien portado... todas esas cosas que no soy... al menos no todo el tiempo.

Por ello es una fortuna cuando el otro traje llega desde afuera.

- Vale, me lo probaré ahora por que con el último que me habías dado parezco ave del ártico - le digo antes de quitarme ese traje y ponerme el ultimo.

Sorpresivamente este me gusta bastante. Bueno, gustar gustar no, pero no se me ve tan mal como los otros y me siento muchisimo menos incómodo. Salgo del vestidor y volteo a ver a Nate.

- Creo que este no se ve tan mal ¿tu qué dices Bro? Igual debería afeitarme....

Después de que le pase la ultima ropa, me indico que se la podría debido a que la otra no le gustaba, yo asentí con la cabeza estando consciente de que no me vería - Esta bien señor pingüino - En esas observo la sección de mujeres y se me ocurre una terrible mejor idea.

Me acerco a la sección de mujeres y tomo una especie de falda que podría llegarle a una chica casi a la cintura, era de color azul claro y tenia un curioso cinturón de tela morada oscura con un lazo, lo tome. También busque una camisa de CocaCola para mujeres y la tome también, luego me devolví a los vestidores notando que no había salido y me acerque a un cubículo de los vestidores que estaba vació, coloque la ropa que había agarrado en ese cubículo y cerré la puerta, volví a mi asiento y espere a que Daniel saliera, cuando lo hizo me quede sorprendido.

No conteste a su pregunta, solo me levante y fui a buscar una corbata de color marrón rojiza, cuando regrese me acerque a Daniel y se la puse al rededor del cuello, para luego hacerle el amarre como comúnmente se le hace a una corbata estando algo cerca de el, quizás se volvería algo incomodo pero yo no estaba pendiente de eso, apreté la corbata con suavidad acercando el elaborado nudo a su cuello y luego jalando un poco su chaleco, deje caer la punta de la corbata, asi terminando de darle el toque final. Di varios pasos a atrás y asenti varias veces con la cabeza.

- Dude... Ese traje fue hecho para ti. Ve a mirarte nuevamente al espejo del cubículo mientras yo llamo a la tendienta para que te vea, necesitamos la observación de una mujer. - Y asi fue, te fuiste a mirarte nuevamente mientras yo me aleje y llame a la tendienta con una seña indicándole que se acercara a verte, yo, rápidamente luego de eso, me metí en el otro cubículo que estaba alejado del de el y cerré la puerta sin ser visto.

La tendienta se acerco a los cubículos y miro a Daniel, sonrió y le indico que se veía muy elegante y guapo, estaba de acuerdo con que el traje estaba hecho a la medida para el.

Mientras aquello, 5 minutos pasaron sin que yo apareciera, hasta que luego me indigne a salir, pero estaba diferente, esta vez, había tomado la forma de Brownie Lovecraft, yo la conocía de vista, se que Odille me la había presentado hace un tiempo y la verdad solo veía a Brownie por ser muy linda pero hasta ahí, eso fue hasta que Daniel me la presentara como su novia, después de ahí, tuve respeto en cuanto a verla.

Musica de fondo (obligatorio antes de seguir leyendo).:

No cometí ningún error en cuanto a su figura y rostro, ni siquiera en su cabello, la ropa que había agarrado y metido en este cubículo me la había puesto con la forma de Brownie y me había quedado a medida, cuando salí y capte la vista de Daniel, aun sin verlo, me acomode con suavidad el cabello como las chicas a veces suelen hacer, moviendo con delicadeza la cabeza hacia un lado y finalmente situar la mirada hacia Daniel, lo mire a los ojos y sonreí, con sorpresa en mis ojos, como si este momento casual y la apariencia de Daniel me hubieran alegrado, yo era bueno en la actuación.

Apariencia de Nate (en la transformación)

Su rostro serio me saca de onda un poco, como si algo no cuadrara ¿será que no me veo bien del todo? Incluso volteo a verme nuevamente al espejo, como esperando ver otra cosa que desencaje, como con los otros trajes, pero en realidad considero que no se me ve tan mal. En fin, que no tarda en volver, así que me quedo quieto en lo que coloca la corbata en su sitio, con todo y que la forma en que lo hace me parece demasiado extraña. Al final, considero que la corbata le da ese toque que le hace falta, así que le doy una palmada en el hombro a Nate y sonrío.
 
Me acerco nuevamente hasta el espejo, dejando que un poco de la vanidad que solía tener aparezca y me permito considerar lo bien que me veo. Luego llega la dependienta de la tienda y me hace un par de halagos que me provocan cierto rubor en el rostro, principalmente por que no suelo recibirlos de todas las mujeres y mucho menos cuando son mayores que yo, como obviamente esta lo es. Le agradezco y explico brevemente que se trata de una ocasión especial en casa de mi novia e incluso me da un par de consejos, como saludar firmemente y mirar a las personas a los ojos. Es extraño como la gente a mi alrededor se esfuerza en prepararme psicológicamente para el evento.
 
Claro que de lo que hace Nate no me doy cuenta en lo absoluto, tanto así que cuando veo la figura de Brownie reflejada en el espejo, no puedo evitar sonreírle como tonto. Me volteo hasta ella y la saludo desde lejos con la mano.
 
-          No sabía que vinieras a esta tienda – le digo como si nada, cuando está lo suficientemente cerca la tomo por la cintura– Espero no estar exagerando con el atuendo para la cena familiar ¿tú qué dices? ¿Me asesinarán tus parientes o querrán comerme vivo? Digo, para saber si me baño o no… -
 

Es una conversación lo suficientemente rara como para qué cualquiera piense que es sostenida por una pareja, sin embargo la mayoría de nuestras conversaciones es similar.

La cara de tonto que ponía y sus comentarios acerca de bañarse y eso, estaba que me reventaba de la risa en ese instante, aunque era algo que podía sobre llevar, aunque no esperaba que me tomara de las caderas, por lo que puse mis manos en su pecho y pensé en alejarlo pero quizás se vería algo sospechoso en mi. Aparente una risa por lo del comentario de los padres de Brownie, riendo sin emitir algún sonido, así como esas pequeñas risas mudas que algunas veces las chicas hacen, bueno, así.

Ahora se me presento el siguiente inconveniente ¿Que se supone que debo hacer ahora? Se que esperaba pasar el rato burlándome de Daniel por su actitud con Brownie sin embargo, quizás el mayor problema estaría en que hacer si no puedo hablar, si hablaba, inevitablemente se escucharía mi voz y no la de Brownie, seria descubierto con las manos en la masa y eso era algo que no debía permitir... ¡Oh! ¡Ya se!

Tome en ese instante la corbata de Daniel con mirada de seducción y luego lo empuje hacia las sillas frente a los vestidores,  finalmente me encamine hacia el y apoye el tacón de mi zapato por el espacio que quedaba de la silla en medio de su entre pierna y así volver a jalarlo de la corbata acercando mi rostro como si le fuera a dar un beso sin perder la atracción de mi parte.

Sabia que la situación sin la voz, no me favorecía pero si tenia una enorme ventaja en el asunto y era el hecho de que conocía bien esos gustos que tienen los hombres (por ser hombre por su puesto) y podria aplicarlos a Daniel para distraerlo un poco mientras ideaba el mejor plan posible que de pendieran de cada una de mis acciones de ahora en adelante. Le sonreí y saque mi varita, la apunte a su rostro.

- Obscuro - El hechizo provoco que los ojos de Daniel, fuesen tapados por una venda de color negro para así cegarlo por el momento, luego para asegurarme de que no se la quitara, me acerque a su oido en forma de susurro y sensualmente le pite para que no dijera nada - Shhhhh...~ - Que degradante me sentía pero era la única manera de poder salir vivo de esta.

Sé que hay como mil indicios de que esta que sostengo por la cintura no es mi Brownie, pero soy tan despistado que no les he prestado atención. Aunque vista con ropa que la verdadera jamás usaría (a menos que le tocara perder una apuesta), aunque utilice el cabello arreglado de diferente forma y el hecho de que sus movimientos más normales parecen diferentes. Como esa forma tan presuntuosa de ponerme las manos sobre el pecho, algo que normalmente hace con delicadeza y seguido de un beso bastante nutrido. Incluso trato de acercarla un poco, aunque como la dependienta solo esta un par de metros alejada, me contengo y le doy un beso en la frente.
 
Aunque de inmediato puedo darme cuenta que algo no cuadra, su actitud de seducción es algo que jamás le he notado en el poco tiempo que tengo de ser su novio. Incluso, en el mucho tiempo que tengo de observarla… pero me deja tan impactado, que soy incapaz de decir nada. No me desagrada, por el contrario, aunque sea una fase de ella que no me había propuesto conocer por el momento… Digo, si, en algún momento teníamos que llegar allí pero siempre se me ha figurado el tipo de chica con el que uno debe esperar para eso, no la chica que lo busca en el probador de una tienda de ropa. Aclaro, no haberlo esperado no significa que esto no me guste.
 
-          ¿Pero qué…? – Alcanzo a pronunciar antes de que la venda me cubra los ojos y he de decir que esto está prendiendo más de un foco rojo en mi mente, pero la adrenalina me hace no decir nada. La tomo por la cintura con más fuerza al momento en que susurra ese “Shhh” en mi oído y la atraigo lo más cerca que puedo, con la suficiente delicadeza que mi mente en este estado me permite - ¿Qué estás haciendo Brownie? Estamos en una tienda pública…
 

Y cuando lo digo no es por que me asuste ni por que no quiera que siga, si no por qué temo que ella pueda llegar a arrepentirse de lo que está provocando.

Esperaba que después de eso me pudiera largar, sin embargo el que me agarrara de la cintura no lo tenia previsto, era una situación de vida o muerte, si no pensaba en algo rápido levantaría sospechas de mi falsa identidad, evaluó la situación con rapidez, aprovechando el hecho de que sus ojos se encuentran cubiertos por la venda negra, me encuentro con la mejor salida posible, pero no seria algo nada bonito.

Observe mi tacón que posaba en el espacio descubierto del asiento entre su entre pierna y respire profundamente, muy dentro de mi me susurre "De verdad discúlpame Daniel." finalmente con fuerza, deslice mi tacón hacia delante, contra el inicio de su entrepierna, dándole en la parte mas critica del hombre (Las partes nobles) sin compasión. La reacción única de un hombre seria cerrar las piernas y llevarse las manos hacia ese lugar, algo que yo siendo hombre, lo sabia.

En movimiento rápido quite mi tacón de ese lugar para luego aprovechar esos segundos y volver a los vestidores, al cubículo donde estaba mi ropa y cerrarlo con rapidez pero sin hacer ruido para no levantar sospechas, finalmente me eche mi respiro, ya mas calmado recostándome de la pared del cubículo, asegurándome de que el mismo tenga el seguro puesto cosa que así era, sin perder mucho tiempo, me quite los tacones para alzarlos con mi mano y volver a mi forma natural.

Ambas ropas se rompieron debido a esto, tome mi varita a la falda y luego a la camisa - Reducto - Susurre. Reducto es un hechizo que destruye los objetos a los que apuntes y tanto la franela como la falda se destruyeron, volví a hacer lo mismo con los tacones, ya luego los pagaría. Finalmente me dispuse a vestirme, ya teniendo parte de la situación controlada, nuevamente me disculpe a mis adentro por la maniobra estratégica pero no tenia opción, incluso me siento estúpido por haber hecho algo parecido, una broma que se me salio de las manos.

Todo pasa tan rápido que apenas tengo tiempo de reaccionar o más bien, de sentir. El golpe da en el lugar indicado, con la fuerza correcta y mis de por si cubiertos ojos se llenan de un montón de colores estrafalarios. El dolor llega de un solo tajo, cortándome incluso la respiración y la fuerza para hacer cualquier cosa, incluso para pensar. Mis manos sueltan inmediatamente el cuerpo de Brownie y van directo a la parte lastimada, al tiempo que mi cuerpo se retuerce hacia el piso y termino en una posición más que incómoda y patética.
 

¿Qué pasó? ¿Habré dicho algo que la hiciera enojar? Apenas tengo la suficiente fuerza de voluntad para poder quitarme la venda que mágicamente ha aparecido en mis ojos, aunque ya no alcanzo a ver como Brownie sale corriendo. Solo sé que duele, que duele muchísimo y que no entiendo ni un carajo de lo que ha sucedido…

2 minutos, quizás 3 fue lo que tarde para finalmente colocarme la camisa y los zapatos que amarre en breve, luego, estando listo, salí de aquel cubículo con toda calma para encontrarme con mi colega tirado en el suelo, rápidamente lo socorrí, rápidamente acercándome a el, viendo al muy pobre adolorido en el suelo apoyando sus manos en su entrepierna, quizás me pase un poco por no tener tacto pero que opción tendría, al final me arrepiento de habérmela jugado de esa forma, ademas, fue desagradable eso de seducir a un amigo, que asco.

- Hey Dude ¿que fue lo que sucedió? ¿estas bien? ¿te duele el estomago? - Pregunte mostrando un total desconocimiento de su situación, nuevamente me susurraba mentalmente a mi mismo una disculpa, como para calmar por ultima vez la insistencia de la conciencia que viene a fastidiarme creyendo que tendrá excito.

- Venga tío ¿que te ha sucedido? déjame ayudarte - Dije ayudándolo de alguna forma para que pudiera mantenerse en pie, o a menos poderlo sentar en los asientos frente a los vestidores, para que así pudiese descansar de tal golpe que se ha hecho.

El dolor es tan inmenso que me toma más de un par de minutos poder generar palabras completas, tanto así que cuando Nate aparece ni si quiera soy capaz de mirarlo. Y por mi mente sigue habiendo un único pensamiento, que Brownie debió haber estado demasiado molesta conmigo para hacer algo como eso, por que era ella ¿no? Sus ojos, su sonrisa… Intento levantarme con ayuda de Nate, aunque me cuesta más de lo que me gustaría. Finalmente, ya de pie volteo a verlo, con la cara seguramente ya muy roja por el dolor.
 
-          ¿Has visto a Brownie? Tengo que encontrarla – le digo medio jadeando, pues aunque el dolor ya no es punzante y horrible, sigue instalado justo en el lugar en que el tacón me ha dado y no me es tan fácil ignorarlo, estoy seguro que dejará marca y dolerá varios días – Estuvo aquí hace un momento y luego salió corriendo… tienes que ayudarme a buscarla Bro, por favor –
 

De saber que persigo a alguien que no esta aquí, me detendría, pero en vez de eso dio varios traspiés hacia la entrada de la tienda, buscando siempre con la mirada ese cabello café y los siempre vistosos ojos azul grisáceo de mi novia.