Una charla importante

Los chismes y las tonterías solían correr como el viento en un lugar como esa universidad. Mina estaba, en cierta forma, acostumbrada a ellos, pero nunca le habían importado tanto como en ese momento. Ejemplo: todo lo que se decía de la fraternidad Alpha y sus individuos respecto a ella le daba exactamente igual, ni siquiera se había preocupado nunca por acallar ni un solo chisme. Ejemplo 2: cuando había entrado a la universidad de lo único que se hablaba era de su divorcio que tenía apenas unos meses, tampoco le había dado importancia. Pero ahora el chisme involucraba a Marcellus y, por primera vez, estaba descontenta con las cosas que se decían. Hecho: no lo había buscado para hablar con él luego de lo de la playa, porque sentía que era un descaro total y no sabía cómo abordarlo de todos modos.

Fuera de eso, estaba llevando bien lo de la supuesta soltería que tenía a ojos del mundo, pero eso no le estaba ayudando mucho tampoco, porque no estar con alguien daba pie al doble de especulaciones. Como fuera, necesitaba hacerle llegar el mensaje de que N cantidad de tonterías que se pudieran o no decir de ella, eran una mentira total, y ya que no tenía el valor para decírselo de frente -sentía que no quería ni verla, aunque eso no fuera un hecho comprobado ni mucho menos, era solo consecuencia del sabor amargo que le había dejado la despedida en la playa- se le ocurrió acudir con la persona que le pareció más indicada para el asunto: Odille.

La buscó en su facultad, preguntando por ella a algunas personas de su semestre que le dijeron que se había quedado en X aula haciendo un trabajo con X tipo. Mina se dirigió hasta ahí y tocó suavemente la puerta del salón antes de entrar, y encontrar a Odille con el fulano específico haciendo quién sabía qué cosa -nada bochornoso.

-Hola, ¿vas a estar ocupada mil horas más? ¿Crees que podamos platicar un ratito?

Le preguntó tímidamente, porque siempre cabía la posibilidad de que estuviera ahora del lado del grupo "odien a Mina Schweinsteiger" como Brownie y así.

Las mitades de los semestres siempre eran peores que las fechas de entrega de trabajos finales. Al menos para Odille. Los profesores a veces daban una lista de trabajos a realizar para entregar a final de semestre y la rubia siempre adelantaba proyectos con sus compañeros. Odiaba estar al último minuto desvelándose por hacer los trabajos que debió de haber hecho semanas atrás.

Así que ahí estaba, haciendo uno de esos susodichos trabajos que le costaban. Kyle muy amablemente le había dado uno de los proyectos más complicados -así lo había pedido Odille para hacerle ver que iba en serio con su carrera- y se había conseguido un compañero medianamente competente para terminar más pronto. Y vaya, ya llevaban casi la mitad del mismo y no veía la hora de terminar para compilar toda la información que habían recabado y juntarla. 

Había comenzado a dictarle distintas razas de dragones que había en Europa y América a su compañero señalando la mesa aparentemente vacía cuando escuchó una tímida voz que no debería ser tímida, sino todo lo contrario. 

La última persona que se imaginaba ver en ese momento era a Mina. Respiró hondo cuando la vio entrar donde estaban ellos. Odille ya sabía lo que había sucedido con Marcellus y con Mina. Estaba claro que Marcellus había sufrido por haberse enamorado de más -o demasiado rápido- de la ahora Epsilon. Sin embargo, no podía dejar de sentir cierto rencor por la morena después de lo que habían hablado y porque, a juzgar por lo que le había dicho en ese restaurante, Marcellus verdaderamente le interesaba y sentía algo por él. 

Frunció los labios y se encogió de hombros. No iba a odiarla porque no le había hecho nada malo -eso creía ella- ni le iba a decir de cosas como Brownie porque ella no la odiaba como su sobrina, así que simplemente fue amable y nada más.-No, solo dame unos segundos de terminar aquí.

Le indicó unos nombres a su compañero de trabajo mientras señalaba el pergamino gigante con un mapa impreso en el mismo. Señalaba con el dedo índice un lugar mientras decía un nombre distinto y el chico los anotaba en una carpeta. Finalmente el chico cerró la carpeta y guardó sus bolígrafos. Odille le dijo que ella se quedaba a guardar las cosas y que él mejor se fuera porque tenía asuntos que atender mencionando a Mina. 

-Ahora si, ¿qué pasó?-se aclaró la garganta y comenzó a guardar sus lápices y bolígrafos en un pequeño estuche de tela con cremallera de forma cilíndrica.

Asintió cuando le pidió que esperara y se sentó en un taburete, ante una mesa en la que alguien había olvidado una carpeta de apuntes que no tuvo reparos en hojear. Siempre le habían llamado la atención las criaturas mágicas pero no como para hacer de ellas su vida, mucho menos con las peligrosas, quizá su temperamento era lo que la hacía poco menos que apta para esas cuestiones.

Echó una mirada rápida a algunos apuntes solo para ganar tiempo, porque la batería del móvil había muerto hacía un par de días y no había podido volver a su departamento a recargarlo. Estaba pensando seriamente en conseguirse un piso en Florida, para no estar haciendo viajes a Nueva York todo el tiempo, ahora que Harley no estaría, le iría mucho mejor en un departamento más pequeño, no necesitaba tanto espacio.

No sabía si era su paranoia, pero había notado que Odille tenía una actitud mucho menos abierta que de costumbre. Eso le sentó mal porque de una forma u otra, le había ido agarrando cariño a pesar de ser hermana de quien era. Hizo un mohín y cuando la chica se desocupó, cerró la carpeta y se sentó más cerca de ella.

-Escucha, vengo a hablar de tu primo. En realidad es porque ya sabes que se escuchan muchas cosas por aquí y la verdad es que no quiero que pienses cosas que no son. No vengo a pedirte que seas intermediaria ni nada, sería tonto, pero sí me importa que no tengas un concepto de mi que no es, especialmente por todo lo que hablamos, ya sabes...aquella vez

Y para que fuera un poco intermediaria, sí...pero ¿cómo iba a decir algo así?

Si, Mina había percibido bien su malestar con la forma en que le habló y si, también era cierto que se sentía un poco ¿enfadada? ¿decepcionada? No sabía exactamente cuál era el término pero definitivamente no estaba contenta con la situación ni con ella. No la odiaba, Odille no estaba en la posición moral de odiar a nadie en ese momento por lo que había sucedido con Zlatan y que aún no sabía cómo controlar por la culpabilidad, pero eso no la excluía de pedirle explicaciones. 

Se hizo tonta unos segundos. Ya había sentido que Mina le hablaría de Marcellus e intentaría explicarse y no la tomaba por sorpresa, tomando en cuenta la forma en que había llegado, llena de timidez y todas esas cosas. Se había delatado pero Odille iba a darle la oportunidad de explicar la situación. Quería oírlo de sus labios y saber por qué carambas había terminado todo.

Se detuvo cuando Mina comenzó a hablar y guardó el estuche en su mochila que estaba en una silla junto a la que había elegido Mina. Se recargó en la orilla de la mesa y se cruzó de brazos, mirándola como si quisiera leer en su expresión algo que quizás no estaba ahí. Asintió como dando por entendido a qué vez se refería Mina. Ella también le había empezado a agarrar cariño y podía comenzar a considerarla una amiga y como amiga suya que podría ser, le daría el mismo tratamiento que a las que ya lo eran. 

-¿Vas a contarme en verdad qué es lo que sucedió? ¿O vas a dejarme con la duda igual que a Marcellus que no entiende nada?-preguntó, sin rodeos, sin filtro, no estaba enfadada pero quería saber cuál había sido la razón por la que una relación que recién iba empezando y en la que al parecer Marcellus estaba más involucrado había terminado de la nada.

Sonrió a medias, casi como si entendiera la postura de Odille. Sabía cómo podía ponerse con los asunto que involucraban a Marcellus, para muestra lo que había pasado aquella tarde con el fulano ese que se lo había llevado, por eso Mina había decidido adelantarse a que Odille se pusiera como loca o que esa relación con ella -aunque recién empezada- llegara a un punto demasiado frágil como para reconstruir nada.

Se mordió el labio inferior y asintió, soltando un hondo suspiro. No, no le iba a decir que había vuelto con Jesse NI que se lo había follado, por toda la magia. En primera, por decencia, y en segunda porque había llegado con él al acuerdo de que lo mejor era no cometer ni un tropiezo en esa pantomima que ahora tenía fines más importantes. Pero sí iba a tratar de ser lo más honesta posible en todo ese asunto.

-Ok pues, quería hablar con Jesse, me parecía importante. Se notaba que lo pasaba mal y tal, y honestamente no quería que las cosas se dieran así, pero mi idea era una charla rápida, un par de disculpas y tal, no esperaba que dieran el giro que dieron.

Se removió en su asiento y se pasó un mechón de cabello detrás de la oreja, sentía que tenía los argumentos bien definidos, pero nada estaba escrito todavía.

-Pero las circunstancias y el secuestro exprés lo cambiaron todo. Cuando uno está a solas con otra persona pueden pasar muchas cosas, sin siquiera esperarlo. Me di cuenta de que, joder...Jesse y yo hemos pasado por muchas cosas, por demasiadas. Desde que nos conocimos hasta el día de hoy ha sido una sucesión intensa de eventos. Y ha hecho por mi...

Todo. Esa era la palabra adecuada. Había hecho todo lo humanamente posible para estar con ella, incluso asesinar, arrodillarse enfrente de todo mundo, perdonarle muchas cosas, aprender a pedir perdón por otras tantas, explotar, mantenerse en calma. ¿Cómo dejabas ir a alguien que había hecho tanto por ti?.

-...todo lo que ha podido, todo lo que le he pedido. Luego de hablar con él me di cuenta de que era injusto para mi y era injusto para él. Y que en cierta forma también estaba siendo injusta con tu primo, todavía tengo a Jesse guardado aquí.

Puso el puño en el corazón y luego terminó arrugando un poco su propia camisa.

-No estoy lista para iniciar una relación con nadie más por ahora porque tengo todos esos estigmas, me apresuré y lo arruiné todo, pero Marcellus me importa, Odille, y lo digo en serio, me importa mucho.

O no estaría ahí diciéndole todo eso.

Recordaba lo que Brownie había dicho, que Jesse se había largado con Mina en la fiesta y que Marcellus se quedó tan impactado que no había hecho nada. En ese punto estaba de acuerdo con que alguien se hubiera molestado por no haberla buscado, pero dudaba mucho que Jesse le hiciera algo que la dañara. Sin embargo, tampoco dudaba que hubiera sucedido algo que Mina no iba a contarle, pero quizás eso era simplemente parte de su paranoia fatalista. 

Por más que quisiera sentirse molesta con Mina no podía hacerlo porque ella se identificaba un poco con ello. Como cuando estaba con Thomas o cuando volvió a encontrarse con Kyle. Se mordió el labio y se rascó la cabeza, como si quisiera buscarle una salida a todo eso pero no la encontraba, al menos no una donde Marcellus saliera menos lastimado o que Odille tuviera que escuchar cosas que no le entusiasmaban demasiado.

-No dudo que te importe, de lo contrario no estarías hablando conmigo después de haberme visto como me puse esa noche. Nadie en su sano juicio lo haría cuando se trata de Marcellus.

Había descubierto que el catalizador de su furia, de esos instintos horrendos, era Marcellus y todo lo que tuviera que ver con él y su integridad tanto física como moral. No podía permitir que nada ni nadie lo dañara. Su primera reacción cuando se enteró de lo que había sucedido con Mina había sido gritarle, exigirle que le pidiera una disculpa o que simplemente lo dejara en paz y no se atreviera a acercársele. 

Sin embargo, había comenzado a controlarse un poco más. Mina no lo había dañado como lo habían hecho antes. Mina le había tratado de explicar la situación de forma civilizada y fuera del público en general para evitarle una humillación -además del hecho de haberlo dejado y ya- innecesaria y eso se le agradecía aunque en el fondo estuviera lo suficientemente molesta con ella como para exigirle que le explicara la situación. 

-Al menos le ahorraste la humillación de botarlo en público...-dijo, intentando bromear un poco ante una situación tan tensa. Mantuvo las manos ocupadas doblando el mapa avejentado que estaba sobre la mesa, en el que había señalado los lugares a su compañero junto con diversas especies de dragón porque en su cabeza sucedían mil y un cosas y después de mucho tiempo de estar pensando, de haber escuchado tanto sobre Mina y Jesse y todo lo que habían vivido, había llegado a la conclusión de que nunca iban a dejarse mutuamente. Suponía que ella no era la única con esa maldición de amar hasta la muerte. Quizás Mina también sufría ese terrible mal-Mira, no te voy a decir que estoy contentísima con la situación, pero te agradezco que prefirieras cortar por lo sano antes de herirlo más porque si, lo heriste, y me molestó mucho, pero al menos le frenaste el camino en el momento adecuado. Pero dime una cosa, y quiero que me lo digas con sinceridad y que sepas que esta conversación no va a salir de aquí, lo juro por mi honor de Lovecraft y también juro que no voy a juzgarte pero necesito saber un par de cosas...-se mordió el labio porque no sabía si quería saber la respuesta al final de cuentas-La primera es...¿Le pusiste el cuerno a Marcellus?

Siempre le había dado risa que la gente se refiriera a si misma como peligrosa, en cualquier contexto. Por eso cuando Odille dijo lo del sano juicio dibujó una sonrisilla involuntaria, en realidad lo hacía porque Odille le caía bien, no porque sintiera terror de su locura, por más que a Jesse le encantara decir que "mejor no se metiera con los Lovecraft", aunque Mina siempre había sentido que lo decía solo para que no le bajara los dientes a Odette de un puñetazo.

Le puso atención cuando al parecer iba a hacer una pregunta importante, incluso echó el cuerpo hacia adelante para escuchar lo que Odille tenía que decir. La pregunta la tomó por sorpresa. Repetía que no le iba a decir que se había follado a Jesse, de ninguna manera. Su descaro no llegaba a esos niveles, al menos no tratándose del tema Marcellus en particular. Miró a la chica a los ojos sopesando la idea de mentirle, porque ese era el camino más sencillo.

-Sí.

Terminó por confesar aunque no ahondó en detalles. Podía estarse refiriendo a un simple beso, o podía estarse refiriendo a un gang bang, daba lo mismo.

-Aunque si lo piensas fríamente tampoco fue un cuerno como tal. Le dije que quería ir despacio con eso de los títulos y demás, que viéramos sobre la marcha si funcionaba y que lleváramos eso lento. Bah! olvídalo, estoy tratando de justificarme y ya. Sí, lo hice, pero te juro que no fue algo que estuviera buscando, ni planeando. Lo quiero Odille, lo quiero en serio, no habría querido lastimarlo ni en un millón de años, por más absurdo que eso suene ahora para ti, para él o para cualquiera.

Lanzó un hondo suspiro y negó con la cabeza. Bajó la mirada porque no quería saber qué expresión llevaba la chica en el rostro en ese momento.

-Lo cierto es que llevo muchos años siendo un lío, pero él era la última persona a la que quería involucrar de mala manera. Sentí que tenía una oportunidad en serio, ¿Sabes? para cambiar y tal, pero no puedo hacer ninguna de esas cosas mientras siga sintiendo lo que siento por alguien más. Y creo que tampoco...no sé, tu primo es demasiado bueno para mi.

Y no lo decía en el sentido de que no se merecía a alguien que la tratara como princesa, al contrario, lo decía porque estaba acostumbrada a tipos que daban hasta el último aliento, que luchaban, y Marcellus simplemente respetaba demasiado sus decisiones, al parecer, como para ponerle interés a las cosas, lo que a ella le mandaba el mensaje equivocado.

Odille era una persona práctica aunque en esencia no lo pareciera. Las preguntas que ella hacía le gustaba que fueran respondidas con un simple "sí" o un simple "no". No había medias tintas en las respuestas sinceras. Para ella, quien intentaba irse por las ramas sin responder a sus preguntas no estaba diciendo la verdad. Eso lo había aprendido a la mala y era una de las razones por las que a fin de cuentas le había sido tan sencillo tomar la decisión de dejar a Thomas de una buena vez por todas. 

Y obtuvo su respuesta. No quería detalles sucios ni nada por el estilo. Solo quería saber si había sucedido o no. Le daba exactamente igual si se lo había follado o no, para ella, los cuernos eran iguales desde un simple beso a un trío o que se tirara una orquesta completa. Además de ello, quería sentirse mejor con ella misma de forma egoísta. Quería saber que no era la única que llevaba un cargo de consciencia por haber hecho algo mal con alguien. 

Se mordió el labio porque no podía evitar identificarse con la explicación de Mina. Ella no había planeado ni deseado lo de Zlatan y bueno... la situación había sido igual se viera por donde se viera. Había salido un tercero lastimado y ninguna de las dos había querido eso. Si, quizás Odille estaba siendo un poco egoísta por querer saber eso y sentirse mejor consigo misma. 

Había hablado con Marcellus cuando fueron a Disney y le había parecido absurdo el hecho de que pensara que Mina no quería hacer nada con él o que llevaran las cosas lentas. Eso no era lo que sabía de Mina y una parte de ella al enterarse que no se la había follado había comenzado a tener pensamientos paranoicos y sabía que, si las cosas seguían igual de lentas, se iba a terminar todo. Y no era ninguna vidente, simplemente era sentido común. Marcellus era un caballero como los que ya no habían, y también podía no serlo, por eso creía que de esa situación podría haber salido mucho más de no ser por que quizás alguno de los dos malinterpretó la situación o más bien la petición de ir más lento, y la verdad, Marcellus tampoco era el único que había tenido la culpa en esa ruptura.  

Ya había terminado de doblar el mapa gigante de la mesa y lo puso en el centro. Siguió cerrando los gruesos tomos que estaban al rededor de la mesa, sobre los taburetes y luego se mordió el labio porque quizá lo que iba a preguntar si le generara un "no seas metiche" por parte de Mina. 

-Nunca vas a dejar a Jesse, ¿verdad? For real... al menos no al cien por ciento, ¿no? A fin de cuentas una parte de ti le pertenece a él y por más que me pese a mi creo que te entiendo. Como te dije, no te voy a juzgar porque sinceramente no tengo autoridad moral para hacerlo, creéme. Solamente quiero entender....

No la estaba juzgando y eso le sorprendía muchísimo. Incluso alzó la vista de nuevo hacia ella tratando de entender las razones de que no explotara con su respuesta, aunque no tenía ni idea de lo que había pasado con Fleming y lo que eso, en cualquier caso, podría significar para Madison. Y quizá era mejor no saberlo y tal, así simplemente podía pensar que Odille era magnánima y todo eso, una grata sorpresa, no más.

Al escuchar su siguiente pregunta hubo un denso momento de silencio. La respuesta inmediata y verdadera era que no, que no lo iba a dejar nunca, que lo amaba de una manera absurda, estúpida y completa, y que ese amor no había surgido de forma gratuita, Jesse lo había sembrado y regado para que así fuera, con cada detalle, con cada cosa.

-Quiero dejarlo, de verdad. Decidimos dejarlo por lo sano, terminar, no llegamos a nada en esa conversación. Si terminé con Marcellus no fue porque quisiera seguir con Jesse, sino porque era lo más adecuado para el momento. Llegamos a un punto horrible, Odille, un punto en el que ya no era sano estar juntos, él lo sabe y yo lo sé, pero aceptar eso no lo hace menos doloroso. Y supongo que es gradual...

Dejarse y tal. Y si había tenido que mentir en ese momento fue porque de verdad había promesas que no podía dejar de cumplir, ya no por un drama amoroso sino por algo mucho más importante.

-Igual siento que tu primo se enamoró de una idea, más que de mi. No estoy segura, ni siquiera sentía que me deseara, ¿Sabes a lo que me refiero? Quizá estaba...Madison me dijo que estaba demasiado enfrascado en que...¿cómo dijo?... "era una princesa perfecta que solo necesitaba amor sin presiones para ser feliz", y eso es...no sé, quizá simplemente nos mandamos los mensajes equivocados todo el tiempo

Sabía que Mina estaba sorprendida por la forma en que estaba actuando y por mantenerse calmada ante la situación, lo veía en su expresión, en su silencio. ¿Qué más podía hacer? La entendía, en más maneras de las que Mina podría enterarse jamás y se podía decir que hasta se identificaba con algunas cosas pero no lo iba a aceptar, no todavía. 

Al escuchar sus palabras no supo si le daba ternura, tristeza o lástima. Veía, por primera vez, el amor que Mina le tenía a Jesse a pesar de todo, de lo que se decía que quizás era más verdad que mentira a juzgar por su expresión. Sabía que tenían una historia y no precisamente rosa ni con cachorros ni dragones bebés, pero era su historia al fin y al cabo. Una de la que muchos no entenderían nada pero que darían todo por tener, así de disfuncional como era.  

-Eso es todo lo que necesitaba saber.-dijo al terminar de apilar sobre la mesa, con bastante trabajo, los últimos dos tomos que tenía en los taburetes sin hacer un terrible desastre. Se sacudió de los brazos el polvo que le habían dejado los libros viejos y se tensó en el momento en que Mina mencionó a Madison. 

Intentó que pasara desapercibido mientras ojeaba unos apuntes en una hoja arrugada que había dejado su compañero de trabajo y luego se aclaró la garganta cuando Mina le decía lo que la semiveela le había dicho. Frunció los labios.

-No eres el tipo de persona en quien Marcellus suele fijarse. A todos nos sorprendió en un principio y nadie lo comprendía. Simplemente se enamoró ciegamente. Como tú lo dices, de una idea. Siento que creó una fantasía de una muñeca de porcelana en apariencia completa pero que estaba quebrada por dentro.-no sabía si Mina se tomara bien eso pero era como ella la percibía ahora que había hablado más con ella, que se habían abierto un poco más después de que la ayudara a calmarla esa noche horrenda cuando volvió a ver a Claude.-..y creo que él se quedó con la idea de la simple apariencia y se hizo una fantasía que no podías cumplirle. No sé, yo lo veo así, quizá me equivoco.-se encogió de hombros y miró a Mina, lo que decía lo hacía no con afán de hacerla sentir mal ni nada por el estilo, sino para intentar explicar o llegar a una conclusión del por qué Marcellus terminó como terminó.

Hasta ese momento se dio cuenta de que por estar enfrascada en la conversación, no había ofrecido ayuda a Odille en su tarea compulsiva de apilar de libros, y hacer dobleces a los mapas. Para cuando lo notó ya había dejado de hacerlo. No entendió por qué era todo lo que necesitaba saber pero al menos se sentía liberada de haber sido lo más honesta posible con ella. Es decir, le había mentido en varias cosas pero había sido una decisión a consciencia por factores externos.

No notó la manera en que se tensaba por lo de Madison porque no estaba prestando atención a esas señales, al fin y al cabo, no se le encendía ninguna luz roja con ese tema, ni en un millón de años lo hubiera adivinado.

La analogía con la muñeca de porcelana rota por dentro lejos de ofenderla, la hizo sonreír, aunque ella sentía que era más a la inversa, que en realidad estaba jodida por fuera, con toda esa mentira que se había construido alrededor de ella. Luego no pudo evitar reírse con lo de la fantasía que no podía cumplirle.

-Le hubiera cumplido la fantasía que me pidiera, en serio.

La miró fijamente y se encogió de hombros después, antes de negar con la cabeza y bajar la mirada como si estuviera apenada de lo que había dicho, aunque obviamente no lo estaba.

-Quizá sí es como tú dices. Debió ver algo en mi que necesitaba ser arreglado con cuidado. Y de ser así el caso no creas que no lo aprecio, en serio. A veces me gustaría ser más como esa idea que él tiene de mi que lo que en realidad soy.

Solo a veces.

Sonrió ante su descaro sobre la fantasía y estaba completamente segura de que si, cualquier fantasía -dentro de lo razonable, suponía- que Marcellus le hubiera propuesto se la cumpliría. Dibujó una sonrisilla en su rostro a pesar de no haberse referido a ese tipo de fantasías y sabía que Mina lo había entendido precisamente como se debía ser pero eso no le impedía implementar un poquito de humor en un ambiente tan tenso. 

Sabía que Madison y Mina eran muy buenas amigas y eso la había tensado un momento y sabía que no podía decirle nada sobre eso a ella. Quizás si, pero mintiendo sobre los nombres o algo y aún así sentía que no era la mejor idea así que mejor se lo mantendría callado el mayor tiempo posible y si no se volvía a mencionar a Madison por ella mejor. 

-Todos necesitamos ser arreglados... pero cada uno de distinta forma.-volvió a encogerse de hombros y se acercó a su mochila para cerrarla una vez había terminado de quitar todas las hojas de papel que necesitaba y guardarlas en el interior, no quería que nada se le olvidara.-Tú y yo somos más parecidas de lo que pensaba.

Sonrió de lado y la miró con complicidad. Cada una estaba rota a su manera y por sus experiencias y no necesitaban de alguien que las tratara como princesas. Odille se había cansado de ello con Thomas y había llegado al punto en que a veces la asfixiaba pero lo amaba tanto que se lo permitía y se había dejado de lado ella misma. Tal vez Mina no había llegado a ese punto con Marcellus pero sabía más o menos lo que se sentía que te tuvieran en un pedestal al que no pertenecías. 

Sentía que Mina había sido lo suficientemente honesta para decirle lo que sentía y pensaba sobre su situación con Marcellus que creía que le debía un poco también de su parte. No le iba a decir nada de esa noche después de la fiesta Alpha, claro que no, pero sabía que eventualmente Kyle saldría en la conversación.

-Te agradezco tu honestidad. Me siento aliviada de saber ambas partes de la historia y no solamente la de Marcellus... o los rumores, ya sabes.-evidentemente dejar fuera lo de los cuernos ese día que se la llevó Jesse de la fiesta a la que ella al final no fue por estar haciendo otras cosas. Había jurado que lo que Mina le dijera no saldría de ahí y así sería, pero ahora ya podía entender mejor la situación. Al menos se daba cuenta de que Mina no era una terrible maldita arpía como casi todo el mundo la pintaba y eso era ya un alivio enorme.

Honestamente hubiera sido muy difícil para ella saber la información clasificada que involucraba a Zlatan, porque le había agarrado un cariño muy intenso a Madison en los últimos meses, así que estaba muy feliz dentro de su ignorancia. En cambio, le sonrió casi con dulzura cuando le dijo que se parecían más de lo que pensaba, aunque todavía no supiera a ciencia cierta a qué se refería con eso, pues conocía más bien poco de su vida- pasada y presente- como para entenderlo cabalmente.

-Y a ti gracias por escucharme. Se lo dirás, ¿verdad? Que lo quiero, que no quiero herirlo. Quizá a mi no me crea, o no sé, pero a ti te lo creerá. Es importante para mi, por favor.

Si había alguien en el mundo con quien no quería estar mal era con Marcellus, no era lo mismo que cuando había dejado que Billy se hiciera las peores ideas, o cuando decía cosa hirientes a las personas solo para ver el efecto que provocaba, como hacía con Odette, por ejemplo. Ah sí, le aliviaba que Odille no sacara nunca a colación a su hermana la bruta.

-¿Dónde quedó tu cabello de colores?

Le preguntó de pronto, como si apenas cayera en cuenta de ello. No estaba desviando el tema ni nada, si Odille quería saber otra cosa se lo diría, pero era cierto que apenas lo había notado tal cual.

-Oye, ¿conoces bien Florida? Estoy pensando en mudarme para acá y, si no tienes algo importante que hacer ahora, quizá podrías guiarme para ver algunos departamentos o algo. Creo que no me hace bien hacer tantos viajes a Nueva York.

-Claro, solo tengo que filtrar algunas cosas.-le guiñó el ojo y sonrió para finalmente sentarse en el taburete donde estaba la mochila y la quitó para hacerse espacio. Se acomodó mirando hacia Mina.-También es importante para mi que él esté mejor. Ya sabes, dentro de lo que cabe. 

Como un gesto involuntario, tomó un mechón de su cabello rubio y lo inspeccionó unos instantes ante la pregunta de Mina. Era una historia larga, una de la que no quería profundizar ni externar en ese momento porque necesitaría por lo menos unas cuantas copas encima. Separó el mechón en dos y como que empezaría a trenzarlo pero al final desistió y simplemente lo observó. 

-Supongo que me cansé de los colores.-respondió al encogerse de hombros y soltarse el cabello nuevamente. Se lo pasó detrás de la oreja y se removió en su asiento.No iba a ahondar mucho más en el tema. -Quizá luego me vuelva pelirroja.-Si, se había cansado de los colores y de mantenerlos en su lugar cuando tenía que ir a cualquier lugar muggle y eso había sido lo que la había metido en problemas cuando menos los necesitaba, así que, finalmente, decidió mantener su rubio natural.

-Pues.. más o menos. No paso mucho tiempo en Florida, mis padres viven en Providence.-se llevó la mano a la barbilla como si quisiera recordar de algún sitio donde Mina pudiera mudarse y había recordado haber visto unos departamentos en Miami Beach bastante agradables con vista a la playa y que seguramente le gustarían.-Hay unos cerca de Miami Beach, están lindos. Quizá si me dices tu presupuesto podemos encontrar algo decente. De todas formas ya terminó mi jornada académica por el día de hoy.

Era difícil el amor, pero quizá aquella era la primera vez en la que de verdad no había querido que nadie saliera lastimado. Se mordisqueó el labio inferior y asintió. Entendía perfectamente que cualquier persona cuerda se pusiera del lado de Marcellus porque era un pan de la bondad, pero también agradecía que las chicas (Violet y Madison, sorpresivamente también Odille) entendieran su postura y qué era lo que había pasado al menos de su parte sin contar lo de Crawford.

-Pelirroja es sexy, alguna vez lo pensé también pero al final he dejado mi cabello virgen toda la vida.

Pues al menos algo virgen, claro. Soltó una risilla por esa inner joke a la que no le dio explicación. Se quedó pensando en lo del presupuesto, no quería decir la estupidez de “ilimitado” porque sonaría muy idiota.

-Pienso vender mi departamento en Nueva York, quizá en unos 14…pero no sé si comprar o rentar propiedad en Florida. Igual, si después de terminar la universidad me harto, podría venderla también y buscar otra cosa.

Aunque siendo St. Bassett-Knapp Valley el equivalente a Wall Street muggle, penaba quedarse ahí por mucho, mucho tiempo, si las cosas salían bien.

-Si me llevas te invito un helado, gigante...

-¿Catorce qué? ¡¿CATORCE MILLONES?! WHOOAAH-Obvio eran millones, Odille, tonta. Alguien con la fortuna que tenía Mina -fuera heredada o lo que fuera- podían permitirse departamentos de ese calibre. Odille jamás pensaría en vivir en un lugar así sin tener que se prostituyera o algo por el estilo. Su herencia no podía contarse porque ninguno de sus padres había muerto, afortunadamente, y lo que ganaba en el bar y en la librería no era demasiado. Si, tenía sus ahorros y todo y sumaban unos cuantos miles de dólares pero.... no era lo mismo. ¿Catorce millones? Joder....-Papá dice que no hay nada mejor que vivir en tu propia casa sin tener que depender de un contrato anual.

Ella algún día tendría su propia casa aunque quizás no sería un departamento en Nueva York en el Upper East Side o en las mayores metrópoli americanas, quizá sería algo en algún santuario, rodeada de por lo menos un espécimen de al menos unas 4 especies de criaturas, si podía vivir en un santuario de Dragones, lo haría.  

Se encogió de hombros y cerró los broches de su mochila para colgársela al hombro y le indicó a Mina con la mano la salida aunque ya la supiera. Sonrió con el comentario del helado y le abrió el apetito. Dioses, siempre tenía hambre, parecía un perrito con estómago infinito o algo así... o una vaca con cuatro estómagos, quizá. 

-Tendrá que ser uno muy grande. Anda, vámonos antes de que se nos haga de noche.-cerró la puerta al salir del aula y comenzó a caminar con Mina. Sacó su chamarra de mezclilla de la mochila y se la puso en unos segundos.-¿Y sabes más o menos lo que quieres? Seguro con algunos datos pueda conseguirte algo.

Abrió mucho los ojos por la reacción de Odille por el precio. De verdad que no había querido sonar como una idiota, por eso no le había agregado la palabra "millones" a la oración, pero al final resultaba que terminaba sonando horrible de todos modos. Se llevó una mano al rostro apenada de verdad y luego hizo un gesto con la misma.

-Sí, pero no quiero gastarme todo el dinero en un departamento nuevo, prefiero ahorrar la mitad. El que tengo ahora era de Werther y me lo vendió más barato. Pero tantas habitaciones y tanto espacio. Ahora voy a estar sola, sin Harley y sin Jesse, así que no tiene sentido.

Y era mejor estar en algo más pequeño y discreto, que no la hiciera sentir tan jodidamente sola como seguramente iba a sentirse, grandes planes a futuro o no. Salió del aula con Odille detrás mientras pensaba en lo que necesitaba. Lo básico.

-Veamos, quizá solo dos habitaciones, cerca de la playa. En una zona con magos, de preferencia, no muggles porque...pues me gusta hacer magia en mi casa. No quiero gastarme todo el dinero de mi venta, así puedo invertir más en el negocio y tal. Y si ya está amueblado mejor, porque qué flojera tener que encargarme de eso.

O invertir en Jesse y en los Delta, más bien, cuando llegara el momento, disfrazar cifras para ella no iba a ser tan complicado. Sonrió a Odille de nuevo, por alguna razón, le tranquilizaba tenerla cerca.

-Conozco una inmobiliaria por aquí, podemos tomar algunos folletos de los que están en venta amueblados.-había recordado que hacía un par de meses había pasado por ahí solo por curiosidad para rentar un departamento fuera del Campus, donde tener privacidad y no andar escondiéndose de Odette o que sucediera de nuevo lo mismo que con Zlatan... eso de encerrarse en habitaciones de gente desconocida no era lo ideal. No porque fuera a volverlo a hacer, pero uno nunca sabía. 

Tomó a Mina de la mano y le dijo un "prepárate" y se desaparecieron con un ligero "poof" y, después de un jaloneo al que ya estaban acostumbradas después de años de practicar la aparición, llegaron al local que Odille había mencionado. Era un lugarcito pequeño, mágico, que tenía un montón de folletos por partes de la ciudad, con fotos móviles de los departamentos pero nunca era lo mismo que verlos en vivo. 

Se sacudió los pantalones y se volvió a acomodar la mochila sobre los hombros y se acercó a saludar al dependiente. Estuvo unos segundos hablando con él hasta que regresó con Mina con un montón de folletos voladores que iban por precio y por cantidad de habitaciones. Odille tomó el primero que encontró y lo observó después de guardar los otros en su mochila. 

-Mira este.-le entregó el folleto que tenía la información que buscaban: tres habitaciones, menos de la mitad del precio que Mina quería gastar, cuatro baños y medio y amueblado.-Ohhh, un piano, qué bonito. ¿Tocas el piano? te podría enseñar.

--------
Departamento No. 1

Vaya, era una suerte que encima de todo, Odille supiera exactamente a donde tenían que ir para que consiguiera un buen departamento. Definitivamente ese día los dioses le sonreían, aunque fuera un poquito. Tomó la mano de la chica rubia y se aparecieron en el local, que por supuesto, Mina no conocía. Se alisó la ropa por acto reflejo y se quedó viendo el lugar con curiosidad, hojeando un folleto sobre vivir en Key West hasta que Odille regresó de hablar con uno de los sujetos que trabajaban ahí.

-Ok, estoy lista para el tour.

Le dijo, emocionada por ver el primer departamento. Era una lástima no poder hacer esa actividad con Jesse sin importar nada, pero ya se lo mostraría después, como una sorpresa y tal.

-No, no toco el piano.

Fue lo primero que dijo ahogando una risa antes de tomar el folleto y verlo. Estaba precioso el lugar, súper amplio y con el tipo de vistas que le gustaban, además por el precio, estaba más que bien.

-¿Sabes tocar el piano? Seguro yo sería horrible para ello y terminaría cambiándolo por otra cosa, tal vez sea buen lugar para poner ahí mi pantalla o whatever.

O sea, su sensibilidad artística estaba por los suelos, totalmente.

-¿Tú vives con tus padres, entonces? Bueno, además del dormitorio de la universidad...para mi es súper cómodo el dormitorio en Epsilon, pero necesito saber que también tengo mi espacio fuera. A ver enséñame otro.

-El piano, el arpa y la guitarra.... y canto. Mamá se empeñó en que aprendiera todo eso desde pequeña.-le sonrió y le sacó la lengua cuando le dijo que ahí pondría su pantalla. Ese podría ser un buen lugar para practicar si ella tuviera ese departamento. 

Separó unos cuantos folletos por proximidad al punto donde se encontraban. Le señaló una mesa en una cafetería -que también era heladería, era plan con maña, evidentemente- y tomó asiento para poder poner los papeles y que no se le cayeran al suelo. 

-Vivo con mis padres algunos fines de semana. Algunos otros voy a la mansión Lovecraft... pero la mayor parte del tiempo la paso en mi dormitorio.-frunció los labios. Sabía del odio que le tenía Mina a su hermana y del odio que su hermana le tenía a Mina, era una situación complicada y por eso había evitado por más que pudiera hablar de su gemela pero esta vez no pudo evitarlo.-Dormir en la misma habitación que Odette es muy complicado. Tenemos toda clase de hechizos que divide la habitación para que nada de lo mío toque lo suyo y viceversa. A veces me dan ganas de deshacerle su pulcrísima cama para ver su cara de histeria.

Sonrió con el simple hecho de pensarlo e imaginarlo pero luego volvió a lo suyo. Ya había terminado de acomodar los panfletos por proximidad y tomó el siguiente. 

-A ver... este tiene tres habitaciones, tres baños y medio, vista al mar. Los muebles se ven de buena calidad, aunque a penas viéndolos en persona. Las fotos no siempre son fiables.

---------
Departamento No. 2

-Wow, eres todo un estuche de monerías, qué tal.

Le dijo de buen modo, la verdad encontraba sorprendente a la gente que tenía talentos artísticos porque bueno, ella no tenía ninguno, cuando cantaba en el auto de Jesse lo hacía a gritos, o fingiendo voces, o solo porque sí, y ni hablar de intentar tocar un instrumento.

Entraron a la cafetería-heladería y Mina vio la carta antes de ver el otro folleto, para pedir un helado doble de pistache, en vasito, y esperó a que Odille pidiera lo que se le diera la gana. Luego de unos segundos se arrepintió de no haber pedido una coca cola flotante.

Dibujó una sonrisilla torcida ante la mención de Odette, seguramente Odille estaría totalmente al tanto de todo lo que ocurría entre ellas, o quizá no. La verdad le daba completamente igual, de esa familia solo le interesaba Marcellus -Harley no contaba- y recientemente, la misma Odille.

-Ufff, suena a pesadilla. ¿Y no piensas en rentar algo pronto?

No estaba diciendo nada fuera de lo común, de verdad sonaba a pesadilla. Durante un semestre a ella le había tenido que tocar sobrellevar a Brownie pero no había parecido tan complicado, menos mal que ya no compartían habitación porque por las recientes situaciones, Mina ya la hubiera asfixiado con la almohada, por decir menos.

-Este me gusta, pero no más que el primero que me enseñaste. ¡¡Oh mira este!!

Le dijo enseñándole uno de los folletos.

-Vamos a verlo en persona por favor, por favor, por favor.

____________

El departamento del amor

-Es una pesadilla cuando está de mal humor o algo le salió mal, o el papel que lancé al basurero no cayó dentro y no me paré enseguida para tirarlo. En realidad casi no paso el tiempo ahí. Siempre procuro llegar ya muy noche e irme muy temprano por la mañana para evitar explosiones innecesarias.-le respondió después de pedir un helado doble de chocolate blanco con chocolate de leche en vasito, como Mina.-Y si lo he pensado, pero no puedo comprar nada aún. Podría rentar algo pero nunca nada algo como esto sin la ayuda de mi padre.-señaló los departamentos que había impresos en los folletos y luego se mordió el labio. Sabía que si le pedía a su padre de buena gana como regalo de graduación adelantado un departamento se lo compraría, pero su madre no estaría de acuerdo y las haría vivir a ella y a Odette juntas por el resto de sus días, y esa ya no era una opción a pesar de que fueran inseparables. 

Les gustaban cosas completamente distintas y el ritmo de vida de Odille era muy complejo y pesado para el que llevaba Odette quien tenía que estar siempre en silencio y se la vivía enfrascada en la biblioteca y todas esas cosas. Odille era todo lo contrario y nunca podía estar en verdadero silencio porque la ponía de nervios.

Mina revolvió los folletos y finalmente le enseñó entusiasmada a Odille uno que, sinceramente, era precioso y tenía muchas cosas que a Odille le gustaría poseer en un departamento propio. Sonrió ampliamente y asintió.

-Si, está muy lindo de verdad. A ver, qué tanto tiene... dos habitaciones, dos baños y medio. Ufff, mira el tamaño de los cuartos, por Hastur.-señaló los folletos y luego miró a Mina.-¿Ese es el definitivo o quieres ver algún otro?

Se le estaba ocurriendo la maravillosa idea de decirle que vivieran juntas por múltiples razones: le caía bien, se compenetraban bien en la superficie y le encantaría ver la cara de la mitad de su familia si acaso tomara la decisión de vivir con ella, al menos la de Odette. La miró de reojo sin decir nada mientras traían los helados y vio varios folletos más mientras pensaba. Quizá el único problema era Jesse, porque eventualmente iba a querer llevarlo al departamento y vivir con alguien más que no supiera n cantidad de secretos podía ser un problema. Lo tenía que meditar.

-Me parece que este es el definitivo pero deberíamos seguir viendo más mientras comemos el helado, antes de tomar decisiones precipitadas.

Se metió una cucharada grande de helado de pistache a la boca. A veces con Werther, cuando niños, solían jugar a ver quién aguantaba más metiéndose cantidades groseras de helado a la boca sin que se les destemplaran los dientes o se les enfriara el cerebro.

-Sería mi primera vez viviendo completamente sola, no sé si lo pueda manejar. ¿Estaría muy raro si te invitara a vivir conmigo si me doy cuenta de que me estoy volviendo loca o así?

Quizá probaría un mes, aprovecharía cada pequeño rincón del departamento con Jesse y luego podría vivir con alguien, le sentaría más que bien y le ayudaría a llevar una vida más normal.

En el momento en que les llevaron los helados a Odille se le hizo agua la boca. Se saboreó aún sin probar el helado y luego le dio una gran cucharada, casi imitando a Mina como acto reflejo. Ella también hacía ese tipo de juegos infantiles con su padre y con su hermana y también a veces con Marcellus. Nunca le habían ganado a su madre por eso ya no la invitaban a jugar. 

-Vale... a ver, déjame ver....-revolvió los papeles un par de veces y con el dedo a modo de péndulo daba círculos en el aire como si quisiera que el mismo dedo la guiara al elegido o a una segunda opción.-Mira, este. También tiene dos habitaciones pero tiene solo dos baños. O quizá este otro. Esas cabañitas de masaje se ven tentadoras.

Le estaba empezando a entregar los papeles cuando Mina soltó la pregunta del millón. Enarcó una ceja y se sorprendió muchísimo. ¿A ella? ¿La estaba invitando a compartir departamento a ella precisamente? Dejó los papeles en la mesa sin saber exactamente qué responder y luego sonrió. Le halagaba bastante aunque en realidad no tuviera ni la más remota idea de cómo podría ayudarle a pagarlo. 

-¿Estás segura de que sería la persona adecuada? Dicen por ahí que estoy condenadamente loca y que soy muy rara. Algunos dicen que hasta muerdo a la gente.-se encogió de hombros y soltó una ligera carcajada y por fin le dio los folletos a Mina.

------
Departamento No. 3
Departamento No. 4

Lo primero que pensó fue que el departamento opción 1 era totalmente del estilo de Jesse, por ende, no de su estilo. Se sonrió al pensar que seguramente esa sería una de sus primeras elecciones pero fue solo el gesto, porque hizo el folleto a un lado mientras negaba con la cabeza.

-Este otro sí que me gusta, en especial por las cabañitas de masaje

Dijo soltando una risa, aunque estaba terriblemente enamorada del departamento anterior. Tendrían que verlo en persona para  que ella se terminara de convencer pero mientras tanto, ese era el elegido.

Se rió con lo de los adjetivos y la mordida, y se encogió de hombros como si le diera lo mismo. Veía en Odille una chica fuerte e independiente que seguramente no haría tonterías en un espacio compartido, pero que al mismo tiempo necesitaba ciertas libertades que por el momento no tenía. A ella, por su parte, le gustaba vivir acompañada, y Odille había mostrado, por el momento, que era una persona con la que se podía convivir y, sobre todo, que la entendía. Tendrían que hablar de como compartir gastos y tal pero por el momento eso no era lo que importaba, solo lo estaba poniendo como opción.

-Ok solo sería cosa de ponerle seguro a la puerta por las noches para que no entraras a morderme. Mira, no estoy acostumbrada a vivir sola, es la verdad. Y me caes bien, si fueras otra persona no lo estaría poniendo como posibilidad. Seguro a tu hermana le daría un infarto pero a quién le importa eso...

A ella no, por supuesto. En realidad no le importaba lo que cualquier otro Lovecraft pudiera decir al respecto de que se llevara a uno de sus tesoros para vivir juntas, ya había dicho que solamente le importaba Marcellus.

-Todavía no sé si Zelda va a vivir conmigo o con Werther, pero no es como si no se pudiera mandar a hacer otra habitación dado el caso, tenemos mucho espacio. Vamos a verlo en persona y puedes pensarlo todo el mes que sigue. ¿O tienes planes de irte a vivir con algún interés romántico?

Le preguntó alzando y subiendo las cejas de manera chistosa, no es que fuera una chismosa, era que estaba conviviendo y tal.