Sin invitación

Los tabloides comenzaban a publicar los rumores acerca de su padre, de la enfermedad rara que lo aquejaba y de lo desmejorado que lo habían visto en su última visita al First Magic Union Corporation para reunirse con los Snyder porque quería comenzar a repartir sus acciones de todas las empresas, realmente de todas, desde aquellas relacionadas al arte hasta esas en las que invertía por lo bajo y nadie mejor que su buen amigo Robert Snyder para asesorarlo.
 
Aparentemente lo habían fotografiado saliendo, con unos quince kilos menos que la última publicación en la que había salido con su familia, una por su aniversario. Jude no estaba seguro de qué le habían recomendado pero no se imaginaba cómo iba a ser eso. Llegó tardísimo a la universidad por evitar la interminable conversación con sus hermanos en casa, se iba a ir directamente a su dormitorio pero al final decidió hacerle una visita a las TPA sin saber que cierta rubia lo encontraría in fraganti.
 
-¿Qué no sabes que las niñas chiquitas no deben salir a esta hora? No hagas que le diga a Bill que ya quebraste el toque de queda, por presidenta que seas.-le dijo acercándose a ella a pasarle el brazo por detrás de los hombros a sabiendas de que se lo iba a quitar como si fuese un Delta y no sólo porque estaba empapado.-
 
En realidad él estaba en falta, estaba en otra fraternidad a las dos de la mañana sólo porque esa piscina le funcionaba mejor para practicar a solas, la de la zona deportiva cerraba temprano y apenas había llegado de su casa hacía una hora, no podía dormir y siempre hacer algo de deporte lo relajaba. Ver a Jessica nunca lo relajaba, pero le gustaba.
 
Se fue a donde había dejado su ropa y se puso la toalla sobre los hombros para dejar de gotear, con una toalla más pequeña se secó la cara para luego pasarla por su cabello con un movimiento frenético que buscaba secarlo un poco. Se sentó cerca de ella, en una de las bancas que las TPA usaban para exhibirse en sus bikinis durante las fiestas que hacían allí.

-Felicidades por tu presidencia, aunque hayas tenido una apestosa bienvenida.-literalmente-

Su habitación –la nueva, la presidencial- tenía vista a la bonita nueva piscina y al patio lleno de enredaderas y flores que en la remodelación habían adaptado para TPA. Como hacía un calor infernal últimamente, dormía con la ventana abierta, sin temor a que alguien entrara por las noches, ni siquiera los mosquitos, porque tenía varios hechizos de protección, pero sí le llegaban todos los sonidos de fuera, que en teoría, debía ser ninguno a esas horas.

Despertó por el sonido del agua y demás. Se asomó a la ventana solo para ver a un sujeto no identificado nadando en SU piscina, aunque al principio se había puesto paranoica de pensar que eran las cochinas Epsilon otra vez, intentando hacer alguna tontería. Pero no, al menos solo era un traspasante. Se puso una bata sobre su pijama y bajó rápidamente hacia la piscina, sin prender luces ni hacer alharaca.

-No hagas que le diga a Bill que viniste aquí sin su permiso a quebrantar las normas de mi territorio, más bien.

Llevaba siglos enojada con Jude. En primera porque cuando había vuelto, él había parecido tener intenciones serias con ella solo para que después se enterara que se había fajoneado a Harley o a saber qué. En segunda porque jamás trató de redimirse y en lugar de eso se vio envuelto en mil chismes con Cherry. Claro que sabía lo de su padre, de hecho la misma madre de Jessica le había sugerido que se ocupara de Jude ahora que las cosas estaban un poco mal y tristes para él, como “·buena amiga”, pero Jessica se negaba, porque su orgullo de niña caprichosa estaba primero.

Le puso mala cara cuando se acercaba a abrazarla y por supuesto, musitó un “suéltame” de odiosa antes de hacerse ella misma a un lado como si no le gustaran esas confiancitas, aunque hubieran llegado a tener mucha más confianzas que esas en otro momento de sus vidas.

La gota que derramó el vaso fue su chistesito haciendo alusión al tema de las tuberías. Lo miró con el ceño fruncido. Jessica no era muy afecta a las bromas de ningún tipo, menos a las que tocaran ese tema tan horrible.

-Para que lo sepas, esa no fue mi bienvenida. Mi bienvenida fue la remodelación de este lugar que por cierto, estás usando sin mi permiso. Así que por qué no te largas mejor, y rapidito.

Para coronar sus palabras le tronó los dedos. No era volátil en su carácter ni mucho menos, pero Jude se lo merecía.  


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pijamita

Se rió bajo ante todos sus argumentos de chica ruda, engreída y que apenas lograba mirarlo con un poco de condescendencia. La conocía desde hacía ya demasiado tiempo como para tomarse en serio esas actitudes. Ni le hizo caso cuando le dijo que mejor se largase, probablemente por cosas como esa es que pensaba que se merecía su seudo maltrato.
 
-No seas malcriada Jessica, una presidenta debe comportarse. Un plebeyo también, pero tenemos menos presión social por mucho que uno luzca como Jesús.-por mucho que el presidente de su propia fraternidad fuese el hermano de la chica con la que estaba hablando.-Te debo la celebración por tu presidencia, no voy a intentar engañarte diciendo que todo esto fue planeado para llamar tu atención.
 
No era tan iluso como para creer que nadie lo iba a ver, pero no se imaginó que fuese a ser la representación del poder rosa encarnado, que hasta parecía enojada con él sin que Wildenstein terminase de entender el por qué. Al menos el verla siempre lo entretenía, lo divertía, lo encantaba; eso le quitaba de la cabeza todo ese costal de cosas que iba cargando desde la tarde.
 
-Además no me puedes intimidar con ese hipopótamo.-le parecía que él se lo había regalado una navidad, pero no estaba seguro. Subió la toalla para cubrirse la cabeza y comenzó a frotar su cabello para dejarlo un poco más seco, solamente logró despeinarse un poco y dejar de escurrir, tuvo que hacer lo mismo con su barba que las gotas se atracaban en ese enrevesado de pelo que tenía en la cara.-

-¿Ya has pensado en qué vas a hacer para establecer bien tu poder como presidenta? Me agrada mucho Layla pero no hizo mucho, tú tienes más malicia para esas cosas y podrías usar esa malicia para establecer que a las TPA no se les pueden hacer esas gracias. ¿Te imaginas si eso pasaba en Alpha? Las cabezas de Nu estarían ya en estacas.

Le daban ganas de golpearlo a muerte por su descaro, y se le notó en la mirada. Estaba ahí tan quitado de la pena sintiéndose el rey del campus o el mesías o a saber qué. Odiaba que le dijera que no fuera malcriada y que encima intentara imponer su voluntad. Quizá debía ser un poco más amable con todo el asunto de su papá y demás, pero en verdad que Jude no le ponía las cosas fáciles.

-No estoy tratando de intimidarte con un hipopótamo.

Que sí, había sido un regalo de él, precisamente, en navidad, y se llamaba Torombolo. Pobre Torombolo, dormía con él por costumbre y ahora, por no parecer una loca, el animalito terminaba tirado en una de las sillas que estaban por ahí, ya esperaría.

-Mira, lo que tenga planeado hacer o no, no es tu problema, ¿le vas a ir a contar a tu hermana o qué?. Además no hables de Layla, todas la queríamos. Y no sé de dónde te sacas que yo soy maliciosa, o sea, estás loco o qué ¿por qué buscas ofenderme a toda costa siempre? ¿qué tienes en la cabeza o qué?

Se lo preguntó dándole golpecitos en su propia sien. Luego lo miró fijamente y soltó un suspiro de exasperación. Había estado loca por él en alguna época pero ahora intentaba controlarse por encima de todo, porque ya nadie la iba a hacer tonta.

-Y bueno, si esto no fue un plan para llamar mi atención entonces te digo que ya te puedes ir marchando. No quiero habladurías y chismes de que los Alpha pueden venir a hacer aquí su voluntad.

No esperaba que lo tratasen distinto por el asunto de su papá, de hecho prefería que no fuese así porque no le gustaba sentir que ese tema influenciaba de alguna forma su vida, quería creer que no se vería afectado por ello, que todo se arreglaría de alguna forma. No había hablado de eso con alguien que no fuese de su familia y prefería que se quedase así, de saber que a Jessica se le cruzaba el tema por la cabeza estaría ya a la defensiva.
 
Lo único que vio en ella fue esa furia asesina alojada en sus pupilas, tuvo que sonreír aunque no mirándola directamente a los ojos, no se burlaba porque la creía capaz de hacer las barbaridades que quisiera, simplemente le generaba una ternura infantil.
 
De haberle agregado a esa escena el hecho de que el animal ese se llamaba Torombolo hubiese acabado ahogado al día siguiente por la misma Jessica porque le hubiese salido una risa escandalosa a falta de otra forma de expresar que le parecía tierno todo eso. Por idiota y sin que sea otra cosa para que lo quiera matar hasta la hubiese podido besar ante toda esa información junta.
 
-¿A Violet? No me interesan sus problemas interfraternidad, la verdad.-buscó con la mano su camiseta para colocársela que ya comenzaba a sentir una brisa fría, y no, no era Jessica y su aparente estado de princesa del hielo, incapaz de saludarlo de otro modo. Hasta recibió de buena gana los golpecitos en la sien, sin sentir que lo trataba como si tuviese diez años.-
 
-No lo dije como insulto, eres lista Jess, para ser listo se necesita malicia. ¿O acaso crees que quedaron bajo ese hedor porque las tuberías están viejas y  Merlín no las quiere?-levantó ambas cejas como para recalcar su punto, hasta él se daba cuenta.-
 
Tras que le dijese lo último se levantó de la banca aún con la toalla sobre los hombros y puso las palmas hacia adelante involuntariamente como mostrándole sus buenas intenciones, admitiendo que en eso ella tenía razón.

-Ganaste, te invito a algún lugar entonces. Sabes que no aguanto que me trates así. Si quieres vamos así, yo en ropa de baño y tú con tu animal rosado.

Gracias a los cielos que se ponía la camiseta de una buena vez. No era una persignada, al contrario, pero estaba en un momento frágil de su vida en el que un paso en falso significaría caer en el camino de Kitty o de todas esas presidentas que terminaban siendo mal catalogadas. Por algún motivo le creía eso de que no le interesaban los problemas entre fraternidades, pero aún así iba a seguir fingiendo que no le creía nada y que pensaba que era un informante secreto de su hermana.
 
-Es tardísimo ¿a dónde me piensas llevar? Y no, obvio que me voy a cambiar primero, y tú también.
 
No era tonta como para rechazar una invitación, aunque fuera tarde. Parecía un poco ablandada, como si ya se hubiera dado por vencida en ese estira y afloja de ser mala y fingir que no le interesaba nada de él.
 
-Pero a ver si dejas de intentar hacerte el listo. Esta actitud no te va a llevar a ningún lado. Te veo aquí en 15 minutos.
 
Hasta le sonrió y todo. Se dio la media vuelta para volver a su casa, aunque regresó sobre sus pasos al notar que había olvidado a Torombolo. Lo recogió, fingió ya no ver a Jude y subió a su cuarto.
 
Claro que estaba enojada con él y claro que las cosas no iban a ser tan sencillas, pero tampoco estaba dispuesta a dejar pasar ciertas oportunidades y como fuera, le ganaba la nostalgia, y aquellos días en Perú en donde se habían compenetrado tan bien. Aunque claro, Jude ahora parecía hecho de otro material y entre los chismes de fajarse a quién sabía quién y los chismes de su relación con Cherry, ya no le parecía tan buena idea tratar algo con él.
 
Fue a su habitación y se cambió de ropa, sin tardarse demasiado. Era tarde y seguramente solo la llevaría a un lugarsucho para salir al paso de los planes y enredos en los que él mismo se había metido por allanar su piscina. Bajó las escaleras en silencio y volvió a la alberca, ya cambiada y sin Torombolo de por medio, ya no eran horas para él.

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Ropa 2

La visión más tierna se le puso en frente con Jessica –y sus piernas más que hermosas- yéndose de la mano con su muñeco rosado. Y sí, hasta le haría caso a su plazo de tiempo porque era buen tipo, reapareció con un movimiento de varita en su propia habitación, tiró la ropa húmeda a la canasta que tenía en el baño. Ya en la habitación sacó unos jeans limpios, una camiseta y se puso unos zapatos no deportivos, de los poco casuales que tenía. Se fue a lavar la cara antes de salir hacia donde las Theta y para mostrar buena voluntad hasta sacó de un agujero negro su cepillo de cabello para echarlo todo hacia atrás y amarrarlo.
 
Guardó en sus bolsillos la billetera, la varita, el teléfono y se apareció de nuevo junto a la piscina. Habían pasado algo más de diez minutos así que sin saber aún cuál era la ventana de Jessica se quedó en la entrada de la piscina para no ir tocando puerta por puerta que ahí sí lo iba a matar.
 
Se quedó apoyado contra la pared y vio su reloj, habían pasado los quince minutos, debía apresurarse o le cantaría una serenata que a él le iba a costar el terminar sin un solo cabello en todo el cuerpo.
 
No tenía idea de a dónde iba a llevarla, honestamente estaba inventando todo sobre la marcha. Claro, sabía que tenía que ella era complicada y que no podía llevarla a cualquier lugar pero tampoco iban a irse a cenar a Roma, ella sabía que para eso tenía a su larga fila de admiradores formales, no a este pobre hombre que al menos era más creativo que todo el otro montón.
 
Volteó cuando llegaba ella y le hizo una reverencia exagerada, digna de una presidenta como ella pero que seguramente vería como una burla. No la mantuvo mucho tiempo ni le dijo salve oh sultán, soy vuestro servidor porque ella no lo apreciaría.

-¿No vienes de vestido largo? Yo que te iba a llevar al baile de la realeza noruega. Tendremos que pensar en otra cosa.-negó con la cabeza fingiendo fastidio, le duró un par de segundos y le acarició el cabello porque abrazarla aún le parecía algo peligroso.-¿Hay alguna cosa que quieras vetar para nuestra salida o te sientes osada?


JudeJudeJude

Lo miró con el ceño fruncido en una muy bien fingida muestra de odio cuando le hacía esa reverencia, aunque luego su gesto se ablandó y terminó sonriéndole.
 
-Sí, se nota que tú estás muy vestido para el baile de la realeza noruega.
 
Le replicó pues evidentemente él tampoco estaba muy de pipa y guante. Se rió, como si la madrugada la hubiera ablandado por completo y ahora estuviera dispuesta a ser buena persona con Jude. Claro que lo de su papá tenía que ver, tampoco era tan desalmada. Ladeó la cabeza al sentir la caricia en su cabello, pero en lugar de manotearlo para que la soltara apenas cerró ligeramente los ojos antes de volver a sacudir su melena rubia y volver en sí. Ya estaba bien de niñerías.
 
-Me siento osada. ¿Qué vamos a hacer? ¿bajar por el Gran Cañón a rappel? No debí ponerme vestido.
 
Si lo pensaba bien y se ponía en su actitud de niña bonita, todo eso de salir de noche, espontáneo, con un Alpha, sonaba muy romántico. Pero a la vez Jessica sabía que con Jude era muy peligroso hacerse ilusioncitas así que mejor lo bloqueaba todo de su mente. Como buena TPA que era, aprovecharía y se divertiría con Jude, y ya estaba.
 
-Vamos. Ya ya ya ya.
 
Lo tomó de la mano porque estaba segura de que iban a hacer una aparición, no que iban a salir caminando por la puerta de la casa de la fraternidad. Moría de expectativa, y eso era bueno. Ya se había propuesto hacerle olvidar, al menos por un ratito, sus desgracias familiares.

Siempre era bueno cuando le sonreía, o menos peligroso, aunque con peligro o sin él uno no acababa de encontrar algo que justifique el alejarse de ella.
 
-Si vamos a bajar por el Gran Cañón, yo pido abajo. No por tu vestido, es para que tengas algo blando en lo que caer si sale un animalejo y te asusta.-le dijo fingiendo la pose de protector antes de echarse a reír pretendiendo discreción para que sus hermanas no salgan a ver qué hacía su presidenta a esa hora.-
 
Apretó la mano de Jessica con un gesto cariñoso cuando ella lo apresuró y seguía sin saber a dónde llevarla, ojalá por la indecisión no acabasen con las extremidades en una catacumba y el torso en el fondo del mar.
 
Había logrado las coordenadas de pura suerte, por una fotografía, por un mapa que medio recordaba, porque no era su momento de morir y menos con Jessica de la mano. Abrió los ojos para encontrarse con las antorchas lejanas que tenían a un grupo de turistas junto a los nativos del lugar, apenas les estaban dando la bienvenida así que era buen momento.
 
-Te dije que te iba a traer un día, osada.-le había hecho la misma pregunta acerca de una salida que querían programar cuando pasó esos pocos días visitándola en Perú con su hermana, en ese momento Jessica le dijo que mejor fuesen a algún lugar bonito y él la complació, seguramente parte de la petición de la ahora presidenta Theta se basó en parte en las conocidas ansias de Jude por ir a visitar ese lugar.-
 
Estaban en la selva de Perú, en una comunidad de esas a las que no llegaban todos los adelantos sin los que uno no puede vivir, en donde continúan haciendo los mismos rituales que sus bisabuelos y que creen poseer un tipo distinto de magia que la de ellos. Estaban en una comunidad shipiba, ashaninka o aguaruna, Jude no lo recordaba bien, pero aún teniéndola de la mano la llevó al camino que había entre el espesor de la selva para ir a esa especie de atrio en el que estaban los turistas.

-Es tu última oportunidad para arrepentirte.

Sintió el tirón de la aparición combinándose con el mariposeo en el estómago que le era inevitable ante la infantil expectativa. Jessica podía ser de todo, pero en el fondo seguía siendo una niña a la que le gustaban las sorpresas, y las aventuras, y sentirse querida al menos un rato. De niña no había tenido agujeros afectivos, pero la ida a Perú la había marcado mucho.
 
Al sentir que aterrizaba sobre cierto terreno suave y húmedo, que la temperatura había cambiado, abrió los ojos –siempre los cerraba en las apariciones- y miró a su alrededor. Por algún motivo en vez de hacerle un berrinche se sintió un poco sobrecogida de que hubiera decidido hacer un viaje tan largo y a un lugar que les significaba bastante. Se preguntó si lo habría hecho a propósito y también las razones, pero de nuevo, pensó que era demasiado peligroso hacerse ilusiones con nada.
 
-No me voy a arrepentir.
 
Le aseguró y le sonreía. No era la misma que le hacía berrinches a su hermano en público y que le hacía bromas pesadas y estúpidas a las Delta como cambiarles su shampoo por pociones para depilarse. Estaba sonriente y a todo. Le había hecho falta cambiar de aires de todos modos.
 
-¿Vamos a participar en algún tipo de ritual o algo?
 
   
Le pregunto, muy bajito como si estuviera sobrecogida o no quisiera interrumpir algo importante. Apretó su mano para no resbalar en la espesura de la selva, menos mal que se había puesto zapatillas deportivas. Había vivido ahí unos cuantos años pero no sabía nada, no le había interesado nada más allá de las paredes de su internado donde la magia era completamente moderna, nunca había ido al interesante exterior. Pero el mundo era diferente para ella en esos momentos.

-Creo que algo me picó en la pierna... 

Le avisó pero no hizo ningún drama para detenerse en ir hacia los turistas de todos modos.