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Hora 23 horas con 45 minutos, Examen externo: El cadáver aparece sobre la mesa de autopsias en posición de decúbito prono, parcialmente apoyado sobre el costado derecho….y…. Espera, este no es mi reporte… ¿Dónde está el otro? - Era la tercera vez que estaban tratando de analizar aquel cadáver, no sabía si era precisamente su presencia en ese lugar o qué lo que tenía tan desconcentrado al investigador mágico, pero si seguían de esa manera las 11 de la noche iban a convertirse en 12 o 1 o quién sabe y Adrien tenía que terminar el reporte bacteriológico para primera hora al día siguiente. Estaba cansado y le faltaba más de la mitad para terminar.

Creo que iré por café o algo de beber, ¿Quieres algo?... – Lo decía por mera cortesía, por que igualmente le iba a traer algo de beber se lo pidiera o no. De las pocas personas a las que Adrien no trataba con prepotencia, Murphy era una de ellas, ¿por qué? A saber, no era como si alguien fuera a preguntárselo a Adrien.

Salió del lugar aun con su bata medica puesta, cerró la puerta dejando atrás el frio del sótano olvidado y camino por los pasillos de la facultad, ni siquiera sabía a dónde diablos iba, sabía muy bien que Murphy tenía su propia cafetera americana ahí dentro de la morgue, solo quería tomar algo de aire fresco y despejarse, porque si, ser el mejor alumno de su clase y su generación tenia esas pequeñas desventajas. Se quito los anteojos y se paso las manos pesadamente por el rostro justo unos momentos antes de que un elfo domestico con algunas cicatrices en su cuerpo apareciera frente a él.

Dos capuccinos expreso… – Aquello fue una orden inmediata para el Elfo que desapareció en un chasquido de dedos. Adrien miro a su alrededor, había llegado sin querer al aula de Envenenamientos y parecía que había alguien que, así como él, también estaba haciendo trabajos nocturnos.

Ahí estaba yo, pensando en mis clases en Salem que estaban correctamente preparadas y en que otra vez, me tocaría ir en vivo al trabajo.

Casi las doce y yo sola, por alguna razón el aula es muy fría, quizás por la cercanía que tiene a la morgue, no sé por qué pero esos lugares siempre son muy fríos y muy tranquilos.

Estaba ataviada aún con la bata blanca, guantes y lentes de protección, con los pequeños animalitos del bioterio como compañía, pobrecillos, un error y mueren, para eso fueron criados, ni modo, es por un bien superior. Después de mi mini monólogo continué con el gotero dándole de beber a un pequeño cuyo que había inyectado previamente con sangre de arpía, buscaba hacer una especie de poción para arpías combinándola con filtro de paz, era mas bien mi proyecto personal, largamente estudiado, sin embargo no funcionó, la sangre de arpía no transfiere el apetito por carne humana ni la bestialidad, al parecer es genético, necesito una arpía, o una veela de sangre pura, claro, fácilisimo de encontrar...
Quizás, necesito solo enojarme lo suficiente para probarla en mí, cierto es que no soy una arpía pero mi sangre veela aún no está muy mezclada y tengo arranques de ira loca que odio, ¿Cómo podría probar mi poción nueva?

Sentí que alguien me observaba así que levanté la vista. Dejé al pobre cuyo en su jaula, no le había pasado nada lamentable, levanté la mirada y observé por encima de los lentes de protección.

-Hola, ¿Hay alguien ahí?...

Generalmente no me asusta la noche, ni la morgue, ni la facultad vacía, pero después de haber sido atacada por un troll sentía que había que tener precaución.

Había realmente pocos alumnos en toda la facultad que se hacían destacar, la mayoría abandonaba la carrera a la mitad o se graduaban con las notas suficientes como para poder tener sus propio consultorio en algún lugar sin renombre o terminar como sanadores de emergencia en los partidos de quodpot, sin embargo la chica que estaba ahí frente a sus ojos era uno de esos pequeños y peculiares ejemplares que tenían un futuro tal vez más prometedor que el resto y que por lo tanto se ganaban el desprecio infinito de Adrien, tal vez más que algún don nadie de clase baja.

Lafée ¿No cree que no son horas adecuadas para jugar con las instalaciones de la universidad? – El joven alto y de apariencia severa cruzo la puerta solamente para estacionarse en la entrada, así como ella también tenía puesta su bata de medimagia, se coloco un par de gafas de pasta gruesa y seguido se cruzo de brazos con gesto desconforme, como si en efecto estuviera regañándola o gozara de alguna autoridad que ella no tenia en esos momentos. Así era Adrien, altivo, arrogante y selectivo.

¿Tiene algún permiso firmado para permanecer más horas en el laboratorio? ¿Se encuentra con algún profesor acaso? ¿Está terminando algún trabajo escolar? – Adrien sabía que no era así, las clases apenas acababan de comenzar y solamente pocos alumnos, como él, estaban haciendo trabajos adelantados de semestre. Le recuerdo que las instalaciones de Basett Knapp no son para uso privado de alumnos o profesores, le preguntaría que es lo que está haciendo, pero realmente no creo que sea nada tan relevante que merezca mi atención, ¿por qué no se toma su carrera con seriedad? – Su tono de voz al final terminaba siendo algo condescendiente, tal vez por la hora o por el aura de embelesamiento que las semi veelas tenían, se fue acercando lentamente a ella.

-Disculpe Morgan, le pediría de favor que vaya a acusarme si así lo desea, o retírese, pero no venga aquí a molestarme, no le afecto en absoluto.

Había herido mi orgullo, definitivamente, y eso no era algo que pudiera pasar por alto. Lo miré a los ojos quitándome por completo los lentes de protección y guardé silencio.

Noté que se acercaba, ¡Bueno que tipo este!...Si se atreve a tocar mis apuntes o mis pociones voy a desollarlo vivo.

-¿Se te ofrece algo? Respondí procurando no demostrar nerviosismo, pero me intrigaba, fue un segundo de silencio perturbador, mientras se acercaba me preguntaba si arruinaría lo que había al fin avanzado, si volvería a jugar a humillarme o si quería algo...

Levanté la ceja y comencé a guardar mis cosas, había terminado el ensayo clínico por hoy, era verdad que no tenía permiso escrito de estar ahí, pero ¿Qué podrían hacerme por quedarme hasta tarde practicando?...

Sin querer al tratar de guardar en el estante un par de matraces uno que poseía Filtro de la paz y otro vacío los dejé caer.

-¡Estúpida! Ah, ¡Que hice! es un desastre. 

La poción se había regado toda, y si bien podía reparar el matraz con magia, ahora tendría que limpiar el desorden y retrasar unos minutos mi regreso a mi habitación...Para mi mala suerte, Adrien estaría de espectador mientras actuaba como afanadora limpiando aquello.

-¿Qué me ves?...Le dije mientras estaba en cuclillas recogiendo los trozos de vidrio para reparar los matraces, haciendo a un lado mi cabello sobre el hombro izquierdo y ondeandolo un poco, elevando la mirada hacia su rostro...

¿No le afectaba en lo absoluto? Era ridículo, Adrien solamente negó con la cabeza y puso los ojos en blanco tras llevarse una mano a la sien, como si estuviera conteniendo un inminente dolor de cabeza. Ni siquiera había visto realmente los apuntes de la joven o cualquier cosa que estuviera en su escritorio, las investigaciones personales le parecían atrevidas y una pérdida de tiempo si no se tenía el asesoramiento necesario, ese tipo de estudiantes eran para él como niños jugando en una caja de arena, creyendo tal vez que tenían el poder de convertirla en algo más, pero al final del día terminaba deshaciéndose su castillo.

A ver, ¿Cómo puedo explicártelo Lafée? … Estas utilizando recursos de la universidad, recursos y material que se nos proporciona por semestre, recursos y material que mi familia proporciona para que podamos tener una educación decente… y ¿me preguntas que en qué me afecta verte malgastarlos en investigaciones personales? Bueno, ahí tienes tu respuesta. Por supuesto que podría dejarlo pasar, sin embargo no quiero hacerlo. Apresúrate a recoger las cosas, te llevaré con el profesor encargado de esta área.

Se cruzó nuevamente de brazos viendo solamente como es que ella recogía las cosas, no sabía si era porque él se lo había pedido o porque ella quería escapar lo más pronto posible de esa situación incómoda, al menos para ella, por que Adrien estaba encontrando catártico el desquitarse con ella de esa manera. Alzó una ceja cuando la vio tirar aquel material, el mismo que al caer al piso se había roto en mil pedazos y que mañana fácilmente descubrirían su falta en el laboratorio.

Muy bien, él era un maldito bastardo, Ciel no era de su agrado, precisamente por el poder que tenía en su sangre de trastornarlo, sin embargo a pesar de todo Adrien seguía siendo un caballero y no podía negar así nada más los modales que le habían inculcado desde su hogar, así que si, tras un gesto de reproche se inclino también para ayudarle a recoger los pedazos de vidrio entre la solución que se había derramado, más ingredientes desperdiciados.

Hazte a un lado, yo recogeré esto. - Su tono de voz no era amistoso ni mucho menos, le habló con desdén, como si se estuviera dirigiendo a un elfo domestico o alguna clase inferior de criatura, comenzó a recoger los vidrios ahí tirados hasta que, sin darse cuenta, se cortó el pulgar con uno de ellos. [/b]

Maldita sea… – Murmuro entre dientes mientras un par de gotas de sangre manchaban los azulejos del piso y se mezclaban con el liquido extraño que se había derramado hacia no mucho.

Ves lo que te has hecho, eres un.... ah!!!...
Ven dame esa mano- Se la tomé sin esperar una respuesta, detestaba que me hablara como lo hizo pero no era mi intención seguir peleando. 

Retiré una esquirla de vidrio de su dedo y tomando mi pañuelo del bolsillo de la bata lo limpié, no le pregunté, ni se por qué lo hice, pero tuve un arranque de ternura y besé su dedo como lo haría con un niño pequeño que se ha lastimado.

-Listo, espero así este mejor. No te molestes, yo misma iré a confesar el desorden que he hecho - Dije apenada.

-De cierta forma tienes razón aunque odie admitirlo, los ingredientes son míos, los he comprado yo, pero las instalaciones son de BK. Lo lamento.


-¿Tu que haces tan tarde por aquí?...¿Trabajo extra o te das el gusto de merodear si alguna semiveela se esta portando mal para acusarla? Dije con un poco de sentido del humor, a pesar de lo serio y arrogante que era Adrien conmigo.

Adrien odiaba que la gente lo tocara, cualquier persona que se acercara a él y no fuera de su confianza era rechazado casi de manera inmediata, sin embargo con Ciel era diferente, ya que había algo en ella, por su sangre tal vez, que lo hacía desear ese contacto, por eso mismo no hizo nada por retirar su mano de entre las de ella, ese toque suave y delicado, cálido tal vez, lo embrujo por cuestión de segundos mientras veía como la sangre salía de su dedo por el corte que el vidrio había hecho. Aprovecho esa cercanía con la semi veela para observarla mejor, su piel, su rostro, lo suave que parecía ser su cabello y se encontró entonces con las ganas de tocarlo, maldición, ¿Estaba cayendo bajo el embrujo de la semi veela?. Negó con la cabeza, él no era esa clase de persona que caía tan fácil, pero entonces ella beso su mano y sintió un escalofrió recorrerlo, un choque de electricidad proveniente de sus labios.

Tardo unos segundos en reaccionar, molesto, obviamente, retiro rápidamente su mano de entre las de ella y se levantó, se vio la mano cayendo en cuenta de que tenía un ridículo pañuelo enredado en ella, como si ni a eso le hubiera prestado atención por estar observándola, que ridiculez, suspiro hastiado y rodo los ojos, ella parecía más condescendiente ahora, sin ganas de pelear, bah, era una pobre diabla como muchas otras, solamente que tenía entre sus manos ese poder sobre él, ese maldito deseo.

Adrien saco su varita y suspiro, empezó a conjurar algo para recoger con magia los restos del instrumento que se había hecho pedazos, no era tan tonto para hacerlo con las manos (otra vez).

Estoy haciendo prácticas con Murphy, en la morgue, solamente salí por un café porque lo más seguro es que esta noche no vaya a dormir. – respondió con menos desagrado, justo en ese momento un pequeño elfo domestico se apareció entre ellos con dos cafés, entregándole uno a Adrien y viendo a Ciel, esperando para saber si era a ella a quién tenía que dárselo.

¿Quieres uno? Era para Murphy pero él ya tiene una cafetera en la morgue..

-Gracias- Dije apenada, el tipo me desagradaba y a la vez me hacía perder en sus ojos, era tan molesto como agradable ver como me observaba.

Noté su desagrado al haberlo tocado, no sé ni por qué lo hice, solo, me nació. 

-Disculpa por lo de tu dedo y gracias por ayudarme a recoger mis cosas. 

Era extraño, su actitud me había molestado mucho, muchísimo, lo cual no podía soportar, y menos viniendo de un hombre, en esas situaciones mi cabello se salía de control, brillaba y me ponía algo violenta en mi forma de hablar, mi varita lanzaba chispas y generalmente, los conjuros en ese estado me salían mal. Esta vez, fue distinto. 

-Sabes? Quizás lo que te comente te importe un comino...pero es extraño...

Hice una pausa, no estaba fuera de control, me sentía molesta, enojada con Morgan, pero...contenta, tomé un mechón de mi cabello, no estaba destellando..tomé mi varita y le ayudé a levantar el desorden a Morgan...mi conjuro no se salió de control, no lancé ningún hechizo errático como me sucedía cuando me enojaba.

-¡Es maravilloso!- dije entusiasmada y sin pensarlo lo abracé...¡GRACIAS!...

Mi experimento parece ser que funcionó, en los animalitos no, pero...pero...¡¡¡YO!!! Lo probé en mi y funcionó!

-Sabes, mi madre, ella fue Veela, Veela, es...complicado, ella por alguna razón, jamás, jamás, jamás se transformó, ni atacó a nadie, ¿Sabes lo sanguinarias que pueden ser cuando se enojan?...y yo, bueno, yo soy Semi...Semi sangre pura, no me convierto en arpía ni nada por el estilo, pero, ser Semi es muy molesto, mas que el "encanto" que dicen que tenemos, a veces nuestra volubilidad nos hace perder la autoridad sobre la varita... yo...acabo de neutralizarlo-

Tenía verborrea, no me interesaba en realidad la opinión de Adrien, pero quería compartirlo.

-En este momento, lo neutralicé, temporalmente, claro...¿Ves?...Me enojé mucho contigo...decía sin poder parar bebiendo un sorbo de café...y...No pasó nada. ¡NADA! 

Estaba ensimismada, probablemente el experimento no durara lo suficiente, pero en ese instante, había dado resultado, estaba motivadísima para seguir experimentando, en mi oficina en Salem por supuesto, ya que no quería problemas con la autoridad de BK. 

-Disculpa, a ti no te importa esto, gracias por el café, y si gustas mañana puedes denunciarme en Rectoría. Igual, Gracias, por ti descubrí que esto funciona.