Primera ronda: Kauffman vs Paxton-Beesley

Quién decía que las Theta Phi Alpa no sabían defenderse estaba muy equivocado y para muestra Layla. Las gradas del lado derecho estaban abarrotadas de jovencitas ataviadas de rosa y con letreros de la fraternidad, del lado izquierdo "los sin fraternidad" y uno que otro incauto que venía solo a observar.

Sonrió a ambas al verlas subir a la tarima.

Bienvenidas. Se saben las reglas: nada de animales, nada de maldiciones y, por favor, no hagan explotar nada -lo último no era parte del reglamento y era evidente que solo estaba bromeando. Bromeando en serio-. Estrechen sus manos y pueden comenzar.

Iniciativa: Layla

Le gustaba mucho que sus hermanas estuvieran ahí apoyándola, la hacían sentir muy bien. Tener su apoyo le animaba más a ganar el duelo. No conocía a la chica con la que se enfrentaba y si la conocía, no se acordaba bien de ella, pero en ese momento era lo de menos. Quería ganar por orgullo aunque nunca había sido la mejor de las duelistas. El curso pasado se había inscrito y solamente había pasado la primera ronda, sería muy que esta vez no pasara ni esa. Le dedicó a su árbitro una sonrisa y a Krasava también, ensanchándola un poco más. Estrechó su mano y dio tres pasos hacia atrás. Trató de ser la más rápida y su primer golpe fue el mismo con el que siempre abría los duelos cuando estaba contra otra chica. -Furnunculus

Su madre le decía que su poco interés por las clases lo compensaba siendo intensa y terca, eso era lo que la había llevado a estar en la Universidad y a haberse metido al club de duelo, para ella no era una simple moda que ahora todos parecían compartir, tampoco una lucha eterna por llenar un vacío infantil con victorias juveniles, se trataba más bien de que realmente le gustaban los duelos y que le ayudaba a descargar un poco aquella violencia ahogada que llevaba dentro.
 
A Layla la conocía de algún saludo casual o por medio de algún amigo, recordaba haberla saludad y todo pero no recordaba haber sido su amiga como lo era con Mina, Elliot o Kitty. O con nadie en realidad. Su árbitro era Wednesday Suberland y eso podía jugar en contra suyo, había tenido un enorme crush con ella durante mucho tiempo y ahora que la tenía cerca parecía ser más bonita incluso.
 
Escuchar vitorear a las Theta le daba ganas de golpearlas, no a todas, más que golpearlas mandarlas a callar con un grito y un buen insulto. No lo hizo porque le tocaba ya saludarse con Layla y hacer las formalidades de turno. El hechizo ya lo tenía pensado.
 
-Tragababosas.

El hechizo de Layla es bueno, pero no lo suficiente para detener a su contrincante. La cara de Krasava comenzó a llenarse de los forúnculos más asquerosos que su árbitro había visto jamás, incluso se tapó la boca para disimular un poquito. Esa clase de hechizos le provocaba un asco infinito pero se aguantaba.

Algunos de los forúnculos de Krasava eran dolorosos, pero no lo suficientes como para interrumpirla y dejarla incapaz de proseguir; sin embargo, tal vez se había visto reflejada en las gafas de sol de alguna de las Theta por que de su varita no salió nada, ni la más mínima chispita (pifia, grado 20).

Wednesday no dijo nada y se esperó a que las dos continuaran. Los granos de Krasava crecían e incluso los que estaban en el párpado le comenzaron a dificultar su visión.



Layla: (1//1)
Krasava: (0//0) Con la cara llena de granos asquerosísimos y duelen por este turno. -1 en destreza e inteligencia por el siguiente turno.

Iniciativa: La primera en postear

Layla era una perra, el sentir su cara llena de forúnculos la hizo tocarse el rostro con cierta desesperación, no con asco pero finalmente el tener eso en la cara a nadie le gustaba. Miró a Wednesday de reojo y seguramente se veía horrible porque la linda Suberland apenas la miraba, Layla era una maldita, así Wednesday jamás aceptaría siquiera salir con ella. Los de la nariz eran los peores, al hacer una mueca sentía dolor, no uno que la inmovilizara pero sí uno muy molesto.
 
Debía verse como un maldito monstruo, por si fuese poco de su varita no salió ni una chispa y las Theta estaban tan insoportables como siempre, jodiendo. Apenas acabase allí iría a ver si eran tan matoncitas con ella en frente, esas se creían las reinas del mundo, ojalá Kitty le hiciese caso y sacrificase a la mitad de sus hermanitas.
 
Maldecía a Layla porque ya hasta su párpado lo sentía pesado, era un maldito forúnculo y acabó por cerrar el ojo afectado para no ver distorsionada a Layla, quería romperle la cabeza o algo más. Era un odio intenso que le duraría lo que el duelo, pero no por eso era menos intenso.
 
-¡Engorgio!-apuntó directamente al pecho de ella pero esperando que la desviación de su visión hiciese que el hechizo se fuese ligeramente hacia la izquierda, a su brazo para que no pudiese ni sostener la varita.-

Sonrió con satisfacción porque no lo pudo evitar. No quería ver a todas las chicas del mundo llenas de pústulas para ser la reina pero era gracioso ver a Krasava en ese estado. Además se le iba a pasar el efecto, no iba a ser feísima para siempre, aunque esperaba que alguna de las Theta llevara una cámara.

Los ánimos de sus hermanas la llenaban de todavía más ánimo a ella, por eso sonreía sin parar, pero tampoco se confiaba porque sabía que en cualquier momento el duelo podía dar un giro si no se ponía lista. -Depulso- conjuró con todas sus ganas con la esperanza de tener otra vez buena suerte.

A pesar del dolor en sus ojos y el olor de los forúnculos en la cara y en todos lados, Krasava logro conjurar antes de que la vista se le nublara por completo; el impacto fue flojo y mediocre, tanto que Wednesday consideró no contarlo como punto hasta que dio muestras de haberlo hecho. Incluso más rápido que Layla.

Los senos de Layla comenzaron a crecer hasta que duplicaron su tamaño, después más y más y más hasta que no pudo ser capaz ni siquiera de mirarse los pies; aproximadamente y, a ojo de buen cubero, estaba cargando alrededor de cuatro kilos entre ambos. Si la sola idea de ver a una Theta Phi Alpha batiéndose en duelo había hecho acudir a los Alpha por la cantidad de chicas que encontrarían, el entusiasmo incrementó cuando no solo era una Theta Phi Alpha sino una Theta Phi Alpa de senos enormes.

Más impactante que eso (aunque no parecía) fue el hechizo de Layla. Le dio de lleno mientras su cuerpo crecía en su oponente ((crítico! grado 94. No puedo creerlo O_O)) y, no solo eso, fue tal la fuerza del impacto que Krasava fue empujada varios metros hacia atrás, elevándose en el aire, y golpeándose con el borde de la tarima fuertemente. Algo se le rompió. (11 pvs de daño)

Fueron las Tetas. Sus tetas lo hicieron, Wednesday giró hacia la audiencia al escuchar las palabras del chistosito. Estuvo a nada de soltar una carcajada por que por un segundo Layla lució como una guerrera de esas que aparecían en las revistas animadas que su hermano leía.  

No sea tonta Layla, ¡ataquela! El duelo es suyo, no se distraiga con... sus cosas -Wednesday estaba segurísima de que aquel ya era el último turno.



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Layla: (2//2) 22 pvs (Tienes -1 en destreza por las chichis y en sabiduría por el siguiente turno)
Krasava: (1//1) 12 pvs (Todo te duele, pero puedes seguir, los granos ya comenzaron a desaparecer)

Iniciativa: Layla y sus chichis.

Layla no podía decidirse entre si lo que pasaba en el duelo era una bendición o lo peor de las peores cosas. Cuando le empezaron a crecer las tetas se sorprendió mucho, ¡hasta sentía que le dolía la espalda o que se iba a ir de boca! le dio miedo que le fueran a explotar o algo. De todos modos hizo lo que pudo para no desconcentrarse y funcionó porque Krasava salió volando más feo de lo que la misma Layla esperaba. Layla sentía un poco de compasión, pero sí se estaba distrayendo mucho con su operación express. Volvió en su cuando la árbitro le dijo que no fuera tonta y no se distrajera, que el duelo era suyo. Eso la hizo sentir muy bien, por eso alzó su varita y esperó que ese duelo terminara ya, por el bien de Krasava a la que seguramente ya le había tronado algo.--MOCOMURCIÉLAGO-Estaba muy entusiasmada por todo eso pero ya quería que su cuerpo volviera a la normalidad.

Ya estaba desesperada, nada funcionaba y como si fuese poco los enormes senos de Layla la distraían, ¿quién podía no verlos? Estaba tentada a ponerle un billete de diez dólares en la blusa e irse, pero ese fue un pensamiento tonto que le cruzó la mente. No quería desconcentrarse pero con esas cosas en frente era imposible.
 
Tuvo que buscar fuerza en lugares inéditos, tuvo que intentar concentrarse porque si eso iba a acabar que acabase ya. Le dolían los forúnculos que tenía en la cara, aunque más que dolor era un ardor, era una sensación incómoda, al tocar su rostro sentía como si se hubiese picado con una aguja.
 
-¡Bombarda! -que acabase, que acabase ya.-

En vista de la huelga laboral, se hará la última tirada y el ganador se decidirá por el mayor número de impactos. Gracias por su paciencia. 


Ambas fallan en sus últimos hechizos, Layla no logra conjurar nada distraída y Krasava tampoco tiene la suerte de que su varita saque gran cosa más que chispas multicolor, pero el dolor le impide a Krasava continuar y el duelo queda en manos de Layla. 

Layla 2//2 = 20 galeones y 50 puntos de experiencia 
Krasava 1//1 = 20 galeones y 12 puntos de experiencia.