Maker's Manhattan

Era ridículo, casi insólito, que con todo lo que estaba pasando en el mundo, pero sobre todo en los estados unidos, había cosas que no cambiaban entre la sociedad. Una de esas cosas eran los eventos de alto altruismo, política, así como sociedad. Nicole no entendía del todo como es que terminaba enredada en este tipo de cosas, con todo el perfil de nerd que posee verla en una fiesta de pre-campaña electoral no era algo común, pero su familia era parte del ministerio y con su padre haciendo negocios internacionales en el mercado, tuvo que hacer acto de presencia.
 
No tenía una gran opinión sobre Alana Aterberry, quizá porque no se metía tanto en política como sus primos u otros interesados, la realidad es que la mujer no le parecía desagradable simplemente… no le interesaba.
 
Por ejemplo, en ese momento su interés estaba en el coctel manhattan que el bartender le estaba dando, la copa de cristal ancho hizo un sonido interesante cuando ella recorrió su índice por el filo, haciéndola sonreír en el proceso. Se acomodó el cabello con una mano mientras la otra sostenía la copa y antes de beber se detuvo, haciendo un gesto de inconformidad.
 
"Cerezas," dijo en voz baja, notando que su coctel no tenía cuando había pedido dos en este. Levantó la vista a ver a todos los invitados, hijos de políticos y asociados, incluso había algunas de sus compañeras de facultad, pero Nicole no estaba del todo cómoda en el evento realmente, su intensión al salir del circulo a pedir una bebida había sido distraerse. 

Suspiró largamente, dejando la copa sobre la barra, mirándola con desilusión. El discurso de propuesta de campaña de Alana había sido largo y tedioso, mucho se enfocaba en seguridad y restauración. Nicole entendía la intención, después de todo había una guerra allá afuera, las intenciones de la mujer eran nobles… por eso mismo Nicky no podía entender porque sentía que eran actuadas.

Giró los ojos, su manhattan necesitaba esas cerezas si es que iba a sobrevivir la noche.

{Cocktail party Nicky}

Noah estaba en esa reunión social de Alana por que era su tía y su padre estaba demasiado metido en su campaña electoral, aun que aun faltaran siglos para la votación del nuevo presidente mágico, pues su tía ya estaba poniéndose manos a la obra para mantener a sus votantes, que con la ola de inseguridad y atentados pues si estaban al filo del peligro.

Noah por supuesto no estaba solo, estaba ahí platicando con la hija de un político importante, en la revolución su papel era simple: él encontraba secretos para los rebeldes, desde planes del congreso hasta movimientos políticos importantes, era el quién daba la información de primera mano. Pero claro que esos secretos no venían fácilmente, había estado trabajando su relación con esa chica desde hacia varias semanas, le había dicho algunas cosas de su padre y su estúpida opinión privilegiada contra los rebeldes, eran ese tipo de cosas que él tenía que soportar. Claro que luego que la chica quiso escuchar más de cerca el discurso de Alana, Noah tuvo que dejarla y mejor ir a conseguir algo de beber.

Estaba ahí en la barra precisamente cuando a su lado escuchó una pequeña vocecilla y sus ojos se dirigieron hacia Nicole Lovecraft. La conocía por que era más o menos de su edad y por que todos en Salem se conocían de alguna manera, también por que los Lovecraft tenían su fama dentro del colegio.

Inmediatamente que la vio le causo curiosidad saber si esa familia estaba apoyando también a Alana Aterberry, había personas importantes en la sociedad con su apellido, tendría que averiguarlo.

-¿Está todo bien? Parece que quisieras estar en cualquier lugar menos en este. Soy Noah, hola.

Movió la copa de vuelta a la barra justo cuando una voz masculina la distrajo de su intención sobre pedir ese par de cerezas que no había obtenido con su bebida. Se lamió los labios, dirigiendo su atención al joven que le había hablado y parpadeo un momento antes de registrar que era lo que le había dicho.
 
"Nicole, mucho gusto" respondió de manera educada antes de sonreírle y tomar la copa de vuelta, "Podría decir que cualquier otra parte sería más apetecible pero la noche no ha sido tan terrible."
 
Se giró en su asiento, levantando la cabeza y haciendo un gesto hacia una pareja que estaban en la esquina, ambos con más de unos cuantos cocteles encima. El hombre parecía listo para devorar a la mujer que tenía en frente, "¿Crees que recuerde que está casado? Me parece que su esposa está hablando con Alana."
 
Parecía genuinamente curiosa de saber aquello, no lo decía por chisme o malicia, sino total aburrimiento. Le dio un trago a su coctel, saboreando el licor y sonriendo entre la orilla de la copa hacia Noah, "¿Me dirás que tú estás disfrutando la noche? No creo que sea el caso, pareces demasiado encantador como para estar pasando el tiempo saludando a un grupo de señoras que probablemente te digan lo buena pareja que harías con alguna de sus hijas, ¿Cuántas veces te han dicho eso el día de hoy?"
 
La honestidad y tranquilidad con la que hablaba daban a entender que claramente se lo estaba preguntando en serio, no había ni una onza de burla en su tono o sus palabras, de hecho hasta sonaba interesada en el tema.
 
Levantó la mano con la que no estaba sosteniendo la copa e indicó con dos dedos antes de hablar, "Al presentarme, dos amables mujeres me han dicho que sus hijos me amarían… creo que no saben que estoy con ellos en clase y ambos están más interesados el uno con el otro que con cualquier chica… como es que sus propias madres no se han dado cuenta, no tengo idea."
 
Se encogió de hombros, justo cuando el hombre ebrio besó a la mujer que no era su esposa en la mejilla, muy cerca de los labios, "Oh, una más y se irán a otra habitación."