A las once

Violet estaba inscrita en cada club que ofrecía la universidad, trataba de hacer lo mejor en cada uno de ellos y el de arte era de los que más disfrutaba, le gustaba ver cuál de sus compañeros tenía aptitudes para el arte porque nunca se sabía quién era el próximo prodigio. Por las mañanas había poca gente así que citó a Anemone a las once, tampoco quería causarle molestias citándola a las ocho o a las nueve.
 
No era de sus mejores amigas pero la apreciaba mucho, además le encantaba que le contase acerca del cultismo y esas cosas que a ella se le hacían tan extrañas, en el país no había muchos libros acerca del tema y era la misma Saberhagen quien le había dado algunos más especializados. Cada cierto tiempo la invitaba a desayunar o a cenar para hablar al respecto, ese día la había citado en ese lugar porque hacía tiempo no iba a hacer algún cuadro y podía inspirarse con la plática.
 
Al llegar vio a un par de personas dentro, las saludó y le dijeron que estaban acabando con un proyecto y que se irían dentro de poco tiempo. Le invitó un par de emparedados, había llevado algunos y unas cajas de jugo para que pudiesen estar a gusto que el día estaba algo caluroso pese a las dos amplias ventanas que había en el club. Se quedó afuera leyendo para no interrumpirlos, para eso y para no darles una excusa para quedarse. A las once y cuarto finalmente se fueron, justo al tiempo en que llegaba la rubia.
 
-Pensé que ya no venías, o más bien que ellos no se irían.-la saludó con una amable sonrisa y dejó su libro sobre el banco en el que había estado sentada, le dio un beso en la mejilla y empujó la puerta para dejarla pasar primero, después de todo era algo así como su invitada.-
 
Entró después de que ella lo hiciese y acomodó su bolso en una de las mesas que había, allí también puso los emparedados, los jugos y algunas trufas que le habían enviado de su casa. Le dijo que se sirviese lo que desease en lo que ella buscaba materiales en los armarios, lo único que había llevado eran sus pinceles.  Colocó un hechizo sobre su ropa para no ensuciarla y armó un caballete para Anamone también.

¿Sabes pintar? Yo soy mejor esculpiendo pero vamos a ver qué puedo lograr. ¿De qué va la clase de hoy? Estuve leyendo los libros que me diste pero apenas uno o dos capítulos.

No soy de esas personas que suelen llegar tarde a los lugares, de hecho una de mis mejores características es la puntualidad con la que siempre me presento a todos lados: Cinco minutos antes de la hora establecida, por que el tiempo de todo el mundo es más valioso que el propio. Es una de esas costumbres que heredé de mi abuela, de esas que se quedan marcadas casi de por vida.
 
Es esa la principal razón para ir corriendo hacia el aula del club de arte donde quedé de ver a Violet hace cinco minutos. Como dije, no suelo llegar tarde, pero ni mi habilidad para resolver cuestiones en un par de segundos pudo ayudarme al tropezar en una de las escaleras y regar la cantidad espantosa de papeles y libros que suelo cargar en mi bolsa. Claro que levantarlos me tomó más tiempo del previsto, por que aparte de todo fui el hazmerreír del montón de gente allí reunida… no es la primera vez que me pasa, pero a veces desearía ser un poquito menos torpe. Por fortuna parece que no he tardado más de lo previsto y aun puedo encontrar a Violet en el lugar indicado. La saludo con una tímida sonrisa mientras sus compañeros se despiden y nos dejan solas.
 
-          Lamento el retraso, prometo compensártelo – le digo al darle un beso en la mejilla para después entrar en el aula.
 
Jamás he estado en este club específico ni de cerca en un lugar parecido, mi familia no es muy talentosa en cuanto a cosas artísticas, así que se han limitado a hacer lo que saben hacer: tratar cosas políticas y mantenerse entretenidos con el cultismo que los rodea. Yo no soy la excepción, aunque eso ultimo lo veo más como una tradición para la familia que un hobbie para practicar, aunque sea justamente lo que me ha traído aquí este día y lo que mantiene mi relación amistosa con Violet. Sonrío al ver la comida y me siento en el lugar que ha preparado para mí, tomo también una trufa.
 

-          Nunca lo he intentado, pero siempre hay una primera vez ¿no? – apenas decirlo sé que esto empezará como una nueva obsesión hasta que logre hacer algo medianamente decente, lo cual obviamente no ocurrirá el día de hoy, luego vuelvo a sonreírle – No te preocupes, sé que son un tanto pesados de entender cuando no conoces el glosario básico, igual estaría bien añadir un par de términos para que te familiarices… Antes de que me desvíe, encontré un par de cosas que quizá puedan interesarte – entre palabra y palabra, me las arreglo para sacar un libro de tamaño pequeño pero de volumen mediano, con pasta negra y unas letras doradas en un idioma nórdico – Le pedí a mi madre que me lo enviara, contiene bastante de la teoría sobre lo que me preguntaste el otro día y… también traje un diccionario del idioma, por que no lo domino… ya sabes, las palabras muy viejas son complicadas -