Cuota atrasada
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Cuota atrasada
Le había jurado a Mina que le pagaría puntualmente las cuotas de esa enorme cantidad de dinero que le había prestado. Ya se había acabado casi todo entre el problema de su madre y los tratamientos de su sobrina, Julisa le había pedido que no gasten nada en ella porque la pequeña aún necesitaría muchas cosas. El padre evidentemente no ayudaba en nada pero si todo seguía así iría a pedirle que se haga responsable, pronto.
Estaba agradecido con Mina pero había faltado a su palabra, la cuota que iba a pagarle ese día era la de la quincena anterior junto con una sexta parte de la actual. Estaba jodido con el peyote pero aún así continuaba trabajando como un perro para poder enviar dinero a casa y pagarle a esa amable arpía lo que le debía.
Eran las nueve de la mañana y probablemente estaba a punto de abrir su tienda o quizá ni siquiera había llegado. Estaba fumando pese a que el guardia ya le había dicho que no podía hacerlo dentro del centro comercial, no había nadie aún, todos los negocios abrían a las diez y sin tiendas no había tránsito de gente.
Tocó dos veces la puerta para que le abriese si estaba dentro, tenía hasta después del almuerzo para ir a ver a las criaturas del área de zoología. Esperaba que trabajase tanto como decía y que estuviese allí a primera hora, si no que por lo menos llegase antes del medio día que honestamente la había estado evadiendo para que no lo joda por la deuda. Tenía ya suficiente en la cabeza.
Lo único bueno de tener ese lío con ella era que se le olvidaban un poco sus otros problemas por considerar este como uno grave, si se ponía muy intensa hasta podía tomar un turno corto en su tienda para que no le eche su furia encima.
Se sabía en falta, estaba consciente de eso pero aun así sacó ese adelanto de la cuota actual porque acababa de recordar que esa tarde le tocaba un chequeo completo a su sobrina, esas cosas eran caras, el seguro que habían comenzado a pagar apenas los cubriría desde el sexto mes e iban por el tercero. Tocó de nuevo la puerta, al mal paso darle prisa.
Estaba agradecido con Mina pero había faltado a su palabra, la cuota que iba a pagarle ese día era la de la quincena anterior junto con una sexta parte de la actual. Estaba jodido con el peyote pero aún así continuaba trabajando como un perro para poder enviar dinero a casa y pagarle a esa amable arpía lo que le debía.
Eran las nueve de la mañana y probablemente estaba a punto de abrir su tienda o quizá ni siquiera había llegado. Estaba fumando pese a que el guardia ya le había dicho que no podía hacerlo dentro del centro comercial, no había nadie aún, todos los negocios abrían a las diez y sin tiendas no había tránsito de gente.
Tocó dos veces la puerta para que le abriese si estaba dentro, tenía hasta después del almuerzo para ir a ver a las criaturas del área de zoología. Esperaba que trabajase tanto como decía y que estuviese allí a primera hora, si no que por lo menos llegase antes del medio día que honestamente la había estado evadiendo para que no lo joda por la deuda. Tenía ya suficiente en la cabeza.
Lo único bueno de tener ese lío con ella era que se le olvidaban un poco sus otros problemas por considerar este como uno grave, si se ponía muy intensa hasta podía tomar un turno corto en su tienda para que no le eche su furia encima.
Se sabía en falta, estaba consciente de eso pero aun así sacó ese adelanto de la cuota actual porque acababa de recordar que esa tarde le tocaba un chequeo completo a su sobrina, esas cosas eran caras, el seguro que habían comenzado a pagar apenas los cubriría desde el sexto mes e iban por el tercero. Tocó de nuevo la puerta, al mal paso darle prisa.
- Thomas Chee
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Re: Cuota atrasada
Si tenía que ser completamente honesta, ni siquiera se acordaba de la deuda de Thomas, y no precisamente porque el dinero le sobrara o algo así, sino porque su mente había estado en demasiadas cosas, nunca mejor dicho. Seguía practicando la oclumancia, estaba conflictuada con todo el asunto de Jesse, estaba perfeccionando las artes del lavado de dinero y además, se mantenía activísima en su papel como Epsilon Alpha Chi asistiendo/organizando/incentivando cualquier cosa que Violet propusiera. Era obvio que se le pasaran algunas cosas, aunque seguramente de no haber estado tan metida en otros asuntos, hubiera jodido a Thomas hasta decir basta, especialmente porque luego de enterarse de lo del embarazo de Julisa y su bebé, era obvio para ella que el dinero había ido a parar a los tropiezos de esa putilla en drogas, cosa que no le agradaba en lo absoluto. No tenía el corazón para pensar que la pobre niña no tenía la culpa, más bien pensaba que Julisa era una maldita irresponsable por haber tenido un bebé en esas condiciones, y ya.
Aquél día su rutina había sido la misma: levantarse -se quedaba a dormir en la universidad entre semana, con sus hermanas de fraternidad, sin falta- ir al gimnasio, desayunar en el food court y estar en la cupcakería a las 8:30 para preparar todo antes de abrir. Cuando Thomas tocó la puerta estaba en la trastienda con la chica que le ayudaba, así que no lo escuchó hasta que tocó por segunda vez.
-No te preocupes, yo abro.
Le dijo a la chica con una sonrisa antes de salir de la trastienda y abrir. Todo el local había sido reparado luego del ataque, lucía tan bonito como siempre, pero debía admitir que sí había bajado la clientela. Claro, el culto le daba su parte, pero en ese sentido le hacían a ella el lavado de dinero destinado a Delta muy difícil.
Al encontrarse con el navajo recordó todo ese asunto del dinero. Le dedicó una sonrisita altiva y lo invitó a pasar.
-Ah, vaya. ¿Vienes a cumplir tus horas laborales para pagar la deuda que tienes conmigo? Puedes empezar poniéndote un delantal. Buenos días.
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ropa del día
Aquél día su rutina había sido la misma: levantarse -se quedaba a dormir en la universidad entre semana, con sus hermanas de fraternidad, sin falta- ir al gimnasio, desayunar en el food court y estar en la cupcakería a las 8:30 para preparar todo antes de abrir. Cuando Thomas tocó la puerta estaba en la trastienda con la chica que le ayudaba, así que no lo escuchó hasta que tocó por segunda vez.
-No te preocupes, yo abro.
Le dijo a la chica con una sonrisa antes de salir de la trastienda y abrir. Todo el local había sido reparado luego del ataque, lucía tan bonito como siempre, pero debía admitir que sí había bajado la clientela. Claro, el culto le daba su parte, pero en ese sentido le hacían a ella el lavado de dinero destinado a Delta muy difícil.
Al encontrarse con el navajo recordó todo ese asunto del dinero. Le dedicó una sonrisita altiva y lo invitó a pasar.
-Ah, vaya. ¿Vienes a cumplir tus horas laborales para pagar la deuda que tienes conmigo? Puedes empezar poniéndote un delantal. Buenos días.
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ropa del día
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Cuota atrasada
No llegaba con el rabo entre las piernas pero sí con algo de preocupación, el verla le sacó una sonrisa no de felicidad sino de lujuria bien disimulada. Era guapa, horrible como persona pero guapa al fin y al cabo, nadie le iba a quitar eso, ni siquiera su actitud de…pues todos ya sabían de qué. Ni siquiera la conocía tanto como para aseverarlo con tanta seguridad.
Pasó sin limpiarse las botas y apagando el cigarrillo con un hechizo, llevaba aún el humo dentro de la boca y lo sacó en pleno umbral del local aunque seguramente eso la iba a hacer enloquecer. No fue intencional, simplemente no iba a hacer una forzada maroma por hacerla feliz.
-Traigo el dinero.-sacó de su bolsillo trasero un saco pequeño dentro del cual estaba el dinero del mes anterior, ya había sacado la porción del mes que le iba a adelantar.-
Avanzó hasta adentro del local cuando le dijo lo del delantal, no iba a hablar de su deuda en la calle porque no le parecía el lugar, además tenía la esperanza de que le diese algo de desayunar, le habían dicho que el café era bueno. Se paseó por la tienda y se quedó mirando la vitrina, lo único bueno de trabajar allí sería comer esos cupcakes, nada más.
-Necesito una prórroga, trabajando aquí dos horas diarias me vas a tener trabajando aquí hasta que me gradúe y consiga un buen trabajo.-no quería trabajar para ella y esa excusa tenía sentido, ella lo tendría que entender quisiera o no, además no servía para atender al público, apenas hablaba con quienes eran sus amigos y aún así sus frases eran cortas en su mayoría.-
Ella tendría que ser razonable al respecto, además entre sus trabajos y la escuela ni siquiera iba a ver a su familia, no había forma en la que llegase a trabajar a ese sitio en sus horas libres. Vería de conseguir el dinero como sea pero no iba a acabar con uno de esos delantales color pastel ni cortándose el cabello o la barba porque era antihigiénico para el negocio.
Pasó sin limpiarse las botas y apagando el cigarrillo con un hechizo, llevaba aún el humo dentro de la boca y lo sacó en pleno umbral del local aunque seguramente eso la iba a hacer enloquecer. No fue intencional, simplemente no iba a hacer una forzada maroma por hacerla feliz.
-Traigo el dinero.-sacó de su bolsillo trasero un saco pequeño dentro del cual estaba el dinero del mes anterior, ya había sacado la porción del mes que le iba a adelantar.-
Avanzó hasta adentro del local cuando le dijo lo del delantal, no iba a hablar de su deuda en la calle porque no le parecía el lugar, además tenía la esperanza de que le diese algo de desayunar, le habían dicho que el café era bueno. Se paseó por la tienda y se quedó mirando la vitrina, lo único bueno de trabajar allí sería comer esos cupcakes, nada más.
-Necesito una prórroga, trabajando aquí dos horas diarias me vas a tener trabajando aquí hasta que me gradúe y consiga un buen trabajo.-no quería trabajar para ella y esa excusa tenía sentido, ella lo tendría que entender quisiera o no, además no servía para atender al público, apenas hablaba con quienes eran sus amigos y aún así sus frases eran cortas en su mayoría.-
Ella tendría que ser razonable al respecto, además entre sus trabajos y la escuela ni siquiera iba a ver a su familia, no había forma en la que llegase a trabajar a ese sitio en sus horas libres. Vería de conseguir el dinero como sea pero no iba a acabar con uno de esos delantales color pastel ni cortándose el cabello o la barba porque era antihigiénico para el negocio.
- Thomas Chee
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Re: Cuota atrasada
No le importó que pasara sin limpiarse las botas, porque el local tenía un encantamiento que limpiaba automáticamente el piso. Sin embargo, lo del humo del cigarrillo sí le molestó, y también la mirada que le había dedicado. Mina no entendía cuál era su necesidad de ser tan absurdamente patán; le hizo un gesto furioso y le dio un empujón mientras con la varita, desaparecía completamente el humo.
-Puedes ahorrarte el comportarte como un idiota, no te hace ganar puntos, te aviso.
Cerró la puerta del local tras ella y siguió con la mirada el recorrido desde el bolsillo del pantalón de Thomas, pero no la tomó. Si hubiera sido más maldita, seguramente habría podido decirle que le importaba un cacahuate lo que decía, que un trato era un trato y ahora le debía fuerza de trabajo. Ante su argumento se encogió de hombros.
-Eso no le serviría a cualquier otro al que le hubieras pedido prestado, me tiene sin cuidado. Eso debiste pensar antes de endeudarte. ¿Crees que otro se tentaría el corazón y te diría “ay claro, Thomas, lo que tú digas, págame de aquí a 50 años”? por supuesto que no, considérate afortunado.
Lo miró con los ojos encendidos, pero recordó la manera en que había defendido los argumentos de Jesse aquella tarde de la junta en Delta y solo por ese motivo, respiró profundo y terminó cediendo, aunque Thomas podría hacerse la idea que quisiera respecto a la razón para que terminara diciendo que sí.
-Una prórroga. ¿Cuánto tiempo necesitas? Y trata de no ser abusivo, pero tampoco de hacerme promesas que no puedas cumplir.
-Puedes ahorrarte el comportarte como un idiota, no te hace ganar puntos, te aviso.
Cerró la puerta del local tras ella y siguió con la mirada el recorrido desde el bolsillo del pantalón de Thomas, pero no la tomó. Si hubiera sido más maldita, seguramente habría podido decirle que le importaba un cacahuate lo que decía, que un trato era un trato y ahora le debía fuerza de trabajo. Ante su argumento se encogió de hombros.
-Eso no le serviría a cualquier otro al que le hubieras pedido prestado, me tiene sin cuidado. Eso debiste pensar antes de endeudarte. ¿Crees que otro se tentaría el corazón y te diría “ay claro, Thomas, lo que tú digas, págame de aquí a 50 años”? por supuesto que no, considérate afortunado.
Lo miró con los ojos encendidos, pero recordó la manera en que había defendido los argumentos de Jesse aquella tarde de la junta en Delta y solo por ese motivo, respiró profundo y terminó cediendo, aunque Thomas podría hacerse la idea que quisiera respecto a la razón para que terminara diciendo que sí.
-Una prórroga. ¿Cuánto tiempo necesitas? Y trata de no ser abusivo, pero tampoco de hacerme promesas que no puedas cumplir.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Cuota atrasada
Se limpió las cenizas que cayeron sobre su ropa luego de que apagase el cigarrillo. Lo hacía por joder pero no debía, tenía que controlar ese maldito impulso o iba a acabar debiéndole más, si esperaba que le perdonase el atraso al menos tenía que hablarle como si fuese la princesa que aspiraba a ser.
Ella tenía la culpa, hablaba y hablaba. Por qué no callaba esa bonita boca para no ser tan insufrible, podría considerarla más, tratarla como a una persona real que no tenía encima tanta brillantina. Le debía y todo, él estaba en deuda con ella pero tampoco podía contenerse. Si así como se ponía labial y vestidos que esperaban un halago pusiese un poco de esfuerzo en pensar lo que estaba por salir de su boquita sólo le miraría el trasero y se iría calmado.
Julisa le había dicho por joder que eran tal para cual en eso, que hasta parecían hermanos por ser un par de cabezas duras, la broma no le hizo gracia y sabía bien lo que Juli pensaba de Mina, había ido más por el lado del insulto que de otra cosa.
Detestaba estar en esa posición, deberle era una mierda, no quería deberle un maldito centavo pero tampoco podía endeudarse con alguien más para salir del asunto. Tenía un proyecto nuevo en el horizonte, un amigo suyo le había propuesto hacer una especie de servicio de tours por Arizona ya que conocía bien la zona y podía pasar con su jeep sin fastidiar a los de las reservas. El problema era que con su progresiva necesidad de peyote no llegaba a sentirse capaz de eso, el vicio comenzaba a restarle la habilidad que poseía.
-No lo sé, ese es el problema. Quizá serían unos tres o cuatro meses. Y ya sé que no fue el trato, te puedes quedar con el jeep mientras, con el carisma que tengo apenas vas a tener clientes. De todos modos está como muerta esta zona comercial.-ni podía pedirle un descuento porque no le cobraba intereses, un favor no estaba ni como opción.-
-¿No tienes otro negocio menos colorido en el que sí te pueda ser útil, algún criadero de caballos o esas cosas innecesarias que compra la gente que no se dedica a la crianza?
Ella tenía la culpa, hablaba y hablaba. Por qué no callaba esa bonita boca para no ser tan insufrible, podría considerarla más, tratarla como a una persona real que no tenía encima tanta brillantina. Le debía y todo, él estaba en deuda con ella pero tampoco podía contenerse. Si así como se ponía labial y vestidos que esperaban un halago pusiese un poco de esfuerzo en pensar lo que estaba por salir de su boquita sólo le miraría el trasero y se iría calmado.
Julisa le había dicho por joder que eran tal para cual en eso, que hasta parecían hermanos por ser un par de cabezas duras, la broma no le hizo gracia y sabía bien lo que Juli pensaba de Mina, había ido más por el lado del insulto que de otra cosa.
Detestaba estar en esa posición, deberle era una mierda, no quería deberle un maldito centavo pero tampoco podía endeudarse con alguien más para salir del asunto. Tenía un proyecto nuevo en el horizonte, un amigo suyo le había propuesto hacer una especie de servicio de tours por Arizona ya que conocía bien la zona y podía pasar con su jeep sin fastidiar a los de las reservas. El problema era que con su progresiva necesidad de peyote no llegaba a sentirse capaz de eso, el vicio comenzaba a restarle la habilidad que poseía.
-No lo sé, ese es el problema. Quizá serían unos tres o cuatro meses. Y ya sé que no fue el trato, te puedes quedar con el jeep mientras, con el carisma que tengo apenas vas a tener clientes. De todos modos está como muerta esta zona comercial.-ni podía pedirle un descuento porque no le cobraba intereses, un favor no estaba ni como opción.-
-¿No tienes otro negocio menos colorido en el que sí te pueda ser útil, algún criadero de caballos o esas cosas innecesarias que compra la gente que no se dedica a la crianza?
- Thomas Chee
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Re: Cuota atrasada
Mina giró los ojos y soltó una risita irónica y particularmente fastidiosa a propósito cuando Thomas mencionaba lo de que se quedara con el jeep, aunque era cierto que con esa pinta no iba precisamente a levantar el negocio.
-¿Yo para qué querría esa chatarra como garantía? Ni vendiéndolo tendría de vuelta lo que me debes.
Simplemente no podía volverse la madre Teresa de la noche a la mañana por dos razones: la primera, sería altamente sospechoso, una cosa era invertir un montón de dinero y tiempo en el refugio de animales al que Chee la había llevado y otra muy diferente era perdonarle deudas a un holgazán que era repudiado por la élite. La segunda, porque de verdad pensaba que Thomas era un atenido y un inútil, y aunque hubiera ganado puntos aquella tarde donde los Delta, para Mina eso no era suficiente.
Tres o cuatro meses no sonaba descabellado, después de todo no lo necesitaba, pero por dentro también quería darle a entender que todo eso no era asunto de ser una perra o no, o de ser buena o no, sino que las deudas se pagaban y se tenía que trabajar para saldarlas.
-No tengo ningún otro negocio, ni que fuera millonaria. Mira, cuatro meses como límite, te repartiré la cantidad que me debes entre esos cuatro y tienes que esforzarte por pagarme, Thomas, esto no es caridad.
Le dijo con tonito altanero mientras conjuraba un pedazo de pergamino para anotarle las nuevas cantidades a pagar por mes, sin intereses, como ya habían hecho antes. Le pasó el papel al navajo.
-De todos modos con esa pinta de vago no me sirves para nada.
-¿Yo para qué querría esa chatarra como garantía? Ni vendiéndolo tendría de vuelta lo que me debes.
Simplemente no podía volverse la madre Teresa de la noche a la mañana por dos razones: la primera, sería altamente sospechoso, una cosa era invertir un montón de dinero y tiempo en el refugio de animales al que Chee la había llevado y otra muy diferente era perdonarle deudas a un holgazán que era repudiado por la élite. La segunda, porque de verdad pensaba que Thomas era un atenido y un inútil, y aunque hubiera ganado puntos aquella tarde donde los Delta, para Mina eso no era suficiente.
Tres o cuatro meses no sonaba descabellado, después de todo no lo necesitaba, pero por dentro también quería darle a entender que todo eso no era asunto de ser una perra o no, o de ser buena o no, sino que las deudas se pagaban y se tenía que trabajar para saldarlas.
-No tengo ningún otro negocio, ni que fuera millonaria. Mira, cuatro meses como límite, te repartiré la cantidad que me debes entre esos cuatro y tienes que esforzarte por pagarme, Thomas, esto no es caridad.
Le dijo con tonito altanero mientras conjuraba un pedazo de pergamino para anotarle las nuevas cantidades a pagar por mes, sin intereses, como ya habían hecho antes. Le pasó el papel al navajo.
-De todos modos con esa pinta de vago no me sirves para nada.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Cuota atrasada
Entendía que tenía una deuda con ella y se la quería pagar, si se la perdonaba no iba a quejarse porque las deudas comenzaban a sobrepasarlo y prácticamente estaba haciendo las veces del padre de la hija de Julisa. Pero no iba a suceder así, le ofrecía el Jeep que con lo viejo que estaba andaba, por fuera parecería una chatarra de seguro pero tenía un buen interior. Era como Mina, pero al revés, en el caso de su auto lo bueno estaba por dentro.
Tenía la cara para decir que no era millionaria, le iba a salir seguramente con una de esas cosas de ricos, que ella no era la millonaria sino sus padres, que ella tenía una parte diminuta y que vivía de lo suyo. Lo último podía ser cierto pero sabía de buena fuente que no vivía en una casucha, que tenía poder adquisitivo como para comprarse la reserva si quería. Además podía llamar a su papá si necesitaba algo, ni que le fuesen a negar algo a su engreída.
Blanqueó los ojos y apretó los labios para evitar decirle una sandez o alguna verdad, lo segundo seguramente le jodería más a ella y le saldría con que era un resentido social que vivía de pensar esas cosas de ella y de los que estaban en su grupo social. Podía ser cierto, pero no tenía derecho a criticarlo si jamás había deseado tener sólo cien malditos dólares más porque podían significar el punto de quiebre entre la vida o la muerte, o cincuenta para medicinas, diez para pañales.
Ella no sabía nada de la vida, y si lo sabía lo disimulaba muy bien, probablemente para no tener que sentirse privilegiada y así seudo justificar que lo que tenía se lo ganaba. Era como cuando todos saliesen de la universidad, quien va a tener más oportunidades de entrar a una gran compañía es quien tiene al padre de gerente ahí, quizá el recién graduado es talentoso, pero sin su conexión sanguínea no hubiese logrado tener esa oportunidad.
-No te pongas como una maldita chiquilla malcriada. Me prestaste el dinero y te lo agradezco, pero no significa que tenga que aguantarte.-no podía con su carácter, no iba a callarse porque no le daba la paciencia pero tampoco podía sobrepasarse con ella.-Te voy a pagar, no creas que me voy a quedar eternamente con esa deuda. Y no creo joderte mucho el negocio, ya no entra nadie, ¿no?
Tenía la cara para decir que no era millionaria, le iba a salir seguramente con una de esas cosas de ricos, que ella no era la millonaria sino sus padres, que ella tenía una parte diminuta y que vivía de lo suyo. Lo último podía ser cierto pero sabía de buena fuente que no vivía en una casucha, que tenía poder adquisitivo como para comprarse la reserva si quería. Además podía llamar a su papá si necesitaba algo, ni que le fuesen a negar algo a su engreída.
Blanqueó los ojos y apretó los labios para evitar decirle una sandez o alguna verdad, lo segundo seguramente le jodería más a ella y le saldría con que era un resentido social que vivía de pensar esas cosas de ella y de los que estaban en su grupo social. Podía ser cierto, pero no tenía derecho a criticarlo si jamás había deseado tener sólo cien malditos dólares más porque podían significar el punto de quiebre entre la vida o la muerte, o cincuenta para medicinas, diez para pañales.
Ella no sabía nada de la vida, y si lo sabía lo disimulaba muy bien, probablemente para no tener que sentirse privilegiada y así seudo justificar que lo que tenía se lo ganaba. Era como cuando todos saliesen de la universidad, quien va a tener más oportunidades de entrar a una gran compañía es quien tiene al padre de gerente ahí, quizá el recién graduado es talentoso, pero sin su conexión sanguínea no hubiese logrado tener esa oportunidad.
-No te pongas como una maldita chiquilla malcriada. Me prestaste el dinero y te lo agradezco, pero no significa que tenga que aguantarte.-no podía con su carácter, no iba a callarse porque no le daba la paciencia pero tampoco podía sobrepasarse con ella.-Te voy a pagar, no creas que me voy a quedar eternamente con esa deuda. Y no creo joderte mucho el negocio, ya no entra nadie, ¿no?
- Thomas Chee
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Re: Cuota atrasada
Mina no sabía si Thomas era así por joderla o si de verdad estaba podrido por dentro, pero entornó los ojos cuando escuchó lo de “no te pongas como una maldita chiquilla malcriada”. De verdad no podía creer como alguien que estaba recibiendo un favor podía portarse así con la persona que lo ayudaba. Porque sí, aquello no era un préstamo, era un favor. Podía argumentar lo que fuera pero el hecho de que no le estuviera cobrando intereses o que volviera a aplazar los tiempos, era algo que no iba a encontrar en ningún otro lado.
Encima se daba el lujo de atacar su negocio y acotar lo mal que estaban las ventas por lo sucedido en el ataque, algo que a ella directamente no le estaba afectando en realidad porque la hermandad pagaba lo que debía pagar por los daños colaterales, pero era algo que nadie sabía, naturalmente.
Como fuera, le parecía que Thomas tenía una actitud despreciable, y precisamente eran ese tipo de personas las que la conflictuaban con todo lo que estaba haciendo. Se lo había dejado a Jesse y a Yuri muy claro: quería gente talentosa, avispada, no quería lastres, ni quería imbéciles. No iban a quitar dinosaurios brutos de los lugares importantes para posicionar jóvenes ignorantes brutos, no iba a alimentar ese círculo vicioso.
-Mira Thomas, voy a ser muy clara contigo. Eres un patán de mierda. Y la verdad es que ni siquiera sé por qué soy condescendiente contigo. Si quieres vivir tu vida como un idiota, y si crees que haces mucho por ti y por tu hermana y tu familia comportándote como un reverendo malagradecido asqueroso con quien te tiende la mano, te advierto que nunca podrás lograr gran cosa. Y esto no se trata solo del terriblísimo sistema social al que estás atenido, se trata de tu puta actitud. No me pagues un carajo y lárgate de aquí de una vez por todas. Y si vuelves a necesitar un favor, espero que encuentres a un buen samaritano imbécil que te aguante, pero créeme, lo único que logras con esto es seguir viviendo de la caridad, y ese no es un modo digno de vivir.
Sin decir más le abrió la puerta y le enseñó la salida para que se fuera, con la deuda perdonada, pero una imagen de él peor de la que solía tener. Si lo que quería era ser un atenido toda la vida, que así fuera.
Encima se daba el lujo de atacar su negocio y acotar lo mal que estaban las ventas por lo sucedido en el ataque, algo que a ella directamente no le estaba afectando en realidad porque la hermandad pagaba lo que debía pagar por los daños colaterales, pero era algo que nadie sabía, naturalmente.
Como fuera, le parecía que Thomas tenía una actitud despreciable, y precisamente eran ese tipo de personas las que la conflictuaban con todo lo que estaba haciendo. Se lo había dejado a Jesse y a Yuri muy claro: quería gente talentosa, avispada, no quería lastres, ni quería imbéciles. No iban a quitar dinosaurios brutos de los lugares importantes para posicionar jóvenes ignorantes brutos, no iba a alimentar ese círculo vicioso.
-Mira Thomas, voy a ser muy clara contigo. Eres un patán de mierda. Y la verdad es que ni siquiera sé por qué soy condescendiente contigo. Si quieres vivir tu vida como un idiota, y si crees que haces mucho por ti y por tu hermana y tu familia comportándote como un reverendo malagradecido asqueroso con quien te tiende la mano, te advierto que nunca podrás lograr gran cosa. Y esto no se trata solo del terriblísimo sistema social al que estás atenido, se trata de tu puta actitud. No me pagues un carajo y lárgate de aquí de una vez por todas. Y si vuelves a necesitar un favor, espero que encuentres a un buen samaritano imbécil que te aguante, pero créeme, lo único que logras con esto es seguir viviendo de la caridad, y ese no es un modo digno de vivir.
Sin decir más le abrió la puerta y le enseñó la salida para que se fuera, con la deuda perdonada, pero una imagen de él peor de la que solía tener. Si lo que quería era ser un atenido toda la vida, que así fuera.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Cuota atrasada
Era así por joderla y además estaba algo podrido por dentro, había algo que no acababa de colar dentro de él pero en esencia era un buen tipo, no como…bueno, no iba a comenzar de nuevo con eso, notaba que a veces se interesaba mucho en hacerla rabiar y evitaba darle muchas vueltas al asunto. Prefería creer que se debía a una serie de impulsos y no a una condición.
Tenían algo en común, él creía tener el mismo derecho que ella para comportarse como un tipejo. Porque así se comportaba ella, y no era justificación, era simplemente algo que compartían pero que Chee no querría admitir porque honestamente tenerla en frente le era tan placentero como pasar una tarde cosiendo con Adrien Morgan.
Continuaba ignorante el hecho de que Mina estuviese metida en aquella revolución que Jesse había armado, no tenía idea alguna de que quien creyó que era Bettina hubiese sido Mina. Él no era el más listo, tampoco sería el más exitoso de toda esa generación de estudiantes porque simplemente tenía otro tipo de habilidades, era un tipo muy básico, la vida no se le presentaba como una fuente de ambición continua.
-Ya, cálmate. Dime qué hago, como muestra de buena fe estaré a tu servicio hoy.-intentaba hacer una buena obra, darle un mensaje positivo para que supiese que no era tan mal tipo como ella creía. Puso los ojos en blanco antes de cerrar la puerta con una mano.-
Podía botarlo, finalmente era su negocio, el asunto era que sentía que iba a acabar pidiéndole otro préstamo. Lo que seguía sin entender era la necesidad que tenía de irritarla, le molestaba tomarla en cuenta pero le resultaba lo suficientemente atractiva como para justificarlo.
-¿De verdad te hace sentir así de bien el decirme que no será nada y que viviré como mendigo por siempre? Vaya forma de entretenerte, deberías buscar algo mejor para hacer. Como decirme a qué le pongo cobertura o como sea el término del negocio.
Tenían algo en común, él creía tener el mismo derecho que ella para comportarse como un tipejo. Porque así se comportaba ella, y no era justificación, era simplemente algo que compartían pero que Chee no querría admitir porque honestamente tenerla en frente le era tan placentero como pasar una tarde cosiendo con Adrien Morgan.
Continuaba ignorante el hecho de que Mina estuviese metida en aquella revolución que Jesse había armado, no tenía idea alguna de que quien creyó que era Bettina hubiese sido Mina. Él no era el más listo, tampoco sería el más exitoso de toda esa generación de estudiantes porque simplemente tenía otro tipo de habilidades, era un tipo muy básico, la vida no se le presentaba como una fuente de ambición continua.
-Ya, cálmate. Dime qué hago, como muestra de buena fe estaré a tu servicio hoy.-intentaba hacer una buena obra, darle un mensaje positivo para que supiese que no era tan mal tipo como ella creía. Puso los ojos en blanco antes de cerrar la puerta con una mano.-
Podía botarlo, finalmente era su negocio, el asunto era que sentía que iba a acabar pidiéndole otro préstamo. Lo que seguía sin entender era la necesidad que tenía de irritarla, le molestaba tomarla en cuenta pero le resultaba lo suficientemente atractiva como para justificarlo.
-¿De verdad te hace sentir así de bien el decirme que no será nada y que viviré como mendigo por siempre? Vaya forma de entretenerte, deberías buscar algo mejor para hacer. Como decirme a qué le pongo cobertura o como sea el término del negocio.
- Thomas Chee
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