Salida pendiente

Apenas tenía un par de día de haber regresado a la academia, las cosas no eran como antes por distintos motivos, pero no había razón para simplemente desaparecer de la vida normal. Tenia mucho más por delante y no se iba a dejar vencer tan fácilmente, así que por el momento había que disfrutar.
Estaba caminando por delante de aquella fraternidad cuando sus ojos se desviaron a cierta chica que caminaba como si el mundo fuera suyo y la tierra tuviera que abrirse a su paso. 

Sonrió sin poder evitarlo, aquello era tan típico de Madison y había llegado a extrañar a aquella joven que era todo un caso y su último encuentro había terminado haciéndolo sangrar y gritándole quién sabía que tantas cosas, además, él le había prometido una salida y ahora era tiempo de cumplir su promesa. 
Se acomodó el cabello y caminó con paso firme hasta la sala de estar de la fraternidad, aún era Alexander Bloodworth, joven de una gran familia y con un próspero futuro a donde caminar. Era el chico más guapo de la academia y por el cual se morían más de una. Así que seguía imponiendo respeto en ese lugar y las personas abrían paso para que el Nu pasara. 

Cuando llegó a la sala de estar, pidió a una joven llamar a Madison y esperó pacientemente a que ella hiciera su gran aparición. 
Cuando la vio bajar le sonrió de medio lado y alzó una ceja.
-Creí que no bajarías, preciosa... Anda, tenemos una cita pendiente ¿No? Podemos tenerla ahora, es viernes por la noche y estas en la fraternidad, así que no tienes pretextos -dijo encogiéndose de hombros y viéndola esperando una respuesta de su parte.

Era el viernes mas liado que tenia. Había estado discutiendo con su madre en el hospital luego de que la interceptara en los pasillos camino a la habitación del medio croata. Al parecer ella no quería que siga frecuentándolo ni allí ni en otro lado. Al final tuvo que salir con ella del lugar para que no armara un escándalo de porque miembros de su familia no podían cometer tales atropellos a la vida, a la sociedad misma. Algo que quizá meses atrás le hubiera interesado más de no ser por todo lo que venía pasando y que no podía ignorar.

Como sea no volvió al hospital luego de esa charla porque estaba muy enojada y también porque ese día no iba a poder quedarse por la noche. Acababa de prometerle a la señorísima Elisa Merteuil que estaría en casa para cenar junto a ella y sus abuelos, algo que no la entusiasmo demasiado. Así que para quitarse tensión se fue de compras. Regreso a su fraternidad cargada de algunas bolsas pero justo cuando logro ponerlas todas sobre la cama alguien le aviso que en la sala de estar la esperaba Alexander Bloodworth, algo que no creía.

Pensó querían burlarse de ella pero rápidamente la curiosidad la hizo ir en su búsqueda y allí lo vio, bien plantado como si fuera un maniquí de galería. Esa mirada y esa sonrisa eran inimitables. ▬ Ver para creer. Alexander Bloodworth en la fraternidad Delta, ¿acaso ahora que ya no eres presidente de la tuya no te importa dónde te vean entrar? ▬ sonrió de igual manera que él cuándo lo tuvo en frente.

Algunos de sus compañeros no pasaron desapercibida la visita y se notaba por los murmullos. Después de todo ver a un Nu en ese lugar no era cosa de todos los días. Menos si era tan guapo o hasta hace poco había ocupado un cargo tan importante entre los suyos. ▬ No se lo de la cita, Alex. Han pasado algunos meses y quizá deba sentirme ofendida que hasta ahora te acuerdes de esa deuda. Además tengo planes para esta noche  ▬ se giro para darle la espalda haciéndose la importante. Al mismo tiempo se tomo sus segundos para meditar. Esa era la oportunidad perfecta para evadir su compromiso en casa.

Y ahí estaba ella, creyéndose tan importante como siempre y con aquella superioridad que la caracterizaba. Continuó con su sonrisa plantada ene el rostro mientras ella hablaba y decía tales cosas hasta que por fin tuvo una pequeña oportunidad de hablar. Se encogió de hombros ante sus palabras sobre su ex puesto y negó con la cabeza, esa joven sabía exactamente donde enterrar el dedo en la llaga para molestar a las personas, pero Alex no le daría el gusto y, hasta cierto punto, le parecía interesante toda la atención que ponía sobre él para tomarse el tiempo de conocer aquellos chismes. 

-Nunca me importó demasiado dónde me vieran entrar, tal vez no me conocías demasiado bien -dijo como si aquella fuera la respuesta más sensata y volvió a encogerse de hombros. Se había hecho a la idea de no tener su puesto por un tiempo y de las burlas o comentarios cizañosos que tendrían lugar cuando él pasara cerca de algunas personas, así que era mejor entrenarse con Merteuil. 

-Si quisieras sentirte ofendida entonces no habrías bajado a verme, Madison... Aunque bien pudo haber sido solo por ese gusanito del cotilleo y entonces yo debería sentirme ofendido por eso -se adelantó unos pasos para quedar cerca de ella y se inclinó para hablarle al oído -Así que ahora eres tu la que me debe esta cita para compensarme que solo quieras verme para comprobar quién sabe qué -dio la vuelta para quedar frente a ella y le extendió la mano para que la tomara- Así que puedes llevarme a esos grandes e importantes planes que tienes.. Seguro podemos hacerlos divertidos

Tenía muy claro que jugar con él era cosa que quizá podía ser peligrosa. No lo conocía a profundidad y técnicamente no eran amigos. Por lo tanto no sabía hasta que punto podía llegar su paciencia si jugaba a ser intrigosa en su cancha. Claro, la cancha ahora era la suya, estaba en su fraternidad y quisiera o no que la vean charlando con él podía traer desconfianza en sus nuevos "camaradas", ahora que se supone llevarían la fiesta en paz por los planes a futuro que ya habían discutido. Debía ser cuidadosa para no arruinar su participación.

Eso más que nada ocupo su mente aquellos segundos que divago falsamente entre sentirse ofendida. Era obvio que no lo estaba y solo actuaba porque así era ella, dramática por excelencia y él lo sabía más después de aquel incidente en la piscina. A pesar que allí el drama fue verdadero, aun no lo olvidaba. Igual lo escucho y por haber estado pensando en lo otro un leve sobresalto invadió su cuerpo cuando le hablo al oído tan cerca desde atrás. Justo iba a voltearse pero le gano la mano poniéndose ahora en frente. Sabía cómo descolocar a una persona fácilmente así que le dedico una mirada un tanto recelosa por eso.

▬¿Yo deberte una cita? debes estar soñando... Aunque pensándolo bien, no es mala idea▬ se cruzo de brazos volviendo a plantar en sus labios esa sonrisa que decía que nada bueno podía estársele ocurriendo. Precisamente dejarle a Madison la decisión de alguna cosa no era bueno y quizá él no estaba enterado. Camino rodeándolo lentamente y se mordió con ligereza el labio inferior tras tener ya claras las cosas o al menos una parte porque ella era de las personas que solían dar giros inesperados en todo.

▬Ya se a donde llevarte. Pero la pregunta es, ¿tienes las suficientes agallas para aceptar aun sin que te lo diga? Podría ser una trampa para dejarte en ridículo y Miles se enojaría contigo▬ se volvió a poner delante de él, observándolo fijamente como si lo último que pudiera aceptar fuera un "no" como respuesta. Hasta le sacudió un poco el hombro como si tuviera polvo. Apelaba a un juego de palabras sencillo para sacarle el "si" definitivo. No creía que con eso podía intimidarlo pero era divertido sembrar la duda y ver su reacción.

-Lo que Miles piense me tiene sin cuidado -dijo encogiéndose de hombros y restandole importancia a aquella "amenaza". Nunca le había tenido que rendir cuentas a nadie y no empezaría ahora, menos aún con Selvaggi. La miró mientras lo rodeaba y negó con la cabeza, no solían gustarle aquel tipo de juegos, o al menos él era quien hacia aquellos juegos. 
Dejó que le limpiara la tierra invisible de su camisa y alzó una ceja mientras usaba una mano para levantar el mentón de la joven y pellizcarlo suavemente. 

-Creo que si logré sobrevivir a tu ataque de locura aquel día en la piscina, podré sobrevivir a lo que sea... -se encogió de hombros y sonrió de medio lado. Recordar ese momento solo lograba divertirlo cada vez mas. Tenía muy claro que Madison era una chica que necesitaba cierta atención para sentirse mucho mejor y no era factible el hacer algo para molestarla ya que no quería volver a sangrar.

Tomó ambas manos de la joven y las puso a los lados de la chica para después dar un paso hacia atrás. Se sobó el mentón y dio una mirada hacia los chismosos que estaban alrededor. Adoraba aquella atención, después de todo continuaba siendo un Nu y Alexander Bloodworth. Le sonrió a un par de chicas que lo miraba y después regresó la mirada a la joven frente a él. -Lo que no se me da es andar suplicando, mi preciosa Madison. Si quieres salir conmigo entonces te espero fuera de aquí en 15 minutos, para que puedas arreglarte, aunque... -se acercó a susurrarle al oído- Así te ves preciosa -dijo cerca de su oreja y después le dejó un beso en la mejilla. Así que dio media vuelta y se dirigió a la salida -Te espero en 15, Merteuil -Sin esperar respuesta salió de la fraternidad, en espera de la joven.

Retiro el rostro cuando la tomo del mentón de aquella forma. Recordar ese día lejos de molestarle la hacía sentir algo tensa. Si, necesitaba atención pero hasta ahora nadie podía entender de qué tipo exactamente. Igual no le dijo nada hasta que lo vio marcharse fuera de la fraternidad. Solo le dio 15 minutos, ¿Quién se creía? Ya ni Zlatan la limitaba así. Definitivamente el Nu era de lo que ya no había. Cruzada de brazos se fue a su habitación y suspiro.

Al llegar suspiro largamente. ¿Qué iba a lograr saliendo con él? No lo tenía claro pero quería hondar mucho al respecto. Hasta hace nada había acumulado mucha bronca por el tema de su madre y el medio croata, y quizá era bueno distraerse un poco de todo lo que hasta hace días se había vuelto una rutina espantosa y desgastante. Se arreglo solo un poco y decidió salir a su encuentro, poniendo un encantamiento para que nadie entrara a robarle.

▬Lista▬ se acerco a él haciendo una leve mueca infantil que a decir verdad no fue su intención soltar. En eso apareció un elfo frente a ellos, era de su familia. Madison lo miro y negó con la cabeza. Sabía que estaba allí para llevársela a casa pero logro convencerlo de que antes los llevara a otro lado, aprovechando que así ella no se cansaba haciendo la aparición. Cuando llegaron llamo al elfo a un lado y tras hablar con él este desapareció.

El lugar donde aparecieron era como un callejón cercano del barrio Convent Garden. Se podía ver a la gente ir y venir fuera de allí y música variada venir de mas lejos creyendo que era de la feria. Desde allí no se veía bien porque era unas calles más abajo. La gente que se veía eran muggles de clase baja y media-baja que transitaban por esa plazuela casi olvidada. ▬¿No te parece emocionante? Iremos a una feria muggle▬ se lo dijo como si fuera el mejor plan del mundo, aunque a él pudiera no agradarle la idea o nunca haya asistido a una. Era posible.

Ella tampoco lo había hecho, solo lo conocía por cosas que oía de otras personas y vio la oportunidad perfecta para no ir sola a un sitio así, tan poco "habitual" en su agenda. A ella le gustaban esos lugares, se le hacía interesante por ser tan diferente a lo que estaba acostumbrada por más que nadie comprendiera o compartiera ese gusto suyo. Se acomodo la ropa y miro su móvil por última vez antes de guardarlo, solo por si había algo importante que leer. ▬Creo que desentonare mucho con el resto de gente, todo por apurarme▬ le pico las costillas en venganza.

Ropita poco apta para el lugar