So You Want to Be an Animagus

Había separado el Aula de Transfiguraciones como le había dicho a Mina que lo haría, había sido sincero, estaba aprendiendo animagia y ella se había ofrecido a ayudarle. El Decano fue lo bastante amable para aceptar la reserva del aula, pero comentó que una sola persona no sería suficiente para ese tipo de actividad que requería de supervisión de un profesor en caso de que algo no saliera bien o de un Animago de nivel experto además de Wilhelmina.
 
Es mejor prevenir, había dicho el decano y Marcellus simplemente aceptó antes de ver que el nombre que le habían dado era nada más y nada menos que Lucian Den Adel. Sintió un ligero dolor en la sien, probablemente una vena agitada por su enfado, pero lo dejó pasar con un largo suspiro, ahora tendría que hacer el aula a prueba de sonido aparentemente, aunque esperaba que no fuera necesario.
 
Le mandó un patronus a Mina para comunicarle de este hecho, porque los dioses sabían que si no le avisaba entonces él tendría las de perder y probablemente todo eso sería su culpa por alguna mística razón que en ese momento no podía figurar pero saldría eventualmente.
 
El decano accedió y nos ha prestado el aula, pero como es una clase de transfiguraciones avanzada y el profesor de la materia no está disponible esta semana, se requiere otro animago presente por seguridad, está en el libro de reglas aparentemente. Le mandaron habla a Lucian.
 
Al menos era alguien que ambos conocían y se llevaban bien, pese a todo el desastre que últimamente habían tenido que pasar porque Marcellus se le ocurrió hablar sobre Laise y luego todo se salió de control.  
 
"Tú y tus brillantes decisiones Jair," dijo entre dientes caminando hacia el aula, se la había pasado leyendo sobre el tema, como lo hizo antes cuando Duncan y Lidia le estaban orientando al respecto, pero ahora que ya tendría una verdadera practica quería estar preparado. 

Entró al aula entonces, esperaba que fuera una día productivo y que nadie saliera moribundo, en especial él.

Al recibir el patronus de Marcellus, Mina no pudo evitar arquear las cejas. Como si la vida no fuera ya lo suficientemente incómoda por sí sola como para encima tener que aguantar eso. Respiró profundo y decidió que nada de eso la iba a afectar. Ese día se había sentido particularmente mal por la mañana, con unas náuseas terribles y mareos, los bebés parecían negarse a cooperar, como si le exigieran un respiro. Pero obviamente, no se los iba a dar, ya habría tiempo para descansar cuando se empezara a notar el embarazo. Se comunicó con Kael Lovecraft para pedirle permiso para tomarse una poción revitalizante y ya, eso había sido todo.

De cualquier forma estaba odiando infinitamente al decano por no confiar en sus habilidades, fueran o no fueran reglas o a saber qué. O sea, seguramente era mucho mejor en transformaciones- de cualquier tipo- que cualquier profesor de transformaciones de todos modos, pero ni cómo decirle algo así a la autoridad, a la que hacía años que no desafiaba con nada, desde Salem. Porque ahora “era buena chica”.

No había asistido a la clase de Macroeconomía precisamente por sentirse terrible,
Pero para cuando estaba caminando hacia el aula, se sentía mucho mejor, renovada, hasta capaz de saludar de buena gana a un grupo de chicas TPA a las que se había encontrado a medio camino, aunque la vieron extrañadas porque definitivamente, no llevaba el look de siempre. No se notaba aún su panza, pero ella sentía que su cuerpo ya era distinto. Adiós crop tops y vestidos entallados. Ahora parecía más la chica de hacía un par de años.

Entró al aula y vio a Marcellus. Le sonrió como en automático y aventó su mochila sobre la primera banca que se encontró. No tenía ánimos ni para saludar decentemente, pero se encargaría de que aquello no saliera mal en lo absoluto.

-Ok, bueno. Antes de que llegue Lucian podrías irme adelantando qué te enseñaron en la teoría.

___

ropita-

Su vida académica iba viento en popa, sus esfuerzos por ser el mejor en su clase estaban dando frutos. Todos sus desvelos habían valido totalmente la pena. Al ser uno de los pocos animagos registrados en Basset-Knapp, una de las clases en la cuál permanecía la excelencia era transformaciones. Por tanto, el profesos Wilham le había pedido expresamente que le ayudara si había alguien interesado en repasar la teoría de la transfiguración, ya que se encontraba muy enfermo y no podía asistir a clases. El decano dio el visto bueno y fue así que Lucian pasó de ser un alumno más a ser el adjunto en transformaciones. 

No le habían dicho quienes serían las personas a las cuáles iba a enseñarles los principios de la animagia, de haber sabido desde un inicio se hubiera negado rotundamente. Las cosas con Marcellus Lovecraft no andaban bien y con Mina eran un constante estira y afloja, podría haberse evitado los disgustos pero no, debía cumplir, era su deber. 

Al llegar al aula, solo vio dos siluetas dentro, sonrió confiado ya que una clase para dos personas sería ideal como su primera clase oficial y además, podría brindarles la atención necesaria. Llevaba una sonrisa en el rostro que enseguida se desvaneció al ver de quién se trataba. Puso su mochila en el escritorio del profesor y se sentó en la silla, sin hablarles a ambos. Colocó sus brazos adelante y entrelazó sus manos. 

-Así que tú eres el interesado, qué sorpresa. No sabía que serías tú quién iba a enseñarle a Marcellus. Yo solo estoy aquí como asesor, por mi no se detengan y hagan lo suyo. Si se atoran, avísenme-
 
Iba a mantenerse fresco y tranquilo. De nada servía ponerse como energúmeno estando Marcellus frente a él, además no estaba seguro pero intuía que Mina ya le había dicho que pasó entre ambos aquella vez en su habitación.

Saludó a Mina con un gesto de cabeza y una sonrisa solamente. Había tenido una mañana francamente muy complicada, fuera de las clases aunque el Profesor Montag había sido particularmente exigente ese día, por alguna razón que no entendía ni quería saber, por fortuna no había salido humillado de esa clase porque sólo eso le faltaría, ahora que era presidente de la Fraternidad tenía que hacer el triple de esfuerzo por mantener cierto estándares que se esperaban de él. Le estaba costando un poco más trabajo de lo que inicialmente creyó, pero lo estaba haciendo un buen trabajo, aunque agotador, quizá en un par de semanas ya no sería tan difícil.
 
"Va desde lo básico, la forma animal que tome es un reflejo de mi naturaleza, algo más libre y salvaje… si bien puedo orientar cual es la forma que quiero tomar, al final será decisión de la relación entre mi naturaleza y la magia que la conecta," le dijo recordando la forma en que Lidia y Edgar le había explicado, así como los escritos que consiguió al respecto, "Estuve siguiendo las indicaciones que me dieron inicialmente…"
 
Se sentó en el piso de lámina de madera, cruzando las piernas, "Enfocarme en sentir cada parte de mi cuerpo, ser consciente de cómo soy en este momento, para poder manipularlo, ¿cierto?"
 
Había seguido ese ejercicio de meditación por semanas, Lidia había sido de gran ayuda, pero el tiempo que ella tenía era limitado, después de todo tenía un bebé de menos de un año al cual cuidar y Marcellus no quería molestarla, fuera de eso, confiaba en Mina y sus habilidades en la materia.
 
Estaba hablando con llegó Lucian y tuvo que contenerse para no hacer su expresión de disgusto muy obvia. Mina le había mostrado el recuerdo de lo que Lucian le había hecho, cosa que le había enfadado de sobremanera, no tenía derecho a hacerle daño, no cuando la información que le sacó a Marcellus usando el suero  había apuntado exactamente en otra dirección, para empezar. 

Al final lo miró con los ojos en blanco un momento, asintiendo con la cabeza antes de regresar su atención a Mina.

El sonido de la voz de Marcellus actuó como bálsamo para tranquilizarla del mal humor, como un efecto inmediato. Respiró profundo y soltó el aire por la boca. Alzó la vista hacia él mientras le contaba lo que le habían enseñado. Asintió con lo que le decía sobre ese ejercicio de meditación que era lo más básico de esa enseñanza. Ella le había dejado a Harley instrucciones sobre eso, y que lo tenía que hacer todos los días y que ella se daría cuenta si no practicaba.

Desvió la vista cuando llegó Lucian en su dirección. Lo saludó con un gesto de la mano y asintió, aunque tenía muchas ganas de decirle que realmente no lo necesitaban, no por él, sino porque seguía molesta porque el decano pensara que algo se le podía salir de las manos a ella, A ELLA que había ganado premios en Transformaciones durante todo Salem.

Aunque por otro lado, tenía que admitir que estaba muy cansada ese día en particular, que los clones habían decidido hacer de las suyas y portarse pésimo. No se le notaba por las pociones, así que, en cierta forma, era bueno que Lucian estuviera ahí, aunque su ego se viera afectado.

-¿Quién mejor si no yo? Ya sabes que nos encanta enseñarnos cosas.

Claro, como siempre, no podía dejar de lado las ironías, mucho menos cuando estaba en ese estado alterado. Y sí, se refería a que ahora Lucian también sabía demasiadas cosas sobre ella, incluyendo lo de la oclumancia.

Obviamente, no era la mejor en cuanto a mantener las cosas sin tensión respectaba, por el contrario. Sonrió a medias y luego volteó a ver a Marcellus.

-Ok, y ¿pasaste a la parte en donde tenías que intentar conectar con un animal? Es más o menos parecido a la primera parte de la meditación. ¿Recuerdas que me dijiste que te gustaría volar? Ese mismo ejercicio de meditación aplícalo a la inversa, intenta entender un cuerpo que no es tuyo. ¿Llegaste a ese punto?

-¡Uy si! Me consta que les gusta enseñarse cosas...- 

Si querían comenzar con las ironías y los sarcasmos, por el animago, que así fueran las cosas. Se sabía manejar perfectamente en esas artes, incluso siendo bastante espinoso y con todo el dolo del mundo. Le devolvió la sonrisa a medias y colocó la palma abajo del mentón, como quién esta aburrido y observó a los dos con sumo cuidado. Lucian no era ególatra, ni vanidoso, solo en cuestiones académicas, lo era y bastante. Él no había necesitado competir bajo ninguna circunstancia, ni demostrar qué era mejor, ¿por qué? Simplemente por que lo era, ni en Salem y ahora en BK había necesitado tutorías, por alguna razón lo habían mandado a él a supervisar la clase de Mina con Marcellus. 

-Intenta pensar en el animal que te trae paz. Creí que mi animal interior sería un mustango salvaje, me traía paz y tranquilidad verlos correr; libres, indomables y nobles, en momentos de crisis- Dijo aquello después de que Mina terminara de hablar. Solo estaba siendo mucho más incisivo en lo que ella intentaba decirle, Lucian sería el atajo al camino que la epsilon tuviera trazado para Marcellus.

Se sonrió por la forma en que ambos estaban actuando, era evidente que el ambiente estaba cargando de una incomodidad que probablemente no haría las cosas más fáciles, pero al menos no se estaban sacando los ojos los unos a los otros. Miró a Lucian con una media sonrisa, escuchando lo que decía así como había escuchado a Mina, tomando las palabras de ambos en cuenta.
 
Se acomodó en el suelo, mirándolos a los dos antes de hablar, "Cuando estaba meditando empecé a sentir una forma diferente," levantó un mano, "Podía ver la estructura de un ave, desde la forma en que se extiende el hombro hasta los 'dígitos' que sostienen las alas."
 
Ladeó la cabeza, parpadeando mientras se veía las manos antes de juntar los dedos, cerrando los ojos para imaginar cómo su estructura iría cambiando si hacía la práctica de forma correcta. Quería intentarlo con ellos dos presentes, si algo no salía bien por lo menos tendría quien pudiera ayudarlo, porque si bien conocía muy a pecho la teoría que había leído, hacerlo ya era algo un poco diferente.
 
"Se siente sumamente ligera esa forma, pero fuerte a la vez, así que supongo que es un ave de vuelo rápido y prologando," le dijo a ambos, "¿Cómo puedo cambiar de forma? Nicole lo hace ser muy sencillo, ya ni la varita usa."
 
Su prima le había dado instrucciones precisas, como todo lo que ella hacía, pero Marcellus prefirió practicar con Mina y ahora con Lucian, les tenía confianza, aunque tuviera una aspereza con Lucian en ese momento por todo el desastre que había ocurrido.

Mina se mordió el labio cuando Lucian hizo aquella acotación, pero no dijo nada más porque no era su intención llevarle la contraria o parecer una demente. Además, por una vez, decidió que no iba a hacer y decir más tonterías de las normales con el única objetivo de que Marcellus no terminara con cuerpo de ganso para siempre, o peor, encerrado en su cuerpo animal por la eternidad. Sonrió por la manera en que preguntaba cómo podía cambiar de forma, y porque comentaba que Nicole ya no usaba la varita para transformarse si quiera.

-Al principio vas a necesitar usar la varita porque digamos que es como tu catalizadora de magia, tu herramienta. Cuando lanzamos un hechizo la magia pasa a través de nuestro cuerpo primero, por eso cuando lanzas una maldición demasiado potente a veces hasta sientes que se te duerme el brazo, o que te da un calambre.

Y no, no estaba siendo particularmente provocativa con ese ejemplo, recordándoles que a ambos les había lanzado maldiciones horribles en alguna ocasión de la vida, aunque a ninguno de los dos les había hecho verdadero daño por una u otra razón.

-Pero ahí está la clave. La magia realmente está en nuestro cuerpo, justo como el animal que llevas dentro. Una vez que aprendes a controlar al cien por ciento tu naturaleza, tú tampoco necesitarás la varita. La forma animal es algo que el animago tiene dentro de sí, no necesitas una herramienta para dejarlo salir al mundo, la única herramienta es tu propio cuerpo y el control que tienes sobre él.

Se remojó los labios y se sentó en una de las bancas, a una distancia prudente de Lucian, pero tampoco como si quisiera evitarlo a toda costa, porque no era así.

-Eres legeremago, y uno muy bueno. Sabes que la mente hace cosas importantes. Vuelve a aplicar ese ejercicio de meditación y figúrate que miras hacia adentro. Tu cuerpo no se va a transformar en vivo, no frente a nosotros, al menos no en esta ronda, pero si realmente te concentras y ejerces control sobre ti mismo, y pones atención a cada uno de los detalles, reconocerás al animal y te sentirás como él. Solo por dentro. Avísanos cuando lo tengas.

-No es solo eso Marcellus. Como legeremago, sabes que hay rincones de la mente que aún para alguien tan capaz como tú, es imposible de ver. Existe el riesgo de que en tu primera transformación te quedes en la forma animal para siempre. No soy trágico, sino realista y Mina parece que olvidó mencionarlo. Es por eso que la meditación es la clave, estar y mantenerte tranquilo, no importa lo que haya alrededor. - 

No lo decía para molestar a Mina, aunque algo de eso si había, lo cierto era que no le había mencionado explícitamente los riesgos de la primera transformación. Muchos animagos se habían quedado en su forma animal en su primera transformación por que no pudieron mantener la consciencia humana en su forma salvaje. Lucian creía que cualquier persona tenía el potencial para ser un animago, lo importante del asunto era la fuerza de voluntad y el autocontrol que tenías sobre ti mismo. La varita era una herramienta de vital importancia, como lo había dicho Mina, era el catalizador por excelencia, debía aprender a transformarse con todo y varita. 

-Para ser más claro, es como aplicar el legeremens sobre ti mismo y leer que bestia llevas dentro. Considerando tu personalidad y tu inteligencia...pienso en un felino, quizá una pantera o un leopardo, pero ya escuché que te sientes más identificado con un ave, entonces un cuervo sería lo ideal.-

Le apasionaba muchísimo la animagia y se notaba. Ya había olvidado por ese instante que las cosas entre Marcellus, Mina y él no estaban bien, todo con el afán de lograr que Marcellus se convirtiera en un animal esa tarde, no importaba lo que tuviera que hacer.

Tenía la varita entre las manos, escuchando las palabras de Mina atentamente, observando la varita mientras le explicaba cómo es que al principio debía usarla, lo cual tenía sentido, la magia no venía de la varita sino de su interior, por lo que eventualmente con práctica podría dejar de usarla, de la misma forma que Nicole y Duncan lo hacían.
 
"Una transfiguración a mí mismo, por así decirlo, por eso requiero la varita hasta saber hacerlo sin necesidad de ella, porque la magia no la estoy dirigiendo fuera de mí sino a sí mismo, ¿algo así?" preguntó entonces, poniendo en palabras propias las cosas que había escuchado de otros animagos, los libros que había leído así como las explicaciones de Mina y Lucian.
 
Miró a Lucian, la forma en la que hablaba era realmente interesante, se notaba que tenía gran gusto por el tema y la forma en que lo explicaba le dejaba en claro algunas dudas, sobre todo si el animal en cuestión era a elección o simplemente relacionado con su personalidad, como la forma en que su varita lo había elegido a él de todas las que había probado ese día, hasta dar con aquella que lo había elegido a él.
 
"Entiendo," dijo entonces, "Muy bien, lo identificaré."
 
Asintió con la cabeza entonces, tomando la varita entre las manos mientras cerraba los ojos y erguía la espalda, sentándose derecho en la posición que usaba para meditar. Había pensado en que sería su animal en interior en varias ocasiones, había pensando en felinos como había sugerido Lucian, después de todo su patronus por mucho tiempo había sido un leopardo, también había pensado en cánidos, por el tipo de núcleo que tenía su varita, pero al final, al cerrar los ojos y concentrarse en leer su propio pensamiento y no el de otros, lo que veía era el cielo de la tarde, alto en vuelo.
 
Inhaló profundamente, aclarando su mente mientras se concentraba en usa imagen del cielo, donde no sabía si era el amanecer o el atardecer, ese punto preciso en que el día y la noche se confunden, tan iguales y diferentes a la vez, como él y su personalidad así como aquella que se oculta en sí mismo. Se sintió identificado, viendo con otros ojos y sintiendo con una forma que era suya aunque a la vez era distinta.
 
Sintió un dolor que no esperaba, como si su cuerpo entero se estremeciera de golpe, pero dejó fluir el sentir en lugar de pelear contra este, se dejó llevar por temor a detenerse, como cuando aprendió a volar en escoba o la primera vez que usó legeremancia de forma correcta, creía que si se detenía abruptamente sería más contraproducente que simplemente dejarlo pasar.
 
Para cuando el dolor desapareció y se sintió él mismo de nuevo pero diferente a la vez, el mundo parecía más grande y su visión había cambiado, la forma en que todo se veía era distinta y a la vez era increíble, intentó hablar y en lugar de eso produjo un sonido fuerte, un graznido y extendió sus apéndices, tenía alas y no le costó dar un impulso para alzar el vuelo, aterrizando sobre el escritorio viendo a Lucian y Mina girando la cabeza. 

Se había convertido en un cuervo de plumaje negro, pero sobre la unión de una de las alas algunas de sus plumas eran de tenían un tinte azulado más pronunciado asimilando la cicatriz en su espalda, además sus ojos eran verdeazules. Agitó las alas y de nuevo se levantó solo para posarse sobre la cabeza de Lucian y agarrar su cabello porque estaba brillando por el reflejo de la luz, uh… no entendía por qué había hecho eso.

Mina estaba tratando muy duramente de no ponerle los ojos en blanco a Lucian por la forma en que hablaba, dándose ínfulas como si acaso supiera más que ella, o como si estuviera empeñado en demostrar eso cuando no era así en lo absoluto. Se mordió el interior de la mejilla para no decir nada y recordarse que estaba ahí por Marcellus y nada más y evitó frases sarcásticas como “¿será que no lo dije porque ya sabe toda la teoría y OBVIO ha leído sobre los riesgos?” y cosas por el estilo. Lo dejó estar. Si era muy importante para él hacerse el experto, se lo iba a permitir solo por no armar líos.

Ella no se imaginaba a Marcellus como felino, aunque quizá era porque en el fondo estaba deseando que se convirtiera en algún tipo de ave para que pudiera volar con ella, si era que podían seguir manteniendo esa relación amigable sin la tensión que le imponía Marcel de por medio y sin que ella se volviera loca por cualquier cosa. Lo miró fijamente tratando de descifrar lo que vendría después, todavía curiosa por el resultado de su personalidad dual.

Se quedó callada en su lugar mientras Marcellus se ponía en posición. Mantenía la varita firme en su mano por si surgía alguna eventualidad, algún percance que lo pusiera en riesgo. Sabía que había muchos, pero también cómo contrarrestarlos. Por ejemplo, si notaba que no tenía mucho control de su consciencia humana aún en ese cuerpo animal, tenía que regresarlo a su forma humana de inmediato.

Miró su transformación con atención. Estaba siendo demasiado gradual y seguramente por ende, algo dolorosa. Las primeras transformaciones siempre eran lentas y algo tortuosas, aunque nunca tan tortuosas como las de un licántropo –nunca, jamás. Pero el resultado fue perfecto. Mina sonrió ampliamente y se levantó de la banca donde se había sentado para acercarse a Lucian, que tenía a ese nuevo Marcellus en la cabeza. Olvidó las rencillas solamente para pasar los dedos sobre el plumaje del cuervo. Ahora tocaba saber si Marcellus aún tenía suficiente consciencia animal.

-Grazna dos veces si me entiendes.  

Le dijo con la varita en alto por si tenía que hacer una transformación muy rápida.

Los comentarios que hacía eran con todo el afán de molestar a Mina y de paso a Marcellus, de provocarlos solo por que se le daba la gana hacerlo. Sin embargo, el tema de las transformaciones, la transfiguración y sobre todo, la animagia le era demasiado importante, era parte de su escencia, de quién era en realidad. Una vez Cassandra Ludovic le dijo que el grifo era expresamente la definición de si mismo: fuerte, valiente, temerario e irascible como un león y perspicaz, calmo y enfocado en batalla y un tanto agudo de mente. Sonrió para sus adentros al notar que Mina no le afectaban en lo absoluto sus comentarios y decidió dejarlo pasar. El hecho de que ella no reaccionara no quería decir que no hubiese escuchado perfectamente lo que le había dicho. 

Como bien había dicho cuando llegó, no se entrometería solo en caso de que fuera realmente necesario hacerlo. Lo que le dijo eran meramente tips para poder complementar lo que Mina estaba por enseñarle. No sacó su varita, solo la tentó entre sus ropas para asegurarse de que estaba ahí y reaccionar rápido en caso de que las cosas no salieran como se esperaba. De cualquier forma, Mina ya estaba lista para actuar en una situación de riesgo. Se quedó en donde estaba mirando como Marcellus se preparaba, se le notaba confiado pero con algo parecido al nerviosismo en la mirada. Lucian medio sonrió y esperó a que la magia -literalmente- sucediera. 

De pronto, un ave de oscuro plumaje apareció. Marcellus había logrado lo que muchos tardaron meses o incluso años en lograr, una perfecta transformación. Ahora venía lo complicado. Se quedó inmóvil mientras vio volar al cuervo hasta su cabeza. La escena era un tanto graciosa y Lucian solo pudo soltar una risa corta, llena de orgullo. 

-Esta parte es muy importante, Marcellus. De hecho la más importante. No debes dejar que te domine el instino animal, sé que entiendes lo que decimos, trata de mantenerse en esa línea. - Ahora venía la parte divertida del asunto. Como lo había hecho con Mina años atrás, debía provocar una situación de estrés para probar la mentalización y el autocontrol del heredero Lovecraft. Con su varita, conjuró un Lacarnum  inflamarae para provocar una chispa en una de las bancas y con ello iniciar un incendio.

Estaba muy entretenido jugando con el cabello de Lucian, aunque en el fondo sabía que no era algo que debía hacer porque no era algo que Marcellus haría, pero en esa forma animal que tenía por el momento los objetos brillantes parecían tener más interés que de costumbre, aun así saltó de la cabeza de Lucian al escritorio, donde dejó que Mina pasara sus dedos por sus plumas unas cuantas veces, ladeando la cabeza y cerrando los ojos por la sensación tan agradable.
 
Parpadeó unas cuantas veces al escucharla, la entendía perfectamente, ¿había algún problema? Grazno una vez e hizo una pasa pequeña antes de graznar una segunda vez, agitando la cabeza al sentir la sensación tan extraña de su garganta al producir semejante sonido. Dio dos saltaos cortos, su forma de caminar también le era extraña pero curiosamente le gustaba y puso atención a lo que le decía Lucian, abriendo el pico sin producir sonido alguno, esponjando las plumas de su cabeza y cuello mientras lo hacía, dejando el pico abierto un largo momento y graznando de nuevo. 

Cuando Lucian conjuró ese incendio agitó las alas unas cuantas veces, su primera reacción fue volar lejos pero se contuvo cuando recordó que no estaba en peligro realmente, en lugar de eso volteó a ver a Lucian, ladeando la cabeza como si le estuviera preguntando por qué había hecho eso, dio unos cuantos saltos más y se movió para saltar al hombro del Mina, con cuidado de no clavarle las garras pero al notar sus aretes no pudo evitar agarrar uno entre su pico, era muy brillante.

Volvió a sonreírle por inercia cuando graznó dos veces como ella le había pedido y, todo fuera dicho, se sintió más tranquila de saber que no había perdido la consciencia a la primera de cambio ni mucho menos. Lo miró fijamente y desvió la mirada cuando Lucian provocó aquél pequeño incendio, pero Marcellus pareció no inmutarse ni estresarse, al menos no más de lo normal, lo que le hizo sentirse orgullosa de él.

-Lo estás haciendo muy bi….auch!

Se quejó cuando tomó su arete y lo jaló un tanto. Le hizo gracia, porque ella al principio también se sentía demasiado atraída por las cosas brillantes y también le había costado controlar ese instinto animal tan marcado. Se dio cuenta de que se parecían en algunas cosas y le dio algo de nostalgia recordar aquellos años en los que ella empezó a aprender.

-Deja, me duele.

Le dijo con el ceño fruncido pero luego se rió. Miró a Lucian significativamente como diciéndole que no se le fuera a escapar de las manos el incendio.

-¿Tienes alguna otra idea para provocarle estrés? Tú eres experto en eso.

Difícil saber si lo preguntaba en serio o si estaba siendo sarcástica como acostumbraba ser. Le dio unos toquecitos a Marcellus en la cabeza con el dedo índice, muy suave, antes de mirar al Alpha.

-Si no, entonces hay que intentar que regrese a su forma humana por él mismo.

No le importaban en lo absoluto los pensamientos que pudiera tener Mina en ese instante. Si en realidad quería provocarlo con aquello de "Tú eres el experto en eso" , sí había alguien en esa habitación experta en estresar a la gente era ella pero eso no se lo diría, estaba demasiado ocupado anonadado por el impresionante progreso de Marcellus y que había entendido como debía hacerlo, gracias a sus palabras. No era la primera vez que provocaba un incendio, en una de sus muchas prácticas la profesora Blue había hecho que practicaran un rescate en medio de las llamas y Lucian se había encargado de cumplir con el papel de secuestrador. Ese hecho lo había manejado perfectamente y no tenía por que cambiar ahora.

-Tengo varias ideas para volver loco a Marcellus, si a eso te refieres...más de lo que ya está por supuesto, pero no. Solo voy a hacer que sufra por ti un poquito...Levicorpus- 
Conjuró sosteniendo fuertemente la varita, logrando una floritura simple y elegante. Había malicia en su rostro, como si de verdad quisiera ver sufrir a MArcellus y de paso poner en peligro a Mina, pero no. Apretó la mandíbula mientras acerca a una Mina flotante cerca de las llamas. Quería que Marcellus la viera en peligro ya que solo así podría salirse de su siempre tranquila línea de trabajo y sacar a ese animal en el que ahora estaba convertido. 

-¿Y bien Marcellus? ¿Qué piensas hacer al respecto? Las llamas aún no estaban crecidas, apenas era una leve luz en la habitación y Mina tenía  su varita en la mano, realmente no suponía ningun peligro real. Mina podría conjurar algo para apagar el fuego o bien, conjurar encontra de él. Cualquiera de las dos formas, eran suficiente para brindarle algo más que estres al legeremago.

No quería soltar al arete, conscientemente sabía que no debía de estar agarrándolo en primer lugar, pero le gustaba mucho como brillaba. Al final tuvo que soltarlo cuando Mina le dio unos toques en la cabeza, abrió un ala y se acomodó las plumas con el pico, mirando a Lucian mientras hablaba de como volverlo más loco de lo que ya estaba, ladeó la cabeza porque el comentario le pareció de cierto modo interesante, aunque en ese momento no tenía el efecto que quizá hubiera tenido si estaba en su consiente humano, probablemente se hubiera reído, al momento solo hizo un sonido bajo, dejando el pico entre abierto y esponjando las plumas de su cuello.
 
Se agitó cuando Mina se movió súbitamente gracias al conjuro de Lucian, agitó las alas despeinando a Mina en el proceso y tuvo que saltar alzando el vuelo, moviéndose por el salón hasta aterrizar en una de las repisas al otro lado del aula, graznando varias veces en un sonido corto pero múltiple, le instinto de cuervo se estaba haciendo más presente.
 
Abrió el pico con un gesto enojado, las plumas de todo su cuerpo estaban esponjadas y tenía las alas abiertas, dio unos cuantos saltos y se fue sobre Lucian antes de razonar que Mina realmente no estaba en peligro, fue directo contra su rostro de hecho y de no ser porqué se controló al último segundo le hubiera picoteado los ojos, en lugar de eso le dio un arañazo con las garras y luego se posó en su cabeza, picoteándole el cráneo unas cuantas veces.
 
Refunfuñó un poco, dando una graznido largo y hasta parecía indignado, sus patas estaba firmemente puestas en el cráneo de Lucian y agarró un mechón de su cabello de nuevo, jalando unas cuantas veces.

Mina no pudo evitar alzar una ceja con las palabras de Lucian, porque no sabía exactamente cuál era su plan de “hacerlo sufrir por ella”. Realmente dudaba que hubiera manera de que lograra eso sin que todo resultara en tragedia pero eso era nada más porque siempre era fatalista, al parecer.

Sintió el jalón del levicorpus y su primera reacción fue llevarse una mano al vientre. Odiaba haberse vuelto tan vulnerable en ese sentido, pero no podía evitarlo.

Sintió el calor de las llamas muy cerca de su cuerpo y aunque en otro momento no se hubiera estresado, en ese instante no le hacía tanta gracia.

De todos modos aguantó lo suficiente como para ver las reacciones de Marcellus. A veces era bueno dejarse llevar un poco por el animal que se tenía dentro, pero no tanto. Es decir, había que saber mediar. Si Mina hubiera visto que Marcellus le sacaba directamente los ojos a Lucian, entonces sabría que ya no se estaba controlando tanto pero, afortunadamente, lo estaba haciendo más que bien, y se esperó lo suficiente para corroborarlo justo antes de apagar el fuego con un aguamenti.

-Listo, puedes detenerte antes de que Lucian se quede sin cabello. Todavía necesitas controlarte un poco pero hasta donde veo, no es como que corras peligro de quedarte en tu forma animal por siempre. Ahora vas a intentar volver a tu propio cuerpo. Visualízate a la inversa, cómo has sido siempre, la ropa que traías puesta, la tela contra tu piel, la sensación de tus dedos cuando tocas alguna superficie específica, esas cosas…tómate tu tiempo, posiblemente tardes, no te impacientes o el cuervo te dominará.

Poseía varias ideas de como llevar a Marcellus al punto máximo de la desesperación, pero no eran necesarias en ese punto. Sintió que aquella ave llevaba a su rostro, como si fuera a atacarlo. Por instinto cerró los ojos para protegerse, sin mover su mano y por ende la varita. El ave dejó de ser una potencial amenaza y fue así cuando volvió a abrir los ojos. Marcellus lo estaba haciendo más que bien y se sentía muy orgulloso, aunque no quisiera demostrarlo. Mina apagó el incendio y de la misma forma, Lucian colocó a la epsilón en tierra firme, teniendo cuidado.

- Lo has hecho bastante bien Marcellus. Esta es la parte más difícil, impulsa tu consciencia hacia delante, imprime el motivo por el cúal necesitas ser humano de nuevo. Enfócate y realiza el proceso a la inversa, como lo dijo Mina. Voy a contar hasta tres...- mencionó mientras aún tenía a Marcellus a la vista. Luego dirigió su mirada hacia la chica, dándole a entender que tuviera la varita lista en caso de que al terminar la cuenta Marcellus no pudiera regresar a la normalidad. No iba a arriesgarse a que se quedara así para siempre, no era viable para sus planes.

- uno...dos...tres! Ahora, Marcellus! - Alistó su varita en caso de que Mina se tardara más de cinco segundos en regresar a Marcellus.

Se alejó de Lucian, sobrevolando el salón por un momento antes de aterrizar en el suelo, en el punto donde había estado meditando para empezar. Están ahí puso atención a las palabras de Mina y las de Lucian, que fueran algo directo hacía él y no solo palabras sin sentido. Ladeó l cabeza por un momento, sin saber que debía hacer realmente, pero vio que ambos estaban muy insistentes en que volviera y además tenían las varitas listas.
 
Se estremeció un momento, no quería volver a su forma humana aun, estar en esta forma le daba tranquilidad, pero a la vez entendió después de un momento de negarse a si quiera intentarlo, que era lo más adecuado, regresar… tomar control… ser él quien tuviera poder sobre la forma animal y no la forma animal sobre él.
 
Se encorvó en sí mismo, cerrando los ojos y dejando su conciencia vacía por un momento, hasta que ya no había ruido blanco, de nuevo había un razonamiento completo, este punto le tomó más de lo que esperaba, pero sintió que podía hacerlo y finalmente visualizó su forma real, cada parte de su cuerpo y como todo esto se sentía.
 
Hubo un momento en que volvió a sentir un dolor increíble cuando se estaba trasformando y quizá por eso apresuró más el hacerlo, no supo si al final lo había logrado o había sido por la ayuda de Mina y Lucian con sus varitas, pero al abrir los ojos estaba en su forma humana tirado en el suelo.
 
"F'gthan … me duele hasta el cabello… ¿eso es normal?" 

Se irguió solo para sentir un mareo increíble y corrió a la oficina adjunta donde había un baño privado porque no iba a vomitar en frente de ellos, tampoco podía aguantar el mareo, realmente sintió como si lo hubieran hecho dar vueltas demasiado rápido… uh…. Eso no lo vio venir.

Enfocó la mirada en Marcellus y lo apuntó con la varita, sin parecer amenazante, ni preocupada, simplemente estaba lista para cualquier cosa, para cualquier eventualidad, aunque como siempre, tenía una confianza casi ciega en Marcellus, en que haría bien las cosas. Claro, esa confianza a veces le había costado cara pero no dudaba en que fuera un buen mago y todo. Lo miró fijamente, casi sin parpadear, viendo como su cuerpo se contorsionaba y se tardaba más de lo que se tardaría un animago experimentado en cambiar de forma, así que el espectáculo visual no era precisamente bonito.
 
Estuvo a punto de ayudarlo, de hacer que el proceso fuera más rápido para él haciéndolo ella misma, pero si le lanzaba el hechizo en ese momento quizá echaría hacia atrás mucho esfuerzo de entrenamiento. Y no, tenía que hacerlo por él mismo, aunque doliera. De cualquier forma el dolor se iba, los resultados eran lo que quedaba.
 
-Sí, es normal, y en teoría no debe pasarte más, tienes que aprender a...
 
Dejó la frase a medias porque Marcellus salió corriendo hacia el baño. A ella no le había pasado eso y aunque sí recordaba que su primera transformación había dolido un tanto, no se había sentido tan mal. Suspiró y se volvió a sentar en una de las bancas. De pronto quedarse a solas con Lucian en esa situación fue un tanto incómodo. En teoría se habían perdonado y todo estaba bien entre ellos, pero parecía que meter a Marcellus en la ecuación revivía algunas heridas.
 

-Creo que por hoy debería ser todo, ya ves que no se siente muy bien.

Lo había hecho bastante bien y a pesar de querer atravesarle el corazón con un cuchillo, no podía negar que se sentía muy orgulloso de Marcellus y de su gran avance. Lanzó una carcajada sonora al verlo correr al baño para devolver el estómago, enseguida se recuperó y respondió a Mina.

-¿Y dejar que claudique tan fácil? No, Mina. No seas tan condescendiente con él, debemos exigirle. Necesita tiempo para recuperarse pero no puede parar ahora, apenas acabamos de comenzar.-

Si bien era cierto que entre ambos las cosas ya estaban bastante mejor, aun existía tensión en el ambiente. Todo era demasiado difícil para simplemente aceptarlo y proseguir. Pero lo estaban logrando poco a poco y sin presionar en las heridas. Dio un largo suspiro y hubo un muy incómodo silencio. Decidido a romperlo, fue el primero en hablar.

- Y...¿Cómo estás? ¿Ya comiste? ¿Quieres ir a comer después de la sesión? No tienes buen aspecto-

Realmente se preocupaba por ella, por su bienestar, por el de esos bebés que habían tenido la desafortunada opción de que Wilhelmina Schweinsteiger fuera su madre, con todo lo bueno y lo malo que eso implicaba.

Una vez que su estomago dejo de torturarlo y su cabeza ya no parecía estar girando, Marcellus salió del sanitario y se recargó contrala la pared del pasillo, se había lavado la cara y en el proceso humedecido su cabello, se pasó una mano por los mechones, despeinándose aun más de lo que ya estaba mientras caminaba de vuelta al aula.

La sensación había sido increíble, se había convertido en un cuervo realmente y estaba feliz de haberlo logrado. Ahora quería seguir practicando para levantar el vuelo, ir lo más alto que pudiera con sus propias y literales alas en el cielo, planeando sobre el viento. De solo imaginarlo se sentía mejor, sonriendo mientras fantaseaba con ese momento.  

"Espero que eso no me pase siempre," dijo al entrar, interrumpiendo el intercambio de palabras aunque no lo notó pues ambos habían estado callados, "Me siento un poco fatal en este momento."

Miró entre ambos, aun no se sentía bien por lo que estaba fastidiado y no tenía ganas de dramas aunque fueran justificados, por lo que en lugar de comentar algo decidió sentarse contra al pódium del profesor y mirarlos a ambos con una ceja levantada, a la expectativa.

"¿Es complicado volar?" les preguntó entonces, "Realmente volar, no saltar de un escritorio a otro."

Había sido lo mejor del dia, sentir que podía levantarse del suelo como si no pesara, que era en parte cierto, después de todo el peso de un ave era muy ligero. Pero otro lado estaba Lucian, cuya forma no era ligera para nada, le dio curiosidad, obviamente la anatomía era distinta, pero ambos tenían alas.