Let's Get a Little Wet {Anne}

Outfit

Si necesitaba hacer algo que rompía toda regla, Jordan necesitaba a alguien que no sólo le cubriera las espaldas, sino que le ayudase sin dudar un momento y que le diera el valor que a veces parecía desvanecérsele. Cuando estaba en esas circunstancias, la ruso-inglesa pensaba en una sola persona: Anne Bloodworth. Si bien no eran de la misma edad –Jordan la rebasa por cuatro años–, la verdad es que no importaba. La Mayer la ve como la hermana pequeña que nunca pudo tener gracias a que tanto Bruce como Gregory, le quitaron esa oportunidad cuando salieron con pijas entre las piernas. Tenía mucho que no se dedicaban a hacer algún alboroto y la dragonolista en entrenamiento había dado con una razón de peso para causar disturbios en una de las fraternidades para puras niñas. Clive estaba enculadísimo con una semi-veela de dicha fraternidad, sentimientos que ahora lo habían orillado a olvidarse de sus hermanos y del mundo en general. Jordan estaba decidida a darle un ultimátum a la fulana antes de que destruyera a su hermano por completo. ¿Lo que haría? Inundar los dormitorios de las Theta Phi Alpha, así dejaba en claro que con ella no se jugaba y que, declarada la guerra, ella no iba a echarse para atrás.

Le había platicado toda la situación a Anne y su plan, así como mandado un mensaje para que la encontrara a las 2 de la tarde exactamente, en la parte trasera de la fraternidad. A esa hora no estarían muchas muchachas, pero si a la que pretendía joder. Anne no estaba afiliada a ninguna fraternidad, por lo que no sería expulsada, por otro lado, ella misma estaba dentro de una que tenía fama de ser tumultosa, así que no sería una sorpresa. Con suerte hasta le aplaudirían. Se quedó en la parte trasera, escuchando las risas femeninas. Se aferró bien a la varita, calculando los movimientos que haría una vez dentro cuando su compinche llegó en el momento preciso.

— Anita de mi corazón —. Saludó con un acento londinense muy marcado — ¿Estás lista para escuchar muchas ratonas chillar cuando las mojan? No te vas a arrepentir ¿verdad? Dime que no o te dejo de querer —. Comentó en tono meloso. No le importaba hablar porque a fin de cuentas, las voces de las TPA se escuchaban fuerte — Seguramente están haciendo un concurso de quién tiene las tetas más grandes, ya sabes, puros clichés de niñas —. Apuntó a decir ansiosa por empezar.

Anne y Jordan se conocían desde hace tiempo por el hecho fortuito de que la primera había salido unos meses con un hermanito de la segunda, el encantador Bruce. Y entre besos en los pasillos de Hogwarts e invitaciones a cenar en la casa de los Mayer, no hubo forma de que la mujer de la familia no llamase más la atención de Anne que los pequeños hombres. Al final de la historia, Anne conservaba más relación con Jordan que con quien se había acostado. 

A veces pensaba que era la persona indicada para confiarle un pequeño secreto, minúsculo, insignificante en relación a sus hermanos. Pero luego, gracias a momentos como aquellos en que Jordan la hacía cómplice de una suerte de venganza, producto de celos hacia sus hermanos desistía de la idea de decírselo todo. 

Anne llegó a la cita puntual, sonriendo por dentro y por fuera. Preguntándose qué le cabría a ella como venganza, si la Mayer se enterase. Por suerte no lo sabría jamás, ya que a Greg tampoco le convenía. - Como lo haremos?..- Preguntó de inmediato, certificando su completa entrega. Ella no tenía nada contra las "tetas", ni a favor, ni en contra.

Miró a un lado y otro, asegurando el perímetro y susurró a Jordan - aguamenti? o romperemos los caños?... -

Las iba a hogar. O quizá no a ahogar, pero si les daría un buen susto. Incendiar la fraternidad era demasiado y ahí si corría con el riesgo de matar a alguien por muy capaces que fueran algunas para controlar la situación. Simplemente jugar con fuego no era viable. Había pensado en soltar un maldito boggart del laboratorio que tenían los de Entrenamiento para Aurores, pero si se le desmayaba alguna o le daba un paro cardíaco a otra, no podría vivir con la culpa. Tampoco era buena idea. Mojar los dormitorios, por otro lado, sólo provocaba un zafarrancho que terminaría con las rosas intentando secarlo todo y recuperar apuntes y cachivaches electrónicos. Con eso le bastaba para que la furcia aquella le bajara a los humos o ahora sí, se iría directo a un duelo hasta que una de las dos se rompiera algo en dos. Ante la pregunta de Anne, Jordan sonrió con la malicia característica de su padre cuando joven: cínica, traviesa, maldosa.

— Vamos a romper todos los caños… incluso los del desagüe. Quiero que naden en su propia mierda si es necesario. — confesó apuntando con su varita a la tubería que se vislumbraba afuera — Vamos a cortar todos los tubos y provocar que los sanitarios saquen todo como si fueran fuentes. Va a ser hermoso, Anne, te lo digo yo. — estrujó su varita como si la idea de ver el desastre le provocara placer — Quiero que Rachel Montgomery se arrepienta de todo y me bese los pies después,  que esté literalmente apestada dentro de la fraternidad —. Soltó un suspiro y mostró una sonrisa aún más amplia que la anterior — Quien se oponga a dicha travesura, que hable ahora o calle para siempre —. Pronunció ya con el encantamiento y su ruta trazada en la cabeza.

Jordan tenía todo pensado y los ojos de Anne brillaban a cada palabra. - Me dan ganas de besarte- le dijo con sinceridad y devoción sacando su varita y volviendo a mirar para todos lados. - tengo un regalo.... tomate esto.

Y sacó del bolsillo del botellitas idénticas. Sin esperar, destapó la propia y se la tomó, un sacudón la hizo vibrar desde adentro, pronto su cuerpo tendría 30 años más y nadie que las viera haciendo lios podría acusarlas. Arrugas a los lados de los ojos, los labios menos turgentes, la mano que sostenía la varita iba arrugándose, dejando las venas más expuestas, cayéndosele el busto ya que esas edades no se podían soportar sin sostén.

- perdí mi encanto con la vejez? - preguntó sonriendo a su cómplice, posando para una foto inexistente... - tu no.

Y de inmediato se fue hacia el frente caminando casual para con un fermaportus dejar encerradas a las "tetas" por un ratín.... volviendo, el mismo sonido de succión dedicado a las ventanas. Con tanto cotilleo dentro, nadie sospecharía que las pajarracas estaban siendo enjauladas.

Anne era, sin duda, su entrañable Sancha Panza. No la defraudaría jamás y eso la hacía sentirse más segura en torno a su plan. Paró la boca en un pico y tronó los labios, dejándole así un beso en el aire.

— Me besuqueas todo lo que quieras cuando terminemos con esto, no lo pienso postergar que se me va la maldita arpía y entonces si se va a armar la de Troya —. Contestó mirando hacia las tejas altísimas de la fraternidad, imaginándolas empapadas por su obra de arte; confiaba en Anne demasiado por lo que tomó el frasquito y, sin dudar, se lo bebió de un golpe. Sabía medio amargo pero eso le importó poco, el efecto fue lo que le hizo reír y esa misma risa, que debía salir juvenil, salió madura de su garganta, de una señora; cuando menos lo pensó, ya tenía una cantidad de años considerable encima, era como verse muy en el futuro, se palpó la cara y se volvió a reír, sólo que más bajo esta ocasión — Eres una maldita genia —. Comentó perpleja ante la iniciativa de Anne, era una idea brillante, así como estaban, nadie las iba a reconocer después. Brillante en serio.
— Nah, tu eres bella así te estuvieras deshaciendo por la lepra —. Comentó y sonrió — Owwn… en serio cambiaría al apestoso de Gregory por ti —. Miró hacia la puerta de entrada trasera a la fraternidad y con el orgullo de una hermana mayor, se quedó observando el primer movimiento de Anne; volteó a verla una sola vez — Por el bien del pene de Clive... Y por Inglaterra —. Dijo casi sonando patriota antes apuntar a las tuberías externas — ¡Diffindo! —. Conjuró varias veces apuntando a diferentes puntos de la tubería, la cual se rompió en partes, dejando que el agua brotara — Ya. Adentro, vamos adentro —. Sugirió a Anne y tomó el liderazgo, dirigiéndose hacia la puerta para empezar la fiesta.

Anne también puso boca de pato para simular besos que Jordan prometía habría más tarde. Le encendía el ánimo que Mayer la quisiera como una hermana, ella también cambiaría a Jordan por Greg definitivamente, pero aun así era extraño sentirse más hermana de una "amiga" que de los propios de sangre a los cuales apenas conocía.

Estaba bien, por el momento, pero en cuanto Anne tuviera que integrarse definitivo a su familia Bloodworth, las cosas se pondrían raras con el resto del mundo. Así que no quedaba más que aprovechar aquellas ocasiones, cuando todavía era una invitada para su familia de sangre, y una aliada para su familia de la vida. - Que asquito... - musitó al ver a Jordan romper los caños, y dando dos saltos para atrás terminó por carcajearse de la risa...

- esto terminará mal, muy mal... - acotó riendo y siguiendo los pasos de Jordan, que por consenso era la capitana de la aventura. Como adolescente la tomó por detrás, por la cintura, andando en puntas de pie, todo un acting sin sentido pero parte de la situación. Que ridículas debían versa las jóvenes, una señora entrada en canas, con una mujer que podía ser su hija cincuentona,haciendo trencito en la puerta trasera del edificio.

- amo las pociones trasformadoras... tengo un millón... son super útiles... y relativamente legales... Así que cuando necesites, ya sabes, compañera.