Layla

Bastante decidida, sabe bien lo que quiere, aunque sus ambiciones no son precisamente las más afiladas en los términos que impondría cualquier intelectual: quiere tener una juventud alocada, una buena posición social que termine en un genial matrimonio cuando se momento de sentar cabeza y una vida llena de lujos y vacaciones a buenos sitios. No pretende ganarse un premio nobel, ni descubrir la cura de la licantropía, sus única metas a corto plazo son sacar el mayor provecho social de la universidad, y tener las notas necesarias para mantenerse en la fraternidad, que ha sido su sueño desde que vio los folletos de Bassett-Knapp. Es muy cuidadosa con su aspecto, vanidosa y orgullosa de ella misma. Actitud que Queen Bee, irreverente, caprichosa. Es bastante alocada, le gustan las fiestas, emborracharse, bailar hasta que le duelan los pies. Le gusta la adrenalina de manejar a toda velocidad, de robar tiendas y tomar drogas en lugares improbables, cree que nada es suficiente para cubrir sus exigencias juveniles y está en una búsqueda constante de las emociones fuertes. No le gusta la competencia, pero sabe perfectamente cuando es más conveniente andar por ahí de amiga de una niña bonita que declararle la guerra y de hecho prefiere rodearse de gente bonita antes que andar levantando miradas de compasión, aunque sea como daño colateral. Le encanta la magia y lo que puede hacer por ella, la entiende como parte de su vida y como herramienta beneficiosa y útil, así que la considera un tesoro preciado, aunque no le gusta esconderla. Tiene la lengua afilada, no se guarda sus comentarios y puede ser terrible y muy hiriente con las personas que no le caen bien, especialmente con las chicas.