Baby and other things

Había sido difícil pero el médico que atendió el parto y la salud de Harley después de ello había permitido que solamente una persona entrara a verla.  Estaba débil y su enfermedad no había ayudado para hacer la cirugía más fácil, curiosamente y como si fuera un milagro, el bebé había nacido más que sano, completamente, casi tan sano como un bebé de 9 meses de edad cuando apenas estaba entrando en los siete, lo habían sometido a suficientes pruebas después de su nacimiento como para estar 100% seguros de ello.  

Harley por otro lado estaba algo descompuesta, le habían ya puesto tres bolsas de sangre en el transcurso de la noche y seguía bajo los sedantes. No había estado consiente en la operación así que aun no estaba consiente completamente de que era lo que había sucedido. El Sanador había dicho que podría despertar en cualquier momento, el punto era no alterarla demasiado, no sabían cómo podría reaccionar ya que había quedado inconsciente luego que comenzaran los dolores del parto.

Cuando dejaron entrar a Werther en la habitación ella estaba ahí recostada, un poco más pálida de lo normal y con una túnica del hospital, parecía dormida aun que, al momento de sentir que alguien entraba en el lugar quiso abrir los ojos un tanto soñolienta y con voz cansada.

¿Qué sucede?... ¿Dónde?.. – No parecía tener noción de lo que estaba sucediendo, abrió los ojos observando inmediatamente a su alrededor, inmediatamente trató de levantarse pero un dolor en su abdomen la hizo volver a recostarse.  Rápidamente su mirada se dirigió a Werther llena de preguntas y terror.

¿El bebé? ¿Dónde está? ¿Qué sucedió? Dime que está bien, por favor, dímelo… – Se aferró a él temiendo lo peor, no recordaba absolutamente nada de lo que había pasado, solamente el frió abrazador y la oscuridad.

bastiancillo en los cuneros

Estaba satisfecho con los resultados. Se había mantenido al pendiente de todos los asuntos que atañían a su hijo, acompañado de su hermana. Después habían llegado Sonja, Ben y sus papás, pero Werther ni siquiera había tenido tiempo de ser amable con ellos, así que Wilhelmina se había encargado. Lo había visto ya en los cuneros y luego una enfermera lo había dejado cargarlo y estar un rato con él. Sintió que lo amaba desde el primer segundo, incluso había olvidado el sabor de la sangre. Se sentía feliz como nunca antes.
 
Cuando por fin lo dejaron entrar a ver a Harley, respiró profundo y se acercó a ella. No parecía preocupado, pero la expresión que tenía Harley en el rostro lo hizo quitar la sonrisa. Se preocupaba genuinamente por ella, la amaba, era un hecho. Se acercó a ella y le besó la cabeza antes de sentarse en la cama a su lado y tomarla por ambas manos, inclinado hacia ella.
 
-Calma, todo está bien, el bebé está bien. Es sano, es el niño más sano y más fuerte del hospital. Te lo prometí, ¿no es así?
 
Le besó las manos y volvió a besar su frente. Estaba feliz, pero le faltaba que Harley se tranquilizara, porque no era bueno para su condición.
 
-Ahora tienes que calmarte. ¿Cómo te sientes? Lamento no haber estado aquí, tenía que…
 
Pasó saliva, como si de pronto le fuera difícil decir eso, no por moralidad, sino porque no quería asustarla. Le pasó una mano por el cabello y bajó la vista. No se arrepentía de nada.
 
   
- ¿Ya sabes cómo se llamará? ¿Lo has pensado?
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Se aferro a él inmediatamente que le dijo que todo estaba bien, había estado temblando por el frio de estar en aquella habitación y por el miedo, pero inmediatamente que lo sintió a su lado aquello se desvaneció. Se sentía extraña, todo su cuerpo no parecía aun lo suficientemente preparado pero el alma le había vuelto al cuerpo tras escuchar que él estaba bien, que estaba sano así como él se lo había prometido. No sabía o estaba segura de que era lo que él había tenido que hacer para lograr aquello y en realidad no le importaba, cualquier costo que hubiera tenido que pagarse era poco a comparación de tener a su bebé sano.

Donde esta… quiero verlo… ¿Fue un niño o una niña? – Inmediatamente al decir esas palabras una terrible emoción se apodero de ella, no podía creerlo, no podía creer que una criatura, una pequeña personita ahora había nacido y era parte de ella, de sus vidas. Ella le había hecho prometer a Werther que no le diría el sexo del bebé hasta que hubiera nacido, por lo mismo no sabía a ciencia cierta si había sido un niño o una niña, aun que sentía que había sido varón.

No lo sé, no lo he pensado… No tengo idea… – Lo tomó de la mano con fuerza y se acercó a él para abrazarlo, no podía creer que tenían un hijo. Luego como si algo les hubiera alertado a los médicos, una enfermera entro poco después con el pequeño en brazos, era una cosita pequeña que se movía muy poco, parecía muy tranquilo. Harley se sentó con cuidado en la cama del hospital, casi rogando por el momento en que lo pusieran sobre sus brazos, al momento en que vio su pequeño rostro y sus ojos azul profundo observándola supo que su vida iba a cambiar completamente.

Es hermoso ¿Verdad?... tiene tus ojos y tus labios y tu cabello, espero tenga mi sentido del humor… – Acaricio con cuidado el pequeño rostro del bebé sintiéndose incapaz de dejar de verlo. – Sabes que mi familia querrá que se apellide Lovecraft, ¿cierto?....

Podía notar en su cara como había una emoción contenida por todo lo que estaba pasando, y eso lo tranquilizó. Quería llenarla de besos, abrazarla hasta que no pudiera  más. No recordaba haberse sentido tan feliz como en ese momento se sentía y ahora entendía que todo lo que valía la pena en el mundo eran esas cosas.

-Bueno, ya tendremos tiempo para pensarlo.

Le dijo con respecto al nombre y por primera vez le pareció emocionante la idea de tratar esos temas a profundidad. Su hermana Sonja había hecho alguna sugerencias al respecto, pero lo cierto era que eso solo lo solucionarían entre ellos dos. Se giró cuando la enfermera entró con el bebé y se hizo a un lado para que pudiera entregárselo a Harley sin obstáculos. Al mirarlos también supo que su vida daría un cambio radical, un giro completo. Empezaba una nueva etapa de su vida pero estaba ansioso porque empezara.

-¿En serio? Mina allá afuera insiste en que es igualito a ella, así que si lo pones desde esa perspectiva…

Se rió con lo del sentido del humor y negó con la cabeza. En parte él también esperaba que así fuera, él no era conocido por ser precisamente afable aunque siempre hubiera sido popular. Con lo del apellido Lovecraft solamente se rió y volvió a besar a Harley en la cabeza.

-¿Y tú sabes que eso sería una tontería sin sentido y nunca pasará, verdad?

Pasó el dedo pulgar por la frente del bebé, que hizo un mohín gracioso que le sacó una sonrisa.

-Muero por llevarlos a casa, y por empezar esto.  Tenemos que dar una fiesta o algo, quiero que todo mundo lo conozca.

Harley no quiso tomar enserio las palabras de Werther, no en esos momentos en los cuales solamente se sentía feliz, como en una extraña droga donde todo le parecía maravilloso teniendo al pequeño en sus brazos, se sentía hipnotizada por sus movimientos y sus pequeños gestos, por el calor de su piel y la suavidad de la misma, podría jurar sin temor a equivocarse que era la cosa más perfecta que jamás había visto, lo más hermoso y aquello que era capaz de ablandarle el corazón como nada. Era su hijo, estaba segura que era suyo y también, por primera vez en su vida, estaba segura que no importaban los sacrificios que tuviera que hacer, se iba a asegurar que estuviera a su lado por siempre.

Tu tendrás que liderar con mis parientes entonces, señor Schweinsteiger… – Fingió el tono de voz de Werther al hablar y luego se rió soltando una carcajada armoniosa. Se acerco a él y con la mano que tenia libre lo atrajo hacia ella para darle un beso profundo en los labios. Estaba agradecida, no sabía que era lo que Werther había hecho (y no estaba segura de querer saberlo) pero estaba agradecida por que ahora su hijo estaba sano, estaba bien y era la cosa más perfecta del universo mismo.

¿Estás loco? ¿Una fiesta? Pero si aun no he salido del hospital..! – En realidad desde el momento que sintió al bebé en sus brazos todo dolor se había ido de su cuerpo, ya los dolores habían pasado a un segundo plano, solo quería tenerlo con ella, pero se sentía egoísta y no quería compartirlo con nadie, solamente con Werther por qué no tenia opción, pero ese bebé era como un bálsamo, algo que la elevaba hasta el cielo.

Bastian, se llamará Bastian y no quiere fiestas con Alphas ruidosas en nuestra casa, ¿Verdad? – Estaba hablándole al bebé como si en realidad pudiera entenderla. – Pero tú puedes ir a festejar si quieres… yo solo quiero estar con él todo el tiempo, no me importa nada.

Werther no le dijo nada sobre lidiar con sus parientes, solamente se rió. No tenía que recordarle que hasta Evangeline Blue había hecho de su vida y de los apellidos de su hija un papalote así que realmente no sentía que tuviera que deberle explicaciones ni lidiar con nadie por cosas que estaban claras. El día que mataran y se bebieran sangre de inocentes por su hijo, ese día tendrían derecho a decir cualquier cosa. Y ni siquiera eso garantizaría nada. Pero sabía que con Harley no iba a tener problemas de ese tipo.

-Sí, lo que tú quieras. Lidiaré con quien tú quieras, para lo que tú quieras.

Se acercó a ella y la besó suavemente en los labios antes de pasar una mano por la cabeza de su hijo, con la misma suavidad. Sus ojos brillaban de una manera completamente distinta a como lo hubieran hecho antes. Nada más importaba ya que lo que tenían ahí, entre ellos y para ellos. Haría todo por esa nueva pequeña familia que se había formado de pronto, estaba más seguro de ello que nunca.

-Claro que quiere fiesta Alpha, míralo. Tiene cara de que será presidente de fraternidad. Y no, no iré a festejar, me quedaré contigo. ¿Recuerdas cuando me quedé más tiempo en la fiesta de mi hermana y luego me dejaste de hablar 24 horas cuando según tú “no importaba”? No quiero que vuelva a pasar.

No dejaba de mirarla con algo parecido a la devoción. La admiraba en ese momento, porque lo había convertido en padre, porque había hecho que naciera ese bebé perfecto.

-Harley…a lo mejor no quieres hablar de esto ahora pero…¿quieres casarte conmigo o prefieres que nos quedemos como estamos?

Pues sí, era la propuesta menos convencional del mundo.

Le dio algo de risa por que le el bebé hizo una mueca justamente cuando Werther mencionaba lo de ser presidente Alpha y todo eso. Ella lo atrajo hacia sí y lo meció entre sus brazos escuchando como Werther le recriminaba el haberse enojado por la fiesta de Mina, era verdad y si lo había hecho, principalmente porque ella estaba embarazada y odiaba aparecerse y había odiado que él no la acompañara, pero ya no estaba tan loca por las hormonas así que no le habría molestado que él fuera a festejar con la gente que quisiera mientras al final del día volviera con ellos para ella estaría bien.

Lo que si no se esperaba en lo absoluto era la repentina pregunta que le soltó como si fuera cualquier cosa. Volteo a verlo con una mezcla de terror, asombro e incredulidad en la mirada, su mente se había puesto en blanco. No es que no se esperara algo así, incluso su madre se lo había sugerido, ahora tenían una familia y tenían que pensar en ella, hacer las cosas bien, sin embargo ella no se sentía lista, en ningún aspecto, para casarse con alguien. Si, podían hacerla jurar amor eterno ante las fuerzas del mal pero no a decir “acepto” al hecho de compartir su vida con alguien.

No sé qué decirte la verdad… – Era repentino- ¿Tu quieres casarte conmigo? Es decir, ¿Estás seguro? Sabes que mi familia es extraña y querrá que te cambies el apellido y no creo que sea el momento para discutir ese tipo de cosas con ellos o con nadie. Tal vez deberíamos esperar un poco… – Trataba de hablar de una manera coherente pero las palabras se le atoraban una tras otra en los labios, al final solamente suspiro profundamente y volteo a verlo a los ojos, una mirada sincera y llena de sentimiento.

Te amo, en verdad los amo a ambos más que nada en el mundo y no necesito un documento que diga que lo hago. Sin embargo si te sientes mejor de esa manera podemos hacerlo, solo que será rápido y sin muchas fiestas o medio millón de invitados que no termine conociendo. – Porque al final era todo eso lo que le preocupaba.

Werther esperó la respuesta con el alma en un hilo. No se había dado cuenta claramente de lo que había hecho hasta que estuvo hecho. No era que no quisiera casarse con ella, era que no se trataba de alguna cosa que hubiera pensado fríamente, era algo visceral, algo que en ese momento deseaba.

Sin embargo, no le costó nada darse cuenta de que Harley no estaba segura de querer estar con él y eso lo conflictuaba. ¿No había puesto reparos en un juramento inquebrantable pero sí en eso?. No sabía que pensar. Pero no dijo nada, ni le dejó ver que poco a poco se decepcionaba, y se dejó adentro todas las palabras que pudo haberle dicho, como que dejara de poner las estupideces de su familia como excusa.

En vez de eso acarició la cabeza de su hijo y clavó sus ojos en él mientras dormitaba, pensando que todo eso, que ese bebé en los brazos de Harley era lo único que importaba.

-No es para “sentirme mejor”, no lo digas como si me estuvieras concediendo un premio de consolación o algo así.

Fue lo único que le dijo antes de dar el tema por zanjado. Se prometió a él mismo no volver a poner el tema sobre la mesa. El bebé comenzaba a dormitar, o al menos eso parecía. Era pequeño y delicado, casi le había dado miedo cargarlo la primera vez, como si fuera a romperse, pero sabía que por sus venas corría su sangre y también magia lo suficientemente poderosa como para mantenerlo protegido durante años.

-Bastian es un buen nombre, un nombre genial, de hecho.

Retiró la mano cuando el bebé comenzó a moverse demasiado y su carita parecía a punto del llanto. No estaba seguro de que fuera a ser un gran padre, todavía era muy inseguro en muchos aspectos, no quería cometer errores.

-Estoy aterrado, pero sé que lo haremos bien.