Tensando relaciones

Madison Merteuil era el tipo de chica a la que le gustaba hacerse esperar. Hacerse esperar pero no esperar, así que era cosa de levantarse y pensar cuál de las dos opciones elegiría para ese día. A veces parecía que para ella la vida era un juego y que actuar como actuaba no traería consecuencias a la larga. Pobre ilusa, que aun siendo consciente de ello en el fondo no hacía nada por cambiarlo. En fin, había hecho llegar a un compañero del club de arte su deseo por hablar con él a solas. No esclareció de que trataría el asunto por puro capricho y ganas de parecer interesante. La cita se daría al final de dicha clase pero justo cuando estaba por acudir le salió un pequeño imprevisto. O más bien, se le apareció el diablo en persona.

Su abuelo se apareció en la sala de su fraternidad y tuvo que atenderlo de inmediato. Afortunadamente sus compañeros no estaban deambulando por allí dando peor opinión de lo que ya el anciano tenia de dicha casita de la pradera. Fue una situación muy tensa que casi no lograba soportar y los minutos que duro fueron tan eternos como cuando le tocaba escuchar esos discursitos de cuarta que la ex presidenta se cargaba antes de que la destituyeran. Al final de dicha charla termino estresadísima y la única salida factible para no ir a encerrarse a su cuarto y pasar los próximos tres días durmiendo fue dirigirse al club pero de coro. Estaba ocupado y como último grito de ayuda se fue de compras. Cuando creyó estar más tranquila se dio cuenta que ya la clase de arte habría terminado y regreso con prisa. Prisa que fue disminuyendo mientras más se acercaba a su destino.

Al llegar a la puerta se quedo mirando a Jacob dentro, aun esperando y al parecer ocupado con algunas pinturas. Entro se acerco a el por detrás a paso lento. Normalmente era muy sigilosa en sus pasos cuando quería, como si no pesara o no existiera, pero presentía que él se percataría aun así de su presencia. – Curiosas pinturas, siempre me pregunte como alguien que es completamente ciego puede hacer este tipo de cosas  – comento como si nada y sin la mínima pena de parecer insensible. Que aunque si bien era cierto que ella le tenía cierto recelo a la gente con alguna discapacidad, eso no quitaba que se expresara como quisiera. Tampoco estaba golpeándolo o algo por el estilo como bien otros seguro hacían por mero morbo de joder la existencia de un ciego.

– ¿Esperaste mucho? Me salió un inconveniente pero no parece que tuvieras algo mejor que hacer, así que supongo que en parte te hice un favor, ¿verdad? – sonrió aun sabiendo que él no podía ver esa amplia sonrisa que cargada de aparente inocencia en el fondo era falsa. Tan falsa como sus ganas de querer caer realmente bien a todos. Se hizo a un lado y paso hasta el frente donde dejo sus bolsas de compras sobre el escritorio principal. No tenía idea de por dónde empezar, si abordarlo directamente o hacer platica como si le interesara convivir en buen plan. Su discapacidad la ponía de los nervios porque a veces de tanto verlo juraba que estaba engañando a todos y que en realidad si veía.
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Ropa bonita aunque no la vea xD