Restauración
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
Re: Restauración
Aquella maldición imperdonable brotó de la boca de la joven así, natural y sin pensar, después de haber perpetuado aquel terrible hechizo vino a ella la culpa, tenía que admitir que si se excedió, no era la forma más prudente de actuar pero el enojo y el susto era tal que la única forma que encontró fue esa. Luego, para colmo de males, aquella chica pelirroja comenzó a cambiar completamente apariencia. Si estaba molesta por lo que había sucedido ahora lo estaba mucho más al darse cuenta de que esa mujer era nada más y nada menos que Odille Lovecraft. La muy desgraciada se había atrevido a meterse con ella, jugándole lo que evidentemente era una broma. Jamás había actuado contra ella por más que hubiera tenido de hacerle pasar la más vergonzosa de las situaciones, se lo había prometido a Thomas y llevó hasta ese momento a cabo su promesa, ella la había atacado abiertamente en un terreno que le beneficiaba, ¿quién era la traicionera entonces? Laise solo se defendió del ataque, quizá en cómo se dieron las cosas no eran precisamente las más adecuadas pero fue lo primero que pudo accionar en su mente.
-Tan cobardes que utilizan un disfraz para poder joderle la vida las personas…-
Respondió llena de desdén. ¿Quién se creía esa malnacida que era? ¿qué por ser prima de Marcellus no obtendría su venganza? Estaba demasiado equivocada. La vio acercarse desafiante hacia ella y simplemente se cruzó de brazos y mantuvo su vista en ella y en sus odiosos desplantes. Le daban unas tremendas ganas de barrer el suelo con ella, solo por que sí, realmente no le había hecho nada, solo era la exnovia de Thomas, el mismo estatus que ahora tenía ella, si es que se podía llamar “noviazgo” a lo que esos dos tuvieron.
-No sé qué te detiene, mosca muerta. No te importó hacerme esto enfrente de él. No le veo el caso a tu “advertencia”…- La retó. No entendía cómo o porqué le decía todo aquello a Marcellus si quién lo provocó fue ella. La detestaba, eso era un hecho pero de hecho a demostrárselo abiertamente pues jamás lo había hecho, era muy discreta con ello no por que quisiera si no por que desafortunadamente había una promesa de por medio y ahora que lo pensaba bien, ya no tenía por que mantenerla si ella tampoco tenía nada que ver con el navajo.
Fue una suerte que se hubiera ido, de lo contrario quién sabe que pudo haber pasado entre esas dos. Después del enfado vino el malestar de haber lastimado a la familia de Marcellus, odiosa o no ella era su familia y contra eso nada se podía hacer. Aceptó cualquier reclamo por parte del joven y lo llevó con aplomo, no bajaría la cabeza jamás ante nadie, además ella fue quién se lo buscó.
-No, no tengo una buena explicación, fue simplemente un impulso, además tu lo has dicho “inicialmente” parecía un accidente, es más que claro que lo hizo a propósito. Estoy perfectamente consciente de las consecuencias y cuento de antemano que esto afectará nuestra relación Marcellus pero debes saber que odio, deteeeeeeesto a tu prima, simplemente la aborrezco… se sinceró con el chico, ya no tenía caso estarse guardando toda la billis que escupía por la boca cada que recordaba a esa maldita rubia desabrida.
-Tan cobardes que utilizan un disfraz para poder joderle la vida las personas…-
Respondió llena de desdén. ¿Quién se creía esa malnacida que era? ¿qué por ser prima de Marcellus no obtendría su venganza? Estaba demasiado equivocada. La vio acercarse desafiante hacia ella y simplemente se cruzó de brazos y mantuvo su vista en ella y en sus odiosos desplantes. Le daban unas tremendas ganas de barrer el suelo con ella, solo por que sí, realmente no le había hecho nada, solo era la exnovia de Thomas, el mismo estatus que ahora tenía ella, si es que se podía llamar “noviazgo” a lo que esos dos tuvieron.
-No sé qué te detiene, mosca muerta. No te importó hacerme esto enfrente de él. No le veo el caso a tu “advertencia”…- La retó. No entendía cómo o porqué le decía todo aquello a Marcellus si quién lo provocó fue ella. La detestaba, eso era un hecho pero de hecho a demostrárselo abiertamente pues jamás lo había hecho, era muy discreta con ello no por que quisiera si no por que desafortunadamente había una promesa de por medio y ahora que lo pensaba bien, ya no tenía por que mantenerla si ella tampoco tenía nada que ver con el navajo.
Fue una suerte que se hubiera ido, de lo contrario quién sabe que pudo haber pasado entre esas dos. Después del enfado vino el malestar de haber lastimado a la familia de Marcellus, odiosa o no ella era su familia y contra eso nada se podía hacer. Aceptó cualquier reclamo por parte del joven y lo llevó con aplomo, no bajaría la cabeza jamás ante nadie, además ella fue quién se lo buscó.
-No, no tengo una buena explicación, fue simplemente un impulso, además tu lo has dicho “inicialmente” parecía un accidente, es más que claro que lo hizo a propósito. Estoy perfectamente consciente de las consecuencias y cuento de antemano que esto afectará nuestra relación Marcellus pero debes saber que odio, deteeeeeeesto a tu prima, simplemente la aborrezco… se sinceró con el chico, ya no tenía caso estarse guardando toda la billis que escupía por la boca cada que recordaba a esa maldita rubia desabrida.
- Laise Den Adel
Mensajes :
445
Re: Restauración
Marcellus sostuvo el puente de su nariz entre sus dedos anular, pulgar e índice, sintiendo un ligero dolor de cabeza empezar a formarse por todo aquel encuentro. Conociendo a Odille, no iba a escuchar el final de esto de aquí a por los menos unas cuantas semanas, después de ello se volvería mas esporádica la mención, pero nuca se iba a ir por completo, lo sabía y lo estaba empezando a visualizar para aceptarlo, lo peor de todo es que ahora Odille tenía una razón muy válida para echarle en cara su disgusto por Laise.
"Odille no es de tu agrado, lo entiendo." El termino le quedaba corto, pero Marcellus no iba a usar otro, "Evidentemente tu tampoco eres del agrado de Odille," el intercambio entre ambas había sido más que suficiente para comprobar eso, "No te estoy pidiendo, ni a ti ni a ella, que sean las mejores amigas, pero… ¿podríamos dejar a un lado las promesas de retribución absoluta? Solo quiero que se lleven civilizadamente, al menos podrían ignorarse mutuamente si lo anterior es mucho pedir…"
No le gustaba verlas pelear, ambas le importaban mucho, "Por favor…"
Tendría que pedirle lo mismo a Odille, aunque no sabía si ellas lo escucharían o si quiera lo considerarían, pero no iba a quedarse callado.
El resto de la explicación lanzó una alarma en su mente.
"Un impulso," dijo en confusión y miró a Laise con duda, "Alguien te hizo una ofensa y tu primer impulso fue lanzar una maldición imperdonable…"
Marcellus no era un desconocido a las Artes Oscuras, eran terreno familiar para el y los suyos, las conocidas y desconocidas, sin embargo eso no quería decir que fueran por la vida lanzando imperdonables en reacción automática. Miroo a la Laise, tratando de ubicar algún punto en su vida en que su amiga presentó alguna tendencia tan impulsiva, tan poco pensada o calculada.
Estaba furioso con el incidente y si bien tendría que ser partícipe de enmendar la situación de un modo u otro y no dejaría a Laise simplemente lanzar tan poco justificadas palabras como explicación, también se notaba preocupado, porque recordaba a Laise de forma diferente.
"¿Qué te pasó?"
Definitivamente algo había ocurrido y Marcellus tenía el presentimiento que había sido de un gran impacto para Laise.
"Odille no es de tu agrado, lo entiendo." El termino le quedaba corto, pero Marcellus no iba a usar otro, "Evidentemente tu tampoco eres del agrado de Odille," el intercambio entre ambas había sido más que suficiente para comprobar eso, "No te estoy pidiendo, ni a ti ni a ella, que sean las mejores amigas, pero… ¿podríamos dejar a un lado las promesas de retribución absoluta? Solo quiero que se lleven civilizadamente, al menos podrían ignorarse mutuamente si lo anterior es mucho pedir…"
No le gustaba verlas pelear, ambas le importaban mucho, "Por favor…"
Tendría que pedirle lo mismo a Odille, aunque no sabía si ellas lo escucharían o si quiera lo considerarían, pero no iba a quedarse callado.
El resto de la explicación lanzó una alarma en su mente.
"Un impulso," dijo en confusión y miró a Laise con duda, "Alguien te hizo una ofensa y tu primer impulso fue lanzar una maldición imperdonable…"
Marcellus no era un desconocido a las Artes Oscuras, eran terreno familiar para el y los suyos, las conocidas y desconocidas, sin embargo eso no quería decir que fueran por la vida lanzando imperdonables en reacción automática. Miroo a la Laise, tratando de ubicar algún punto en su vida en que su amiga presentó alguna tendencia tan impulsiva, tan poco pensada o calculada.
Estaba furioso con el incidente y si bien tendría que ser partícipe de enmendar la situación de un modo u otro y no dejaría a Laise simplemente lanzar tan poco justificadas palabras como explicación, también se notaba preocupado, porque recordaba a Laise de forma diferente.
"¿Qué te pasó?"
Definitivamente algo había ocurrido y Marcellus tenía el presentimiento que había sido de un gran impacto para Laise.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Restauración
Respiró profundamente y volvió a sentarse en la silla, preocupada por la grieta que significó ese encuentro con Odille en la relación con Marcellus. Laise había ignorado a Odille, siempre lo había hecho, cuando la veía la trataba lo menos posible para no terminar hiriéndola o algo peor. Ella fue quién cruzó la línea, quien hizo evidente el odio entre ambas, quién desató esta guerra, no Laise.
-Y así era, Marcellus. Evitaba constantemente a tu prima precisamente por eso, pero acabas de ver que fue ella quién se atrevió a cruzar esa línea, no puedo simplemente dejar esto así…- No le gustaba tener que hablar de eso con él, lo estaba poniendo en una complicada situación y eso era lo que menos quería, no podría ser tan desconsiderada con él, después de que Marcellus ha sido de las pocas personas que aun conservaban estima para ella.
Luego vino algo peor, analizó lo que él dijo y de verdad se sorprendió, esa fue su primera respuesta ante una ofensa, no lo pensó, simplemente se dejó llevar por el odio ¿Qué estaba pasando con ella? Se inclinó desde su silla y tocó su frente con ambas manos. Eso no estaba bien, ella no hacía esas cosas, prefería otro tipo de acciones para devolver las humillaciones pero jamás una maldición imperdonable. Recordó aquello de la demanda y antes de que otra cosa sucediera, conjuró un accio para levantar algunos libros, si revisaban el último hechizo en su varita sería exactamente un accio y así no tendría que ir con la justicia a dar la cara, así actuaba la verdadera Laise, astutamente y con la cabeza fría, no debió permitirse salirse de control pero ya no había nada que hacer.
Instantes después llegó la pregunta que hizo que la alemana se congelara, sintió la pregunta con mucho más contexto de lo que hubiera esperado. No sabía –o no quería aceptar- que había pasado con ella, por que de un tiempo para acá, reaccionaba tan mal.
-No lo sé y me asusta…- Hubo dos sucesos que marcaron la vida de Laise, el primero fue ver el desollamiento de Adrien Morgan frente a Auberon y Lucienne Wardwell, el presidente de la fraternidad Alpha, su mejor amigo Miles Selvagii y Werther Schweinsteiger y el otro fue aquella tortuosa noche en la que el mismo Adrien Morgan perdió la cabeza y torturó de maneras inimagibles el cuerpo y espiritú de Laise, para bien o para mal, ambos sucesos fueron olvidados por la alemana pero aún quedaban estigmas, marcas imborrables que ahora no entendía, lo que la llevó más a ese agujero negro que se estaba convirtiendo su vida era ese malsano amor por Thomas Chee, eso terminó por quebrarla.
-Y así era, Marcellus. Evitaba constantemente a tu prima precisamente por eso, pero acabas de ver que fue ella quién se atrevió a cruzar esa línea, no puedo simplemente dejar esto así…- No le gustaba tener que hablar de eso con él, lo estaba poniendo en una complicada situación y eso era lo que menos quería, no podría ser tan desconsiderada con él, después de que Marcellus ha sido de las pocas personas que aun conservaban estima para ella.
Luego vino algo peor, analizó lo que él dijo y de verdad se sorprendió, esa fue su primera respuesta ante una ofensa, no lo pensó, simplemente se dejó llevar por el odio ¿Qué estaba pasando con ella? Se inclinó desde su silla y tocó su frente con ambas manos. Eso no estaba bien, ella no hacía esas cosas, prefería otro tipo de acciones para devolver las humillaciones pero jamás una maldición imperdonable. Recordó aquello de la demanda y antes de que otra cosa sucediera, conjuró un accio para levantar algunos libros, si revisaban el último hechizo en su varita sería exactamente un accio y así no tendría que ir con la justicia a dar la cara, así actuaba la verdadera Laise, astutamente y con la cabeza fría, no debió permitirse salirse de control pero ya no había nada que hacer.
Instantes después llegó la pregunta que hizo que la alemana se congelara, sintió la pregunta con mucho más contexto de lo que hubiera esperado. No sabía –o no quería aceptar- que había pasado con ella, por que de un tiempo para acá, reaccionaba tan mal.
-No lo sé y me asusta…- Hubo dos sucesos que marcaron la vida de Laise, el primero fue ver el desollamiento de Adrien Morgan frente a Auberon y Lucienne Wardwell, el presidente de la fraternidad Alpha, su mejor amigo Miles Selvagii y Werther Schweinsteiger y el otro fue aquella tortuosa noche en la que el mismo Adrien Morgan perdió la cabeza y torturó de maneras inimagibles el cuerpo y espiritú de Laise, para bien o para mal, ambos sucesos fueron olvidados por la alemana pero aún quedaban estigmas, marcas imborrables que ahora no entendía, lo que la llevó más a ese agujero negro que se estaba convirtiendo su vida era ese malsano amor por Thomas Chee, eso terminó por quebrarla.
- Laise Den Adel
Mensajes :
445
Re: Restauración
Hizo una mueca de resignación, porque Laise tenía razón y había sido Odille quien inició todo el encuentro en la que ahora veía como una broma pesada que surgió en el momento. Tendría que hablar con ella para saber qué había pasado por su mente, además de saber si estaba bien y como se sentía al respecto, que haría y como actuaría.
Odille le importaba demasiado, era su prima, su mejor amiga, su hermana.
"Si, pero exageraste." Le dijo en voz baja, porque aún seguía impresionado que la reacción inmediata de Laise hubiese sido aquella, si hubiera sido una persona ajena a ellos, Laise ya estuviera en camino a declarar al Ministerio, el que ahora Odille estuviera con la ventana abierta para cobrar venganza no era un pensamiento reconfortante, de hecho, no estaba seguro cuál de las dos opciones era peor.
Sus movimientos y su respuesta exaltaron la alarma que ya había escuchado en su mente, Laise no se veía bien y el momento de conjurar el Accio fue precisamente para borrar el rastro del cruciatus que había realizado por un impulso.
Se acercó a ella, tomando la silla cercana y colocándola frente a Laise, agachándose para apoyar sus codos en sus piernas y buscar la mirada de Laise.
"¿Crees que puedes ubicar el punto en que las cosas empezaron a cambiar para ti?" le preguntó tratando de ser objetivo, "La bifurcación que te llevó aquí."
Se acercó un poco más, agachándose para poder encontrar la mirada de Laise, quien parecía más perdida en su pensamiento que en el momento.
"¿Qué te hicieron Laise?" se preguntó en voz alta, "¿Quién te orilló a dejar de ser tú?"
El notó que Laise había cambiado, pero no sabía en qué escala y sintió ira de que así fuera, porque entonces alguien tenía que responder por el hecho, tal vez incluso la misma Laise, pero no creía que fuera de lleno, tenía que haber influencias externas.
Odille le importaba demasiado, era su prima, su mejor amiga, su hermana.
"Si, pero exageraste." Le dijo en voz baja, porque aún seguía impresionado que la reacción inmediata de Laise hubiese sido aquella, si hubiera sido una persona ajena a ellos, Laise ya estuviera en camino a declarar al Ministerio, el que ahora Odille estuviera con la ventana abierta para cobrar venganza no era un pensamiento reconfortante, de hecho, no estaba seguro cuál de las dos opciones era peor.
Sus movimientos y su respuesta exaltaron la alarma que ya había escuchado en su mente, Laise no se veía bien y el momento de conjurar el Accio fue precisamente para borrar el rastro del cruciatus que había realizado por un impulso.
Se acercó a ella, tomando la silla cercana y colocándola frente a Laise, agachándose para apoyar sus codos en sus piernas y buscar la mirada de Laise.
"¿Crees que puedes ubicar el punto en que las cosas empezaron a cambiar para ti?" le preguntó tratando de ser objetivo, "La bifurcación que te llevó aquí."
Se acercó un poco más, agachándose para poder encontrar la mirada de Laise, quien parecía más perdida en su pensamiento que en el momento.
"¿Qué te hicieron Laise?" se preguntó en voz alta, "¿Quién te orilló a dejar de ser tú?"
El notó que Laise había cambiado, pero no sabía en qué escala y sintió ira de que así fuera, porque entonces alguien tenía que responder por el hecho, tal vez incluso la misma Laise, pero no creía que fuera de lleno, tenía que haber influencias externas.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Restauración
Las preguntas que hacía el italoamericano cada vez se tornaban más y más dificiles, no tenía idea de como responderlas, que explicación darle a todos esos radicales cambios que sufrió. Pero podría platicarle acerca de lo que tenía a la mano; la desaparición de su madre, sus continuas pesadillas, su inexplicable y desbordante pasión por Thomas, la destitución de la presidencia y su recién sanada adicción al alcohol. No quiso mirar a los ojos a Marcellus y desvió su muy turbada mirada hacia otro lado, ya no sabía si era mejor exteriorizarle todo o bien dejarlo como estaba, sin decir palabra alguna.
Sabía que había hecho mal, no podía remediarlo aunque quisiera y debía afrontar las consecuencias de todos sus actos, la disyuntiva era el porque actuó así, que historia había detrás ese comportamiento tan irascible y explosivo, tan diferente de como la recordaba Marcellus. Ella era bastante discreta, amable y un poco tímida, odiaba los chismes, prefería mil veces estar estudiando que ir a reuniones sociales, ir a Broadway al estreno del musical de temporada, reparar muñecas de porcelana o juegos de té, era triste pensar que ya no era esa chica. También tenía su carácter, podía llegar a ser desagradable pero era rarísimo que se le viera así, de hecho prefería no salir de cuarto cuando estaba de mal humor para no crearse problemas, Todo empeoró desde la desaparición de su madre y la ausencia de Lucian durante un año y los demás sucesos consiguientes.
-No lo sé, Marcellus. Siempre estoy a la defensiva y estoy cansada, no he dormido bien en meses, constantes pesadillas no me permiten descansar, estoy harta de despertarme en medio de la noche empapada en sudor a causa de estos sueños.- Sin proponerlo ya había abierto la boca, ojalá el joven tuviera la paciencia y la tolerancia para entender todo lo que salía de la boca de Laise.
-Extraño a mamá, no sé donde rayos está, si está bien, si está viva o algo, Lucian fue en su búsqueda pero fue infructuosa, la necesito Marcellus, la quiero de vuelta! Su voz se quebró y dentro de esos ojos grises profundos se formaron lágrimas, amargas y dolorosas lágrimas que solo potenciaron más su impulso de beber. En ese momento deseó con todas sus fuerzas que el amargo y fuerte sabor del whiskey pasara por su garganta para mitigar la amargura que la aquejaba.[/b][/b]
Sabía que había hecho mal, no podía remediarlo aunque quisiera y debía afrontar las consecuencias de todos sus actos, la disyuntiva era el porque actuó así, que historia había detrás ese comportamiento tan irascible y explosivo, tan diferente de como la recordaba Marcellus. Ella era bastante discreta, amable y un poco tímida, odiaba los chismes, prefería mil veces estar estudiando que ir a reuniones sociales, ir a Broadway al estreno del musical de temporada, reparar muñecas de porcelana o juegos de té, era triste pensar que ya no era esa chica. También tenía su carácter, podía llegar a ser desagradable pero era rarísimo que se le viera así, de hecho prefería no salir de cuarto cuando estaba de mal humor para no crearse problemas, Todo empeoró desde la desaparición de su madre y la ausencia de Lucian durante un año y los demás sucesos consiguientes.
-No lo sé, Marcellus. Siempre estoy a la defensiva y estoy cansada, no he dormido bien en meses, constantes pesadillas no me permiten descansar, estoy harta de despertarme en medio de la noche empapada en sudor a causa de estos sueños.- Sin proponerlo ya había abierto la boca, ojalá el joven tuviera la paciencia y la tolerancia para entender todo lo que salía de la boca de Laise.
-Extraño a mamá, no sé donde rayos está, si está bien, si está viva o algo, Lucian fue en su búsqueda pero fue infructuosa, la necesito Marcellus, la quiero de vuelta! Su voz se quebró y dentro de esos ojos grises profundos se formaron lágrimas, amargas y dolorosas lágrimas que solo potenciaron más su impulso de beber. En ese momento deseó con todas sus fuerzas que el amargo y fuerte sabor del whiskey pasara por su garganta para mitigar la amargura que la aquejaba.[/b][/b]
- Laise Den Adel
Mensajes :
445
Re: Restauración
Escuchó las palabras de Laise tratando de no exaltarse por ellas, ya que no servía de nada si el se ponía alterado o renuente, a Laise no le servía alguien que no pudiera más que decirle 'que mal', ella necesitaba soluciones y Marcellus estaba tratando de pensar en deliberaciones para proporcionarle opciones enfocadas en encontrar dichas soluciones.
Acercó la silla un poco más, casi rosando sus rodillas contra las de ella, apoyando sus manos en la orilla de la misma silla para mantener sus manos quietas y no entrar en el acto nervioso de pasárselas por el cabello una y otra vez, como era su costumbre.
"¿Ocurrió algo especifico que te hizo pasar a estar a la defensiva todo el tiempo?" le preguntó en voz suave, "Si uno o más te antagonizaron seguido, puede ser la razón por la cual cambiaste a estar en defensa sin darte cuenta, tratando de no verte vulnerada."
Miroo el libro que Laise había tomando cuando entró a la tienda, ahora olvidado sobre la mesa, ahora entendiendo un poco más porque lo quería. Se le ocurrió una idea, pero no sabía si Laise fuera a estar de acuerdo.
"Tal vez yo te puedo ayudar a buscar la raíz de las pesadillas y sellarlas," le ofreció, "Teoría de la Mente, ¿recuerdas?"
Indagar en la mente de otra persona, encontrar, sellar, canalizar un recuerdo o una idea, todo eso era posible, pero era algo muy personal, mucho más difícil de realizar si a quien se le hacía no estaba dispuesto.
Y la segunda propuesta también era complicada, "¿Qué tal te llevas con Odette y Anette?" se rehusaba a llamarle Brownie, incluso ahora. "Ambas son videntes… tal vez ellas u otro de los videntes de mi familia pueda ayudar a localizar a tu mamá."
Reluctantemente soltó la silla y temeroso de estar haciendo lo incorrecto o agitar aun mas a su amiga, abrazó a Laise de nuevo.
Acercó la silla un poco más, casi rosando sus rodillas contra las de ella, apoyando sus manos en la orilla de la misma silla para mantener sus manos quietas y no entrar en el acto nervioso de pasárselas por el cabello una y otra vez, como era su costumbre.
"¿Ocurrió algo especifico que te hizo pasar a estar a la defensiva todo el tiempo?" le preguntó en voz suave, "Si uno o más te antagonizaron seguido, puede ser la razón por la cual cambiaste a estar en defensa sin darte cuenta, tratando de no verte vulnerada."
Miroo el libro que Laise había tomando cuando entró a la tienda, ahora olvidado sobre la mesa, ahora entendiendo un poco más porque lo quería. Se le ocurrió una idea, pero no sabía si Laise fuera a estar de acuerdo.
"Tal vez yo te puedo ayudar a buscar la raíz de las pesadillas y sellarlas," le ofreció, "Teoría de la Mente, ¿recuerdas?"
Indagar en la mente de otra persona, encontrar, sellar, canalizar un recuerdo o una idea, todo eso era posible, pero era algo muy personal, mucho más difícil de realizar si a quien se le hacía no estaba dispuesto.
Y la segunda propuesta también era complicada, "¿Qué tal te llevas con Odette y Anette?" se rehusaba a llamarle Brownie, incluso ahora. "Ambas son videntes… tal vez ellas u otro de los videntes de mi familia pueda ayudar a localizar a tu mamá."
Reluctantemente soltó la silla y temeroso de estar haciendo lo incorrecto o agitar aun mas a su amiga, abrazó a Laise de nuevo.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Restauración
Dejó que fluyera el llanto cómo pocas veces lo había hecho, era bastante liberador pero sentía que necesitaba decirle todo, toda la mierda que llevaba dentro que si no la sacaba cuanto antes terminaría por pudrirla a ella también. Se llevó una mano a los ojos, cubriéndolos para evitar que Marcellus la viera aunque no tenía ningún sentido que lo hiciese. El ojimiel seguía con esas preguntas tan complicadas a las cuáles Laise no tenía respuesta alguna, de haber sabido todo desde un principio pudo haber actuado acorde a la situación, el hecho era que los sucesos más traumáticos en su vida fueron arrancados drásticamente y no tenía idea de así fue.
-Te repito que no lo sé, fue una cadena de sucesos que me orillaron a esto. La ausencia de mi madre, mi destitución de la presidencia, el conflicto con Lucian…- Se tocó la cara llena de frustración y coraje. Y ahora lo recordaba también, jamás en su vida había discutido tan terriblemente con Lucian como aquella vez en el cumpleaños de Harley. Recordó que fue ella quién provocó todo aquello llevada por los celos que le provocó que Thomas la dejara para ir a hablar con su “querida” prima, hasta ese extremo llegó, de molestarse tanto con su propio hermano por culpa de sus celos enfermizos.
Conforme pasaba el tiempo, Laise se sentía más y más desesperanzada y furiosa por no saber que hacer con su situación. Luego la voz de Marcellus la calmó.
Su pasión por la legeremagia y su compromiso se vió afectado con todo lo que pasaba, en un principio le parecía fascinante descubrir los misterios de la mente y entenderlos completamente, ahora era muy distinto, necesitaba adquirir todo el conocimiento posible para poder arrancarse esas terribles pesadillas de la mente y ver que era lo que la bloqueaba de esa forma. Asintió y le mostró el libro que yacía en la mesa.
-Hay algo dentro de mi que no está bien, Marcellus y quiero, NECESITO saber que es. Por eso mi premura de aprender sobre la legeremagia. Quiero que me ayudes, tengo tantas nebulosas en la mente que solo alguien de confianza podría desentrañar y tú eres esa persona, Marcellus.-
Las lágrimas seguían saliendo sin parar, estaba más que desconsolada, ni siquiera estando en rehabilitación logró hablar tan sinceramente como lo estaba haciendo en ese momento, de verlo de la forma poética, Laise estaba desnudando su alma frente a Marcellus. Después de llorar amargamente escuchó que quizá Brownie o su prima Odette podrían ayudarle, Laise sabía perfectamente que se refería a Brownie por “Anette” por que ese fue el motivo por el cual se conocieron, una confusión por su segundo nombre y primer nombre de la alemana.
-Brownie es mi amiga desde el instituto, a tu otra prima no la conozco aunque sé que es muy diferente a Odille y me alegra…- Había escuchado rumores sobre ella, que tenía un gusto por lo retorcido y lo siniestro digno del apellido Lovecraft y que no no se parecía en nada a su gemela, pese a que eran idénticas.
-Evangeline y Rashel la están buscando…no sé que va a pasar, si le pasa algo no me lo voy a perdonar jamás…- Lo último que habló con ella fue un “No me importa si desapareces, no te quiero cerca…” y eso la hacía sentir terriblemente mal.
-Te repito que no lo sé, fue una cadena de sucesos que me orillaron a esto. La ausencia de mi madre, mi destitución de la presidencia, el conflicto con Lucian…- Se tocó la cara llena de frustración y coraje. Y ahora lo recordaba también, jamás en su vida había discutido tan terriblemente con Lucian como aquella vez en el cumpleaños de Harley. Recordó que fue ella quién provocó todo aquello llevada por los celos que le provocó que Thomas la dejara para ir a hablar con su “querida” prima, hasta ese extremo llegó, de molestarse tanto con su propio hermano por culpa de sus celos enfermizos.
Conforme pasaba el tiempo, Laise se sentía más y más desesperanzada y furiosa por no saber que hacer con su situación. Luego la voz de Marcellus la calmó.
Su pasión por la legeremagia y su compromiso se vió afectado con todo lo que pasaba, en un principio le parecía fascinante descubrir los misterios de la mente y entenderlos completamente, ahora era muy distinto, necesitaba adquirir todo el conocimiento posible para poder arrancarse esas terribles pesadillas de la mente y ver que era lo que la bloqueaba de esa forma. Asintió y le mostró el libro que yacía en la mesa.
-Hay algo dentro de mi que no está bien, Marcellus y quiero, NECESITO saber que es. Por eso mi premura de aprender sobre la legeremagia. Quiero que me ayudes, tengo tantas nebulosas en la mente que solo alguien de confianza podría desentrañar y tú eres esa persona, Marcellus.-
Las lágrimas seguían saliendo sin parar, estaba más que desconsolada, ni siquiera estando en rehabilitación logró hablar tan sinceramente como lo estaba haciendo en ese momento, de verlo de la forma poética, Laise estaba desnudando su alma frente a Marcellus. Después de llorar amargamente escuchó que quizá Brownie o su prima Odette podrían ayudarle, Laise sabía perfectamente que se refería a Brownie por “Anette” por que ese fue el motivo por el cual se conocieron, una confusión por su segundo nombre y primer nombre de la alemana.
-Brownie es mi amiga desde el instituto, a tu otra prima no la conozco aunque sé que es muy diferente a Odille y me alegra…- Había escuchado rumores sobre ella, que tenía un gusto por lo retorcido y lo siniestro digno del apellido Lovecraft y que no no se parecía en nada a su gemela, pese a que eran idénticas.
-Evangeline y Rashel la están buscando…no sé que va a pasar, si le pasa algo no me lo voy a perdonar jamás…- Lo último que habló con ella fue un “No me importa si desapareces, no te quiero cerca…” y eso la hacía sentir terriblemente mal.
- Laise Den Adel
Mensajes :
445
Re: Restauración
No quería presionarla, Laise estaba genuinamente alterada, la veía llorar entre palabras de desesperación y movimientos cortantes y no sabía cuál era la forma correcta de hacerla sentir mejor. No justificaba lo que le había hecho Odille, probablemente nunca lo haga, pero ahora tenía una ligera confirmación de que definitivamente su reacción había sido una de muchas mal infundadas desde que al parecer sus problemas y miedos la habían alcanzado.
Tomó una de las manos de Laise en las suyas, manteniendo una calma absoluta, Laise no necesitaba que él estuviera nervioso o alterado, ella lo necesitaba firme para poder ofrecerle una ayuda sustancial.
"Puede ser difícil," le dijo en tono tranquilo, "Pero con suficiente dedicación podemos encontrar que es lo que está mal dentro de ti para que aquellos sueños te dejen en paz, para que recuperes tus noches y no te sientas que aquellos demonios te persiguen todo el tiempo."
Se había proyectado un poco, porque después de su viaje él se vio perseguido un tiempo por memorias de aquello que encontró y no fue hasta la intervención de su padre que pudo encontrar la forma de canalizarlas y librarse de la constante sobra sobre sus sueños.
Sin soltar la mano de Laise, usó su mano derecha para sacar un pañuelo de tela de su bolsillo, ofreciéndoselo para que se secara las lágrimas, en su rostro había una pequeña sonrisa, una oferta de confort mínima, pero presente.
"Brownie podría tratar de ayudar si se lo propones… o su padre, quien tiene significativamente mas experiencia…" frunció el cejo, pensando en Evangeline y Rashel, "Probablemente si lo ven necesario, Evangeline y Rashel pidan su intervención, en búsqueda de agotar todas las opciones disponibles."
Volvió a tomar la mano de Laise en ambas suyas, acercándose para hablar de cerca y con un tono de calma, esperando poder trasmitírselo.
"Podemos hacer que las cosas mejoren, de una forma u otra Laise."
Probablemente sería difícil, pero podrían hacerlo con suficiente esfuerzo.
Tomó una de las manos de Laise en las suyas, manteniendo una calma absoluta, Laise no necesitaba que él estuviera nervioso o alterado, ella lo necesitaba firme para poder ofrecerle una ayuda sustancial.
"Puede ser difícil," le dijo en tono tranquilo, "Pero con suficiente dedicación podemos encontrar que es lo que está mal dentro de ti para que aquellos sueños te dejen en paz, para que recuperes tus noches y no te sientas que aquellos demonios te persiguen todo el tiempo."
Se había proyectado un poco, porque después de su viaje él se vio perseguido un tiempo por memorias de aquello que encontró y no fue hasta la intervención de su padre que pudo encontrar la forma de canalizarlas y librarse de la constante sobra sobre sus sueños.
Sin soltar la mano de Laise, usó su mano derecha para sacar un pañuelo de tela de su bolsillo, ofreciéndoselo para que se secara las lágrimas, en su rostro había una pequeña sonrisa, una oferta de confort mínima, pero presente.
"Brownie podría tratar de ayudar si se lo propones… o su padre, quien tiene significativamente mas experiencia…" frunció el cejo, pensando en Evangeline y Rashel, "Probablemente si lo ven necesario, Evangeline y Rashel pidan su intervención, en búsqueda de agotar todas las opciones disponibles."
Volvió a tomar la mano de Laise en ambas suyas, acercándose para hablar de cerca y con un tono de calma, esperando poder trasmitírselo.
"Podemos hacer que las cosas mejoren, de una forma u otra Laise."
Probablemente sería difícil, pero podrían hacerlo con suficiente esfuerzo.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Restauración
¿Dificil? Sería casi imposible, no tenia idea de que era lo que la estaba poniendo tan mal y mientras siguiera sí, era mucho más que complicado dar un paso hacia adelante para avanzar en su situación. Cerró los ojos y trató de tranquilizarse, al sentir las manos de Marcellus entre las suyas le reconfortó, dejó salir un último sollozo para dar paso a una gran tristeza que se podía leer fácil en el rostro.
-Sé de antemano que será difícil, Marcellus. Lo que quiero es que termine, no importa cuanto tenga que sacrificar-
Quizá estaba lanzando palabra al aire que no podría cumplir, lo que le habían hecho y que ella desconocía iba mucho más allá de lo que ella misma podía soportar. Era un juego peligroso que hasta ese momento estaba decidida a jugar, cuando obtuviera las piezas perdidas de su rompecabezas mental, las cosas serían muy diferentes.
Tomó su pañuelo y limpió sus lágrimas, se quedó en un estado de sopor instantáneo, estaba mirando a la nada, tratando de organizar sus pensamientos, obligando a su cerebro a dar una pista, un indicio de que pudo haber pasado o bien por que tenía aquellos sueños.
Sin dejar su posición actual, soltó las manos del chico y las puso en su regazo, era más que claro que podían utilizar la legeremagia para poder descrubir lo que había en mente, también estaba el hecho de que quizá solo exageraba. Era muy remota la posibilidad pero Marcellus sabía como era Laise, tendía a exagerar y teatralizar todo cuanto le pasaba.
-Lo dejé en manos de Lucian. Supongo que él está agotando cada opción posible, cada recurso que el ministerio da para su búsqueda aunque no sé si sirva de algo…-
Había desesperanza en su corazón y hasta no ver a su madre con sus propios ojos no se haría ilusiones, no crearía expectativas por que la sorpresa que se llevaría podía ser espantosa.
-Realmente eso quiero creer, Marcellus pero he vivido tanto tiempo con ello que…creo que estoy llegando a la costumbre-
-Sé de antemano que será difícil, Marcellus. Lo que quiero es que termine, no importa cuanto tenga que sacrificar-
Quizá estaba lanzando palabra al aire que no podría cumplir, lo que le habían hecho y que ella desconocía iba mucho más allá de lo que ella misma podía soportar. Era un juego peligroso que hasta ese momento estaba decidida a jugar, cuando obtuviera las piezas perdidas de su rompecabezas mental, las cosas serían muy diferentes.
Tomó su pañuelo y limpió sus lágrimas, se quedó en un estado de sopor instantáneo, estaba mirando a la nada, tratando de organizar sus pensamientos, obligando a su cerebro a dar una pista, un indicio de que pudo haber pasado o bien por que tenía aquellos sueños.
Sin dejar su posición actual, soltó las manos del chico y las puso en su regazo, era más que claro que podían utilizar la legeremagia para poder descrubir lo que había en mente, también estaba el hecho de que quizá solo exageraba. Era muy remota la posibilidad pero Marcellus sabía como era Laise, tendía a exagerar y teatralizar todo cuanto le pasaba.
-Lo dejé en manos de Lucian. Supongo que él está agotando cada opción posible, cada recurso que el ministerio da para su búsqueda aunque no sé si sirva de algo…-
Había desesperanza en su corazón y hasta no ver a su madre con sus propios ojos no se haría ilusiones, no crearía expectativas por que la sorpresa que se llevaría podía ser espantosa.
-Realmente eso quiero creer, Marcellus pero he vivido tanto tiempo con ello que…creo que estoy llegando a la costumbre-
- Laise Den Adel
Mensajes :
445
Re: Restauración
Se puso de pie y buscó por el lugar, regresando con un vaso lleno de agua y se lo ofreció a Laise. Él estaba manteniendo la calma por ella, quien necesitaba una presencia sólida a su lado para poderla ayudar a sobre llevar el momento.
"Si realmente so quieres creer, aférrate a la idea," le dijo en voz baja. "Aférrate a ella hasta que el mismo universo entienda que no vas a tomar otra cosa por respuesta, obligándolos a conspirar a tu favor para que aquello que quieras creer se haga realidad, porque cuando se trata de tu propia integridad tu eres quien debe tener siempre la última palabra, sin importar lo que el mundo entero diga."
Cerró los ojos y junto las manos, colocándolas cerca de su rostro, "A veces en necesario dejar hechos e incluso personas como una página anterior de la historia de tu vida para que esto pase, a veces esas personas vuelven pero cuando ya has tornado la página, el sentir es diferente… para bien o para mal."
Bajó las manos, colocándolas en su regazo pero no abrió los ojos, "La mente es un laberinto en el que uno mismo se puede perder… aún más cuando hay influencia externa, te lo digo por experiencia."
Por herencia, su familia tendía a favorecer la locura funcional en sus hechos, pero el llegar a puntos como en el que, por ejemplo, Evan Lovecraft se encontraba era muy peligroso si salía mal.
El caso de Marcellus no había sido tan grave, pero entendía que una mente en perturbación de la cual no posees control era simplemente un arma en tu contra.
Era inaceptable, que tu propio pensar no estuviera a tu favor.
"Estoy seguro que Lucian hará todo lo que pueda, incluso mover cielo, mar y tierra, por verlos reunidos con tu madre… estoy positivamente firme de que sus amigas no descansarán hasta encontrarla y cuando eso suceda, ella estará feliz de verte."
Sé que estás sufriendo, sole della mia vita, pero recuerda que siempre estoy aquí, incluso cuando no quieres hablar conmigo, nunca olvides eso Jair.
Esas eran las palabras que su madre le había dicho el día que decidió irse a su viaje, porque necesitaba adentrarse sus raíces para recordar quien era. Esas palabras se las repitió cuando regresó y el la abrazó, disculpándose por haberse cerrado a ella por todo ese tiempo.
Ella lo había perdonado de inmediato y seguía con él con el amor incondicional de madre.
"No te dejes caer Laise… no estás sola."
"Si realmente so quieres creer, aférrate a la idea," le dijo en voz baja. "Aférrate a ella hasta que el mismo universo entienda que no vas a tomar otra cosa por respuesta, obligándolos a conspirar a tu favor para que aquello que quieras creer se haga realidad, porque cuando se trata de tu propia integridad tu eres quien debe tener siempre la última palabra, sin importar lo que el mundo entero diga."
Cerró los ojos y junto las manos, colocándolas cerca de su rostro, "A veces en necesario dejar hechos e incluso personas como una página anterior de la historia de tu vida para que esto pase, a veces esas personas vuelven pero cuando ya has tornado la página, el sentir es diferente… para bien o para mal."
Bajó las manos, colocándolas en su regazo pero no abrió los ojos, "La mente es un laberinto en el que uno mismo se puede perder… aún más cuando hay influencia externa, te lo digo por experiencia."
Por herencia, su familia tendía a favorecer la locura funcional en sus hechos, pero el llegar a puntos como en el que, por ejemplo, Evan Lovecraft se encontraba era muy peligroso si salía mal.
El caso de Marcellus no había sido tan grave, pero entendía que una mente en perturbación de la cual no posees control era simplemente un arma en tu contra.
Era inaceptable, que tu propio pensar no estuviera a tu favor.
"Estoy seguro que Lucian hará todo lo que pueda, incluso mover cielo, mar y tierra, por verlos reunidos con tu madre… estoy positivamente firme de que sus amigas no descansarán hasta encontrarla y cuando eso suceda, ella estará feliz de verte."
Sé que estás sufriendo, sole della mia vita, pero recuerda que siempre estoy aquí, incluso cuando no quieres hablar conmigo, nunca olvides eso Jair.
Esas eran las palabras que su madre le había dicho el día que decidió irse a su viaje, porque necesitaba adentrarse sus raíces para recordar quien era. Esas palabras se las repitió cuando regresó y el la abrazó, disculpándose por haberse cerrado a ella por todo ese tiempo.
Ella lo había perdonado de inmediato y seguía con él con el amor incondicional de madre.
"No te dejes caer Laise… no estás sola."
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.