Food Supplies
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ropilla
Solamente a la cafetería del ministerio de magia se le ocurría ordenar los suministros de cupcakes mágicos en viernes por la tarde, Harley pensó que posiblemente el gerente no tenía nada mejor que hacer o era el día en que la mayoría de los departamentos salía temprano y no había tanta afluencia de gente. Aun así no podían negarse, la venta a lugares como esos les suponían una gran ganancia y además Mina la había mandado por que ella estaba ocupada haciendo un inventario o algo así en la tienda; Harley no tenía la menor idea de finanzas o movimientos para administrar una tienda, ella solamente se encargaba de las recetas y todos y cada uno de los cupcakes tenían una parte de ella, no literal por supuesto.
Entonces… ¿Cómo va la vida Petunia? – Harley usualmente era muy parlanchina, se recargó sobre el mostrador mientras los elfos entraban a la cafetería con varias cajas de cupcakes y la mujer le hacia una nota de entrega, la mujer no la saludó ni respondió por supuesto, la odiaba en secreto por que ni siquiera se llamaba Petunia, pero se había cansado de corregirla una y otra vez así que mejor ya la dejaba.
Bueno, creo que eso sería todo ¿Verdad? ¿Me das uno de esos subs? Debo esperar a alguien… - Si, aun le parecía raro decir “mi esposo” o incluso “mi novio”, intento también decirle “El tipo que me sostuvo el cabello mientras vomitaba por las mañanas durante nueve meses” pero era muy largo. Tamborileó los dedos sobre el mostrador un poco impaciente, Werther debía terminar su papeleo por ahí dentro de una hora aproximadamente así que tenía que encontrar una manera de matar el tiempo, de hecho justamente estaba sacando su teléfono de celular cuando le pareció ver a alguien conocido sentado a unas mesas.
No, no era una loca ni nada (no diagnosticada al menos), pero no quería estar esperando sola durante una hora, así que al reconocer a Jordan (una amiga de Mina y cliente de la cupcakeria) tomó su subway y se acercó a ella, para saludar y para matar el tiempo con alguien.
Hey, hola ¿Estas ocupada? ¿Puedo sentarme? ¿Te arruino una cita si te hago compañía un rato? – Si, eran mil preguntas a mil por hora, pero antes de que ella respondiera Harley ya estaba sentándose enfrente. Estaba despeinada y tenía unos pantalones de mezclilla rotos por las rodillas y las piernas, si, parecía una joven muy alternativa en su forma de vestir, más aun con la camiseta blanca que decía: " Si lees esto es muy tarde para huir".
¿Si me recuerdas verdad? Harley, de la cupcakeria de Mina. - Por que ella la recordaba, Harley tenía muy buena memoria, a veces...
Solamente a la cafetería del ministerio de magia se le ocurría ordenar los suministros de cupcakes mágicos en viernes por la tarde, Harley pensó que posiblemente el gerente no tenía nada mejor que hacer o era el día en que la mayoría de los departamentos salía temprano y no había tanta afluencia de gente. Aun así no podían negarse, la venta a lugares como esos les suponían una gran ganancia y además Mina la había mandado por que ella estaba ocupada haciendo un inventario o algo así en la tienda; Harley no tenía la menor idea de finanzas o movimientos para administrar una tienda, ella solamente se encargaba de las recetas y todos y cada uno de los cupcakes tenían una parte de ella, no literal por supuesto.
Entonces… ¿Cómo va la vida Petunia? – Harley usualmente era muy parlanchina, se recargó sobre el mostrador mientras los elfos entraban a la cafetería con varias cajas de cupcakes y la mujer le hacia una nota de entrega, la mujer no la saludó ni respondió por supuesto, la odiaba en secreto por que ni siquiera se llamaba Petunia, pero se había cansado de corregirla una y otra vez así que mejor ya la dejaba.
Bueno, creo que eso sería todo ¿Verdad? ¿Me das uno de esos subs? Debo esperar a alguien… - Si, aun le parecía raro decir “mi esposo” o incluso “mi novio”, intento también decirle “El tipo que me sostuvo el cabello mientras vomitaba por las mañanas durante nueve meses” pero era muy largo. Tamborileó los dedos sobre el mostrador un poco impaciente, Werther debía terminar su papeleo por ahí dentro de una hora aproximadamente así que tenía que encontrar una manera de matar el tiempo, de hecho justamente estaba sacando su teléfono de celular cuando le pareció ver a alguien conocido sentado a unas mesas.
No, no era una loca ni nada (no diagnosticada al menos), pero no quería estar esperando sola durante una hora, así que al reconocer a Jordan (una amiga de Mina y cliente de la cupcakeria) tomó su subway y se acercó a ella, para saludar y para matar el tiempo con alguien.
Hey, hola ¿Estas ocupada? ¿Puedo sentarme? ¿Te arruino una cita si te hago compañía un rato? – Si, eran mil preguntas a mil por hora, pero antes de que ella respondiera Harley ya estaba sentándose enfrente. Estaba despeinada y tenía unos pantalones de mezclilla rotos por las rodillas y las piernas, si, parecía una joven muy alternativa en su forma de vestir, más aun con la camiseta blanca que decía: " Si lees esto es muy tarde para huir".
¿Si me recuerdas verdad? Harley, de la cupcakeria de Mina. - Por que ella la recordaba, Harley tenía muy buena memoria, a veces...
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Food Supplies
Outfit
Le zurraba, le defecaba. Le laxaba ir al Ministerio, sobre todo cuando se trataba de arreglar los papeles de Gregory. No sabía cuántas veces había tenido que ir ella a convencer al becario que trabajaba en el Departamento de Seguridad Mágica para que le sellara una dispensación por los disturbios causados en la Universidad por parte de Gregory Mayer. Así no pasaba por otras manos y su hermanito podía volver a estudiar como si nada hasta que volviera a meter la pata y tuviera que aceptarle otra cerveza u otro café al rubio chistoso a cambio de un sello. Ser una semi-veela tenía sus ventajas y sus desventajas. Como su madre bien le había enseñado, tenía que aprender a distinguir entre atracción genuina y la que era producida por sus genes casi mitológicos. El becario, estaba claro, tenía una especie de infatuación con ella que se reducía a eso, algo efímero que no pasaría a nada más. Por tanto, si se bebía una cerveza con él en el bar más próximo, estaba segura que sería eso y nada más. Quizá se vería obligada a hablar de lo que había hecho últimamente, entre otras nimiedades, pero salía de ahí con un oficio que constataba que lo que su hermano había hecho eran agravios menores que no merecían la suspensión o expulsión del pelirrojo.
Y como todas las veces que tenía que ir, ahora no le quedaba de otra que esperar la hora de salida de su “cita” en la cafetería. Mientras se hacía a la idea de repetir la monótona rutina, sacó su celular para mandarle un mensaje a Gregory:
Pulsó “enviar” y guardó el móvil en el bolso marrón que flotaba en el aire por medio de un encantamiento. No tardó en mirar hacia el frente cuando ya tenía a una muchacha rubia y de pinta desgastada enfrente. Jordan la reconoció: era la chica de la cupcakería que la atendía cuando compraba los biscochos que llevaba para el club de lectura o sus reuniones de té. En muchas maneras era reverendamente mamerta y le gustaba mantener ciertas tradiciones inglesas aun estando en Basett-Knapp Valley. No pudo decir nada dada la sarta de preguntas que soltó la muchacha. Cuando terminó de soltar el interrogatorio de loca, Jordan pudo contestar.
— No, no estoy ocupada. Sí, puedes sentarte aunque… pues ya lo hiciste. No, no me arruinas la cita y sí, sí te recuerdo, Harley—. Comentó con suficiente paciencia; para Jordan, esa muchacha tenía una especie de personalidad que le llevaba a pensar que sufría de ansiedad o alguna cosa parecida, quizá consumía demasiada azúcar de sus propios cupcakes; observó a los duende ir y venir con cajas de productos de la ya mencionada panadería de Mina — ¿Haciendo labor de lechuza? —. Inquirió alzando una ceja al ver la numerosa cantidad de producto que había llegado.
Le zurraba, le defecaba. Le laxaba ir al Ministerio, sobre todo cuando se trataba de arreglar los papeles de Gregory. No sabía cuántas veces había tenido que ir ella a convencer al becario que trabajaba en el Departamento de Seguridad Mágica para que le sellara una dispensación por los disturbios causados en la Universidad por parte de Gregory Mayer. Así no pasaba por otras manos y su hermanito podía volver a estudiar como si nada hasta que volviera a meter la pata y tuviera que aceptarle otra cerveza u otro café al rubio chistoso a cambio de un sello. Ser una semi-veela tenía sus ventajas y sus desventajas. Como su madre bien le había enseñado, tenía que aprender a distinguir entre atracción genuina y la que era producida por sus genes casi mitológicos. El becario, estaba claro, tenía una especie de infatuación con ella que se reducía a eso, algo efímero que no pasaría a nada más. Por tanto, si se bebía una cerveza con él en el bar más próximo, estaba segura que sería eso y nada más. Quizá se vería obligada a hablar de lo que había hecho últimamente, entre otras nimiedades, pero salía de ahí con un oficio que constataba que lo que su hermano había hecho eran agravios menores que no merecían la suspensión o expulsión del pelirrojo.
Y como todas las veces que tenía que ir, ahora no le quedaba de otra que esperar la hora de salida de su “cita” en la cafetería. Mientras se hacía a la idea de repetir la monótona rutina, sacó su celular para mandarle un mensaje a Gregory:
Está hecho. La próxima vez que se te ocurra hacer una estupidez, te juro que yo voy a ser la que te reviente la cara y no Clive. Y no, no me voy a detener ni porque estés con la abuela Jeanne, si me deshereda me importa un carajo con tal de que te quede claro que no vuelvo a venir por tus niñerías.
Pulsó “enviar” y guardó el móvil en el bolso marrón que flotaba en el aire por medio de un encantamiento. No tardó en mirar hacia el frente cuando ya tenía a una muchacha rubia y de pinta desgastada enfrente. Jordan la reconoció: era la chica de la cupcakería que la atendía cuando compraba los biscochos que llevaba para el club de lectura o sus reuniones de té. En muchas maneras era reverendamente mamerta y le gustaba mantener ciertas tradiciones inglesas aun estando en Basett-Knapp Valley. No pudo decir nada dada la sarta de preguntas que soltó la muchacha. Cuando terminó de soltar el interrogatorio de loca, Jordan pudo contestar.
— No, no estoy ocupada. Sí, puedes sentarte aunque… pues ya lo hiciste. No, no me arruinas la cita y sí, sí te recuerdo, Harley—. Comentó con suficiente paciencia; para Jordan, esa muchacha tenía una especie de personalidad que le llevaba a pensar que sufría de ansiedad o alguna cosa parecida, quizá consumía demasiada azúcar de sus propios cupcakes; observó a los duende ir y venir con cajas de productos de la ya mencionada panadería de Mina — ¿Haciendo labor de lechuza? —. Inquirió alzando una ceja al ver la numerosa cantidad de producto que había llegado.
- Jordan F. Mayer
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Re: Food Supplies
Harley se le quedo mirando unos segundos, posiblemente por esa aura de semi veela que la rodeaba. Reconocía muy bien ese sentimiento de estar frente a una semi veela, su madre y su hermana compartían ese halo místico, ella como si fuera un bicho extraño nunca había sentido que hubiese una gota de sangre de beldad en sus venas. Fue un poco de salami que se cayó de su subway el que la hizo reaccionar y salir de ese control que la semi veela ejercía sobre ella, luego sonrió de lado y le dio una mordida al pan y lo que quedaba ahí de carnes frías.
Bueno, siempre podías decirme que me fuera. No hay nada escrito en piedra en este mundo - ¿Modales? Oh claro que si tenía modales, pero curiosamente cuando estaba frente a personas como Jordan, elegantes, de esos que parecían los habían atado a una silla de pequeños para que aprendieran a sentarse y comportarse, como que algo en ella hacia switch y cualquier gracia y remedo de buenas costumbres se iban al caño. Evangeline, si madre, una mujer muy recta y refinada podía atestiguar como cada intento por hacer de su hija una joven de bien había fracasado estrepitosamente
Sonrió torpe y se limpió los labios con el dorso de la mano al ver a los elfos ir y venir con cajas. Dejó mejor el pan en la mesa y se sacudió las manos mientras asentía con la cabeza.
Si, bueno es que Mina tenía pendientes en la tienda y yo de igual manera estoy esperando por alguien aquí en el ministerio. Eso llamo yo matar dos pájaros de un tiro. Debí aprovechar y darte las dotaciones para tu club de... ¿Lectura? No recuerdo bien que era pero si pareces una de esas personas que lee mucho. - Harley era muy visual así que se apoyaba con ademanes para acentuar las palabras importantes, como cuando habló de ella la señalo con ambas manos. Si era muy bonita.
¿Y tu? Créeme si querías comer en algún lugar la cafetería del ministerio no era la opción. -Este Subway sabe asqueroso - Le susurró esas palabras aun que era obvio que la encargada la había escuchado, Harley la saludó desde la lejanía y podría haber jurado que la mujer le hizo una seña disimuladamente obscena y se volteo hacia otro lado. Harley no contaba con un filtro al parecer, siempre decía lo primero que pensaba con las personas.
Bueno, siempre podías decirme que me fuera. No hay nada escrito en piedra en este mundo - ¿Modales? Oh claro que si tenía modales, pero curiosamente cuando estaba frente a personas como Jordan, elegantes, de esos que parecían los habían atado a una silla de pequeños para que aprendieran a sentarse y comportarse, como que algo en ella hacia switch y cualquier gracia y remedo de buenas costumbres se iban al caño. Evangeline, si madre, una mujer muy recta y refinada podía atestiguar como cada intento por hacer de su hija una joven de bien había fracasado estrepitosamente
Sonrió torpe y se limpió los labios con el dorso de la mano al ver a los elfos ir y venir con cajas. Dejó mejor el pan en la mesa y se sacudió las manos mientras asentía con la cabeza.
Si, bueno es que Mina tenía pendientes en la tienda y yo de igual manera estoy esperando por alguien aquí en el ministerio. Eso llamo yo matar dos pájaros de un tiro. Debí aprovechar y darte las dotaciones para tu club de... ¿Lectura? No recuerdo bien que era pero si pareces una de esas personas que lee mucho. - Harley era muy visual así que se apoyaba con ademanes para acentuar las palabras importantes, como cuando habló de ella la señalo con ambas manos. Si era muy bonita.
¿Y tu? Créeme si querías comer en algún lugar la cafetería del ministerio no era la opción. -Este Subway sabe asqueroso - Le susurró esas palabras aun que era obvio que la encargada la había escuchado, Harley la saludó desde la lejanía y podría haber jurado que la mujer le hizo una seña disimuladamente obscena y se volteo hacia otro lado. Harley no contaba con un filtro al parecer, siempre decía lo primero que pensaba con las personas.
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Food Supplies
Jordan tenía que aceptar una cosa: no tenía muchos amigos porque era realmente odiosa. Era del tipo de mujer que se vestía no para impresionar, sino para dejar en claro que la elegancia la traía en la sangre y estaba hecha para caminar en atuendos que le hicieran justicia. Por eso siempre llevaba accesorios o ropa de buenas marcas, a veces incluso de diseñador. Estar arreglada y pulcra, era base en ella. No discriminaba a quienes no lo hacían, de hecho le parecía interesante tener conocidos, compañeros y amigos tan variopintos como fuera posible. No obstante, ella jamás había dejado de ser ella misma, así como se vestía, así como actuaba y se maquillaba. Y a pesar de ser, la verdad, bastante sencilla, su apariencia y algunas actitudes tendían a provocar que la gente lo malinterpretara. Jordan era bastante buena persona en general. Por eso, de una forma u otra, la gente tendía a no acercársele, así que tomó la iniciativa de Harley como algo inusual. Inusual pero agradable. Sonrió ante la respuesta de su ahora compañera y negó suavemente con la cabeza.
— No, por favor. Estamos en un país libre. El de las oportunidades. Tú viste una y la tomaste. Estás al inicio de cumplir el sueño americano —. Contestó como una mofa ante la actitud de Harley; estaba claro que a ella no le molestaba compartir la mesa, es más, tampoco le importaría invitarla a largarse de ahí si no fuera por el rubio chistoso al que esperaba, nada le molestaba en esos momentos, la presencia misma de la repostera le reconfortaba al no tener que quedarse una hora como maldita ostra distrayéndose con el vuelo de las moscas, no obstante, de nuevo, esa impresión que daba de ser recta y mamerta, la llevaban a malinterpretaciones.
De su bolso extrajo, esta vez, una cajetilla de cigarros de una marca poco conocida. Extrajo un pitillo, le tronó la burbuja de saborizante en el filtro y lo encendió para comenzar a fumar; la cajetilla la dejó en la mesa como una invitación abierta a que la rubia se sirviera si se le antojaba. La nicotina le supo ligeramente como a frutos rojos, o chicle, no estaba segura. Eran cigarros para mujeres, de eso no quedaba duda. Para mujeres y su hermano Bruce, que gustaba también de ellos. Terminadas dos caladas más, golpeó el cigarro ligeramente provocando que la ceniza cayera al aire y se desvaneciera en el aire al igual que el humo.
— ¿Ah sí? Yo también espero a alguien —. Respondió y miró hacia las escaleras donde debía aparecer el becario — Me cagan las citas, pero es un favor… me tienen de los ovarios, casi literalmente —. Agregó y volvió a fumar, luego sonrió al ver que la chica realmente ponía atención a lo que acontecía con ella misma — Club de Lectura… y de Té. Deberías venir un día, estaría divers. Medio comentamos los libros, la mayor parte del tiempo nos la pasamos cotilleando y diciendo estupidez y media. El té normalmente es adulterado. — Alcohol, estupideces y chismes, tres palabras que creaban el gancho perfecto para cualquiera — No te preocupes, luego paso a la tienda. No te haría cargar una caja más de cupcakes en Viernes, eso es no tener consideración por la vida social ajena —. Se rió y observó el subway de Harley, en verdad no parecía apetitoso, pero la comida del Ministerio era famosa por saber igual que la de un hospital muggle — ¿Comer? ¿Aquí? No estoy demente. Sin ofender. Deberías haber esperado, esa cosa te va a enfermar ¿sabes? —. Le dio la razón porque, para fines prácticos, la tenía; miró a la dependienta hacerle una seña obscena a la rubia y ella aprovechó para mandarle un beso y guiñarle el ojo, quizá con eso se le apaciguaba el mal humor que parecía emanar.
— No, por favor. Estamos en un país libre. El de las oportunidades. Tú viste una y la tomaste. Estás al inicio de cumplir el sueño americano —. Contestó como una mofa ante la actitud de Harley; estaba claro que a ella no le molestaba compartir la mesa, es más, tampoco le importaría invitarla a largarse de ahí si no fuera por el rubio chistoso al que esperaba, nada le molestaba en esos momentos, la presencia misma de la repostera le reconfortaba al no tener que quedarse una hora como maldita ostra distrayéndose con el vuelo de las moscas, no obstante, de nuevo, esa impresión que daba de ser recta y mamerta, la llevaban a malinterpretaciones.
De su bolso extrajo, esta vez, una cajetilla de cigarros de una marca poco conocida. Extrajo un pitillo, le tronó la burbuja de saborizante en el filtro y lo encendió para comenzar a fumar; la cajetilla la dejó en la mesa como una invitación abierta a que la rubia se sirviera si se le antojaba. La nicotina le supo ligeramente como a frutos rojos, o chicle, no estaba segura. Eran cigarros para mujeres, de eso no quedaba duda. Para mujeres y su hermano Bruce, que gustaba también de ellos. Terminadas dos caladas más, golpeó el cigarro ligeramente provocando que la ceniza cayera al aire y se desvaneciera en el aire al igual que el humo.
— ¿Ah sí? Yo también espero a alguien —. Respondió y miró hacia las escaleras donde debía aparecer el becario — Me cagan las citas, pero es un favor… me tienen de los ovarios, casi literalmente —. Agregó y volvió a fumar, luego sonrió al ver que la chica realmente ponía atención a lo que acontecía con ella misma — Club de Lectura… y de Té. Deberías venir un día, estaría divers. Medio comentamos los libros, la mayor parte del tiempo nos la pasamos cotilleando y diciendo estupidez y media. El té normalmente es adulterado. — Alcohol, estupideces y chismes, tres palabras que creaban el gancho perfecto para cualquiera — No te preocupes, luego paso a la tienda. No te haría cargar una caja más de cupcakes en Viernes, eso es no tener consideración por la vida social ajena —. Se rió y observó el subway de Harley, en verdad no parecía apetitoso, pero la comida del Ministerio era famosa por saber igual que la de un hospital muggle — ¿Comer? ¿Aquí? No estoy demente. Sin ofender. Deberías haber esperado, esa cosa te va a enfermar ¿sabes? —. Le dio la razón porque, para fines prácticos, la tenía; miró a la dependienta hacerle una seña obscena a la rubia y ella aprovechó para mandarle un beso y guiñarle el ojo, quizá con eso se le apaciguaba el mal humor que parecía emanar.
- Jordan F. Mayer
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Re: Food Supplies
Harley por el contrario, no tenía muchos amigos principalmente porque tenía una forma de ser que pocos soportaban. Parecía que nunca tomaba nada con seriedad, siempre actuando de una manera irreverente y sobre todo diciendo las cosas directamente sin importar lo crueles que pudieran ser. No lo hacía con el afán de herir a los otros, jamás lo hacía así, lo que sucedía es que ella no tenía un filtro para las palabras y casi siempre cargo con ese estigma en su vida. Afortunadamente hablar con alguien nuevo o conocer personas no se le dificultaba en lo absoluto, agradeció eso estando frente a Jordan, parecía además de hermosa, agradable (Aun que Harley siempre trastornaba la realidad a su conveniencia).
Cuando le ofreció de sus cigarros Harley puso una sonrisa en los labios y aceptó uno dejando de lado los restos de ese subway malo. Tomó el cigarrillo con las manos y luego presionó la burbuja que tenía dentro igual que como Jordan lo había hecho. Lo encendió y pareció relajarse enseguida que le dio la primera calada.
¿Una cita? ¿Tu novio o algo así? ¿Por qué las odias? Bueno la verdad yo solo recuerdo haber tenido solo una cita en la historia de mi vida, pero si supongo que si es por hacerle el favor a alguien debe apestar. ¿Es feo? ¿Quieres huir? Conozco un bar aquí cerca. - No bromeaba, en ninguna de las frases antes mencionadas. Si había tenido una sola cita en su vida, con Werther. Si conocía un bar ahí cerca, servían buenas bebidas pero justamente los fines de semana estaban a reventar por los magos que salían del ministerio.
No, en realidad no tengo mucho tiempo – Respondió con una sonrisa a su invitación al club de lectura - Estoy en la escuela, en primer semestre de música, trabajo medio tiempo en la tienda de cupcakes y tengo un hijo pequeño que estoy segura no apreciará el valor de una buena lectura que no me implique haciendo sonidos de animales. - Era cierto, a Bastian le gustaban mucho esos libros que Mina le había conseguido. – Pero gracias por la invitación, lo tendré en cuenta. ¿Tienes mucho tiempo en ese club?
Había algo, no sabía exactamente qué pero le hacía querer platicar con Jordan, nuevamente lo adjudico a esa aura de semi veela. Puso los codos sobre la mesa y se inclinó hacia adelante asintiendo con la cabeza.
Es que tenía hambre. ¿Enserio no quieres ir a ese bar? Sirven buenos aperitivos. Además seguro tu cita te puede alcanzar ahí, si trabaja en el ministerio seguramente lo conoce. Anda, no voy a secuestrarte, ni siquiera sabría a quién pedir el rescate.
Cuando le ofreció de sus cigarros Harley puso una sonrisa en los labios y aceptó uno dejando de lado los restos de ese subway malo. Tomó el cigarrillo con las manos y luego presionó la burbuja que tenía dentro igual que como Jordan lo había hecho. Lo encendió y pareció relajarse enseguida que le dio la primera calada.
¿Una cita? ¿Tu novio o algo así? ¿Por qué las odias? Bueno la verdad yo solo recuerdo haber tenido solo una cita en la historia de mi vida, pero si supongo que si es por hacerle el favor a alguien debe apestar. ¿Es feo? ¿Quieres huir? Conozco un bar aquí cerca. - No bromeaba, en ninguna de las frases antes mencionadas. Si había tenido una sola cita en su vida, con Werther. Si conocía un bar ahí cerca, servían buenas bebidas pero justamente los fines de semana estaban a reventar por los magos que salían del ministerio.
No, en realidad no tengo mucho tiempo – Respondió con una sonrisa a su invitación al club de lectura - Estoy en la escuela, en primer semestre de música, trabajo medio tiempo en la tienda de cupcakes y tengo un hijo pequeño que estoy segura no apreciará el valor de una buena lectura que no me implique haciendo sonidos de animales. - Era cierto, a Bastian le gustaban mucho esos libros que Mina le había conseguido. – Pero gracias por la invitación, lo tendré en cuenta. ¿Tienes mucho tiempo en ese club?
Había algo, no sabía exactamente qué pero le hacía querer platicar con Jordan, nuevamente lo adjudico a esa aura de semi veela. Puso los codos sobre la mesa y se inclinó hacia adelante asintiendo con la cabeza.
Es que tenía hambre. ¿Enserio no quieres ir a ese bar? Sirven buenos aperitivos. Además seguro tu cita te puede alcanzar ahí, si trabaja en el ministerio seguramente lo conoce. Anda, no voy a secuestrarte, ni siquiera sabría a quién pedir el rescate.
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Food Supplies
Que el diablo la librara de ser novia del becario. Era soso, extremadamente soso y no hablaba de otra cosa que no fuese economía, la bolsa mágica de valores y cualquier pendejada con cifras. Una vez estuvo a punto de dormirse con una pequeña clase –porque a esa plática no se le podía llamar plática propiamente– que algo tenía que ver con análisis de fortalezas y macroeconomía; de no ser porque se quemó con la punta del cigarro la mano, seguramente habría dado un frentazo directo en la barra del bar. Después de eso había tenido que llegar al departamento a romperle la cara a Gregory por haberla obligado a pasar dos horas de su tiempo calentando un asiento de madera, aburrida hasta el tuétano. A veces, cuando se encontraba muy molesta y se desquitaba con alguien, tendía a tener actitudes de hombre. Desventajas de criarse entre puro macho. Jordan volvió a fumar cuando Harley soltó más preguntas, realmente le provocaba cierta ternura esa muchacha con déficit de atención o algo. Bufó y miró de nuevo hacia las escaleras, luego señaló con el cigarro hacia las mismas.
— Un becario. ¿Has visto a un niño rubio que es como secretario de piso en el Departamento de Seguridad? Es robusto y chistoso —. Intentó describirlo, pero era imposible no hacerlo sin la palabra “chistoso” de por medio — He salido como cinco veces con él. No me gusta, de hecho me aburre. Pero tengo que hacerlo como un favor a uno de mis hermanos… larga historia —. Dio una calada honda que le llenó los pulmones y le supo a gloria; la propuesta de ir a un bar le hizo agua la boca tan solo de pensar en la cerveza espesa, se mordió el labio, pensando si no le saldría el tiro por la culata si decidía dejarle una nota al becario para que la alcanzara ahí. Pensó un poco más. Luego el tema se zanjó por un poco.
Le sorprendía que Harley tuviera un hijo con tan joven pinta. Le calculaba unos veintipico, quizá hasta de su edad, poco menos. Ella misma no podía imaginarse con un niño en esos momentos. No era nada maternal y su espíritu liberal le prohibía no cuidarse cuando se le antojaba follar con alguien. Su padre le había dado, al cumplir los quince, la receta de un anticonceptivo mágico, una pócima, que no dejaba pasar nada al útero. Le había servido muy bien los últimos nueve años. No hizo gesto de disgusto, cada quién vivía su vida como ésta les daba oportunidad. Y no la juzgaba. Simplemente ella no podría soportar la idea de embarazarse y parir y… No, simplemente no.
— Qué valiente. Yo no soporto a los niños, creo que hasta me odian —. Bromeó y dio golpes a su cigarrillo para eliminar la ceniza — Yo lo fundé. Es una tontería. Tiene mucho que no he regresado a Londres y me sentía nostálgica. Se me ocurrió juntar a algunas de mis compañeras de fraternidad y hacer un club de lectura y de té. Realmente no es nada, nos ponemos borrachas, fumamos mucho y platicamos de cualquier cosa que nos haga reír. Parecemos locas —. Terminó antes de ver algo que no le sorprendía, pero que le parecía divertido.
Harley puso ambos codos en la mesa, le brillaban los ojos. Conocía esa expresión. De sobra entendía que podía producir atracción no sólo en hombres, sino en mujeres también. A Harley eso le estaba pasando y no se daba ni cuenta. La invitación volvió a aparecer y en esos momentos o la tomaba, o se podía pasar el resto de la tarde sufriéndola con el becario. Sonrió ladeando la boca.
— Espérame un momentito —. Se levantó de su asiento y caminó hacia la dependienta que, sólo con notar a Jordan cerca, se puso de más mal humor — Peony, hazme un favor y dile a Brandon que me fui al bar que está cerca de aquí. Gracias, linda —. Le dejó el recado así sin más y volvió con Harley — Vámonos antes de que aquél baje y me quiera dar una lección de economía —. Finalizó tomando su bolso flotante y aguardando a que Harley le mostrara el camino.
— Un becario. ¿Has visto a un niño rubio que es como secretario de piso en el Departamento de Seguridad? Es robusto y chistoso —. Intentó describirlo, pero era imposible no hacerlo sin la palabra “chistoso” de por medio — He salido como cinco veces con él. No me gusta, de hecho me aburre. Pero tengo que hacerlo como un favor a uno de mis hermanos… larga historia —. Dio una calada honda que le llenó los pulmones y le supo a gloria; la propuesta de ir a un bar le hizo agua la boca tan solo de pensar en la cerveza espesa, se mordió el labio, pensando si no le saldría el tiro por la culata si decidía dejarle una nota al becario para que la alcanzara ahí. Pensó un poco más. Luego el tema se zanjó por un poco.
Le sorprendía que Harley tuviera un hijo con tan joven pinta. Le calculaba unos veintipico, quizá hasta de su edad, poco menos. Ella misma no podía imaginarse con un niño en esos momentos. No era nada maternal y su espíritu liberal le prohibía no cuidarse cuando se le antojaba follar con alguien. Su padre le había dado, al cumplir los quince, la receta de un anticonceptivo mágico, una pócima, que no dejaba pasar nada al útero. Le había servido muy bien los últimos nueve años. No hizo gesto de disgusto, cada quién vivía su vida como ésta les daba oportunidad. Y no la juzgaba. Simplemente ella no podría soportar la idea de embarazarse y parir y… No, simplemente no.
— Qué valiente. Yo no soporto a los niños, creo que hasta me odian —. Bromeó y dio golpes a su cigarrillo para eliminar la ceniza — Yo lo fundé. Es una tontería. Tiene mucho que no he regresado a Londres y me sentía nostálgica. Se me ocurrió juntar a algunas de mis compañeras de fraternidad y hacer un club de lectura y de té. Realmente no es nada, nos ponemos borrachas, fumamos mucho y platicamos de cualquier cosa que nos haga reír. Parecemos locas —. Terminó antes de ver algo que no le sorprendía, pero que le parecía divertido.
Harley puso ambos codos en la mesa, le brillaban los ojos. Conocía esa expresión. De sobra entendía que podía producir atracción no sólo en hombres, sino en mujeres también. A Harley eso le estaba pasando y no se daba ni cuenta. La invitación volvió a aparecer y en esos momentos o la tomaba, o se podía pasar el resto de la tarde sufriéndola con el becario. Sonrió ladeando la boca.
— Espérame un momentito —. Se levantó de su asiento y caminó hacia la dependienta que, sólo con notar a Jordan cerca, se puso de más mal humor — Peony, hazme un favor y dile a Brandon que me fui al bar que está cerca de aquí. Gracias, linda —. Le dejó el recado así sin más y volvió con Harley — Vámonos antes de que aquél baje y me quiera dar una lección de economía —. Finalizó tomando su bolso flotante y aguardando a que Harley le mostrara el camino.
- Jordan F. Mayer
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Re: Food Supplies
Casi se carcajea porque si, si conocía al chico del que Jordan hablaba. Evangeline Blue, la mamá de Harley, había sido jefa del departamento de seguridad mágica durante dos años, el tiempo que llevaba él ahí como becario principalmente lo hacía para ella así que usualmente lo veía revoloteando a su alrededor y llevándole mensajes. Ahora recordaba que en alguna conversación lo había escuchado hablando y jactándose de salir con una semi veela hermana de un amigo suyo, al conocer a Jordan y su historia toda tuvo un poco más de sentido en la cabeza de Harley.
Créeme si hace un año y medio me hubieras preguntado por hijos yo también habría dicho que no sin pensarlo, pero a riesgo de sonar cliché, una vez que los tienes simplemente todo es diferente.- Si era, muy diferente. Harley siempre se quejaba de que Bastian lloraba mucho, de que en verdad quería matarla, de que su magia de bebé mágico era muy fuerte y a veces rompía cosas o estacaba muñecos de peluche o cosas así, sin embargo la realidad es que lo amaba más que nada ni a nadie en este mundo y por él podría haber soportado cualquier cosa que le pusieran enfrente, aun lo haría.
Decidió mejor cambiar de tema, no quería convertirse en una de esas mujeres que solo hablaban de bebés y pañales, así que cuando Jordan aceptó su invitación a tomar, ella sacó un papelito de su bolsillo y escribió un mensaje en él para que Werther supiera también que estaría en el bar, lo encantó para que se convirtiera en un avión de papel y luego lo mandó al departamento de misterios.
Vamos! – Harley se adelantó y tomó una de las salidas que discretamente los llevaban a la parte principal. El lugar a donde irían estaba a dos cuadras de ahí, era mágico así que los muggles lo veían como un almacén vacío. Entro como si fuera un cliente frecuente de ahí (Lo era porque antes del bebé salía mucho con Werther a beber).
A ver, hagamos algo. ¿Quieres beber algo preparado o Shots? Hey Berny, ¿Qué tal? Sírveme una lengua de dragón y una hamburguesa con papas fritas. – Harley se había sentado en la barra y le hizo una seña a Jordan para que se sentara ahí, Berny era el cantinero que siempre los atendía, obviamente se quedó como idiota al observar a Jordan, ¿Quién no lo haría? - Sirvele lo mejor a ella, es mi nueva amiga.
Créeme si hace un año y medio me hubieras preguntado por hijos yo también habría dicho que no sin pensarlo, pero a riesgo de sonar cliché, una vez que los tienes simplemente todo es diferente.- Si era, muy diferente. Harley siempre se quejaba de que Bastian lloraba mucho, de que en verdad quería matarla, de que su magia de bebé mágico era muy fuerte y a veces rompía cosas o estacaba muñecos de peluche o cosas así, sin embargo la realidad es que lo amaba más que nada ni a nadie en este mundo y por él podría haber soportado cualquier cosa que le pusieran enfrente, aun lo haría.
Decidió mejor cambiar de tema, no quería convertirse en una de esas mujeres que solo hablaban de bebés y pañales, así que cuando Jordan aceptó su invitación a tomar, ella sacó un papelito de su bolsillo y escribió un mensaje en él para que Werther supiera también que estaría en el bar, lo encantó para que se convirtiera en un avión de papel y luego lo mandó al departamento de misterios.
Vamos! – Harley se adelantó y tomó una de las salidas que discretamente los llevaban a la parte principal. El lugar a donde irían estaba a dos cuadras de ahí, era mágico así que los muggles lo veían como un almacén vacío. Entro como si fuera un cliente frecuente de ahí (Lo era porque antes del bebé salía mucho con Werther a beber).
A ver, hagamos algo. ¿Quieres beber algo preparado o Shots? Hey Berny, ¿Qué tal? Sírveme una lengua de dragón y una hamburguesa con papas fritas. – Harley se había sentado en la barra y le hizo una seña a Jordan para que se sentara ahí, Berny era el cantinero que siempre los atendía, obviamente se quedó como idiota al observar a Jordan, ¿Quién no lo haría? - Sirvele lo mejor a ella, es mi nueva amiga.
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Food Supplies
- Mira Lawrence, eres muy lindo y tal pero lo nuestro puede funcionar - Le había dicho Margaret una chica de la universidad con la que había tenido un encuentro y cita fugaz. No se había hecho muchas ilusiones al respecto pero como habían tenido al menos unas tres citas sentía que quizás el panorama podía cambiar.
- Tranquila, lo entiendo. Bueno entonces como amigos, ¿Vale? - Le respondió a Margaret y se dio la media vuelta para caminar por ahí en otro lado diferente que no sea la de ella. Aunque la verdad necesitaba ir por el lado de donde iba la chica, pero el orgullo no le dejaba.
Siguió dando pasos al azar y se dio cuenta que ya tenía hambre, lo curioso es que había comido antes de salir, quizá el dolor de la decepción, quizá el dolor del rechazo le abrió el apetito y entró al primer bar que encontró.
Se aplastó en el primer asiento que vio frente a la barra y con una cara de desanimado pidió una cerveza y un plato de papas fritas, la mejor combinación de la vida cuando se tiene una decepción amorosa.
Hasta que de pronto empezaron a tocar cierta canción melancólica en el bar y no pudo más con todo eso. Es decir, Margaret era linda y le trataba bien, ¿Por qué rayos le friendzoneo tan feo?, sin duda sus emociones explotaron y cuando la canción llegó a su coro más impactante, se llenó de papas la boca y sí, chilló un poco. Se sintió como de 15 otra vez con pensamientos absurdos de que nunca iba a encontrar al amor de su vida. Fue entonces que a lo lejos escuchó la voz de Harley que al parecer estaba acompañada con una amiga de ella y fue hasta allá con su platote de papas y su cerveza, no sin antes secarse lo que pudo ser lágrimas.
- Hey Har... - La saludó algo desanimado y se aplastó al lado de ella y de su amiga, se metió otras papas a la boca así a lo brusco - ... ¿Recuerdas a Margaret? - Le había comentado de la chica en esos días - ... Me rompió... de la manera más cruel: alegando que soy lindo y que solo quería mi amistad - Siguió en su despecho con las papas, no es que quisiera ignorar a la linda amiga de su hermana, pero era tan histrionico que primero necesitaba hablar para desahogarse y luego volver a ser el mismo Lawrence de siempre - ... Ustedes no saben como duele en el alma que nos digan eso - Reclamó al aire, como si estuviera en una multitud de mujeres y dio un trago largo a su cerveza mientras las papas se sumergían en su estomago. Suspiró comió otras papas, las masticó y exhaló, y se dirigió a la chica -... Disculpa la escena, soy Lawrence, hermano de Harley. - Se limpió la mano antes de mostrarla ante la chica
- Tranquila, lo entiendo. Bueno entonces como amigos, ¿Vale? - Le respondió a Margaret y se dio la media vuelta para caminar por ahí en otro lado diferente que no sea la de ella. Aunque la verdad necesitaba ir por el lado de donde iba la chica, pero el orgullo no le dejaba.
Siguió dando pasos al azar y se dio cuenta que ya tenía hambre, lo curioso es que había comido antes de salir, quizá el dolor de la decepción, quizá el dolor del rechazo le abrió el apetito y entró al primer bar que encontró.
Se aplastó en el primer asiento que vio frente a la barra y con una cara de desanimado pidió una cerveza y un plato de papas fritas, la mejor combinación de la vida cuando se tiene una decepción amorosa.
Hasta que de pronto empezaron a tocar cierta canción melancólica en el bar y no pudo más con todo eso. Es decir, Margaret era linda y le trataba bien, ¿Por qué rayos le friendzoneo tan feo?, sin duda sus emociones explotaron y cuando la canción llegó a su coro más impactante, se llenó de papas la boca y sí, chilló un poco. Se sintió como de 15 otra vez con pensamientos absurdos de que nunca iba a encontrar al amor de su vida. Fue entonces que a lo lejos escuchó la voz de Harley que al parecer estaba acompañada con una amiga de ella y fue hasta allá con su platote de papas y su cerveza, no sin antes secarse lo que pudo ser lágrimas.
- Hey Har... - La saludó algo desanimado y se aplastó al lado de ella y de su amiga, se metió otras papas a la boca así a lo brusco - ... ¿Recuerdas a Margaret? - Le había comentado de la chica en esos días - ... Me rompió... de la manera más cruel: alegando que soy lindo y que solo quería mi amistad - Siguió en su despecho con las papas, no es que quisiera ignorar a la linda amiga de su hermana, pero era tan histrionico que primero necesitaba hablar para desahogarse y luego volver a ser el mismo Lawrence de siempre - ... Ustedes no saben como duele en el alma que nos digan eso - Reclamó al aire, como si estuviera en una multitud de mujeres y dio un trago largo a su cerveza mientras las papas se sumergían en su estomago. Suspiró comió otras papas, las masticó y exhaló, y se dirigió a la chica -... Disculpa la escena, soy Lawrence, hermano de Harley. - Se limpió la mano antes de mostrarla ante la chica
- Lawrence Rosenbarg
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Re: Food Supplies
Ella esperó a que el cantinero le trajera su bebida y como Jordan no había dicho nada ella mejor empezó a beber, de hecho estaba así cuando vio a Lawrence entrar al lugar como si nada, sentarse a su lado y tomar la hamburguesa. No le dijo nada porque sentía que sabía a dónde iba todo eso, era como un estigma de Lawrence, siempre las chicas lo dejaban de lado por una u otra razón, por supuesto que ella siempre terminaba poniendo en su lugar a esas tales chicas, por idiotas, principalmente. Harley era como el hermano mayor en esa relación.
Y justamente, ella asintió con la cabeza aun que mientras más iba contando Lawrence ella ponía cara de: Hell to the no, con lo que la tipa le había dicho. De hecho se bebió su trago de una sola vez y luego lo dejó sobre la barra donde estaban.
A ver ¿Que esa mujer hizo qué? Ahg no, eso sí que no. – Luego hizo ademan de levantarse y acomodarse las mangas. – Mira ahora vas a ver lo que a ella le va a doler, vamos… !
Había tomado a Lawrence del cuello de la camisa, le dejó unos galeones al de la barra que cubrían su pedido y luego salió de ahí llevándose a Lawrence a rastras. Obviamente había mucha gente por las calles pero alcanzó a ver a la tipeja esa que había terminado con él. Harley siempre era así, impulsiva, loca y ni siquiera estaba un poco ebria cuando se acerco a ella y le dio un fuerte empujón por el hombro.
Hey tu idiota, ¿Crees que eres mucha cosa para mi hermano? ¿Quieres que te enseñe algo bonito en verdad? - Si, estaba muy enojada, odiaba que alguien lastimara a Lawrence.
Y justamente, ella asintió con la cabeza aun que mientras más iba contando Lawrence ella ponía cara de: Hell to the no, con lo que la tipa le había dicho. De hecho se bebió su trago de una sola vez y luego lo dejó sobre la barra donde estaban.
A ver ¿Que esa mujer hizo qué? Ahg no, eso sí que no. – Luego hizo ademan de levantarse y acomodarse las mangas. – Mira ahora vas a ver lo que a ella le va a doler, vamos… !
Había tomado a Lawrence del cuello de la camisa, le dejó unos galeones al de la barra que cubrían su pedido y luego salió de ahí llevándose a Lawrence a rastras. Obviamente había mucha gente por las calles pero alcanzó a ver a la tipeja esa que había terminado con él. Harley siempre era así, impulsiva, loca y ni siquiera estaba un poco ebria cuando se acerco a ella y le dio un fuerte empujón por el hombro.
Hey tu idiota, ¿Crees que eres mucha cosa para mi hermano? ¿Quieres que te enseñe algo bonito en verdad? - Si, estaba muy enojada, odiaba que alguien lastimara a Lawrence.
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Food Supplies
Ciertamente, aunque pasara el tiempo, nunca sabía exactamente como iba a reaccionar Harley. Un día podía decirle todo lo que le pasa y ella actuaría como una madre, abrazando, consolando y dando los mejores ánimos, y al otro día podía contarle exactamente lo mismo y actuar como lo estaba haciendo.
Él no estaba pensando en ninguna venganza en particular, él solo estaba concentrado en meterse papas en la boca y atragantarse con la poca felicidad que podía otorgarle ese pedazo de carbohidrato frito, que era el equivalente del helado para las chicas mientras veían películas de drama y tragedia. A veces era un mal que tenía, el hecho de pensar que muchas veces la comida podía suplir ciertos sentimientos vacíos dentro de sí.
Por lo que lo tomó desprevenido por completo la acción que realizó Harley, cuando esta le haló del cuello su primera reacción fue agarrar más papas y a medida que caminaba como cangrejo por la posición en la que estaba el chico (es decir, caminando con cierta inclinación hacia abajo y de espalda) se terminaba de comer el puñito de papas que alcanzó a agarrar antes de que lo sacaran a fuerzas del bar.
Cuando ella divisó a la chica en cuestión, el mal del corazón de Lawrence, este tomó aire y trató de detener a su hermana, porque sabía lo que se avecinaba.
- Har... no creo que esta sea la solución - Dijo pero antes de decir algo más, Margaret, la reina de sus tormentos, esta se dispuso a hablar.
- ¿Mucha cosa yo?, ¿No será él, el poca cosa?, Míralo, es tan pobre como su paquete - Dijo en tono burlista y soberbio mientras sus amigas reían como si se tratara de alguna Queen B de preparatoria.
Ante ese comentario, Lawrence alcanzó su límite y mostró un semblante enfurecido.
- Ok, Har... ¡DESTRUYELA! - Le dijo apuntándola, nadie se atrevía a friendzonearlo e insultar su paquete el mismo día - ¡¡Y para que sepas mi paquete tiene raices inglesas, que son como 5 cm más grandes que el americano!!!
Él no estaba pensando en ninguna venganza en particular, él solo estaba concentrado en meterse papas en la boca y atragantarse con la poca felicidad que podía otorgarle ese pedazo de carbohidrato frito, que era el equivalente del helado para las chicas mientras veían películas de drama y tragedia. A veces era un mal que tenía, el hecho de pensar que muchas veces la comida podía suplir ciertos sentimientos vacíos dentro de sí.
Por lo que lo tomó desprevenido por completo la acción que realizó Harley, cuando esta le haló del cuello su primera reacción fue agarrar más papas y a medida que caminaba como cangrejo por la posición en la que estaba el chico (es decir, caminando con cierta inclinación hacia abajo y de espalda) se terminaba de comer el puñito de papas que alcanzó a agarrar antes de que lo sacaran a fuerzas del bar.
Cuando ella divisó a la chica en cuestión, el mal del corazón de Lawrence, este tomó aire y trató de detener a su hermana, porque sabía lo que se avecinaba.
- Har... no creo que esta sea la solución - Dijo pero antes de decir algo más, Margaret, la reina de sus tormentos, esta se dispuso a hablar.
- ¿Mucha cosa yo?, ¿No será él, el poca cosa?, Míralo, es tan pobre como su paquete - Dijo en tono burlista y soberbio mientras sus amigas reían como si se tratara de alguna Queen B de preparatoria.
Ante ese comentario, Lawrence alcanzó su límite y mostró un semblante enfurecido.
- Ok, Har... ¡DESTRUYELA! - Le dijo apuntándola, nadie se atrevía a friendzonearlo e insultar su paquete el mismo día - ¡¡Y para que sepas mi paquete tiene raices inglesas, que son como 5 cm más grandes que el americano!!!
- Lawrence Rosenbarg
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Re: Food Supplies
Oh no, nadie, nadie en sus cinco sentidos se atrevía a decir esas cosas de su hermano. Era muy común cuando estaban en la escuela que cuando alguien molestaba a Lawrence o a Ellioth tanto Harley como Lucian salían a vengar su honor. Por eso Harley nunca fue muy popular y aun siendo madre y casada esas mañanas jamás se le habían quitado. Se llevó las manos a la cintura para encarar a la chica queen b que le sacaba más de 5 centímetros de altura a la rubia, aparte de que Harley era muy pequeñita y flacucha, la otra chica tenía tacones. Cuando Lawrence la quiso detener ella le hizo un movimiento como de quién espanta una mosca, esa mocosa se iba a disculpar.
Luego vino aquel remedo de insulto al que Harley solamente se pudo reír.
Ah, ¿Pero entonces fuiste tan zorra como para abrirle las piernas aun así? ¿Cómo habla eso de ti eh? - Luego ante las risas de las otras tipejas y la de la misma, junto con el permiso de Lawrence, Harley en un movimiento rápido la tomó de los cabellos y la estampó contra una luminaria que estaba cerca. Solamente se escuchó el sonido del metal resonar y el grito de la tipa cuando la nariz le comenzó a sangrar.
Fue muy divertido en realidad ver la forma en la que comenzaba a llorar y a gritar mientras las otras corrían. En realidad fue música para sus oídos.
No te vuelvas a acercar a mi hermano, idiota. Largate. - Algunas personas se habían asomado a ver la escena asustados, ella se dio la vuelta y tomó a Lawrence rápido para huir de ahí, si alguien llamaba a la policía estaban en problemas. En la primer oportunidad en que los muggles no veían, volvió a entrar a ese bar donde habían estado antes, mágico por cierto y con el encantamiento anti muggles.
Bueno, si vienen los aurores a arrestarme recuerda que ya no tengo palancas en el gobierno – Porque su mamá ya había renunciado al puesto de auror. Aun estaba ahí la tía Anne pero no era lo mismo.
Luego vino aquel remedo de insulto al que Harley solamente se pudo reír.
Ah, ¿Pero entonces fuiste tan zorra como para abrirle las piernas aun así? ¿Cómo habla eso de ti eh? - Luego ante las risas de las otras tipejas y la de la misma, junto con el permiso de Lawrence, Harley en un movimiento rápido la tomó de los cabellos y la estampó contra una luminaria que estaba cerca. Solamente se escuchó el sonido del metal resonar y el grito de la tipa cuando la nariz le comenzó a sangrar.
Fue muy divertido en realidad ver la forma en la que comenzaba a llorar y a gritar mientras las otras corrían. En realidad fue música para sus oídos.
No te vuelvas a acercar a mi hermano, idiota. Largate. - Algunas personas se habían asomado a ver la escena asustados, ella se dio la vuelta y tomó a Lawrence rápido para huir de ahí, si alguien llamaba a la policía estaban en problemas. En la primer oportunidad en que los muggles no veían, volvió a entrar a ese bar donde habían estado antes, mágico por cierto y con el encantamiento anti muggles.
Bueno, si vienen los aurores a arrestarme recuerda que ya no tengo palancas en el gobierno – Porque su mamá ya había renunciado al puesto de auror. Aun estaba ahí la tía Anne pero no era lo mismo.
- Harley D. Schweinsteiger
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Re: Food Supplies
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- Kael L. Lovecraft
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