Error de cálculo
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Error de cálculo
Sucede que cuando uno se desvela mucho, comienzan a mostrarse signos de un bajo rendimiento en la persona que lo padece y en el resto del día –o la tarde- los problemas para mantenerse despierto aparecen. Se pestañea más de lo debido y se bosteza cada tres segundos, sin contar los ojos irritados y llorosos, la poca atención a las cosas y los lapsos mentales en negro que difícilmente puedes desenmarañar y recordar. Para su desgracia –y la de otros- no era su mejor día, no había dormido nada en los últimos días y andaba como zombie, paseando de un lado a otro, sin rumbo ni dirección.
Llevaba algunos libros y algunas otras cosas, entre las cuales había un gran vaso de café hirviendo, hacía malabares con él, pasándolo de mano en mano. Se sentía tan cansado que incluso sentía que iba a invernar como un oso. Todo el día se la pasó ebrio de sueño y diciendo idioteces que los demás creían que era juego. Al finalizar la jornada escolar, decidió ir directito a su dormitorio y caerse en la cama y no despertar hasta que se le hincharan las pelotas.
Y efectivamente fue lo que hizo, abrió mágicamente la puerta de su dormitorio, dejó los libros sobre una pequeña mesa, le dió un trago al café y lo puso junto a sus libros. Después aventó los zapatos, se quitó la camisa y el pantalón mientras bostezaba y se tiró en la cama, boca abajo. No habían pasado ni dos minutos cuando de pronto se escuchó la puerta siendo tocada por alguien. Él no quiso pararse y solo murmuró “Adelante”, accediendo a que esa persona pudiera entrar. Solo se mostraba su espalda desnuda y los bóxers pegados en tonos gris que remarcaban su bien formado trasero.
Llevaba algunos libros y algunas otras cosas, entre las cuales había un gran vaso de café hirviendo, hacía malabares con él, pasándolo de mano en mano. Se sentía tan cansado que incluso sentía que iba a invernar como un oso. Todo el día se la pasó ebrio de sueño y diciendo idioteces que los demás creían que era juego. Al finalizar la jornada escolar, decidió ir directito a su dormitorio y caerse en la cama y no despertar hasta que se le hincharan las pelotas.
Y efectivamente fue lo que hizo, abrió mágicamente la puerta de su dormitorio, dejó los libros sobre una pequeña mesa, le dió un trago al café y lo puso junto a sus libros. Después aventó los zapatos, se quitó la camisa y el pantalón mientras bostezaba y se tiró en la cama, boca abajo. No habían pasado ni dos minutos cuando de pronto se escuchó la puerta siendo tocada por alguien. Él no quiso pararse y solo murmuró “Adelante”, accediendo a que esa persona pudiera entrar. Solo se mostraba su espalda desnuda y los bóxers pegados en tonos gris que remarcaban su bien formado trasero.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Tenía un pequeño problema con una cosa de transformaciones. Nada grave, pero el diplomado que iba a tomar de transfiguración le estaba dando algunas molestias porque no encontraba un libro en particular. Le insistió a la bibliotecaria en turno que por favor, por favor, por favor, le diera el nombre de la persona que se había llevado ese libro de medimagia ultra avanzada y luego de mucha persuasión –pero mucha, porque la bibliotecaria era mujer y ella, por su parte, ni semiveela era- le dijo que el que se lo había llevado era Lucian Den Adel. Suspiró, aunque al menos estaba bien saber que era él y no otro pelagatos al que no se le quisiera acercar.
Se dirigió a la fraternidad de los Alpha con la firme intención de pedirle prestado el tomo en particular. Ni se imaginaba a Lucian sacando libros de la biblioteca pero así las cosas. Al llegar la dejaron pasar sin más, en especial porque queriéndolo o no, pasaba ahí mucho tiempo. Como en Salem, le comenzaba a dar igual si la gente decía o no que se acostaba con todos sus amigos y que por eso le era tan cómodo mejor juntarse con los hombres, en BK todos tenían cola que les pisaran así que podían decir misa en lo que a ella respectaba.
Preguntó por la habitación de Lucian a un chico cuyo nombre no conocía y la refirieron a la habitación 5, de la habitación presidencial al fondo, contando cinco hacia el exterior. Ok. Tocó la puerta con suavidad y ante la afirmativa de pasar, abrió la puerta para encontrarse con ese Lucian casi desnudo. Enrojeció de inmediato, trató de no mirar mucho, soltó una risa y cerró la puerta. ¿Cerraba los ojos o qué?
-Lucian o sea, soy yo…vístete por amor a un perro. Yo…perdón…es que…solo vine por el libroquetellevastedelabiblioteca.
Volteó hacia todos lados, apenadísima. Porque sí, Lucian era su amigo y tal pero de ahí a verlo en boxers, tirado en su cama como si no hubiera mañana, había habido un largo trecho toda su vida, no iba a dar un alegre paseo visual por su cuerpo para ¿incomodarlo?...¿incomodarse?...¿incomodar al mundo?...¿o qué?
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Mini del día
Se dirigió a la fraternidad de los Alpha con la firme intención de pedirle prestado el tomo en particular. Ni se imaginaba a Lucian sacando libros de la biblioteca pero así las cosas. Al llegar la dejaron pasar sin más, en especial porque queriéndolo o no, pasaba ahí mucho tiempo. Como en Salem, le comenzaba a dar igual si la gente decía o no que se acostaba con todos sus amigos y que por eso le era tan cómodo mejor juntarse con los hombres, en BK todos tenían cola que les pisaran así que podían decir misa en lo que a ella respectaba.
Preguntó por la habitación de Lucian a un chico cuyo nombre no conocía y la refirieron a la habitación 5, de la habitación presidencial al fondo, contando cinco hacia el exterior. Ok. Tocó la puerta con suavidad y ante la afirmativa de pasar, abrió la puerta para encontrarse con ese Lucian casi desnudo. Enrojeció de inmediato, trató de no mirar mucho, soltó una risa y cerró la puerta. ¿Cerraba los ojos o qué?
-Lucian o sea, soy yo…vístete por amor a un perro. Yo…perdón…es que…solo vine por el libroquetellevastedelabiblioteca.
Volteó hacia todos lados, apenadísima. Porque sí, Lucian era su amigo y tal pero de ahí a verlo en boxers, tirado en su cama como si no hubiera mañana, había habido un largo trecho toda su vida, no iba a dar un alegre paseo visual por su cuerpo para ¿incomodarlo?...¿incomodarse?...¿incomodar al mundo?...¿o qué?
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Mini del día
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Estaba llegando al punto del éxtasis onírico, calmaba su respiración propiamente y el silencio era tan absoluto que podía escuchar claramente el volar de una mosca. Sentía que la poca luz que había en la habitación le trataba de entregar un mensaje que, era por demás bastante indescifrable, estaba en pleno sopor, no parpadeaba ni hablaba, ni tampoco hacía movimiento alguno, a penas y mantenía los ojos abiertos.
Su cama le parecía estar hecha por los dioses, la sobrecama era de algodón con algunos bordados en tonos grises y las sábanas también eran de algodón puro en colores similares. Su almohada era grande, rellena de pluma de ganso y hecha a mano, por lo que se podía ver que estaba diferente al juego de recámara que el inglés tenía. Toda su cama era tan suave y fresca que lo tenía absolutamente magnetizado y difícilmente alguien podía hacerlo moverse de ahí.
Cuando escuchó la voz de Mina, sus ojos se abrieron ampliamente, se sonrojó pero poco le importó, se levantó lentamente para verle y corrió a abrazarla y depositarle un besito en la mejilla. Olía bastante bien, a decir verdad, era algo así como a flores o bosque, algo que exactamente el animago no sabía. Su cabello era muy suave y lo mantenía siempre resplandeciente, ese "cambio" que Mina se había hecho, le estaba sentando bastante bien. Lucian vió como el color de sus mejillas había aumentado y se alejó de ella, comenzaba a evitarle la mirada, se vió hacía abajo y recordó por que la alemana estaba así de nerviosa y rió por lo bajo mientras la observaba maliciosamente. Resopló alegremente y se acercó a beber un poco más de su café.
-Mina, tranquilízate! ¿quieres? No te entiendo nada- dijo divertido.
-No me digas que nunca habías visto a un hombre en calzones...¿o sí? preguntó descaradamente. Gustaba de bromear con ella, hacerla hervir en furia y luego terminar en una tanda de golpes, hacerla sonrojar hasta el punto de parecer un tomate y después reír como tontos por horas. Lucian tenía algo de pudor, claro que lo tenía, pero justo en esa ocasión estaba de vacaciones. Se dejó caer en la cama, abriendo los brazos y observando el techo. Estaba demasiado cansado como para lograr mantenerse en pie, bostezó profundamente y sus ojos se tornaron un poco llorosos del sueño que el inglés cargaba encima.
Su cama le parecía estar hecha por los dioses, la sobrecama era de algodón con algunos bordados en tonos grises y las sábanas también eran de algodón puro en colores similares. Su almohada era grande, rellena de pluma de ganso y hecha a mano, por lo que se podía ver que estaba diferente al juego de recámara que el inglés tenía. Toda su cama era tan suave y fresca que lo tenía absolutamente magnetizado y difícilmente alguien podía hacerlo moverse de ahí.
Cuando escuchó la voz de Mina, sus ojos se abrieron ampliamente, se sonrojó pero poco le importó, se levantó lentamente para verle y corrió a abrazarla y depositarle un besito en la mejilla. Olía bastante bien, a decir verdad, era algo así como a flores o bosque, algo que exactamente el animago no sabía. Su cabello era muy suave y lo mantenía siempre resplandeciente, ese "cambio" que Mina se había hecho, le estaba sentando bastante bien. Lucian vió como el color de sus mejillas había aumentado y se alejó de ella, comenzaba a evitarle la mirada, se vió hacía abajo y recordó por que la alemana estaba así de nerviosa y rió por lo bajo mientras la observaba maliciosamente. Resopló alegremente y se acercó a beber un poco más de su café.
-Mina, tranquilízate! ¿quieres? No te entiendo nada- dijo divertido.
-No me digas que nunca habías visto a un hombre en calzones...¿o sí? preguntó descaradamente. Gustaba de bromear con ella, hacerla hervir en furia y luego terminar en una tanda de golpes, hacerla sonrojar hasta el punto de parecer un tomate y después reír como tontos por horas. Lucian tenía algo de pudor, claro que lo tenía, pero justo en esa ocasión estaba de vacaciones. Se dejó caer en la cama, abriendo los brazos y observando el techo. Estaba demasiado cansado como para lograr mantenerse en pie, bostezó profundamente y sus ojos se tornaron un poco llorosos del sueño que el inglés cargaba encima.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Respiró profundo y luego soltó el aire al ver que al indecente de Lucian no le importaba na-da. No sabía si también reírse o si seguir mirando para otro lado o si darle un golpe para obligarlo a vestirse y que ella pudiera hacer su petición formal de que le prestara el dichoso libro. Terminó solo por resoplar y fingir que todo era normal en la vida. Entrecerró los ojos y luego le sacó la lengua cuando se burló de ella con eso de que si nunca había visto a un hombre en calzones.
-Obvio no, jamás he visto a un tipo en calzones así que vístete, indecente…
Bromeó con él aunque mantuvo la cara fingida de enojada para darle drama al asunto. Volvió a respirar profundo y se dio un par de cachetadas mentales. Avanzó hacia el borde de la cama de Lucian y le picoteó la pierna derecha con el dedo índice. Estaba tratando por todos los medios de no enfocar en su cuerpo en general, pero era como estar backstage en un desfile de modelos de Calvin Klein.
-Vine…por un libro que sacaste de la biblioteca y que necesito para mi diplomado de transfiguración. ¿Me lo puedes dar? Anda, y luego te duermes cincuenta horas en calzones.
Le tomó el tobillo derecho con ambas manos e hizo fuerza para jalarlo, como si quisiera tirarlo de la cama. Ya se le estaba pasando la vergüenza ocasionada por la sorpresa inicial. Por alguna maliciosa razón, se imaginó la cara de Billy si se enteraba que estaba metida en el cuarto de Lucian con el susodicho así en el desparpajo.
-Anda, antes de que tu presidente se entere de que estoy aquí metida, entiendeeee.
-Obvio no, jamás he visto a un tipo en calzones así que vístete, indecente…
Bromeó con él aunque mantuvo la cara fingida de enojada para darle drama al asunto. Volvió a respirar profundo y se dio un par de cachetadas mentales. Avanzó hacia el borde de la cama de Lucian y le picoteó la pierna derecha con el dedo índice. Estaba tratando por todos los medios de no enfocar en su cuerpo en general, pero era como estar backstage en un desfile de modelos de Calvin Klein.
-Vine…por un libro que sacaste de la biblioteca y que necesito para mi diplomado de transfiguración. ¿Me lo puedes dar? Anda, y luego te duermes cincuenta horas en calzones.
Le tomó el tobillo derecho con ambas manos e hizo fuerza para jalarlo, como si quisiera tirarlo de la cama. Ya se le estaba pasando la vergüenza ocasionada por la sorpresa inicial. Por alguna maliciosa razón, se imaginó la cara de Billy si se enteraba que estaba metida en el cuarto de Lucian con el susodicho así en el desparpajo.
-Anda, antes de que tu presidente se entere de que estoy aquí metida, entiendeeee.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Su actividad neuronal estaba muy por debajo del promedio, era básicamente un zombie viviendo en el cuerpo de un animago, jamás en toda su puta vida se había sentido tan cansado y con tantísimo sueño.
Cerró los ojos por un momento y por poco se queda dormido si no que sintió el ligero piqueteo de Mina con su dedo y volvió en sí por unos momentos. Luego llegó el jalón de pie, exhaló divertido y se negó rotundamente a acceder, tanto así que se volteó boca abajo, sosteniéndose de la orilla de la cama para poner mucho más resistencia.
- No, no, no…¡No quiero! sonaba como un niño pequeño haciendo berrinche con su mamá. Todo aquello era bastante cómico. El inglés se negaba a querer pararse de la cama y atender a su amiga como un hombre cabal y decente.
Al final, se dio cuenta de su actitud tan infantil y se sentó en la cama, quieto y con los ojos postrados en sus pies. Poco a poco fue atrayendo a Mina hacia sus brazos, estaba a su merced y ahora sufriría la ira del animago en todo su esplendor. Con una mano comenzó a hacerle cosquillas a la chica mientras que con la otra hacía lo mismo en el cuello. Su risa se hizo amplia y sonora, sabía que ella pondría resistencia y que por todas las formas habidas y por haber trataría de zafarse, como si eso fuera tan sencillo.
-Así que vienes por un libro, ¿uh? Sería una pena que me negara terminantemente a…DÁRTELO!- carcajeó y arrojó a Mina hacia la cama, haciendo sonidos divertidos con su boca en las piernas de Mina. No importaba cuanto se retorciera de risa, Lucian no la iba a dejar en paz así como así, ella debía cumplir un tributo cada que lo veía y esa ocasión una buena dosis de cosquillas seguida de muchas risas era lo que se tenía que pagar.
Cerró los ojos por un momento y por poco se queda dormido si no que sintió el ligero piqueteo de Mina con su dedo y volvió en sí por unos momentos. Luego llegó el jalón de pie, exhaló divertido y se negó rotundamente a acceder, tanto así que se volteó boca abajo, sosteniéndose de la orilla de la cama para poner mucho más resistencia.
- No, no, no…¡No quiero! sonaba como un niño pequeño haciendo berrinche con su mamá. Todo aquello era bastante cómico. El inglés se negaba a querer pararse de la cama y atender a su amiga como un hombre cabal y decente.
Al final, se dio cuenta de su actitud tan infantil y se sentó en la cama, quieto y con los ojos postrados en sus pies. Poco a poco fue atrayendo a Mina hacia sus brazos, estaba a su merced y ahora sufriría la ira del animago en todo su esplendor. Con una mano comenzó a hacerle cosquillas a la chica mientras que con la otra hacía lo mismo en el cuello. Su risa se hizo amplia y sonora, sabía que ella pondría resistencia y que por todas las formas habidas y por haber trataría de zafarse, como si eso fuera tan sencillo.
-Así que vienes por un libro, ¿uh? Sería una pena que me negara terminantemente a…DÁRTELO!- carcajeó y arrojó a Mina hacia la cama, haciendo sonidos divertidos con su boca en las piernas de Mina. No importaba cuanto se retorciera de risa, Lucian no la iba a dejar en paz así como así, ella debía cumplir un tributo cada que lo veía y esa ocasión una buena dosis de cosquillas seguida de muchas risas era lo que se tenía que pagar.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Cuando era muy niña había decidido que había una sola cosa en el mundo que le parecía insufrible, el peor juego inventado de todos: las cosquillas. Para ella era de las sensaciones más horribles del mundo, una impotencia espantosa, una tortura disfrazada de bondad. Seguramente uno de los castigos en su infierno particular, serían las cosquillas sin posibilidad de defenderse de ellas. Había decidido eso cuando su primo Meinhard la había atacado a cosquillas sobre la cama durante un dos minutos entero hasta que Mina se mareó, gritó y lloró. Tenía cinco años.
Lucian era mucho más fuerte que ella, así que cuando la apresó entre sus brazos para la tortura de las cosquillas le costó mucho trabajo zafarse, por no decir que no pudo zafarse en lo absoluto. Soltaba esas carcajadas desesperadas y dolorosas, entre el llanto y entre la risa honesta, tratando de pegarle a Lucian en los brazos para que la dejara en paz, y pataleando como una chiquilla.
-Suéltame, estás todo demente, SUÉLTAME.
Le gritó muriendo de risa –de la traumática- justo antes de tener un respiro cuando su espala caía contra el colchón, para luego sentir cosquillas en sus piernas. Ni siquiera tuvo tiempo de sentir vergüenza si acaso se le veían los calzones, problema que cuando era chica no tenía de qué preocuparse porque antes solamente usaba pantalones y a los 11 años era mucho más peliaguda.
-YA POR FAVOR, POR FAVOR.
Gritó como desesperada poseída moviendo las piernas para poder librarse, buscando a tientas una almohada detrás de ella para darle un almohadazo en la cabezota y ganar tiempo.
Lucian era mucho más fuerte que ella, así que cuando la apresó entre sus brazos para la tortura de las cosquillas le costó mucho trabajo zafarse, por no decir que no pudo zafarse en lo absoluto. Soltaba esas carcajadas desesperadas y dolorosas, entre el llanto y entre la risa honesta, tratando de pegarle a Lucian en los brazos para que la dejara en paz, y pataleando como una chiquilla.
-Suéltame, estás todo demente, SUÉLTAME.
Le gritó muriendo de risa –de la traumática- justo antes de tener un respiro cuando su espala caía contra el colchón, para luego sentir cosquillas en sus piernas. Ni siquiera tuvo tiempo de sentir vergüenza si acaso se le veían los calzones, problema que cuando era chica no tenía de qué preocuparse porque antes solamente usaba pantalones y a los 11 años era mucho más peliaguda.
-YA POR FAVOR, POR FAVOR.
Gritó como desesperada poseída moviendo las piernas para poder librarse, buscando a tientas una almohada detrás de ella para darle un almohadazo en la cabezota y ganar tiempo.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Ni cuenta de había dado de que se había quedado mirando a Mina, que con los arrebatos de las cosquillas le había dejado ver sus bien torneadas piernas y hasta un poco más de la cuenta. Seguía atacándola con las más crueles cosquillas, sabía perfectamente que eran su debilidad, no le gustaban del todo por esa impotencia tan espantosa que se sentía cuando la risa te ganaba y no dejaba que te pudieras defender.
De pronto se aturdió, ella había alcanzado su almohada y le había dado con todo, directo y en la cabezota haciendo que Lucian abriera la boca para lanzar una gran carcajada.
-Oye, eso me dolió. Golpeas como marinero ebrio - Se sobaba la cabeza haciendo un gesto de dolor bastante fingido. La miró fijamente y arqueó una ceja, indomable. Luego de paró de la cama de inmediato y la tomó de las piernas, poniendosela en los hombros, comenzó a dar vueltas sin detenerse. La haría rendirse, tenía que decir la palabra clave para que él la pudiera soltar, sin embargo fue él quien se detuvo ya que con las vueltas, se le había revuelto el estómago.
La puso en el suelo de nuevo y cayó al suelo, actuando como una auténtica reina del drama, se puso los brazos en la frente y comenzó a reír como un psicópata. Ya tenía muchísimo tiempo de no jugar así con alguien, ni siquiera con Laise, que ahora todo se lo tomaba demasiado enserio y no tenía el tiempo de jugar inocentemente con su hermano mayor.
-Ya estoy viejo para esto- dijo cansado. Se postró una sonrisa bastante nostálgica en el rostro de Lucian y luego miró a Mina desde el ángulo en el que estaba.-El libro que buscas está ahí, a un lado del café...
De pronto se aturdió, ella había alcanzado su almohada y le había dado con todo, directo y en la cabezota haciendo que Lucian abriera la boca para lanzar una gran carcajada.
-Oye, eso me dolió. Golpeas como marinero ebrio - Se sobaba la cabeza haciendo un gesto de dolor bastante fingido. La miró fijamente y arqueó una ceja, indomable. Luego de paró de la cama de inmediato y la tomó de las piernas, poniendosela en los hombros, comenzó a dar vueltas sin detenerse. La haría rendirse, tenía que decir la palabra clave para que él la pudiera soltar, sin embargo fue él quien se detuvo ya que con las vueltas, se le había revuelto el estómago.
La puso en el suelo de nuevo y cayó al suelo, actuando como una auténtica reina del drama, se puso los brazos en la frente y comenzó a reír como un psicópata. Ya tenía muchísimo tiempo de no jugar así con alguien, ni siquiera con Laise, que ahora todo se lo tomaba demasiado enserio y no tenía el tiempo de jugar inocentemente con su hermano mayor.
-Ya estoy viejo para esto- dijo cansado. Se postró una sonrisa bastante nostálgica en el rostro de Lucian y luego miró a Mina desde el ángulo en el que estaba.-El libro que buscas está ahí, a un lado del café...
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Ella también soltó una carcajada de loca cuando le dijo que golpeaba como un marinero ebrio. Siempre había tenido la manita pesada pero no esperaba que actuara igual con los almohadazos. Igual y ni le había dolido nada y solamente fingía, como hacían la mayoría de los chicos cuando les pegaba –excepto cuando les pegaba con el puño de hierro, claro. Apenas estaba tratando de incorporarse, recuperar el aliento y acomodarse un poco del cabello que se le había revuelto, cuando sintió como Lucian la tomaba de las piernas y luego la cargaba como un costal.
-No, no, bájame, estás pero demente…
Cuando Lucian comenzó a dar vueltas sobre su propio eje, Mina calló la boca y cerró los ojos. Sentía el vestido pegándosele al cuerpo como si no hubiera mañana, un botón enterrándosele en el abdomen, pero se mantuvo quiera por dos razones: si abría los ojos se mareaba y si movía mucho las piernas le iba a terminar pegando a Lucian en sus masculinas joyas con los tacones. Ni siquiera luchó, se concentró en mantener los ojos bien bien cerrados. Cuando se detuvo, los abrió y sintió tierra firme otra vez, estaba mareadísima, tanto que ni se pudo reír, aunque sí mostró una media sonrisa al escuchar la risa de psicópata de Lucian.
Cuando le indicó donde estaba el libro trató de caminar hacia él pero por el mareo casi se tropieza, parecía despeinada y borracha como una mamarracha pero nada que ver. Al final no pudo llegar hasta el lugar en donde estaba y terminó por sentarse en el borde de la cama y quitarse los tacones antes de torcerse un tobillo.
-Si intento caminar con esto en este estado me voy a matar. Tú estás muy viejo para esto y yo estoy muy señorita ya.
Bromeó y dejó los zapatos por ahí, recuperada y sin peligros de ocho centímetros, se levantó a buscar el libro, removiendo todos los que ahí tenía y poniendo cuidado de no tirar el café. Tuvo que lanzarle una amenaza chiquita mientras estaba de espaldas a él.
-Ni se te ocurra atacarme por detrás porque te voy a avadear.
-No, no, bájame, estás pero demente…
Cuando Lucian comenzó a dar vueltas sobre su propio eje, Mina calló la boca y cerró los ojos. Sentía el vestido pegándosele al cuerpo como si no hubiera mañana, un botón enterrándosele en el abdomen, pero se mantuvo quiera por dos razones: si abría los ojos se mareaba y si movía mucho las piernas le iba a terminar pegando a Lucian en sus masculinas joyas con los tacones. Ni siquiera luchó, se concentró en mantener los ojos bien bien cerrados. Cuando se detuvo, los abrió y sintió tierra firme otra vez, estaba mareadísima, tanto que ni se pudo reír, aunque sí mostró una media sonrisa al escuchar la risa de psicópata de Lucian.
Cuando le indicó donde estaba el libro trató de caminar hacia él pero por el mareo casi se tropieza, parecía despeinada y borracha como una mamarracha pero nada que ver. Al final no pudo llegar hasta el lugar en donde estaba y terminó por sentarse en el borde de la cama y quitarse los tacones antes de torcerse un tobillo.
-Si intento caminar con esto en este estado me voy a matar. Tú estás muy viejo para esto y yo estoy muy señorita ya.
Bromeó y dejó los zapatos por ahí, recuperada y sin peligros de ocho centímetros, se levantó a buscar el libro, removiendo todos los que ahí tenía y poniendo cuidado de no tirar el café. Tuvo que lanzarle una amenaza chiquita mientras estaba de espaldas a él.
-Ni se te ocurra atacarme por detrás porque te voy a avadear.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Después de toda aquella remembranza de su infancia feliz, Mina se había quitado los tacones y se había dirigido por el libro. Lucian se sentía un poco viejo para todo aquello pero sentía aun esa chispita que le provocaba seguir jugando con Mina, se había levantó del suelo sigilosamente para que no lograra escucharlo, caminó de puntitas hacia ella y a penas estaba apunto de atacarla con cosquillas de nuevo, cuando Mina le amenazó que si la atacaba por detrás conjuraría la maldición asesina.
Bajó los brazos decepcionado y se sentó en la orilla de la cama, dejando descansar sus piernas, extendiéndolas y sosteniéndose con sus brazos.
-Ya, hablando en serio ¿Estás atorada en algo, Mina? ¿Te puedo ayudar con algo? dijo más calmado. Lucian había sido como una especia de mentor para la alemana, por que desde Salem ella se había aferrado a aprender animagia y él le había ayudado, enseñándole todo lo que sabía en ese entonces. Ahora en la universidad, sus conocimientos eran mucho más avanzados y si Mina tenía algún problema, era más que obligatorio que fuera con él antes de que consultara un libro o bien, en el peor de los casos, salir de dudas ambos leyendo algún pergamino.
Estando sentado junto a ella, notó su silueta marcada con ese lindo vestido, el contorno de su cuerpo se marcaba de una manera poco saludable para Lucian, recorrío desde su tobillo desnudo, subiendo por la pantorrilla, deteniéndose en los muslos. Su ritmo cardiaco se aceleró un poco y siguió recorriendo a Mina con la mirada, postrándose primero en sus estrechas caderas y luego pasando por su busto para finalizar en su fuerte y a la vez delicado mentón. ¿Qué estaba haciendo? Jamás había visto a Mina de esa forma, incluso jamás se le hubiera ocurrido, jamás le hubiera pasado por la mente siquiera pretender hacerlo. Se dio unas bofetadas mentales por pensar así y carraspeó la garganta y desvió su mirada a otro lado que no fuera el cuerpo de Mina Schweinsteiger.
-Señorita no, toda una mujer...- dijo en un murmullo, esperando que ella no lo hubiera escuchado.
Bajó los brazos decepcionado y se sentó en la orilla de la cama, dejando descansar sus piernas, extendiéndolas y sosteniéndose con sus brazos.
-Ya, hablando en serio ¿Estás atorada en algo, Mina? ¿Te puedo ayudar con algo? dijo más calmado. Lucian había sido como una especia de mentor para la alemana, por que desde Salem ella se había aferrado a aprender animagia y él le había ayudado, enseñándole todo lo que sabía en ese entonces. Ahora en la universidad, sus conocimientos eran mucho más avanzados y si Mina tenía algún problema, era más que obligatorio que fuera con él antes de que consultara un libro o bien, en el peor de los casos, salir de dudas ambos leyendo algún pergamino.
Estando sentado junto a ella, notó su silueta marcada con ese lindo vestido, el contorno de su cuerpo se marcaba de una manera poco saludable para Lucian, recorrío desde su tobillo desnudo, subiendo por la pantorrilla, deteniéndose en los muslos. Su ritmo cardiaco se aceleró un poco y siguió recorriendo a Mina con la mirada, postrándose primero en sus estrechas caderas y luego pasando por su busto para finalizar en su fuerte y a la vez delicado mentón. ¿Qué estaba haciendo? Jamás había visto a Mina de esa forma, incluso jamás se le hubiera ocurrido, jamás le hubiera pasado por la mente siquiera pretender hacerlo. Se dio unas bofetadas mentales por pensar así y carraspeó la garganta y desvió su mirada a otro lado que no fuera el cuerpo de Mina Schweinsteiger.
-Señorita no, toda una mujer...- dijo en un murmullo, esperando que ella no lo hubiera escuchado.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Encontró el libro por fin, lo hojeó un poco y luego negó con la cabeza ante su pregunta. Porque sí, estaba pasando por un momento peliagudo con el nuevo aprendizaje, pero nada que no pudiera resolver sola, o mejor aún, nada que no quisiera resolver sola. Siempre había sido de esas a las que le costaba pedir ayuda y no estaba por la labor de que Lucian le ayudara a hacer sus tareas escolares. Había salido de Salem con las mejores calificaciones en base a ese esfuerzo especial. Se mantendría así.
-No no, solo tengo que hacer tareas de este libro, para el diplomado. No te preocupes.
Si no se dio cuenta de que Lucian la miraba, fue por dos razones: ella trataba de no mirarlo a él porque de pronto había caído en la cuenta de que seguía semidesnudo y porque en la vida se le habría imaginado estar al pendiente de si le daba una repasada o no, porque sabía perfectamente que Lucian no la veía, ni nunca la había visto, de esa manera.
Ya no era la chica tímida a la que le costaba creer que un chico se fijara en ella. Antaño cualquier señal le parecía una locura, incluso le había costado acostumbrarse a la idea de que Jesse hubiera querido algo con ella o que a los quince se hubiera conseguido un par de novios, pero ahora era distinto. Desde lo de Billy, lo de la nominación a Miss BK, y todas esas cosas, ya no le parecía tan descabellado, pero…¿pensarlo de Lucian? No se le había pasado por la cabeza para nada.
Se acercó a su bolsa que había dejado botada para meter el libro y entonces escuchó-a medias- su murmullo. Lo miró mientras guardaba el libro y alzó una ceja.
-¿Toda una mujer, dijiste? No lo creo.
Negó con la cabeza y de nuevo, trató de no mirarlo. De pronto la situación le pareció irreal, aunque fuera Lucian el protagonista. Estar ahí con un chico en ropa interior, en la fraternidad con los tipos más cotizados, recibiendo lo que –si había escuchado bien- era una especie de halago. Se mordisqueó el labio inferior con una extraña sensación de nerviosismo extremo, como antaño, y luego volvió a mirar a Lucian.
-Lo intento, pero me falta mucho para eso, chico Alpha.
Le guiñó el ojo y miró hacia todos lados, la puerta incluida. Carraspeó
-Bueno, creo que me voy, interrumpí tu sueño y…ammm…sí eso.
-No no, solo tengo que hacer tareas de este libro, para el diplomado. No te preocupes.
Si no se dio cuenta de que Lucian la miraba, fue por dos razones: ella trataba de no mirarlo a él porque de pronto había caído en la cuenta de que seguía semidesnudo y porque en la vida se le habría imaginado estar al pendiente de si le daba una repasada o no, porque sabía perfectamente que Lucian no la veía, ni nunca la había visto, de esa manera.
Ya no era la chica tímida a la que le costaba creer que un chico se fijara en ella. Antaño cualquier señal le parecía una locura, incluso le había costado acostumbrarse a la idea de que Jesse hubiera querido algo con ella o que a los quince se hubiera conseguido un par de novios, pero ahora era distinto. Desde lo de Billy, lo de la nominación a Miss BK, y todas esas cosas, ya no le parecía tan descabellado, pero…¿pensarlo de Lucian? No se le había pasado por la cabeza para nada.
Se acercó a su bolsa que había dejado botada para meter el libro y entonces escuchó-a medias- su murmullo. Lo miró mientras guardaba el libro y alzó una ceja.
-¿Toda una mujer, dijiste? No lo creo.
Negó con la cabeza y de nuevo, trató de no mirarlo. De pronto la situación le pareció irreal, aunque fuera Lucian el protagonista. Estar ahí con un chico en ropa interior, en la fraternidad con los tipos más cotizados, recibiendo lo que –si había escuchado bien- era una especie de halago. Se mordisqueó el labio inferior con una extraña sensación de nerviosismo extremo, como antaño, y luego volvió a mirar a Lucian.
-Lo intento, pero me falta mucho para eso, chico Alpha.
Le guiñó el ojo y miró hacia todos lados, la puerta incluida. Carraspeó
-Bueno, creo que me voy, interrumpí tu sueño y…ammm…sí eso.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Se quedó atónito al verse descubierto por Mina, con respecto a ese evidente halago que le había hecho. Podría decirse que hasta se ruborizó y prefirió aclararse la garganta con una ligera toz. Ella ya no era la chica larguirucha que corría en botas por toda la casa, ni tampoco aquella que siempre llevaba los codos y las rodillas lastimados por estar trepando árboles con él. No sabía que pensar de ella ahora, verla desde el ángulo en que estaba le había abierto la mente en posibilidades, unas muy bajas, incluso para él.
Trató de tomarse las cosas con calma y resopló abatido y a la vez alegre .-Creciste Mina y no me dí cuenta...- No se refería al físico, ya que siempre estado igual que desde hace años, se refería a la actitud con la que se desenvolvía ante todo, eran pequeños cambios, pero consistentes y Lucian los notaba, todos y cada uno de ellos.
Cuando ella carraspeó, se levantó de inmediato. -Ah sí, la puerta...disculpame- Era un gesto caballeroso abrirle la puerta a la dama para que saliera de la habitación. Se acercó por detrás de su hombro y tomó la perilla de la puerta y la abrió un poco. Se le erizó la piel al ligero roce con su piel, el olor que desprendía ella le estaba taladrando la cabeza. Tuvo un escalofrío que hizo que cerrara los ojos, la sangre se le estaba subiendo a la cabeza y no pensó en las consecuencias que le traería lo que estaba apunto de hacer.
Cerró la puerta azotandola y giró a Mina, para que estuviera de frente y la miró -Siempre quise hacer esto... le tomó por el rostro y la besó, la besó como jamás imagino que lo haría. Mina le gustaba, claro que sí, debería estar idiota o demente para que no lo hiciera, pero estaba tan arraigado e implantado su cariño de hermanos que nunca la pensó como mujer. Su corazón comenzó a latir como caballo desbocado, su temperatura había aumentado y su respiración se tornaba agitada.
Recordó aquella vez, cuando él volvió de Alemania, el beso que le había dado, ella no puso resistencia y el era demasiado idiota para darse cuenta de que le había gustado mucho más que lo que debería. En aquel entonces, lo había hecho por mero gusto, por impulsivo, por demostrarle un cariño genuino y leal pero esta vez, ya no era tan leal, después de todo.
Trató de tomarse las cosas con calma y resopló abatido y a la vez alegre .-Creciste Mina y no me dí cuenta...- No se refería al físico, ya que siempre estado igual que desde hace años, se refería a la actitud con la que se desenvolvía ante todo, eran pequeños cambios, pero consistentes y Lucian los notaba, todos y cada uno de ellos.
Cuando ella carraspeó, se levantó de inmediato. -Ah sí, la puerta...disculpame- Era un gesto caballeroso abrirle la puerta a la dama para que saliera de la habitación. Se acercó por detrás de su hombro y tomó la perilla de la puerta y la abrió un poco. Se le erizó la piel al ligero roce con su piel, el olor que desprendía ella le estaba taladrando la cabeza. Tuvo un escalofrío que hizo que cerrara los ojos, la sangre se le estaba subiendo a la cabeza y no pensó en las consecuencias que le traería lo que estaba apunto de hacer.
Cerró la puerta azotandola y giró a Mina, para que estuviera de frente y la miró -Siempre quise hacer esto... le tomó por el rostro y la besó, la besó como jamás imagino que lo haría. Mina le gustaba, claro que sí, debería estar idiota o demente para que no lo hiciera, pero estaba tan arraigado e implantado su cariño de hermanos que nunca la pensó como mujer. Su corazón comenzó a latir como caballo desbocado, su temperatura había aumentado y su respiración se tornaba agitada.
Recordó aquella vez, cuando él volvió de Alemania, el beso que le había dado, ella no puso resistencia y el era demasiado idiota para darse cuenta de que le había gustado mucho más que lo que debería. En aquel entonces, lo había hecho por mero gusto, por impulsivo, por demostrarle un cariño genuino y leal pero esta vez, ya no era tan leal, después de todo.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Le sonrió por la frase de que había crecido. Le gustaba que lo notara. Ella tampoco se refería al aspecto físico porque básicamente seguía siendo la misma de hacía dos años, no había crecido ni medio centímetro, ni tenía otra talla, pero sí se esforzaba porque su actitud fuera distinta, por ser más independiente, más autosuficiente, más segura de si misma en muchos aspectos. Que se dieran cuenta de eso le hacía sentir bien.
No había esperado que Lucian se levantara a abrirle la puerta pero le gustaba que tuviera esos pequeños detalles que no se esperaba de nadie más, como caballerosidades olvidadas y enterradas en los hábitos universitarios. Sí, aunque estuviera en ropa interior, seguía siendo un buen gesto. Casi se le olvidaban los zapatos. Ya iba a darse la vuelta para irse cuando escuchó que la puerta se azotaba. No tuvo tiempo de girarse ella misma porque fue Lucian quien la giró.
Supo lo que iba a pasar desde el momento en que lo escuchó hablar, no porque estuviera segurísima de que Lucian quería besarla, sino porque el ambiente lo volvía aparentemente inevitable. Primero no supo muy bien como reaccionar. Pensó en todo, en Jesse y lo mucho que lo amaba, en Bill y las extrañas expectativas que tenía sobre ella y que no se había dignado a borrarle de la cabeza, en Nick, en todas las cosas que estaba haciendo sin pensar. En que tenía la cabeza hecha un auténtico lío y seguramente sumarle otro no era la cosa más sensata.
Titubeó un momento antes de corresponderle el beso, porque no se le ocurría mejor manera de seguir con esa exploración egoísta que eso, que dejarle ese espacio y no decirle que no. Y porque era una sensación nueva besar así a un amigo al que siempre había visto de una forma radicalmente distinta. De nuevo le podía esa sensación refrescante y muy suya, de sentirse deseada por alguien. Seguramente estaba siendo la perra más egoísta de todas.
-¿Es buena idea? ¿Seguro?
Le preguntó en un único arrebato de pequeña sensatez, casi en un susurro como si pudiera escucharla alguien más. Pasó sus manos por sus hombros, recorriéndolos con las puntas de los dedos, pensando incluso en esas épocas en que había estado medio comprometido con Harley o algo raro. Y lo único que no quería era que las cosas se pusieran incómodas después.
No había esperado que Lucian se levantara a abrirle la puerta pero le gustaba que tuviera esos pequeños detalles que no se esperaba de nadie más, como caballerosidades olvidadas y enterradas en los hábitos universitarios. Sí, aunque estuviera en ropa interior, seguía siendo un buen gesto. Casi se le olvidaban los zapatos. Ya iba a darse la vuelta para irse cuando escuchó que la puerta se azotaba. No tuvo tiempo de girarse ella misma porque fue Lucian quien la giró.
Supo lo que iba a pasar desde el momento en que lo escuchó hablar, no porque estuviera segurísima de que Lucian quería besarla, sino porque el ambiente lo volvía aparentemente inevitable. Primero no supo muy bien como reaccionar. Pensó en todo, en Jesse y lo mucho que lo amaba, en Bill y las extrañas expectativas que tenía sobre ella y que no se había dignado a borrarle de la cabeza, en Nick, en todas las cosas que estaba haciendo sin pensar. En que tenía la cabeza hecha un auténtico lío y seguramente sumarle otro no era la cosa más sensata.
Titubeó un momento antes de corresponderle el beso, porque no se le ocurría mejor manera de seguir con esa exploración egoísta que eso, que dejarle ese espacio y no decirle que no. Y porque era una sensación nueva besar así a un amigo al que siempre había visto de una forma radicalmente distinta. De nuevo le podía esa sensación refrescante y muy suya, de sentirse deseada por alguien. Seguramente estaba siendo la perra más egoísta de todas.
-¿Es buena idea? ¿Seguro?
Le preguntó en un único arrebato de pequeña sensatez, casi en un susurro como si pudiera escucharla alguien más. Pasó sus manos por sus hombros, recorriéndolos con las puntas de los dedos, pensando incluso en esas épocas en que había estado medio comprometido con Harley o algo raro. Y lo único que no quería era que las cosas se pusieran incómodas después.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
No era la primera vez que Bill tocaba la puerta de una habitación que no era la suya con el único propósito de salvar a Mina de alguna garra. Tampoco lo hacía muy seguido ni estaba cuidándola todo el tiempo como un depredador celoso pero había veces en que era imposible no meter la cuchara, como cuando por casualidades del destino le habían dicho que Benjamin estaba en su habitación o ahora, que Christopher Hall le había comentado de pasada que Mina había ido ahí a buscar a Lucian y que la habían remitido a su habitación.
No sintió una estampida de celos en su interior. A decir verdad, había visto a esos dos interactuar tantas veces que su idea de ir por ella no era por interrumpir algún tipo de encuentro pasional, era por aprovechar el momento y llevarla gentilmente a su propia recámara si le daba la oportunidad. El panorama que menos se esperaba era el de ella dejándose besar por él y menos estarse planteando la posibilidad de llegar a algo más.
Por eso no iba de mal humor, ni a paso rápido. Si hubiera caminado más rápido a lo mejor y hasta evitaba el beso. La primera vez que había interrumpido a Mina tras una puerta no estaba pasando nada tampoco y según los parámetros de Snyder y lo que creía saber de Mina, aquella vez era mucho más peligrosa.
Cuando estuvo frente a la puerta de Lucian no pegó la oreja para escuchar, ni espió ni nada. Estaba con una actitud tan normal como la que más y solamente pegó en la puerta dos veces. -HEY, Lucian, ¿sigue ahí mi novia?-Mina no era su novia y todos en la fraternidad lo sabían, la mayoría pensando que había sido un noviazgo muy efímero, otros sabiendo la verdad, que solo eran amigos que salían, se follaban y tenían un acuerdo tácito de verse bien en público. Lucian era del segundo grupo, siendo amigo de toda la vida de ella.
No sintió una estampida de celos en su interior. A decir verdad, había visto a esos dos interactuar tantas veces que su idea de ir por ella no era por interrumpir algún tipo de encuentro pasional, era por aprovechar el momento y llevarla gentilmente a su propia recámara si le daba la oportunidad. El panorama que menos se esperaba era el de ella dejándose besar por él y menos estarse planteando la posibilidad de llegar a algo más.
Por eso no iba de mal humor, ni a paso rápido. Si hubiera caminado más rápido a lo mejor y hasta evitaba el beso. La primera vez que había interrumpido a Mina tras una puerta no estaba pasando nada tampoco y según los parámetros de Snyder y lo que creía saber de Mina, aquella vez era mucho más peligrosa.
Cuando estuvo frente a la puerta de Lucian no pegó la oreja para escuchar, ni espió ni nada. Estaba con una actitud tan normal como la que más y solamente pegó en la puerta dos veces. -HEY, Lucian, ¿sigue ahí mi novia?-Mina no era su novia y todos en la fraternidad lo sabían, la mayoría pensando que había sido un noviazgo muy efímero, otros sabiendo la verdad, que solo eran amigos que salían, se follaban y tenían un acuerdo tácito de verse bien en público. Lucian era del segundo grupo, siendo amigo de toda la vida de ella.
- Bill Snyder
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Re: Error de cálculo
Una Locura. Lucian estaba pensando en realizar una absurda, inimaginable pero muy divertida locura. Mina despertó su líbido de maneras que jamás pensó y que ahora hasta le respondía. Eso era totalmente nuevo y le dio muchísimo gusto ver que Mina ya no era tan tímida, en el pasado lo hubiera arrojado a la cama de una patada en la cara seguido de un gancho al hígado y una amenza de muerte. Rió dentro de sí al recordarla de esa forma y le contestó:
-No, no es buena idea …- dijo divertido mientras se acercaba lentamente a acomodarle un mechón de cabello detrás de la oreja.
-Y tampoco estoy seguro pero ¿Qué más da? Eran amigos y además sabía que Mina no tenía con Billy (aún) así que técnicamente estaban libres y además no era que lo fueran a hacer cada lunes y martes ¿o sí?
Le sonreía atrevidamente pasando su mirada por los ojos de ella, deslizándose hasta su boca pasando por el cuello, hasta detenerse en su busto. ¡Dios es grande¡ pensó. Estaba a punto de darle otro beso, esta vez mucho más ávido de deseo cuando escuchó la puerta. Era Bill Snyder. Lucian se sobresaltó por un momento y se puso la mano a la frente. Se le había arruinado ese desesperado intento de probar la carne de exportación alemana. !Maldita sea¡ Le ayudó a Mina a incorporarse un poco acomodándole el cabello y yendo por sus zapatos que claramente los había olvidado.
-Sí, Bill. Aquí está- No había sentimiento de culpa por que no lograron hacer nada, muy a su pesar. Exhaló decepcionado y le dio los zapatos a Mina. Le dio un abrazo y un beso en la mejilla y le guiñó el ojo. Sabía que Billy comenzaba a significar algo para ella, no era tan desgraciado como para destrozarle lo que se supone que ellos tenían.
No te preocupes, Mina. Todo está bien. le susurró para tranquilizar a la alemana. Abrió la puerta y dejó que el presidente de su fraternidad entrara. Olvidó que aún estaba en calzones, así que trató de actuar lo más normal posible, conteniendo la respiración y relajando los hombros, ojalá y se fuera pronto.
-No, no es buena idea …- dijo divertido mientras se acercaba lentamente a acomodarle un mechón de cabello detrás de la oreja.
-Y tampoco estoy seguro pero ¿Qué más da? Eran amigos y además sabía que Mina no tenía con Billy (aún) así que técnicamente estaban libres y además no era que lo fueran a hacer cada lunes y martes ¿o sí?
Le sonreía atrevidamente pasando su mirada por los ojos de ella, deslizándose hasta su boca pasando por el cuello, hasta detenerse en su busto. ¡Dios es grande¡ pensó. Estaba a punto de darle otro beso, esta vez mucho más ávido de deseo cuando escuchó la puerta. Era Bill Snyder. Lucian se sobresaltó por un momento y se puso la mano a la frente. Se le había arruinado ese desesperado intento de probar la carne de exportación alemana. !Maldita sea¡ Le ayudó a Mina a incorporarse un poco acomodándole el cabello y yendo por sus zapatos que claramente los había olvidado.
-Sí, Bill. Aquí está- No había sentimiento de culpa por que no lograron hacer nada, muy a su pesar. Exhaló decepcionado y le dio los zapatos a Mina. Le dio un abrazo y un beso en la mejilla y le guiñó el ojo. Sabía que Billy comenzaba a significar algo para ella, no era tan desgraciado como para destrozarle lo que se supone que ellos tenían.
No te preocupes, Mina. Todo está bien. le susurró para tranquilizar a la alemana. Abrió la puerta y dejó que el presidente de su fraternidad entrara. Olvidó que aún estaba en calzones, así que trató de actuar lo más normal posible, conteniendo la respiración y relajando los hombros, ojalá y se fuera pronto.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Le sonrió también. Y en parte sentía que tenía razón, pero en su caso, la respuesta al ¿qué más daba? Era un auténtico lío. No se quería complicar, eso era todo. Nunca había sido el tipo de chica ultrasegura de sí misma, eso no era para ella. Era la primera vez que parecía no importarle estar con uno sí, con otro también. Irónicamente, estaba siendo más dura con Jesse que nunca, y no sabía si al final todo era consecuencia de un entramado de venganza pura que nacía desde su parte más rencorosa, o si simplemente eran pulsiones inevitables del cuerpo.
Lo miró con cara de “¿qué esperas?” justo cuando Bill tocó la puerta. Miró hacia la misma instintivamente. Se mordió el labio inferior y lanzó un hondo suspiro. Últimamente tenía muy mala suerte porque no era la primera vez que la interrumpían. Negó firmemente con la cabeza cuando Lucian le decía a Billy que sí, que ahí estaba ella. Amagó con darle un zape pero solo se le ocurrió reírse, pues qué más.
Tomó que le diera sus zapatos, un abrazo y un beso en la mejilla de Winnie Pooh como una señal. Luego frunció ligeramente el ceño con ese “no te preocupes” como si acaso estuviera muy preocupada, hasta parecía un gesto de la Mina de antaño. La verdad le daba lo mismo, Billy sabía que no le debía ninguna explicación estuviera Lucian en ropa interior o no, aunque tampoco quería pecar de descaro total enfrente del presidente Alpha. Se sentó en la orilla de la cama y se acomodó los zapatos.
-No es lo que parece.
Le dijo en una especie de broma ácida al rubio, alzando la mirada hacia él y sonriéndole. Cuando terminó de ponerse los tacones, quedó a la altura del presidente y lo besó en la mejilla, el único asunto verdaderamente raro en todo eso, porque llevaba como dos meses en que sus saludos eran efusivos besos en la boca, estuviera quien estuviera.
-¿Qué haces aquí? ¿Qué no tienes deberes de presidente? Anda largo, todavía no terminábamos.
Ni una explicación de que había ido a buscar un libro, ni excusas, ni nerviosismos, ni remordimientos, solo comentarios con el mismo toquecito de humor cínico.
Lo miró con cara de “¿qué esperas?” justo cuando Bill tocó la puerta. Miró hacia la misma instintivamente. Se mordió el labio inferior y lanzó un hondo suspiro. Últimamente tenía muy mala suerte porque no era la primera vez que la interrumpían. Negó firmemente con la cabeza cuando Lucian le decía a Billy que sí, que ahí estaba ella. Amagó con darle un zape pero solo se le ocurrió reírse, pues qué más.
Tomó que le diera sus zapatos, un abrazo y un beso en la mejilla de Winnie Pooh como una señal. Luego frunció ligeramente el ceño con ese “no te preocupes” como si acaso estuviera muy preocupada, hasta parecía un gesto de la Mina de antaño. La verdad le daba lo mismo, Billy sabía que no le debía ninguna explicación estuviera Lucian en ropa interior o no, aunque tampoco quería pecar de descaro total enfrente del presidente Alpha. Se sentó en la orilla de la cama y se acomodó los zapatos.
-No es lo que parece.
Le dijo en una especie de broma ácida al rubio, alzando la mirada hacia él y sonriéndole. Cuando terminó de ponerse los tacones, quedó a la altura del presidente y lo besó en la mejilla, el único asunto verdaderamente raro en todo eso, porque llevaba como dos meses en que sus saludos eran efusivos besos en la boca, estuviera quien estuviera.
-¿Qué haces aquí? ¿Qué no tienes deberes de presidente? Anda largo, todavía no terminábamos.
Ni una explicación de que había ido a buscar un libro, ni excusas, ni nerviosismos, ni remordimientos, solo comentarios con el mismo toquecito de humor cínico.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Bill se hizo hacia atrás cuando Lucian abrió la puerta. Mina seguía ahí como se lo imaginaba, lo que no se imaginaba era que la vería a ella sin zapatos y a él prácticamente en ropa interior. De primera impresión todo le pareció una escena muy obvia pero en su mente que viajaba a la velocidad de la luz, ya habían follado y vuelto a follar.
No sabía ni que decir y por un instante se quedó por completo en blanco sacando sus propias apresuradas conclusiones, pero cuando escuchó que Mina decía que no era lo que parecía, sonriéndole, decidió olvidar sus primeras impresiones. La segunda broma lo hizo reír más abiertamente.
-Oh, perdóneme señorita, por interrumpir, pero me dijeron que estabas aquí y me urgía verte.-Esperó a que se pusiera los zapatos antes de entrar mejor a la habitación de Lucian y tenderle una mano para que se levantara de la cama. Podía tener miles de sospechas respecto a lo que verdaderamente había pasado ahí pero no quería ponerse en ese papel enfrente de Lucian, ya se lo preguntaría a ella más tarde, pero cuidando de no parecer psicópata. Seguía pensando que de verdad no era lo que parecía y que ahí no había pasado nada.
-Así que si no te molesta que le ponga fin a lo que fuera que estuvieras haciendo, ¿vienes conmigo? A Lucian no le importará que lo dejes solo un rato, ¿cierto?-Le dio unas cuantas palmadas en la espalda a Lucian y le hizo un gesto a Mina para que fuera tras él. No se le pasaba por la cabeza que alguien le pudiera decir que no, lo que sí se le había pasado por alto era que Mina no lo había saludado como últimamente lo hacía pero eso no le parecía un problema potencial.
No sabía ni que decir y por un instante se quedó por completo en blanco sacando sus propias apresuradas conclusiones, pero cuando escuchó que Mina decía que no era lo que parecía, sonriéndole, decidió olvidar sus primeras impresiones. La segunda broma lo hizo reír más abiertamente.
-Oh, perdóneme señorita, por interrumpir, pero me dijeron que estabas aquí y me urgía verte.-Esperó a que se pusiera los zapatos antes de entrar mejor a la habitación de Lucian y tenderle una mano para que se levantara de la cama. Podía tener miles de sospechas respecto a lo que verdaderamente había pasado ahí pero no quería ponerse en ese papel enfrente de Lucian, ya se lo preguntaría a ella más tarde, pero cuidando de no parecer psicópata. Seguía pensando que de verdad no era lo que parecía y que ahí no había pasado nada.
-Así que si no te molesta que le ponga fin a lo que fuera que estuvieras haciendo, ¿vienes conmigo? A Lucian no le importará que lo dejes solo un rato, ¿cierto?-Le dio unas cuantas palmadas en la espalda a Lucian y le hizo un gesto a Mina para que fuera tras él. No se le pasaba por la cabeza que alguien le pudiera decir que no, lo que sí se le había pasado por alto era que Mina no lo había saludado como últimamente lo hacía pero eso no le parecía un problema potencial.
- Bill Snyder
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Re: Error de cálculo
Lo más grave ya había pasado, no se puso fúrico ni intransigente con lo que Mina le respondió. Bill Snyder no tenía ni idea de que estuvieran a punto de comerle el mandado. Lucian rió mentalmente y volvió sus ojos hacia el presidente. Había confianza, por supuesto que la había, es decir, eran hermanos de fraternidad, se decía que "Una vez Alpha, siempre Alpha" y ambos apelaban a ese código siempre pero no por eso iba a decirle que en algún punto iba a cogerse a su "posible" novia, eso le traería consecuencias algo desagradables.
Prefirió enfocarse a la situación actual y ver la posibilidad de correrlo de su dormitorio, Mina dijo palabras claves que alertaron a Lucian y entendió que quizá ella si quisiese desde el fondo de si misma que pasara lo que estuvieron a punto de hacer.
-Lo siento, bro! dijo firmemente.
- Estamos en una sesión de estudio muy importante. No te molestará que me quedé con Mina un par de horas extras...- Lo tomó del hombro y lo giró para que regresara de donde había venido, sin verse apresurado o desesperado. Quería mostrar seriedad realismo al asunto aunque él estuviera en calzoncillos.
-Prometo llevártela sana y salva- "y con una sonrisota en el rostro" pensó el inglés. Despistadamente guió su vista a los libros que lucían en la mesa y el café aún humeante, era la coartada perfecta para validar lo que Lucian le dijo a Bill, él deseaba que lograra tragarse todo lo que le había dicho.
-Nos vemos después, Capi! Hasta luego! Se despidió de Bill y cerró la puerta tranquilamente. -Mina, pretende que estamos estudiando- le susurró a la alemana. Fue por su varita y uno de los libros y se sentó en el suelo, tomandole un trago a su café. Conocía a su presidente, si no se había tragado ese cuento del estudio, seguiría ahí observando que era lo que hacían y por que lo había despedido así como así.
Lucian se percataría cuando se fuera para conjurar un hechizo para evitar que escucharan por las paredes y la puerta, así como también una protección para que no lograran ver nada por el rabillo de la puerta y la parte de abajo. Más valía estar prevenidos.
Prefirió enfocarse a la situación actual y ver la posibilidad de correrlo de su dormitorio, Mina dijo palabras claves que alertaron a Lucian y entendió que quizá ella si quisiese desde el fondo de si misma que pasara lo que estuvieron a punto de hacer.
-Lo siento, bro! dijo firmemente.
- Estamos en una sesión de estudio muy importante. No te molestará que me quedé con Mina un par de horas extras...- Lo tomó del hombro y lo giró para que regresara de donde había venido, sin verse apresurado o desesperado. Quería mostrar seriedad realismo al asunto aunque él estuviera en calzoncillos.
-Prometo llevártela sana y salva- "y con una sonrisota en el rostro" pensó el inglés. Despistadamente guió su vista a los libros que lucían en la mesa y el café aún humeante, era la coartada perfecta para validar lo que Lucian le dijo a Bill, él deseaba que lograra tragarse todo lo que le había dicho.
-Nos vemos después, Capi! Hasta luego! Se despidió de Bill y cerró la puerta tranquilamente. -Mina, pretende que estamos estudiando- le susurró a la alemana. Fue por su varita y uno de los libros y se sentó en el suelo, tomandole un trago a su café. Conocía a su presidente, si no se había tragado ese cuento del estudio, seguiría ahí observando que era lo que hacían y por que lo había despedido así como así.
Lucian se percataría cuando se fuera para conjurar un hechizo para evitar que escucharan por las paredes y la puerta, así como también una protección para que no lograran ver nada por el rabillo de la puerta y la parte de abajo. Más valía estar prevenidos.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Había veces en las que todavía no se creía que Bill Snyder tuviera interés en ella, no por nada sino porque siempre lo había visto como el amigote importante de su hermano mayor. Así que no pudo evitar sonreírle como si no hubiera mañana por aquello de que le urgía verla, aunque podía imaginarse perfectamente para qué, le gustaba ponerle un toque de romanticismo a las cosas donde no lo había. Iba a contestar que no importaba, que iba con él, no por nada, sino porque definitivamente no quería despertar sospechas en Bill más allá de sus bromitas cínicas.
De cualquier forma no dijo nada porque Lucian se le adelantó a decir que estaban en una sesión de estudio muy importante. Trató de no poner cara de sorpresa mientras Lucian hacía todo lo posible por sacar a Bill de la habitación, pero Mina dudaba mucho que Billy se fuera como si nada. Se mordió el labio inferior y se encogió de hombros cuando su mirada se cruzó con la del rubio, señalando con la mirada los libros también, solo para darle a entender que era cierto lo que Lucian decía.
-¿Crees que funcione?
No sabía si carcajearse o de verdad fingir que estaban estudiando dificilísimos principios de transformación. Por lo menos Bill no tenía idea de sus hábitos de estudio y por más mal que sonara, jamás sospecharía que de repente había enloquecido y no era el único con el que se le pasaba por la mente echar un polvo.
-Estás loco.
Le dijo a Lucian ajustándose el zapato izquierdo mientras negaba con la cabeza con una media sonrisa. Y encima el hombre, quitadísimo de la pena, estudiando en ropa interior.
De cualquier forma no dijo nada porque Lucian se le adelantó a decir que estaban en una sesión de estudio muy importante. Trató de no poner cara de sorpresa mientras Lucian hacía todo lo posible por sacar a Bill de la habitación, pero Mina dudaba mucho que Billy se fuera como si nada. Se mordió el labio inferior y se encogió de hombros cuando su mirada se cruzó con la del rubio, señalando con la mirada los libros también, solo para darle a entender que era cierto lo que Lucian decía.
-¿Crees que funcione?
No sabía si carcajearse o de verdad fingir que estaban estudiando dificilísimos principios de transformación. Por lo menos Bill no tenía idea de sus hábitos de estudio y por más mal que sonara, jamás sospecharía que de repente había enloquecido y no era el único con el que se le pasaba por la mente echar un polvo.
-Estás loco.
Le dijo a Lucian ajustándose el zapato izquierdo mientras negaba con la cabeza con una media sonrisa. Y encima el hombre, quitadísimo de la pena, estudiando en ropa interior.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Estando en el suelo logró observar con su visión periférica que Mina se colocaba el zapato. -Ni se te ocurra acomodarte el zapato...- mencionó firmemente, sin quitar la vista del libro que tenía en las manos. Levantó la varita y despistadamente conjuró un muffliato para que nadie escuchara absolutamente nada de su habitación. Se levantó dejando los objetos en el suelo y de su cama, tomó una almohada y la funda de esta. Puso la almohada en la parte de abajo de la puerta para que no pudieran ver nada en lo que conjuraba otro hechizo protector y la funda en el picaporte para que no vieran por el rabillo de la puerta.
Acto seguido, se acercó a Mina y comenzó a caminar alrededor de ella, observandola con ojo crítico de pies a cabeza. Efectivamente, había cambiado y !de que forma!. se plantó frente a ella y se cruzó de brazos, alzando una ceja bastante descarado. Se frotó el mentón por algunos segundos y luego dio algunos pasos al frente para quedar a escasos centímetros de ella. La empujó hacia él, tomandola de la cintura y le dió un beso ligero en la frente, luego bajó por el tabique de su nariz, terminando en la punta, después se pasó por las mejillas, de derecha a izquiera y terminó en sus labios, culminando en un beso profundo, cálido y exigente.
Le sujetó del cuello e hizo que caminara lentamente a la cama, empujandola con cuidado, se colocó arriba de ella y comenzó a deslizar su mano firma por uno de sus muslos, sin dejar de besarla. Acomodó su cabello detrás de sus orejas y luego tomó un poco de su cabello para cubrirle los ojos. Su temperatura se elevaba rápidamente, su respiración comenzaba a agitarse. Pasaron algunos escasos minutos cuando de pronto, Lucian ya tenía una erección. Se le salió una risilla juguetona e ignoró por el momento su fisiológica revelación.
Se detuvo por un momento y levantó la falda del vestido, puso su cabeza debajo y abrió los ojos ampliamente, no perdería de vista ni un solo detalle. -¿Alo? ¿Hay alguien ahí? Ya voy a sacarte de ahí, John! aguanta, compañero!- dijo divertido. Resbaló sus dedos entre su entrepierna, comenzando a hacer unas muy pequeñas cosquillas en el muslo interior. Acercó su cabeza hacia donde estaban sus pantaletas y mediante sus dientes las comenzó a quitar, despacio y con toda la calma del mundo.
Acto seguido, se acercó a Mina y comenzó a caminar alrededor de ella, observandola con ojo crítico de pies a cabeza. Efectivamente, había cambiado y !de que forma!. se plantó frente a ella y se cruzó de brazos, alzando una ceja bastante descarado. Se frotó el mentón por algunos segundos y luego dio algunos pasos al frente para quedar a escasos centímetros de ella. La empujó hacia él, tomandola de la cintura y le dió un beso ligero en la frente, luego bajó por el tabique de su nariz, terminando en la punta, después se pasó por las mejillas, de derecha a izquiera y terminó en sus labios, culminando en un beso profundo, cálido y exigente.
Le sujetó del cuello e hizo que caminara lentamente a la cama, empujandola con cuidado, se colocó arriba de ella y comenzó a deslizar su mano firma por uno de sus muslos, sin dejar de besarla. Acomodó su cabello detrás de sus orejas y luego tomó un poco de su cabello para cubrirle los ojos. Su temperatura se elevaba rápidamente, su respiración comenzaba a agitarse. Pasaron algunos escasos minutos cuando de pronto, Lucian ya tenía una erección. Se le salió una risilla juguetona e ignoró por el momento su fisiológica revelación.
Se detuvo por un momento y levantó la falda del vestido, puso su cabeza debajo y abrió los ojos ampliamente, no perdería de vista ni un solo detalle. -¿Alo? ¿Hay alguien ahí? Ya voy a sacarte de ahí, John! aguanta, compañero!- dijo divertido. Resbaló sus dedos entre su entrepierna, comenzando a hacer unas muy pequeñas cosquillas en el muslo interior. Acercó su cabeza hacia donde estaban sus pantaletas y mediante sus dientes las comenzó a quitar, despacio y con toda la calma del mundo.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Se quedó mirando las mil cosas que Lucian hizo para despistar a Billy, pero Mina ya estaba bastante de nervios por toda esa situación, de pronto parecía importarle mucho que Billy no pensara que era una regalada que solamente había jugado con él con todo eso que se habían dicho en el auto, aunque por otro lado, le parecería raro que alguien como él pensara que una no quería experimentar, porque todo mundo sabía que el presidente Alpha no tenía mucha calidad moral sexual que se pudiera decir. Se mordió el labio inferior dubitativa, tampoco estaba por la labor de que Lucian creyera cosas que no eran y al final estaba terminando por hacerse un lío mental de lo peor.
Lo siguió con la mirada mientras la examinaba, siendo presa de un nuevo tipo de nerviosismo, quizá porque nunca la habían sometido a un examen visual tan aparentemente minucioso. Respiró profundo y trató de relajar su cuerpo aunque era condenadamente difícil, seguía nerviosa por esa intromisión de Billy y porque sospechaba que no se tragaría tan fácil ese “estamos estudiando” y comenzaba a ponerse más y más paranoica pero al mismo tiempo seguía siendo tremendamente débil respecto a lo que SEGÚN ELLA, esperaba de ella misma: esa libertad de hacer lo que se le diera la gana, ese odio que había acumulado hacia Jesse y el rencor que había devenido en esa posiblemente falsa falta de compromiso con cualquiera que no fuera más allá de estar en esa vulnerable posición, dispuesta a todo. Era como un círculo de venganza que ya no sabía donde iba a terminar.
Miró a Lucian directamente a los ojos mientras la conducía hacia la cama sujetándola por el cuello. La forma le pareció llena de una agresividad velada que no se esperaba y como respuesta lo sujetó del brazo casi como si fuera a impedirle que la guiara a ningún lado, pero solo era una respuesta natural de su cuerpo a esa necesidad que tenía de siempre sentirse en control. De todos modos solo ese gesto fue en ese tono, porque el paso fue lento, el empuje cuidadoso y los besos lo suficientemente cálidos como para hacerla sentir en confianza.
Lanzó un suspiro al sentir la mano de Lucian sobre su muslo, pero el suspiro terminó convirtiéndose en una inesperada carcajada por su frase loca de sacar a quién sabía quién de quién sabía dónde. No recordaba ni una sola ocasión en la que le hubieran dicho algo parecido antes de follar.
-¿Qué te pasa? Estás demente, quítate.
Le dijo todavía con el fantasma de la risa mientras le quitaba la ropa interior. Se incorporó un poco una vez que sintió que habían resbalado completamente por sus piernas y buscó de alguna manera tomarlo por el rostro.
-Prométeme que no vas a pensar que soy…no sé…yo sé que todo mundo sabe lo que pasó con Billy y estoy segura de que no se tragó eso del estudio y ya es suficiente con que él…
Con que él pensara lo peor. Besó a Lucian sintiéndose vulnerabilísima, casi tonta. Soltó una risa infantil cuando se separó de él, hundiendo los dedos en su cabello, acariciando su nuca.
-Sólo prométemelo.
Lo siguió con la mirada mientras la examinaba, siendo presa de un nuevo tipo de nerviosismo, quizá porque nunca la habían sometido a un examen visual tan aparentemente minucioso. Respiró profundo y trató de relajar su cuerpo aunque era condenadamente difícil, seguía nerviosa por esa intromisión de Billy y porque sospechaba que no se tragaría tan fácil ese “estamos estudiando” y comenzaba a ponerse más y más paranoica pero al mismo tiempo seguía siendo tremendamente débil respecto a lo que SEGÚN ELLA, esperaba de ella misma: esa libertad de hacer lo que se le diera la gana, ese odio que había acumulado hacia Jesse y el rencor que había devenido en esa posiblemente falsa falta de compromiso con cualquiera que no fuera más allá de estar en esa vulnerable posición, dispuesta a todo. Era como un círculo de venganza que ya no sabía donde iba a terminar.
Miró a Lucian directamente a los ojos mientras la conducía hacia la cama sujetándola por el cuello. La forma le pareció llena de una agresividad velada que no se esperaba y como respuesta lo sujetó del brazo casi como si fuera a impedirle que la guiara a ningún lado, pero solo era una respuesta natural de su cuerpo a esa necesidad que tenía de siempre sentirse en control. De todos modos solo ese gesto fue en ese tono, porque el paso fue lento, el empuje cuidadoso y los besos lo suficientemente cálidos como para hacerla sentir en confianza.
Lanzó un suspiro al sentir la mano de Lucian sobre su muslo, pero el suspiro terminó convirtiéndose en una inesperada carcajada por su frase loca de sacar a quién sabía quién de quién sabía dónde. No recordaba ni una sola ocasión en la que le hubieran dicho algo parecido antes de follar.
-¿Qué te pasa? Estás demente, quítate.
Le dijo todavía con el fantasma de la risa mientras le quitaba la ropa interior. Se incorporó un poco una vez que sintió que habían resbalado completamente por sus piernas y buscó de alguna manera tomarlo por el rostro.
-Prométeme que no vas a pensar que soy…no sé…yo sé que todo mundo sabe lo que pasó con Billy y estoy segura de que no se tragó eso del estudio y ya es suficiente con que él…
Con que él pensara lo peor. Besó a Lucian sintiéndose vulnerabilísima, casi tonta. Soltó una risa infantil cuando se separó de él, hundiendo los dedos en su cabello, acariciando su nuca.
-Sólo prométemelo.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Mientras estaba bajos sus faldas, el animago pudo observar en todo su esplendor la perfecta simetría de la cadera de Mina y la pulcra definición de piernas femeninas sin contar que su sexo estaba ahí en primera fila, inerme y expectante a que él lo tocara con ansía. Suspiró impaciente y le respondió.
-No! ¿Qué no ves que John Doe necesita mi ayuda? No seas así! dale una oportunidad de vivir al pobre hombre...- dijo bromeando para luego comenzar a besarle delicadamente la ingle para bajar con sumo cuidado por su pierna derecha. Alzó su cabeza fuera de las piernas de la chica y la miró, con un gesto amable pero firme, a él no le importaba en lo absoluto lo que decían en la universidad, que ella era una zorra, una maldita puta que brincaba de cama en cama, jamás se atrevería a pensar así de ella. Para Lucian, Wilhelmina Schweinsteiger signifcaba mucho, era su amiga, su cómplice, su pupila y demás, así le cayera toda la mierda de ella encima, la llevaría orgullosamente y con gusta.
Además, Jesse le había jugado muy mal en varias ocasiones y nadie le puso un hasta aquí al tipo, Lucian no sería la persona que le dijera "Basta ya" a Mina, la consideraba lo suficientemente madura para saber que quería de su vida, como lo quería y en que momento. Ella tenía todo al absoluto derecho de hacer de su vida un papalote si quisiese o meterse con quien se le diera la regalada gana, incluso hasta con él, en todo caso sería su propia descición.
-Yo no pienso nada ¿Qué no ves?- se señaló a el mismo con su mano, pues le había recibido en paños menores y con tan poca decencia que resultaba increíble.
-Te lo prometo, Mina- Le llenaba de emoción saber que tenía ese encuentro con ella, lo había ansiado en sus más profundos y oscuros sueños, solo esperaba que no se lo tomara tan enserio o mejor dicho que no se ofendiera. La quería muchísimo, básicamente era como su mejor amiga y sería incapaz de lastimarle o hacerla sentir mal, lo que estaban haciendo era simplemente un acostón, un polvo rápido solo para probar que el no era tan gay por no aprovechar la oportunidad que tenía en ese momento y ella tan tonta para no vivirlo. No iba a mencionarle a nadie lo que pasaría en esa habitación, nadie sabría nada, para proteger la integridad, reputación y dignidad de Mina, así como de paso la propia.
-Esto queda entre los dos ¿Está claro?- le sonrió ampliamente y puso a la alemana boca abajo, deslizó pausadamente el cierre del vestido y pasó sus dedos sobre su espalda y desprendió el broche de su sostén y se quedó viendo idiotizado la carne trémula de Mina. Le acomodó todo el cabello hacia un lado y le besó el lóbulo de la oreja, dandole un pequeño y ligero mordisco al final.
-Esta es la mejor sesión de estudio de la vida-susurró.
¡Cómo les gustaba a ambos meterse en líos! pero justamente ese era, el más divertido de todos.
-No! ¿Qué no ves que John Doe necesita mi ayuda? No seas así! dale una oportunidad de vivir al pobre hombre...- dijo bromeando para luego comenzar a besarle delicadamente la ingle para bajar con sumo cuidado por su pierna derecha. Alzó su cabeza fuera de las piernas de la chica y la miró, con un gesto amable pero firme, a él no le importaba en lo absoluto lo que decían en la universidad, que ella era una zorra, una maldita puta que brincaba de cama en cama, jamás se atrevería a pensar así de ella. Para Lucian, Wilhelmina Schweinsteiger signifcaba mucho, era su amiga, su cómplice, su pupila y demás, así le cayera toda la mierda de ella encima, la llevaría orgullosamente y con gusta.
Además, Jesse le había jugado muy mal en varias ocasiones y nadie le puso un hasta aquí al tipo, Lucian no sería la persona que le dijera "Basta ya" a Mina, la consideraba lo suficientemente madura para saber que quería de su vida, como lo quería y en que momento. Ella tenía todo al absoluto derecho de hacer de su vida un papalote si quisiese o meterse con quien se le diera la regalada gana, incluso hasta con él, en todo caso sería su propia descición.
-Yo no pienso nada ¿Qué no ves?- se señaló a el mismo con su mano, pues le había recibido en paños menores y con tan poca decencia que resultaba increíble.
-Te lo prometo, Mina- Le llenaba de emoción saber que tenía ese encuentro con ella, lo había ansiado en sus más profundos y oscuros sueños, solo esperaba que no se lo tomara tan enserio o mejor dicho que no se ofendiera. La quería muchísimo, básicamente era como su mejor amiga y sería incapaz de lastimarle o hacerla sentir mal, lo que estaban haciendo era simplemente un acostón, un polvo rápido solo para probar que el no era tan gay por no aprovechar la oportunidad que tenía en ese momento y ella tan tonta para no vivirlo. No iba a mencionarle a nadie lo que pasaría en esa habitación, nadie sabría nada, para proteger la integridad, reputación y dignidad de Mina, así como de paso la propia.
-Esto queda entre los dos ¿Está claro?- le sonrió ampliamente y puso a la alemana boca abajo, deslizó pausadamente el cierre del vestido y pasó sus dedos sobre su espalda y desprendió el broche de su sostén y se quedó viendo idiotizado la carne trémula de Mina. Le acomodó todo el cabello hacia un lado y le besó el lóbulo de la oreja, dandole un pequeño y ligero mordisco al final.
-Esta es la mejor sesión de estudio de la vida-susurró.
¡Cómo les gustaba a ambos meterse en líos! pero justamente ese era, el más divertido de todos.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Se habría podido tragar la excusa del estudio si Lucian no hubiera estado tan apresurado en sacarlo de la habitación. Bill comenzaba a entender todo lo que no había querido ver por ser demasiado condescendiente con Mina y consigo mismo. Cuando le había dicho que no estaba precisamente lista para tener una relación con él, pensaba que se refería a esperar a que se olvidara de Jesse, no a querer curiosear follándose a cualquiera. Pensaba que no debería molestarse porque ella le había dejado claro que no iba a ser su novia y no tenían ningún acuerdo, pero no podía evitarlo. Conjugó toda la fuerza de voluntad que tenía para no volver a la habitación de Lucian y hasta condujo sus pasos a su propia habitación. Si le preguntaban si había follado con alguien después de Mina si respuesta era que sí, pero eran incursiones poco relevantes que no tenían que ver con ella. Por esa razón tenía menos derecho lógico de enojarse por algo.
Pero no podía, Bill sabía que estaba mal de su parte y que hasta contribuía a una especia de doble estándar que seguramente a la alemana no le gustaría, pero no podía permitirlo. No sabía hasta donde era por orgullo y egoísmo y hasta donde era también porque la quería, pero entre más pasos avanzaba lejos de la habitación de Lucian, más enojado se sentía. Se dio la vuelta cuando finalmente se decidió por arruinar cualquier cosa que tuviera ese par. No quería que ella jugara con él de ese modo. Ya había dicho que la quería, ya había sido honesto con sus intenciones, si quería follar con uno de sus hermanos por lo menos hubiera podido largarse a otro lado en vez de hacerlo ahí casi en su propia cara, en su casa.
No tocó la puerta educadamente como la primera vez, en lugar de eso hizo un alohomora por si habían echado el cerrojo y giró la manija sin pedir permiso. Primero tuvo un problema al entrar porque estaba puesta la almohada, pero empujó un poco más para abrir y encontró justo lo que había esperado. En alguna parte de su mente había guardado la esperanza de que en verdad estuvieran “estudiando” pero ya no quería ni pensar en eso.
-Levántate y vístete-Ordenó con el tono más autoritario que encontraba. El presidente alpha sentía que la ardían las entrañas de ira y apretaba la varita que recientemente acababa de usar en su puño pero no pensaba utilizarla. Trató de no mirarla mal pero fue imposible, estaba enojado como pocas veces. Sentía que ahora era él el burlado y hasta se preguntó si no sería el karma haciéndole pagar todo lo que él mismo había hecho a otra gente con alguien que sí le importaba.
Pero no podía, Bill sabía que estaba mal de su parte y que hasta contribuía a una especia de doble estándar que seguramente a la alemana no le gustaría, pero no podía permitirlo. No sabía hasta donde era por orgullo y egoísmo y hasta donde era también porque la quería, pero entre más pasos avanzaba lejos de la habitación de Lucian, más enojado se sentía. Se dio la vuelta cuando finalmente se decidió por arruinar cualquier cosa que tuviera ese par. No quería que ella jugara con él de ese modo. Ya había dicho que la quería, ya había sido honesto con sus intenciones, si quería follar con uno de sus hermanos por lo menos hubiera podido largarse a otro lado en vez de hacerlo ahí casi en su propia cara, en su casa.
No tocó la puerta educadamente como la primera vez, en lugar de eso hizo un alohomora por si habían echado el cerrojo y giró la manija sin pedir permiso. Primero tuvo un problema al entrar porque estaba puesta la almohada, pero empujó un poco más para abrir y encontró justo lo que había esperado. En alguna parte de su mente había guardado la esperanza de que en verdad estuvieran “estudiando” pero ya no quería ni pensar en eso.
-Levántate y vístete-Ordenó con el tono más autoritario que encontraba. El presidente alpha sentía que la ardían las entrañas de ira y apretaba la varita que recientemente acababa de usar en su puño pero no pensaba utilizarla. Trató de no mirarla mal pero fue imposible, estaba enojado como pocas veces. Sentía que ahora era él el burlado y hasta se preguntó si no sería el karma haciéndole pagar todo lo que él mismo había hecho a otra gente con alguien que sí le importaba.
- Bill Snyder
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Re: Error de cálculo
En el fondo no le importaba lo que dijera la gente, seguía siendo la misma chica despreocupada de Salem, un título estúpido de Miss BK, o un noviazgo falso no iba a cambiar nada. Le importaba, únicamente, lo que Lucian pensara de ella – o Billy, en el caso- y hasta ahí. Ni siquiera importaba si el rumor llegaba a oídos de Jesse, porque al fin y al cabo ella seguía sosteniendo la mentira de que se había acostado con Miles, primero que con ninguno, todo para que supiera que no era el único con posibilidades. Al final, por supuesto, todo se reducía a un juego de venganzas que probablemente tardaría en parar.
-Está claro
Le contestó con la voz entrecortada, asintiendo. Y luego se dejó hacer, enfocando la vista en la textura del edredón de la cama de Lucian mientras sus sentidos alerta identificaban el suave sonido de su cierre bajando. Sintió una ligera ráfaga de viento en su espalda que quedó anulada por el calor que emanaba de Lucian, un escalofrío al sentir su mano acomodando su abundante cabello, y el mismo escalofrío intensificándose por las maniobras en su oreja. Soltó una risa involuntaria por la frase de que era la mejor sesión de estudio, y sintió la necesidad de girarse para mirarlo, pero decidió ser un poco sumisa en esa ocasión y se quedó donde estaba. De cualquier manera no hubo tiempo de mucho. La voz de Billy se hizo presente y su corazón latió a toda velocidad, quizá como nunca.
Entonces sí se giró, sin pensar que estaba semidesnuda, aunque no tardó en buscar su sostén con la mirada y fue lo primero que se puso, deteniendo el resto del vestido en su cuerpo mientras estaba sentada. No se preocupó en buscar sus bragas, subió rápidamente el resto del vestido y el cierre hasta donde pudo. Estaba ruborizada, desconcentrada, como fuera del mundo. El corazón seguía latiéndole despotricado y cuando se paró frente a Billy sintió que no podía dar un paso más porque estaba paralizada. Lo miró de frente y se pasó con premeditada falsa timidez un mechón de cabello por detrás de la oreja. Quería verse vulnerable, pequeña, darle a entender solo con su lenguaje corporal que de verdad lo sentía mucho, tanto así que lo dijo en voz alta.
-Lo siento, Billy.
Se mordió el labio inferior con nerviosismo –no falso- y lo rodeó para pasar por detrás de él y salir de la habitación de Lucian y también de la fraternidad. Apenas dio un paso afuera practicó una aparición para ir a su propio cuarto, no iba a andar por ahí caminando sin ropa interior, con el nerviosismo a flor de piel y sintiéndose terriblemente por esas tonterías.
-Está claro
Le contestó con la voz entrecortada, asintiendo. Y luego se dejó hacer, enfocando la vista en la textura del edredón de la cama de Lucian mientras sus sentidos alerta identificaban el suave sonido de su cierre bajando. Sintió una ligera ráfaga de viento en su espalda que quedó anulada por el calor que emanaba de Lucian, un escalofrío al sentir su mano acomodando su abundante cabello, y el mismo escalofrío intensificándose por las maniobras en su oreja. Soltó una risa involuntaria por la frase de que era la mejor sesión de estudio, y sintió la necesidad de girarse para mirarlo, pero decidió ser un poco sumisa en esa ocasión y se quedó donde estaba. De cualquier manera no hubo tiempo de mucho. La voz de Billy se hizo presente y su corazón latió a toda velocidad, quizá como nunca.
Entonces sí se giró, sin pensar que estaba semidesnuda, aunque no tardó en buscar su sostén con la mirada y fue lo primero que se puso, deteniendo el resto del vestido en su cuerpo mientras estaba sentada. No se preocupó en buscar sus bragas, subió rápidamente el resto del vestido y el cierre hasta donde pudo. Estaba ruborizada, desconcentrada, como fuera del mundo. El corazón seguía latiéndole despotricado y cuando se paró frente a Billy sintió que no podía dar un paso más porque estaba paralizada. Lo miró de frente y se pasó con premeditada falsa timidez un mechón de cabello por detrás de la oreja. Quería verse vulnerable, pequeña, darle a entender solo con su lenguaje corporal que de verdad lo sentía mucho, tanto así que lo dijo en voz alta.
-Lo siento, Billy.
Se mordió el labio inferior con nerviosismo –no falso- y lo rodeó para pasar por detrás de él y salir de la habitación de Lucian y también de la fraternidad. Apenas dio un paso afuera practicó una aparición para ir a su propio cuarto, no iba a andar por ahí caminando sin ropa interior, con el nerviosismo a flor de piel y sintiéndose terriblemente por esas tonterías.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Error de cálculo
Un descuido. Solo bastó un descuido para que lo que sea que esos dos pretendían tener se acabara. La puerta de su habitación se abrió y Lucian solo pudo girar su cabeza para observar que se trataba de Bill Snyder, se maldijo así mismo y se retiró de Mina de inmediato. Se sentía mal, por haberlo traicionado...aunque realmente no había pasado nada y no era como si ellos tuvieran una relación, así que la culpa no tenía cabida en ese lugar, sin embargo lo que si le preocupaba era la imagen de Mina frente a Bill, él no permitiría que por su culpa Mina fuera tachada de zorra y otros sinonimos peores. Conocía a Bill, conocía que era lo que podía hacer cuando estaba disgustado, de hecho el mismo animago había ayudado en un par de ocasiones a poner en su lugar a algunos tipos.
Cuando Mina salió de su habitación, Lucian se levantó de la cama, alcanzó el par de pantalones que había llevado puestos y se los puso. Estaba parado, frente su presidente, sin decir palabra alguna. Quería explicarle que no habían llegado a nada, gracias a su atinada intromisión. Pero no, lo que realmente quería, era explicarle, era decirle que no fue culpa de Mina, sino de él, por "obligarla a algo que ella evidente no quería." Eso sería lo mejor que pudiera hacer por su amiga, en la penosa situación en la que estaba.
-Escúchame, Bill. No fue culpa de Mina. Fui yo quien la obligó...-
No iba a detener a Bill, lo que él pensara conveniente para escarmentarlo, lo aceptaría, sin chistar. Podría golpearlo hasta el cansancio, torturarlo con un crucio, exponer sus andanzas a la gente, lo que fuera. Quizá se ganaría hasta la expulsión de la fraternidad pero no le importaba, no iba a dejar que la alemana pasara por el bochorno y la verguenza social.
-Ella vino por un libro y yo...yo me aproveché...-
Estaba poniendose él mismo la soga al cuello. No había ni un solo signo de arrepentimiento en su voz, ni por lo que "hizo" con Mina ni por lo que estaba diciendo. Incluso podría escucharse hasta arrogante, por decir que obligó a la Miss BK a estar con él, debía ser lo suficientemente convincente.
Cuando Mina salió de su habitación, Lucian se levantó de la cama, alcanzó el par de pantalones que había llevado puestos y se los puso. Estaba parado, frente su presidente, sin decir palabra alguna. Quería explicarle que no habían llegado a nada, gracias a su atinada intromisión. Pero no, lo que realmente quería, era explicarle, era decirle que no fue culpa de Mina, sino de él, por "obligarla a algo que ella evidente no quería." Eso sería lo mejor que pudiera hacer por su amiga, en la penosa situación en la que estaba.
-Escúchame, Bill. No fue culpa de Mina. Fui yo quien la obligó...-
No iba a detener a Bill, lo que él pensara conveniente para escarmentarlo, lo aceptaría, sin chistar. Podría golpearlo hasta el cansancio, torturarlo con un crucio, exponer sus andanzas a la gente, lo que fuera. Quizá se ganaría hasta la expulsión de la fraternidad pero no le importaba, no iba a dejar que la alemana pasara por el bochorno y la verguenza social.
-Ella vino por un libro y yo...yo me aproveché...-
Estaba poniendose él mismo la soga al cuello. No había ni un solo signo de arrepentimiento en su voz, ni por lo que "hizo" con Mina ni por lo que estaba diciendo. Incluso podría escucharse hasta arrogante, por decir que obligó a la Miss BK a estar con él, debía ser lo suficientemente convincente.
- Lucian Den Adel
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Re: Error de cálculo
Le regresó la mirada a Mina cuando se paró enfrente de él pero eso le hizo todavía más daño. No podía verla tan cerca y mantener el semblante duro y firme. Bastaba con ver sus enormes ojos verdes y esa cara de que se arrepentía de todo, aunque Bill empezaba a creer que mucho de lo que veía era falso. Antes de que se fuera la tomó por los hombros y la volteó suavemente para terminar de subirle el cierre del vestido. -Ya vete-Le pidió cuando la soltó con un tono desesperado, porque quería gritarle y preguntarle por qué hacía las cosas como las hacía. Bill era el menos indicado para reclamar nada pero la herida le seguía punzando. No tuvo que pedírselo dos veces porque Mina se fue.
Una vez a solas con Lucian lo miró duramente y mientras él hablaba, Bill cerró la puerta tras de él. Tenía el rostro medio rojo por la ira contenida, los músculos tensos y una expresión más dura de lo normal. Escuchó la explicación de Lucian y se rió por lo absurdo que le sonaba la explicación.-La conozco perfectamente como para saber que nadie podría obligarla a hacer nada que ella no quisiera. Tú también la conoces bien como para creerte tu propio cuento
Sonaba tranquilo pero estaba muerto de ira por dentro. Ni siquiera entendía por qué si ella no le había dado señales de nada. Él mejor que nadie sabía que follarse hasta el cansancio en un día no significaba nada, por eso aplicando esa misma regla, debería entender que no significaba nada lo que había pasado con Lucian pero de todas maneras no lo concebía así. No quería quererla de esa manera, pero no sabía cómo dejar de hacerlo todavía.
Se llevó un par de dedos al tabique de la nariz, le estaba costando pensar con claridad, lo único que veía era a ella bajo el cuerpo de Lucian, pensar que él también la había visto desnuda y que no era el único en su lista lo volvía un poco loco. Pero ante todo, era el presidente de su fraternidad y tenía que actuar como tal. -Si no fueras mi hermano te mataría aquí mismo.-Le aseveró. La peor parte era que Bill hablaba en serio.-Pero somos miembros de una fraternidad y eso significa algo, al menos para mi, por eso no voy a hacer nada, al menos no estando dentro de nuestra casa. -Se tomaba muy en serio los principios de los Alpha Nu Epsilon.[b]-Pero te advierto que si te le vuelves a acercar de esa forma no voy a responder igual. -Tomó aire y apretó los puños un par de veces.
-¿Te la follaste antes de que yo llegara?-No se le olvidaba la imagen de Mina poniéndose los zapatos y que Lucian ya estaba en ropa interior. Necesitaba saberlo por instintos básicos.[/b]
Una vez a solas con Lucian lo miró duramente y mientras él hablaba, Bill cerró la puerta tras de él. Tenía el rostro medio rojo por la ira contenida, los músculos tensos y una expresión más dura de lo normal. Escuchó la explicación de Lucian y se rió por lo absurdo que le sonaba la explicación.-La conozco perfectamente como para saber que nadie podría obligarla a hacer nada que ella no quisiera. Tú también la conoces bien como para creerte tu propio cuento
Sonaba tranquilo pero estaba muerto de ira por dentro. Ni siquiera entendía por qué si ella no le había dado señales de nada. Él mejor que nadie sabía que follarse hasta el cansancio en un día no significaba nada, por eso aplicando esa misma regla, debería entender que no significaba nada lo que había pasado con Lucian pero de todas maneras no lo concebía así. No quería quererla de esa manera, pero no sabía cómo dejar de hacerlo todavía.
Se llevó un par de dedos al tabique de la nariz, le estaba costando pensar con claridad, lo único que veía era a ella bajo el cuerpo de Lucian, pensar que él también la había visto desnuda y que no era el único en su lista lo volvía un poco loco. Pero ante todo, era el presidente de su fraternidad y tenía que actuar como tal. -Si no fueras mi hermano te mataría aquí mismo.-Le aseveró. La peor parte era que Bill hablaba en serio.-Pero somos miembros de una fraternidad y eso significa algo, al menos para mi, por eso no voy a hacer nada, al menos no estando dentro de nuestra casa. -Se tomaba muy en serio los principios de los Alpha Nu Epsilon.[b]-Pero te advierto que si te le vuelves a acercar de esa forma no voy a responder igual. -Tomó aire y apretó los puños un par de veces.
-¿Te la follaste antes de que yo llegara?-No se le olvidaba la imagen de Mina poniéndose los zapatos y que Lucian ya estaba en ropa interior. Necesitaba saberlo por instintos básicos.[/b]
- Bill Snyder
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