Cupcakes. [Harley]

La clase que dictaba el profesor era larga, parecía no tener fin, trataba de distraer mi mente con cualquier pensamiento y así evitar el sueño pero era una hazaña complicada. No soy de las personas que se duermen en clase pero en la noche me desvele leyendo un libro de autos a vapor, me pareció tan interesante que me costaba pegar el ojo, gracias a eso ahora mi cuerpo pide a gritos recuperar el sueño perdido. Empece a sentirme frustrado, me lleve la mano al bolsillo para sacar mis calmantes pero tengo por seguro que si me tomo uno de esos, seguro que ya no doy para mas. 

Para mi suerte, la clase llego a su final, inmediatamente me pare del asiento tomando mis cosas, para así despertarme un poco. Salí del salón pensando en que comería el día de hoy antes de cumplir mis horarios en la enfermería, no me dio tiempo de prepararme algo en casa, ademas quería dar una vuelta fuera de la universidad para despabilar. 

Me tome la libertad de pasarme antes por la enfermería para avisar a la enfermera de turno nocturno que cubriera mi horario de la tarde y yo tomaría el suyo de la noche, así de esa forma no tendría de que preocuparme por algún reclamo por parte de los demás del personal, y aunque lo hicieran poco me importaría, he abandonado los formalismos con ellos desde hace mucho al igual que con todas las personas que conozco y la verdad no se han sentido ofendidos por mi trato... tan poco común. De igual modo el personal siempre ha esperado de mi cualquier clase de cosa, incluso aun confían en que usare la bata blanca alguna vez en mis turnos, pero después de que me volviera parte del personal decidí jamas usarla, sus insistencias han sido en vano, aunque no pierden las esperanzas.

Pensé en dirigirme al restaurante The Wild Thyme, aunque ya cansado estaba de que siempre fuera mi plan "B", así que tome otro rumbo, uno al que no muy a menudo visitaba. Cunning Fire Mall. Había recordado que una de mis pacientes el cual era dueña del lugar me invito a pasar algún día, ademas que había oído ese lugar muchas veces por mis conocidos, ya era hora de ver de que se trataba tanta controversia.

Finalmente frente a mi estaba la tienda en cuestión, no admire los detalles de la entrada, pues no es lo que se ve, es lo que se sabe, así que entre sin mas. Al entrar no pude sostener mi idea por apreciar aquel ambiente tan característico a la época victoriana que tanto me gusta investigar, no era raro encontrarme con tiendas así en el mundo mágico, pero supongo que era uno de los pocos que de verdad apreciaba que no perdieran el toque de la época.

Harley había estado en uno de esos días de recetas nuevas en la cupcakeria. Ahora que ella había dejado la escuela y se dedicaba a dar clases de violín tenía más tiempo para dedicarle al pequeño negocio que había emprendido al lado de Wilhelmina, entonces para ella esos días de recetas eran de alguna manera especiales, una forma de dejar salir su imaginación en harina y magia.

Creo que estos cupcakes serán una delicia…   - Le dijo al Cheff que trabajaba en la cupcakeria mientras ponían una tanda de ellos en el horno principal, la receta era simple, menta con chocolate que se derretía al tocar el paladar, como si de un caramelo se tratase, ni siquiera tenía la textura de la harina.

Sera mejor que me siente un rato… los clientes siguen y siguen llegando… – Le sonrió al hombre tras darle unas cuantas palmaditas en la cabeza.  Se quito el delantal y fue hacia la parte delantera de la cupcakeria, donde estaba la barra y los especiales del día junto con algunos clientes que ya disfrutaban de su orden.  Harley aprovecho para soltar su cabello, el cual por cierto le llegaba casi a la cintura, ni siquiera recordaba cuando había crecido tanto. 

Ya una vez afuera y sentada en la barra en realidad parecía una más de los clientes, principalmente por su edad, aun que todo el mundo sabía que era ella una de las dos encargadas principales del negocio, la otra era Mina Schweinsteiger, quién se encargaba de las finanzas, en realidad el negocio había llegado a ser lo que era solamente por su habilidad con los números.

Oh… ¿va a llevar eso?  Le ayudo… – Rápidamente Harley se puso de pie para ayudar a una bruja que llevaba varias cajas de cupcakes, tomo dos de ellas y se acerco a la puerta, lo principal era el trato con los clientes y ella era muy buena con eso, en realidad pocas personas se habían quejado del trato en esa tienda y ninguna había sido en su turno.  Estaba justamente en la puerta abriéndola cuando vio al joven Taylor entrar por ella.  Lo reconoció de inmediato, no era difícil recordar a aquellos que ayudaron a ponerte bien, Harley recordaba al desfile interminable de sanadores y medimagos que la habían atendido  en todos los años que había sufrido de aquella condición.

Hey bienvenido… ¿vas a pasar? ¿Quieres que te sirva algo? – Le sonrió como a todos los clientes una vez que la mujer había salido de la tienda con las cajas flotando tras ella.  Harley se las arreglo para aparecer una libreta y una vuelapluma tras ella que estaba lista para atender al sanador.

asi va vestida Harley

Escuche una voz levemente familiar mientras observaba el lugar, al girarme una encantadora señorita me da la bienvenida, estoy seguro de que ella era mi paciente mas su nombre... - Hey gracias, claro - Respondi integrandome mas al lugar - Este lugar es demaciado estupendo para ser una "tienda" sabes. - comente algo amable, tratando de acordarme del nombre de la señorita que tanto se me hacia familiar.

En mis años como medimago en la enfermería no le brindo mucha importancia a los nombres de los pacientes al menos que los vea por alguna circunstancia fuera de la enfermería, Considero que relacionarse con los pacientes es una perdida de tiempo y mas de alguien que le interesa mas descubrir el enigma de la enfermedad del paciente que sanarlo, preferiblemente espero a que el paciente mejore y si aun existe la oportunidad donde pueda conocerla ya seria algo distinto.

Busque con la mirada la barra para tener una idea de lo que podria ordenar - Creo que me puedes servir un café y un par de cupcakes de las que tanto hablan los demás - Era bastante interesante que esa esa chica tan joven fuera dueña del lugar, pensaba mas bien que ella trabajaba para esta tienda, pero a juzgar por su buena vestimenta era un hecho que es mas que una empleada.

- Tomare asiento en aquella mesa para esperar - Señale una mesa en especifico cerca de una ventana, le sonrei leve y me encamine para sentarme en la mesa en cuestion, el lugar era bastante acogedor y la atencion parecia excelente comparado a otros lugares donde hay que insistir para que te atiendan. 

Observaba a los demas clientes como saboreaban el dulce como si se tratara de una exquisitez, pensaba en lo sobrevalorado que le daban a unos simples dulces de chocolates y como nuncan faltaban en una conversación durante todo el dia, aunque no era nada mal el olor, pues estrategicamente aquel dulce horneandose perfumaba el lugar, mas no discrepaba de mi idea sobre la sobrevaloracion a unos simples dulces.