Deja de dormir, vago
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Deja de dormir, vago
No tenía absolutamente nada que hacer en la facultad. Había ido a entregar un par de papeles para la matricula del próximo semestres, arreglando cosas legales y así. Pero ya estaba listo para volverse a su aburridísima vida veraniega.
Ese verano la mitad de sus amigos estaban o bien trabajando como si no hubiera mañana para lograr acceder a un puesto mejor, o estudiando como gilipollas por haberse pasado todo el año rascándose los cojones cual vagos de mierda.
Él no había suspendido ni una sola asignatura, su año había sido perfecto como debía y ahora le tocaba un verano en teoría vago, aunque para su mala suerte su padre lo tenía todo el día de un lado a otro. Lo llevaba con él a trabajar y le tocaba aguantarlo. Era principalmente por eso que no quería ni de lejos, volver ya a casa. Y había una solución fácil a ese problema si es que tenía suerte: Draken.
Fue directo a su dormitorio, aún era temprano, o así lo sería para su mejor amigo, las once de la mañana. Sabía que había un ochenta por ciento de probabilidades de encontrarlo totalmente dormido y el otro veinte de encontrarlo de mal humor porque alguien le había despertado, aún así se plantó frente a la puerta, golpeó con ganas y pasó sin esperar respuesta. Si su compañero estaba ahí mala suerte.
-¡Draken Ulisses Stall! No son horas de dormir maldito vago. Vamos, que tienes que mantenerme entretenido y dormido eres jodidamente aburrido.
Fue directo al ventanal del fondo y descorrió las cortinas y levantó la persiana haciendo que el cuarto se llenara del intenso calor solar mañanero.
-Hagamos algo divertido hoy, no tengo ganas de ir con mi padre, es una tortura solo pensarlo – se sentó en la cama donde el otro había pasado la noche y se preparó para golpearle y demás. Desde que lo que había entre su hermano y su mejor amigo se había roto él se sentía algo responsable del pelimorado, había que admitir que tuvo bastante culpa e influenció mucho a Bojan para que diera el paso de salir con él y a simple vista había jodido para bien a Stall, aún cuando él no conocía los detalles de todo aquello, ni quería saberlos o igual empezaba a no agradarle tanto su hermanito.
Ese verano la mitad de sus amigos estaban o bien trabajando como si no hubiera mañana para lograr acceder a un puesto mejor, o estudiando como gilipollas por haberse pasado todo el año rascándose los cojones cual vagos de mierda.
Él no había suspendido ni una sola asignatura, su año había sido perfecto como debía y ahora le tocaba un verano en teoría vago, aunque para su mala suerte su padre lo tenía todo el día de un lado a otro. Lo llevaba con él a trabajar y le tocaba aguantarlo. Era principalmente por eso que no quería ni de lejos, volver ya a casa. Y había una solución fácil a ese problema si es que tenía suerte: Draken.
Fue directo a su dormitorio, aún era temprano, o así lo sería para su mejor amigo, las once de la mañana. Sabía que había un ochenta por ciento de probabilidades de encontrarlo totalmente dormido y el otro veinte de encontrarlo de mal humor porque alguien le había despertado, aún así se plantó frente a la puerta, golpeó con ganas y pasó sin esperar respuesta. Si su compañero estaba ahí mala suerte.
-¡Draken Ulisses Stall! No son horas de dormir maldito vago. Vamos, que tienes que mantenerme entretenido y dormido eres jodidamente aburrido.
Fue directo al ventanal del fondo y descorrió las cortinas y levantó la persiana haciendo que el cuarto se llenara del intenso calor solar mañanero.
-Hagamos algo divertido hoy, no tengo ganas de ir con mi padre, es una tortura solo pensarlo – se sentó en la cama donde el otro había pasado la noche y se preparó para golpearle y demás. Desde que lo que había entre su hermano y su mejor amigo se había roto él se sentía algo responsable del pelimorado, había que admitir que tuvo bastante culpa e influenció mucho a Bojan para que diera el paso de salir con él y a simple vista había jodido para bien a Stall, aún cuando él no conocía los detalles de todo aquello, ni quería saberlos o igual empezaba a no agradarle tanto su hermanito.
- Miles Selvaggi
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Re: Deja de dormir, vago
Desde siempre tenía aquello mismo en mente. Sino era necesario madrugar, si no tenía que ir a ningún lado y menos aún, nada que hacer, ¿para qué se iba a molestar en levantarse temprano? Aquello era algo que no le gustaba realmente, siempre había sido un tanto vago y seguiría siéndolo, joder.
Y por eso precisamente, en esos instantes, contando que ni tenía nada que hacer, y que además de ello estaba en vacaciones de verano, pasando unos días en la universidad por que quería probar a hacer unas pociones propias nuevas, estaba ahí; al menos podría dormir tranquilamente hasta que le diese la gana, o eso pensaba. Escuchó de forma muy lejana como llamaban a la puerta, cosa que no le costó ignorar demasiado, apenas girándose un momento sobre si mismo para quedar tumbado bocabajo.
Lo que ya si que consiguió completamente sacar a Stall de su sueño fueron los berridos de Mils al cruzar la puerta, nombrando su nombre completo – cosa que realmente odiaba – y gritándole que era un vago, que se despertase, y algo de entretenerle. ¿Que mierda estaba diciendo? Ni que fuera su puto payaso.
Con mala cara, el ceño fruncido y entre gruñidos se fue incorporando hasta el punto de quedar sentado. Giró el rostro a mirarle y puso una mueca, mala cara y chasqueó la lengua, pasándose la mano por el pelo totalmente despeinado pero que no costó hacer que volviese a su estado común. - Eres un jodido cabrón, Mils...
Vio como este se sentaba y empezó a medio golpearle, en broma, como acostumbraban a hacer de vez en cuando. Stall se empezó quejando y terminó devolviéndole los golpes, terminando cada uno en una esquina casi de la cama, en el borde sentado, habiendo decidido que tras pasarse un poco de fuera ambos en los golpes, tenían que parar. Y cuando acordaron la paz, el metamorfomago se acercó un poco más al italiano para mirarle. - ¿Tienes algún cigarro o algo? Ya que has venido a despertarme al menos me habrás traído algo, ¿no?
Y simplemente aún con cara de dormido a pesar de la pequeña pelea en juego que habían tenido, se quedó mirándole, esperando una respuesta a eso, y también, sin preguntarle más que con la mirada, queriendo saber, que le dijese, que cojones era lo que quería para entretenerse.
Y por eso precisamente, en esos instantes, contando que ni tenía nada que hacer, y que además de ello estaba en vacaciones de verano, pasando unos días en la universidad por que quería probar a hacer unas pociones propias nuevas, estaba ahí; al menos podría dormir tranquilamente hasta que le diese la gana, o eso pensaba. Escuchó de forma muy lejana como llamaban a la puerta, cosa que no le costó ignorar demasiado, apenas girándose un momento sobre si mismo para quedar tumbado bocabajo.
Lo que ya si que consiguió completamente sacar a Stall de su sueño fueron los berridos de Mils al cruzar la puerta, nombrando su nombre completo – cosa que realmente odiaba – y gritándole que era un vago, que se despertase, y algo de entretenerle. ¿Que mierda estaba diciendo? Ni que fuera su puto payaso.
Con mala cara, el ceño fruncido y entre gruñidos se fue incorporando hasta el punto de quedar sentado. Giró el rostro a mirarle y puso una mueca, mala cara y chasqueó la lengua, pasándose la mano por el pelo totalmente despeinado pero que no costó hacer que volviese a su estado común. - Eres un jodido cabrón, Mils...
Vio como este se sentaba y empezó a medio golpearle, en broma, como acostumbraban a hacer de vez en cuando. Stall se empezó quejando y terminó devolviéndole los golpes, terminando cada uno en una esquina casi de la cama, en el borde sentado, habiendo decidido que tras pasarse un poco de fuera ambos en los golpes, tenían que parar. Y cuando acordaron la paz, el metamorfomago se acercó un poco más al italiano para mirarle. - ¿Tienes algún cigarro o algo? Ya que has venido a despertarme al menos me habrás traído algo, ¿no?
Y simplemente aún con cara de dormido a pesar de la pequeña pelea en juego que habían tenido, se quedó mirándole, esperando una respuesta a eso, y también, sin preguntarle más que con la mirada, queriendo saber, que le dijese, que cojones era lo que quería para entretenerse.
- Draken U. Stall
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Re: Deja de dormir, vago
Ya sabía que si lo despertaba se pondría de mal humor, como si no, llevaban muchos años conociéndose. En Hogwarts habían compartido dormitorio aún cuando el pelimorado se había llegado a empeñar en vivir solo, y ahora que tenía la opción de hacerlo por las buenas no lo hacía… era un cabezota.
Tras la tontería de las hostias matutinas (la mejor forma de despertar a Stall era golpeándolo y haciéndolo enfadar mucho, por experiencia estaba ya comprobado), al fin pareció medio conforme con su visita. Y más le valía al bastardo, desde que su padre consiguió el permiso para llevarlo a trabajar con él a diario casi no se veían, un mes y medio, más le valía haberle extrañado.
-Eres un maldito, en serio – se acomodo al borde de la cama que tras tanta tontería estaba hecha un desastre y se sacó la caja de cigarros del bolsillo del pantalón – te traje todo lo que sé que quieres incluso cuando yo no pensaba fumar de más.
Le tendió la caja entera para que cogiera lo que quisiera, la mitad tabaco (de liar, de la mejor calidad como siempre) ya preparado, y la otra mitad porros también liados y listos para fumar. Era fácil diferenciarlos porque usaba papel distinto para cada uno y Draken ya sabría cual era cual.
-Soy algo así como el mejor amigo que puedas tener nunca Stall, a ver quien te regala eso sin motivos especiales, coge lo que quieras y el resto te lo guardas para más tarde y me invitas tu.
Le guiñó el ojo, obviamente bromeando, Draken no necesitaba caridad ni cigarros gratis pero ya por costumbre le daba siempre de los suyos porque así bien liados sabían mejor que los comerciales pero era un vago y no se los solía hacer él.
-Pasemos la mañana juntos ¿sí? Si vuelvo ahora tendría que ir a la toscana para no cruzarme con mi padre, y la piscina sola y abandonada es muy aburrida, podemos ir a alguna parte o me puedes contar que tal tus pociones o podemos ir a la piscina del campus a ver si hay alguna nueva que merezca la pena así…
Tras la tontería de las hostias matutinas (la mejor forma de despertar a Stall era golpeándolo y haciéndolo enfadar mucho, por experiencia estaba ya comprobado), al fin pareció medio conforme con su visita. Y más le valía al bastardo, desde que su padre consiguió el permiso para llevarlo a trabajar con él a diario casi no se veían, un mes y medio, más le valía haberle extrañado.
-Eres un maldito, en serio – se acomodo al borde de la cama que tras tanta tontería estaba hecha un desastre y se sacó la caja de cigarros del bolsillo del pantalón – te traje todo lo que sé que quieres incluso cuando yo no pensaba fumar de más.
Le tendió la caja entera para que cogiera lo que quisiera, la mitad tabaco (de liar, de la mejor calidad como siempre) ya preparado, y la otra mitad porros también liados y listos para fumar. Era fácil diferenciarlos porque usaba papel distinto para cada uno y Draken ya sabría cual era cual.
-Soy algo así como el mejor amigo que puedas tener nunca Stall, a ver quien te regala eso sin motivos especiales, coge lo que quieras y el resto te lo guardas para más tarde y me invitas tu.
Le guiñó el ojo, obviamente bromeando, Draken no necesitaba caridad ni cigarros gratis pero ya por costumbre le daba siempre de los suyos porque así bien liados sabían mejor que los comerciales pero era un vago y no se los solía hacer él.
-Pasemos la mañana juntos ¿sí? Si vuelvo ahora tendría que ir a la toscana para no cruzarme con mi padre, y la piscina sola y abandonada es muy aburrida, podemos ir a alguna parte o me puedes contar que tal tus pociones o podemos ir a la piscina del campus a ver si hay alguna nueva que merezca la pena así…
- Miles Selvaggi
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Re: Deja de dormir, vago
Sonrió ladeado al escuchar lo que le dijo de que le hubo traído, y enseguida puso la mano, recibiendo la cajetilla de cigarros y lo que no eran cigarros, y cogió uno de estos para fumar para si mismo, haciéndole un gesto a Mils que este supo interpretar a la perfección, viendo como su mejor amigo hacía exactamente lo mismo, y ambos empezaron a fumar de forma tranquila, despreocupada, sin permisos ni hostias; ninguno dejaría de fumar si le apetecía por mucho que fueran a estar en una habitación, ya se abriría la ventana o alguna mierda para que airease.
Guardadas el resto de cosas – basicamente dejadas encima de la mesita de noche, donde le otro lo vería facilmente si quería coger algo, y se medio recostó en la cama, medio apoyándose, un poco, sobre su mejor amigo. - Tenlo seguro del todo, dudo mucho que pueda encontrar nunca en la vida nadie mejor que tú, Milesin. - Le guiñó el ojo y dio una calada al cigarrillo por fin encendido, suspirando un poco y entrecerrando los ojos, bostezando apenas por la morriña que aún sentía.
Escuchó todas las posibilidades, que, en esos momentos a Stall le parecieron demasiadas por la sarta de palabras que el italiano soltó en un momento, pero que en realidad no fueron tantas, y le miró con el ceño fruncido y un gruñido. - Esperate un poco, tengo que despertarme... - Y volvió a bostezar, pasándose una de las manos, en la que no sostenía el cigarrillo, por la sien.
Suspiró de forma pesada y acabó por acomodarse bien, aprovechando la confianza sobrada que tenía con Miles para acomodar su cabeza en el regazo de este. - Podemos... no sé. No creo que haya nadie nuevo a quien poder ir a mirar a la piscina, ¿O has conocido a alguien y no quieres decírmelo? - Se puso a meterse con aquella tontería un poco y cuando acabó, relacionando el “no querer decirmelo” con sus pensamientos, una sonrisa cabrona se dibujó en sus labios, una que muy bien debía conocer Miles después de tantos años siendo colegas.
- Venga, ya sé que podemos hacer. Cuéntame de una vez que es lo que hiciste en tú iniciación. - Siempre insistía con aquello, sabía que para entrar a una de esas dichosas fraternidades tocaba hacer alguna mierda, y él quería saber que era lo que había tenido que hacer su mejor amigo; quizás fuera algo divertido, lo más seguro que no, por que sino el italiano podría habérselo contado según lo hubo hecho, ¿no?
Desde el momento en que el chico entró a su fraternidad, había tenido a Stall detrás insistiendo por saber, en un principio muy de seguido, después dándo tiempo entre insistencia e insistencia, y ahora ya cada vez que se acordaba, de forma muy aleatoria, insistía en saber.
- Seguro que es mucho más entretenido que me cuentes eso a hacer cualquier otra cosa. – Guiñándole el ojo.
Guardadas el resto de cosas – basicamente dejadas encima de la mesita de noche, donde le otro lo vería facilmente si quería coger algo, y se medio recostó en la cama, medio apoyándose, un poco, sobre su mejor amigo. - Tenlo seguro del todo, dudo mucho que pueda encontrar nunca en la vida nadie mejor que tú, Milesin. - Le guiñó el ojo y dio una calada al cigarrillo por fin encendido, suspirando un poco y entrecerrando los ojos, bostezando apenas por la morriña que aún sentía.
Escuchó todas las posibilidades, que, en esos momentos a Stall le parecieron demasiadas por la sarta de palabras que el italiano soltó en un momento, pero que en realidad no fueron tantas, y le miró con el ceño fruncido y un gruñido. - Esperate un poco, tengo que despertarme... - Y volvió a bostezar, pasándose una de las manos, en la que no sostenía el cigarrillo, por la sien.
Suspiró de forma pesada y acabó por acomodarse bien, aprovechando la confianza sobrada que tenía con Miles para acomodar su cabeza en el regazo de este. - Podemos... no sé. No creo que haya nadie nuevo a quien poder ir a mirar a la piscina, ¿O has conocido a alguien y no quieres decírmelo? - Se puso a meterse con aquella tontería un poco y cuando acabó, relacionando el “no querer decirmelo” con sus pensamientos, una sonrisa cabrona se dibujó en sus labios, una que muy bien debía conocer Miles después de tantos años siendo colegas.
- Venga, ya sé que podemos hacer. Cuéntame de una vez que es lo que hiciste en tú iniciación. - Siempre insistía con aquello, sabía que para entrar a una de esas dichosas fraternidades tocaba hacer alguna mierda, y él quería saber que era lo que había tenido que hacer su mejor amigo; quizás fuera algo divertido, lo más seguro que no, por que sino el italiano podría habérselo contado según lo hubo hecho, ¿no?
Desde el momento en que el chico entró a su fraternidad, había tenido a Stall detrás insistiendo por saber, en un principio muy de seguido, después dándo tiempo entre insistencia e insistencia, y ahora ya cada vez que se acordaba, de forma muy aleatoria, insistía en saber.
- Seguro que es mucho más entretenido que me cuentes eso a hacer cualquier otra cosa. – Guiñándole el ojo.
- Draken U. Stall
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Re: Deja de dormir, vago
Aquel era su primer cigarro de la mañana, así que le dio una calada honda, deseada, y suspiró al expulsar el humo. No había nada mejor para estar de un humor intachable que hacer cosas como aquellas, molestar a un buen amigo, fumar sin presiones… lo normal.
Aquel muchacho, su mejor amigo, era casi como su hermano, tenían un vinculo demasiado cercano, tanto que incluso se le olvidaba que por algunos momentos en su vida se había sentido físicamente atraído hacía él. Ahora y desde hace un tiempo su relación se había estrechado aún más, culpa de Bojan, Stall había necesitado a alguien que lo levantara y aún ahora siempre parecía más amargado que de costumbre.
Le dio su tiempo, para que se despertara y todo lo que quisiera y terminó fumando tumbado y mirando al techo, pensativo. Si que había conocido a gente del primer año pero no a nadie que mereciera la pena ir a ver a la piscina.
-No conocía a nadie, bueno, un tipo un poco raro el otro día en el bar, pero ni era tan guapo, y sé que este año entró una chica, amiga de Bo… que conocí hace tiempo, y otras tantas, son guapas todas, por eso dije… – se encogió de hombros, intentando disimular que ni quería nombrar a su hermano en la presencia del otro para no amargarlo, en caso de que se pusiera muy estúpido ya haría algo para arreglarlo, pero prefería que estuviera bien sin más.
Dejó aquello de lado y oyó la tontería que le estaba pidiendo, sería la enésima vez que le decía aquello.
-¿En serio vas a preguntarme por eso otra vez? Es un secreto de la fraternidad, cuando quieras entrar en la misma tu vas a ver que se hace – respondió algo huraño, porque ya estaba hasta los cojones de la pregunta del siglo, en realidad ni le molestaba tanto contárselo a él, pero sabía que estaría burlándose de aquello por toda la eternidad y no le apetecía recibir burlas, risas y bromas cada vez que dijeran algo sobre “comer” o sobre pizzas, y sabía que no habría modo humano de impedir que eso realmente pasara.
Se puso en pie, aún con las ganas que tenía de estar tumbado y fue a abrir la ventana totalmente para sentarse en el alfeizar, notar el aire salado de la zona siempre era agradable para él.
-Tanto tiempo sin hablar y solo se te ocurre eso. A ver, mejor cuéntame quien fue la última persona que ocupó tu cama. Aún no me has dicho que hay con Blue, está jodidamente buena ¿te la follas o ya te metió en la zona de solo amigos? Pregunto para atacar, porque ganas no me faltan.
Un cambio de tema radical, a ella la conocía por Wilhelmina, y también porque alguna vez su amigo la había mencionado, pero no llegaba a conocerla tanto como para saber que había entre ellos.
Aquel muchacho, su mejor amigo, era casi como su hermano, tenían un vinculo demasiado cercano, tanto que incluso se le olvidaba que por algunos momentos en su vida se había sentido físicamente atraído hacía él. Ahora y desde hace un tiempo su relación se había estrechado aún más, culpa de Bojan, Stall había necesitado a alguien que lo levantara y aún ahora siempre parecía más amargado que de costumbre.
Le dio su tiempo, para que se despertara y todo lo que quisiera y terminó fumando tumbado y mirando al techo, pensativo. Si que había conocido a gente del primer año pero no a nadie que mereciera la pena ir a ver a la piscina.
-No conocía a nadie, bueno, un tipo un poco raro el otro día en el bar, pero ni era tan guapo, y sé que este año entró una chica, amiga de Bo… que conocí hace tiempo, y otras tantas, son guapas todas, por eso dije… – se encogió de hombros, intentando disimular que ni quería nombrar a su hermano en la presencia del otro para no amargarlo, en caso de que se pusiera muy estúpido ya haría algo para arreglarlo, pero prefería que estuviera bien sin más.
Dejó aquello de lado y oyó la tontería que le estaba pidiendo, sería la enésima vez que le decía aquello.
-¿En serio vas a preguntarme por eso otra vez? Es un secreto de la fraternidad, cuando quieras entrar en la misma tu vas a ver que se hace – respondió algo huraño, porque ya estaba hasta los cojones de la pregunta del siglo, en realidad ni le molestaba tanto contárselo a él, pero sabía que estaría burlándose de aquello por toda la eternidad y no le apetecía recibir burlas, risas y bromas cada vez que dijeran algo sobre “comer” o sobre pizzas, y sabía que no habría modo humano de impedir que eso realmente pasara.
Se puso en pie, aún con las ganas que tenía de estar tumbado y fue a abrir la ventana totalmente para sentarse en el alfeizar, notar el aire salado de la zona siempre era agradable para él.
-Tanto tiempo sin hablar y solo se te ocurre eso. A ver, mejor cuéntame quien fue la última persona que ocupó tu cama. Aún no me has dicho que hay con Blue, está jodidamente buena ¿te la follas o ya te metió en la zona de solo amigos? Pregunto para atacar, porque ganas no me faltan.
Un cambio de tema radical, a ella la conocía por Wilhelmina, y también porque alguna vez su amigo la había mencionado, pero no llegaba a conocerla tanto como para saber que había entre ellos.
- Miles Selvaggi
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Re: Deja de dormir, vago
Escuchó como su mejor amigo comentaba aquello sobre ir a ver a gente nueva, a fichar a gente o lo que mierda fuera, pero sin ganas, simplemente puso una mueca de disgusto, desagrado, arrugando la nariz y alzando el labio superior por uno de los lados, después gruñendo y terminando por negar con la cabeza. - Ah, no... no me apetece. - Supo enseguida que la tía que conocía a “Bo” se trataba del hermano de Selvaggi, no era gilipollas. - Seguro que además esa tía es una zorra, y el imbécil de tu hermano ya se la habrá follado y le habrá pegado cualquier cosa.
Gruñó y negó, dando una honda calada al cigarro antes de girar el rostro a mirarle de nuevo de forma fija.
Soltó aquella pregunta que solía hacerle tras ver la mirada interrogante a su mirada fija y se terminó por echar a reír de forma divertida. - Venga, no seas cabrón y dímelo de una vez. Sabes de sobra que puedo pasarme toda la vida preguntándote por lo que pasó en tu iniciación. Va Mils, no seas mamón y dime. ¿Qué tuviste que hacer? No se lo diré a nadie, ya sabes que puedes confiar en mi, sé guardar secretos. Vengaaaaaa
Puso una mueca otra vez cuando vio como su mejor amigo se ponía en pie y desplazaba por la habitación, y terminó por suspirar de forma pesada, cansinamente.
Él mismo se puso en pie para acercarse al italiano y se quedó sentado justo frente a él, escuchando aquél cambio de tema nada disimulado.
- Supongo que Blue fue la última que me follé, si. – Se encogió de hombros y le hizo un gesto con la mano como de que “adelante”. - Puedes tirártela si quieres, no es como si no se la estuviese follando nadie más... es más, realmente si me dijese que solo folla conmigo me descojonaría en su cara. Seguro que se la está pasando por la piedra más de la mitad de la universidad... así que ataca. - Imitó un gruñido mal echo y se rió junto con su compañero.
Él ya contestó a lo que el otro acababa de preguntarle, así que... - Venga, dímelo, y te dejo elegir lo que hacemos el resto del día. Como si quieres que sea tu esclavo y haré todo lo que pidas. - Aquello en realidad, como el otro debía de esperar, haría lo que en realidad le diese la gana y no todo lo que Mils le fuera a pedir de hacer.
Gruñó y negó, dando una honda calada al cigarro antes de girar el rostro a mirarle de nuevo de forma fija.
Soltó aquella pregunta que solía hacerle tras ver la mirada interrogante a su mirada fija y se terminó por echar a reír de forma divertida. - Venga, no seas cabrón y dímelo de una vez. Sabes de sobra que puedo pasarme toda la vida preguntándote por lo que pasó en tu iniciación. Va Mils, no seas mamón y dime. ¿Qué tuviste que hacer? No se lo diré a nadie, ya sabes que puedes confiar en mi, sé guardar secretos. Vengaaaaaa
Puso una mueca otra vez cuando vio como su mejor amigo se ponía en pie y desplazaba por la habitación, y terminó por suspirar de forma pesada, cansinamente.
Él mismo se puso en pie para acercarse al italiano y se quedó sentado justo frente a él, escuchando aquél cambio de tema nada disimulado.
- Supongo que Blue fue la última que me follé, si. – Se encogió de hombros y le hizo un gesto con la mano como de que “adelante”. - Puedes tirártela si quieres, no es como si no se la estuviese follando nadie más... es más, realmente si me dijese que solo folla conmigo me descojonaría en su cara. Seguro que se la está pasando por la piedra más de la mitad de la universidad... así que ataca. - Imitó un gruñido mal echo y se rió junto con su compañero.
Él ya contestó a lo que el otro acababa de preguntarle, así que... - Venga, dímelo, y te dejo elegir lo que hacemos el resto del día. Como si quieres que sea tu esclavo y haré todo lo que pidas. - Aquello en realidad, como el otro debía de esperar, haría lo que en realidad le diese la gana y no todo lo que Mils le fuera a pedir de hacer.
- Draken U. Stall
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Re: Deja de dormir, vago
Cualquier cambio de tema parecía absurdamente imposible de continuar. Aquel chico, su mejor amigo, era el hombre más cabezón que había conocido en toda su vida, y tenía que decir que había conocido a infinidad de personas. De todos los tipos. Pero nadie como aquel, o al menos nadie con tanta confianza con él como para comportarse así, porque, por todos los malditos demonios del universo, llevaba meses negándole aquel secreto y ahí seguía, siempre igual y ya lo tenía cansado.
Aún tenía una última baza, intentar hablar de tías, de sexo, de algo así, eso les llamaba la atención a ambos y le gustó que siguiera la conversación. Se le hacía aún raro esa actitud en él, el Draken que conocía no era un estirado sexual ni nada, pero tampoco se dedicaba a reirse de alguien por “follar solo con una persona”. Por él perfecto, predicaba el sexo libre siempre, pero aún le molestaba que la actitud de su amigo la hubiera causado el estúpido de Bojan, intentaría arreglar aquello, aunque fuera por orgullo propio, por haber hecho él que se conocieran.
-Está bien, no sé si lo haré porque esta año tengo muchos proyectos en mente, pero realmente está buena, así que igual lo intento, hay pocas rubias tan bonitas ¿no quedaría perfecta para madre de mis hijos? Serían todos rubios con ojos azules, tengo que conseguirme a una así para el futuro – obviamente bromeaba tratando de alejar el tema de su iniciación, pero el pelimorado, tras burlarse de él, volvió al maldito meollo de la cuestión. Y encima de todo con chantaje, pero uno tan falso que casi le costaba no reírse.
Se giró y dejó de mirar por la ventana para mirarlo a él. Ahora estaba sentado con las piernas cruzadas en el alfeizar, suerte la suya que no tenía vértigo alguno.
-Voy a decírtelo, pero no puede salir de aquí. Si estas cosas se supieran no entraría nadie en la fraternidad, es más, yo me lo habría pensado antes de intentarlo si realmente hubiera sabido lo que me tocaba hacer - dijo pensativo, sabiendo que en realidad lo habría hecho igualmente, aquella fraternidad habría muchas puertas, puertas que valían la pena pagar con un poquito de humillación pública – y no creas que me engañas, si quieres ser mi esclavo mejor que lo seas cuando inicie el curso que pueda pedirte cosas útiles, ahora es pura tontería.
Se encogió de hombros y se puso en pie, dejando atrás la ventana. En realidad es que le daba vergüenza admitir lo que había pasado allí, en la fraternidad aquel día, pero no iba a dar marcha atrás.
-Como te rías te voy a estar dando hostias por meses, y si se lo cuentas a alguien eres hombre muerto.... a ver; sabes que son demasiado selectos y unos putos pijos, como tu dices ¿no? Pues resulta que los hijos de puta disfrutan humillando a los novatos, cuando llegué allí nos dieron un trozo de pizza a cada uno, nos pidieron masturbarnos con ellas e imagínate el resto, el último tenía que comerse todos los trozos, por suerte no éramos muchos – rápido, directo y sin dar detalles, porque no iba a decirle que encima de todo él quedó el último. Además se lo veía un tanto incómodo hablando de aquello, obviamente – y ni preguntes, ya has conseguido saberlo, ahora no me jodas.
Le dio la espalda y de paso una calada al cigarro, prefería no ver como se descojonaba de él, era una imagen tan sumamente ridícula...
Aún tenía una última baza, intentar hablar de tías, de sexo, de algo así, eso les llamaba la atención a ambos y le gustó que siguiera la conversación. Se le hacía aún raro esa actitud en él, el Draken que conocía no era un estirado sexual ni nada, pero tampoco se dedicaba a reirse de alguien por “follar solo con una persona”. Por él perfecto, predicaba el sexo libre siempre, pero aún le molestaba que la actitud de su amigo la hubiera causado el estúpido de Bojan, intentaría arreglar aquello, aunque fuera por orgullo propio, por haber hecho él que se conocieran.
-Está bien, no sé si lo haré porque esta año tengo muchos proyectos en mente, pero realmente está buena, así que igual lo intento, hay pocas rubias tan bonitas ¿no quedaría perfecta para madre de mis hijos? Serían todos rubios con ojos azules, tengo que conseguirme a una así para el futuro – obviamente bromeaba tratando de alejar el tema de su iniciación, pero el pelimorado, tras burlarse de él, volvió al maldito meollo de la cuestión. Y encima de todo con chantaje, pero uno tan falso que casi le costaba no reírse.
Se giró y dejó de mirar por la ventana para mirarlo a él. Ahora estaba sentado con las piernas cruzadas en el alfeizar, suerte la suya que no tenía vértigo alguno.
-Voy a decírtelo, pero no puede salir de aquí. Si estas cosas se supieran no entraría nadie en la fraternidad, es más, yo me lo habría pensado antes de intentarlo si realmente hubiera sabido lo que me tocaba hacer - dijo pensativo, sabiendo que en realidad lo habría hecho igualmente, aquella fraternidad habría muchas puertas, puertas que valían la pena pagar con un poquito de humillación pública – y no creas que me engañas, si quieres ser mi esclavo mejor que lo seas cuando inicie el curso que pueda pedirte cosas útiles, ahora es pura tontería.
Se encogió de hombros y se puso en pie, dejando atrás la ventana. En realidad es que le daba vergüenza admitir lo que había pasado allí, en la fraternidad aquel día, pero no iba a dar marcha atrás.
-Como te rías te voy a estar dando hostias por meses, y si se lo cuentas a alguien eres hombre muerto.... a ver; sabes que son demasiado selectos y unos putos pijos, como tu dices ¿no? Pues resulta que los hijos de puta disfrutan humillando a los novatos, cuando llegué allí nos dieron un trozo de pizza a cada uno, nos pidieron masturbarnos con ellas e imagínate el resto, el último tenía que comerse todos los trozos, por suerte no éramos muchos – rápido, directo y sin dar detalles, porque no iba a decirle que encima de todo él quedó el último. Además se lo veía un tanto incómodo hablando de aquello, obviamente – y ni preguntes, ya has conseguido saberlo, ahora no me jodas.
Le dio la espalda y de paso una calada al cigarro, prefería no ver como se descojonaba de él, era una imagen tan sumamente ridícula...
- Miles Selvaggi
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Re: Deja de dormir, vago
Y al final, por fin, después de tanta insistencia, Miles se lo iba a contar.
El metamorfomago, con un cigarrillo entre los dedos, dejándolo reposar entre los mismos y los labios de vez en cuando, alternando alguna que otra calada, se quedó mirando a su mejor amigo, esperando expectante escuchar lo que le tenía que contar. Aunque probablemente, si hubiera sabido de lo que trataba, no habría estado insistiendo tanto.
Una clara mueca de asco absoluto se dibujó en la cara del inglés, y este, se quedó con la mirada fija en los ojos de su mejor amigo cuando este tuvo los cojones de mirarle.
- ¡¿Y me besas con esa boca?! - Repitió la mueca de asco al quedarse callado y negó con la cabeza, bufando. - Que puto asco... menos mal que desde entonces te has lavado la boca demasiadas veces.... solo espero que después de hacer eso te desinfectases antes de haberme besado. - De nuevo la mueca de asco, y negó con la cabeza repetidas veces, suspirando pesadamente, bufando, y terminando por girar el rostro a mirar ahora él por la ventana, acercándose a la misma para medio asomarse, apoyando los brazos en el marco de la ventana, mirando hacia abajo, dejándose esta vez el cigarrillo entre los labios.
Arrugó la nariz solo de pensar que, a él en cuanto le hubiesen planteado esa prueba, les habría estampado el pedazo de pizza en la cara, y negó, queriendo olvidar aquello, o seguiría por largo rato poniendo mala cara.
Si. Había dado por supuesto que su colega había sido el que le tocó comerse todo aquello. ¿Sino por que mierda no le había contado eso desde un principio? Obviamente, por que le había tocado la peor parte, joder. Conocía a Mils de sobra como para no haber sacado en claro por aquellos datos, que había sido al que le tocó pringar.
Stall personalmente habría muerto, lo tenía totalmente claro. No habría hecho aquello ni de coña; ni pajearse con un pedazo de pizza, y menos aún, comerla.
El metamorfomago, con un cigarrillo entre los dedos, dejándolo reposar entre los mismos y los labios de vez en cuando, alternando alguna que otra calada, se quedó mirando a su mejor amigo, esperando expectante escuchar lo que le tenía que contar. Aunque probablemente, si hubiera sabido de lo que trataba, no habría estado insistiendo tanto.
Una clara mueca de asco absoluto se dibujó en la cara del inglés, y este, se quedó con la mirada fija en los ojos de su mejor amigo cuando este tuvo los cojones de mirarle.
- ¡¿Y me besas con esa boca?! - Repitió la mueca de asco al quedarse callado y negó con la cabeza, bufando. - Que puto asco... menos mal que desde entonces te has lavado la boca demasiadas veces.... solo espero que después de hacer eso te desinfectases antes de haberme besado. - De nuevo la mueca de asco, y negó con la cabeza repetidas veces, suspirando pesadamente, bufando, y terminando por girar el rostro a mirar ahora él por la ventana, acercándose a la misma para medio asomarse, apoyando los brazos en el marco de la ventana, mirando hacia abajo, dejándose esta vez el cigarrillo entre los labios.
Arrugó la nariz solo de pensar que, a él en cuanto le hubiesen planteado esa prueba, les habría estampado el pedazo de pizza en la cara, y negó, queriendo olvidar aquello, o seguiría por largo rato poniendo mala cara.
Si. Había dado por supuesto que su colega había sido el que le tocó comerse todo aquello. ¿Sino por que mierda no le había contado eso desde un principio? Obviamente, por que le había tocado la peor parte, joder. Conocía a Mils de sobra como para no haber sacado en claro por aquellos datos, que había sido al que le tocó pringar.
Stall personalmente habría muerto, lo tenía totalmente claro. No habría hecho aquello ni de coña; ni pajearse con un pedazo de pizza, y menos aún, comerla.
- Draken U. Stall
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Re: Deja de dormir, vago
-No seas idiota. Para empezar no he especificado que pasó después, así que no juegues a adivinar – dijo mostrándose un tanto arisco, orgulloso, como siempre – y además, hace un año de eso, así que no me toques los cojones ahora con que te da asco. Joder. ¿Que no has tenido nunca una polla en la boca? Pues no hay tanta diferencia.
Cuando el otro se acercó a la ventana para simplemente quedarse mirando a través de ella, pensativo, Miles se alejó de él. Aún con el cigarro en la boca y se puso a pensar en que demonios podrían hablar ahora que había comenzado una conversación poco agradable para ambas partes. Porque, a decir verdad, ni a él mismo le servía aquel razonamiento.
-¿Sabes que el otro día me tiré a la tipa esa que lleva el pelo pintado de rosa siempre? La que está en tu facultad... Mandy Stry-nosequé – hizo un pequeño esfuerzo por hacer memoria pero no hubo modo. Tampoco era tan importante – está jodidamente buena, no folla tan bien como habría esperado de alguien que va vestida de puta, pero tampoco fue un desperdicio. Lo hicimos en un aula de tu facultad – explicó como si realmente hubiera algo de interés en aquello. Solía contarle todo, porque no eso también – por cierto ¿sigues sin compañero? Podría venirme a dormir aquí el resto del verano, solo para molestarte, ya sabes, me agrada madrugar, abrir las ventanas, dejar entrar el aire fresco...
Se quedó mirando a su amigo con una sonrisa cabrona, queriendo molestarle, que no hiciera más preguntas sobre lo que había admitido antes, realmente podría meterse en problemas si se corrían rumores sobre el tipo de iniciaciones que había en la fraternidad, y también podrían quedarse sin “hermanos”.
-Oye, guarda el secreto; si alguien más termina sabiéndolo sabré que lo has contado tu. Tenemos algo así como un pacto de silencio.
Había estado sumamente tentado a darle un buen morreo, solo por gilipollas, pero realmente no le apetecía discutir con él mucho más de lo justo y necesario.
Cuando el otro se acercó a la ventana para simplemente quedarse mirando a través de ella, pensativo, Miles se alejó de él. Aún con el cigarro en la boca y se puso a pensar en que demonios podrían hablar ahora que había comenzado una conversación poco agradable para ambas partes. Porque, a decir verdad, ni a él mismo le servía aquel razonamiento.
-¿Sabes que el otro día me tiré a la tipa esa que lleva el pelo pintado de rosa siempre? La que está en tu facultad... Mandy Stry-nosequé – hizo un pequeño esfuerzo por hacer memoria pero no hubo modo. Tampoco era tan importante – está jodidamente buena, no folla tan bien como habría esperado de alguien que va vestida de puta, pero tampoco fue un desperdicio. Lo hicimos en un aula de tu facultad – explicó como si realmente hubiera algo de interés en aquello. Solía contarle todo, porque no eso también – por cierto ¿sigues sin compañero? Podría venirme a dormir aquí el resto del verano, solo para molestarte, ya sabes, me agrada madrugar, abrir las ventanas, dejar entrar el aire fresco...
Se quedó mirando a su amigo con una sonrisa cabrona, queriendo molestarle, que no hiciera más preguntas sobre lo que había admitido antes, realmente podría meterse en problemas si se corrían rumores sobre el tipo de iniciaciones que había en la fraternidad, y también podrían quedarse sin “hermanos”.
-Oye, guarda el secreto; si alguien más termina sabiéndolo sabré que lo has contado tu. Tenemos algo así como un pacto de silencio.
Había estado sumamente tentado a darle un buen morreo, solo por gilipollas, pero realmente no le apetecía discutir con él mucho más de lo justo y necesario.
- Miles Selvaggi
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Re: Deja de dormir, vago
Y ni falta le hacía que le especificase o no si había quedado el último, el primero o lo que fuera. Stall, al contrario de lo que a primera vista pudiera parecer, o al contrario de lo que algunas personas pensaran, era listo, muy inteligente, y sacar conclusiones sencillas no es que fuera muy complicado, no teniendo en cuenta que a Miles lo conocía desde hacía años. - No seas mamón, sé de sobra que aunque sea algo que no puedas contar por ser secreto de nosequemierda, si no te hubiera tocado joderte – Una mueca de nuevo al pensarlo – me habrías contado lo hijos de puta que habían sido en la iniciación, Mils.
Cuando el tema quedó de lado, se volvió tranquilamente hacia la cama para sentarse en la misma y se quedó mirando a su mejor amigo, entonces escuchándolo, frunciendo ligeramente el ceño. - ¿Pelirrosa? - Alzó una ceja y se quedó pensativo. Apenas recordaba haber visto a unas tres tías por allí con pelos de colores, y una de ellas había sido su ex. La que parecía ser que se había follado el mismo Miles; aunque la chica utilizase otro nombre, era el mismo apellido y no había ninguna duda “Strynosequé” era “Stryder”.
- Pfff... - Se rió y negó con la cabeza. - Harleen Stryder... es mi ex. - Le dio un golpe en el brazo a su mejor amigo y se quedó mirándole de reojillo, sonriendo cabrón. - Con suerte has sido el segundo que se la ha follado, aunque desde que la dejé se volvió muy puta, la verdad... a saber. Y si, no es que sea muy buena follando. - Afirmó y entonces la otra pregunta del chico hizo que el pelimorado se encogiese de hombros.
- Creo que si que han decidido a quien ponerme. - Rodó los ojos, suspirando después con resignación. - Solo espero que no sea un puto cerdo y que no huela a mierda o me cagaré en la puta y lo terminaré echando como suelo hacer, ya sabes. - Su amigo ya sabía esa manía de Stall, esa y todas prácticamente en realidad.
Fue a contestarle que él sería un buen compañero pero que por preferir comer pizza con condimento se quedó sin esa oportunidad, pero el italiano se adelantó y cambió de tema a que le prometiera no decir nada.
Asintió con la cabeza y le sonrió de medio lado. - No te preocupes, sabes de sobra que sé guardar secretos, y este se quedará entre tú y yo... relativamente, ya sabes. - Se echó a reír un poco; a fin de cuentas él no sabía quienes habían presenciado aquello, y por eso mismo el “relativamente”.
Tras suspirar, terminó por tumbarse en la cama y se quedó mirando a su mejor amigo. - Podemos quedarnos aquí un rato, ya después salimos a algún lado a comer lo que sea y si quieres nos vamos de fiesta a ver si conseguimos follar con alguien. - Le guiñó el ojo, dejándole a él elegir lo que quisiera hacer.
Cuando el tema quedó de lado, se volvió tranquilamente hacia la cama para sentarse en la misma y se quedó mirando a su mejor amigo, entonces escuchándolo, frunciendo ligeramente el ceño. - ¿Pelirrosa? - Alzó una ceja y se quedó pensativo. Apenas recordaba haber visto a unas tres tías por allí con pelos de colores, y una de ellas había sido su ex. La que parecía ser que se había follado el mismo Miles; aunque la chica utilizase otro nombre, era el mismo apellido y no había ninguna duda “Strynosequé” era “Stryder”.
- Pfff... - Se rió y negó con la cabeza. - Harleen Stryder... es mi ex. - Le dio un golpe en el brazo a su mejor amigo y se quedó mirándole de reojillo, sonriendo cabrón. - Con suerte has sido el segundo que se la ha follado, aunque desde que la dejé se volvió muy puta, la verdad... a saber. Y si, no es que sea muy buena follando. - Afirmó y entonces la otra pregunta del chico hizo que el pelimorado se encogiese de hombros.
- Creo que si que han decidido a quien ponerme. - Rodó los ojos, suspirando después con resignación. - Solo espero que no sea un puto cerdo y que no huela a mierda o me cagaré en la puta y lo terminaré echando como suelo hacer, ya sabes. - Su amigo ya sabía esa manía de Stall, esa y todas prácticamente en realidad.
Fue a contestarle que él sería un buen compañero pero que por preferir comer pizza con condimento se quedó sin esa oportunidad, pero el italiano se adelantó y cambió de tema a que le prometiera no decir nada.
Asintió con la cabeza y le sonrió de medio lado. - No te preocupes, sabes de sobra que sé guardar secretos, y este se quedará entre tú y yo... relativamente, ya sabes. - Se echó a reír un poco; a fin de cuentas él no sabía quienes habían presenciado aquello, y por eso mismo el “relativamente”.
Tras suspirar, terminó por tumbarse en la cama y se quedó mirando a su mejor amigo. - Podemos quedarnos aquí un rato, ya después salimos a algún lado a comer lo que sea y si quieres nos vamos de fiesta a ver si conseguimos follar con alguien. - Le guiñó el ojo, dejándole a él elegir lo que quisiera hacer.
- Draken U. Stall
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Re: Deja de dormir, vago
Logró dejar atrás el tema de su iniciación, realmente estaba en lo cierto Stall, pero no quería hablar de ello y mucho menos quería admitir que realmente él había terminado con todo. Sabía que aquello en el fondo fue bueno para él, se ganó el reconocimiento de algunos por no haberse rendido a mitad o algo así, pero a la vez era algo totalmente humillante, para él y para cualquiera.
Por eso fue que el tema se volvió hacía la pelirrosa, la hermosa chica que se había tirado en la facultad de medicina. Solo de pensarlo sonrió. Si todas las mujeres fueran tan fáciles...
-¿Tu ex? No tenía ni idea... tío, debiste habértela tirado como mil veces más, para darle práctica, es un poco guarra, no creo que te costara – dijo aquello sinceramente, le agradaba saber que a pesar de ser su ex, Draken estaba tan tranquilo al oírlo, suponía que aunque aquello fuera su ex novia no había tenido un “gran amor” hacía ella, al fin y al cabo ahí estaba la prueba, suponía que no estaría tan tranquilo si alguien que se hubiera tirado a Bojan se lo estuviera contando – ¿es la tipa con la que estabas en Salem? No sabía que era tan... tan... llamativa, ya me entiendes.
Se encogió un poquito de hombros, y volvió a dejar el tema, tampoco era la gran cosa, un polvo más, un polvo menos... Miles se había puesto en pie, se había terminado lo que estaba fumando hasta hacía un rato y ahora se había sentado en el escritorio, miraba a su amigo, lo oía hablar, sabía que podía confiar en él, lo sabía de sobra, de otra forma no se lo habría contado, obviamente.
-No seas vago. Vamos a salir, comemos algo, pero vamos a salir ya, estamos saltándonos el almuerzo – se volvió a levantar y comenzó a buscarle ropa a Draken – no es que tenga intenciones de tirarme a nadie, estúpido, pero tengo ganas de aprovechar el verano, vamos a comer ya, vamos a buscar alguna fiesta de estas de todo el día y después ya veremos si en serio podemos tirarnos a alguien o si nos jodemos y nos emborrachamos como locos. Podemos ir a mi casa, después a pasar el resto del día en la piscina, ya sabes.
Iba a esperar a que se vistiera y dijera algo para asegurar que si seguirían con ese plan. Era demasiado pronto para ir a un pub, estarían cerrados, pero siendo verano había fiestas en piscina y en cualquier otro lugar similar.
-Conozco a una chica que da fiestas casi todos los días, no tenemos más que ir con un paquete de cervezas y seguro nos invita a pasar ahí todo el día.
Por eso fue que el tema se volvió hacía la pelirrosa, la hermosa chica que se había tirado en la facultad de medicina. Solo de pensarlo sonrió. Si todas las mujeres fueran tan fáciles...
-¿Tu ex? No tenía ni idea... tío, debiste habértela tirado como mil veces más, para darle práctica, es un poco guarra, no creo que te costara – dijo aquello sinceramente, le agradaba saber que a pesar de ser su ex, Draken estaba tan tranquilo al oírlo, suponía que aunque aquello fuera su ex novia no había tenido un “gran amor” hacía ella, al fin y al cabo ahí estaba la prueba, suponía que no estaría tan tranquilo si alguien que se hubiera tirado a Bojan se lo estuviera contando – ¿es la tipa con la que estabas en Salem? No sabía que era tan... tan... llamativa, ya me entiendes.
Se encogió un poquito de hombros, y volvió a dejar el tema, tampoco era la gran cosa, un polvo más, un polvo menos... Miles se había puesto en pie, se había terminado lo que estaba fumando hasta hacía un rato y ahora se había sentado en el escritorio, miraba a su amigo, lo oía hablar, sabía que podía confiar en él, lo sabía de sobra, de otra forma no se lo habría contado, obviamente.
-No seas vago. Vamos a salir, comemos algo, pero vamos a salir ya, estamos saltándonos el almuerzo – se volvió a levantar y comenzó a buscarle ropa a Draken – no es que tenga intenciones de tirarme a nadie, estúpido, pero tengo ganas de aprovechar el verano, vamos a comer ya, vamos a buscar alguna fiesta de estas de todo el día y después ya veremos si en serio podemos tirarnos a alguien o si nos jodemos y nos emborrachamos como locos. Podemos ir a mi casa, después a pasar el resto del día en la piscina, ya sabes.
Iba a esperar a que se vistiera y dijera algo para asegurar que si seguirían con ese plan. Era demasiado pronto para ir a un pub, estarían cerrados, pero siendo verano había fiestas en piscina y en cualquier otro lugar similar.
-Conozco a una chica que da fiestas casi todos los días, no tenemos más que ir con un paquete de cervezas y seguro nos invita a pasar ahí todo el día.
- Miles Selvaggi
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