Qué nadie sepa
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Qué nadie sepa
¿Alguna vez viste el Laboratorio de Dexter? Pues Kitty era la copia exacta de Dee-Dee y su primo Adrien el niño genio. No importaba cuántas veces cambiase la contraseña de su dormitorio ni cuántas combinaciones nuevas y difíciles le pusiera a la cerradura, siempre conseguía entrar sin confesarle cómo lo hacia por que en realidad ni ella misma lo sabía. O era excesivamente inteligente o demasiado mensa que terminaba siendo una genio… simplemente la combinación aparecía en su cabeza, pero no se lo iba a decir.
Y es que la menor de los Likens era el vivo reflejo de Adrien, su versión femenina y tonta. Tal vez por eso no podían estar más de cinco minutos sin pelear pero sin estar tan lejos el uno con el otro. Ni siquiera con sus propios hermanos era así ni mucho menos con Maddie y Charlie, por ejemplo.
Entró a la fraternidad como si estuviera en su propia casa y saludando cual princesa de la primavera. Está bien, no, pero sí se quedó un ratito platicando con un Nu antes de decirle que iba a subir al dormitorio de su primo. ¿Para qué tocar si ya sabía como entrar?
A penas cerró la puerta tras de ella y corrió para abrazarlo, sin poder evitar que gruesas lágrimas de cocodrilo comenzaran a salir. Kitty nunca lloraba y menos cuando había alguien que quería y la pudiera ver, pero tenía muchísimo miedo, miedo de verdad. Más incluso que aquella vez en la que Matilda se tragó un hueso y se estaba ahogando en sus primeros días de presidencia y muchísimo más que la primera vez que no se apareció bien y su mano terminó en el central park. Todavía más.
No podía confesárselo a Maddie o a Charlie por que no soportaría que ellas la juzgasen, tampoco a sus hermanos. Solo a él por que era su vivo reflejo y por que, por alguna razón, siempre había estado para ella cuando más lo necesitaba.
Y es que la menor de los Likens era el vivo reflejo de Adrien, su versión femenina y tonta. Tal vez por eso no podían estar más de cinco minutos sin pelear pero sin estar tan lejos el uno con el otro. Ni siquiera con sus propios hermanos era así ni mucho menos con Maddie y Charlie, por ejemplo.
Entró a la fraternidad como si estuviera en su propia casa y saludando cual princesa de la primavera. Está bien, no, pero sí se quedó un ratito platicando con un Nu antes de decirle que iba a subir al dormitorio de su primo. ¿Para qué tocar si ya sabía como entrar?
A penas cerró la puerta tras de ella y corrió para abrazarlo, sin poder evitar que gruesas lágrimas de cocodrilo comenzaran a salir. Kitty nunca lloraba y menos cuando había alguien que quería y la pudiera ver, pero tenía muchísimo miedo, miedo de verdad. Más incluso que aquella vez en la que Matilda se tragó un hueso y se estaba ahogando en sus primeros días de presidencia y muchísimo más que la primera vez que no se apareció bien y su mano terminó en el central park. Todavía más.
No podía confesárselo a Maddie o a Charlie por que no soportaría que ellas la juzgasen, tampoco a sus hermanos. Solo a él por que era su vivo reflejo y por que, por alguna razón, siempre había estado para ella cuando más lo necesitaba.
- Kitty Likens
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Re: Qué nadie sepa
Muy bien de acuerdo, tenía que aceptar que entendía que Lucienne pudiera descifrar las malditas contraseñas de su puerta, es decir, era tan dotada intelectualmente como él, sin embargo algo que lo frustraba realmente era no saber cómo es que alguien como Kitty hacia para abrir los cerrojos mágicos y es que no importaba cuantas veces cambiara el hechizo, cuantas dificultad le agregara a los acertijos, Kitty siempre, SIEMPRE abría la maldita puerta.
Aquel día estaba solamente leyendo cerca de la ventana, no había querido ir al club de ajedrez porque ya no tenía su tablero preferido y hasta que se recuperara de esa perdida y más cosas, no iba a pisar aquel lugar, era como una especie de duelo que tenía que llevar a cabo, por más que fingiera que no le importaba en lo absoluto.
Alcanzó a ponerse de pie cuando la puerta se abrió, vio a Kitty entrar y apenas al cerrarla, correr hacia él. Si, en efecto lo había destanteado al momento, tuvo que acomodar un poco sus pensamientos antes de darse cuenta que lo estaba abrazando como loca y estaba llorando, bueno, algo no andaba definitivamente nada bien en esos momentos.
¿Kitty? ¿Qué sucede? – Adrien no sacaba ese lado protector muy a menudo, ni siquiera con su hermana, pero Kitty era diferente, de alguna forma la sentía muy parecida a él y verla de esa manera si lo había preocupado realmente. Su voz sonaba conciliadora, tranquila, como si tratara de confortarla con ella, tal vez no estaba funcionando muy bien.
Se separo de ella lentamente, como si tuviera miedo de que fuera a romperse con cualquier movimiento brusco, en efecto la presencia de Kitty contrastaba mucho con el lugar, cuando alguien que no era Adrien llegaba a la habitación, era fácilmente identificable como intruso ya que pocas cosas encajaban con los tonos oscuros en los muebles y ese olor a alcanfor que rodeaba el ambiente.
Primero tienes que calmarte, dime ¿Qué esta sucediéndote? ¿Por qué estas así? – Y es que le pasaban mil cosas por la cabeza, que la hubieran quitado de presidente, que se hubiera peleado con Charlotte, que alguien la hubiera lastimado, pero seguro que no estaba si quiera preparado para lo que ella iba a decirle.
Aquel día estaba solamente leyendo cerca de la ventana, no había querido ir al club de ajedrez porque ya no tenía su tablero preferido y hasta que se recuperara de esa perdida y más cosas, no iba a pisar aquel lugar, era como una especie de duelo que tenía que llevar a cabo, por más que fingiera que no le importaba en lo absoluto.
Alcanzó a ponerse de pie cuando la puerta se abrió, vio a Kitty entrar y apenas al cerrarla, correr hacia él. Si, en efecto lo había destanteado al momento, tuvo que acomodar un poco sus pensamientos antes de darse cuenta que lo estaba abrazando como loca y estaba llorando, bueno, algo no andaba definitivamente nada bien en esos momentos.
¿Kitty? ¿Qué sucede? – Adrien no sacaba ese lado protector muy a menudo, ni siquiera con su hermana, pero Kitty era diferente, de alguna forma la sentía muy parecida a él y verla de esa manera si lo había preocupado realmente. Su voz sonaba conciliadora, tranquila, como si tratara de confortarla con ella, tal vez no estaba funcionando muy bien.
Se separo de ella lentamente, como si tuviera miedo de que fuera a romperse con cualquier movimiento brusco, en efecto la presencia de Kitty contrastaba mucho con el lugar, cuando alguien que no era Adrien llegaba a la habitación, era fácilmente identificable como intruso ya que pocas cosas encajaban con los tonos oscuros en los muebles y ese olor a alcanfor que rodeaba el ambiente.
Primero tienes que calmarte, dime ¿Qué esta sucediéndote? ¿Por qué estas así? – Y es que le pasaban mil cosas por la cabeza, que la hubieran quitado de presidente, que se hubiera peleado con Charlotte, que alguien la hubiera lastimado, pero seguro que no estaba si quiera preparado para lo que ella iba a decirle.
- Adrien Morgan
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Re: Qué nadie sepa
Prefería encerrarse mil veces en un armario y llorar tranquilamente que hacerlo sobre el hombro de alguien para que no la vieran triste, a ella le gustaba más consolar que la consolaran. Jamás hubiera imaginado que podía llorar tanto, ¿dónde había guardado tanta agua? Seguramente se iba a deshidratar… ¿podría deshidratarse por llorar?
Intentó explicárselo todo y apenas abrió la boca la voz se le cortó haciéndola balbucear y llorar bien. Basta Kitty, estás exagerando, se decía así misma pero no funcionaba y ya hasta sentía mojada la camisa de su primo. Cuando sintió que la separaba se aferró fuertemente y aunque bajó los brazos hasta su pecho, hundiendo su rostro en él y haciéndolo sentarse a su lado. Estaba inconsolable.
¿Por dónde tenía que empezar? ¿Desde el cuento de amor casual en los establos con el hermano de su preciosa navajo? ¿O desde lo último y a lo que más miedo le tenía? No necesitaba armarse de valor para hablar con él, pero si para decirlo por que en el momento en el que lo hiciera se haría realidad. Era como un mal karma o algo así.
Creestoyembarazada –si le había entendido o no fue algo que ya ni supo por que una nueva oleada de sollozos se apoderó de ella y solo hasta que se pudo calmar se separó, mirándolo como si esperara a que le dijera qué debía hacer.
Era Kitty Likens y era una tonta. Recordaba a detalle ese día y podía repetir cada palabra que Thomas Chee le había dicho por que habían sido muy poquitas y por eso había llegado a la conclusión de que algo raro tenían las galletas, sino jamás jamás jamás hubiera hecho lo que hizo con él. Pero no estaba segura de si contárselo o no.
Y era una tonta por que estaba asustada, por que no confiaba en los métodos anticonceptivos muggles y como no tenía ningún hombre en su vida llevaba meses sin aplicarse hechizos. Nuevamente pegó la cabeza en él y volvió a llorar.
Tengo mucho miedo, Adrien, ¿qué voy a hacer? No quiero… no lo quiero… yo ni siquiera quería con él, me dio no se qué cosa en las galletas que me puso… y después…
Intentó explicárselo todo y apenas abrió la boca la voz se le cortó haciéndola balbucear y llorar bien. Basta Kitty, estás exagerando, se decía así misma pero no funcionaba y ya hasta sentía mojada la camisa de su primo. Cuando sintió que la separaba se aferró fuertemente y aunque bajó los brazos hasta su pecho, hundiendo su rostro en él y haciéndolo sentarse a su lado. Estaba inconsolable.
¿Por dónde tenía que empezar? ¿Desde el cuento de amor casual en los establos con el hermano de su preciosa navajo? ¿O desde lo último y a lo que más miedo le tenía? No necesitaba armarse de valor para hablar con él, pero si para decirlo por que en el momento en el que lo hiciera se haría realidad. Era como un mal karma o algo así.
Creestoyembarazada –si le había entendido o no fue algo que ya ni supo por que una nueva oleada de sollozos se apoderó de ella y solo hasta que se pudo calmar se separó, mirándolo como si esperara a que le dijera qué debía hacer.
Era Kitty Likens y era una tonta. Recordaba a detalle ese día y podía repetir cada palabra que Thomas Chee le había dicho por que habían sido muy poquitas y por eso había llegado a la conclusión de que algo raro tenían las galletas, sino jamás jamás jamás hubiera hecho lo que hizo con él. Pero no estaba segura de si contárselo o no.
Y era una tonta por que estaba asustada, por que no confiaba en los métodos anticonceptivos muggles y como no tenía ningún hombre en su vida llevaba meses sin aplicarse hechizos. Nuevamente pegó la cabeza en él y volvió a llorar.
Tengo mucho miedo, Adrien, ¿qué voy a hacer? No quiero… no lo quiero… yo ni siquiera quería con él, me dio no se qué cosa en las galletas que me puso… y después…
- Kitty Likens
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Re: Qué nadie sepa
A ver… ¿Qué? … ¿Qué estás diciendo? – Tuvo que hablarle un poco más fuerte porque no entendió (o no quiso entender) lo que Kitty venia y le decía de buenas a primeras, trataba de hacer que de alguna manera ella dejara de llorar, pero es que él tampoco era muy bueno consolando, le dejaba eso a su hermana o a cualquier otra de las mujeres en su familia que eran fácilmente mejores que él en cualquier aspecto de sentimientos y esas cosas. Se decidió por volver a abrazarla para que ella pudiera desahogarse en paz, le paso un par de veces la mano por la cabeza y el cabello, como si estuviera arrullando a una niña pequeña, había visto esos gestos toda su vida, pero jamás había tenido que aplicarlos con nadie, ver a Kitty de esa manera lo asustaba, pero más le asustaba haber escuchado lo que pensó que había escuchado.
Adrien no era un santo precisamente como para sorprenderse de que su prima tuviera ese tipo de vida acelerada, sin embargo la noticia de que alguien con quién prácticamente creciste estuviera embarazada no era algo fácil de asimilar. Primero no quiso creerlo, luego pensó que era una broma y hasta se rio ligeramente entre dientes, pero cuando vio la mirada asustada de Kitty buscando una especie de respuesta milagrosa de su parte, se dio cuenta de que aquello no era una broma y que ella realmente estaba asustada.
A ver Kitty, primero que nada… ¿De qué estás hablando?.... ¿Embarazada dices? ¿Por qué crees que estas embarazada? – Alzó una ceja, él no había estudiado esa parte de la sanación mágica pero sabía que había muchos factores en un adolecente que podían fácilmente simular un estado de embarazo, tal vez Kitty solo estaba asustada o quién sabe, le preocupo más lo que le dijo de que alguien había puesto quién sabe qué cosa en unas galletas.
Necesito que me cuentes que sucedió, completamente y por qué crees que estas embarazada, ¿Te obligaron a hacer algo? ¿Qué quieres decir con que las galletas tenían algo? ¿Quién fue?... - Muy bien, estaba haciendo demasiadas preguntas, prefirió pasarle la mano levemente por la mejilla para limpiarle unas lagrimitas que aun corrían por ahí, en lo que ella respondía sus preguntas.
Adrien no era un santo precisamente como para sorprenderse de que su prima tuviera ese tipo de vida acelerada, sin embargo la noticia de que alguien con quién prácticamente creciste estuviera embarazada no era algo fácil de asimilar. Primero no quiso creerlo, luego pensó que era una broma y hasta se rio ligeramente entre dientes, pero cuando vio la mirada asustada de Kitty buscando una especie de respuesta milagrosa de su parte, se dio cuenta de que aquello no era una broma y que ella realmente estaba asustada.
A ver Kitty, primero que nada… ¿De qué estás hablando?.... ¿Embarazada dices? ¿Por qué crees que estas embarazada? – Alzó una ceja, él no había estudiado esa parte de la sanación mágica pero sabía que había muchos factores en un adolecente que podían fácilmente simular un estado de embarazo, tal vez Kitty solo estaba asustada o quién sabe, le preocupo más lo que le dijo de que alguien había puesto quién sabe qué cosa en unas galletas.
Necesito que me cuentes que sucedió, completamente y por qué crees que estas embarazada, ¿Te obligaron a hacer algo? ¿Qué quieres decir con que las galletas tenían algo? ¿Quién fue?... - Muy bien, estaba haciendo demasiadas preguntas, prefirió pasarle la mano levemente por la mejilla para limpiarle unas lagrimitas que aun corrían por ahí, en lo que ella respondía sus preguntas.
- Adrien Morgan
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Re: Qué nadie sepa
A todas sus amigas les había pasado y lo veía tan normal que hasta ella misma terminaba consolándolas con que solo era un susto que pronto pasaría y, si, la mayoría de las veces pasaba y solo quedaba como eso, como un susto. ¿Entonces por que sentía que no era un susto? ¿Por qué sentía que consigo si era real?
Tal vez por que lo peor que podía pasarle en toda la vida sería tener un hijo navajo de Thomas Chee y por que el cómo había pasado resultaba muy aterrador ya pensándolo fríamente.
Estuvo a nada de gritarle por qué creía que estaba embarazada y por que, vamos, no se iba a poner a explicarle la historia de las abejas y las flores a un sanador mágico. Le estaba haciendo muchas preguntas y un margen de tiempo muy corto para responderlas, por eso a lo único que alcanzó a responder con un asentimiento de cabeza fue a que la habían obligado.
Hizo un puchero dispuesta a volver a llorar. Era como si alguien hubiese abierto una llave de agua que ya no podía cerrar o como si el vaso se hubiera llenado y, aunque no lo hizo, no dejaban de salírsele lágrimas ni de sollozar de vez en cuando.
Tomó aire y miró hacia arriba unos segundos como si así evitara volver a llorar inconsoladamente.
Thomas Chee, en los establos. Estábamos limpiando por que esa fue la condición que me puso el decano sino quería volver a reprobar y él no dejaba de verme el trasero. Después, no se cómo, nos quedamos solos y me dio unas galletas para que se me quitara el hambre.
Es que podía recordarlo perfectamente mientras se lo decía, todo. Sus miradas lascivas, el como le había hecho enojar, las galletas y lo rara que le habían hecho sentirse.
¡Pero algo tenían! Por que todo empezó a verse más bonito y me hicieron sentir rara y… y…
Se tapó la boca con horror, pero después se llevo la otra mano a la cara para tapársela y la hundió en sus rodillas. Se sentía sucia y extraña, ursurpada y todas esas cosas que decían en las telenovelas y que a veces su mamá decía sobre las suripantas. No, más bien suponía que debía sentirse así por que o quería que su primo pensara que se sentía así por que, en el fondo y cosa que jamás admitiría, le había gustado.
No me acuerdo si se protegió o no, Adrien y no me… no me ha… –ni siquiera podía decirlo por que era su primo y le daba muchísima pena. No era lo mismo que hablar con una niña o con su médico.
Tal vez por que lo peor que podía pasarle en toda la vida sería tener un hijo navajo de Thomas Chee y por que el cómo había pasado resultaba muy aterrador ya pensándolo fríamente.
Estuvo a nada de gritarle por qué creía que estaba embarazada y por que, vamos, no se iba a poner a explicarle la historia de las abejas y las flores a un sanador mágico. Le estaba haciendo muchas preguntas y un margen de tiempo muy corto para responderlas, por eso a lo único que alcanzó a responder con un asentimiento de cabeza fue a que la habían obligado.
Hizo un puchero dispuesta a volver a llorar. Era como si alguien hubiese abierto una llave de agua que ya no podía cerrar o como si el vaso se hubiera llenado y, aunque no lo hizo, no dejaban de salírsele lágrimas ni de sollozar de vez en cuando.
Tomó aire y miró hacia arriba unos segundos como si así evitara volver a llorar inconsoladamente.
Thomas Chee, en los establos. Estábamos limpiando por que esa fue la condición que me puso el decano sino quería volver a reprobar y él no dejaba de verme el trasero. Después, no se cómo, nos quedamos solos y me dio unas galletas para que se me quitara el hambre.
Es que podía recordarlo perfectamente mientras se lo decía, todo. Sus miradas lascivas, el como le había hecho enojar, las galletas y lo rara que le habían hecho sentirse.
¡Pero algo tenían! Por que todo empezó a verse más bonito y me hicieron sentir rara y… y…
Se tapó la boca con horror, pero después se llevo la otra mano a la cara para tapársela y la hundió en sus rodillas. Se sentía sucia y extraña, ursurpada y todas esas cosas que decían en las telenovelas y que a veces su mamá decía sobre las suripantas. No, más bien suponía que debía sentirse así por que o quería que su primo pensara que se sentía así por que, en el fondo y cosa que jamás admitiría, le había gustado.
No me acuerdo si se protegió o no, Adrien y no me… no me ha… –ni siquiera podía decirlo por que era su primo y le daba muchísima pena. No era lo mismo que hablar con una niña o con su médico.
- Kitty Likens
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Re: Qué nadie sepa
Obviamente cuando Adrien se rafia a “¿Cómo paso esto?” no se refería precisamente a la forma en la que Kitty había tenido relaciones sexuales, se refería más bien a ¿Cuándo? ¿En qué momento? ¿Con quién?, él creía que al menos Kitty y él eran cercanos, tampoco de esas personas que se contaban las intimidades y demás, pero al menos lo suficiente como para saber si tenían alguna pareja estable o qué, aun que bueno tampoco la iba a culpar si no era así, él tampoco le había dicho todo lo ocurrido con Julisa en los últimos meses, había sido un golpe duro el haber tenido que enterarse por el periódico de Brillantina, pero eran cosas que habían pasado ya, no esperaba que Kitty fuera a ocultarle algo tan grande.
Adrien alzó las cejas sorprendido, incluso su frente se arrugo un poco al escuchar el nombre de “Thomas Chee”, tal vez ni siquiera escucho lo demás que ella le dijo, solamente pensó en el hecho de que Kitty había tenido algo que ver con el hermano de Julisa y que ahora posiblemente estaba embarazada y que todo eso podía ser un caos para su vida, si él también era demasiado egocéntrico a veces y solo pensaba en él, pero retiro rápidamente esos pensamientos para prestarle atención otra vez a Kitty.
Entonces, antes de que Kitty terminara la ultima oración, Adrien levantó una mano y le tapo los labios, no necesitaba escuchar más, podía hacerse sus propias conclusiones, ahora la forma era saber cómo diablos iba a ayudarla. Tampoco es que fuera a examinarla en esos momentos, solamente veían un curso rápido los sanadores que no iban hacia esa especialidad de la sanación mágica, pero afortunadamente recordó que tenia algunos ingredientes en el estante de pociones que podrían servirle.
A ver, espérame, permíteme digerir todo esto antes de que continúes. – Se levanto de la cama y se llevo las manos a la cintura, aspiro con fuerza y luego suspiro, sus ojos estaban fijos en la ventana, como si estuviera pensando algo muy seriamente. Por su mente pasaban muchas cosas, como ¿La había violado Thomás? ¿Y si estaba embarazada? ¿Y si el tipo no se había cuidado?... Sin darse cuenta Adrien comenzó a caminar hacia una repisa mágica que tenía en una de las paredes, dio un par de toques con su varita y un estante con muchos frascos con polvos y líquidos de colores apareció.
Vamos a descubrir si estas embarazada en estos momentos. – No parecía enojado, parecía más bien concentrado. Con una fluorita hizo flotar un caldero hasta su escritorio y luego tomo algunas pociones de entre los frascos. - ¿Hace cuanto que tienes un retraso? – Ahora estaba serio, como se ponía cuando estaba en su papel de Sanador, tal vez Kitty ya hubiera escuchado ese tono antes, pero casi nunca lo usaba con ella.
Adrien alzó las cejas sorprendido, incluso su frente se arrugo un poco al escuchar el nombre de “Thomas Chee”, tal vez ni siquiera escucho lo demás que ella le dijo, solamente pensó en el hecho de que Kitty había tenido algo que ver con el hermano de Julisa y que ahora posiblemente estaba embarazada y que todo eso podía ser un caos para su vida, si él también era demasiado egocéntrico a veces y solo pensaba en él, pero retiro rápidamente esos pensamientos para prestarle atención otra vez a Kitty.
Entonces, antes de que Kitty terminara la ultima oración, Adrien levantó una mano y le tapo los labios, no necesitaba escuchar más, podía hacerse sus propias conclusiones, ahora la forma era saber cómo diablos iba a ayudarla. Tampoco es que fuera a examinarla en esos momentos, solamente veían un curso rápido los sanadores que no iban hacia esa especialidad de la sanación mágica, pero afortunadamente recordó que tenia algunos ingredientes en el estante de pociones que podrían servirle.
A ver, espérame, permíteme digerir todo esto antes de que continúes. – Se levanto de la cama y se llevo las manos a la cintura, aspiro con fuerza y luego suspiro, sus ojos estaban fijos en la ventana, como si estuviera pensando algo muy seriamente. Por su mente pasaban muchas cosas, como ¿La había violado Thomás? ¿Y si estaba embarazada? ¿Y si el tipo no se había cuidado?... Sin darse cuenta Adrien comenzó a caminar hacia una repisa mágica que tenía en una de las paredes, dio un par de toques con su varita y un estante con muchos frascos con polvos y líquidos de colores apareció.
Vamos a descubrir si estas embarazada en estos momentos. – No parecía enojado, parecía más bien concentrado. Con una fluorita hizo flotar un caldero hasta su escritorio y luego tomo algunas pociones de entre los frascos. - ¿Hace cuanto que tienes un retraso? – Ahora estaba serio, como se ponía cuando estaba en su papel de Sanador, tal vez Kitty ya hubiera escuchado ese tono antes, pero casi nunca lo usaba con ella.
- Adrien Morgan
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Re: Qué nadie sepa
Una mirada de entendimiento apareció en sus ojos llenos de lágrimas de cocodrilo. Algo que Adrien pensaba y que Kitty hasta el momento ni siquiera lo había imaginado, pero que apareció en su cabeza igual que las contraseñas de esa habitación: lo que le había pasado era un acto de venganza hacia él.
Todo era sobre él, todo en su vida era sobre Adrien y hasta entonces nunca le había importado. El corazón se le encogió. ¡¿Por qué tenía que ser tan tonta? Estúpido navajo, no solo se aprovechó de ella sino que también lo hizo para molestar a su primo. Ojo por ojo diente por diente. Aparte de facilota se sintió usada.
¡Maldito Adrien!
Estaba enfrascada en sus propios pensamientos; en el fondo, una parte de sí misma que apareció el día de las galletitas y el establo, sabía que todo eso era mentira. Pero y sino, si era verdad, entonces ella era la víctima y siendo la víctima no sería más que una pobre inocente TPA que no tenía la culpa de nada.
Asintió con la cabeza, seguía temblando de miedo. No quería un hijo de Thomas Chee.
Creo que dos semanas –comenzó a contar con los dedos e incluso nombró a algunas de sus hermanas con las que normalmente se sincronizaba y le contó que a ellas ya mientras que ella seguía en las mismas-. ¿Me vas a inyectar? No me vayas a inyectar, no quiero que me duela.
Pues si, era una consentida y no le gustaba sentir dolor. O sea no era lo mismo apachurrar a un conejito hasta asfixiarlo con su amor, que dejar que a ella le picotearan.
Kitty, te distrajiste. Regresa a la realidad.
Esto es por ti, ¿verdad? Por ti y tu dulce pobretona navajo cocainómana, ¿verdad? ¿Verdad? –nunca había dicho un adjetivo tan grande, pero de pronto sintió muchísimo coraje y era eso lo que le hacía hablar. No se dio cuenta de cuando empezó a gritar-. ¡Voy a tener un bebé de su hermano por que tú no puedes serle fiel a tu novia y te acuestas con la primer gata que se te aparece! -dio un manotazo al mueble que estaba junto de ella y un frasquito se cayó-. Ay Adrien, lo siento.... lo siento, es que... tengo mucho miedo.
Todo era sobre él, todo en su vida era sobre Adrien y hasta entonces nunca le había importado. El corazón se le encogió. ¡¿Por qué tenía que ser tan tonta? Estúpido navajo, no solo se aprovechó de ella sino que también lo hizo para molestar a su primo. Ojo por ojo diente por diente. Aparte de facilota se sintió usada.
¡Maldito Adrien!
Estaba enfrascada en sus propios pensamientos; en el fondo, una parte de sí misma que apareció el día de las galletitas y el establo, sabía que todo eso era mentira. Pero y sino, si era verdad, entonces ella era la víctima y siendo la víctima no sería más que una pobre inocente TPA que no tenía la culpa de nada.
Asintió con la cabeza, seguía temblando de miedo. No quería un hijo de Thomas Chee.
Creo que dos semanas –comenzó a contar con los dedos e incluso nombró a algunas de sus hermanas con las que normalmente se sincronizaba y le contó que a ellas ya mientras que ella seguía en las mismas-. ¿Me vas a inyectar? No me vayas a inyectar, no quiero que me duela.
Pues si, era una consentida y no le gustaba sentir dolor. O sea no era lo mismo apachurrar a un conejito hasta asfixiarlo con su amor, que dejar que a ella le picotearan.
Kitty, te distrajiste. Regresa a la realidad.
Esto es por ti, ¿verdad? Por ti y tu dulce pobretona navajo cocainómana, ¿verdad? ¿Verdad? –nunca había dicho un adjetivo tan grande, pero de pronto sintió muchísimo coraje y era eso lo que le hacía hablar. No se dio cuenta de cuando empezó a gritar-. ¡Voy a tener un bebé de su hermano por que tú no puedes serle fiel a tu novia y te acuestas con la primer gata que se te aparece! -dio un manotazo al mueble que estaba junto de ella y un frasquito se cayó-. Ay Adrien, lo siento.... lo siento, es que... tengo mucho miedo.
- Kitty Likens
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Re: Qué nadie sepa
A Adrien realmente no le interesaba cuando era el periodo de Jesica Smith o de Dorotea Finning, así que solamente escucho el tiempo que Kitty le dijo e hizo un gesto de asombro con las cejas, tal vez un tanto altivo, pero afortunadamente estaba de espaldas a ella por lo que está seguro ni lo había notado. Estaba más ocupado recordando las medidas exactas para aquella poción que era como una especie de prueba de embarazo rápida, tenía la mayoría de los ingredientes a la mano por que eran simples, solo había que detectar una hormona en la sangre y ya, pero tampoco es que se iba a poner a explicarle todo eso a Kitty porque estaba seguro que ni lo entendería.
No voy a inyectarte solo necesito…. – Pero no lo había dejado terminar, había empezado a despotricar contra todo el mundo, contra él y contra Julisa. La verdad si alguien los hubiera visto desde un tercer plano sabría que tanto él como Kitty eran de esa manera, a veces decían cosas de más, tenían el mismo carácter al estar asustados y/o molestos. Si él se hubiera dado cuenta de eso tal vez no habría reaccionado de la manera que lo hizo, pero es que la sola mención de que eso pudiera ser su culpa o la de Julisa realmente lo hizo enojar. Dejo el frasco a un lado con la pócima que estaba ya lista y se giro para ver a Kitty, sus ojos reflejaban molestia, por supuesto.
Entonces ¿Esto fue mi culpa? Dime, ¿Thomas Chee te violo o algo así? ¿Te obligo a hacer algo? ¿Qué sabes tú acaso de lo que paso entre Julisa y yo? Si vas a tener un hijo bastardo de un Navajo será por culpa de tu promiscuidad y no mía, porque aun que digas lo que digas, esto no va a desaparecer de todas maneras.
Si, tal vez había sido demasiado duro con ella, pero es que realmente le había afectado demasiado, porque si, en esos momentos tuvo miedo de que las acusaciones de Kitty fueran ciertas y Thomas hubiera hecho eso por Julisa. No importaba ya, tomo de en un arrebato la poción de donde la había dejado y se acerco a Kitty, apenado por haberle hablado de esa manera y aun luchando contra el enojo y frustración que le generaba la situación.
Solo necesito una gota de tu sangre, no más, no te va a doler… y vamos a salir de esta duda – Su voz era un poco más conciliadora, le extendió la mano para que se la diera y espero.
No voy a inyectarte solo necesito…. – Pero no lo había dejado terminar, había empezado a despotricar contra todo el mundo, contra él y contra Julisa. La verdad si alguien los hubiera visto desde un tercer plano sabría que tanto él como Kitty eran de esa manera, a veces decían cosas de más, tenían el mismo carácter al estar asustados y/o molestos. Si él se hubiera dado cuenta de eso tal vez no habría reaccionado de la manera que lo hizo, pero es que la sola mención de que eso pudiera ser su culpa o la de Julisa realmente lo hizo enojar. Dejo el frasco a un lado con la pócima que estaba ya lista y se giro para ver a Kitty, sus ojos reflejaban molestia, por supuesto.
Entonces ¿Esto fue mi culpa? Dime, ¿Thomas Chee te violo o algo así? ¿Te obligo a hacer algo? ¿Qué sabes tú acaso de lo que paso entre Julisa y yo? Si vas a tener un hijo bastardo de un Navajo será por culpa de tu promiscuidad y no mía, porque aun que digas lo que digas, esto no va a desaparecer de todas maneras.
Si, tal vez había sido demasiado duro con ella, pero es que realmente le había afectado demasiado, porque si, en esos momentos tuvo miedo de que las acusaciones de Kitty fueran ciertas y Thomas hubiera hecho eso por Julisa. No importaba ya, tomo de en un arrebato la poción de donde la había dejado y se acerco a Kitty, apenado por haberle hablado de esa manera y aun luchando contra el enojo y frustración que le generaba la situación.
Solo necesito una gota de tu sangre, no más, no te va a doler… y vamos a salir de esta duda – Su voz era un poco más conciliadora, le extendió la mano para que se la diera y espero.
- Adrien Morgan
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Re: Qué nadie sepa
Ya se les estaba haciendo costumbre hablarle de esa manera y no le gustaba pero ni poquito. Se le quedó viendo, parpadeando incrédula sin poder creer que él se atreviese a hablarle así de horrible, ¿qué no se daba cuenta de que le dolía hasta en el alma?
No, no sabía nada de Julisa por que él no era tan cerrado con sus cosas que había dejado ese tema por zanjado y, sinceramente, no le interesaba mucho lo que él hiciera o no con su vida privada si la involucraba a ella. Más ahora que al odiaba tanto no solo por ser una piruja (últimamente la odiaba más de lo que la odiaba cuando la veía en bikini junto a Yuri) sino por ser hermana de quién era. No quería ni volver a escuchar el apellido Chee por que los odiaba, los odiaba a todos.
Dicen que el que calla otorga y Kitty ya no quiso decirle nada más. Qué creyera lo que quisiera, aunque en el fondo le dolía muchísimo que la creyera capaz de hacer lo que hizo con alguien como Thomas Chee, no era tan débil, no era como su navajo que se acostaba con el primero que se atraviesa en su camino y eso él debía de saberlo más que nadie. Si, era cierto que Kitty no podía estar sola, que duraba periodos de tiempo muy cortos sin novio, pero nunca se acostaba con alguien que no fuera su pareja y sino fuera por las drogas jamás hubiera pasado lo que pasó con él. Nunca.
Le dio la mano y cerró los ojos a la espera del piquete. Qué lo hiciera rápido por que se iba morir del dolor; sí, estaba exagerando.
¿Qué voy a hacer si sí? ¿Me vas a ayudar a deshacerme de él? –en su familia no había bastardos, todos lo sabían. Tampoco errores y ella no iba a ser la primera en vivir con esa carga por que no era tan valiente; lo había pensado mucho durante los últimos días y había llegado a la conclusión de que no sentía absolutamente nada por Thomas Chee ni ese niño si es que existía.
¿Estás enojado conmigo? No te enojes por que me pongo muy triste y… ¿vas a hacerle algo a Thomas? No le puedo decir a mi hermano, lo va a matar y después va a hacer que me deshereden o algo así… no podría vivir con eso.
No, no sabía nada de Julisa por que él no era tan cerrado con sus cosas que había dejado ese tema por zanjado y, sinceramente, no le interesaba mucho lo que él hiciera o no con su vida privada si la involucraba a ella. Más ahora que al odiaba tanto no solo por ser una piruja (últimamente la odiaba más de lo que la odiaba cuando la veía en bikini junto a Yuri) sino por ser hermana de quién era. No quería ni volver a escuchar el apellido Chee por que los odiaba, los odiaba a todos.
Dicen que el que calla otorga y Kitty ya no quiso decirle nada más. Qué creyera lo que quisiera, aunque en el fondo le dolía muchísimo que la creyera capaz de hacer lo que hizo con alguien como Thomas Chee, no era tan débil, no era como su navajo que se acostaba con el primero que se atraviesa en su camino y eso él debía de saberlo más que nadie. Si, era cierto que Kitty no podía estar sola, que duraba periodos de tiempo muy cortos sin novio, pero nunca se acostaba con alguien que no fuera su pareja y sino fuera por las drogas jamás hubiera pasado lo que pasó con él. Nunca.
Le dio la mano y cerró los ojos a la espera del piquete. Qué lo hiciera rápido por que se iba morir del dolor; sí, estaba exagerando.
¿Qué voy a hacer si sí? ¿Me vas a ayudar a deshacerme de él? –en su familia no había bastardos, todos lo sabían. Tampoco errores y ella no iba a ser la primera en vivir con esa carga por que no era tan valiente; lo había pensado mucho durante los últimos días y había llegado a la conclusión de que no sentía absolutamente nada por Thomas Chee ni ese niño si es que existía.
¿Estás enojado conmigo? No te enojes por que me pongo muy triste y… ¿vas a hacerle algo a Thomas? No le puedo decir a mi hermano, lo va a matar y después va a hacer que me deshereden o algo así… no podría vivir con eso.
- Kitty Likens
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Re: Qué nadie sepa
Aspiro profundamente como si eso le ayudara a calmarse, sentía que enloquecía con la sola mención de Julisa, vio el rostro de Kitty y se disculpo nuevamente mientras la tomaba de la mano y sacaba un poco de su sangre; él no la trataba así, por que la quería y porque ella era como una hermana menor, tal vez la hermana que su madre siempre quiso tener, todo lo contrario a lo que Anya era, definitivamente. No se alarmo ni mucho menos con la mención de que le ayudara a deshacerse del bebé en dado caso que existiera, él tampoco podría concebir el hecho de tener que verla cargando un hijo bastardo, pero dudó un poco en responder mientras introducía la sangre en el frasco donde el liquido de color transparente descansaba.
No estoy enojado Kitty, ni siquiera sé que pensar en estos momentos. No soy quién en estos momentos para juzgarte. – Y no lo era, definitivamente, ¿Cómo podría enojarse con ella por acostarse con Thomas, si él mismo lo había hecho con Julisa? Y peor aún, a vista de la gente y haciendo que corrieran todos esos rumores a su alrededor.
Tampoco se lo diré a nadie, no te preocupes, además ¿Qué voy a decirle a Thomas? ¿Qué mi prima está esperando un hijo suyo? No, gracias, pero no, nos desharemos de esto lo antes posible y haremos como si nunca hubiera ocurrido, ¿De acuerdo?
Frunció los labios y tomo con dos dedos el frasco transparente poniéndolo frente a su rostro, la sangre de Kitty estaba ya mezclándose con el liquido, había tenido que hacer pruebas de embarazo antes en el tronco común de su carrera, si la pócima reaccionaba y se ponía de color azul era positivo, si se ponía rosa, era negativo. Por unos segundos dudó ya que el frasco comenzó a tomar una tonalidad celeste tirándole a morado, pero al final el liquido se puso rosa pálido, lo cual lo hizo suspirar.
No estás embarazada esta vez, pero si planeas seguir viéndote con ese tipo, al menos toma tus precauciones, por favor…. – Se acerco a ella y le entrego el frasco con la poción. Luego se cruzó de brazos.
Enserio… ¿Tu y Thomás? ¿Fue realmente por la droga o había algo más ahí? No es bueno que te vean con ellos, con ninguno de los dos, al menos no lo es para mí, si vas a estar saliendo con alguien, ¿por qué no otra persona?
No estoy enojado Kitty, ni siquiera sé que pensar en estos momentos. No soy quién en estos momentos para juzgarte. – Y no lo era, definitivamente, ¿Cómo podría enojarse con ella por acostarse con Thomas, si él mismo lo había hecho con Julisa? Y peor aún, a vista de la gente y haciendo que corrieran todos esos rumores a su alrededor.
Tampoco se lo diré a nadie, no te preocupes, además ¿Qué voy a decirle a Thomas? ¿Qué mi prima está esperando un hijo suyo? No, gracias, pero no, nos desharemos de esto lo antes posible y haremos como si nunca hubiera ocurrido, ¿De acuerdo?
Frunció los labios y tomo con dos dedos el frasco transparente poniéndolo frente a su rostro, la sangre de Kitty estaba ya mezclándose con el liquido, había tenido que hacer pruebas de embarazo antes en el tronco común de su carrera, si la pócima reaccionaba y se ponía de color azul era positivo, si se ponía rosa, era negativo. Por unos segundos dudó ya que el frasco comenzó a tomar una tonalidad celeste tirándole a morado, pero al final el liquido se puso rosa pálido, lo cual lo hizo suspirar.
No estás embarazada esta vez, pero si planeas seguir viéndote con ese tipo, al menos toma tus precauciones, por favor…. – Se acerco a ella y le entrego el frasco con la poción. Luego se cruzó de brazos.
Enserio… ¿Tu y Thomás? ¿Fue realmente por la droga o había algo más ahí? No es bueno que te vean con ellos, con ninguno de los dos, al menos no lo es para mí, si vas a estar saliendo con alguien, ¿por qué no otra persona?
- Adrien Morgan
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