Entre reencuentros en la tarde

¡No podría creerlo!

Apenas estaba regresando del seminario más las perfectas vacaciones de casi un año que me tome con tanto esfuerzo después de haber tenido tanto tiempo sin ellas, y en ese viaje había conocido la belleza de las auroras boreales, encontrado las más exóticas plantas que podían utilizarse para pociones y descubierto  lo que era el subterráneo de Nueva York, lo cual debo admitir, es terriblemente increíble.

Así que entre tanta perfección no esperaba francamente que al llegar a BK me bombardearan con preguntas.  Primero los alumnos que ya estaban en sus últimos semestres, con dudas y curiosidades, después  y no por menos importante pero si más fastidioso, una pregunta por parte del decanato:  ¿Thornewood está usted casado?
Como habían descubierto mi estado civil podría ser fácil, pero si ya después de un buen tiempo sin prestarle atención a ello, ¿qué habría de importar?
Pude haber dicho claramente que NO y seguir con mi vida como siempre pero al parecer eso de “carece de importancia” era falso, pues pronto me extendieron un expediente de una preciosa joven. Se me hacia bastante conocida de algún lado.
-Hace un tiempo mientras aun no trabajaba aquí o al menos no por completo me case, si es lo que desean saber, pero ese matrimonio no era legal… o  eso creo…-

El Decano no dejaba de mirarme fijamente, y miro de nuevo a la chica en la fotografía.  Palidecí de inmediato al atar cabos. Si me preguntaban aquello era por algo. Parpadee un par de veces tratando de reconocerla, el pelo un poco más corto y vestida más alocada que en esa imagen, tal vez si era ella.
-¿Conoce a esta chica? -

Levanto una ceja, estoy jodido.

-Supongamos que sí.  Pero ella aun no era ni siquiera estudiante de este lugar cuando la conocí,  ¿Perderé el trabajo por ello? –

Habia pasado una semana desde aquello, la joven de la cual aun no recordaba el nombre también fue citada por el decanato, al final nos pidieron discreción y no hablar mucho del asunto, pero habían hablado por separado con nosotros, aun no tenia la oportunidad de hablar con ella.
Estaba inclusive pensando en si enviarle una carta o no para hablar con ella, pedirle disculpas como el caballero que me habían enseñado a ser y responsabilizarme por mis tonterías o simplemente un divorcio igual de rápido que el matrimonio, pero apenas había escrito “Querida señorita Blue” cuando alguien entro al Aula.


-¿Buenas…? –no había levantado la mirada porque estaba doblando cuidadosamente la carta, una mala mania de que todo estuviera en orden.

Aun podía sentir la mirada recriminatoria de su madre sobre ella. Al parecer para alguien quién se había divorciado así sin más después de 14 años de matrimonio, que su hija se hubiera casado sin su permiso había sido algo devastador. Por primera vez en mucho tiempo Harley dudaba que su madre fuera a dirigirle la palabra nuevamente, pero eso no había sido lo peor, lo peor había sido cuando ella le dijo a Adam y su papá, tal vez por primera vez en su vida había hablado con ella acerca de muchas cosas, de su situación actual, del por qué se comportaba de la manera que lo hacía. Adam no era como Zack, no era una persona emotiva ni mucho menos, él entendía a Harley y entendía lo que se sentía ser joven y hacer locuras, pero también estaba la parte paterna y responsable que se preocupaba por ella y que le aseguraba todo estaría bien. La verdad Harley jamás se había sentido tan infantil como en esos momentos y la aterraba.

Sabía el nombre de su esposo, un tal Devon algo, profesor de Sanación mágica o algo así porque el decano lo había dicho cuando tuvieron esa entrevista mortal donde salió la verdad, pero no sabía nada más de él solo que en un par de días le iba a llegar a su dirección postal un requerimiento de divorcio por parte del abogado de sus padres, quién obviamente lo iba a mantener todo en extrema discreción para no afectar el trabajo de su madre.

No le gustaba que las cosas se manejaran así, ella quería ver al hombre, pedirle disculpas por lo ridícula de su actuación y que todo quedara bien, no en un papel firmado sin más entre dos desconocidos así que, en contra de lo que su madre le dijo (y todos en realidad) había decidido ir a buscarlo.

En cuanto estuvo en el pasillo de sanación mágica las piernas le temblaron, toco la puerta y estaba a punto de echarse a correr como una niña pero, al final, entro haciendo gala de toda la valentía que podía y le quedaba. Obviamente no se había vestido como siempre en jeans y todo eso, por dios, era una estudiante de cooperación mágica internacional y tenía que verse bien, así que iba arreglada cuando se encontró con su “esposo”.

Soy Harley, Harley Blue… y creo que tu y yo estamos…. Bueno… en una situación algo comprometedora… – dijo mientras entraba en el lugar, trataba de verse segura y todo eso. No repitió la palabra matrimonio por que le causaba algo en el estomago, entre miedo y algo extraño.

Solo levante la mirada cuando la voz femenina resonó en el aula, habia una jovencita parada delante de mi, por un momento y creyendo que se trataba de una estudiante con algunas dudas solo la mire superficialmente hasta que dijo su nombre.
Su nombre si lo recordaba, ¿Como no? Si era el nombre estigma que me veía siguiendo desde todos esos ultimos dias, casi recordándome la locura que yo habia hecho meses atras con esa misma chica.

Me preocupe por diversas situaciones por un momento al verla ahi, de pie frente a mi. La primera de todas es que era muy joven, otra de ellas es que segun lo que habia leido era hija de Evangeline Blue, una reconocida auror del lugar, y lo mas dificil de todo, es que era demasiado bella.
Maldije un par de veces mentalmente por pensar en ello, teniamos que tajar aquello, ella era una niña comparada conmigo.

Levante una ceja por respuesta ante lo que ella dijo, quitándome los lentes y dejándolos en el escritorio, me puse de pie sin saber exactamente que decirle mas que mirarle fijamente sin alguna expresion en mi rostro. Tras un suspiro profundo extendi la mano hacia ella.
-Un placer conocerte de nuevo Harley, aun y con toda la situacion comprometedora...Soy Devon, Devon Thornewood -iba a reirme de lo estupido y de lo ironico que sonaba aquello pero solo me quede en silencio un momento.

Después del saludo me dirigí al escritorio sin saber que demonios decirle, “Oh bueno, ya estamos medio emparentados, ¿un beso?” sonaba tan idiota como imaginarlo en decirlo. Saque una cajetilla de cigarrillos, recargándome en el escritorio y la mire de nuevo. -¿Te molesta? Tal vez la chica que conoci meses antes ya habia cambiado un poco y ahora eres mas recatada... -Trate de sonreirle de medio lado, pero si le molestara o no, ya habia encendido el cigarrillo dejando entrar el suficiente humo a mis pulmones esperando que me intoxicaran de una vez por todas.

-...Bueno, ¿Ahora que? Podriamos empezar por buscar una ventaja en esto, en lo que dura tienes acceso a conseguir libros a mejor precio en la libreria... Y seguro medico... -negue con la cabeza y trate de sonreir de verdad, es solo que sonaba tan extraño, parecia un matrimonio arreglado.
-¿Tu... recuerdas algo? -

Bueno, definir aquello como una situación incómoda realmente era poco, sentía que sus pies en esos momentos pesaban más que el plomo, ni siquiera se atrevía a dirigirle la mirada directamente al hombre frente a ella, solamente observaba aquel salón de medimagia como si jamás hubiera puesto un pie ahí, bueno, la verdad es que nunca había puesto un pie ahí afortunadamente, si no se habría dado cuenta que el profesor Thornewood era el tipo de las vegas con quien se había casado en un viaje de drogas y alcohol. Cuando le extendió la mano para saludarla fue entonces que ella lo vio, el rostro de Harley siempre había sido muy expresivo, así que obviamente al verlo a los ojos se sonrojo y su nerviosismo era más que evidente, lo saludo y de inmediato retiro la mano para cruzarse de brazos, maldita sea ¿por qué tenía que ser guapo? Bueno, obviamente tenía que ser guapo si se había metido con él, sino ni siquiera se le habría acercado en primer lugar, solamente se aclaro la garganta y continuo, siguiéndolo como si un hilo invisible la atrajera hacia él.

No, adelante por supuesto… – Solo negó con la mano un par de veces y volvió a su posición defensiva, con los brazos cruzados tratando de encontrar como continuar esa conversación, ahora entendía por qué era mejor hacerle caso a Mina y a su madre y no ir a hablar con él, realmente no había mucho que tuviera que decirle más que un: “Hey, perdón por joderte la carrera casándote con una menor de edad, te juro que no volverá a pasar”. El chiste que él le dijo no le cayó muy bien, tal vez por que implicaba cosas y responsabilidades para las cuales obviamente no estaba lista, nunca se había imaginado casada, ni con él ni con nadie, durante mucho tiempo Shane le había pedido que lo hicieran, que dieran el paso, pero ella no quería enfrentarse a esas cosas, al estar atada a alguien… si pudiera volver el tiempo, sabiendo todo lo que sabía en esos momentos, se habría casado con él sin dudarlo, pero eso era imposible para todos.

Estoy bien, ya me hacen el descuento por parte de mi madre, aun que dudo que lo sigan haciendo después de verificar mi estado legal ante la sociedad. - Apretó la mandíbula con fuerza y luego suspiro profundamente nuevamente. Como si con eso pudiera calmar todo lo que sentía en esos momentos estando frente a él, al final solamente negó con la cabeza y decidió ser sincera con él, como siempre había sido con toda la gente.

Hey, lo lamento mucho, es decir, todo este embrollo en el que te metí, esa noche estaba… bueno, no estaba en mis cinco sentidos y … todo esto, se que te afectara mucho, nos afectara mucho. Solo quería venir a disculparme, es todo… .

Bueno, comenzar por disculparse era algo, pero solo demostraba que definitivamente recordaba tal y como yo las cosas, no era alguien de arrepentirme demasiado de las cosas y solia afrontar las situaciones a como fueran y dieran lugar, y sobre todo tratar de hablar con tanta gente que ahora lo sabia.
Escuche la rubia hablar fijando mis ojos en ella, era el colmo, jamas habia salido asi como asi con una chica y con la unica con la que habia decidido darme un carpe diem, me casaba. Era el colmo.

Negue con la cabeza dandole una calada mas al cigarrillo y suspirando profundo.
-Fue mi culpa, como adulto que era en ese momento debi haber tomado responsailidad al instante antes de siquiera terminar siendo casado por un Elvis... -¡Por un Elvis carajo! Por lo menos pudo haber sido un rabino, un sacerdote corrupto o lo que fuera que pasara por ahi, hasta Marilyn Monroe era mas pasable. Ese Elvis obeso y con olor a tabaco pasado habia dado un “los declaro marido y mujer”

Otra calada directo al pulmon, con toda la intencion de que el enfisema no hiciera mucha tardanza en llegar, era un momento incomodo despues de todo.
-Pero descuida, solo es cuestion de mantenernos al margen y la papeleria del divorcio llegara en cualquier momento, lo ultimo que quiero es que Kael llegue y me ataque con alguna enfermedad magica que tuviera guardada para momentos de emergencia -El buen Kael Lovecraft, mi ex profesor y ahora al parecer era la ultima persona a quien deberia siquiera dirigirle la palabra, era todo un caso, quien pensaria que Harley iba a terminar siendo hija de famosos y de familias antiguas.
Le mire de nuevo, la lejania era tanta ironicamente despues de que tiempo atras hubo mas que solo saludos formales. Alcohol actuando en ese momento, una ansiedad de tocar su cabello rubisimo me inavdio, pero la deseche al momento.


-¿Que estas estudiando aqui? -No era bueno iniciando conversaciones mucho menos, pero podia hacerse el intento.