¡Lo siento!
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¡Lo siento!
Las cosas con Wilhelmina no le habían salido demasiado bien a un Suberland que, demasiado tarde quizás, planeaba tratar de arreglar las cosas con la chica, con quien no había hablado desde hace meses. Le era difícil pensar cómo es que había dejado que Mina ahora lo tuviera en un concepto no demasiado bueno, pero era fácil adivinar que así era debido a las terribles miradas que le lanzaba cada que se encontraban.
Ese día en particular, Nick la había estado buscando durante gran parte de la tarde alrededor del campus, pensando que simplemente no podía dejar que pasara más tiempo ni que las cosas terminaran así. Al fin, el alpha recordó que recientemente, la chica había pasado a formar parte de la fraternidad de las épsilon, así que fue ahí directamente, lugar al que regularmente era bienvenido.
Bastó con tocar la puerta para que una de ellas, de nombre Nahomi, le hiciera pasar y le indicara la forma de llegar al dormitorio de Mina. El licántropo conversó un poco con ella, y con algunas otras epsilon que se encontraban en ese momento en el interior. Incluso tuvo que ser algo cortante, mencionando que tenía un asunto urgente de qué hablar con su nueva integrante. No debía haber ningún problema, aunque conociendo el carácter de Wilhelmina, debía ir y entrar con todas sus reservas por si definitivamente no se encontraba del mejor humor.
-Mina… ¿puedo pasar?, solo unos minutos…-, preguntó un instante antes de empujar la puerta que se encontraba abierta, y pasar de lleno al dormitorio.
Ese día en particular, Nick la había estado buscando durante gran parte de la tarde alrededor del campus, pensando que simplemente no podía dejar que pasara más tiempo ni que las cosas terminaran así. Al fin, el alpha recordó que recientemente, la chica había pasado a formar parte de la fraternidad de las épsilon, así que fue ahí directamente, lugar al que regularmente era bienvenido.
Bastó con tocar la puerta para que una de ellas, de nombre Nahomi, le hiciera pasar y le indicara la forma de llegar al dormitorio de Mina. El licántropo conversó un poco con ella, y con algunas otras epsilon que se encontraban en ese momento en el interior. Incluso tuvo que ser algo cortante, mencionando que tenía un asunto urgente de qué hablar con su nueva integrante. No debía haber ningún problema, aunque conociendo el carácter de Wilhelmina, debía ir y entrar con todas sus reservas por si definitivamente no se encontraba del mejor humor.
-Mina… ¿puedo pasar?, solo unos minutos…-, preguntó un instante antes de empujar la puerta que se encontraba abierta, y pasar de lleno al dormitorio.
- Nick Suberland
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Re: ¡Lo siento!
En menos de una hora tenía su siguiente clase, y después de eso tocaba entrenamiento con todo el equipo de quodpot de cara al partido de exhibición. Siendo honesta de la forma más egoísta posible, había agradecido que Zlatan se quedara con el puesto de capitán y no Nick, solamente porque seguía teniéndolo en muy mala percepción aunque pensándolo en frío, ella simplemente había hecho un berrinche descomunal por nada. De todos modos había sido mejor así.
Luego de dejar algunos libros en su habitación que utilizaría en la noche, volvería caminando a la facultad de ciencias políticas y sociales para hacer tiempo, así que su parada no iba a ser muy larga. Se sorprendió mucho de escuchar la voz de Nick a sus espaldas y encima, que se pasara como Juan por su casa sin siquiera preguntar
-¿Qué te pasa? ¿Qué quieres? Te voy a ver al rato en el entrenamiento así que...
"Así que vete" era la frase completa. O sea, ¿con qué cara, de verdad?. Se le quedó mirando un par de segundos entrecerrados antes de que terminara claudicando ante el maldito, ¿qué podía decir? el tipo era como una oda a la debilidad humana y ni siquiera habérselo follado parecía aminorar el impacto.
-Unos minutos, anda.
Le dijo dándole la espalda para fingir que acomodaba de nuevo las cosas en la mochila sobre su cama y así no tener que verlo de frente, por amor a la humanidad. Fuera como fuera, seguía enojada e incómoda con toda la situación que los había envuelto, aunque en cierta forma ella fuera la culpable.
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ropita del día
Luego de dejar algunos libros en su habitación que utilizaría en la noche, volvería caminando a la facultad de ciencias políticas y sociales para hacer tiempo, así que su parada no iba a ser muy larga. Se sorprendió mucho de escuchar la voz de Nick a sus espaldas y encima, que se pasara como Juan por su casa sin siquiera preguntar
-¿Qué te pasa? ¿Qué quieres? Te voy a ver al rato en el entrenamiento así que...
"Así que vete" era la frase completa. O sea, ¿con qué cara, de verdad?. Se le quedó mirando un par de segundos entrecerrados antes de que terminara claudicando ante el maldito, ¿qué podía decir? el tipo era como una oda a la debilidad humana y ni siquiera habérselo follado parecía aminorar el impacto.
-Unos minutos, anda.
Le dijo dándole la espalda para fingir que acomodaba de nuevo las cosas en la mochila sobre su cama y así no tener que verlo de frente, por amor a la humanidad. Fuera como fuera, seguía enojada e incómoda con toda la situación que los había envuelto, aunque en cierta forma ella fuera la culpable.
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ropita del día
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: ¡Lo siento!
Al fin paso de lleno a la habitación, encontrándose de inmediato con aquella actitud no muy prometedora, pero topándose también con esa esbelta figura envuelta en aquel pequeño vestido que lo invitaba a muchas cosas. Se despojó rápido de esos pensamientos, porque tenerlos mientras su vista se clavaba en sus piernas no hacía más que confirmar lo patán que había sido durante todo ese tiempo.
-Precisamente, estamos en el mismo equipo y quisiera al menos que las cosas entre nosotros mejoraran un poco-
Cerró la puerta detrás suyo, tratando de lograr que aquella conversación pudiera ser lo más privada posible (aunque no se podría evitar que alguien pegara la oreja a la puerta si es que se le pegaba la gana). Le era inevitable penar que Mina le seguía gustando demasiado, pero si de alguna forma pretendía tratar de volver a acercársele, al menos tenía que ganarse de nuevo esa confianza, o lo que fuera que había perdido aquella noche en la que se habían acostado.
-Escucha Mina, lo siento. No te lo había dicho cuando debí hacerlo desde el principio, y sé que eso me quita muchísimos puntos, pero quiero que sepas que estoy siendo lo más sincero posible, y que de verdad me agradas demasiado como para dejar que las cosas simplemente se queden así-
Buscó sentarse en la cama, haciendo apenas a un lado la mochila de Wilhelmina. Había escuchado rumores acerca de su rompimiento con Jesse, y también respecto a un posible noviazgo con Marcellus Lovecraft que muchos ya daban por hecho; pero de momento, no era su intención volver a “competir” por ganarse un espacio en su cama, lo único que necesitaba era estar en paz con ella, y sí, también consigo mismo.
-Ya se que fui bastante idiota esa vez, pero tienes que saber que nunca fue mi intención ofenderte ni mucho menos. Solo trate de ser sincero, y de contarte todo lo que me pasaba por la cabeza en el pasado respecto a nosotros. Pero es solo eso Mina, el pasado, no soy la misma persona que fui cuando estaba en Salem.
-Precisamente, estamos en el mismo equipo y quisiera al menos que las cosas entre nosotros mejoraran un poco-
Cerró la puerta detrás suyo, tratando de lograr que aquella conversación pudiera ser lo más privada posible (aunque no se podría evitar que alguien pegara la oreja a la puerta si es que se le pegaba la gana). Le era inevitable penar que Mina le seguía gustando demasiado, pero si de alguna forma pretendía tratar de volver a acercársele, al menos tenía que ganarse de nuevo esa confianza, o lo que fuera que había perdido aquella noche en la que se habían acostado.
-Escucha Mina, lo siento. No te lo había dicho cuando debí hacerlo desde el principio, y sé que eso me quita muchísimos puntos, pero quiero que sepas que estoy siendo lo más sincero posible, y que de verdad me agradas demasiado como para dejar que las cosas simplemente se queden así-
Buscó sentarse en la cama, haciendo apenas a un lado la mochila de Wilhelmina. Había escuchado rumores acerca de su rompimiento con Jesse, y también respecto a un posible noviazgo con Marcellus Lovecraft que muchos ya daban por hecho; pero de momento, no era su intención volver a “competir” por ganarse un espacio en su cama, lo único que necesitaba era estar en paz con ella, y sí, también consigo mismo.
-Ya se que fui bastante idiota esa vez, pero tienes que saber que nunca fue mi intención ofenderte ni mucho menos. Solo trate de ser sincero, y de contarte todo lo que me pasaba por la cabeza en el pasado respecto a nosotros. Pero es solo eso Mina, el pasado, no soy la misma persona que fui cuando estaba en Salem.
- Nick Suberland
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Re: ¡Lo siento!
Hizo un mohín con aquello de que las cosas mejoraran un poco. La verdad ella sabía perfectamente que ahí el disgusto había sido completamente injustificado, o que al menos no tenía sentido que le hubiera durado tanto tiempo siendo que el pasado, en el pasado se quedaba. Lo miró de reojo cuando cerraba la puerta. Si hubiera sido más paranoica se hubiera preocupado por posibles chismes nuevos pero confiaba en que sus hermanas no esparcirían un rumor solo porque sí.
Dejó de fingir que acomodaba sus cosas en la mochila como una tonta y lo miró de frente mientras hablaba. Eso sí, se había tardado muchísimo en buscarla y ella había dado por hecho que simplemente no le había importado, porque ya había obtenido lo que quería -¿qué otra cosa iba a pensar si no? –pero por alguna razón quería creerle que de verdad no había sido su intención ser un patán. Soltó un hondo suspiro y se sentó en la cama al lado de él mientras seguía con su discurso.
-Está bien, en realidad sé que no tenía motivos para enojarme, al menos no de la forma en que lo hice. Estaba a la defensiva Nick, no quería enamorarme de nadie ni ponerme como una estúpida y luego llegaste tú y todo fue diferente. Creo que en mi propia necesidad de no hacer tonterías precipitadas me agarré de cualquier excusa para detestarte en lugar de que las cosas ocurrieran al revés.
Ella también estaba siendo honesta, no solo con él sino consigo misma. No tenía caso seguir alargando esa relación tirante, como para qué. La verdad había sido esa, se había sentido tan compenetrada con Nick que le había dado miedo.
-Sí me sentí ofendida pero también admito que no debí exagerar y eso fue justo lo que hice. Debí ser más abierta entonces y no sé…
Y quizá las cosas habrían sido distintas, pero pensar en eso ya no tenía sentido. Ni siquiera le había querido tocar la mano en símbolo de paz porque de verdad era un trauma.
-No te preocupes, supongo que las cosas entre nosotros no tendrían que haber cambiado. Me disculpo también y tal.
Dejó de fingir que acomodaba sus cosas en la mochila como una tonta y lo miró de frente mientras hablaba. Eso sí, se había tardado muchísimo en buscarla y ella había dado por hecho que simplemente no le había importado, porque ya había obtenido lo que quería -¿qué otra cosa iba a pensar si no? –pero por alguna razón quería creerle que de verdad no había sido su intención ser un patán. Soltó un hondo suspiro y se sentó en la cama al lado de él mientras seguía con su discurso.
-Está bien, en realidad sé que no tenía motivos para enojarme, al menos no de la forma en que lo hice. Estaba a la defensiva Nick, no quería enamorarme de nadie ni ponerme como una estúpida y luego llegaste tú y todo fue diferente. Creo que en mi propia necesidad de no hacer tonterías precipitadas me agarré de cualquier excusa para detestarte en lugar de que las cosas ocurrieran al revés.
Ella también estaba siendo honesta, no solo con él sino consigo misma. No tenía caso seguir alargando esa relación tirante, como para qué. La verdad había sido esa, se había sentido tan compenetrada con Nick que le había dado miedo.
-Sí me sentí ofendida pero también admito que no debí exagerar y eso fue justo lo que hice. Debí ser más abierta entonces y no sé…
Y quizá las cosas habrían sido distintas, pero pensar en eso ya no tenía sentido. Ni siquiera le había querido tocar la mano en símbolo de paz porque de verdad era un trauma.
-No te preocupes, supongo que las cosas entre nosotros no tendrían que haber cambiado. Me disculpo también y tal.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: ¡Lo siento!
Darse la vuelta e ir a sentarse a su lado era, en definitiva, una buena señal; una que de hecho no se esperaba, para como él creía que iban a empezar las cosas. Se encontró con una Wilhelmina que ya no era la clásica niña caprichosa que había conocido, y hasta se sintió fuera de lugar ante aquella actitud tan abierta, como si fuera ella quien hubiera estado pensando durante mucho tiempo que terminar como lo habían hecho no era lo adecuado para ellos.
-Will, no lo sabía. Es decir, yo también pasé por algo similar, me refiero a que me sentí demasiado bien compenetrado contigo, y en ese momento me dio miedo sentirme así. No sé, la verdad es que debí buscarte y arreglar las cosas justo en el instante en el que lo eché a perder, a lo mejor así las cosas hubieran podido ser distintas-
La miró a los labios, mientras hablaba. Se sentía como un completo idiota por haber dejado pasar aquella oportunidad, y se sentía aun más por estar pensando, justo en esos momentos, en la suavidad de sus labios y en el aroma de su piel que ya una vez había podido tener tan de cerca, y todo eso mientras ella se comportaba como la chica elocuente que jamás había sido. Sonrió al pensar en eso último, y la besó.
No fue un movimiento arrebatado, ni forzado. Nick simplemente se acercó lentamente a ella, casi anunciándolo en su totalidad, y rozó los labios de Mina con los suyos de manera delicada, tomando su rostro con la palma de la mano. No era un gesto mal intencionado, ni tampoco buscaba complicarle de ninguna forma las cosas, solo significaba un movimiento imposible de evitar.
-Puedes pegarme si quieres, pero debes saber que valdría la pena si lo haces.-
-Will, no lo sabía. Es decir, yo también pasé por algo similar, me refiero a que me sentí demasiado bien compenetrado contigo, y en ese momento me dio miedo sentirme así. No sé, la verdad es que debí buscarte y arreglar las cosas justo en el instante en el que lo eché a perder, a lo mejor así las cosas hubieran podido ser distintas-
La miró a los labios, mientras hablaba. Se sentía como un completo idiota por haber dejado pasar aquella oportunidad, y se sentía aun más por estar pensando, justo en esos momentos, en la suavidad de sus labios y en el aroma de su piel que ya una vez había podido tener tan de cerca, y todo eso mientras ella se comportaba como la chica elocuente que jamás había sido. Sonrió al pensar en eso último, y la besó.
No fue un movimiento arrebatado, ni forzado. Nick simplemente se acercó lentamente a ella, casi anunciándolo en su totalidad, y rozó los labios de Mina con los suyos de manera delicada, tomando su rostro con la palma de la mano. No era un gesto mal intencionado, ni tampoco buscaba complicarle de ninguna forma las cosas, solo significaba un movimiento imposible de evitar.
-Puedes pegarme si quieres, pero debes saber que valdría la pena si lo haces.-
- Nick Suberland
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Re: ¡Lo siento!
Se encogió de hombros ante sus últimas palabras de disculpa como diciendo “ya ni modo” y es que en cierta forma así era, ya no había marcha atrás, mucho menos en ese momento en el que la fiesta Epsilon estaba tan cerca, Marcellus estaba tan cerca y ella no dejaba de pensar en el tonto de Jesse, y quizá no dejaría de hacerlo nunca. Así que todo eso no tenía ningún sentido.
En eso pensaba justamente cuando sintió sus labios sobre los de ella. La tomó por sorpresa, honestamente no se lo esperaba. Su primer impulso fue hacerlo a un lado pero el movimiento fue tan poco intrusivo que solamente acarició su cabello negro y recorrió con los dedos la forma de su mandíbula profundizando unos segundos. En realidad esperaba que le supiera a despedida, pero a una buena, por lo menos.
-No te voy a pegar. Es un truco, ¿verdad?.
Le preguntó besándolo en la mejilla y poniéndose de pie, haciendo alusión a la experiencia de esa noche en una especie de chiste privado.
-Tengo algo para ti, espera un poco…
No, no iba a desnudarse o algo por el estilo. Iba a buscar en el clóset el paquete sin abrir de guantes para golpeador que Benedikt le había mandado de Alemania, pensando que su hermana seguía jugando en la misma posición en la que había jugado en Salem. Se los tendió a Nick con una sonrisilla. No iba a darle explicaciones respecto a por qué no estaba encima de él como una loca en ese momento.
-Toma, creo que se ajustan a la talla. Te servirán para cuando sea el partido ese de exhibición, y en general para siempre, son de buena calidad. Es mi ofrenda de paz, ¿la aceptas?
En eso pensaba justamente cuando sintió sus labios sobre los de ella. La tomó por sorpresa, honestamente no se lo esperaba. Su primer impulso fue hacerlo a un lado pero el movimiento fue tan poco intrusivo que solamente acarició su cabello negro y recorrió con los dedos la forma de su mandíbula profundizando unos segundos. En realidad esperaba que le supiera a despedida, pero a una buena, por lo menos.
-No te voy a pegar. Es un truco, ¿verdad?.
Le preguntó besándolo en la mejilla y poniéndose de pie, haciendo alusión a la experiencia de esa noche en una especie de chiste privado.
-Tengo algo para ti, espera un poco…
No, no iba a desnudarse o algo por el estilo. Iba a buscar en el clóset el paquete sin abrir de guantes para golpeador que Benedikt le había mandado de Alemania, pensando que su hermana seguía jugando en la misma posición en la que había jugado en Salem. Se los tendió a Nick con una sonrisilla. No iba a darle explicaciones respecto a por qué no estaba encima de él como una loca en ese momento.
-Toma, creo que se ajustan a la talla. Te servirán para cuando sea el partido ese de exhibición, y en general para siempre, son de buena calidad. Es mi ofrenda de paz, ¿la aceptas?
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: ¡Lo siento!
Era, en efecto, una especie de despedida. No porque no planeara verla a partir de ese día, sino porque él mismo estaba consciente de que la oportunidad más clara la había tenido hace meses, no ahora. El beso lo encendió lo suficiente como para replantearse la pasividad de su nuevo acercamiento, porque el simple efecto de sus labios eran capaces de eso y de mucho más. Y sin embargo, después de despegarse de ellos le quedo completamente claro que era lo más correcto.
-Tengo que usar todos mis ases bajo la manga, ya sabes-
Bromeó un poco con ella antes de que Mina lo besara dulcemente en la mejilla, y se pusiera de pie para ir a por algo que, según ella, tenía para él. El licántropo espero en el mismo lugar, expectante por cualquier cosa que tuviera entre manos.
-Wow espera, ¿no pasa nada si se escandalizan tus hermanas de fraternidad?-.
Le volvió a sonreír antes de que le mostrara aquel regalo que, ciertamente, lo tomaba por sorpresa. Se trataba de un par de guantes para golpeador, y no cualquier par, de hecho. Eran de esos guantes que usaban los profesionales y que de verdad resultaban lo suficientemente costosos como para dudar en adquirirlos solo por el gusto. Nick, con los ojos bien abiertos y una sonrisa de incredulidad, se acercó y la abrazó sin reparo alguno.
-Oh Mina, no debería aceptarlos, ahora me siento más idiota que nunca. Pero si son una ofrenda de paz, entonces lo haré, por eso y porque definitivamente no podría vivir conmigo mismo si no lo hago, están geniales. Diablos, yo no te traje nada…-
La miró muy malintencionadamente. Sus ojos recorrieron sus labios y su cuello durante algunos excesivos segundos, y fue tan notorio que el mismo terminó por agachar la cabeza y reírse de si mismo. Seguía siendo el mismo tonto alpha que a pesar de todo, no podía dejar de ser tan torpe con esa chica en particular que desde hace tanto tiempo le robaba el aliento.
-Pero te lo voy a compensar. Ya pensaré en un regalo digno de ti para después de que ganemos ese partido-
-Tengo que usar todos mis ases bajo la manga, ya sabes-
Bromeó un poco con ella antes de que Mina lo besara dulcemente en la mejilla, y se pusiera de pie para ir a por algo que, según ella, tenía para él. El licántropo espero en el mismo lugar, expectante por cualquier cosa que tuviera entre manos.
-Wow espera, ¿no pasa nada si se escandalizan tus hermanas de fraternidad?-.
Le volvió a sonreír antes de que le mostrara aquel regalo que, ciertamente, lo tomaba por sorpresa. Se trataba de un par de guantes para golpeador, y no cualquier par, de hecho. Eran de esos guantes que usaban los profesionales y que de verdad resultaban lo suficientemente costosos como para dudar en adquirirlos solo por el gusto. Nick, con los ojos bien abiertos y una sonrisa de incredulidad, se acercó y la abrazó sin reparo alguno.
-Oh Mina, no debería aceptarlos, ahora me siento más idiota que nunca. Pero si son una ofrenda de paz, entonces lo haré, por eso y porque definitivamente no podría vivir conmigo mismo si no lo hago, están geniales. Diablos, yo no te traje nada…-
La miró muy malintencionadamente. Sus ojos recorrieron sus labios y su cuello durante algunos excesivos segundos, y fue tan notorio que el mismo terminó por agachar la cabeza y reírse de si mismo. Seguía siendo el mismo tonto alpha que a pesar de todo, no podía dejar de ser tan torpe con esa chica en particular que desde hace tanto tiempo le robaba el aliento.
-Pero te lo voy a compensar. Ya pensaré en un regalo digno de ti para después de que ganemos ese partido-
- Nick Suberland
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Re: ¡Lo siento!
-No te preocupes, claro que debes aceptarlos. Yo no les daré el uso que se merecen, así que me alegra que se queden en buenas manos. Perdón que ya no tengan la caja y solo vengan en el plástico, los mandó Ben y los abrí.
Se mordió el labio inferior y se encogió de hombros de nuevo, pidiendo disculpas por la informalidad de la ofrenda de paz, y luego se sonrojó como una idiota por su mirada penetrante. Había veces que todavía no se creía que pudiera tener “cierto efecto” en chicos como él, que siempre le habían parecido inalcanzables, ¿qué podía decir?. Y como ya estaba sintiendo que el calor le recorría todo el cuerpo y sabía que era una débil de lo peor, lo tomó por ambas muñecas y lo jaló mientras Nick hablaba sobre hacer compensaciones tras ganar el partido.
-Ok por favor ahora vete.
Le dijo con una sonrisa mientras abría la puerta y lo jalaba para sacarlo de su habitación.
-No sé, que estés aquí, mi cama libre y esas miradas…es mucho peligro y no es el mejor momento para hacerle caso a ese peligro, te lo aseguro.
Bromeó con él jalándolo con más intención. Una vez que llegaron a la puerta se paró sobre la punta de sus pies y sin tomarlo sin la nunca ni nada, atrapó el labio inferior de Nick entre sus dientes, tiró un poco de él y dejó que su mano fuera un poco entre sus piernas para una caricia osada por encima de su pantalón. Por amor de los dioses, juraba que era la última vez.
-Aprovecha bien esos guantes. Adiós, adiós, adiós, largo, tengo que ir a clase.
Un último empujón antes de reírse como si le estuviera haciendo alguna broma. Ya estaba bien Wilhelmina, por todos los cielos.
Se mordió el labio inferior y se encogió de hombros de nuevo, pidiendo disculpas por la informalidad de la ofrenda de paz, y luego se sonrojó como una idiota por su mirada penetrante. Había veces que todavía no se creía que pudiera tener “cierto efecto” en chicos como él, que siempre le habían parecido inalcanzables, ¿qué podía decir?. Y como ya estaba sintiendo que el calor le recorría todo el cuerpo y sabía que era una débil de lo peor, lo tomó por ambas muñecas y lo jaló mientras Nick hablaba sobre hacer compensaciones tras ganar el partido.
-Ok por favor ahora vete.
Le dijo con una sonrisa mientras abría la puerta y lo jalaba para sacarlo de su habitación.
-No sé, que estés aquí, mi cama libre y esas miradas…es mucho peligro y no es el mejor momento para hacerle caso a ese peligro, te lo aseguro.
Bromeó con él jalándolo con más intención. Una vez que llegaron a la puerta se paró sobre la punta de sus pies y sin tomarlo sin la nunca ni nada, atrapó el labio inferior de Nick entre sus dientes, tiró un poco de él y dejó que su mano fuera un poco entre sus piernas para una caricia osada por encima de su pantalón. Por amor de los dioses, juraba que era la última vez.
-Aprovecha bien esos guantes. Adiós, adiós, adiós, largo, tengo que ir a clase.
Un último empujón antes de reírse como si le estuviera haciendo alguna broma. Ya estaba bien Wilhelmina, por todos los cielos.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: ¡Lo siento!
Nick sonrió divertido en el momento en el que Mina lo tomaba por las muñecas y lo jaloneaba para ponerse de pié y sacarlo de la habitación. En el fondo, y a pesar del tiempo, seguía siendo la misma chica que se ruborizada al sentir esa clase de atención, y Suberland no podía más que pensar que aquello era endemoniadamente encantador.
-¿Me voy a dónde?, No quiero ir a ningún lado, ¡la estamos pasando bien!-
Se reía, mientras la chica lo empujaba y le pedía que se fuera. Dentro de toda esa tensión y ganas de perder la cabeza en su habitación, Nick creía que en realidad podían llegar a convertirse en muy buenos amigos. Una amistad que probablemente nadie podría llegar a entender dadas las circunstancias, pero él tenía intenciones de explorarlo de ese modo, de ver hasta donde era posible encariñarse con ella y por qué no, hasta intentar algo más osado en un futuro cercano.
Que le dijera textualmente que estar de ese modo era un peligro demasiado grande no podía más que subirle el ego hasta las nubes, porque se trataba de ella, la chica que actualmente era reconocida como la más atractiva en todos los sentidos de todo el campus. Al final, dejó que Mina atrapara su labio inferior entre sus dientes, mientras sentía aquella caricia furtiva que le haría desear llamar a la misma puerta durante los siguientes días o semanas.
-Mina, eso fue malvado!, voy a dejar mi puerta abierta por si te lo piensas bien y decides dejar de solo torturarme
Gritó Nick, ya cuando la puerta estaba cerrada, sin importar que las otras épsilon le escucharan. Y luego de eso partió en retirada, llevándose consigo un buen regalo, no pensando precisamente en ese par de guantes.
-¿Me voy a dónde?, No quiero ir a ningún lado, ¡la estamos pasando bien!-
Se reía, mientras la chica lo empujaba y le pedía que se fuera. Dentro de toda esa tensión y ganas de perder la cabeza en su habitación, Nick creía que en realidad podían llegar a convertirse en muy buenos amigos. Una amistad que probablemente nadie podría llegar a entender dadas las circunstancias, pero él tenía intenciones de explorarlo de ese modo, de ver hasta donde era posible encariñarse con ella y por qué no, hasta intentar algo más osado en un futuro cercano.
Que le dijera textualmente que estar de ese modo era un peligro demasiado grande no podía más que subirle el ego hasta las nubes, porque se trataba de ella, la chica que actualmente era reconocida como la más atractiva en todos los sentidos de todo el campus. Al final, dejó que Mina atrapara su labio inferior entre sus dientes, mientras sentía aquella caricia furtiva que le haría desear llamar a la misma puerta durante los siguientes días o semanas.
-Mina, eso fue malvado!, voy a dejar mi puerta abierta por si te lo piensas bien y decides dejar de solo torturarme
Gritó Nick, ya cuando la puerta estaba cerrada, sin importar que las otras épsilon le escucharan. Y luego de eso partió en retirada, llevándose consigo un buen regalo, no pensando precisamente en ese par de guantes.
- Nick Suberland
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