trabajando se gana el pan

Un día como tantos otros... 

Aparecerse en el hospital, anunciar ingreso de turno, compartir un café, ir hacia las salas, saludar internados, leer los informes de la noche, indicar pociones, estudios, dar altas y bajas, volver a su oficina, firmar más papeles, tomar otro café, escribir informe actualizado sobre progresos dudosos, almorzar a las apuradas, luchar con los enfermeros, luchar contra las planillas, prescribir más pociones, tomar otro café, asistir a una intervención quirúrgica por puro ocio, volver a su consultorio, juntar sus pertenencias, marcar tarjeta de salida...

... " Not today Dr. Mayer". Que tu jefa te cambie la boleta de salida por siete carpetas de pacientes que esperan su turno de ser atendidos. Sonreír galante, aceptar las carpetas y dar la vuelta hacia el interior del hospital nuevamente.... 

Al empujar la puerta de aquella sale de espera, Clive no se encontró con siete personas que requerían atención sino con decenas. Algo había colapsado ese día. Un compañero que le vio la cara de espanto le susurró "intoxicación en el centro comercial" y como si fuera a tono de eso, uno de los tantos magos que esperaban vomitó sus entrañas en el medio de la sala. Clive le dio dos palmadas a su compañero y volviendo a sus carpetas hizo oír su voz en la multitud

-  Schweinsteiger?...  Schweinsteiger?- dijo un poco más fuerte, esperando que quien fuera se destacase entre todos los esperantes y lo acompañara hacia un box más privado donde poder atenderse -

Casi no iba al centro comercial después de que las clases habían comenzado, era por que no le daba tiempo de nada y justamente el día que había ido a supervisar todo lo de su tienda de cupcakes, a un mago idiota se le había ocurrido experimentar cerca del suministro de agua y más de una decena de personas habían quedado intoxicadas, otras más, las afortunadas como ella, habían tenido más suerte y solo les había afectado con mareos repentinos y debilidad, por eso aceptó ir al hospital, Harley era terca como una cabra.

Estaba ahí en el pasillo viendo las luces flourecentes de la sala de espera cuando escuchó el apellido Schweinsteiger, tardó un poco en darse cuenta que era a ella a quién buscaban pues aun no se acostumbraba a que le llamaran así, de hecho muchos de sus papeles aun tenían el apellido Lovecraft, si, su tío era dueño del hospital donde estaba parada, hasta estaba mejor que nadie lo supiera.

Se puso de pie justo momentos antes de ver como una bruja frente a ella se vomitaba, se tuvo que llevar la mano a los labios y correr hasta el consultorio particular, todo para escapar de las arcadas y el olor, era horrible.

Hola, si, estoy bien, no no estoy vomitando mis entrañas, ¿Ya me puedo ir? - Harley se había sentado en una silla pareciendo inocente y encantadora, con una sonrisa en los labios y un gran apuro por salir del lugar, en realidad la desesperaban mucho los hospitales, no reconoció al medico, no conocía en general a los del área de envenenamientos.

ropis intoxicada

Que la muchacha se apurase tanto le robó una sonrisa. Él ya estaba acostumbrado a las cosas desagradables y de hecho nunca había sido una persona que se impresionase demasiado. Quizá por eso podía ser un medimago. Abrió la puerta a las apuradas y volvió a cerrarla con más calma cuando la muchacha se explicaba, también apurada como si quisiera huir.

Él en cambio ya no tenía ningún apuro, por tanto le sonrió de lado, negó suave con el rostro y con toda la calma del mundo volvió a bajar la vista para ojear el expediente, mientras le decía - Soy el Dr. Mayer, tu eres... Harley? Mucho gusto... cuéntame que ha pasado? - era una estrategia muy conocida: hacerle hablar al paciente para entretenerlo mientras se leía su foja personal, además así se verificaban ciertas cuestiones de capacidades cognitivas, como sensación de realidad o delirios, capacidades del habla y la atención, visión periférica...

En una de esas se acercó a la camilla y dio dos palmadas a la misma, para indicarle que se sentase allí y no en la silla. De algún modo le divertía la reticencia a la chica de estar en el hospital; sobre todo porque por el volumen de su expediente, a simple vista y sin tener que leerlo, ya se notaba que debería estar más que acostumbrada a ese ambiente.

- Entonces... no sientes nauseas? mareos?... - le repreguntó, mientras con una mano sacaba el estetoscopio de su bolsillo, con la vista aun puesta en el expediente... sus ojos se entrecerraron. Empezaba a relacionar aquella info con un caso susurrado a escondidas desde siempre en los pasillos del Hospital... 

Decidió dejar el informe a un lado, apoyarlo en la camilla y sobre él, el estetoscopio, y tomó la muñeca de Harley para medirle el pulso, mientras sus ojos se clavaban en el reloj que llevaba en la otra... -  Algo que deba saber, antes de medicarte? - La miró fijo un instante. Eran de esas preguntas dichas con galantería que en el fondo buscaban imprimir ciertos nervios para ver como se comportaba la presión en la gente.

Harley no era tonta ni despistada, había visto que el doctor que iba a atenderla era guapo, no solamente guapo de hecho, era como uno de esos hombres que parecían esculpidos por los dioses, pelirrojo, con bella sonrisa y unos ojos tiernos como de cachorro, de esos hombres maduros que daban ganas de abrazarlos hasta no poder más, de esos hombres que simplemente imponían el querer ser amable con ellos, sonreirles, caerles bien.

Hola Doctor Mayer, Pues no se, alguien hizo una poción tonta en los contenedores del centro comercial o algo así, no estoy segura. Estamos todos envenenados y moriremos, ¿quiere que le diga mis ultimas palabras? tendrá que escribirlo, son largas. - Bromeaba, pero lo hacia por que estaba nerviosa, ella había esperado que fuera su tío Kael o algún otro doctor de la familia quién la atendería, pero no.

Suspiró profundamente por que sabía que no podría librarse de aquello y rodó los ojos para subirse a la camilla, justo donde él había señalado. Su experiencia en los hospitales le habían enseñado a que mientras más rápido hiciera caso más rápido saldría de todo eso. Soltó una risa un tanto irónica de ¿Es verdad lo que me pregunta? cuando le dijo que si había algo más que él debiera saber, todo estaba ahí, en los miles y miles de expedientes.

No, soy perfectamente sana. Bueno, tengo una enfermedad metabólica hereditaria que genera una insuficiencia en las enzimas que intervienen en la biosíntesis del grupo hemo..... - Se detuvo un momento con su explicación magistral, la sabía de memoria por que la habían diagnosticado así desde que era una niña, claro que la gente no quería decirlo por su nombre real, eran simplemente los casos de la vida. - O sea si, un vampiro me contagió su enfermedad pero no estoy muerta, ¿Puede continuar? Esto es incomodo.

Y lo era, además no era importante (según ella), estaba bien y no había tenido un solo ataque desde que nació Bastian, se cuidaba mucho por que quería estar sana para su bebé, eso era lo importante. Se veía apenada después de toda esa charla así que se mordió el interior de la mejilla y esperó a que el doctor siguiera haciéndole los análisis y pruebas o lo que fuera. Eso era lo malo de que alguien más que no fuera de la familia tratara con ella, tenía que darle toda la explicación, al menos el tío Kael se las ahorraba, él trataba también a Adam, el padre de Harley.

- tu pulso esta bien... aunque pareces algo nerviosa. - Le dijo riéndose abiertamente de ella con aquellas palabras, mientras le dejaba la mano en el muslo y se deba la vuelta hacia su escritorio donde se puso a abrir un baúl pequeño que allí había. Parecía que no había hecho caso a las explicaciones de Harley sobre su vampirismo pero nada más lejos de la realidad, definitivamente aquella era la chica de la cual se hablaba en susurros y ahora la conocía personalmente por fin.

- tu expediente dice que la semana pasada tuviste los controles, pero dado que estas aqui, me gustaría tomarte una muestra de sangre para verificar que los gases de hoy no te hayan afectado.- del cofre salió flotando una jeringa, Clive la tomó en el aire y volvió hacia la chica - no les tienes miedo, no? - Hacía chistes pues así solía ser todos más fácil con los pacientes y ella por lo que demostraba era una muchacha de buen humor


Le pidió que se remangara el vestido tejido para poder hacer la extracción, en la parte interior del codo, esperando con la jeringa en mano. - No te lo tomes personal, pero aun no sabemos todos los efectos que este incidente pudo haber causado en los organismos. Nos alegramos de que no estés escupiendo tus vísceras pero haremos un chequeo general.


Cuando la muchacha estuvo lista le tomó el brazo con firmeza y con sus dedos empezó a buscar una buena vena, mientras la jeringa flotaba a su lado - cuales eran tus últimas palabras? - sosteniéndole la mano, con la otra tomó su varita, un solo firulete y una vena de la muchacha se encendió fluorescente como una enredadera que se extendía por todo su brazo - quieres que avisemos a alguien? si es que hay que internarte... - alzó la mirada y le sonrió jocoso. De ningún modo iba a terminar internada, por eso podía bromearle. Varita a un lado, tomó la jeringa y con suavidad extrema la guió hasta donde el color era más intenso, como si se atrajeran irremediablemente la aguja y el hechizo -...duele? - serían unos segundos, ella debería estar más que acostumbrada de todas formas.

Para cuando pestañearon, el instrumento ya estaba lleno. Clive lo retiró con una mano y girándose media vuelta miró la sangre a tras luz. No le soltó el brazo hasta que por arte de magia el hechizo se fue desvaneciendo hacia sus propios dedos para abandonar los de Harley. Ahora si, haciendo uso de las dos manos se fue a su escritorio metió la jeringa en el baul, echó un hechizo sobre él, no quedaba más que esperar unos minutos... - si está todo bien, creo que podrás irte.

Fue el hecho de que le preguntara si estaba o no nerviosa lo que si logró ponerla nerviosa. Tenía muchos años en que nadie más allá de la familia Lovecraft la trataba acerca de algo, cinco o seis años aproximadamente en que solamente Kael revisaba su pulso y por supuesto no se podían tener ese tipo de pensamientos que estaba teniendo con la familia por más guapo que fuera o no el medimago Lovecraft.

No, claro que no estoy nerviosa - Si lo estaba y mucho, de hecho seguía teniendo esa sonrisa tonta en los labios. Harley era una joven transparente que no era nada buena para disimular cuando tenía a un dios escoces frente a ella, tan abrumada estaba por lo apuesto del sanador que ni siquiera le puso atención a su apellido y que tal vez fuera pariente de Jordan, aun que igual de haberlo escuchado no era tan inteligente como para sacar rápidamente la conclusión. Al contrario lo que hizo para distraerse un poco fue tomarse un mechon de cabello y comenzar a jugar con él, aun que claro abrió mucho los ojos cuando el Sanador dejó la mano sobre su pierna.

Tenía que comportarse, no estaba en la universidad y aquello no era nada más que una simple revisión, se sintió estupida como adolescente (lo era aun, pero le gustaba fingir que no), así que disimuladamente le hizo aun lado la mano cuando le pidió que se levantara el sueter para tener un mejor acceso a sus venas.

No, no, soy una chica valiente - Le dijo sonriendo y por unos segundos se le quedó viendo fijamente de una manera nada disimulada, era torpe y tonta con los hombres así, apuestos y con una enternecedora vocación. Ni se dio cuenta cuando terminó por quedarsele viendo con ensoñación, fue hasta que él habló nuevamente que la sacó del estupor.

¿Avisar a alguien? Si, era cierto, estaba casada y tenía familia. Soltó una pequeña maldición entre dientes y luego se dio cuenta que estaba bromeando.

¿Y si no está bien? ¿Van a internarme? No creo que sea para tanto ¿O si? - Bromeaba y reía pero tenía algo de preocupación en sus palabras. Ya se le había quitado la risa tonta y había puesto los pies sobre la tierra. Ahora que recordaba, tenía también que hacerse una revisión por lo de la cabeza y la sangre en la nariz, se lo había prometido a Mina de alguna manera. Nah, lo haría despues.

Y bueno, doctor ¿Mayer? ¿Tiene mucho aquí? No recuerdo haberlo visto en el personal antes, será que usualmente visito otra área... ¿habría manera de contactar a Kael Lovecraft? él tiene que revisar mis muestras de sangre y avisarle a mis familiares y todo eso.. - Hizo un ademán con la mano ejemplificando el "etc, etc" de hecho en su hoja de historial medico él era su medico de cabecera.

Le alagaba como ella lo miraba y en algún momento se encontró agradeciendo a los dioses que ese expediente hubiera caído en sus manos y no el de algún vago mal oliente que pasaba las noches en el centro comercial. Eso era poco profesional, pero muy Alpha, y él era las dos cosas, aunque ya hubiera dejado la universidad atrás hacía muchos años. De todos modos, ya sabía quién era ella y no por ser paciente, sino por ser la esposa de quien era, iba a comportarse con toda la profesionalidad del caso. 

Aunque también por ser la dama que era, se merecía un trato especial. -  Haré todo lo posible para que no haya que internarla... - le aseguró, mientras acomodaba su culo sobre el escritorio propio para no darle la espalda, y un tic tac repetitivo pero apagado parecía sonar desde el baúl. -

- oh, Lovercraft no cumple este horario... - contestó apesadumbrado- tan mal le estoy tratando? No vaya a presentar una queja sobre mi - volvió a negar divertido y se descruzó de brazos, para de inmediato y con seriedad agregar la información precisa. Una cosa eran los chistes para pasar bien el rato, pero luego estaban los asuntos importantes: informar bien a los pacientes como correspondía, dejarlos tranquilos, contestar todas sus inquietudes. - No se preocupe: todos los procedimientos y resultados van automáticamente a esa carpeta - señaló el expediente de Harley - y yo le diré personalmente que tu estuviste aquí y el porqué, para no alarmarlo innecesariamente. Si te parece correcto, sino invocamos el secreto profesional. 


Y no explicó más porque una persona con las dolencias de Harley sabría perfectamente lo que significaba. Y no era decisión ni de Lovercraft, ni de él, sino exclusivamente de Harley. A menos claro, que fuera una situación de vida o muerte: ahí siempre primaba resolver la situación para bien, costase lo que costase.

- De todas formas yo llevó cuatro años aquí, y esto es solo un trámite, estuviste en el lugar incorrecto, en el momento incorrecto, nada más... no hay casi nada que él pueda hacer que yo no... - Un click sonó y el baúl se abrió lanzando al aire dos pergaminos, uno desapareció y engrosó el expediente de Harley, el otro Clive lo casó en el aire e incorporándose fue leyéndolo hasta volver a la chica. - Vamos a ver... está todo bastante bien... tienes un poco alto los indices phi y gamma pero...- subió la vista para asentirle sonriente y entregarle el informe, que ella lo viera por si misma. Estaba por preguntarle cuándo era su próxima transfusión pero en eso otro PIP mucho más chillón llenó la salita y uno, dos, tres, pergaminos en forma de avión volador se incrustaron en el pecho de Clive.

Quitó la vista a Harley y uno a uno los tomó, leyó, olvidó la sonrisa galante y volteó a dejarlos en el escritorio - Malas noticias. Sra Schweinsteiger va a tener que quitarse la ropa....

Se rió nerviosa, no pensaba poner una queja contra él ni nada, de hecho se abochornó un poco solo de pensar que ella podría hacerlo. En realidad Harley jamás se había desenvuelto con soltura con los hombres apuestos, simplemente la cohibían y retraían a menos que tuviese alcohol en la sangre, por eso con Werther había sido todo difícil al principio. - No no, no es por eso, es que él ya sabe todo de mi "caso", ¿No está de guardia? si básicamente vive en el hospital, no lo creo, creo que lo dices para que no te acuse con él ¿Verdad?

Trató de mantener un ambiente casual bromeando como cualquier cosa, no le salía muy bien definitivamente. Sabía que el sanador tenía razón, no quería preocupar a Kael, o a sus padres, o a Werther, o a Mina, o a todo el que se enterara que había tenido que ir a dar al hospital (Si no es que ya se habían enterado). Posiblemente no era nada aun que si se sentía mareada a ratos y veía puntos blancos en la luz.

Estaba escuchando atentamente del tiempo que tenía trabajando ahí hasta que escucho el PIP de la cosa esa, la asustó y dio un pequeño brinquito sobre la camilla, luego lo observó atenta, ya no por que era guapo o estuviera fantaseando alguna cosa, si no por que le importaba saber si todo estaba bien. Respiró aliviada al saber que si y justo iba a preguntarle que carambas era el phi y la gamma cuando más sonidos salieron del aparato y más reportes que si la asustaron de verdad.

¿Qué? ¿Por qué? - Estaba sorprendida, tanto que ni se había dado cuenta de que el Sanador le dijo "Señora", se hubiese enojado o algo, pero estaba preocupada. Dio un saltito para bajarse de la camilla y luego se mordió el labio inferior.

¿Que tengo? ¿Estoy bien? ¿Es peligroso? - Estaba acostumbrada a los chequeos de rutina, más cuando tenía algún ataque de su enfermedad y la luz le lastimaba la piel, no sabía si ese era el caso pero obedeció, primero dejó aun lado la bolsa y luego se sacó el suéter por la cabeza. Hacía algo de frió en el lugar así que se abrazó a ella misma.

Definitivamente era una chica divertida y de buen carácter, y seguro aquella era la mejor manera de llevar lo que le había tocado en suerte. Podría haberse vuelto una persona enfermiza o depresiva, de hecho Clive había visto pasar ante él varios casos así. El tema de las infecciones vampíricas, estaba cada día más en boga, no a oídos de todos claro (y bien se trataba de mantener esas cuestiones lejos de la agenda política y pública), pero dentro del hospital, las cosas eran diferentes.

Clive se tomó un segundo para repasar a ojos fruncidos el último pergamino y solo agregó - no vamos a preocuparnos por adelantado - antes de dejarlo definitivamente junto a los otros y darse la vuelta, indicándole que se acostase en la camilla. - Nada es peligroso si estás en el hospital, acá solucionamos casi todo... Sucede que los que no sacaron sus tripas para fuera, pueden tener un bichito dentro - comiéndoles las entrañas... eso claro no era menester decirlo. volvió a sonreír como para darle confianzas y apoyó sus manos en el estómago de la mujer 

- y tu no vomitaste, no?... vamos a ver - presionó un poco allá y un poco más acá cerca del ombligo - duele?... nauseas... - le preguntaba paro seguía informándole para que dejase de estar tan nervioso, se notaba en los músculos de su estómago que hacía falta más que chistes para tranquilizarle el ánimo - Tu bebiste el agua contaminada? o fue solo el gas que contaminó el aire?... al parecer lo que hizo ese mago, logra activar unas bacterias que todos tenemos en el organismo. Esas bacterias siempre están ahí y son fundamentales para la vida nuestra, pero si mutaron podrían ser un problema... algunos infectados las sacaron del organismo ya, en otros se las descubrieron dentro de la panza, por eso este examen... Pero quizá a ti ni te afecte. -


Harley tenía un organismo especial, así que toda posibilidad cabía, para bien o para mal. Clive solo iba a apuntalar las cuestiones para bien. -Respira profundo... hincha el estómago... suéltalo... - toqueteo de rutina, pero que no daba nada concluyente. Lo peor que podía pasar es que por no hacerle todo lo posible volviese al otro día con la cabeza de un gusano gigante salíendole del ombligo. Así que por más incómoda que se la viera a la chica, Clive no iba a dejar irse a si como así a la esposa de su presidente.

Tomó la varita y una lupa gigante descendió desde el techo. - esto te hará cosquillas - le guiñó un ojo poniendo la lupa tan cerca del estómago de Harley que esta podría sentir el frío del vidrio pero un segundo antes de hechizarla para hacerla funcionar, la obvia indicación se le vino a la mente. - Harley... si hay posibilidad de que estés embarazada no puedo activarlo... - se refería a la lupa gigante.- igual hay otro método, solo dime. - El otro implicaba tomar una poción asquerosa que volvía la piel trasparente a base de un hechizo localizador. Clive no lo prefería, pero no quedaba en él la decisión.

Ya los nervios habían dado paso al temor, estaba asustada de que algo más pudiera haberle pasado y no se dieran cuenta a tiempo o que le sucediera como en esa película que había visto hacia algunos días donde un hombre salía del hospital y moría. No quería morir, era muy joven para morir y tenía un hijo y un esposo y... La voz de Clive la sacó nuevamente de sus pensamientos y obedeció recostándose torpemente sobre la camilla. Odiaba esos lugares por la luz que le dio directamente en los ojos y tuvo que cubrirse un poco. Respiró profundamente y luego se dejó ser examinada.

¿Un bicho dentro? ¿Como peligroso? No he vomitado, ¿Necesitas que vomite? Podría vomitar si gustas, si, yo puedo.. - Trató de levantarse como si fuera a ir a vomitar pero la mano de Clive la detuvo. Se movía en la camilla como una niña pequeña que estaba realmente incomoda. No era por que el pelirrojo viera sus nulos atributos femeninos (según ella), era por que estaba odiando especialmente la idea de estar en realidad enferma.

Bebí un poco de agua pero tenemos un filtro especial en la cupcakería, todo es muy higiénico, estoy segura que no tengo nada. - Por que tenían grandes medidas de higiene y todo eso. Se quejó de los movimientos que hacia el sanador sobre su abdomen, no le dolían pero ya se había puesto en ese plan de odiar al mundo.

No, no estoy embarazada... - Lo dijo con un suspiro. Estaba segura además de las obvias razones, por que gracias a su enfermedad estar embarazada era algo difícil, casi imposible, Bastian había sido un milagro, en muchos sentidos.

¿Es usted hermano de Jordan Mayer? ¿Primo? ¿Tio? ¿La conoce? - Le dijo al final soltando el aire contenido, no quería pensar en el posible gusano que en estos momentos tenía en su interior, le aterraba la idea.

La gran disyuntiva: si sonreía por quitarle tensión al asunto Harley iba a pensar que no se tomaba seriamente su trabajo o a ella o a sus miedos; si en cambio imponía seriedad, podía llegar a agregar tensión y angustia a la situación. Por eso era necesaria la poker face, mirar a los ojos para influir confianza y hacer todo lo más normal y rápido posible. También seguir conversaciones casuales, por más personales que fueran podía ayudar.

- cupcakería? esa tienda es tuya? Mira que bien, no tenía idea. Y eso que he comido mil cupcakes de esos... Bueno, en realidad casi nunca paso por ahí... Pero las enfermeras los traen todas las tardes... Debo decir que tus cupcakes tienen un éxito importante dentro del staff. - No iba a agregar que él era uno de los más fanáticos y que se había corrido la voz entre sus pacientes y muchos acudían con cajas en mano a la consulta como forma de agradecimiento.  

Asintió a sus palabras de no estar embarazada y por lo tanto terminó de poner la lupa en sitio - bien, te molesta la luz, no?, pues cierra los ojos un segundo - y con la mano que no blandía la varita, la llevó sobre los ojos de Harley para acrecentar la sombra. Un segundo después un destello imposible pero inmediato llenó la habitación y para el instante siguiente solo quedó iluminado el estómago de la chica por debajo del artefacto. - ya está. Vamos a ver que hay aquí... - luego de esas escuetas palabras, se olvidó de que había una persona en Harley y se dedicó a ver a ojos fruncidos lo que el cristal tenía para mostrar.

Era en esos momentos que había que prestar real atención a la cuestión, pues dependía de su ojo y de su criterio, si lo observado era memorable o no. - respira profundo - se notaba en su voz que ya no era cuestión de hablar por hacerla sentir a gusto y de hecho pasó por alto la pregunta sobre Jordan. Como si de una revista se tratase, blandía la varita pasando páginas por sobre la lupa y ahí sería que Harley sentiría ciertas cosquillas. Se inclinó sobre ella para ver todo más de cerca, pero ya no se trataba de la piel tersa de la muchacha, sino de su interior, tan viscoso como el de cualquier otro. 

-Bien. - dijo de un momento al otro y con la misma sequedad se irguió, otro destello le entregó una fotografía a su mano y de inmediato ya estaba subiendo la lupa. Por hábito miró la fotografía, y sonrió, la mandó a volar a la carpeta y ofreció una mano a Harley para que se incorporase. - ya está. No tienes nada... Tu organismo se las arregló sin mi ayuda... Se ve que te ha afectado por que hay unas estelas diluyéndose, pero iban desapareciendo mientras las miraba... Así que no hay problema. - y asintió con el rostro como preguntándole si ya estaba más tranquila...

- ya puedes vestirte - acotó marchándose hacia su escritorio, recogiendo el expediente de Harley en el camino y sentándose en su silla. Volvió a mirarla y alargó una mano para indicarle que podía tomar asiento en donde primeramente se había acomodado. Sacó unos papeles de un cajón y una pluma - Jordan es mi hermana, la conoces? Quizá puedas enviarme de tus cupcakes a través de ella. - le devolvió la pregunta mientras volvía a leer el expediente de la chica, quería ver si tenía planificada una transfusión y cuándo.

La platica de Clive la había ayudado a relajarse, incluso sonrió imaginando los regalos que seguramente las enfermeras le llevaban siempre, así era con los guapos doctores, los trataban bien, eran amables y seguro tenían sexo en las lavanderías como en las series de televisión, Clive curiosamente si tenía la pinta de ser uno de esos galanes que salían en los programas de tv muggles, como en gray's anatomy, había visto algunos capítulos, pero las series muggles la aburrían.

Gracias, en realidad yo hice todas las recetas del lugar. No soy buena cocinando pero los cupcakes se me dan bien, ahora justo estamos implementando unos especiales por la época, y en halloween tendremos unos especiales para la quema de brujas, no se olvide de pasar por ahí doctor. - Le guiñó un ojo aun que no estaba segura de que la hubiese visto.

Espero paciente que terminara el examen y siguió sus instrucciones al pie de la letra, si no hubiese estado asustada por que tuviera algo peligroso seguramente se habría puesto de todos colores por que ella la viera más desnuda que nadie (o sea literal, estaba viendo sus órganos internos). Estaba por hacerle mil preguntas cuando se puso de pie y la ayudo a levantarse pero afortunadamente él se adelantó explicándole todo y ayudándola a levantarse.

¿ENSERIO? Tiene que jurarlo, estaba muerta de miedo - Dijo un poco más tranquila, inmediato que respiro de alivio se puso el suéter inmediatamente, si bien sus pechos no eran su mejor atributo, tampoco iba a estar mostrándoselos a cualquiera. En realidad esperaba poder irse a casa lo antes posible, estaba cansada y Bastian seguramente ya quería descansar. Se acercó a donde el doctor Clive estaba y sonrió.

La he visto un par de veces, creo que piensa que estoy loca. La he visto por ahí por que también le gustan los cupcakes de mi tienda, tal vez le mande algunos con ella. - Se mordió el labio, en realidad si tenía una transfusión agendada dos días atrás, pero odiaba que le inyectaran la sangre, se ponía mal y mareada y dolía así que había faltado. Lo odiaba.

¿Ya me puedo ir? Seguramente mi esposo estará preocupado.

No podía ponerse a hablar mal de Jordan, ni de nadie de hecho, en medio de una consulta, así que simplemente le sonrió al levantar la vista del expediente - No pareces ser de las mujeres que les interesa lo que opinen de ella... - sino serías un theta, pensó para si. - Con lo de los cupcakes tendré que tomarte la palabra... Aunque bien podría yo pasarme por el mall - 


Y evidentemente esa frase había sonada demasiado subida de tono, sin siquiera pretenderlo, porque la SRA. sacaba a colación su situación civil de mujer casada. Ahí ya no pudo disimular, algo creído ciertamente y cerrando el expediente le sonrió. Esas escusas no iban a permitirle huir. - Fuimos Alpha juntos... un buen tipo - sentenció sonriendo, por el expediente ya sabía que Schweinsteiger no se refería a ninguna de las hermanas de su compañero de antaño. El mundo mágico era tan pequeño. - no quiero pecar de conocerlo, pero me animo a arriesgar que preocupado se podrá, por tu ausencia a la transfusión de días atrás... Qué opinas de eso?


Tomó unos papeles del primer cajón y la pluma y prescribió un par de cosas para Harley mientras ella si quería podría explicarse. - y lo que vi aquí, es que no sigues un tratamiento con regularidad: un mes si, luego faltas, luego pasan seis meses y no programas ninguna cita... Supongo que todo esto ya lo habrás hablado con el Dr. Lovecraft, no? 

Ella no se dio cuenta en lo absoluto de que Clive estaba tratando de evitar temas personales o el tema de Jordan en especifico, lo tomó como un comentario casual y en esos momentos, cuando mencionó que podría pasarse por el Mall, una pizca de culpa la inundó al darse cuenta que se encontraba deseando estar trabajando ahí aun y no en la universidad. Con Bastian, la Universidad y todo lo demás le era difícil mantener su tiempo en la cupcakería, por eso solo se pasaba a veces o en fines de semana o cuando todo estaba volviéndose loco.

Si gustas la próxima semana estaré probando una nueva receta, quién sabe, tal vez puedas degustar alguno de los nuevos cupcakes que saldrán a la venta antes que nadie. Todo por librarme del gusano maldito - No estaba coqueteando, tuvo que repetírselo, estaba simplemente siendo amable con el doctor. Ella respetaba mucho a Werther y aun que no lo aceptara rápidamente, odiaría que alguna de esas secretarias del ministerio o algo estuviera coqueteandole (seguro si lo hacían, maldito).

Cuando le dijo que Werther y él habían sido compañeros Alpha ella solo se pudo reír y por un momento deseo que la tierra se la comiera. Afortunadamente también le había dicho a su esposo sobre lo de los cupcakes, así que no se podía prestar a mal interpretaciones. Lo que si la dejó completamente sin habla y le quitó la sonrisa del rostro rápidamente fue la mención de la transfusión de sangre de la semana pasada.

Efectivamente, el Doctor Lovecraft es quién se encarga de eso. - Le respondió con enojo. La verdad era diferente. Cuando era niña había llevado sus tratamientos regularmente, mes con mes, sin faltar una sola vez. Esa no era la vida que un niño debía tener pero esa era su vida. Por eso jamás había podido hacer las cosas que los niños normales hacían como ir a Disney y todo eso. Cuando fue mayor y los accidentes de su vida pasaron, se había sumido en una espiral de auto destrucción y por el lapso de dos años nunca se preocupó por su salud, no hasta que quedó embarazada de Bastian, ahí fue donde a pesar de todo seguía al pie de la letra lo que le decían. Ahora que había nacido no se había sentido mal ni mucho menos y no sentía que lo necesitara. Por eso aun que Kael sabía lo de Harley, en realidad no podían obligarla a hacerlo. Estaba bien y era lo que importaba.

¿Va a decirle lo de mi enfermedad? No puede hacer eso...! - Werther sabía una parte muy minúscula de su enfermedad. Ella no le había contado todo a todo lo que conllevaba, solo que era hereditaria, la ponía mal a veces y que Bastian posiblemente la tendría. No fue así, pero eso fue gracias a los métodos mágicos que el inefable había utilizado.