Desayuno
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Desayuno
Se había quedado dormida en el cuarto de Madison, la noche anterior (o más bien madrugada), habían estado bebiendo de manera casual. A pesar de lo que la gente pensara, que se odiaban o así, la verdad es que entre ellas el resentimiento ya se estaba alejando rápidamente. Fuera de haber compartido cama y otras cosas con Madison, con ella sentía que de alguna manera podía dejar todo lo malo atrás, porque sabía que la joven tenía problemas iguales o peores que los de ella y aun que no se sinceraran y fueran realmente confidentes, al menos podían beber a gusto sin complicarse la vida demasiado.
Habían ido a su habitación ya medias borrachas, esta vez sí se habían cerciorado de que fuera el cuarto de la Semi veela y no el de Daniel u otra persona, Harley cayó inmediatamente dormida en la cama a penas y quitándose los pantalones y zapatos. Luego se abrazo a la chica sin más y cayó muerta en la inconsciencia. No sabía si a Madison le molestaba eso de ella, que hasta cierto punto fuera como una niña pequeña al dormir, no compartía cama con nadie muy seguido y cuando lo hacía, le gustaba abrazar, era como un secreto que pocos sabían.
Fue la luz de la pecera en el cuarto la que la despertó, entre abrió los ojos aun algo borracha y vio a su alrededor y a la morena tirada a un lado suyo en la cama. Aun no había amanecido, pero seguro que ya estaba a punto de salir el sol, no era buena calculando, pero estarían cerca de las 5 o 6 am. Pudo haber seguido durmiendo pero cometió la tontería de mezclar alcohol con un cigarrillo de marihuana que había conseguido hacia no mucho, entonces tenía la inminente urgencia de comer algo, lo que fuera, antes de que sus tripas se comieran la una a la otra.
Madd… Maddie… Oye… tengo hambre… ¿podemos ir a tu cocina?... anda… – La movió un poco, tampoco es que fuera a pasearse así como así en la casa de los Delta, aun no le había comentado a nadie (más que a Jesse y Mina ) que planeaba unirse a esa fraternidad, así que tampoco era como que se fuera a adueñar del lugar así nada más. – Andale… despierta y te preparo algo bonito para desayunar.. ¿sí?... .
Habían ido a su habitación ya medias borrachas, esta vez sí se habían cerciorado de que fuera el cuarto de la Semi veela y no el de Daniel u otra persona, Harley cayó inmediatamente dormida en la cama a penas y quitándose los pantalones y zapatos. Luego se abrazo a la chica sin más y cayó muerta en la inconsciencia. No sabía si a Madison le molestaba eso de ella, que hasta cierto punto fuera como una niña pequeña al dormir, no compartía cama con nadie muy seguido y cuando lo hacía, le gustaba abrazar, era como un secreto que pocos sabían.
Fue la luz de la pecera en el cuarto la que la despertó, entre abrió los ojos aun algo borracha y vio a su alrededor y a la morena tirada a un lado suyo en la cama. Aun no había amanecido, pero seguro que ya estaba a punto de salir el sol, no era buena calculando, pero estarían cerca de las 5 o 6 am. Pudo haber seguido durmiendo pero cometió la tontería de mezclar alcohol con un cigarrillo de marihuana que había conseguido hacia no mucho, entonces tenía la inminente urgencia de comer algo, lo que fuera, antes de que sus tripas se comieran la una a la otra.
Madd… Maddie… Oye… tengo hambre… ¿podemos ir a tu cocina?... anda… – La movió un poco, tampoco es que fuera a pasearse así como así en la casa de los Delta, aun no le había comentado a nadie (más que a Jesse y Mina ) que planeaba unirse a esa fraternidad, así que tampoco era como que se fuera a adueñar del lugar así nada más. – Andale… despierta y te preparo algo bonito para desayunar.. ¿sí?... .
Última edición por H.D. Blue el Mar 10 Dic - 20:03, editado 1 vez
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Desayuno
Aquellas salidas casuales le estaban haciendo terminar muy mal. El alcohol se adueñaba de sus días como pretexto perfecto para socializar debido a su paranoia reciente a los grandes grupos de gente e incluso cuando solo se trataba de una salida de a dos. Solo tenía claro que su retorno a la fraternidad Delta fue con Harley porque ya era bien tarde. Llegado al cuarto se quedo en interiores para meterse a la cama, lugar donde la alcanzo la rubia que apenas y había logrado despojarse de su pantalón. Sintió su abrazo y sonrió con ternura. No le gustaba que la abrazaran en la cama o ella abrazar a otras personas en ese lugar porque sentía que era una muestra de afecto muy directa y le daba miedo porque cosas así hacían que te encariñes con un amigo o una pareja eventual, algo que ella evitaba con gente que no tenía mucha confianza a pesar de haber compartido cama con varias personas.
Sin embargo su relación con HD estaba mejorando ese semestre y por eso la dejo. Quién diría que ahora se iban de juerga juntas y toda la cosa, hasta el hecho de compartir algún momento intimo en alguna ocasión. Era divertido, al menos sus conversaciones y por momentos le daba ganas de largarle todas esas cosas que se guardaba para ella sola, pues sabia o presentía que al igual la chica tenía su mundo de problemas y que por ahí a excepción de Mina muchos lo pasaban desapercibido por la actitud que proyectaba, tal cual era su caso. Quizás, en realidad no eran tan diferentes como pensaban cuando estaban en Salem.
De todas formas esa noche el sueño siguió ausente, al menos uno largo y solo lo retenía en cortos lapsus de quince minutos. Lo sabía porque miraba con frecuencia la hora en su móvil y cuando volvió a tener ese pequeño momento de pausa mental sintió que la movían. – Espera espera… que tampoco estoy muy dormida – contesto entreabriendo los ojos un poco y se busco sentar, largando un pequeño bostezo y riéndose al final quien sabe porque, solo le habían dado ganas – ¿De verdad? Entonces vamos que no pienso perderme la oportunidad – se quito las sabanas de encima y cogió una especie de chal para ponerse.
Sus levantadas nocturnas también eran para comer así que no le resultaba esfuerzo despegarse de la cama, al contrario, era hasta bueno no quedarse mirando el techo por culpa del insomnio. Abrió la puerta y le hizo una señal para salir y la llevo hasta la cocina – Es aquí. No es la mejor cocina que seguro has visto en tu vida pero peor es nada – aunque no había electricidad saco del refrigerador un pote de helado que tenía un glacius encima – Yo no la uso casi porque no se cocinar, luego están diciendo que busco matarlos a todos haciendo que explote la fraternidad entera. Ridículos – se quejo abriendo su helado y con una cuchara grande saco una buena porción directo del pote a su boca. Adiós delicadeza, al menos esos instantes.
Maddie salio asi xD
Sin embargo su relación con HD estaba mejorando ese semestre y por eso la dejo. Quién diría que ahora se iban de juerga juntas y toda la cosa, hasta el hecho de compartir algún momento intimo en alguna ocasión. Era divertido, al menos sus conversaciones y por momentos le daba ganas de largarle todas esas cosas que se guardaba para ella sola, pues sabia o presentía que al igual la chica tenía su mundo de problemas y que por ahí a excepción de Mina muchos lo pasaban desapercibido por la actitud que proyectaba, tal cual era su caso. Quizás, en realidad no eran tan diferentes como pensaban cuando estaban en Salem.
De todas formas esa noche el sueño siguió ausente, al menos uno largo y solo lo retenía en cortos lapsus de quince minutos. Lo sabía porque miraba con frecuencia la hora en su móvil y cuando volvió a tener ese pequeño momento de pausa mental sintió que la movían. – Espera espera… que tampoco estoy muy dormida – contesto entreabriendo los ojos un poco y se busco sentar, largando un pequeño bostezo y riéndose al final quien sabe porque, solo le habían dado ganas – ¿De verdad? Entonces vamos que no pienso perderme la oportunidad – se quito las sabanas de encima y cogió una especie de chal para ponerse.
Sus levantadas nocturnas también eran para comer así que no le resultaba esfuerzo despegarse de la cama, al contrario, era hasta bueno no quedarse mirando el techo por culpa del insomnio. Abrió la puerta y le hizo una señal para salir y la llevo hasta la cocina – Es aquí. No es la mejor cocina que seguro has visto en tu vida pero peor es nada – aunque no había electricidad saco del refrigerador un pote de helado que tenía un glacius encima – Yo no la uso casi porque no se cocinar, luego están diciendo que busco matarlos a todos haciendo que explote la fraternidad entera. Ridículos – se quejo abriendo su helado y con una cuchara grande saco una buena porción directo del pote a su boca. Adiós delicadeza, al menos esos instantes.
Maddie salio asi xD
- Madison Merteuil
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Re: Desayuno
Sabía que Madison estaba dormida, pero cuando estaba en drogas (literal) Harley era más como esa niña pequeña y consentida que había sido una vez y tenía poca consideración por los demás, así que no dejo de mover a la semi veela hasta que esta despertó y aun así, le hizo unas cuantas cosquillas en el estomago para que se pusiera de pie. Se hizo hacia atrás solamente para darle espacio a sentarse y posteriormente a levantarse, ella sentía que su estomago se estaba comiendo a sí mismo y solo quería algo rápido. Eso era lo que no le gustaba de las drogas, el efecto adicional que tenían en ella, por eso nada más las consumía cuando estaba muy estresada, como pasaba últimamente por los finales.
Vio a Madison buscarse un chal o lo que fuera, ella busco entre el lugar sus pantalones pero ni supo a donde los arrojó, se levantó de la cama dispuesta a salir así, total el suéter que tenia arriba estaba largo y tenia bóxer, ni que fuera andar enseñando algo que no por los pasillos de la fraternidad. Ella se quedo a unos pasos seguros de Madison cuando esta abrió la puerta para salir al mundo, luego tras su seña salió tras ella sintiéndose un poco ridícula, como si estuviera haciendo alguna travesura o fuera una niña robando las galletas de la alacena a media noche.
Nunca había estado en la cocina de los Delta, pero tampoco le pareció tan mala, de hecho estaba perfecta. La vio sacar el bote de helado y ella lanzo un movimiento de su varita para encender lo que fuera que alumbrara la cocina de la fraternidad. - Hey, no quiero que te llenes con eso, luego no apreciaras mi comida… – Bromeó con ella y luego le quito la cuchara para probar el helado también, al menos eso sirvió para calmar un poco sus ansias de comida. De igual manera se la entrego nuevamente y comenzó a buscar entre las alacenas y el refrigerador que podía tomar para hacer el desayuno. – Oye, ¿crees que se molesten si tomo un poco de esto? Lo repondré, lo prometo… – Luego levantó una mano haciendo una seña de juramento y comenzó a sacar unas cuantas cosas. En general solamente unos bollos y huevos para comer, harina, azúcar y algunas cosas para complementar.
Si quieres puedo enseñarte a cocinar, no es tan difícil una vez que comienzas… – Bueno a ella no se le había hecho difícil, había aprendido a la mala por supuesto, en las épocas que vivió sola con su novio lo había hecho y con el tiempo se había perfeccionado, ahora cocinaba principalmente para la cupcakeria y las cenas con Mina, pero igual no estaba tan mal. – Mira, toma esos bollos y quítales lo que tienen adentro, tienen que quedar huecos.. Así… – Le explico a la joven haciéndolo ella primero. Luego se los dejo para tomar un bowl y comenzar a mezclar la harina, azúcar y unas cuantas cosas más que se había encontrado por ahí.
asi anda harlo
esto va a cocinar lol
Vio a Madison buscarse un chal o lo que fuera, ella busco entre el lugar sus pantalones pero ni supo a donde los arrojó, se levantó de la cama dispuesta a salir así, total el suéter que tenia arriba estaba largo y tenia bóxer, ni que fuera andar enseñando algo que no por los pasillos de la fraternidad. Ella se quedo a unos pasos seguros de Madison cuando esta abrió la puerta para salir al mundo, luego tras su seña salió tras ella sintiéndose un poco ridícula, como si estuviera haciendo alguna travesura o fuera una niña robando las galletas de la alacena a media noche.
Nunca había estado en la cocina de los Delta, pero tampoco le pareció tan mala, de hecho estaba perfecta. La vio sacar el bote de helado y ella lanzo un movimiento de su varita para encender lo que fuera que alumbrara la cocina de la fraternidad. - Hey, no quiero que te llenes con eso, luego no apreciaras mi comida… – Bromeó con ella y luego le quito la cuchara para probar el helado también, al menos eso sirvió para calmar un poco sus ansias de comida. De igual manera se la entrego nuevamente y comenzó a buscar entre las alacenas y el refrigerador que podía tomar para hacer el desayuno. – Oye, ¿crees que se molesten si tomo un poco de esto? Lo repondré, lo prometo… – Luego levantó una mano haciendo una seña de juramento y comenzó a sacar unas cuantas cosas. En general solamente unos bollos y huevos para comer, harina, azúcar y algunas cosas para complementar.
Si quieres puedo enseñarte a cocinar, no es tan difícil una vez que comienzas… – Bueno a ella no se le había hecho difícil, había aprendido a la mala por supuesto, en las épocas que vivió sola con su novio lo había hecho y con el tiempo se había perfeccionado, ahora cocinaba principalmente para la cupcakeria y las cenas con Mina, pero igual no estaba tan mal. – Mira, toma esos bollos y quítales lo que tienen adentro, tienen que quedar huecos.. Así… – Le explico a la joven haciéndolo ella primero. Luego se los dejo para tomar un bowl y comenzar a mezclar la harina, azúcar y unas cuantas cosas más que se había encontrado por ahí.
asi anda harlo
esto va a cocinar lol
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Desayuno
Vio como Harley daba un poco de luz al lugar para ver con que se encontraba en la cocina, algo que a ella no se le ocurrió porque estaba acostumbrada a moverse entre sombras todas las noches que el insomnio le ganaba la partida. Y como solo iba por su helado y luego a sentarse en el sofá de la sala de convivencia, le parecía innecesario. Por otro lado ni siquiera se había molestado en cerrar el chal que se puso, solo lo tenía así abierto porque tampoco es que tuviera miedo o pena de estar mostrando piel, para ella era normal y sabia que si alguien la veía en ese estado tampoco se haría el ofendido, a menos que fuera alguna candidata a mojigata del año.
Hizo un gesto infantil entre broma y enfado cuando le dijo que no se llenara con eso. La dejo probarlo y antes que dijera mas se metió otra cucharada a la boca sin sacarla mientras se apoyaba en algo para ver qué es lo que buscaba. Sabía que los Deltas no eran de tener muchas provisiones a excepción de algunos que si, pero para ella eso era innecesario porque si tenía hambre podía salir a comer y si no, pues siempre tenía helado. Tambien le dijo que no se preocupara por las cosas que tomaba porque si era necesario ella misma las reponía o eso aseguraba tras ser testigo de un juramento que la hizo carcajear. – ¿Alguna vez oíste eso de "tengo dos pies izquierdos"? Pues yo tengo dos manos izquierdas y soy diestra, ¿Cómo la vez? – arqueo una ceja sonriendo de medio lado.
– Apuesto a que para ti si es sencillo, debes hacerlo mucho con Mina, con eso que son tan amigas – no lo dijo en mala onda, la verdad su relación con la otra era buena a pesar de sus celos por la corona de Miss BK. En esa ocasión también había envidia por aquella unión, ya que tener una amiga que supiera lo que te atormentaba no era fácil de encontrar. Igual se puso seguir las instrucciones que le daba en lo que pensaba en esas cosas quizás superficiales – A ver si entendí… esto lo hago así y luego… ¿así? Ay no, creo que lo… – pero no termino de hablar porque no quería quedar como torpe así que lanzo a un tachito ese bollo que prácticamente destrozo.
Tomo otro y suspiro para concentrarse. Quitarle el relleno no podía ser más difícil que hacer hombrecitos de jengibre -los cuales se le quemaban- sin mágica. Volvió a intentarlo y se lo mostro esperando su aprobación y como parecía que había quedado decente lo dejo a un ladito para seguir con los demás bollos – Si mi madre viera que hago esto ya te habría mandado a matar así casual…. Que genial, me sale mejor – lo ultimo iba dirigido a que ya no deformaba tanto los pobres bollos y eso la hizo extrañamente feliz, notandose en su tono de voz. Cuando termino fue abrir el caño y se lavo las manos porque le daba cosita sentir que se le ponían pegajosas.
Miro como revolvía la harina y demás cosas y se acordó de las veces que veía cocinar a los sirvientes en su casa de los Angeles. Al menos sus primeros años hasta que murió su padre -quien prefería tener servidumbre muggle- y luego ya solo veía a los elfos en casa de sus abuelos cuando los visitaba y posteriormente cuando fue a vivir con ellos. – A veces me pregunto porque si tu familia no pasa carencias económicas tienes que trabajar en esa cupcakeria y encima vivir a costas de Mina. ¿Sabes de todos los rumores que hay de eso? – No pudo evitar mencionarlo a la espectativa de como se lo iba a tomar.
Hizo un gesto infantil entre broma y enfado cuando le dijo que no se llenara con eso. La dejo probarlo y antes que dijera mas se metió otra cucharada a la boca sin sacarla mientras se apoyaba en algo para ver qué es lo que buscaba. Sabía que los Deltas no eran de tener muchas provisiones a excepción de algunos que si, pero para ella eso era innecesario porque si tenía hambre podía salir a comer y si no, pues siempre tenía helado. Tambien le dijo que no se preocupara por las cosas que tomaba porque si era necesario ella misma las reponía o eso aseguraba tras ser testigo de un juramento que la hizo carcajear. – ¿Alguna vez oíste eso de "tengo dos pies izquierdos"? Pues yo tengo dos manos izquierdas y soy diestra, ¿Cómo la vez? – arqueo una ceja sonriendo de medio lado.
– Apuesto a que para ti si es sencillo, debes hacerlo mucho con Mina, con eso que son tan amigas – no lo dijo en mala onda, la verdad su relación con la otra era buena a pesar de sus celos por la corona de Miss BK. En esa ocasión también había envidia por aquella unión, ya que tener una amiga que supiera lo que te atormentaba no era fácil de encontrar. Igual se puso seguir las instrucciones que le daba en lo que pensaba en esas cosas quizás superficiales – A ver si entendí… esto lo hago así y luego… ¿así? Ay no, creo que lo… – pero no termino de hablar porque no quería quedar como torpe así que lanzo a un tachito ese bollo que prácticamente destrozo.
Tomo otro y suspiro para concentrarse. Quitarle el relleno no podía ser más difícil que hacer hombrecitos de jengibre -los cuales se le quemaban- sin mágica. Volvió a intentarlo y se lo mostro esperando su aprobación y como parecía que había quedado decente lo dejo a un ladito para seguir con los demás bollos – Si mi madre viera que hago esto ya te habría mandado a matar así casual…. Que genial, me sale mejor – lo ultimo iba dirigido a que ya no deformaba tanto los pobres bollos y eso la hizo extrañamente feliz, notandose en su tono de voz. Cuando termino fue abrir el caño y se lavo las manos porque le daba cosita sentir que se le ponían pegajosas.
Miro como revolvía la harina y demás cosas y se acordó de las veces que veía cocinar a los sirvientes en su casa de los Angeles. Al menos sus primeros años hasta que murió su padre -quien prefería tener servidumbre muggle- y luego ya solo veía a los elfos en casa de sus abuelos cuando los visitaba y posteriormente cuando fue a vivir con ellos. – A veces me pregunto porque si tu familia no pasa carencias económicas tienes que trabajar en esa cupcakeria y encima vivir a costas de Mina. ¿Sabes de todos los rumores que hay de eso? – No pudo evitar mencionarlo a la espectativa de como se lo iba a tomar.
- Madison Merteuil
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Re: Desayuno
No era la primera vez que le enseñaba a alguien a cocinar, tampoco es que ella fuera una experta, pero había aprendido las cosas básicas cuando vivió sola. Ella nunca había sido del tipo que pareciera una perfecta ama de casa, de hecho a la fecha no daba la apariencia de serlo, aquello de la cocina lo tenía guardado para algunas personas, que aun se sorprendían de que fuera ella quien hiciera las recetas de los cupcakes en la tienda. Sonrió un poco como respuesta a lo de su amistad con Mina y la cocina para ella mientras mezclaba la masa en el bowl.
No es sencillo, solamente practique mucho. – Suspiro haciéndose hacia atrás un mechonsito de cabello que le había caído en la frente, había tenido la precaución de hacerse una coleta rápida antes de comenzar. - Cuando comenzaba a cocinar las cosas me salían peor de lo que te salen a ti ahora, una vez, cuando vivía en Washington con Shane, casi incendio la casa, afortunadamente él alcanzo a apagar el fuego, debiste ver la cara que hizo, nunca supe porque estaba más preocupado, si por qué incendie las cortinas de su abuela o por nuestra casi inminente muerte… – Luego soltó una risa sincera, había llegado a ese punto en que hablar de él ya no dolía solamente tenía tintes de añoranza su voz, viejos recuerdos que se quedarían guardados para ella. – A Mina le tocó la mejor parte, cuando ya no incendiaba cosas y solamente me quedaban un poco saladas… - Y así había sido, la pobre chica a veces solamente se comía las cosas, pero ella había aprendido a identificar bien que gestos hacia cuando comía algo por compromiso o porque si le gustaba en realidad. Mina había sido su más grande apoyo en todo ese tiempo y era algo que ella jamás podría olvidar.
No le molesto el comentario de la madre o la muerte por cocinar, sabía que familias como la de Madison habían crecido así, en el tiempo que vivió en Upper east side había conocido toda clase de gente de elite y aun que su familia no hubiera sido al cien por ciento como ellos, tampoco los juzgaba, cada persona vivía y se comportaba según su forma de ver la vida, ella era hasta cierto punto tolerante al respecto.
Oye, te quedaron muy bien, tienes el don. Ahora revisa si el horno no tiene algo dentro, no quiero destruir la fraternidad, no sé si tienen seguro contra incendios… – Bromeo un poco dándole los últimos toques a lo que estaba haciendo. Luego comenzó a poner pequeñas bolitas que serian unas ricas galletas con maza de varios sabores. Realmente le preocupaba que alguien fuera a molestarse por que hubiera tomado las cosas así nada más, así que pensaba que cosas podría reponer ese mismo día.
El comentario de vivir a expensas de Mina sin necesidad de hacerlo lo tomo bien, hasta con un poco de gracia.- ¿Te parezco el tipo de persona que le molestan esos comentarios? Vamos, pensé que me conocías más que eso… – Soltó una carcajada sincera justo antes de ir a lavarse las manos también, luego volvió a los bollos y comenzó a estrellar los huevos dentro para prepararlos y meterlos al horno.
Yo no soy mi familia…. – Dijo pensando un poco más las cosas. Le era difícil el hablar de ello con otras personas que no fueran Mina, más aun con Madison quién seguro no sabía más que los rumores de lo acontecido con ellos. – No quiero deberles nada, ni tampoco que crean que tienen poder sobre mi por el hecho de pagarme la escuela o darme casa y sustento. Con Wilhelmina es diferente… Ella es mi amiga, lo fue antes de ser la persona que ahora es, es decir, llena de dinero y esas cosas… Ella nunca pensaría que tiene poder sobre mí solamente porque me paga la universidad y la única manera que tengo para poder agradecerle todo eso es trabajar en esa tienda. A demás, me gusta, me hace sentir que no soy una paria de la sociedad…
Tal vez había hablado de más, ella no conocía cual era la situación de Madison o si a ella sus padres le pagaban la escuela, la verdad jamás se había adentrado en una plática tan profunda como en esos momentos a su lado. Aun así, no quiso hacer las cosas incomodas. – ¿Nunca te has sentido así? Es decir, entiendo que hay personas que disfrutan vivir con lo que tienen, pero la familia siempre quiere cosas a cambio o que vivas de acuerdo a sus ideales... Mi familia quería que me casara con alguien para asegurar mi vida y todo eso… era algo que nunca pude aceptar. – Metió la bandeja con bollos al horno y reviso el reloj de su celular, no iba a dejarlos mucho realmente, solo lo suficiente como para que estuvieran cocidos.
No es sencillo, solamente practique mucho. – Suspiro haciéndose hacia atrás un mechonsito de cabello que le había caído en la frente, había tenido la precaución de hacerse una coleta rápida antes de comenzar. - Cuando comenzaba a cocinar las cosas me salían peor de lo que te salen a ti ahora, una vez, cuando vivía en Washington con Shane, casi incendio la casa, afortunadamente él alcanzo a apagar el fuego, debiste ver la cara que hizo, nunca supe porque estaba más preocupado, si por qué incendie las cortinas de su abuela o por nuestra casi inminente muerte… – Luego soltó una risa sincera, había llegado a ese punto en que hablar de él ya no dolía solamente tenía tintes de añoranza su voz, viejos recuerdos que se quedarían guardados para ella. – A Mina le tocó la mejor parte, cuando ya no incendiaba cosas y solamente me quedaban un poco saladas… - Y así había sido, la pobre chica a veces solamente se comía las cosas, pero ella había aprendido a identificar bien que gestos hacia cuando comía algo por compromiso o porque si le gustaba en realidad. Mina había sido su más grande apoyo en todo ese tiempo y era algo que ella jamás podría olvidar.
No le molesto el comentario de la madre o la muerte por cocinar, sabía que familias como la de Madison habían crecido así, en el tiempo que vivió en Upper east side había conocido toda clase de gente de elite y aun que su familia no hubiera sido al cien por ciento como ellos, tampoco los juzgaba, cada persona vivía y se comportaba según su forma de ver la vida, ella era hasta cierto punto tolerante al respecto.
Oye, te quedaron muy bien, tienes el don. Ahora revisa si el horno no tiene algo dentro, no quiero destruir la fraternidad, no sé si tienen seguro contra incendios… – Bromeo un poco dándole los últimos toques a lo que estaba haciendo. Luego comenzó a poner pequeñas bolitas que serian unas ricas galletas con maza de varios sabores. Realmente le preocupaba que alguien fuera a molestarse por que hubiera tomado las cosas así nada más, así que pensaba que cosas podría reponer ese mismo día.
El comentario de vivir a expensas de Mina sin necesidad de hacerlo lo tomo bien, hasta con un poco de gracia.- ¿Te parezco el tipo de persona que le molestan esos comentarios? Vamos, pensé que me conocías más que eso… – Soltó una carcajada sincera justo antes de ir a lavarse las manos también, luego volvió a los bollos y comenzó a estrellar los huevos dentro para prepararlos y meterlos al horno.
Yo no soy mi familia…. – Dijo pensando un poco más las cosas. Le era difícil el hablar de ello con otras personas que no fueran Mina, más aun con Madison quién seguro no sabía más que los rumores de lo acontecido con ellos. – No quiero deberles nada, ni tampoco que crean que tienen poder sobre mi por el hecho de pagarme la escuela o darme casa y sustento. Con Wilhelmina es diferente… Ella es mi amiga, lo fue antes de ser la persona que ahora es, es decir, llena de dinero y esas cosas… Ella nunca pensaría que tiene poder sobre mí solamente porque me paga la universidad y la única manera que tengo para poder agradecerle todo eso es trabajar en esa tienda. A demás, me gusta, me hace sentir que no soy una paria de la sociedad…
Tal vez había hablado de más, ella no conocía cual era la situación de Madison o si a ella sus padres le pagaban la escuela, la verdad jamás se había adentrado en una plática tan profunda como en esos momentos a su lado. Aun así, no quiso hacer las cosas incomodas. – ¿Nunca te has sentido así? Es decir, entiendo que hay personas que disfrutan vivir con lo que tienen, pero la familia siempre quiere cosas a cambio o que vivas de acuerdo a sus ideales... Mi familia quería que me casara con alguien para asegurar mi vida y todo eso… era algo que nunca pude aceptar. – Metió la bandeja con bollos al horno y reviso el reloj de su celular, no iba a dejarlos mucho realmente, solo lo suficiente como para que estuvieran cocidos.
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Desayuno
Escuchar un poco el relato de Harley le daba gusto porque sentía que en cierta forma estaba confiando en ella y en otra parte lo que le provocaba era un sabor agridulce en los labios y un palpitar incomodo en el pecho ya que comenzaba a recordar el porqué no le agradaba en Salem. La verdadera razón y no solo el simple “porque era un niño sin modales”. Envidia, ¿eso era lo que sentías por ella verdad Maddie? Y es lo que aun sientes. ¿Pensabas que seguiría sufriendo por la memoria de su novio muerto? No, lo estaba superando, y tal cual una vez probaste con Aimeé, los recuerdos tristes podían cambiar y resultar buenas añoranzas. ¿Te fastidia? pues te aguantas.
Cuando halago su progreso con los bollos le sonrió un poco y miro aquel pote de helado que había dejado a un costado. Una cuchara, si. Una cucharada aplacaría esa extraña sensación. Luego de eso le pidió que revisara el horno pero la semiveela tenia malas experiencias con ellos las veces que se había atrevido a usarlos y por eso se carcajeo al oír sobre el seguro contra incendios. No, Merlín no podía permitir que quemaran la fraternidad. Igual hizo como si tuviera todo controlado para no quedar como una inútil a pesar de su torpeza natural para ello.
– No siempre el decir que nada de esas cosas te importan es real, lo digo por experiencia aunque quizás es un poco distinto porque yo no tengo algo como lo de ustedes. Nunca la he tenido así que es difícil darme una idea de poder dejar pasar ese tipo de rumores – comento muy tranquila viendo de reojo como se lavaba las manos, así que le paso un mantel para que se secara. Su vista quedo en los huevos, curiosa, recordando cuando había tratado de freír unos a la inglesa y se le fueron las horas contemplándolos sin llegar hacer más que un desastre.
Hubiera seguido perdida en esos tontos pensamientos de no ser por lo que oía ahora, y una vez más su atención fue atrapada por la rubia y sus relatos de superación personal. Eso si era fortaleza, estaba luchando, ¿pero que hacías tu M? Nada. Ese repentino sentimiento amargo la incomodo mas, haciendo que deseara romper todo lo rompible a la mano para liberar ese estrés que le generaba pensar en sus reproches personales. Necesitaba una pastilla, mas alcohol o lo que sea que la relajara. ¿Qué te pasa Madison? A estas alturas de tu vida ya puedes controlar ese tipo de emociones, recuérdalo. No vayas a trastabillar y ponerte en plan patetico, eso no te va.
Quizás habría podido disimular todo ese revoltijo de sensaciones en su interior y seguir como siempre, superficial y un poco hueca solo riéndose y contestando de manera poco atractiva para las neuronas ajenas, ya que cuando oía ese tipo de cosas solía pensar que los demás esperaban que también les contara de las suyas, de su vida y eso no lo hacía. Siempre había reservado mucho sus pensamientos o sentimientos al respecto por considerarlos negros y carentes de todo buen deseo, pero esa pregunta final la hizo olvidarse de aquella regla importante por unos segundos. – Ya quisiera ser como tú, pero… – sonrió mientras se giraba para quedar de espaldas a la mesada donde habían estado preparando todo. Se apoyo con las manos atrás y se impulso para sentarse sobre ella.
– Es difícil ir contra corriente. Yo no tengo una amiga como Mina que sepa darse cuenta de cuando estoy mal o necesito ayuda porque ya no puedo con mi estúpido intento de vida, ni tampoco tuve el apoyo de un novio como Shane que estuviera a mi lado compartiendo y aprendiendo junto a mí. Ni amigos varios a quienes pueda acudir y charlar sincera y amenamente. Menos tengo tus ganas para no tener que depender de mi familia. No tengo nada a que aferrarme y no puedo terminar de asimilarlo, por eso detesto a la gente como tu, por envidia... y todo eso me carcome por dentro sin que nadie se de cuenta pero no me importa. Realmente no me importa –
Eso último no era verdad pero tampoco le haria un drama al respecto. Su impotencia se reflejo en un instante en el abrir y cerrar de sus puños apoyados a los lados de la mesada y movía sus pies un poco desviando su mirada al techo como si fuera una conversación común de todos los días. – Por eso a veces me gusta pensar que lo material es lo único que importa y en lo que debo confiar, por más vacio que se vuelva todo y mas asco me genere – eso sí fue con notorio rechazo y amargura hacia sí misma. Tampoco es que le estuviera diciendo que le daba asco o que se odiaba porque tenía claro que era exponer mucho esa depresión asfixiante que la perseguía.
– Quizás debería dejarlo todo y conseguirme un empleo, vestir ropa barata, reciclar botellas, juntar cupones de periódicos y negarme a donar los centavos sobrantes para los niños con cancer. Digo, los necesitare mas, ¿verdad? – se carcajeo para quitarse esa tensión. Dio una palmada a su costado para que suba y le haga compañía en lo que esperaban a que esté listo todo – Mejor cuéntame con quien te querían casar que me muero de la curiosidad. ¿Era guapo? Por las dudas que sea un viejito como el que yo tendré que soportar cuando termine la carrera – y se volvió a reír, ahora si más sincera porque recordarlo parecía ser una broma, ademas que no imaginaba a Harley casada, siempre la habia visto como alguien que iba libre por la vida.
Cuando halago su progreso con los bollos le sonrió un poco y miro aquel pote de helado que había dejado a un costado. Una cuchara, si. Una cucharada aplacaría esa extraña sensación. Luego de eso le pidió que revisara el horno pero la semiveela tenia malas experiencias con ellos las veces que se había atrevido a usarlos y por eso se carcajeo al oír sobre el seguro contra incendios. No, Merlín no podía permitir que quemaran la fraternidad. Igual hizo como si tuviera todo controlado para no quedar como una inútil a pesar de su torpeza natural para ello.
– No siempre el decir que nada de esas cosas te importan es real, lo digo por experiencia aunque quizás es un poco distinto porque yo no tengo algo como lo de ustedes. Nunca la he tenido así que es difícil darme una idea de poder dejar pasar ese tipo de rumores – comento muy tranquila viendo de reojo como se lavaba las manos, así que le paso un mantel para que se secara. Su vista quedo en los huevos, curiosa, recordando cuando había tratado de freír unos a la inglesa y se le fueron las horas contemplándolos sin llegar hacer más que un desastre.
Hubiera seguido perdida en esos tontos pensamientos de no ser por lo que oía ahora, y una vez más su atención fue atrapada por la rubia y sus relatos de superación personal. Eso si era fortaleza, estaba luchando, ¿pero que hacías tu M? Nada. Ese repentino sentimiento amargo la incomodo mas, haciendo que deseara romper todo lo rompible a la mano para liberar ese estrés que le generaba pensar en sus reproches personales. Necesitaba una pastilla, mas alcohol o lo que sea que la relajara. ¿Qué te pasa Madison? A estas alturas de tu vida ya puedes controlar ese tipo de emociones, recuérdalo. No vayas a trastabillar y ponerte en plan patetico, eso no te va.
Quizás habría podido disimular todo ese revoltijo de sensaciones en su interior y seguir como siempre, superficial y un poco hueca solo riéndose y contestando de manera poco atractiva para las neuronas ajenas, ya que cuando oía ese tipo de cosas solía pensar que los demás esperaban que también les contara de las suyas, de su vida y eso no lo hacía. Siempre había reservado mucho sus pensamientos o sentimientos al respecto por considerarlos negros y carentes de todo buen deseo, pero esa pregunta final la hizo olvidarse de aquella regla importante por unos segundos. – Ya quisiera ser como tú, pero… – sonrió mientras se giraba para quedar de espaldas a la mesada donde habían estado preparando todo. Se apoyo con las manos atrás y se impulso para sentarse sobre ella.
– Es difícil ir contra corriente. Yo no tengo una amiga como Mina que sepa darse cuenta de cuando estoy mal o necesito ayuda porque ya no puedo con mi estúpido intento de vida, ni tampoco tuve el apoyo de un novio como Shane que estuviera a mi lado compartiendo y aprendiendo junto a mí. Ni amigos varios a quienes pueda acudir y charlar sincera y amenamente. Menos tengo tus ganas para no tener que depender de mi familia. No tengo nada a que aferrarme y no puedo terminar de asimilarlo, por eso detesto a la gente como tu, por envidia... y todo eso me carcome por dentro sin que nadie se de cuenta pero no me importa. Realmente no me importa –
Eso último no era verdad pero tampoco le haria un drama al respecto. Su impotencia se reflejo en un instante en el abrir y cerrar de sus puños apoyados a los lados de la mesada y movía sus pies un poco desviando su mirada al techo como si fuera una conversación común de todos los días. – Por eso a veces me gusta pensar que lo material es lo único que importa y en lo que debo confiar, por más vacio que se vuelva todo y mas asco me genere – eso sí fue con notorio rechazo y amargura hacia sí misma. Tampoco es que le estuviera diciendo que le daba asco o que se odiaba porque tenía claro que era exponer mucho esa depresión asfixiante que la perseguía.
– Quizás debería dejarlo todo y conseguirme un empleo, vestir ropa barata, reciclar botellas, juntar cupones de periódicos y negarme a donar los centavos sobrantes para los niños con cancer. Digo, los necesitare mas, ¿verdad? – se carcajeo para quitarse esa tensión. Dio una palmada a su costado para que suba y le haga compañía en lo que esperaban a que esté listo todo – Mejor cuéntame con quien te querían casar que me muero de la curiosidad. ¿Era guapo? Por las dudas que sea un viejito como el que yo tendré que soportar cuando termine la carrera – y se volvió a reír, ahora si más sincera porque recordarlo parecía ser una broma, ademas que no imaginaba a Harley casada, siempre la habia visto como alguien que iba libre por la vida.
- Madison Merteuil
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Re: Desayuno
Tenía que aceptar que algo de lo que Madison dijo le dolía, en especial la parte donde la gente decía que ella estaba aprovechándose de lo caritativa que Mina era y de su dinero, que ella vivía a costas de su mejor amiga. Le dolía por que aun que no fuera verdad sabía que era cierto y que tenía que empezar a subsistir por su cuenta lo antes posible, antes de que todo se hiciera más grande. Negó con la cabeza y se mordió el labio inferior mientras acomodaba el horno, luego suspiro y se acerco lentamente a Madison mientras le hacía toda aquella confesión.
Nunca se había puesto a pensar en la situación de las personas como Madison, las entendía y entendía que habían sido criadas en ese estilo de vida, entre lujos, comodidades y placeres, pero también entendía que entre ese círculo vicioso de sociedad podía haber muchas intrigas y traiciones, lo que hacía obviamente difícil poder conseguir una amistad verdadera. Con ella era algo parecido, a las personas no les agradadaba mucho su forma de ser, porque ella decía las cosas tal cual las pensaba, a veces sin detenerse a pensar en la verborrea que salía de su boca, jamás fue una persona bien portada y de modales excepcionales, lo cual la hacía difícil encajar en el estilo de vida que sus padres o al menos su madre quería que llevara.
Harley se había quedado frente a ella observando sus gestos, observándola a ella. Usualmente la rubia era demasiado fácil de entender, sus emociones siempre estaban a flor de piel y su rostro decía todo lo que ella quería decir, era muy expresiva y en esos momentos se podía ver algo de confusión en ella. Al final termino por sonreír un poco y acercarse a la morena hasta quedar frente a ella, así en la cocina. Madison era de esas personas bonitas que podrían ser modelos si quisieran, ella obviamente era mucho más pequeña, pero aun así se puso de puntillas y tras tomarla por los hombros le dio un pequeño beso en la frente, conciliador, hasta con algo de cariño.
No es necesario que seas como yo, se como tú quieras ser mientras seas tú misma… es decir, no quiero darte una charla motivacional ni nada de eso pero tienes que aprender a ser feliz contigo y lo que haces, de verdad. Si no, algún día estarás pensando en todas las cosas que pudiste haber hecho y no hiciste…. – Le acaricio la cabeza a Madison tiernamente, el cabello y luego volvió a carcajearse cuando le dijo lo de dejar todo y vestir ropa barata. – Eres una tonta, incluso un saco de papas se te vería bien, ¿a quién quieres engañar?... – Le guiño un ojo y luego se sentó a su lado en la mesa. Meció los pies en el aire así como ella y luego le dio un pequeño golpecito en el hombro con el cuerpo.
Pues sí, lo conoces y todo… Lo que pasa es que mi mamá era super amiga de la suya y crecimos y juntos y todo. Pero por lo mismo que creces con alguien es ridículo que en algún momento lo puedas ver como algo más. - Pensó un poco en si decirle o no a Madison quién era el susodicho, por que igualmente no sabía si Lucian lo andaba diciendo por ahí, suponía que no. El sonido de la alarma del celular por el tiempo de los bollos sonó, lo que la hizo dar un salto hacia el horno y tomar unos guantes de cocina para sacarlas antes de seguir contestando.
¿Quieres ser la primera en probar? Porque yo me muero de hambre…
Nunca se había puesto a pensar en la situación de las personas como Madison, las entendía y entendía que habían sido criadas en ese estilo de vida, entre lujos, comodidades y placeres, pero también entendía que entre ese círculo vicioso de sociedad podía haber muchas intrigas y traiciones, lo que hacía obviamente difícil poder conseguir una amistad verdadera. Con ella era algo parecido, a las personas no les agradadaba mucho su forma de ser, porque ella decía las cosas tal cual las pensaba, a veces sin detenerse a pensar en la verborrea que salía de su boca, jamás fue una persona bien portada y de modales excepcionales, lo cual la hacía difícil encajar en el estilo de vida que sus padres o al menos su madre quería que llevara.
Harley se había quedado frente a ella observando sus gestos, observándola a ella. Usualmente la rubia era demasiado fácil de entender, sus emociones siempre estaban a flor de piel y su rostro decía todo lo que ella quería decir, era muy expresiva y en esos momentos se podía ver algo de confusión en ella. Al final termino por sonreír un poco y acercarse a la morena hasta quedar frente a ella, así en la cocina. Madison era de esas personas bonitas que podrían ser modelos si quisieran, ella obviamente era mucho más pequeña, pero aun así se puso de puntillas y tras tomarla por los hombros le dio un pequeño beso en la frente, conciliador, hasta con algo de cariño.
No es necesario que seas como yo, se como tú quieras ser mientras seas tú misma… es decir, no quiero darte una charla motivacional ni nada de eso pero tienes que aprender a ser feliz contigo y lo que haces, de verdad. Si no, algún día estarás pensando en todas las cosas que pudiste haber hecho y no hiciste…. – Le acaricio la cabeza a Madison tiernamente, el cabello y luego volvió a carcajearse cuando le dijo lo de dejar todo y vestir ropa barata. – Eres una tonta, incluso un saco de papas se te vería bien, ¿a quién quieres engañar?... – Le guiño un ojo y luego se sentó a su lado en la mesa. Meció los pies en el aire así como ella y luego le dio un pequeño golpecito en el hombro con el cuerpo.
Pues sí, lo conoces y todo… Lo que pasa es que mi mamá era super amiga de la suya y crecimos y juntos y todo. Pero por lo mismo que creces con alguien es ridículo que en algún momento lo puedas ver como algo más. - Pensó un poco en si decirle o no a Madison quién era el susodicho, por que igualmente no sabía si Lucian lo andaba diciendo por ahí, suponía que no. El sonido de la alarma del celular por el tiempo de los bollos sonó, lo que la hizo dar un salto hacia el horno y tomar unos guantes de cocina para sacarlas antes de seguir contestando.
¿Quieres ser la primera en probar? Porque yo me muero de hambre…
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Desayuno
Sin duda para mucha gente lo que la semiveela acababa de confesar sería algo que solo parecía sonar preocupante o típico de una niña rica que creció sin amor, sin amigos y que ahora quería dárselas de mártir de la vida para que lamenten su cruel vivir y le tuvieran lastima. No, ella no tenía intenciones de volverse mártir de nada y mucho menos de despertar pena en los ojos o corazones de los demás porque le resultaba humillante. Por algo nunca conversaba de ello y si lo hacía no era precisamente ante personas como Harley, de quien espero una carcajada porque seguro creería que sus problemas no eran nada en comparación con los de ella u otra persona.
Sin embargo eso no fue lo que recibió para su asombro. Al contrario, incluso observarla así en silencio cuando termino fue como incomodo porque no sabía que iba a decir o hacer y Madison estaba tan lista para atacar a la mínima burla que era cuestión de cualquier movimiento innecesario para que active ese campo minado defensivo que poseía, pero no. Lo que recibió fue un beso en la frente, incluso una caricia en la cabeza y cabello que la término dejando totalmente desarmada. Le dolió. Le dolió porque era un gesto de cariño que absolutamente nadie había tenido por ella nunca y eso no era exagerar en ningún sentido.
Sabía que tenia razón, ella misma a veces se repetía eso en medio de sus reflexiones nocturnas pero lograr seguir consejos era muy difícil. No podía ser feliz consigo misma, no se quería, y aun siendo semiveela era insegura. Por eso no podía desarrollar un amor sustancioso por nadie porque al tratar de hacerlo terminaba lastimando y lastimándose. En ese momento pensó en una persona puntual que siempre esperaba más de ella, más de sus sentimientos, pero al no poder hacer que le lleguen y jugarselas, se perdía. Quizás estaba en su destino y tan cobarde para arriesgar en esos temas no creía poder ir contra corriente. Eso la hizo negar para olvidar aquello.
Se reía externamente igual para mantener esa careta débil de chica despreocupada de la vida cuando Harley la empujo con su hombro diciendo que hasta con un saco se vería bien y escucho con atención lo de su prometido del pasado, que no tardo en despertarle más la curiosidad cuando le dijo que lo conocía – Entiendo a que re refieres, la verdad si seria incomodo y molesto pero mujer... me cuentas todo menos lo más importante – en eso escucho también la alarma del horno bajando de la mesada por las dudas y se puso tras de la rubia apoyando las manos en sus hombros – Pruébalos tu primero por si es que te desmayes de solo sentirles el olorcito ¡Y sácalos con cuidado! – cubrio su boca para no hacer mucho ruído sino levantaba a todos.
– Sácalos con cuidado que si el horno explota no me responsabilizo y huyo dejándote aquí – susurro entre una risilla tonta porque era una broma, no la abandonaria a su suerte porque capaz de perseguírla para hacerle pagar el mal momento. Igual esperaba que salieran bien y sobre todo ricos, ya que aunque nunca había estado presente o comprobado la habilidad culinaria de su compañera de tragos casual, confiaba en que el éxito tenía que estar si o si. – Espera, espera… tengo que guardar el momento. No confió en los pensaderos y prefiero algo más… común – dijo sacando su móvil de un lado donde lo tenía sujeto (a saber cual) e hizo que esperara para ponerse a grabar el preciso instante que sacara los bollos del horno.
Cuando tuvo el momento cubierto, con una mano libre le hizo la señal de “Ok” para que supiera que era ya cuando debía actuar – Y no creas que me olvidaré de nuestra conversación, quiero saber el nombre del chico, en que fraternidad esta y si... ¿No sera Lucca cierto? Ay no, ¿sera que quedo ardido y por eso luego te rechazo esas mil veces posteriores? No, no, ese hombre no tiene perdon de Merlín – añadió retrocediendo un poquito para un buen plano. Su intención no era recordarle momentos incomodos a la chica como ese del susodicho en su cumpleaños pero pensar que fuera el mismo era preocupante y aterrador.
Sin embargo eso no fue lo que recibió para su asombro. Al contrario, incluso observarla así en silencio cuando termino fue como incomodo porque no sabía que iba a decir o hacer y Madison estaba tan lista para atacar a la mínima burla que era cuestión de cualquier movimiento innecesario para que active ese campo minado defensivo que poseía, pero no. Lo que recibió fue un beso en la frente, incluso una caricia en la cabeza y cabello que la término dejando totalmente desarmada. Le dolió. Le dolió porque era un gesto de cariño que absolutamente nadie había tenido por ella nunca y eso no era exagerar en ningún sentido.
Sabía que tenia razón, ella misma a veces se repetía eso en medio de sus reflexiones nocturnas pero lograr seguir consejos era muy difícil. No podía ser feliz consigo misma, no se quería, y aun siendo semiveela era insegura. Por eso no podía desarrollar un amor sustancioso por nadie porque al tratar de hacerlo terminaba lastimando y lastimándose. En ese momento pensó en una persona puntual que siempre esperaba más de ella, más de sus sentimientos, pero al no poder hacer que le lleguen y jugarselas, se perdía. Quizás estaba en su destino y tan cobarde para arriesgar en esos temas no creía poder ir contra corriente. Eso la hizo negar para olvidar aquello.
Se reía externamente igual para mantener esa careta débil de chica despreocupada de la vida cuando Harley la empujo con su hombro diciendo que hasta con un saco se vería bien y escucho con atención lo de su prometido del pasado, que no tardo en despertarle más la curiosidad cuando le dijo que lo conocía – Entiendo a que re refieres, la verdad si seria incomodo y molesto pero mujer... me cuentas todo menos lo más importante – en eso escucho también la alarma del horno bajando de la mesada por las dudas y se puso tras de la rubia apoyando las manos en sus hombros – Pruébalos tu primero por si es que te desmayes de solo sentirles el olorcito ¡Y sácalos con cuidado! – cubrio su boca para no hacer mucho ruído sino levantaba a todos.
– Sácalos con cuidado que si el horno explota no me responsabilizo y huyo dejándote aquí – susurro entre una risilla tonta porque era una broma, no la abandonaria a su suerte porque capaz de perseguírla para hacerle pagar el mal momento. Igual esperaba que salieran bien y sobre todo ricos, ya que aunque nunca había estado presente o comprobado la habilidad culinaria de su compañera de tragos casual, confiaba en que el éxito tenía que estar si o si. – Espera, espera… tengo que guardar el momento. No confió en los pensaderos y prefiero algo más… común – dijo sacando su móvil de un lado donde lo tenía sujeto (a saber cual) e hizo que esperara para ponerse a grabar el preciso instante que sacara los bollos del horno.
Cuando tuvo el momento cubierto, con una mano libre le hizo la señal de “Ok” para que supiera que era ya cuando debía actuar – Y no creas que me olvidaré de nuestra conversación, quiero saber el nombre del chico, en que fraternidad esta y si... ¿No sera Lucca cierto? Ay no, ¿sera que quedo ardido y por eso luego te rechazo esas mil veces posteriores? No, no, ese hombre no tiene perdon de Merlín – añadió retrocediendo un poquito para un buen plano. Su intención no era recordarle momentos incomodos a la chica como ese del susodicho en su cumpleaños pero pensar que fuera el mismo era preocupante y aterrador.
- Madison Merteuil
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Re: Desayuno
Y claro que no le contaba todo ni lo haría, eso había sido una cosa triste que había roto lazos muy importantes con su familia, pero bueno ¿Ella como iba a saber que Lucian si la quería? El había sido durante toda su niñez como un hermano, alguien que siempre había estado ahí, como Ellioth o Lawrence. Cuando su madre le dijo que iban a casarlos para que ella tuviera una “vida feliz” claro que se reusó y lo habría seguido haciendo aun que Shane no existiera, aun que tuviera que renunciar a cualquier cosa, Harley podía vivir sin cosas materiales, pero no sin su libertad, eso ya había quedado bien claro para su madre desde hacía muchos años. Lo que nunca imagino fue que realmente Lucian se viera afectado por esa decisión de huir así nada más de la iglesia y todo eso. Bueno, habían sido daños colaterales, pero tampoco imaginaba que él fuera por el mundo diciéndoselo a todos, así que solamente se rio e hizo una seña de cerrarse la boca con un cierre hacia Madison y fue a sacar la bendita comida del horno.
Si si, los saco con cuidado, no me muevas porque esta caliente esta cosa… – Se mordió el labio inferior y dejo la bandeja con panes en la mesa, había que dejarlos enfriar por lo cual le lanzo una mirada a Madison para que no los tocara o se quemaría. Siguiente de eso tomo la bandeja donde había colocado las galletas y las metió en el horno, colocándole el reloj para que sonara después de 15 minutos. Vio como Madison comenzó a grabar con el celular y le saco la lengua en un gesto gracioso. Ella no era el tipo de joven que se cohibiera con las cámaras, había aprendido a actuar en ellas, incluso hacia poses mientras colocaba la otra bandeja en el horno y todo.
Luego vino la mención de Lucca y ella no pudo evitar reír. –¿Estás loca? ¿Rechazarme? Aun sigo preguntándome que cosa se metió esa noche para alucinar tanta mierda. ¿Viste como casi se le declaro a Werther? Fue increíble, me sorprendió que no sacara unas rosas y chocolates de su bolso para dárselas. – Negó con la cabeza, luego recordó lo que le había pasado a Lucca con el ataque y eso y se sintió mal por burlarse de él, inclusive le hizo una seña a Madison para que apagara el celular. – Que horrible lo que le sucedió en ese concierto ¿verdad?... ¿Tu estuviste ahí…? - Fue hacia uno de los panes y lo tomo para morderlo, sabía mejor de lo que ella pensaba, aun que se lo adjudicaba a que tenía mucha hambre.
Si si, los saco con cuidado, no me muevas porque esta caliente esta cosa… – Se mordió el labio inferior y dejo la bandeja con panes en la mesa, había que dejarlos enfriar por lo cual le lanzo una mirada a Madison para que no los tocara o se quemaría. Siguiente de eso tomo la bandeja donde había colocado las galletas y las metió en el horno, colocándole el reloj para que sonara después de 15 minutos. Vio como Madison comenzó a grabar con el celular y le saco la lengua en un gesto gracioso. Ella no era el tipo de joven que se cohibiera con las cámaras, había aprendido a actuar en ellas, incluso hacia poses mientras colocaba la otra bandeja en el horno y todo.
Luego vino la mención de Lucca y ella no pudo evitar reír. –¿Estás loca? ¿Rechazarme? Aun sigo preguntándome que cosa se metió esa noche para alucinar tanta mierda. ¿Viste como casi se le declaro a Werther? Fue increíble, me sorprendió que no sacara unas rosas y chocolates de su bolso para dárselas. – Negó con la cabeza, luego recordó lo que le había pasado a Lucca con el ataque y eso y se sintió mal por burlarse de él, inclusive le hizo una seña a Madison para que apagara el celular. – Que horrible lo que le sucedió en ese concierto ¿verdad?... ¿Tu estuviste ahí…? - Fue hacia uno de los panes y lo tomo para morderlo, sabía mejor de lo que ella pensaba, aun que se lo adjudicaba a que tenía mucha hambre.
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Desayuno
Ver cocinar a Harley era bastante entretenido pero aun mas era ver que a diferencia suya no quemaba nada ni hacia explotar al pobre horno. Todo sin usar magia, ¿tan sencillo podía ser? Ya con magia era algo complicado para la morena poner hasta hervir agua, eso no hablaba más de tu torpeza para sobrevivir. Se rio tratando de coger uno de los panes pero la mirada que le lanzo la hizo retroceder en medio de un puchero de niña caprichuda pero sin dejar de captar todas esas poses y caras que hacía, era entretenido. Por eso no se molesto con el gesto de que no hablaría sobre aquello que pregunto aunque eso hiciera más apetitosa la información.
Lo de Lucca era sino el suceso mas bochornoso que hasta ahora había sucedido en BK, al menos de los que llegaban a oídos de la semiveela, que se enteraba de un sinfín de rumores y otros los creaba ella misma. El amor al arte jamás tuvo exponente tan dedicaba, eso decían. – Pobre Werther, está acostumbrado a que las chicas babeen por el porqué esta súper guapísimo pero lo de Lucca no tiene nombre. Que ni crea que podrá destruir sus deseos heterosexuales – viboreo apagando su celular. Con razón nunca sintio deseos de coquetearle a Dantes, sus feromonas le avisaban que no iba por el lado correcto de acera y que perdería el tiempo.
Todo eso hubiera seguido en una conversación superficial donde hablara mal del chico por mero deporte hasta que las galletas que ahora metió al horno estuvieran listas de no ser porque menciono el tan mentado concierto. De hecho tras lo ocurrido sus abuelos le habían dicho que no mencionara que había estado presente, aunque la información se filtrara luego por algún medio de prensa mágica. Para Madison, ese tema era algo delicado de tratar y la había marcado, no traumáticamente pero si la había hecho recordar muchas cosas que pensó ya no significaban nada para ella. – De no ser por Billy créeme que ahora mismo no te estaría hablando. El me saco de ese lugar… me salvo – tal cual le había comentado a Violet cuando le pregunto.
– Solo por eso ya no lo odio por su estupidez – medio sonrió forzadamente y también cogió uno de los panes tras ver que la otra lo hacía. Tenía buena pinta, por eso no tardo en probarlo. La suave textura y el olorcillo que despedía eran bastante buenos. En eso recordó que había visto una galonera de jugo. No recordaba de quien era pero al diablo, tenía que tomar algo o se atragantaría con el pan. Estaba nerviosa – En ese concierto fueron por personas especificas. Estoy segura. Varios eran de aquí aunque ese día solo hable con Jesse y Brownie porque coincidimos en casa de Billy tras el estrago – no la miro mientras lo decía y sirvió el jugo, pasándole un vaso y bebiendo del otro. Era de naranja.
Lo de Lucca era sino el suceso mas bochornoso que hasta ahora había sucedido en BK, al menos de los que llegaban a oídos de la semiveela, que se enteraba de un sinfín de rumores y otros los creaba ella misma. El amor al arte jamás tuvo exponente tan dedicaba, eso decían. – Pobre Werther, está acostumbrado a que las chicas babeen por el porqué esta súper guapísimo pero lo de Lucca no tiene nombre. Que ni crea que podrá destruir sus deseos heterosexuales – viboreo apagando su celular. Con razón nunca sintio deseos de coquetearle a Dantes, sus feromonas le avisaban que no iba por el lado correcto de acera y que perdería el tiempo.
Todo eso hubiera seguido en una conversación superficial donde hablara mal del chico por mero deporte hasta que las galletas que ahora metió al horno estuvieran listas de no ser porque menciono el tan mentado concierto. De hecho tras lo ocurrido sus abuelos le habían dicho que no mencionara que había estado presente, aunque la información se filtrara luego por algún medio de prensa mágica. Para Madison, ese tema era algo delicado de tratar y la había marcado, no traumáticamente pero si la había hecho recordar muchas cosas que pensó ya no significaban nada para ella. – De no ser por Billy créeme que ahora mismo no te estaría hablando. El me saco de ese lugar… me salvo – tal cual le había comentado a Violet cuando le pregunto.
– Solo por eso ya no lo odio por su estupidez – medio sonrió forzadamente y también cogió uno de los panes tras ver que la otra lo hacía. Tenía buena pinta, por eso no tardo en probarlo. La suave textura y el olorcillo que despedía eran bastante buenos. En eso recordó que había visto una galonera de jugo. No recordaba de quien era pero al diablo, tenía que tomar algo o se atragantaría con el pan. Estaba nerviosa – En ese concierto fueron por personas especificas. Estoy segura. Varios eran de aquí aunque ese día solo hable con Jesse y Brownie porque coincidimos en casa de Billy tras el estrago – no la miro mientras lo decía y sirvió el jugo, pasándole un vaso y bebiendo del otro. Era de naranja.
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