A golpes

Había colocado un letrero afuera de la fraternidad de los delta porque la dejaron, puso otro cerca de los baños y alguno cerca de las estatuas de la entrada. En todos los letreros había el mismo mensaje, en todos decía que necesitaba un tutor y que la buscasen. Necesitaba un tutor de cualquier asignatura, sus padres habían pedido un permiso oficial para que se ausentase de la universidad un mes y así lo hizo, incluso se tomó unos días más. Tenía los exámenes encima y no tenía idea de lo que habían hecho en clase, se lo hubiese pedido a Julisa pero ni siquiera la había encontrado, ni había respondido a su patronus.
 
Se había pasado casi el día entero en su habitación esperando a que alguien respondiese al aviso, nadie tocó a su puerta porque eran unos malditos egoístas, eso o que no especificó que de hecho le iba a pagar a quien le ayudase y que más que nada necesitaba ponerse al día en las asignaturas que seguía.
 
Aburrida y con pocas esperanzas puestas en el tutor ausente salió de su habitación para hacer algo más constructivo, había medio dejado colgado al equipo de quodpot, no había faltado a los partidos que afortunadamente no se jugaron mientras estuvo ausente pero tampoco había ido a los entrenamientos. Había hablado con Mina y le envió una lechuza a Nick para pedirle perdón y contárselo, de todos modos se sentía mal al respecto.
 
Como no podía estudiar gracias a la flojera ajena –y a la propia- decidió hacer algo que sí había estado medio practicando en su ausencia. No iba a ponerse misteriosa al respecto pero había sido un asunto más bien vergonzoso, su padre había sido descubierto haciendo playback en un concierto de reunión con su antigua banda y la prensa lo estaba matando de a pocos. No es que cantase mal, pero tampoco lo hacía lo suficientemente bien como para hacer los saltos y bailes de antaño sin que se le fuese el aliento antes de la segunda sílaba.
 
Gracias a unos magos amigos suyos había logrado entrenar un poco de quodpot, incluso se había comprado algo del equipo de golpeadora y había estado haciendo pesas –por dos días seguidos-, ese momento era tan bueno como cualquier otro, sólo necesitaba un compañero o compañera de equipo. Estaba de suerte porque con sólo entrar vio a alguien que podía ayudarla con esa, ni modo que estuviese allí esperando leer un libro mientras veía el atardecer.
 

-¿Juegas o te da miedo?-a ella debía darle miedo pero ese ejercicio ínfimo con las pesas le había dado algo de confianza en cuanto al juego. Ojalá no fuese de esas personas que eran golpeadores profesionales que no lo mostraban porque le iba a dar una paliza.-