Sin reclamos - Violet-

Al ser Cherry la presidenta de las EAC, era mucho más sencillo que otorgara el permiso para poder entrar a la fraternidad y estar por algunos minutos a solas en donde había sido el cuarto de su hermana por cierto tiempo. Ya no había nada, todo lucía perfectamente inocuo, la cama tendida, los muebles sin polvo pero ya no tenía ese aroma a Laise. En un gesto de generosidad y por las buenas costumbres (y para no aumentar las habladurías) las jóvenes epsilon, optaron por dejar ese cuarto sin ocupar, como un homenaje hacia quién fue su presidenta. 

Lucian estaba sentado en la cama, alisándo las arrugas que se habían formado, estar ahí le traía algo de paz, pues los últimos meses habían sido los peores de toda su vida. La desaparición de su madre casi lo vuelve loco al pensarla muerta y abandonada por ahí por esos muggles, afortunadamente apareció y con bienestar, tanto él como Laise dieron gracias al cielo por ello, sin embargo, esto, el repentino deceso de su niña, lo terminó por destruir. 

-¿Quién anda ahí?- preguntó molesto, pues había escuchado que alguien abría la puerta de la habitación. Sabían de su presencia ahí y no se molestaría en negarla, pero trataría de no meter en problemas a Cherry.

Violet no sabía si iban a dejar para siempre el cuarto de Laise sin ocupar o si duraría un año o algo así como señal de respeto por su reciente presidenta fallecida. De hecho las circunstancias no fueron las mejores pero si algo sabían hacer las Epsilon era poner una sonrisa y dedicarle un poco de tiempo a quienes más lo necesitaban, en ese caso era la memoria de Laise la que necesitaba ser purificada con un poco de ese perdón que parecían haberle dado sus hermanas.
 
Ella no compartía del todo aquella ceremonia pero la respetaba, había querido mucho a Laise y pese a que al final su relación no fue la mejor, conservaba aún un cariño titilante hacia ella. No había sido el suficiente como para ir a su velorio, envió un arreglo de flores y una carta a Lucian expresándole su pesar por la muerte de su hermana.
 
Si bien después de terminar no habían sido los mejores amigos tampoco habían estado tan distantes tampoco, no había hablado con Lucian desde ese día. Es decir, habían hablado pero no en privado, habían intercambiado unas pocas palabras colectivas en las reuniones en las que se habían encontrado pero nada que involucrase un esfuerzo mayor a ese.
 
Había ido a la fraternidad para buscar algunas cosas que había olvidado en su habitación y al salir se encontró con la puerta de Laise semi-abierta. Sacó la varita porque generalmente sólo los elfos entraban a quitar el polvo y no eran tan descuidados como para dejar sin llave y mucho menos abierto. Había más de un curioso que quería ir a ver la habitación de la drogadicta muerta en Navidad.
 
-¿Sabes que está prohibido entrar aquí?-preguntó antes de abrir del todo la puerta para darse de cara con Lucian. Retrocedió medio paso antes de avanzar uno entero hacia él, no esperaba verlo y menos allí.-

:Ropita:

Se sobresaltó al darse cuenta que era Violet quién entró a la habitación. Relajó los hombros  y miró al suelo, las cosas con ella estaban un tanto extrañas, solo se habían encontrado en varios eventos y la cordialidad en su trato era lo máximo a lo que se podía aspirar. Lucian estaba muy decepcionado de Violet, por no haber fungido como esa amiga que Laise había necesitado que no tuvo, en general, estaba decepcionado y necesita con urgencia, a quién echarle la culpa, lamentablemente la primera persona que veía era también la ex-presidenta epsilón. 

- Lo siento, Vi. No quiero causar problemas- Se levantó de la cama, dejándola en perfecto estado nuevamente y se acercó a ella para saludarle, le tomó de la mano y le dio un beso en la mejilla.

-¿Qué tal te va?- Le costaba mucho trabajo entablar una conversación, pues era imposibe no sentirse cómodo estando ella presente en el dormitorio de su hermana. Lucian quería dejar todo atrás, creía que ya le había guardado el luto suficiente pero no podía, era su incesante sentido de culpabilidad lo que no le dejaba desprenderse de todo aquello que evocaba a Laise.

Quería parecer más confiada de lo que estaba en ese momento así que se acercó a darle un abrazo breve y un beso en la mejilla como si estuviesen ubicados un año atrás en el tiempo, como si no fuese totalmente incómodo y como si no le debiese una explicación mayor a la carta que le envió por no ir al funeral de su hermana. Sólo por él se sentía culpable, por no acompañarlo.
 
Se cruzó de brazos frente a él con el rostro ligeramente ladeado sin saber bien qué decirle, si hablarle de cualquier cosa banal o si decirle que sentía no haber sido mejor amiga suya. Ni siquiera iba a justificarse por su relación con Laise, no sentía que tuviese que hacerlo, creía que había hecho lo necesario y que no era su función cuidarla cuando ella se negaba a escuchar razones. Quizá su amistad nunca pesó tanto para ella o simplemente otras cosas tuvieron más valor al final de cuentas.
 
-Contigo no hay problema, pensé que era alguna tonta creyendo que esto es un museo.-como Patrice Bell que entró esperando invocarla o encontrar alguna cosa alucinógena, con razón era Delta.-
 
Ni modo que fuese ella quien le prohibiese entrar al cuarto de su hermana, se produjo un silencio incómodo en el que no supo qué decirle o cómo sonar resuelta para que no se notase que prefería no estar allí con él.
 

-Lamento no haberte visto mucho últimamente, ¿cómo has estado?

No era necesario ser demasiado listos para darse cuenta que las cosas entre ellos ya no eran igual. El silencio entre ambos era casi tangible y la incomodidad se podía leer en sus rostros a leguas. De pronto, esa relación que en un momento fue incluyente e íntima ya no lo era más, se les agotaron los temas de conversación, que no fuera su época de novios o bien, su relación con su hermana. 

-Bien, gracias. ¿Y tú?- 

Se mostró gentil, tratando de mantener la ola de preguntas que estaban a punto de cocción dentro de sí. Debía mantenerse calmado, no explotar como la olla de presión que había sido los últimos meses. Apretó los puños sin que ella lo viera y decidió mejor caminar hacia la ventana para ver a las afueras. No serviría de nada perder el contacto visual con ella pero Lucian pensaba que sí. 

-Es extraño, ¿no es así? ya no tenerla entre nosotros-

Rompió ese silencio incómodo con lo que se había dicho que no haría, mencionar a Laise, sin embargo era de lo único de lo que podían hablar, de su inexistente relación no quedaba más que los puros recuerdos, de esos que preferentemente se mantienen en secreto y en la intimidad.

De veras era extraño estar así con él,  era como si no le dedicase un saludo a Madison cuando se la cruzaba por un pasillo o como si no se le echase encima a Billy cuando lo encontraba en una fiesta. Se encogió de hombros como toda respuesta a lo primero porque estaba bien pero por alguna razón le pareció egoísta decírselo. Jugó con su propio cabello antes de lanzar un suspiro disimulado y caminar hacia él. 

Apoyó una mano sobre su espalda sin sospechar lo que cruzaba por la mente de Lucian, sabía que estaba perturbado pero se imaginó que era por estar en el cuarto de Laise. Tal vez sólo era que no quería ver el probable rencor que debía guardar hacia ella y prefería ver cualquier otra cosa.

Acarició un poco su espalda con la mano que tenía sobre ella y se fue a parar a su lado para mirarlo nuevamente a la cara. 

-Es cierto, no parece real.-se apoyó contra el muro que tenía a su izquierda y sin quitarle la mirada volvió a hablarle.- Debí ir a su funeral, por ti al menos. Sabes que te quiero muchísimo,  aunque obviamente no hago un buen trabajo siendo tu amiga.

Suspiró de nuevo esperando que le dijese que la entendía y que aceptaba sus disculpas porque no quería complicarse la vida con un tema así,  porque era horriblemente egoísta y quería que la quisiera sin condiciones. Sabía que las cosas no serían así de sencillas, él era demasiado visceral y ella no le aguantaría un sermón respecto a Laise, no se podía ser muy optimista al respecto pero quería serlo.

Sintió el roce de la mano de Violet en su espalda y en un reflejo, se giró para verla, aun le parecía demasiado sexy para andar por ahí y Lucian no pudo evitar sonreír por ello. De nuevo volvió su vista por la ventana y prefirió no contestarle a eso. Sí, debió asistir al funeral de quién fue "su mejor amiga" aunque nunca supo del porqué de su repentino distanciemiento, ambas chicas eran demasiado herméticas con los asuntos que correspondían a su fraternidad y también con respecto a su relación. Lucian tendía a prejuzgar y para él, Violet no mostró ninguna clase de respeto a su memoria.

-¿Por mi? Violet, eres mi exnovia, técnicamente la carta y las flores hubieran bastado pero no, eras cercana, su "amiga" no sé qué rayos era más importante que darle el último adiós a Laise...-

No pudo. Lo intentó pero fue inútil, todo aquello que llevaba dentro, le estaba carmiendo las entrañas poco a poco, no quería reclamarle nada pues no ganaba absolutamente nada, uizá solo sentirse mejor, aunque ya no estaba tan seguro de que serviría de todos modos. Respiró profundamente y luego cerró las cortinas para ver a Violet a la cara. 

-Lo siento, Vi. No quise hacerlo...es solo que...bueno, ya no tiene caso-

Dio unos pasos lejos de ella, lo mejor sería irse de ahí y nunca más volver a pisar esa habitación otra vez, no le estaba ayudando en nada en su proceso de aceptación y resignación si seguía anclado a su recuerdo.

Le devolvió la sonrisa con algo de alivio inventado, asumiendo falsamente que él lo tomaba de forma más ligera de la que delataban sus gestos. Escuchó en su mente la respuesta que iba a darle y prefirió volver a sonreír en lo que colocaba otras palabras en su boca.
 
Decirle que creía que uno por quien iba a los funerales era por el deudo y no por el fallecido a menos que se tenga algún tipo de fetiche por esas cosas. Sí había ido a algunos funerales, algunos de familiares y amigos, pero jamás sintió que fuese una forma de honrar al fallecido, era más bien una forma de reconfortarse uno mismo o a los que quedaban.
 
-Puedes criticarme lo que quieras con ese tema, no fue una decisión tomada por desprestigiar su memoria o algo así.-que ella sola se desprestigió en vida-No te voy a decir que dejes de pensar lo peor porque no fui, ¿pero no te parece ya un poco exagerado? Trata de entender, fue complicado para todos.
 
Sus últimas palabras las lanzó sólo por ablandar lo anterior, por no sonar como una perra que le decía que le baje a la intensidad con lo de su hermana. De verdad se sentía terrible por él, por verlo tan dolido y hecho polvo por alguien que se había hecho eso sola. No iba a hablarle mal de Laise, más que por la memoria de ella por cómo lo iba a tomar él, sólo quería que eso que tanto le oprimía el pecho saliese, aunque fuese en forma de gritos hacia ella.
 

-Te invito a tomar algo o a hacer lo que quieras. Anda, no me vayas a salir con que estás ocupado con alguna diligencia imaginaria.

Sí. Quería reclamarle, gritarle, azotarla contra la pared y decirle lo despreciable que era pero no, cualquier cosa que pudiera salir de su boca en ese momento no lo decía en serio, eran frases labradas por la culpa, la impotencia y la indignación, preferentemente debía mantenerlas dentro de sí y no abrir la boca de más si no quería terminar de sepultar la relación que tenía con ella. 

-¿Complicado? ¿Para todos? ¿Y me lo dices a mí? Violet, por favor! Entiende tú! Mi madre y yo esperábamos que sus seres cercanos estuvieran presentes, sobre todo su mejor amiga, pero mira...- Se tocó el puente de la nariz, calmándose en el proceso, respirando hondo. 

-Olvídalo, no quiero discutir contigo...- Se alejó un poco de ella, ya más calmado. Sabía que ella no tenía la culpa de nada, simplemente no quiso ir y ya, eso no significaba que no la quisiera o que se alegrara por su muerte. Tal vez estaba tan dolida que no soportaba la idea de ver la caja con su cuerpo, no, eso sonaba menos creíble que nada. 

Está bien. ¿A donde iremos? -

Nunca lo había visto así de triste o desolado, realmente le causaba pena y se abrazó a su torso como hacía cuando estaban chicos, incluso antes de ser su novia, cuando decía alguna tontería de sus amigas y esperaba que no se lo tomase a mal a cambio de un abrazo infantil. No iba a llevarlo a tomar un café o una cosa así de aburrida para él, si quería ser algo útil –y quitarse ese halo de culpa de encima- debía hacer algo más.
 
-Yo sé lo que necesitas en este momento.-le dijo tras que se le ocurriese algo, tomó su mano y sin tomarse mucho tiempo para reflexionar acerca de si sería o no una buena idea hizo una desaparición hacia un lugar que sólo había visitado con Bill un par de veces. Afortunadamente se apareció allí y no en cualquier otro lugar por lo poco marcado que tenía el recuerdo de la locación.-
 
Lo había llevado a uno de esos horrendos juegos de Quidditch que él tanto disfrutaba pero que ella jamás acabó de entender porque estaban llenos de gente sudorosa, que te manchaba con cerveza y sin excepción alguna acababa arruinándote los zapatos por las porquerías que había en el suelo. Era curioso que pudiese llevarse de maravilla con los Alpha cuando aquella cosa que sentían por los deportes y que prácticamente era de lo que vivían ni siquiera lo entendía –o quería entenderlo-. Sabía que era día de partido porque Jude estaba como loco con sus amigotes yendo a ver las previas en casa de sus padres para luego irse al estadio vestidos casi como pajarracos.
 
Perfecto día para usar ropa clara, tampoco lo había pensado antes de ir o que los tacones eran lo más nocivo para un ambiente así. Parecía salida de otro mundo, como una reportera de Corazón de Bruja que sólo había ido a ver qué jugador era el que las chicas consideraban el más guapo, el que se llevaba las palmas no por su habilidad sino por sus músculos.
 
-Tú sabes de esto, ¿venden camisetas o algo? Parece que vine a escupir en su exceso de naranja y púrpura. También voy a necesitar otros zapatos o que me cargues todo el tiempo.-estaban afuera del estadio y vendían varias camisetas, poleras y gorras. No sabía ni a qué equipo debía alentar, alentaría al que quisiese Lucian. Había bastante gente, todos magos por supuesto, debía ser por lo menos un partido interesante y si no habían llegado antes del inicio era en el entretiempo, si es que lo había.-
 

Esos partidos importantes se llenaban horas antes del inicio oficial, esperaba no tener que pasar tres o cuatro horas esperando al pitazo inicial de lo que podía durar diez minutos u otras cuatro horas.

No había sido buena idea quedarse a conversar con Violet, no quería gritarle y sacar toda su rabia y frustración con ella, al final de cuentas no lo merecía. En su cabeza dijo que no era necesario que lo llevara a ninguna parte, eso solo lo hacía sentir peor, su lástima no era lo que hubiera deseado, pero no pudo. Simplemente se dejó llevar por ella a quién sabe donde, quizá despejar su mente yendo a otro lugar sirviera de algo. 

Nunca se imaginó que hubiera deseado un partido de quodpot, según recordaba el animago, ella odiaba el deporte, por que solo hacía a los hombres ponerse más que idiotas y a los que lo practicaban como cerdos apestosos llenos de sudor. Lucian no pudo ocultar su cara de sorpresa y su genuina sonrisa por lo que Violet había hecho. Tenía meses de uno ir a un partido de quopot profesional y el estar ahí con toda la algarabía hizo que olvidara por un momento todo esa miseria en la que se había sumido los últimos meses. 

-Gracias Violet, no debiste...- Le dio un beso en la mejilla y la cargó para darla un par de vueltas, sin duda estaba muy emocionado.-Sí, venden camisetas por allá. No tengo ningún problema con cargarte pero si quieres podemos ir a comprar unos zapatos deportivos, para que estés más cómoda- Sonrió de nuevo y la tomó de la mano para irse acercando a la fila de los boletos y ver si había algún puesto en donde vendieran camisetas, shorts o calzado deportivo. 

Le sostuvo el brazo para evitar que sus costosos tacones se hundieran en la tierra, la gente se arremolinaba en diferentes direcciones. Tenían que esquivar y sortear varios obstáculos, entre los que estaban las interminables filas, el sol que despuntaba en todo lo alto, el calor húmedo que hacía todo más cansado y el fastidio que comenzaba a llenar el rostro de Violet poco a poco. 

-¿Estás segura de esto? Nunca fue de tu agrado el deporte en sí, mucho menos el quodpot...-

Estaba feliz de haberle atinado a aquello que le quitaría de la mente todo el asunto de Laise, aunque ella lo detestase, de paso se quitaba un poco de culpa de la espalda. No se había sentido mal hasta enfrentarlo directamente y esperaba no tener que volver a hablar de Laise con él.
 
La conocía bien, sabía que detestaba los deportes y que lo último que elegiría hacer era ir a un partido de esos, ponerse ropa horrible y codearse con todo mundo en una tribuna abierta al público. Pero allí estaba, a punto de hacerlo, poniéndole la mejor cara que podía aunque de vez en cuando soltaba una sonrisa nerviosa cuando algún tipo se le acercaba como si su ropa nada deportiva fuese una invitación para conversar.
 
-Sí vamos, a menos que ya vaya a iniciar el partido, tampoco quiero perderme el inicio, siempre es lo mejor.-eso se lo dijo por decir, no había una parte que considerase buena, de hecho ninguna parte le causaba euforia a excepción del final, pero hasta se pintaría la cara como esas chicas que parecían disfrutar tanto de las cervezas de lata en la fila de al lado.-
 
Se amarró el cabello con una cinta de cabello que llevaba en el bolsillo pero aún se veía fuera de lugar. El sol era bastante fastidioso y sentía que no aguantaría mucho allí, obviamente su rostro lo evidenció porque Lucian ya estaba diciéndole que se fuesen cuando no había forma en la que no estuviese disfrutando de todo eso.
 
-No me hagas ahondar mucho en esto que voy a ofrecerte lo que sea con tal de no seguir oliendo sudor colectivo.-no veía en dónde vendían zapatos, ropa sí había por doquier así que llamó a un muchacho que vendía camisetas de ambos equipos, volteó a ver a Lucian aún tomada de su brazo como esperando que la protegiese de los locos que iban haciendo parecer a los Alpha como Nu.-¿A qué equipo estamos alentando?
 

Cogió una camiseta de cada uno de los equipos y se las puso en frente. La tela era pésima pero no importaba, le puso la mejor cara que pudo esperando que al menos le ayudase a decidir con qué feo color se iba a vestir. Se compraría unos shorts deportivos también, vendían unos que llevaban los números de los jugadores a un lado, por lo menos no era en el trasero.

Fue una estrategia inteligente llevarlo a un partido de quodpot profesional, si Violet ya no quería hablar del tema, hizo lo correcto en llevarlo. Sabía que Lucian deliraba por ese deporte y el animago era tan cabezota que se dejó llevar por la treta de Violet. También tenía el conocimiento de que ella se estaba esforzando en serio por ya no traer al tema a su hermana, se estaba arriesgando a piropos indecentes entre otras barbaridades que se acostumbraban en los partidos. 

Lucian tenía que tomar en cuenta que ella estaba sacrificando su impecable imagen por él y aunque le gustara esa pequeña venganza, no debía dejar que le causara tanta gracia. Tuvo que aguantar la risa al verla tan fingidamente emocionada, en lo que respectaba al animago, se divertía de lo lindo con ver sus ceños fruncidos ante todo lo que rodeaba al estadio. 

-Sé que estás haciendo un esfuerzo sobrehumano y te lo voy a compensar...- 

No mentía cuando decía eso, no quería tentar a la suerte y hacer que Violet presenciara todo un partido solo para quedar bien con él y eximir sus culpas. Vio a las chicas formadas para pintarse la cara y se le ocurrió hacerle una maldad a la chica pero al instante se arrepintió, él no era esa clase de hombre, y mucho menos con ella. Bajó la mirada sonriendo por lo gracioso que se vería aquella pintura en sus perfectas y rosadas mejillas. 

-¿Acaso importa? En serio Vi, ya no es necesario todo esto. - Quería una camiseta y una gorra, junto con la típica mano de hule espuma que marcaba el "#1" de colores de ambos equipos. El primer equipo eran los Miami Falcons cuyo uniforme era naranja brillante con azul eléctrico y por el otro lado estaban los Deadly Cobras de Washington, que poseían el uniforme verde esmeralda con rojo oscuro, quienes eran los visitantes. 

Tomó su mano para que dejara la camiseta donde estaba y la miró fijamente. -Violet, escucha. Sé que fui un tarado hace un rato ¿perdón,si? pero ya no tienes que hacer esto. Odiaría verte con un bronceado desigual, el sol está fuertísimo y no quiero que arruine tu piel- Le puso una mano sobre su espalda y le obligó gentilmente a que abandonara la fila de los souvenirs con él. Luego la agarró de la mano, entrelazando sus dedos y levantó la mano para pedirle a uno de los vendedores ambulantes que le diera una botella con agua purificada.

-Regresemos a la universidad mejor y te llevo a cenar ¿qué dices? -

-Me conoces menos de lo que crees.-se soltó de él y retrocedió con la valentía que le daba el simple hecho de demostrarle algo, pensando en el fondo que se iba a encontrar por ahí con Fleming con su navaja o con ese tipo de gente.
 
No era mentira lo que le decía Lucian, de hecho ella detestaba todo lo que conllevaba ese tipo de deporte, pero allí estaba y no iba a hacerle un desaire. Lo de la cena le sonó a “[i]Pero Violet, si tú eres incapaz de pisar un estadio, sólo puedes ir a esos eventos lindos y ya.[/i[]” Y no era mentira, de hecho prefería estar tranquila en un restaurante, pero tampoco la iba a matar el ir a un partido de esos. Al menos las veces que fue con Billy estaba vestida para eso, no como ahora que debía buscar qué ponerse.
 
-¿O ya no sabes ni lo que es una escoba? Quizá simplemente tienes miedo de hacer el ridículo, pero es entendible…-se fue a donde unos chicos tenían tendidas camisetas en el suelo y eligió sin saberlo una del equipo visitante porque el color le parecía mucho menos feo, eligió una que tenía un gran número 47 en la espalda y que llevaba un logo de cobra en la parte de adelante.-
 
Se quitó el brazer y le dijo al que vendía las camisetas que se lo sostuviese, se colocó la camiseta sobre la blusa sin mangas que llevaba –porque obvio no se iba a desnudar frente a medio mundo- y le compró también una gorra y unos shorts rojo oscuro que aparentemente era lo que se usaba con el uniforme.
 

-Anda, compra las entradas o voy a tener que buscar a otro con el que entrar. Siempre fui fanática de estos chicos.-le dijo señalando su camiseta sin saber aún dónde vendían zapatos deportivos porque no los veía por ningún lado.-

Lucian la conocía bien, por ese motivo había evitado a toda costa exponerla a algo que le desagradaba pero ahí estaba de nuevo, la misma Violet caprichosa y terca que le había gustado hace tiempo. Lucian negó ante su testaruda actitud y prefirió mejor darle por su lado, de igual manera, al finalizar el partido, se quejaría de lo sudada y pegajosa que había terminado. Eso no lo podía cambiar  de ninguna forma. 

-No voy a discutir contigo...- 

Dejó que se fuera a donde las camisetas otra vez. -Mujeres... susurró dándose por vencido y haciendose a la idea de que pronto, escucharía las quejas y vería en su rostro, caras de asco y desagrado. Tenía que prepararse mentalmente ahora que poseía la oportunidad. 

Vio que ya había adquirido una gorra, la camiseta y los shorts. Se preguntaba en dónde se pondría los shorts. Giró su cabeza para ampliar su visión del lugar, quizá encontrarían baños públicos o alguna carpa que le permitiera cambiarse. En cuanto a los zapatos, se le había ocurrido algo, quizá era ortodoxo pero podía funcionar. 

-¿Dónde te vas a poner los shorts? Hay que buscar un lugar pronto. Acompáñame por las entradas, así podrás buscar con la vista los baños para dama.-

 Le pagó al vendedor por todos los artículos y le dijo que se quedara con el cambio. La tomó de la mano y la sacó de ahí, teniendo cuidado de que sus tacones no se arruinaran. 

-No veo ningún lugar donde vendan calzado deportivo, tendré que transformar sus zapatos por un par de horas, es lo que se me ocurre ¿Tienes una mejor idea?-

Era una engreída y se le había metido en la cabeza hacer eso. ¿Lo iba a odiar? Sí, claro que sí, pero le gustaba no sentirse incapaz de algo, además era por él y no tenía nada que ver con sus ideas de hacer caridad, era porque siempre fueron cercanos y no sólo por el hecho de haber sido novios. Le pasó una mano por el cabello y se lo arregló porque parecía un nido, eso mientras él comenzaba a preguntarle que dónde se iba a cambiar y eso.
 
-Me vas a tapar con tu chamarra y ya, ¿o te da vergüenza?-dijo mintiendo, evidentemente, porque iba a buscar un baño o se metería a algún vestuario tomando el nombre de Bill que la familia de él era dueña de varios equipos, quizá hasta de una de esos.-
 
Asintió respecto a lo de ir por las entradas y se tomó de su brazo aún con los shorts en la mano pero ya con la camiseta puesta.-Me voy a quedar con mis zapatos, sólo les voy a poner un hechizo de impermeabilidad y ya. ¿Qué sigue? ¿Buscar cerveza y apostar?
 
De hecho también quería comer algo pero sería mejor hacerlo después o comprar algo dentro, ella no podía silbar como Bill para pedirle comida al de las botanas pero para eso estaba Lucian, se aprovecharía de su amabilidad y de sus costumbres de Alpha.
 
-Lo que sí necesito es un cigarrillo, ¿traes alguno encima? Yo he salido con lo que llevaba encima, para que veas el amor que te tengo.

Lanzó una carcajada amplia y sonora al aire, claro que la cubriría con su inexistente chamarra, era la primera vez en mucho tiempo que Violet bromeaba de esa forma. Le parecía increíblemente gracioso que siguiera aferrada a la idea de estar en un lugar que detestaba como a nada, y estaba completamente seguro que ya no era por él, era por ese orgullo tonto de epsilón alpha chi. 

-Sí que te tomas muy en serio tu papel. La cerveza la venden adentro del estadio y está prohibido apostar. Eso solo se hace a media luz en callejones cercanos al lugar del partido, hay leyes que regulan estos asuntos.- dijo con ese típico tono de quién sabía de deportes y sus menesteres. 

-Sabes bien que no fumo, Violet, pero mira, compraré una cajetilla por tí, por que se nota que esto de pone tanto de nervios que quieres fumar y pronto.- Siguieron caminando entre la gente, Lucian buscaba uno de los puestos en donde vendían botana y cuando lo encontró fue una sorpresa doble, los sanitarios estaban a unos cuantos metros de ahí, Violet al fin podía cambiarse y estar mucho más cómoda, eso significaba que su humor sería un poco más llevadero, y agradecía a los dioses por ello. 

-Buenas tardes. Una cajetilla de cigarros, por favor...¿mentolados, Violet? se soltó de ella para sacar el dinero de sus bolsillos. `-¿Quieres algo más? Por cierto, los sanitarios quedan hacia allá...- apuntó a la izquierda para ella los lograra ubicar. Sonrió después de eso, aún había cosas que le sorprendían sobremanera de violet.

Le puso mala cara cuando se rió con tanta frescura de ella, pero le duró poco porque acabó dándole un golpecito en el brazo y riéndose sin quererlo sabiendo que esa palmada ni siquiera lo iba a lastimar, le puso luego los ojos en blanco por presumirle de su conocimiento de las reglas de los estadios y todo eso. Sí sabía que había regulaciones porque siempre lo pasaban en las noticias cuando iba a hacer algún partido, pero nunca le interesó tanto el deporte como para tomarle tanta atención.
 
-Eso es lo que tú crees, estás ya muy borreguito Lu.-se lo dijo a falta de algún otro argumento que darle, no valía pelear con alguien que conocía mil veces mejor que ella todo lo referente al juego. Además con él se podía tomar esas licencias, tenía la confianza como para admitirle indirectamente que sí, que no tenía idea de lo que le decía y que aunque no fuese cierto ella iba a tener que confiar que sí lo era.-
 
Se fue hacia donde estaban las botanas y le encargó unos palitos orgánicos que eran algo amargos pero que no tenían la cantidad de azúcar que los chocolates con maní o tanta grasa como esas papas fritas que se veían tan bien. Lo dejó encargado de eso porque sentía que toda esa algarabía acabaría por hacerla doblegarse ante esas calorías vacías, se metió al baño para cambiarse y aprovechó para ponerle el hechizo de impermeabilidad a sus zapatos.
 
Se vio al espejo del baño y se veía rarísima con la camiseta que de todos modos le quedaba grande, metió la mitad en los shorts para que no pareciese que tenía cintura de tronco pero dejó su cabello suelto creyendo que el traerlo atado le daba un algo muy masculino. Su ropa normal la redujo mágicamente en su bolso para llevarla sin que incomodase, se retocó un poco el brillo labial y salió sabiendo por las miradas de las fanáticas reales que debía verse totalmente fuera de lugar.


-Me veo como una de esas novias trofeo que sólo vienen esperando que luego le compren un Cadillac. ¿Sí tenían los palitos de orégano?

Dejó que se fuera al sanitario a cambiarse mientras lo dejaba a él terminar de hacer la compra-venta de los cigarrillos y la botana baja en calorías que Violet quería. El dependiente le dijo que no tenía, que las únicas botanas que servía estaban infestadas de contenido calórico. Cuando ella regresó del baño, solo pudo esbozar una tierna sonrisa. Recordó una de las veces en las que él tenía que prestarle alguna camisa para que la usara para dormir y le quedaba como camisón. 

-¿De qué hablas? Te ves muy linda, además yo te compraría el Cad. - Fue inevitable verle las piernas que lucían muy bien en shorts. Sus pantorrillas delgadas y atléticas siempre le habían parecido uno de los rasgos más sexy en Violet, eso y su abundante melena oscura. 

-Lo siento, Vi. No había palillos de orégano. Solo hay papas fritas, maní salado y demás cosillas grasosas. Aquí tienes la cajetilla.- Se retiraron de ahí caminando tranquilamente, Lucian le tomó de la cintura en un acto reflejo para poderla guiar entre los asistentes. Ya que tenían las entradas era hora de la fila, faltaban solo 15 minutos para que el partido diera comienzo. 

-Vamos, ya casi no tenemos tiempo. Gracias Vi, por todo.- Se detuvo en seco y le propinó un sonoro beso en la mejilla. Como sea que haya sido, Violet fue una parte muy importante en la vida de Laise y en la suya, siempre le iba a tener cariño por eso.

Se veía el sol salir a lo lejos, en la parte no techada del estadio y supo que fue un error no comprar la gorra que combinaba con su camiseta.
 
-Claro que me veo linda, ¿acaso no?-le dio un empujón que pretendió sin éxito hacerlo trastabillar, por si estaba insinuando que no era así, de veras se veía bien y lo sabía, le gustaba recalcarlo aunque en realidad no creyese que aquello tuviese un mensaje oculto. Sonrió luego ya dejando de fingir indignación y colocó una mano horizontal sobre sus ojos para tapar el sol cuando salieron de la zona techada hacia el acceso a las gradas del estadio.-
 
Lucian tenía las entradas y no sabía a dónde iban a ir, pero seguramente sería muy arriba que esos eran los mejores lugares. Claro que había notado que le miraba las piernas o el trasero, pero no iba a decirle que se sonrojaba o que dejase de hacerlo, tampoco era un violador, un corriente o un Delta.
 
Antes de subir se hizo con un agua embotellada que estaban vendiendo por entre las gradas y comenzó a subir con Lucian en lo que sentía que iba a acabar pidiendo una bolsa extra grande de papas con queso cheddar o algo así de grave. O unos nachos, hacía años que no comía nachos, si al menos tuviese la voluntad como para ejercitarse regularmente podría comerlos de vez en cuando, por eso prefería una ensalada a menos que le hubiese picado el bichito de la salud como para ir a correr con las chicas Epsilon o Jude que era un enfermo del deporte.
 

-No me agradezcas nada, sabes que te quiero mucho Lu, siempre ha sido así.--respondió sonriéndole y dándole otro beso también antes de continuar con esa marcha hacia los asientos.-Pero te voy a querer más si me alejas de esos perros calientes que venden arriba. Voy a salir de aquí con diez libras más. ¿Están muy arriba los asientos?