cosa del destino

- entonces....

Anne solía empezar las frases con un "entonces" como si se hubiera interrumpido una conversación hace tiempo, o fuera ella misma la que habiendo pensado mil cosas, solo animaba a esbozar una pequeña frase, en la cual el tamaño nunca definía el peso.

- ahora que estás de novia.... querrás unas noches a la semana la habitación para ti sola? 

Connie no le había dicho tal cual "estoy de novia hace tanto tiempo con tal sujeto, blabla", pero las cosas en la uni se sabían. Y Anne había pensado que la misma idea dicha de parte de Connie hubiera sonado horrible, que la pelirroja era muy educada como para andarla echándola del dormitorio conjunto y que por tal debía ser ella la que ofreciera "intimidad" por decirlo de algún modo.

Anne que seguía haciendo como que leía sentada a su escritorio, dio una vuelta a la página y agregó - quizá deberíamos tener un código... como en la películas. Un lazo rojo anudado en la perilla de la puerta - ahí si levantó la vista buscando a su compañera y rió.

Sabía bien que por el hecho de ser una Bloodworth, Anne era algo así como una hija de Satán de acuerdo al sin fín de protestas que se habían venido movilizando, y si bien era cierto que estaba inclinada a simpatizar con todos aquellos movimientos de resistencia, también era cierto que no encontraba a la chica precisamente un adefesio insoportable recién salido del quinto círculo del infierno. No tenían mucho en común, claro, pero como compañera de habitación tenía claro que no hubiera podido irle mucho mejor. 

Que procuraba mantener un perfil bajo, a fin de cuentas el hecho de sacarse una segunda carrera en América, lejos de su hogar y de quienes quería, era que necesitaba apartarse un poco de toda la locura. Estaba completamente convencida de que el no reconocer que hay un límite a lo que uno puede hacer y llevar encima era lo que había terminado de romper a su madre y no tenía ninguna intención de acabar así. Así que no. No se iba a meter en problemas innecesarios. No ahora. No aun. No, porque ella estaba de "vacaciones" (ajá, y por eso va y comienza a salir con un licántropo revolucionario).

Reconocía ese "entonces" velado, ese que dejaba caer como quien no quería la cosa cuando Anne quería hablar de algo. Vivir con alguien daba para irte familiarizando con sus modos y manías. Así que alzó los ojos verdes por encima de su laptop para mirarla y apenas escucharla, una sonrisa ladina apareció en sus labios.

- Aaaaaaah, ¡no lo sé! Supongo que resulta más sencillo el que nos veamos en su habitación, después de todo la tiene para él solo. Menos problemas de logística así. - Por decirlo de alguna manera. Se rio entre dientes, bajando la cubierta de su computadora con suavidad cuando Anne al fin volteaba hacia ella. 

- Aunque supongo que no estaría mal... ¿un lazo rojo, dices? Creía que en las películas usaban calcetines. - Porque claro, el cine americano enfocado en el degenere universitario era todo un género por sí mismo. Le dio risa solamente de pensarlo. ¿Por que entradas en calor quien iba a tener cabeza para amarrar un nudito con listón en la perilla de la puerta?

-yo quería ser...... glamorosa... - otra manía, hacer pausa en el medio de las frases para encontrar un segundo después la palabra correcta de la cual reírse o para enfatizar. - pero podría ser un calcetín, total aquí no abundan los elfos... - Y eso hacía un referencia costumbrista a los años adolescentes en Hogwarts, que para todos eran más o menos igual por estar plagados de mitos de todos los tiempos que se acumulaban entre las paredes de piedra. 

Y volvió a reír cerrando ella su libro y hasta poniéndose más de costado en su silla, como si ahora si se hubiese iniciado una conversación. Anne también era reservada, quizá no se notaba tanto porque, por su apellido, todo mundo hablaba de ella o secreteaba sobre ella, su familia, las "ideologías". Y si no era así, al menos una vez por semana salía una nota en algún papel, ya fueran de las serias que aplaudían o escupían al emporio del dinero yanqui del que su apellido tenía todas las culpas, o de las de brillantina, que le adjudicaban enfermedades horrosas, noviazgos y amantes, por lo menos.

Pero si a la realidad cotidiana se refería, Anne jamás se había mostrado ni besándose con nadie, ni coqueteando más que lo que haría cualquier veintianiera y menos aun doblando en un pasillo por no mirar a la cara a un delta revolucionario. Tampoco se explayaba hablando de política! había adquirido el pensamiento de que sobre ciertos temas no le convenía hablar y al final, quizá si, daba la imagen de una niña superficial a la que no le interesaba involucrarse con la realidad porque... al fin y al cabo, ella por ser quien era, tendría la vida resuelta.

- no sabía que los delta también contaba con dormitorios individuales... Como sea, algún día tendrás que traerlo a casa...- sonrió señalando con ambas manos el tierno hogar que compartían - me lo presentas, le digo hola y chau y me busco una escusa para partir... - había quedado muy obvio que deseaba ser "amiga de ella" o que por lo menos si eran compañeras de cuarto podía charlar casual con ella, su novio, sus amigas, lo que fuera que hiciese de la vida de Connie?...

- No es el creepy que te visitó aquella noche, no?... - Anne ya sabía quién era el novio de la pelirroja y por eso se animó a decirle "creepy" al otro. Pero igual, quería conversar, quería dejar de leer sobre mecanismos de inversión!

Por alguna razón la idea de un elfo doméstico robándose un calcetín usado como código para indicar que tras la puerta había una pareja en pleno desenfrene le pareció tan ridícula, de na manera graciosa, que no pudo hacer otra cosa que echarse a reír. - Bueno, sí, en eso tienes razón. ¡No se me ocurre nada menos glamoroso que un calcetín! -  A menos que alguien decidiese colgar ya directamente las bragas de la perilla y mandar la sutileza a freír. Seguro ya habría ocurrido en esos dormitorios y debía ser una historia de esas que se vuelven mito urbano. 

- Quien lo diría, ¿no? No es una casa tan bonita como las demás pero... - Se encogió de hombros. Su interés en todo lo referente a las fraternidades era en verdad nulo. Por lo menos hasta el momento. Y aunque en Epsilon parecían estar más afines con sus ambiciones y metas, no se había ni siquiera planteado el tratar de entrar. Por el momento estaba bien como estaba. No era sería ella quien rechazara la importancia del networking, pero todo sonaba a un compromiso demasiado grande que no tenía ganas de buscar. 

- ¡Cómo crees! No voy a traerlo aquí un día solo para echarte. - Le aseguró, aun riéndose, hasta que finalmente se quitó la computadora del regazo con las mismas intenciones que Anne mostraba al dejar el libro de lado. Se acomodó mejor sobre su cama y le miró con curiosidad. - Pero sí, te lo presentaré. - Le sonrió. Y sí, Anne era una Bloodworth y Jacob se la pasaba en protestas contra todo lo que su apellido representaba, pero era su compañera de habitación y nunca la había tratado mal, así que portarse mal con ella estaba fuera de discusión.

La sola mensión de su aterrador encuentro nocturno con Sonny le provoco escalofríos, tanto como para frotarse los brazos y poner una mueca de disgusto en el rostro. - Ugh, no, ese es Sonny Pazzolli, que también está en Delta. Super divertida la situación, ya te imaginarás... - Sacó la lengua. No podía ni verlo. Eww. 

- Tú no tienes planes de unirte a alguna fraternidad. Todavía no tengo muy claro como funciona todo aquello... - Bueno, era verdad. Que no tuviera intenciones de participar en todo ese teatro no quería decir que no le provocara curiosidad.

Bueno, ese Sonny parece loco pero los Delta suelen ser divertidos... - no podía decir "inofensivos", pero divertidos era un elogio. Su amiga Jordan era delta y por muchas más que las obvias razones ahora estaba distanciadas, pero eso no le quitaba haber sido toda la vida adolescente su compañera de trampas y alegrías. 


Yo tampoco lo tengo claro...  y me gustaría no... no tener el compromiso de pertenecer a ninguna. - Ya bastante con el apellido que le tocaba. Además creía que todo era un circo infernal! pero eso no podía decirlo en voz alta, tampoco el hecho de que su madre la quería en Epsilòn lo antes posible, que su madre le manejaba la vida y ella quería complacerla a toda costa, mejor dicho. Y ese era el problema: cuando te pones a charlar con alguien, hay que si o si contar cosas de uno mismo, y Anne estaba tan a la deriva en esos terrenos, que tenia que pensar cada palabra cinco veces. Apuró a completarse - todos dicen que es como una familia y cuestiones significantes de "pertenencia", pero yo me he enterado que las iniciaciones son terribles... cero misericordia. 




Y alzó las cejas agregándole gravedad al asunto graciosamente. Y luego se sinceró un poco - cuando entré me ilusionó eso de la "familia" - Anne que se había pasado desde los cinco años en otro continente, sin padres ni hermanos, ni nada -  pero he conocido todas las casas, exepto la delta, y no me ha parecido así... No siento que sea como Hogwarts, eso si era como una familia, teníamos hasta un jefe que nos cuidaba, un adulto referente de verdad... Aquí imagínate que el presidente de los Alphas es Bill, mi primo. Qué clase de confianza te da eso?...




Y se sonrió cómplice. - de todas formas diga lo que diga terminaré siendo Epsilòn, si todo sale bien... a menos que muera en la iniciación... - eso mismo, al fin y al cabo no importaba lo que ella quisiera, seria una Ep como su madre requería y ya. - tu también podrías, tienen un perfil de jóvenes inteligentes, que se valen por si mismas, cierto orgullo de querer destacar por buenas razones y no cuestiones superficiales.... Bueno, este es el discurso oficial, porque tienen que diferenciarse de las TPA, que son las bonitas y huecas, supuestamente.