Hidden

El mundo en sus manos. Esa era la sensación que experimentaba después de haber inhalado un par de líneas de coca. Sus músculos estaban relajados, su mente descansaba y la sensación era increíble. Daban ganas de bailar, de reír, de gritar, de follar, de anunciarle a todo el mundo que Laise Den Adel estaba mejor que nunca. Llevaba ya un par de meses consumiendo ya el producto de Zlatan Fleming y creyó que ese el momento de repetir otra vez. Tenía que admitir que el tipo era legal en lo que hacía, si le pagabas a tiempo no tenías problemas con él de ninguna especie, además que te brindaba algo de calidad y eso le traía satisfacción a la alemana. Esa noche hizo una pequeña fiesta en su habitación, trajo un par de botellas de licor e invitó a Stacy Jones, quién fue la primera en pasarle el dato sobre lo que venía el medio-croata.

Stacy Jones, rubia voluptuosa, con pechos generosos y una bella y resplandeciente sonrisa, también una de las épsilon más zorras de todo el campus, se decía que se había metido con todos los hombres de la fraternidad DIY, como un gesto de buena voluntad. Poseía la resistencia de un elefante, podría meterse 4 gramos de blanca en esa reconstruída y plástica nariz suya. Ella tocó la puerta, ataviada solo con su pijama. Nadie sabía de la relación secreta de estas dos chicas, claro, solo que eran hermanas épsilon y que se ayudaban en todo, como en este caso, ambas tenían tanto estrés que decidieron que lo mejor era pasarla bien entre las cuatro paredes del cuarto de la expresidenta.

Cuando llegó, la fiesta comenzó, ella puso un poco de música y comenzó a beber de una de las botellas, un whiskey de fuego añejo que Laise había tomado de su loft tiempo atrás, cuando su alcoholismo estaba en boga. Después de un rato, Laise y Stacy entraron a ese punto máximo en el que las inhibiciones no tuvieron cabida, ebrias y muy drogadas desencadenaron una pasión tan ardiente, tan demandante que lo único que pudieron hacer fue saciarla a base de caricias. La rubia la desvistió, montándose encima de ella, silenciando la risa de Laise con un apasionado beso para después tomar coca con su uña y meterla en su nariz de golpe. Laise hizo lo propio y también sucumbió ante ese deseo, besando sus pechos y volviéndola loca con un par de dedos debajo de su pantaleta.

Pronto vinieron los orgasmos múltiples de Stacy, que no dejaba de gemir y gritar el nombre de Laise en todo lo alto, sin embargo, una espantosa tos seguida de unas convulciones, terminaron con aquella imagen. La rubia cayó en la cama, retorciéndose y vomitando a raudales.

-¿Stacy? No me hagas esto, por favor…¿Stacy?... Mierda! … ¡¿Stacy?!-

Los nervios comenzaron a apoderarse de la alemana, veía a la otra joven convulsionarse y perder poco a poco los suspiros de vida que le quedaran. Laise rompió en llano y histeria sin saber que hacer hasta que todo se calmó. Los ojos sin brillo y la inmovilidad de la rubia indicaban que había muerto. Laise maldijo a los cuatro vientos y comenzó a golpear el cuerpo de la chica, pateándolo con toda su fuerza, gritándole, reclamándole y jurando que la odiaba. Al cabo de unos minutos, se sentó a su lado, recogiendo las piernas entre sus brazos y fijando su mirada en ella. ¿ahora que haría? No podía simplemente pedir ayuda por que podrían expulsarla y tampoco podría evidenciarse así con Violet, tenía que ser inteligente y pensar, se desharía del cuerpo ¿pero cómo? Solo se le ocurría una opción, esa opción se llamaba Adrien Morgan.

Luces parpadeantes, olor a formol y sustancias químicas, el sonido de una grabadora de fondo y solamente la firme voz del joven describiendo el estado en el que el cuerpo sobre la mesa de estudio se encontraba. No era la primera vez que Adrien Morgan permanecía en ese lugar a tales horas de la noche, en general prefería realizar los estudios del área de investigación de la medicina mágica por las noches, eso le ayudaba a administrar de una manera más fácil el poco tiempo que tenía para ello. Muchas personas ya le habían insinuado que dedicarle tanto tiempo a los múltiples trabajos que poseía iba a terminar por volverlo loco, lo que ellos no sabían era que esos trabajos precisamente eran quienes lo ayudaban a mantenerse en la tenue línea de la cordura.

Frente a él había un cadáver, frio, inerte, la sombra de algo que había existido alguna vez. Estaba terminando de cerrarlo para desecharlo en el horno crematorio, en realidad muchos de los cuerpos donados para la investigación terminaban ahí, eso porque algunos tenían virus extraños y era mejor mantener contenida cualquier enfermedad que pudiera propagarse. Él era un experto y muy cuidadoso al respecto, siempre formal, siempre con una rutina sumamente minuciosa, así era con todo.

Llevo el cuerpo hasta el horno y cerro la rejilla, tenía a lo mucho una hora libre antes de tener que sacar los restos. Observó su reloj, pasaba de la media noche; Adrien gustaba de pasar poco del tiempo que le quedaba con dos personas cercanas a él, Marcellus J. Lovecraft y Laise Den Adel, podía haberse dirigido a la habitación del primero, pero simplemente no quería molestarlo, prefería que fuera Laise quién tomara esa molestia por él, con ella no tenía ningún tipo de consideraciones.

Dejo su bata de medimago en la entrada, estaba vestido con un impecable traje negro de dos piezas, tomo su varita y conjuro un Aparicio para ir directamente hacia la fraternidad Epsilon Alpha Chi. Conocía a Violeta, algunas personas sabían de su extraña relación con Laise, podía entrar a la fraternidad como si nada y seguramente nadie haría preguntas, afortunadamente esa noche no había una sola alma en el campus o fuera de los dormitorios de las chicas, como si de alguna manera el universo hubiera confabulado para que todo sucediera como debía suceder.

Adrien se coloco fuera de la habitación, no escucho sollozos ni nada por el estilo, simplemente toco la puerta un par de veces tratando de no ser ruidoso, tampoco quería despertar a toda la fraternidad. Abrió poco después entrando, no imaginaba lo que iba a encontrar detrás de las paredes de ese cuarto.

Dentro de aquella habitación solo había sopor, la mirada perdida de Laise fijándose en el cuerpo inerte de Stacy, preguntándose a si misma cómo carajo deshacerse de la estúpida rubia que solo vino a morir a su habitación, maldita sea la hora en la que se le ocurrió invitarla, maldita sea la hora en la que tuvo que perecer, ojalá y ardiera en el infierno. Poco a poco aquella expresión de angustia se transformó en una de ira y desesperación, ya no tenía miedo, de cualquier forma la gente moría todos los días, lo único que quería era que nadie descubriera que ella estaba involucrada, eso era lo que realmente quería.

Se levantó de donde estaba y comenzó a girar a su alrededor, pensando cómo deshacerse del cuerpo, tenía que limpiar todo rastro de su compañía e inventaría su coartada en caso de que descubrieran su cuerpo, se sabía las leyes al derecho y alrevés, tenía que aplicar todo ese conocimiento a su beneficio. De pronto, la puerta sonó y ella presa del miedo volteó su cara hacia la puerta, solo para ver que justamente la persona que pensó que le ayudaría, apareció ahí.

-Adrien!! Yo…no sé, está muerta…estaba convulsionando y no supe que hacer….no sé! que hacer…- Se limpió rápido los restos de maquillaje y su boca que aún tenían algo de coca y restos del whiskey, había recaído nuevamente en aquel vicio que no le dejaba nada bueno. Seguramente el joven le odiaría, por que le había prometido no volver a caer, mantenerse sobria y seguir con su vida, a el no le gustaba que tirara su vida a la basura, al menos no así.

Tenía miedo, muchísimo miedo, no por el fallecimiento de Stacy, que para fines prácticos solo era una puta drogadicta más que perecía a causa de su descontrol, no, ella le temía a Adrien , a los alcances que tenía cuando estaba enfadado y no dudaba ni un solo minuto en que lo estaba, lo podía sentir y lo podía ver en su rostro.

-No me digas nada ahora, necesito que me ayudes a deshacerse de el estúpido cuerpo de esta imbécil…-

No se dormía hasta la una o dos de la mañana, siempre estaba pensando en una u otra cosa, siempre planeando alguna cosa pendiente o revisando los deberes del día siguiente. Esa noche no fue la excepción, de hecho había estado queriendo irse a dormir hacía un rato pero eran apenas las doce y ya se había acostumbrado a aquel horario que le dejaba sólo unas cinco horas antes del amanecer. Todo su intento de buscar esa noche un descanso más prolongado se acabó al escuchar unos gritos, o eso parecía ser.
 
Primero creyó que alguna de las chicas había tenido una pesadilla o que había entrado un animal a alguna de las habitaciones, estaba en pijama así que sin creer que fuese algo tan grave se dio el tiempo de ir a buscar su bata para cubrir lo que su ropa de dormir no dejaba fuera del alcance de la vista.
 
Dejó su cabello como estaba y sólo lo peinó con sus dedos mientras avanzaba, varita en mano, hacia el lugar de donde supuso que había salido el grito. Al parecer nadie más había escuchado el grito, tal vez sólo hubiese sido parte de su imaginación. Estaba dispuesta a regresar a la cama pero cuando notó la habitación de Laise con la puerta abierta se acercó, sabía que ella dormía con la puerta cerrada así que eso era algo raro.
 
Se acercó sin hacer ruido y quitando el Lumos que había conjurado con su varita al salir de su habitación, escuchó la voz alarmada de Laise y luego una voz masculina que le respondía. No reconoció aquella como la voz de Adrien así que supuso que estaba o bien con el navajo o con cualquier otro chico, después de todo no estaban en una relación formal o eso le dijo ella.
 
Iba a regresar a su habitación cuando lo último dicho por Laise la sacó de toda tranquilidad. Regresó sobre sus pasos y abrió del todo la puerta, encendió la luz sin preguntar antes y allí los vio. Estaban Laise, Adrien y una chica que reconoció como Stacy Wiesse, o más bien el cuerpo inerte de Stacy, en ese momento vivía en una feliz ignorancia que no la dejaba adivinar que estaba muerta.

-Laise, ¿qué sucede?-y esperaba una buena respuesta, su vida sexual no era problema suyo pero eso parecía más grave que dejar entrar a tu novio a media noche.-

Bill estaba ebrio, aunque no lo suficiente como para no saber dónde estaba la fraternidad de las Epsilon Alpha Chi para buscar a Violet. Estaba en el punto de la ebriedad en donde necesitaba un alma caritativa para poder hablar hasta que se le secara la garganta, desahogarse. Todos pensaban que el presidente alpha ya no sufría por gran cosa, se le veía bien, estudioso y responsable de sus muchachos pero había noches como esa en la que seguía perdiendo el juicio un poco, aunque no lo suficiente como para estar perdido o tirado en una banqueta, o esperando que alguno de los otros alpha lo levara a cuestas a su habitación presidencial.

Su ebriedad lo hacía caminar bien, hablar bien y saber lo que estaba diciendo, pero no le permitía notar que Violet podría estar dormida porque al fin y al cabo no era tan tarde. Por suerte la presidenta no estaba dormida, sino haciendo una especie de patrulla nocturna en los pasillos. Por un momento se le pasó por la cabeza dejarla ir y mejor buscar el dormitorio de Mina pero desechó esa estúpida idea y fue tras Violet, para entrar al dormitorio de Laise segundos atrás de ella.

-Wildenstein, deja de torturar a tus chicas con tus mandatos de…heeeeeey, Morgan.-Fue lo segundo que Bill vio dentro de la habitación.-Con que conquistando algunas EAC…ja…y dicen que los Nu no saben divertirse.-Lo tercero que vio fue a Laise que parecía hecha una pena y se rió, buscando el comentario hiriente de ocasión pero sin encontrar nada brillante que decir así que mejor calló.

Lo cuarto fue el cuerpo de la tal Stacy, con los restos del vómito en su boca y su ropa, la postura rara y todo lo demás, no era difícil reconocer la muerte cuando la has visto tantas veces…o cuando alguien muere de sobredosis y todavía tiene baba como de perro rabioso en las comisuras.

-Vaya, seguro que EAC pierde muchas aspirantes el próximo semestre, con todo y sus brillantes adquisiciones en este.-Dijo con burla y se recargó en el marco de la puerta, cruzando los brazos y mirando la escena entretenido, deteniéndose en Adrien más segundos que en las otras dos.

En realidad no esperaba encontrarse con un antro de decadencia cuando entro en el cuarto de Laise, el olor a alcohol, cigarrillos y otras substancias le llego directo a las narices a penas y puso un pie en la entrada, luego lo que capto su atención completamente fue la escena, la joven tirada en aquel lugar literalmente hundida en su propio vomito. Adrien no era una persona fácilmente impresionable, no era la primera vez que veía alguien muerto pero si en aquellas condiciones tan asquerosas, le dedico una mirada severa a Laise cuando se dirigió hasta él y simplemente cerro la puerta tras él.

¿Quieres dejar de gritar? Por dios… – Saco un pañuelo de su bolsillo y se lo llevo hasta la nariz, en realidad no podía decir que no lo esperara de Laise, ella buscaba la forma de destruirse a ella y los que le rodeaban, en otras condiciones Adrien simplemente se hubiera retirado de ahí y la hubiera dejado lidiar con las consecuencias, claro que no iba a involucrarse en una situación así, menos por alguien como ella, pero la entrada de Violeta lo hizo reaccionar de forma distinta.

Aspiro profundamente a través del pañuelo y luego le hizo una seña para que entrara seguida de Snyder, saco su varita y cerró la puerta. Podría inventarse alguna excusa más o menos creíble, pero no sabía si iba a funcionar correctamente.
Al parecer hubo un accidente. – Siguió la mirada de Billy y luego se concentro en lo que estaba sucediendo dentro de esas paredes, se acerco al lugar donde el cuerpo de la joven estaba tirado, con la mirada cristalina hacia la nada y el cuerpo palido haciendo algunas gárgaras y con los últimos espasmos post mortem. Solamente como protocolo Adrien se acerco y la tomo por la muñeca para encontrar su pulso inexistente.

Está muerta… – Solamente señalo lo obvio. Luego su mirada se dirigió hasta Violeta. – ¿Quieren que llame a alguien? ¿Que quieres hacer? – Ahora era Violeta quién tendría que decidir, obviamente todos los que estaban ahí en la habitación ahora eran de alguna manera sospechosos de aquella muerte, aun que no hubieran tenido nada que ver en un principio, pero aceptándolo la escena estaba muy mal, Laise estaba bajo la influencia de las drogas que había consumido y Billy estaba borracho, tendrían que crear una historia impecable o simplemente deshacerse del cuerpo.

Todo se vino abajo, sintió que el mundo caía justo a sus espaldas, primero por la llegada de Adrien, que aunque había pedido mentalmente su presencia, no dejaba de molestarle, por que sabía que de alguna manera estaba muy decepcionado de ella, en segundo lugar , la repentina aparición de Violet, esto hizo que Laise solo se enojara más con la situación y se llevó una mano a la frente, ahora la estaba involucrando a ella también. Lo que fue la gota que derramó el vaso fue Bill Snyder, ebrio y diciendo quién sabe que idioteces.

Se giró para ponerse algo de ropa encima, ya que solo estaba en pantaletas y se recogió el cabello en una coleta. Tenía un problema delante de ella, no quería joder a la fraternidad más de lo que ya estaba, sobre todo a Violet, debía ser muy cuidadosa con lo que hacía sobre todo con lo que estaba a punto de decirles, ni que decir de Snyder, aprovecharía cualquier oportunidad para joderla solo por que le era placentero y por que lo hacía como deporte.

-Me voy a deshacer del cuerpo, eso es lo que voy a hacer- Miró a Adrien y luego a Violet, ella era la presidenta, pero la alemana no podía darse el lujo de involucrarla en una penosa situación como esta, en donde claramente la culpa de todo era de Laise. El sanador solo era indispensable para que le ayudara a limpiar ese desastre y pensar alguna buena coartada, de alguna retorcida manera le tenía confianza.

No le iba a decir absolutamente nada al bruto de Bill, esperaba que fuera Violet quien contuviera al animal ese para que no dijera nada, después de todo aquello había sido en la fraternidad, frente a dos presidentes, si la delataban podría acusarles de complicidad, tenía la forma de que le creyeran, lo mismo iba para Adrien, pero no haría nada de eso, a menos claro que tuviera que hacerlo forzosamente.

-Pueden dejar los insultos para después, esa idiota solo vino a morirse aquí, acaba de joder todo…-

Se quedó mirando el cuerpo de Stacy y le dieron arcadas porque si no era suficiente con el hedor de su vómito tenía en frente toda la grotesca escena que le producía náuseas. Estuvo a punto de ir a ponerle una sábana encima cuando llegó Bill evidentemente borracho pero aún con la capacidad de movilizarse y de hablar con sentido.
 
-Cállate Bill.-más que una orden fue un pedido, quería pensar en lo que iba a hacer y aquel comentario sólo le hizo replantear en su mente por enésima vez que esto les podía costar más que caro. A diferencia de Adrien y Laise ella no creía acabar involucrada en eso por simplemente estar en el lugar, ese era un problema de ese par. De todos modos tenía que tomar una decisión en ese momento.-
 
Adrien parecía calmado como si aquella no fuese la primera vez que se veía involucrado en algo así, Bill parecía también acostumbrado a eso como si muerte así de perturbadora no les causase ningún tipo de miedo o sorpresa. No tenía idea de que ambos habían visto peores cosas en el sótano, no sabía que Laise en eso tenía menos culpa de la que alguna vez podría creer.
 
No, no, no. Primero explícame qué ha sucedido Laise, apestas a licor.-y se podría decir lo mismo de Billy pero él no estaba relacionado en el fallecimiento de Stacy, además siempre hacía esas distinciones con él sin importar su algo de justas tenían. Se quedó cruzada de brazos mirándola, esperando una respuesta.-
 
Instintivamente se colocó al lado de Billy, se sentía más segura ahí aunque no estuviese tomada de su brazo ni nada, sólo creía que incluso borracho la iba a cuidar bien o si no era así la sensación ayudaba a su tranquilidad.

-No vamos a hacer nada hasta que me lo digas, no me voy a embarrar por culpa de tus problemas. ¿Qué tienes en la cabeza?-ni siquiera quería estar dentro después de eso pero tenía la sensación de que acabaría siendo cómplice de todo eso, de que acabaría enterrando el cuerpo en algún descampado para asegurarse de que no fuesen tan idiotas como para arruinar todo. Ya hasta tenía un lugar ideal para hacerlo.-

Bill no se sentía en problemas, si alguno de ellos pensaba que estaba ya involucrado y era cómplice por las circunstancias, ya iba mal. Él podía salirse con la suya si se le daba la gana y limpiarse de todo eso, si se había quedado ahí era por curiosidad pero no sentía ni el nerviosismo más mínimo, era su palabra contra la de Laise y aun borracho no hacía falta ser científico para saber dónde pararía todo si la muchacha pensaba que tenía al toro por los cuernos.

Pero no dijo nada durante un rato considerable porque Vi lo mandaba a callar y Bill era muy obediente con las mujeres que le importaban, que eran cuatro en la vida, así que no insultó a nadie y se calló, escuchando que se iban a deshacer del cuerpo.

Para Morgan no sería difícil seguramente, tenía su puesto en el hospital, su entrada a la morgue, sus experiencias en el sótano, nada que no pudiera controlar. Bill, en cambio, solo estaba ahí por el show y ya que lo pensaba también por cuidar a Violet de ese par, porque sabía que eran una pésima compañía. Ya entrados, no entendía por qué Violet había aceptado a Laise de vuelta, él la hubiera mandado al carajo.  

Lo que no pudo evitar fue una risotada por la manera en que Laise hablaba de la pobre muerta, como una chica ruda sin sentimientos. Le causó tanta gracia que tuvo que taparse la boca para no hacer más ruido, viéndose como un niño que había crecido demasiado rápido.

-Vi, creo que es muy obvio lo que pasó. Hay gente que no sabe controlar sus adicciones y Laise debería volver a rehabilitación. Y sí, tienen que deshacerse del cuerpo.-Dijo Bill aunque la presidenta lo había mandado a callarse, solo decía la verdad, como los borrachos.

Curiosamente lo que sucedía en aquel lugar no lo asustaba en lo más mínimo, incluso se lo había dicho a Violeta con antelación, él solamente estaba esperando a que Laise llegara al pozo al que estaba seguro que iba a caer eventualmente y él lo iba a disfrutar. Solamente había estado en el momento indicado en el lugar indicado, ahora ahí viendo como de una manera desesperada les pedía, les rogaba que la ayudaran a deshacerse del cuerpo. En realidad todo eso era muy fácil para él, no era la primera vez que tenía que deshacerse de un cuerpo, Billy lo sabía, pero no por eso se lo iba a dejar fácil a la morena.

Adrien reviso la habitación solamente con la mirada, se encontró las asquerosas drogas que se estaban metiendo las mujeres, examino el cadáver y se dio cuenta que, en efecto la mujer había muerto ahogada en su propio vomito. Patético, ridículo, una de las formas más denigrantes de morir si le preguntaban, una muerte sin utilidad verdadera, como seguramente la mujer había sido durante toda su vida: inútil.

Cuando violeta indico que no iban a hacer nada hasta que Laise se explicara, Adrien dio un paso hacia atrás levantando las manos en son de paz, inocencia y se coloco al lado de ella simplemente esperando por la explicación que la morena tenía que darles. La situación le parecía inclusive graciosa en ese punto, un borracho como Billy explicando que había personas que no podían controlar sus adicciones. Era irónico que fuera él quién lo dijera, aun que no podía negar que a pesar de todo, Billy sabía hasta que punto actuar y que no bajo el influjo de las drogas, era un super poder ridículamente admirable.

¿Alguien más sabía que ella estaba aquí? ¿Alguien la vio entrar a tu habitación esta noche? Creo que lo mejor que podemos hacer es ir directamente con las autoridades de la universidad… No pueden dejar a una pobre joven tirada en cualquier lugar, por dios… Laise debe hacerse responsable de sus acciones… – Estaba mintiendo por supuesto, incluso había algo de ironía en su voz. En realidad nadie más que Billy en ese lugar se imaginaban de lo que él era capaz y las cosas debían seguir de esa manera.

Jamás había estado tan arrepentida, justo cuando pensó que nada peor podía llegar, estaba la mirada inquisitiva de Violet, decepcionándose una vez más de ella, el estúpido de Bill Snyder que ebrio aún no perdía el tino para joderle la vida y Adrien haciéndola sentir como una completa idiota por no saber manejar sus adicciones como deberían.

En ese momento nadie metería las manos por ella, se daba cuenta lamentablemente de que no tenía a nadie, Violet se decía su mejor amiga pero era la case de personas que no dudaban en hundirte si con ello ella lograba salir desapercibida. Bill estaba cortado por la misma tijera y además Laise jamás había sido santo de su devoción, la única persona que quizá podría ayudarle era Adrien tampoco tenía el mínimo deseo de hacerlo.

-¿qué quieres que te diga, Violet? Me embriagué como la alcohólica que soy y me metí cientos de gramos de coca por la nariz ¿contenta?...No quiero mezclarte más en este asunto..-

Poco a poco los efectos de la cocaína terminaron, ya no estaba tan agresiva y ahora revaloraba todo con miedo. Si no la ayudaban estaba bien, se encargaría de hacerlo sola, lo que sí podría significar que su vida estudiantil fuera arruinada era que alguno de los testigos abriera la boca de más.

-No, nadie sabía que estaba aquí y nadie la vió…- dijo con molestia en su voz. Si pudiera le escupiría al cuerpo de la estúpida Stacy, que lo único que hizo fue ocurrírsele la brillante idea de morir en su habitación. -Sí, si puedo y lo haré, ha habido muchas desapariciones últimamente, pobre Stacy es una lástima que se la hayan llevado…- respondió con lo que sería la coartada para no salir mencionada en los periódicos. Arrugó el gesto rápido cuando notó la ironía en la voz de Adrien y prefirió guardárselo para sí.

-Pero hagan lo que quieran, ya no importa. Avisen a las oficinas de Rectoría o lo que se les de la gana…- Del buró de su cama, tomó su varita y comenzó a jugar con ella, pasándola por los dedos de su mano, se volvió a sentar en la cama, mirando con profundo odio a todos, en especial a la muerta.

-Fregotego-

Ni recordaba la conversación con Adrien, más bien la recordaba pero no la asoció con eso, no cruzó por su cabeza lo mucho que podía estarlo disfrutando. La idea de que matase a alguien no le resultaba del todo repulsiva o tendría que negar a su propio hermano, lo que le parecía totalmente estúpido era que lo hubiese hecho en la fraternidad.
 
-Eres una estúpida.-le tiró una bofetada con toda la fuerza que pudo concentrar en su mano, esperaba fuese la suficiente para sacarle del cuerpo la maldita borrachera. Maldita enferma.  A toda luz era actitud parcializada la que tenía con Laise cuando a Bill hasta le guardaba siempre un pomo de poción para la resaca por si lo necesitaba. No soportaba verla, quitó la mirada de su hermana de fraternidad y cruzó los brazos antes de ir de nuevo cerca de la puerta.-
 
Bill tenía razón, siempre la tenía de algún modo o simplemente en ese momento la hacía sentir lo suficientemente segura como para haber formado ese espectro de verdad en su mente.
 
-Sé a dónde podemos llevarla, una aparición bastará. Hay que ponerla en algún vestido viejo de Laise para usarlo de costal, no creo que tengamos algo mejor a la mano.-sería al lugar en donde Darius enterró a Abigail, era arriesgado porque no quería toparse con el cadáver de la ex novia de Jude por un simple error de coordenadas pero no tenía idea de a dónde más se llevaba a los muertos indeseables.-
 
Cruzó la habitación para buscar entre la ropa de Laise y encontró un vestido de un color particularmente odioso, era entre amarillo y anaranjado, a ella jamás le gustó. Hasta le estaría haciendo un favor al deshacerse de él, lo sacó sin mucho cuidado del colgador que lo sostenía y lo echó a la cama esperando que comenzasen a meterla ahí. Realmente apestaba.

-Adrien, tú vas a tener que llevar a Laise y también al costal. No aguanto su olor, además con la borrachera Laise va a acabar desmembrada si intenta una aparición.-confiaba en Adrien pese a todo, confiaba en él por elección y porque ambos lo necesitaban de algún modo. No confiaba lo suficiente en Adrien con Laise al lado, de alguna forma parecía enervar aquella vena maldita que llevaba el Nu, si iban a eliminar el cuerpo tendría que verlo con sus propios ojos para que se haga bien.-

Se quedó cruzada de brazos esperando que Laise moviese el cuerpo, el hechizo lanzado por la alemana limpió hasta el vómito que estaba sobre el cuerpo de Stacy pero continuaba causándole repulsión el olor que parecía querer delatar lo que había sucedido allí. Volteó a ver a Bill, no quería inmiscuirlo pero necesitaba que fuese, se lo pidió con un gesto porque no se sentía tranquila dándole la espalda a cualquiera de los otros dos.

Bill se quedó escuchando toda la conversación cruzado de brazos y recargado en la pared, pero cerca de Violet. Se le estaba bajando la borrachera solo con el espectáculo. Como se lo esperaba, Adrien comenzó a dar soluciones, pero le provocó una sonrisa que al final terminara por insinuar que debían avisar a las autoridades competentes, sonrisa que se ensanchó aun más por ver a Violet soltarle esa bofetada a su hermana epsilon que cada día era más un lastre muy jodido.

-¿De verdad, Violet? ¿Tu solución es dejar que una de tus hermanas termine en cualquier lado como si no fuera nada ni nadie? Que bajo han caído las Epsilon desde el mandato de Laise, ahora deja que esos mismos errores sigan cayendo sobre tus hombros. Haz lo correcto, no seas cobarde.

La estaba manipulando y estaba siendo un hijo de puta porque no quería que Laise saliera bien librada de eso, ni que Vi se ensuciara las manos con algo que no le corresondía. Bill había sido muy claro con Laise aquella ocasión en el restaurante, que si le daba la espalda y no escuchaba sus advertencias en ese momento, entonces se encargaría de que su vida fuera un infierno cada que pudiera. Ahí tenía una grandiosa oportunidad.

-Yo no estoy de acuerdo en la mierda que están haciendo. Y como sea ya estoy involucrado. No voy a tirar a Jones a la tierra de nadie como si sus papás no hubieran hecho suficiente por la universidad y por tu fraternidad. Piénsalo bien, Violet. En cualquier momento, si no hacen las cosas a la perfección y esto se sabe, la primera hundida vas a ser tú. -Encogió los hombros y dejó el argumento al aire.

Ver a Laise con esa desesperación en su voz tenía su encanto, no podía negarlo. Mientras la mirada opaca de la muerta cubierta en su vomito estaba sobre el techo y las excusas y palabras seguían fluyendo entre las épsilon Adrien solamente rodo los ojos y con la ayuda de su varita comenzó a envolver el cuerpo en las sabanas inmundas, no iba a tocarlo, no era un idiota tampoco, sabía los procedimientos en ese tipo de situaciones.

Lo que si lo hizo girarse y casi soltar una carcajada fue el golpe que Violeta le dio a su hermana de fraternidad, era muy interesante como se llegaba a conocer la verdadera naturaleza de las personas cuando tenían miedo, lo peor, lo más bajo y ruin estaba ahí y en esas dos, por más que quisieran guardar el temple, se podía leer fácilmente el miedo en sus rostros.

Violet, yo no voy a cargar ningún cadáver, ni siquiera lo pienses… – Sentencio antes de que Bill comenzara a sacar todas esas ideas de la honestidad, el valor de un miembro de fraternidad y todas esas cosas de chantaje emocional que bien funcionaban con las personas, con él no porque le venía valiendo menos que nada Stacy, Laise o el problema en el que las épsilon fueran a meterse.

Hay que tener prioridades en estos momentos. Ninguno de nosotros vamos a salir manchados con esta situación y por culpa de una drogadicta que busco su propia muerte. Lo que podemos hacer es dejarla en otro lugar, con las drogas y que su familia se encargue de encubrir lo que fuera que estuviera haciendo.

Le lanzo una mirada rápida a Laise, luego se cruzo de hombros.

Debo concordar con Snyder, Violet, en estos momentos ¿Cuáles son tus prioridades? Debes elegir… pero si decides que vas a desaparecer a esta mujer, no cuentes conmigo para ir a escavar en cualquier lote baldío donde sea que tus conocidos oculten sus cadáveres…