improvisando

La realidad estaba convulsa... y no tenía remedio más que la evasión. 
Suerte tenía Kate de poder volver a la universidad, a su cuarto, el que había sabido compartir con la ahora convicta Hartmann, y ponerse a leer, a estudiar para el año entrante. Allí encontraba su camino de escusas para mantener la mente ocupada en algo que nadie podía reprocharle, de hecho en algo que muchos apreciaban. 

Su punto débil el año anterior había sido la historia, exactamente la norteamericana, o incluso la historia mundial pero entendida desde aquel punto de vista especial, esa suerte de centro del universo patriótico, que orgullosos blandían sus coterraneos. Kate había sabido ser un poco, o bastante, cerebrito y jamás había experimentado aquel odio de pelearse con las hojas inanimadas de un libro como le había sucedido el año anterior. Estuviera de acuerdo o no, hasta llegar a aquella universidad, ella leía, se lo aprendía y ya. Ahora le costaba avanzar en las páginas cuando a cada renglón los argumentos y puntos de vista se le presentaban como un chiste de mal gusto. 

Como fuera, y como autómata, continuaba leyendo, porque eso era lo que tenía para hacer. Su plan era seguir rindiendo exámenes de forma libre que le permitieran avanzar en la carrera pero ahorrándole tiempo y eso significaba, hacer informes, reunirse con los profesores y convencerlos. 

Con sus papeles en mano, fue hasta la oficina del diplomado en Historia, tocó dos veces y abrió la puerta. - Disculpe profesor, tengo el informe sobre el incendio de Chicago, lo que habíamos hablado la última vez y quería dejárselo para su corrección... -

Había empezado a hablar sin siquiera mirar a quien tenía enfrente, cuando levantó la vista de sus zapatos, de sus papeles en mano, se encontró con una cara bella, que nada tenía que ver con el profesor de turno. - oh... lo siento.. pensé q...- y ahí las disculpas improvisadas mientras la mirada se le fruncía pensando en que conocía a esa chica... Y el pulso se le aceleró por mil razones, cada una peor que la anterior.

Ni siquiera estaba a salvo en la universidad. Aun con todo lo vivido, luego del día del trabajo, los extranjeros seguían llegando a esa tierra. No sabía si era bronca o rencor o que diablos. - Estaba buscando al profesor... dejo esto aquí y ...- extendió los papeles para huir. Si ella no la reconocía, mejor para todos.

Había tenido que conseguir un trabajo para justificar que estuviese en Estados Unidos, como Dave había vivido en ese país hacía años, ella también tenía la residencia pero al haber sido parte de otra guerra no quería levantar sospechas acerca de lo que hacía ahí.
 
El mejor lugar para estar era Bassett Knapp, no iba a entrar como profesora aunque tenía la acreditación de Historiadora porque pedían mil acreditaciones más y los horarios eran horribles, así no iba a poder estar para lo que se necesitase en la rebelión. Había conseguido trabajo como la asistente del profesor y le convenía, le daba algo que hacer para que no pareciese que estaba de turista por el lugar.
 
Como Ashworth estaba en clase ella se había quedado ordenando unos papeles y alistando la siguiente clase, sólo se quedaría como una hora más que había quedado con Ferdynand y el resto de los ingleses para tomar una cerveza en una de los lugares que la rebelión tenía bien protegidos.
 
Estaba ensimismada con los papeles, le faltaban unos papiros –tal cual- que iba a usar el profesor para la siguiente clase y que debían costar muchísimo pero que no estaban donde le había dicho que los había archivado. Levantó la cabeza sobresaltada cuando ella le habló, no reconoció su voz, debía ser el acento que hacía que todos sonasen igual.

-Claro, yo los puedo recibir.-dejó los documentos que tenía en la mano sobre el escritorio y entrecerró los ojos intentando recordar su nombre. -Tú eres Kate, ¿no? Eras la novia de ese delincuente.-Ferdynand estaba buscado por la ley, ella no iba a dar razones para que supiese alguien que seguía siendo su amiga, o tan cercana a él.-

Pero Loulou la reconoció, y con lujo de detalles y seguridades al parecer! presa de una risa nerviosa Kate juntó los talones y negó con el rostro. - Mi nombre es Kate, pero no sé de qué delincuente hablas... - Su nombre no podía mentirlo pero todo lo demás si, si, si, si! Hasta con la propia vida iba a negar todo lo que no conviniera. - tu?... Lou?... puede ser que fueras la hija del genial Rayder?... ahh... ya sé...  Nos conocimos en un recital de tu padre, allá en Londres... hace mucho que estás en BK? - 

Todos los temas juntos y rápidamente. Primero tratar de reconocerla, luego acordarse mágicamente el  nombre y parentescos, luego proponer una maravillosa y realista opción de cómo se habían conocido. Y para finalizar cambiar cuanto se pudiera de tema preguntándole a ella alguna cosa, en ese caso hace cuanto estaba en la universidad. Un párrafo redondo, para no dejar lugar a malas interpretaciones, ni a lagunas interpretativas.

De pie junto a la puerta, la miró de arriba a abajo con sutileza, empezando a recordar otro montón de cosas que en pocos días habían vivido juntas. El podio especial, lo conservaba ese lenguetazo al rostro, que ya no sabía a cuento de qué había surgido pero por el cual, incluso ahora, podía sentir cómo se le hacía un estropajo de nervios el estómago. - y que haces por acá? El prestigio universitario?- pregunta incómoda? que hacía una Londinense ya diplomada allí? paseo turístico? Kate no iba a caer tan fácil en esas, pero si ambas querían disimular podían llegar a pasarla bien un rato.

Estudiaba Historia de la Magia, por supuesto que tenía buena memoria. No siempre recordaba a todas las mujeres de Ferdynand –por Merlín que ha tenido muchas, en vida y en post muerte- pero no tenía detalle perfecto de cada una de ellas. De Kate se acordaba porque era a la que el chico gato quiso que bese una vez y ella le lamió la cara, además que era de las pocas reinitas con las que había hecho una medio amistad, no era tan difícil.
 
Asintió cuando recordó su nombre y lanzó una risa burlona cuando hizo como que no recordaba a Ferdy, claro, quién iba a admitir ahora que había estado con don delincuente. Ella lo adoraba, pero no todas sus mujeres le eran tan fieles.
-Del polaco ese, miéntele a otra, ¿quieres? Te conozco por ese que ahora buscan, Fernand.-se equivocó adrede en el nombre y no se lo dijo de malas, de hecho le causaba gracia porque no iba a dejar que le negase aquello.-No hace mucho, vengo pocas horas como asistente de Ashworth.
 
-No estoy por el prestigio. Papá quiere que pase una temporada con él y algo tenía que hacer, amo la vida de los rockstar pero necesito una vida propia, y ya no estoy en edad para vivir de su dinero…no del todo.-se rió en modo cómplice porque era cierto de alguna forma y no tenía razones para tratarla mal ni nada, sólo no podía decirle que aún era amiga de Ferdynand y esas cosas.-
 
Kate no lo sabía pero el dinero que le daba Dave lo usaba para la rebelión, el dinero que ganaba ya lo usaba ella para esto y aquello, no era como si necesitase muchas cosas, sólo un techo y comida. Había comenzado a ojear lo que le había dado Kate para Ashworth y frunció la boca antes de mirarla con una sonrisa condescendiente, la verdad entre burlona y condescendiente pero sin mala intención.

-Tú si estudias aquí, ¿no? Por cierto está mal lo del incendio, te estás confundiendo con los años y con algunos apellidos. También con lo de la reconstrucción. No es tu mejor materia, pero te puedo ayudar si quieres, puedo ver tu archivo y decirte cuánto debes sacar para aprobar, que este trabajo va a raspar en el Aceptable.

Por eso mismo! quién iba a admitir haber salido con un delincuente? Kate siguió negando con una sonrisa en el rostro. Sonrisa que no se le borraba de los nervios. Lou no era nadie allí y podía seguir de amiga con quien fuera, pero Kate estaba en otra situación y guardaba el recelo de que las paredes escucharan. - Sabes? estás tan equivocada...- 

Al perecer tan equivocada como Kate misma en ese informe. Se inclinó sobre los papeles con cara desconfiada. No lograba creer que hubiera tenido errores tan estúpidos. - raspar? en serio? pero...- no le gustaba quedar como una tonta, a ver si terminaba siendo cierto que ella era más TPA que Epsilón. - oh... pues... no, no es mi mejor asignatura-  y en eso se le ocurrió que era una gran maravillosa escusa para pasar tiempo con ella... a solas! - crees que tengas tiempo para ayudarme? ...Quiero decir, tu sabes de historia americana, no? Te puedo pagar con cerveza.. o con dinero, así te ayudo con tu plan de independencia económica. 

La miró a los ojos y rápidamente dio un rodeo visual por todo el lugar, hasta reparar en archiveros y bibliotecas. - tienes acceso a los archivos?  A que tipo de archivos? - Era una pregunta tramposa, seguramente en aquel fichero no habría más que exámenes de historia, pero si Lou podía entrar a otros recintos, quizá encontraran cosas más interesantes.... - tienes planes para esta tarde?

Puso los ojos en blanco y se volteó a seguir revisando el documento, marcando con círculos rojos los errores que encontraba, sin hacerle caso a su incesante negativa como quien decide ya no hacerle caso a un niño que dice no haberse comido un litro de helado levitador cuando está a dos centímetros del suelo sin que la gravedad pueda ponerlo de nuevo en el suelo.
 
Si Kate quería negarlo, por ella estaba bien, sus razones tendría, aunque fuese por el dolor que aún le ardía de que Ferdy la hubiese dejado o algo así. Ni siquiera sabía por qué habían terminado.
 
-¿Qué? ¿Quieres que te de clases o algo así?-se lo preguntó sin creer que eso era lo que quería en realidad, le parecía haber percibido una intención de que le ayudase de otra forma, cambiando algunas cosas o intercediendo por ella con el profesor. No estaba segura así que no la acusó de nada, pero era hija de Dave Rayder, paladín de la justicia, el que le enseñaba a sus hijos que eso era una ofensa.-
 
Debió ser paranoia, lo dejó ir porque no estaba ahí para pelearse con nadie y porque no tenía que pensar mal de ella, es decir, no tenía idea de cómo era su vida ahí pero siempre tuvo un buen gancho que la respaldaba ante cualquier cosa. Si se habían llevado tan bien ese verano, no tenía que ser distinto ahora.
 
-Loa archivos de estudiantes, notas, exámenes pasados y venideros, archivos…lo usual, tampoco tengo la llave maestra para entrar al baño del decano, no te emociones.
 
Cogió el trabajo de Kate y sacó una llave que colocó en el bolsillo de la casaca que se acababa de colocar.-Aquí todos parecen tener frío todo el tiempo, hoy la asistente del profesor de Comercio me dijo que estaba loca para venir así, debe ser Californiana o de uno de esos lugares calientes como el infierno.
 

-¿Y a dónde me vas a llevar por esa cerveza? Vamos a donde haya algo de comer, hoy me salté el almuerzo.


Ropis

Le hizo unos gestos con las manos como para que se calle antes de acabar riéndose, no sabía por qué todos se tomaban todo taaaaan a mal.
 
-No lo dije porque no sepa cómo, ¡duh! Lo dije porque pensé que querías otra cosa, ya vi que no. Es que las americanas son raras. El otro día una chiquita pelirroja quiso que le venda un examen a cambio de una canasta de frutas. ¿Te lo crees? Aunque sea una whiskey de fuego.
 
No era que la viese como una americana cualquiera, la había tratado y no era tan rara como el resto, de hecho por eso se llevaban bien. Y no era que la viese mal porque supiese menos que ella de Historia, es decir, Loulou se había graduado -con honores- en la materia, no iba a autocompararse con alguien que lo tomaba como una asignatura más; era su forma de interesarse y ya.
 
De saber que pensaba que ahora era legal no se hubiese aguantado la risa porque se juntaba con puro delincuente, pero tenía que cuidar su trabajo si quería tener un lugar medio privilegiado dentro de la universidad sin tener que tomar una segunda carrera.
 
-¿Qué? ¿Va a ser una cita? Yo voy a lo que me pongas en frente, he ido con Dave cuando estaba chica. Con él, Sandra y mis hermanos, pero Zack que es el más chico se enfermó porque lo obligué a subirse dos veces a la misma montaña rusa y me castigaron.-después de eso ella no había querido ir a los parques, salía en las fotos sentada con muecas de enojo porque siempre tuvo malas pulgas.-
 
Se rió por lo de la bienvenida a América, aunque no sabía si ella se había referido a lo que ella se imaginó.
 
-¿Me estás preguntando si ya me follé a un americano? Porque sí, pero es la forma más graciosa en la que me lo han preguntado…o quisiste decir otra cosa y ando en drogas duras.siguió riéndose mientras sopesaba sus opciones.-

-A ver, sorpréndeme, pero nada fancy.

- Ya se quien es... Mary Anne Franklin, su familia es dueña de mil hectáreas de plantaciones en la costa oeste, son 7 mujeres todas pelirrojas, menos Sue que es la del medio exacto. Todo lo vegetal que comes en la universidad tiene su marca, así que ten cuidado de que no te envenenen una manzana.

Se lo dijo un poco en serio, un poco en broma, evocando a la pobre Blancanieves como toque burlón, pero Loulou iba a tener que aprender de algún modo y rápido, por su propio bien, que USA no era Inglaterra, que allí no se andaban con chiquitas y que el capricho de cualquiera podía ser cuestión de vida o muerte para los otros. Gracias a esas cosas, se había generado aquella sociedad tan dividida entre ricos muy ricos y pobres muy pobres, donde parecía que nada podía desbalancear la ecuación. Estaba basada en el miedo, la violencia institucional, la injusticia legalizada...

...La doble moral. Fue inevitable que le brillaran los ojos, y por puro morbo se acomodó el pelo detrás de la oreja mirándola de reojo, cuando le preguntaba que si era una cita. Ojalá! pensó para luego reírse a carcajadas de la follada de bienvenida. - llegué tarde entonces -Obvio que no había pensado en eso, pero no iba a negarlo, porque así parecía que Kate era una persona más interesante.   

Dos pasos más, le apretó fuerte ambas manos y la desapareció al peor lugar que se lo ocurrió, pero el más seguro a la vez. Era un barrio tan olvidado para los muggles, como para los mágicos y esa era la verdadera seguridad. Un puerto en Baltimore, que había sabido ser activo en sus épocas doradas y que ahora era pura mugre y desechos. - No conozco menos fansy que esto. - Kate lo conocía porque unas cuadras más allá trabajaba con uno de sus grupos de beneficencia con un par de familias mágicas muy muy pobres. - Lo que más me gusta de Baltimore, es que está lleno de comunidades extranjeras, que los griegos, que los polacos - hizo una pausa sin querer - de Hungría, Checoslovaquia...

Habían aparecido entre los contenedores abandonados del puerto, al hacer dos pasos las pilas de conteiner dio lugar al agua estancada que se hizo horizonte con la otra orilla coronada de los nuevos emprendimientos inmobiliarios: altísimos edificios majestuosos, luminosos, lujosos. Pero ellas estaban en la otra margen marchando hacia una taberna familiar muggle que subsistía por poco, donde la mermada concurrencia se componía de un par de borrachos trabajadores de medio tiempo, un par de prostitutas y un par de jóvenes como ellas que hijos de la calle no tenían nada mejor que hacer que estar allí.

- Lou, no sé donde crees que estás, pero no vuelvas a mencionar a ningún rebelde dentro de la universidad... Ni aunque no digas su nombre. Es... peligroso, sabes?... No te estoy acusando de que sigues en contacto con la gente de Inglaterra, pero yo no soy ejemplo. Por mucho menos de lo que me insinuaste en ese despacho ya hay alumnos fichados para expulsión... Y además esta la ley anti extranjeros... Y tu no quieres perder tu trabajo, no eres una rebelde y de ningún modo tu familia de nuevos ricos está financiando el comunismo... cierto?  

En todo el rato que le llevó decir aquello no la miró a la cara, andaba marcando el camino con su andar, se había soltado el cabello y revuelto bastante. Había estirado los bordes de su camiseta blanca arruinándola incluso con un poco de tierra, de igual modo las rodillas de sus jeans. En Baltimore hacía mucho más frío que en la universidad: estaban en el norte del país en pleno invierno, pero era mediodía y ambas llevaban un saquito para cubrir sus pezones en punta.

- ven acá - Con las palmas embarradas, de rozarlas contra muros y suelos, se dio la vuelta y ensució el estómago de Lou haciéndole unas caricias bruscas y sin permiso, en el top, en el short. Agachándose, bajó por sus muslos y con las uñas le rompió las medias. - perdona - sin querer le había rasguñado la piel. - hay que combinar con el ambiente... - y para completarlo cuando estaban por entrar al bar pateó un charco justo a los pies de la muchacha, esos zapatos de charol estaban demasiado limpios.


- Hola Marta... dos super hamburguesas? - Marta era una mujer obesa y rubia que detrás de la barra repasaba unos vasos. - nada fansy eh? superé el reto. ahora dime en verdad, que haces en BK? - Le dijo con sobrada actitud sentándose a la mesa.

No sabía cómo se llamaba la niña, así que supuso que era ella. Hizo una mueca de miedo cuando le dijo lo de la manzana pero pronto fue rota por la carcajada que se le salió, no era que no creyese que la pelirroja fuese capaz, pero le parecía gracioso lo poco que encendía una guerra en ese lugar.
 
Kate tenía razón, en América casi todos eran unos llorones engreídos que no aguantaban una negativa, que usaban lo que tuviesen a mano para hacer escarmentar a quien no les hiciese reverencia, nadie tomaba el valor suficiente como para asumir sus asuntos aunque sea con un buen par de hechizos, se subían a la mesa hasta para aplastar a los grillos. No entendía bien a esa gente, eran un grupo de cobardes.
 
Se rió de buena gana con lo de su tardanza en la follada, dio algunos pasos hacia la puerta para salir de ahí porque quería fumar. Ella hizo lo más inmediato, ni siquiera llegó a la puerta porque Kate la jaló en una aparición hacia algún sitio que no conocía de nada. Dentro de su bolsillo llevaba la varita y estaba bien aferrada a ella, miró a su alrededor por si había alguien más ahí, ni siquiera escuchó lo de los polacos.
 
-Ah, está bien. Era sólo un poco de historia amorosa entre chicas, nada importante, podemos decir que hablamos de tu ex novio el piojoso.-le sacó la lengua por disimular que era un tema casual, había avanzado curiosa en la calle hasta que le dijo aquello último.-Claro que no, no volvería a estar en el medio de una cosa de esas, la verdad ni siquiera me importaría que me saquen de Estados Unidos…sólo que Dave ya tiene la residencia y vive aquí casi todo el año…y es mi papá, aunque le diga Dave.
 
Avanzaba detrás de ella fingiendo que era por él que estaba ahí, que la familia le importaba más que nada; eso último era cierto, pero su familia no sólo era la que tenía su misma sangre. Era cierto, hacía bastante frío y la hacía tiritar un poco, nada que una inglesa no pueda manejar. Soltó su cabello para calentar su cuello mientras que la caminata ayudaba a mantener su temperatura.
 
El toqueteo de Kate le hizo poner una mueca de extrañeza pero se dejó hacer, evitando reírse por las cosquillas que le hacía. No le importaba que le arruinase la ropa, era sólo eso; lo del charco la hizo saltar un poco porque el agua estaba helada y se le metió dentro de los zapatos.

-Y un té, Martha, con whiskey o lo que tengas. se sacó los zapatos porque tenía más frío teniéndolos puestos, levantó las piernas para calentarse un poco los pies colocándolos bajo sus muslos.-Trabajar y eso, nada muy emocionante, quería ejercer y estar con Dave un tiempo…además que necesitaba un tiempo. Terminé con mi prometido…se jodió todo al final, la verdad no quería estar más allá, que hasta vivíamos juntos y todo.

... y Sandra? está aquí? - no le quedaba claro, si es que Sandra y Dave por fin se habían separado por su bien o es que Sandra no era su madre finalmente... Pero igual eran cosas que ni importaban... Puros cotilleos- Yo a Bonnie, le digo Bonnie... te entiendo - y Bonnie era su madre... o eso decían los papeles... y padre no tenía, bueno también había un nombre en los papeles pero había muerto antes de que Kate adquiriera la capacidad de recordar.

La idea del te con whisky le gustó tanto que los ojos le brillaron al pedir lo mismo para si. En USA nadie entendía lo que un buen te significaba, pero Martha si, porque era segunda generación de inmigrantes europeos como ellas. - el barbudo? o cuál?... perdona que ya no me acuerdo de los buenos tiempos... y que fue lo que pasó? te aburrió?... aquí el panorama masculino es bastante lamentable, la mayoría usa tanta crema y loción como si fueran niñas de concurso, pero no tienen tanto glam. - y se rió al tiempo que sorbía el te.

Le parecía genial que Lou le hubiese tomado en serio, y que negase estar participando de la revolución, esa era la actitud. Había que sostener con convicción tales mentiras y Kate también debía hacer su parte, dejando de lado la hostigación, aunque estuviese segura de que siendo tan amiga de Ferd en sus tiempos, ahora no podía darle igual todo ideal... Además: Lou había estado en la KAU, no!?! ni modo que ahora fuera una santa miss lucy.

- ... el resto están locos por el oro y el poder... te cruzaste con algún nu, ya? Son lamentables. Y lo digo con ánimos de ofender, y con conocimiento de causa: mis dos hermanos son nu... - La hamburguesa llegó pero Kate en vez de comer se prendió un cigarrillo. - me alegro de que nos hayamos encontrado... quizá nos llevemos bien incluso sin el piojoso de por medio. Estoy segura de que solo por él, me dirigías la palabra... Pero, pasado pisado, y me imagino que tampoco tienes un millón de amigos aquí... o si?

-No, creo que enloquecería, la pobre no aguanta este país.-y era cierto, desde el acento hasta la velocidad a la que pretendían hacer todo parecía perturbar a su madre. La extrañaba siempre, era su madre, pero hacía años había aprendido a deshacerse de esos sentimientos, a triturarlos a voluntad, a ponerlos a un lado como si se tratase de la vida de alguien más.-
 
Esperó su té ansiosa, escuchando y asintiendo cuando ella le hablaba de su ex prometido. Eso no había sido una mentira, de hecho había terminado con Ramsay luego de un buen noviazgo por…bueno, los detalles no importaban, no quería recordarlos. Simplemente se había ido todo lo bueno que compartían, habían terminado lastimándose mucho el uno al otro y después de todo aquello no había vuelta atrás.
 
-Sí, me aburrió…ya sabes, todos son unas nenas ahora. Parecía americano, no te ofendes, ¿no? Tú misma lo has visto…-no iba a darle los detalles a alguien que apenas conocía, aunque quizá fuese lo mejor ya que quizá ni la fuese a ver de nuevo. Pero ya estaba dicho y se quedó con eso porque ya había llegado su bebida.-
 
No sabía que podía leer sus mentiras, pero las mantendría hasta que le cortasen la lengua. Hasta se comenzaba a creer que después de la KAU no había forma en la que alguien terminase enterrándose nuevamente en todo aquello, había que tener un real amor por lo que se luchaba y ese era su caso.
 
Lo del oro y el poder se repetía en todos lados, lo había visto varias veces, fue parte de lo que sucedió con Ramsey. Sonrió sin pensarlo cuando mencionó a los Nu porque sabía que Noah era uno de esos, uno de esa mini secta lamentable que llamaban fraternidades, le dio un buen trago a su té, no podía quitar esa sonrisa de su rostro, con  suerte parecería motivada por la burla.


-Ha tenido mujeres con las que no compartía ni el aire y a ti casi te besé, sí me agradabas y todo, tienes una actitud agresiva que me agrada aunque seas reinita.-estaba siendo totalmente sincera con ella, admiraba eso en la gente, odiaba la pasividad.-Conozco a unos pocos, pero eres mil veces mejor que un profesor. ¿No te vas a beber tu té? ¿Temes que haga más que lengüetearte esta vez?

-no soy temerosa- contestó con seguridad, aunque de inmediato se llevó la taza con dos manos a la boca para ocultar su rostro un momento. Cuando la bajó agregó - perdiste tu oportunidad esa noche...y Yo estaba regaladísima...- se mordió el labio al tiempo que negaba con el rostro como adquiriendo vergüenza al recordar el pasado.

Cierto era que de más joven, borracha y acompañada de un ambiente familiar hubiera hecho mil cosas que hoy por hoy le costaba hasta imaginar. No tenía problema mental con el sexo libre, con regalar besos, ni andar desnuda. Pero llegado el caso sufría nervios y vergüenzas de principiante cuanto menos alcohol en sangre desinhibidor... Y mucho más con el tema "chicas". Algún día se haría cargo de la boca para afuera que por lo menos era bi, pero mientras no estuviera con ninguna (o pudiera recordarlo porque con Jordan al otro día fue un black out mental total) se reservaba para si misma sus fantasías lésbicas, para el mundo exterior el tratar de cruzar los límites.


Comé, se te va a enfriar... No morías de hambre?- dijo señalando con los ojos las hamburguesas.- es muy difícil quitarse la brillantina, agradezco al ambiente hostil de este país, creo que voy mejorando mi agresividad...- eso venía a cuento por que Lou la había llamado reinita, y Kate lo había sido en su tiempo, ahora en USA era un poco nadie, sin fraternidad, sin titulo de miss BK. Y le estaba tomando el gusto, al menos no era una rubia del montón.


- me acompañarías a hacerme un tatuaje?... Una calavera en los puños?..- se rió y mordió la hamburguesa.

Se carcajeó con ganas cuando le dijo que había estado regaladísima, no porque se burlara, era porque le causó gracia el tono que usó, el rubor leve en sus mejillas y que parecía querer ocultarse un poco de ella como si fuese a toquetearla ahí mismo. Era muy guapa, no lo iba a negar, pero no había llegado aún ese momento en el que se le soltaba el hambre sexual.
 
-Aquí todo lo que les importa es el apellido, mientras no muerdas a un león más grande tienes un lugar privilegiado. En todos lados es algo parecido, ¿no?-le dio otro sorbo a su té y sintió cómo el calor llegaba hasta la punta de sus pies.-Aunque los muggles son algo distintos, a ellos les gusta más la fama…aunque obvio eso viene con dinero, hace unos…ocho años que explotó lo de la banda de Dave, ni Luke ni yo podíamos venir sin ser como los hijos de Ozzy. En ese momento me encantaba, luego acabó porque nos largamos a Inglaterra y sólo se enfocaron en la banda, gracias a Merlín.
 
Le dio otro sorbo reconfortante a su bebida antes de meterse a la boca una papa frita e inmediatamente otra.
 
-Soy vegetariana…ish-se rió de nuevo y le dio una buena mordida, hacía unos diez años nadie defendía más los derechos animales y su propio veganismo que ella, ahora sólo se llamaba semi-vegetariana porque prefería un enorme plato de patatas a una hamburguesa pero el olor le había ganado y el sabor acompañaba ese buen aroma.-Pero ya ves que peco de tanto en tanto.
 
Puso una expresión de falsa culpabilidad que le duró poco, asintió con la boca aún llena pero esperó a pasar toda su comida para responderle de nuevo.


-Sí, vamos vamos, pero cuando terminemos. Eso te da tiempo de decirme con quién sales y todo eso, o no sé, cualquier cosa…-no quería saber que se había follado a Noah, ojalá no fuese eso porque no iba a poder sacar la expresión de mierda de su rostro.-

Kate algo se acordaba de esa época, hacia ocho años atrás estaba a la mitad de Hogwarts y la fama de Dave había llegado a los dormitorios en forma de poster gigante aunque su música fuera muggle muggle.
 
- la fama es increíble... Pero tiene que ser momentánea.. O te pudres... - acotó con un sinsabor en la boca que aplacó con un poco más de te imitando a Lou. -oh! Lo siento tanto, no lo recordaba!- trató de escudarse como toda una niñita. Siquiera se le había ocurrido pensarlo. Y eso debía ser porque todas las escenas compartidas con Lou en el pasado más que comida implicaban bebida!
 
 Aflojó los músculos cuando la vio comer y ahora ella se rió a sus anchas de si misma... Si pudiera contarle de Ferd... Pero no podía, además no quería confundirse ni confundir a los amigos que tenían en común.
- no salgo nadie... No me gustan los compromisos y menos con gente que no ha hecho nada para ganárselos... Aquí todos quieren... No se.... "poseerte".  Si lees las revistan dirán que salí con medio mundo mágico y no mag... Pero es mentira. - los magazines del amor habían sido terriblemente entrometidos con Kate desde su primera noche en el país. Le habían inventado enfermedades, físicas, mentales, abuso de drogas, publicado su foto en topless, acusado de follarse a todo dios. Algunas cosas eran ciertas, pero si lo fueran todas no le hubieran alcanzado los días del año.

- de hecho... Solo me he follado a un americano, en todo el año pasado... - y se rió. - lo dicho, creo que soy muy exigente... O muy fea.... Por lo que me dijiste tu  promedio ya va mejor que el mío. Te gustan tus alumnos?.... - le pregunto con lasciva mirada encendiendo otro cigarrillo...- que más quieres saber?

No recordaba haber comido con Kate, o quizá habían sido puras chucherías que comía como cualquier mortal, pero cuando ella se carcajeó Loulou sonrió mientras masticaba esperando no atorarse, no era para tanto, de hecho ya había superado bastante de esa etapa ultra vegana y por último hubiese pedido otra cosa.
 
-No leo esas cosas, me harté cuando dijeron que me follaba a Luke, ¿puedes creerlo?-metió un dedo a su boca como para simular que vomitaba porque era enfermo que alguien dijese eso, amaba a su hermano muchísimo y no tenerlo era siempre de las cosas que más le dolían, el rumor había salido porque los vieron abrazados y dormidos en el sofá de un bar. Habían estado borrachos y ya, eran hermanos, ella prefería dormir sobre él que sobre un desconocido…pero para las revistas todo era morbo.-
 
La escuchó mientras continuaba bebiendo como si se tratase de un té cualquiera.-Qué dices, eres guapa. ¿Al menos fue una buena follada?
 
Cuando llegó Martha con unas servilletas le pidió otro té pero tras unos segundos se arrepintió, porque quiso echar una papa al aire para que se meta a su propia boca y falló garrafalmente.
 
-¿Tienes un prometido o ya ni entiendo tu acento por este té? Está bueno pero la mesa se me comienza a mover.-le dio un buen bocado a su hamburguesa para ver si se le pasaba, también era su culpa por haberse bebido todo casi de un trago, sobretodo cuando era una gran taza y había estado bastante fuertecito.-Son guapos, si a eso te refieres, no estoy viejísima como para no verlo…algunos insufribles pero tampoco es que importe mucho.

Después de que Kate le dio una calada le quitó el cigarrillo y le dio una calada ella misma, con bastante más confianza de la que habían tenido hasta ese momento.-No sé…mira, no te lo tomes a mal, pero se te ve infeliz aquí. ¿Entonces por qué no regresar a Londres?

Claro que podía creerlo, esas revistas eran nefastas. Las había también en Inglaterra, pero allá sobrevivían algunos códigos de honor que en USA nunca habían existido. De todos modos y aunque se quejase su dinero y el poder de su madre podían lograr manipular los medios de comunicación. Al final era una privilegia entre los privilegiados y se daba el gusto de quejarse.

Martha no trajo el te que Lou pidió sino algo mucho mejor, mientras algunos trabajadores llegaban al lugar luego de la jornada laboral. Una jarra para cada una que debía de recordarles al hidromiel pero ninguna magia contenía, solo espeso y fuerte licor dulce ideal para el frio que se colaba por los vidrios empañados.

- mis oídos ya ni te entienden, pero esto es genial- se refería al licor espumoso que ya estaba saboreando con labios y lengua repasándose las comisuras.- muy buena follada... Él es genial, pero ya tiene muchas niñitas dándole vuelta, incluida mi prima... Y pobre ella no puede aspirar a mucho más...- se rió de Jessica como toda una harpía ayudada por el alcohol en sangre.

lo del prometido no sabía a que venía pero también se rió. Incluso se inventó una historia que tranquilamente pedía llegar a ser cierta algún día- estoy esperando el momento para tener un prometido decente... Quiza el nuevo presidente de delta, pero primero quiero ver que tan bien se desempeña... No vaya a ser que por apurarme termine con un perdedor como Charlotte... - no tuvo en cuenta que Lou podía no reconocer ninguno de los integrantes de ese mundillo, ya estaba algo borracha y hablaba por demás sobretodo tonterías.

yo? Infeliz?- Lou tenía toda la razón, pero no por ello iba a admitirlo- estoy un poco más quejosa de lo normal... Pero ya me adaptaré es cuestión de tiempo, y que se ordenen algunas cuestiones...- en ese momento estaba viviendo demaciadas vidas a la vez: En una buscaba un prometido decente de cara a la sociedad y las revistas, en otra solo le interesaba el poder del sótano y todo lo demás era distracción, en una tercera se reencontraba con Ferdynand y sufría por su amor secreto....- además, no puedo salir del pais- se rió como quien confiesa una vergüenza - hice una promesa a Bonnie... Mi madre... Como sea, no quiero ser una quejosa frente a ti, quiero ser una chica interesante, como tu... Tu te acostaste con Ferd.. Con el piojoso, ese?- alcohol en sangre no pudo obviar preguntar por él.

Ella nunca tuvo esa facilidad para evadir los rumores malintencionados, estaba en el ojo de la tormenta por lo de Dave y todos habían aprendido eso, hasta Zack que ya estaba enorme pero que a sus ojos siempre iba a ser su hermano bebé, incluso más que Luke. Lo más sagrado que tenía en esa vida eran esos dos, por eso era que pese a la distancia y a saber que siempre existía la posibilidad de acabar muerta en un altercado, prefería ser ella la que estuviese metida en eso y no ellos, no aguantaría.
 
Miró con una sonrisa infantil cuando pusieron la bebida frente a ella, se rió de ningún chiste, sólo era el licor que calentaba sus brazos el que le daba picos de felicidad tonta que se mostraba en forma de risas espontáneas.
 
Escuchaba a medias lo que decía y ni sabía quién era su prima o el tipo ese, pero una buena follada siempre se celebraba, chocó su bebida contra la de ella para hacer un brindis por las buenas nuevas que le daba como si fuese un gran evento. Se dio cuenta de lo efusiva que se estaba poniendo así que dejó a un lado su vaso y comió la hamburguesa, dos mordidas grandes parecían apaciguar un poco su risa pero ya sentía la mente ligera.
 
Sabía quién era el presidente de los Delta porque tuvo que darle unas tutorías por no aguantarlo en una clase, fue un castigo tonto que le puso el profesor Ashwood. Sabía que era un Wardwell, había revisados sus archivos como todos a los que les pudo poner la mano encima porque eso era lo que había ido a hacer a BK. Y podía que supiese a qué Charlotte se refería, obviamente a quien ella llamaba Carol. O estaba medio borracha y estaba ya alucinando.
 
-¿Charlotte…Wardwell? Creo que la he visto por ahí, una que parece ultra frígida con la nariz puntiaguda con un novio que lleva pieles siempre como si estuviese llegando el invierno (off:já), ¿no?-intentó sonar casual pero sonrió involuntariamente, probablemente como lo había estado haciendo todo ese tiempo ni se notase. Valerosa, le dio un sorbo a su bebida pero tuvo que dejarla porque si bien era deliciosa le supo a peligro, iba a terminar besándola o algo.-
 
Cogió varias patatas con una mano y fue comiéndolas una a una mientras la miraba y le tocaba el rostro para ponerle detrás de la oreja los mechones de cabello que se le escapaban de lugar, muy concentrada en sus expresiones y probablemente coqueteándole, el alcohol le producía ese efecto.

-¿Con….él? ¿Tú qué crees? ¿Celosa?-le dijo subiendo y bajando las cejas tratando de hacer memoria, no por hacerse de rogar, habían varios espacios en blanco en el periodo de tiempo de la KAU, había sido una época intensa en todo sentido.-

El bar se llenaba más y más de gente, animada por el ambiente de after-office (que no era tal porque los hombres jóvenes o viejos de allí eran camiones, montacargas o marineros) se arrimó más a Lou, con la escusa de quitarle con un dedo las migas o la grasa de una papafrita de su suave comisura. Con una actitud muy girly, cuando Lou le acomodaba el cabello, Kate giró el rostro hacia el lado opuesto, cerrando los ojos un mínimo momento, para volver a desplegar sus pestañas e encontrarse con todo un par de hombres mirándolas. 

Pero Lou era más interesante y su descaro también. - oh - abrió los labios indignada, de que no se confesase - Confiesa pecadora!... sabes lo que creo? que... por supuesto que te lo has follado... eso creo... a él...  al perro...  a Connie...¿? -  preguntando pero afirmando a la vez se rió inclinándose sobre ella, escondiéndose de la mirada de los feligreses del bar... - creo que tenemos que irnos...  - le dijo al oído, apoyando su mejilla sobre la de ella, porque quería tocarla de nuevo por pura coincidencia y porque el alcohol y el equilibrio no eran una buena combinación. 

Fue deslizándose con suavidad, como a quien le cuesta volver a su posición original, porque las rodillas le han quedado trabadas o cualquier escusa, porque para hacerlo más rápido tendría que haberse apoyado en los hombros ajenos e impulsádose a hacia atrás... porque así podía recorrer su mejilla con los labios entreabiertos, dejarse atrapar por el calor de su piel, darle tiempo para huir, darse tiempo para convencerse... hasta que llegó a la comisura de los labios de Lou y musitó alguna cosa inaudible, que era una advertencia y a la vez una propuesta, que le permitía entonces mover sus labios sobre los de ella, hasta que no quedaron más escusas y aquello no podía ser nombrado de otro modo más que beso.

- tenías razón... estaba, celosa -

Abrió los ojos cuando le dijo el nombre de Noah, fingiendo terriblemente mal que se acababa de enterar, pero qué importaba, podía decirle cualquier cosa si le decía algo al respecto. Las verdades en ese momento le importaban pocas cosas, no le importaban los tipos que estaban ahí cerca mirando hacia la mesa ni que estuviese siendo torpe al comer sus patatas, que a veces ni le atinase a su propia boca.
 
Ninguno de esos tipos le había parecido guapo, sino quizá le hubiese propuesto un juego a Kate para ver cómo terminaban. No estaba borracha como para no poder manejar su varita si uno de esos se ponía listo, eso no era lo que la detenía, la detenía que en ese momento Kate parecía haber sacado algo semiveelesco que la tenía interesada.
 
Se carcajeó de nuevo, cuando le dijo que se había follado a todos, no por nervios, pero tampoco porque fuese mentira. La KAU había sido un pequeño submundo que los había unido de muchos modos, de todos los modos. Habían pasado periodos larguísimos encerrados en casas viejas e inubicables esperando el momento ideal de dar el golpe, a veces sin comida, pero siempre con licor que de alguna forma se agenciaban para no volverse locos, follar también era otra forma de no desquiciarse.
 
Sonrió cuando le habló al oído y una de sus manos había ya corrido hacia la pierna de Kate para acariciarla mientras Loulou simplemente asentía, obediente, como ajena al avance de su mano hasta que los labios de Kate quedaron sobre los suyos. No iba a darle ese show gratis a los camioneros pero mordió el labio inferior de Kate mientras sus dedos apretaban el muslo de Kate.
 
-Pero no fue mientras tú te lo follabas, creo.-le dejo eso último con malicia, divertida, soltando finalmente su pierna para acariciarle un poco el cuello con la excusa de acomodarle un poco el cabello aunque acabó jalándoselo hacia atrás con algo de fuerza.-

-¿Vamos por ese tatuaje que querías?-le dijo ya soltándola, dándole un buen trago a su bebida y dejando unos dólares sobre la mesa antes de deslizarse hacia la salida de la mesa para observar bien a Kate, preguntándose por qué no accedió aquella ocasión al beso que les pidió Ferdynand.-

AY DIOS! como una reacción alérgica placentera le quemaba cada centímetro de la piel que Lou tocaba. Era magia, alcohol o el deseo reprimido por años, lo que fuera ya no la cohibía sino que le hacía sonreír divinamente aun mientras le mordía o le jalaba el cabello. - tonta... no entiendes nada - le sacó la lengua ya incorporándose para marcharse de allí. No le daba celos de "compartir" a Ferdynand, le daba envidia que él hubiera besado a Lou y ella, Kate, no hubiera tenido la oportunidad. 
 

Como Lou dejó los dólares, Kate se encargó de otra cosa: fue hasta dos muchachos bien fornidos y les compró sus abrigos por 30 dólares. Se negaron e hicieron los graciosos  pero solo para pedir 10 más que Kate aceptó de inmediato - Vamos - dijo a Lou apoyándole uno en los hombros, para luego ponerse el propio. Olían raro, pero eran necesarios, el sol ya no estaba y ellas iban vestidas como en el sur. 


- Te queda raro... pareces una frágil niña envuelta en las ropas de papá... - y se rió - es a unas cuadras no más... en realidad no será un tatuaje común... y no sé si podrá atendernos, pero... tienes algo mejor que hacer? - Contaba con que Lou no quería alejarse de ella, por más que le propusiese la cosa más aburrida del mundo, pues había una sensación en el aire de que fuera lo que fuera que hicieran en medio terminarían tocándose como locas a la vuelta de cualquier callejón. Y de todas formas, aunque Kate quisiera pasar al final ya ya, el encuentro con Lou le iba a servir para hacer acompañada otra cosa: visitar a la Turca.

- Cómo te llevas con las brujas, brujas?... Me refiero... las videntes que te untan en aceites olorosos y leen tu borra de café?... Crees en el circo ese? O eres más de la magia ortodoxa de varita en mano?... - Preguntó con sinceridad, mientras subía a grandes zancada una calle sumamente empinada.... Había conocido a la Turca, porque era la voz de auxilio de una comunidad de magos pobres de esa ciudad... A falta de respuestas de instituciones serias, como el ministerio o el hospital, estaba ella allí, resolviendo con lo que uno encuentra en la cocina los problemas del mundo por dos céntimos de dolar y algún trabajito en las chapas de su casa. 

Le contó a Lou, como la había conocido, quién era esa mujer y un par de detalles más de color y el motivo... - Me dijo que cuando estuviera lista ella me haría un trabajo de protección, que lo iba a necesitar... Pero... yo no creía en esas cosas... - Y ahora, aunque no terminaba de convencerle, necesitaba toda la ayuda que la magia de cualquier tipo pudiera garantizarle, no iba a desperdiciar tamaño ofrecimiento... - no pierdo nada con dejarle hacer, no? No creo que me lastime por un poco de incienso y oleo...  - la cosa era que si Lou le preguntaba el porqué se estaba tomando tantas molestias por protegerse, sería un problema imposible explicarse... así que acotó con simplicidad.. - Está bueno probar cosas nuevas, no? capaz a ti te puede marcar para que te vuelvas inteligente... - le jaló de la mano para doblar en la esquina - O consigas al amor de tu vida... Que querías tener que no tienes? 

Se miró hacia abajo, con los brazos extendidos, examinando así su nuevo atuendo con chaqueta a falta de un espejo. Era súper delgada por los genes Rayder, todos los de ese lado de su familia eran larguiruchos, por lo menos gracias a Sandra había sacado algo de caderas porque de busto tenía poco también, aunque a ella le parecía suficiente.
 
Rió también porque era cierto, de no ser así de alta seguramente parecería una chica de dieciséis años todavía.-No, no, vamos, quizá hasta me anime por uno.-no llevaba batatuajes porque no terminaban de gustarle pero quizá se pusiese uno, de todos modos era obvio que esa no era su motivación principal.
 
Sí había pensado en jalarla a algún callejón si la tensión seguía creciendo entre ellas porque por momentos la llenaba como de electricidad y era difícil deshacerse de esa sensación a menos que uno le de una forma de desfogue. Su caminar también se había hecho ligero, avanzaba rápidamente, por ratos la adelantaba y se colocaba delante de ella mientras caminaba hacia atrás.
 
Se quedó pensando un momento cuando le preguntó por ese tipo de brujas, ella no creía que la magia podía ser de un solo tipo e incluso siempre podía ser una squib con algunos dotes mágicos para la adivinación.-Yo creo que hay que probar de todo al menos una vez en la vida.-nunca había ido a uno de esos sitios pero estaba ya emocionada por llegar, hasta iba a dejar que le eche encima sus cosas.-
 
Ya no se le adelantaba porque el camino era inclinado y casi se había caído, con esa excusa se tomó de la mano de Kate para avanzar aduciendo que era algo torpe, pero aprovechaba para acariciar el revés de su mano con las yemas de sus propios dedos.-Qué graciosita estás.
 
Le picó un lado por la bromita esa, pero meditó un momento antes de responder.-Creo que le voy a pedir uno de protección también. Y el otro…no sé, no quiero al amor de mi vida ni ser ultra inteligente. Tranquilidad tampoco, eso es para los muertos, quizá le pida un rinconcito oscuro para quitarte un par de cosas que llevas encima.

Le guiñó el ojo como si estuviese bromeando pero no lo hacía, había sido una salida sencilla ya que no se le ocurrió nada que no tuviese que ver con la rebelión y no quería soltar nada sospechoso. Y tampoco era que le estuviese mintiendo.-¿Falta mucho?

- Me gusta la alegría... - le respondió con desenfado. Claro, ahora que se había liberado ya no era una quejosa como en el bar. Ahora la trataba de tonta, le tomaba la mano con miraditas, la invitaba a tatuarse con ella y vivir experiencias únicas. El alcohol era la mejor de las pócimas. - entonces dos de protección marchando... si que el mundo está difícil eh?... no descuida, es acá no más... - Y era cierto unas puertas más allá Kate se paró en un umbral, iba a tocar, pero primero dijo al oído de Lou "por las dudas no toques nah.." Ella había estado solo una vez allí y le pareció de lo más extraño.

De solo tocar la puerta con la palma, la misma se abrió para dar paso a una escalera inmensa. Kate hizo los honores y de la manito con Loulou llegó hasta la parte superior. Toda la casa parecía un estrecho pasillo sin fin. Kate levantaba cortinas improvisadas de tela, para darse paso. Un muchacho por demás drogado, con la cabeza colgando entre las rodilla estaba sentado en un sillón harapiento, en una silla una joven les sonrió y sin esperarseló ninguno de los cuatro, la turca apareció por detrás de Lou. - Desesperada está la escéptica al parecer. - Miró a Kate y les tosió un humo espeso a ambas en la cara. - la soledad no fue cómoda compañía, será? - Hablaba raro y el acento era peor, pero Kate ya creía saber como hablarle... en algún momento la había visto aflojarse y reír. Incluso estaba segura de que Lou lo lograría sin intentarlo.

- Seremos dos... Ella... - Y la turca la interrumpió - Lo que dirá lo sé, Rayder de confianza ella es. Y bien estará, mientras por tres paguen. El silencio es persona. TU! - le gritó al muchacho que alzó la cabeza. - cara a lavar, ya iniciamos.


La turca empezó a andar hacia el fondo del pasillo, la joven sentada la siguió con una sonrisa en los labios como si la conociera de siempre, como acostumbrada a su ánimo. Kate hizo tiempo buscando el dinero, pero en realidad esperaba ver la reacción de Lou. - donde te traje, eh?.. - quiso reír, pero se limitó a negar con el rostro y poner un montón de billetes bajo un florero partido y sucio. - nos cobra mucho porque sabe que podemos pagar incluso más... Esa una digna mujer, lo juro... - RAPIDO!


Y no quedó más que entrar a la sesión de humos, velas e inciensos. No había mucho más que almohadones donde ponerse, y lo más lógico para las nuevitas virgenes iba a ser copiar a la rubiesita que parecía ser una clienta asidua...

Loulou asintió, no iba a tocar nada porque no era una niña chica pero le pareció bien que se lo dijese, uno nunca sabía qué cosas podían haber ahí y un recordatorio no estaba de más. Avanzó con ella con los ojos ligeramente cerrados, como intentando enfocar bien cada uno de los detalles que iba viendo en esos pasadizos. Si Kate n la hubiese tenido de la mano se hubiese quedado en algunos lugares unos segundos más, ansiosa por ver qué había ahí.
 
Tenía que entenderla, ella era una graduada de Historia de la Magia, cada símbolo le resultaba fascinante, las pequeñas pinturas que decoraban las paredes y esa suerte de máscaras que decoraban los pasillos como pequeños trofeos sobre esas mesas de madera astilladas. Hasta la tela de esas cortinas improvisadas le resultaba fascinante, no sabía si Kate sabía que esas aleaciones de tela eran antiquísimas, habían sido usadas para rituales de culturas muy antiguas y se les consideraba sagradas, era curioso que ahora una mujer las usase para separar habitaciones.
 
Fue bueno tener la voz de Kate recordándole que no tocase nada, lo necesitaba por momentos. Cuando la turca apareció por detrás suyo se sobresaltó y apretó con fuerza la mano de Kate antes de sonreír abiertamente a la mujer, fascinada por ella, desde su forma de hablar hasta su ropa le resultaban hipnotizantes.
 
-Pagaremos, no se preocupe. Pero nos tiene que dar el triple de amor.-le dijo escudriñando sus bolsillos antes de preguntarle a Kate cuánto debían pagar, puso la misma cantidad que ella abajo del florero que parecía tener varios cientos de años y caminó tras ella, conservando la sonrisa que hacía rato la acompañaba.-
 
Se rió por lo que le dijo Kate y avanzó corriendo cuando la turca las apresuró, la rubia parecía emocionadísima pero la mujer se acercó a Loulou y puso una mano sobre su frente, o más bien fue su palma contra su sien. Tenía las manos frías, decía unas palabras que no entendía y Lou atinó sólo a buscar la mirada de Kate pero terminó por cerrar los ojos cuando la mujer le dijo que deje de pensar.
 
Sintió como si su mano atravesase su mente, como si desnudase no sus secretos, más bien sus ideales y lo que realmente movía su vida.
 
-No debiste dejarlos, van a estar bien por ahora pero lastimarlos pueden.....no son objetivo, tus dos más preciados no pueden esconderse. Luke no está…no listo, no no. Y hay un tercer bien, uno nuevo…dorado con negro, quieres…le quieres, niegas y niegas, hasta a ti misma, pero…oh ese, ese tiene un peso. Ramsay no fue, es él. Por ahora…cambias mucho, vives de eso, te alimentas así, corriendo siempre. Bien haces, porque siempre escapar debes. Corre…-se movió hacia Kate e hizo lo mismo con su mano, sólo que a ella le gritó por unos segundos en esa lengua desconocida.-
-ES TU AMOR, ES TU AMOR. ¿Por qué niñas siempre amar así? ¿A todos? No, no, al que no nombrar, al que la vida perdió, al que gatunos ojos trae. Morirás, tu alma morirá y quizá tu cuerpo lo siga, ¿estás lista? Viniste aquí a protegerte de tus decisiones, eso no hago, te protegeré de otras cosas…pero debes elegir. ¿La muerte o la muerte? ¿Qué muerte quieres?

Había tantas cosas para observar en ese recinto. Kate nunca antes había estado allí y cada momento que pasaba haber decidido entrar en ese juego le parecía más estúpido. Parada junto a Lou miraba a la rubia de reojo porque tampoco pretendía faltarle el respeto a nadie, aunque a ellos parecía no importarles que hubiera más gente allí.


Escuchó atenta lo que Lou tocaba e igual le sorprendió cuando fue ella y su frente víctima de la Turca. Dura como mármol recibió era intromisión a su cuerpo, a su mente, a su futuro y cuando la mujer le preguntó directo, Kate era una gelatina con lágrimas en las mejillas. No quería llorar, no se sentía triste, siquiera sabía que así había sucedido, pero la vieja le robó las lágrimas con un rasguño de uña a su rostro y las sacudió sobre el fuego de una vela que ardió negro.


La vieja calentó un gotero en esa misma vela y sin preguntar, a la fuerza, le tomó la quijada primero a Kate y luego a Lou, obligándoles a abrir la boca y depositando en sus lenguas dos, tres gotas de quien sabe que. - traga, traga - Y luego con una rudeza extraordinaria les sacudió las quijadas... Se sentía peor que una resaca.


No supo cuanto tiempo paso, menos de un minuto quizá, pero mientras la turca ya estaba haciendo lo propio a la rubia risueña. Kate se agarró el estómago - no me siento muy bien.... - La turca señaló un cuenco. Kate no entendió en un principio pero ya sintiéndose muy muy mal, corrió hacia él arrodillándose y vomitándolo todo.... Más tarde hacían lo mismo los demás, los cuatro, reunidos al rededor del cuenco y escuchando a la turca decir.


- FUERA FUERA FUERA TODO MAL... todo bien... lo material todo, lo que ata, lo que hechiza. los diablos, los deseos... lo.... - infinidad de cosas. Todos iban a dejar todo allí, hasta las tripas, mientras la turca cantaba un salmo del infierno y las velas ardían como música ambiental. Hacía mucho calor, muchísimo calor... Kate levantó por fin la mirada y podía ver la transpiración en los rostros ajenos, y a la vez la calma que iba trasformando la mirada, en especial de aquel chico tan pero tan drogado...


Se quitó la campera robada con dinero y inspirando profundo recién en ese momento recordó a Lou, la buscó con la vista, un instante de desesperación - LOU! -, la niña rubia le estaba quitando los zapato. Y se carcajeó, tan fuerte tan de improviso que todos voltearon a verla y la turca también rió. Y todos reían y todos estaban tan felices. El muchacho también tenía sonrisa, aun sin dientes pero sonrisa al fin. Kate le sonrió y lo amó a la distancia estirando los brazos.


La turca se acercó a Lou - Lista? LISTA! - y así a cada uno, haciéndolos sentar y poniéndoles un cuenco limpio y con agua entre las piernas. La rubia se lavó la cara, los brazos, se enjuagó la boca y escupió, así que Kate hizo lo mismo.