I'll Be Around {Daniel}
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I'll Be Around {Daniel}
El final de semestre estaba a la vuelta de la esquina, era durante este periodo de tiempo que todos los alumnos perdían la cabeza, mientras más trabajo había menos parecía rendir el tiempo. Marcellus ya había pasado por ese proceso bastantes veces, siendo su segunda carrera estaba más que acostumbrado a ajetreo, aunque ahora tenía las responsabilidades de la fraternidad sobre todo lo que ya tenía que hacer en el ambiente estudiantil.
Para aquella clase, Expresión Oral III, la profesora había elegido una serie de pruebas en lugar de un solo examen, aquella tarde había sido larga, cada alumno había recitado un escrito en particular del tema que se les había asignado, expresándolo en voz alta. El sorteo había sido al azar y al terminar la presentación, los alumnos se iban retirando.
Marcellus era el siguiente, quedaban menos de cinco personas presentes y la mayoría ya estaban cansados de esperar, incluyendo al Nu.
"Lovecraft, adelante."
El joven asintió con la cabeza, poniéndose de pie y caminando hasta la tarima, donde podía ver a sus compañeros restantes en el aula, entre los presentes estaba Daniel O'Rourke, con quien había estado hablando antes de entrar a clase, cuando tuvieron que dejar la conversación corta porque la profesora había llegado al aula.
"El arte de la guerra, en una expresión silenciosa."
Dijo el título de su escrito sin mucho afán, había estado pensando en el tema desde hacía tiempo, pero los eventos del día del trabajo habían llevado todo a cierta culmine que no podía ser ignorada, el problema es que él tenía que parecer mantenerse en contra de todo ese movimiento, a pesar de ser secretamente parte de él.
"Hay ingenuidad en aquellos que pretende cambiar el mundo con una botella de vidrio en llamas, mérito que también poseen aquellos con armas de alto calibre o varitas encendidas en violencia, después de todo, el mundo en realidad nunca cambia sino evoluciona."
Continuó hablando, mirando a sus compañeros a los ojos así como a la profesora, manteniendo la mirada, dejando un gran escrito que entre líneas daba a entender que las batallas revolucionarias no eran más que tonterías, su sentir no podía ser más contrario.
Para aquella clase, Expresión Oral III, la profesora había elegido una serie de pruebas en lugar de un solo examen, aquella tarde había sido larga, cada alumno había recitado un escrito en particular del tema que se les había asignado, expresándolo en voz alta. El sorteo había sido al azar y al terminar la presentación, los alumnos se iban retirando.
Marcellus era el siguiente, quedaban menos de cinco personas presentes y la mayoría ya estaban cansados de esperar, incluyendo al Nu.
"Lovecraft, adelante."
El joven asintió con la cabeza, poniéndose de pie y caminando hasta la tarima, donde podía ver a sus compañeros restantes en el aula, entre los presentes estaba Daniel O'Rourke, con quien había estado hablando antes de entrar a clase, cuando tuvieron que dejar la conversación corta porque la profesora había llegado al aula.
"El arte de la guerra, en una expresión silenciosa."
Dijo el título de su escrito sin mucho afán, había estado pensando en el tema desde hacía tiempo, pero los eventos del día del trabajo habían llevado todo a cierta culmine que no podía ser ignorada, el problema es que él tenía que parecer mantenerse en contra de todo ese movimiento, a pesar de ser secretamente parte de él.
"Hay ingenuidad en aquellos que pretende cambiar el mundo con una botella de vidrio en llamas, mérito que también poseen aquellos con armas de alto calibre o varitas encendidas en violencia, después de todo, el mundo en realidad nunca cambia sino evoluciona."
Continuó hablando, mirando a sus compañeros a los ojos así como a la profesora, manteniendo la mirada, dejando un gran escrito que entre líneas daba a entender que las batallas revolucionarias no eran más que tonterías, su sentir no podía ser más contrario.
- Marcellus J. Lovecraft
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Re: I'll Be Around {Daniel}
Daniel ya había cursado Oral III el semestre anterior. Su padre era un hombre duro y exigente que realmente lo había preparado en ese ámbito desde la infancia. No sufría pánico escénico, podía discursear sin problemas y sabía expresar sus ideas con claridad. Su problema radicaba en cómo le abrumaba el conflicto que había en el mundo. El no saber qué hacer para lograr el cambio, sin lastimar a personas y familias en el proceso. Sobre todo habiendo crecido con el dolor en los ojos de su padre ante la memoria de su abuelo. Un criminal. Vio a un chico de tercero bajar de la tarima, sin conocerlo ni haber sobresalido en su tema, seguro no tendría muy buen puntaje.
Se encontraba en el aula porque le gustaba escuchar los discursos, la profesora era consciente de eso y le aviso que los alumnos estarían presentándose hoy, por si le interesaba asistir de oyente. Seguramente, tras todas las presentaciones podría decirle su opinión al respecto. El único problema era que todos los exámenes orales siempre duraban un montón. Cada alumno tenía un tiempo programado, pero eran bastantes y cuando se daba pie para comentarios, en ocasiones, el tema se extendía eternamente. Ya llevaban bastantes horas allí y muchos estaban desesperándose.
El líder de los Nu era quien pasaba ahora al frente. Daniel apoyó su mejilla en su mano, acomodándose ligeramente más erguido en su lugar para escucharlo. Sabía quién era Marcellus, si bien los Nu eran generalmente pijos que tuvieron únicamente la fortuna de tener padres influyentes, él parecía tener más IQ de lo normal. Por supuesto que en la propaganda de la fraternidad decían “inteligencia, poder y astucia”; pero realmente, con el poder de Don Dinero eso terminaba quedando en quinto plano.
Y nuevamente, Marcellus lo sorprendía. Sun Tzu, un muggle de la antigua China, escribió todo un libro al respecto. Considerado hasta en la actualidad como uno de los mejores libros de estrategia de todos los tiempos; lo sabía, porque a su padre le gustaba y siempre lo recitaba cuando estaba estresado: “La mejor victoria es vencer sin combatir, ésa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante” rememoró en su cabeza. Ojala él fuese una figura así de inteligente.
Escuchó con atención el discurso de Marcellus, quien con seguridad y comodidad se movía frente al público. Hablaba sobre la estupidez de los levantamientos armados, sobre el sin sentido de las batallas revolucionarias. Un tema que tocaba directamente el ánimo de todos los asistentes debido a lo acontecido en septiembre… Allí estaba. Daniel casi no podía concebir lo que el otro estaba diciendo: ¿realmente esperaba que la gente agachase la cabeza ante los abusos de la autoridad y no expresasen su malestar?
Le picaba la garganta por decir algo, por abrir el dialogo. Pero podía ver el rostro de hartazgo de todos los presentes. Realmente, no eran muchos los que estaban realmente prestándole atención a Marcellus. Había varios que parecían haber reaccionado a sus palabras, como él, pero no querían comentar. Discutir ahora, significaría que la prueba terminaría en la noche. Así que se tragó sus palabras, y tomó sus cosas para salir de la habitación cuando Lovecraft comenzó a recibir los aplausos de sus compañeros, sintiéndose abrumado por sus propias ideas, apoyándose en la pared fuera del salón.
Unos quince minutos más tardes, Marcellus salía por la puerta. Daniel lo miró. Realmente, aunque el otro le irritaba la mayor parte del tiempo, le tenía en una alta estima. -Incluso para que haya evolución, debe haber un factor o agente que afecte el status quo de las cosas- le comentó, para llamar su atención. Cuando la tuvo, le arqueó una ceja. -Es el mismo principio que en la construcción de cualquier historia. Es el principio de la narratología. Pero hablando por el movimiento, fue solo la primera ola de algo que todos sabemos se venía encima… No creo que ese movimiento en particular fuera el más inteligente, pero sin lugar a dudas alguien debía hacer ‘algo’ que sacudiera las cosas- Daniel hablaba en un tono de voz moderado y conciliador, casi probando el terreno. No es como si alguien pudiera estar diciendo esto en voz alta (sobre todo a gritos o con fuerza). Pero el golpe era demasiado directo para que su mente llena de ideas de justicia, equidad y el futuro pudiera callarlo.
Quién sabe, una parte de él se negaba a creer que el discurso del Nu fuera real. Había demostrado más inteligencia en sus escritos, aunque su capacidad argumentativa hubiese sido perfecta: no podía estar tan ciego.
- Daniel O'Rourke
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Re: I'll Be Around {Daniel}
Sus escritos se habían vuelta muy metódicos, tenía que mantener cierta apariencia, ahora más que nunca. Había dejado de escribir artículos incendiarios bajo el nombre Altair hacía poco, no había necesidad ahora que Jesse y los Delta se habían desenmascarado ante el público, de vez en cuando seguía escribiendo, pero habia reducido la cantidad por termo a que fueran contra Matías Rainwood, quien era el que sabía su identidad como autor de esos escritos.
Estaba pensando dirigirse a su habitación y dejar atrás las cosas cuando la voz de Daniel captó su atención, estaba hablando directamente de lo que había escrito, sobre las guerras fallidas y los motivos de las mismas.
"Un catalizador," le concedió entonces, ladeando la cabeza y sonriendo, "No me refiero a que todas las guerras son inútiles, pero los motivos por los cuales esta se está desarrollando frente a nuestros ojos son… bueno, tú lo has visto, Aurores muertos por secuestrar a una cabecilla de comercio."
Se encogió de hombros, su verdadera opinión era distinta, pero tenía que poner esa cara por el bien de la causa, "Parece que un montón de hippies quieren tener las cosas luchando de la forma equivocada por ellas, después de todo empezar una revolución parece un acto de tratar de cambiar el mundo con una varita y sin un plan de que es todo lo que implica."
Suspiró llevándose dos dedos al tabique de la nariz, cerrando los ojos un momento antes de bajar la mano, "¿Quieres ir por un café? Tengo que hacer otro ensayo esta noche y creo que me quedaré dormido si no tomo cafeína."
Era la fachada, pretender que no estaba de acuerdo con lo que hacían los revolucionarios, ignorar a los Delta, mantenerse al margen de cualquier cosa que no tuviera que ver con la escuela y la sociedad, a veces le cansaba y ahora más que nunca le tenía respeto a Mina por mantener la fachada.
Estaba pensando dirigirse a su habitación y dejar atrás las cosas cuando la voz de Daniel captó su atención, estaba hablando directamente de lo que había escrito, sobre las guerras fallidas y los motivos de las mismas.
"Un catalizador," le concedió entonces, ladeando la cabeza y sonriendo, "No me refiero a que todas las guerras son inútiles, pero los motivos por los cuales esta se está desarrollando frente a nuestros ojos son… bueno, tú lo has visto, Aurores muertos por secuestrar a una cabecilla de comercio."
Se encogió de hombros, su verdadera opinión era distinta, pero tenía que poner esa cara por el bien de la causa, "Parece que un montón de hippies quieren tener las cosas luchando de la forma equivocada por ellas, después de todo empezar una revolución parece un acto de tratar de cambiar el mundo con una varita y sin un plan de que es todo lo que implica."
Suspiró llevándose dos dedos al tabique de la nariz, cerrando los ojos un momento antes de bajar la mano, "¿Quieres ir por un café? Tengo que hacer otro ensayo esta noche y creo que me quedaré dormido si no tomo cafeína."
Era la fachada, pretender que no estaba de acuerdo con lo que hacían los revolucionarios, ignorar a los Delta, mantenerse al margen de cualquier cosa que no tuviera que ver con la escuela y la sociedad, a veces le cansaba y ahora más que nunca le tenía respeto a Mina por mantener la fachada.
- Marcellus J. Lovecraft
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