Una charla importante
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Re: Una charla importante
-Deja tú mi hermana... todos los demás.- se llevó una gran cucharada de helado a la boca y se quedó meditando unos segundos mientras saboreaba el postre. Quizá no fuera una idea tan descabellada. Pensándolo con la cabeza fría, estaba comenzando a llevarse mucho mejor con Mina que con cualquier otra persona y eso ya era un decir. Krasava se había perdido en quien sabía dónde y con las únicas personas que se llevaba medianamente bien eran varones o sus primos y ya era suficiente convivir con ellos prácticamente todos los días como para irse a vivir con ellos.
No hay que mal interpretar, Marcellus era como su hermano y lo adoraba y todo eso, pero de ahí a vivir con él, terminarían odiándose y eso no lo podía permitir. Aunque si se fuera a vivir con Mina las cosas no serían sencillas. Frunció el labio y se comió otra cucharada de helado mientras Mina le hablaba de Zelda, con quien se llevaba bastante bien desde hacía años y era de las pocas amigas que tenía a esas alturas.
-No, por ahora no tengo ese tipo de planes.-respondió con una sonrisilla al recordar a Kyle y lo que había pasado en el área de zoología donde estaban los dragonettes. La señaló con la punta de la cuchara.-Me parece bien, no necesitas mucho para convencerme, solo tengo que ver cómo nos dividiríamos los gastos.-se encogió de hombros y apiló los folletos. Eran todos los que le habían entregado y al parecer ya tenían los favoritos. Sacó una pluma de su mochila y anotó un distintivo en los que les habían gustado como distintivo y los guardó en su mochila dentro de una carpeta. La forma en que los gastos se dividirían en caso de que Mina le dijera a Odille que si la quería después del mes para adaptarse serían cruciales para que su padre pudiera ayudarle y quizás comenzaría a buscarse un trabajo que remunerara un poco más que los bares y la librería. Quizás en alguna clínica de criaturas donde pagaran lo suficiente como para poder pagar para llenar las despensas, al menos.-Ah, y que no te importe que lleve de vez en cuando a mi interés romántico y esas cosas, eso es muy importante, no quiero estar metida en casa de sus padres o.... que nos sorprendan en el campus o algo.
No hay que mal interpretar, Marcellus era como su hermano y lo adoraba y todo eso, pero de ahí a vivir con él, terminarían odiándose y eso no lo podía permitir. Aunque si se fuera a vivir con Mina las cosas no serían sencillas. Frunció el labio y se comió otra cucharada de helado mientras Mina le hablaba de Zelda, con quien se llevaba bastante bien desde hacía años y era de las pocas amigas que tenía a esas alturas.
-No, por ahora no tengo ese tipo de planes.-respondió con una sonrisilla al recordar a Kyle y lo que había pasado en el área de zoología donde estaban los dragonettes. La señaló con la punta de la cuchara.-Me parece bien, no necesitas mucho para convencerme, solo tengo que ver cómo nos dividiríamos los gastos.-se encogió de hombros y apiló los folletos. Eran todos los que le habían entregado y al parecer ya tenían los favoritos. Sacó una pluma de su mochila y anotó un distintivo en los que les habían gustado como distintivo y los guardó en su mochila dentro de una carpeta. La forma en que los gastos se dividirían en caso de que Mina le dijera a Odille que si la quería después del mes para adaptarse serían cruciales para que su padre pudiera ayudarle y quizás comenzaría a buscarse un trabajo que remunerara un poco más que los bares y la librería. Quizás en alguna clínica de criaturas donde pagaran lo suficiente como para poder pagar para llenar las despensas, al menos.-Ah, y que no te importe que lleve de vez en cuando a mi interés romántico y esas cosas, eso es muy importante, no quiero estar metida en casa de sus padres o.... que nos sorprendan en el campus o algo.
- Odille S. Lovecraft
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Re: Una charla importante
Le sonrió a Odille cuando mencionaba lo de "todos los demás", pero en realidad tampoco la presionaría ni mucho menos. Quizá pensándolo desde una perspectiva egoísta, sí que era una idea chistosa llevarse a Odille a vivir con ella, pero también lo hacía porque le nacía, no iba a obligarla a algo así, sería tonto.
-Bueno, tienes un mes para pensártelo y tal, ya veremos como va todo.
Le guiñó el ojo mientras apuraba el helado, aunque en realidad no tenía nada de prisa. Se había quedado pensando en que quizá a Marcellus no le hiciera nada de gracia todo ese asunto, pero Mina de verdad quería sanar heridas y en todo caso, todo ese asunto no era contra él, al contrario, quizá inconscientemente estaba buscando una manera de tenerlo cerca.
-Bah, de los gastos ya veríamos, podría cobrarte como una renta de estudiante y tal y usarlo para la despensa y el mantenimiento, ya nos pondríamos de acuerdo.
No cometería la arrogancia de decirle algo como "ni te preocupes porque el departamento estará pagado, podrías vivir gratis" porque era una grosería, no menospreciaría el trabajo de Odille ni de chiste.
Le dio risa lo de los intereses románticos. Claro que no le importaría, sería una arpía con doble moral si acaso le hiciera caras por eso.
-Por Dioses, no. Todo sería cosa de poner encantamientos que aíslen el sonido y tal. Tú tampoco puedes quejarte por mis hombres futuros.
Aunque en realidad planeaba estar, de ahora en adelante, con un solo y nada más, aunque solía tener muchos amigos acostumbrados a crashear en las madrugadas sabiendo que nunca les negaba su cama -no en sentido sexual, sino como albergue - como había pasado con Miles, o a veces con Billy.
-¿Y quién es ese interés romántico? Lo tienes muy escondido porque ni Brillantina lo ha publicado.
-Bueno, tienes un mes para pensártelo y tal, ya veremos como va todo.
Le guiñó el ojo mientras apuraba el helado, aunque en realidad no tenía nada de prisa. Se había quedado pensando en que quizá a Marcellus no le hiciera nada de gracia todo ese asunto, pero Mina de verdad quería sanar heridas y en todo caso, todo ese asunto no era contra él, al contrario, quizá inconscientemente estaba buscando una manera de tenerlo cerca.
-Bah, de los gastos ya veríamos, podría cobrarte como una renta de estudiante y tal y usarlo para la despensa y el mantenimiento, ya nos pondríamos de acuerdo.
No cometería la arrogancia de decirle algo como "ni te preocupes porque el departamento estará pagado, podrías vivir gratis" porque era una grosería, no menospreciaría el trabajo de Odille ni de chiste.
Le dio risa lo de los intereses románticos. Claro que no le importaría, sería una arpía con doble moral si acaso le hiciera caras por eso.
-Por Dioses, no. Todo sería cosa de poner encantamientos que aíslen el sonido y tal. Tú tampoco puedes quejarte por mis hombres futuros.
Aunque en realidad planeaba estar, de ahora en adelante, con un solo y nada más, aunque solía tener muchos amigos acostumbrados a crashear en las madrugadas sabiendo que nunca les negaba su cama -no en sentido sexual, sino como albergue - como había pasado con Miles, o a veces con Billy.
-¿Y quién es ese interés romántico? Lo tienes muy escondido porque ni Brillantina lo ha publicado.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Una charla importante
-No, no.... no me quejaré, aunque puede que los interrogue o algo, no nos vayan a querer robar el piano...o la comida, o el alcohol o algo. No puedes dejar entrar a cualquier persona a tu departamento.-sonrió con complicidad y se entretuvo en el helado de chocolate saboreándolo.
En su mente, en esos momentos de silencio que, sorprendentemente, no eran para nada incómodos como con algunas otras personas, comenzaba a hacer cuentas porque si, ya había pensado en mudarse del campus y tenía cierto presupuesto para pagar de renta, pagando servicios, despensa y todo eso, que básicamente era casi todo lo que pagaba en el dormitorio con la diferencia de que su padre pagaba la habitación.
No sería tanto problema, había visto ya las cuentas y no era una cantidad exuberante ni algo que no pudiera pagar. Lo que comía siempre terminaba pagándolo y a veces invitaba gente a comer así que podría permitirse aumentar ese gasto al presupuesto. Los servicios ya lo vería, quizá debería abstenerse de comprar cosas que no necesitaba o cosas por el estilo.
-Lo tengo escondido porque puede representar un problema para él, no estoy muy segura aún... y que salga en Brillantina podría costarle bastante.-respondió ante la pregunta de Mina. Nadie sabía sobre Kyle más que Marcellus y planeaba dejarlo así aunque Mina le había respondido lo que le había preguntado con sinceridad y sentía como que ella también tendría que contarle algo personal. Se mordió el labio y se acercó hacia Mina, poniendo los codos sobre la mesa y mirando hacia muchos lados como si no quisiera que nadie la escuchara.-Pero supongo que puedes guardar un secretito, ¿no? Júrame que no le vas a decir a nadie. Solamente Marcellus lo sabe, así que si sale en Brillantina iré a cazarte y todo eso.
En su mente, en esos momentos de silencio que, sorprendentemente, no eran para nada incómodos como con algunas otras personas, comenzaba a hacer cuentas porque si, ya había pensado en mudarse del campus y tenía cierto presupuesto para pagar de renta, pagando servicios, despensa y todo eso, que básicamente era casi todo lo que pagaba en el dormitorio con la diferencia de que su padre pagaba la habitación.
No sería tanto problema, había visto ya las cuentas y no era una cantidad exuberante ni algo que no pudiera pagar. Lo que comía siempre terminaba pagándolo y a veces invitaba gente a comer así que podría permitirse aumentar ese gasto al presupuesto. Los servicios ya lo vería, quizá debería abstenerse de comprar cosas que no necesitaba o cosas por el estilo.
-Lo tengo escondido porque puede representar un problema para él, no estoy muy segura aún... y que salga en Brillantina podría costarle bastante.-respondió ante la pregunta de Mina. Nadie sabía sobre Kyle más que Marcellus y planeaba dejarlo así aunque Mina le había respondido lo que le había preguntado con sinceridad y sentía como que ella también tendría que contarle algo personal. Se mordió el labio y se acercó hacia Mina, poniendo los codos sobre la mesa y mirando hacia muchos lados como si no quisiera que nadie la escuchara.-Pero supongo que puedes guardar un secretito, ¿no? Júrame que no le vas a decir a nadie. Solamente Marcellus lo sabe, así que si sale en Brillantina iré a cazarte y todo eso.
- Odille S. Lovecraft
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Re: Una charla importante
-¡No! No meteré ladrones potenciales, lo juro.
Le dijo raspando lo último que quedaba en el vasito del helado de pistache. Ella tampoco se sentía incómoda con los silencios, ni con esos ocasionales piques que a decir verdad, la sorprendían considerando que Odille era la única que sabía al cien por ciento cómo estaba la situación con Marcellus y tal. Era de sorprenderse encontrar una persona que no fuera intensa -en mal sentido - y prejuiciosa.
Alzó las cejas con aquello de que el tipo en cuestión podía tener problemas de saberse que salía con ella. Pensó inmediatamente en Colton Perry o en Angus Finnerty, que parecían tener cero problemas con cofraternizar con las alumnas. En cualquiera de los dos casos, tenía suerte y tal. Se rió con lo de Brillantina.
-Cualquiera que haga ese pasquín del infierno es mi enemigo, no venderé tu jugosa información, podrás darme veritaserum si quieres.
Ella también se inclinó sobre la mesa para escuchar de cerca el secreto que ya la tenían tan a la expectativa aunque estuviera apostando mal.
-Que no, te juro que no le diré nada a nadie. Pinky Promise.
Le aseguró y entrelazó su meñique con el de Odille en el gesto más ridículo del mundo aunque la rubia se resistiera. Ya estaba muriendo de curiosidad.
Le dijo raspando lo último que quedaba en el vasito del helado de pistache. Ella tampoco se sentía incómoda con los silencios, ni con esos ocasionales piques que a decir verdad, la sorprendían considerando que Odille era la única que sabía al cien por ciento cómo estaba la situación con Marcellus y tal. Era de sorprenderse encontrar una persona que no fuera intensa -en mal sentido - y prejuiciosa.
Alzó las cejas con aquello de que el tipo en cuestión podía tener problemas de saberse que salía con ella. Pensó inmediatamente en Colton Perry o en Angus Finnerty, que parecían tener cero problemas con cofraternizar con las alumnas. En cualquiera de los dos casos, tenía suerte y tal. Se rió con lo de Brillantina.
-Cualquiera que haga ese pasquín del infierno es mi enemigo, no venderé tu jugosa información, podrás darme veritaserum si quieres.
Ella también se inclinó sobre la mesa para escuchar de cerca el secreto que ya la tenían tan a la expectativa aunque estuviera apostando mal.
-Que no, te juro que no le diré nada a nadie. Pinky Promise.
Le aseguró y entrelazó su meñique con el de Odille en el gesto más ridículo del mundo aunque la rubia se resistiera. Ya estaba muriendo de curiosidad.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Una charla importante
-No hace falta el veritaserum, confiaré en ti así como tú confiaste en mi para contarme.. ya sabes, todo lo que me dijiste.-respondió levantando la mano como si quisiera rectificar que no habría pociones de por medio. Pero si que dibujó una amplia sonrisa cuando Mina le tomó del meñique prometiéndole que iba a guardar su secreto. Le recordó a cuando era pequeña y hacía ese tipo de promesas con sus amigas más allegadas.
-Pinky promise.-Apretó el meñique con la misma intensidad que Mina y lo observó unos cuantos segundos. Había olvidado lo que era charlar con alguien que no la juzgara y con quien se llevara bien que no fuera Marcellus o alguien de su familia. Lamentablemente mucha gente la tomaba por rara y sus amistades no duraban. Solo estaba Zelda, la prima de la misma Mina y Krasava, pero Kras estaba quién sabía dónde mierdas.
También le alivió saber que Mina también odiaba a Brillantina y que no era la única en ese menester. Recordaba cuando habían dicho que su familia había patrocinado los ejércitos de Voldemort y se enteró de la graciosa conversación entre Zlatan y su primo.
-Jaja... no es información jugosa, simplemente soy reservada y no quiero traerle problemas. Es Kyle Gallagher, el adjunto de Dragonología. Ya teníamos historia desde hace mucho tiempo.-respondió finalmente después de pensárselo unos segundos. Mina ya le había contado prácticamente su vida en las últimas semanas así que se sentía en una especie de deuda. Era lo mínimo que podría hacer.-No sé que tan perjudicial sea para él estar con una alumna. Todavía no sé ni lo que tenemos, solo hemos... ya sabes.... y ya.-no le iba a decir en voz alta que se lo había follado en el hábitat de los dragones bebés porque había mucha gente y no quería tener que aguantar miradas escandalizadas, así que omitió la palabra, seguramente Mina lo entendería.-Pero él dice que lo tengo hecho un lío y que no sabe cómo lo hago, pero que lo tengo....¿cómo me dijo? Ah, si... que lo tengo "mesmerizado".
-Pinky promise.-Apretó el meñique con la misma intensidad que Mina y lo observó unos cuantos segundos. Había olvidado lo que era charlar con alguien que no la juzgara y con quien se llevara bien que no fuera Marcellus o alguien de su familia. Lamentablemente mucha gente la tomaba por rara y sus amistades no duraban. Solo estaba Zelda, la prima de la misma Mina y Krasava, pero Kras estaba quién sabía dónde mierdas.
También le alivió saber que Mina también odiaba a Brillantina y que no era la única en ese menester. Recordaba cuando habían dicho que su familia había patrocinado los ejércitos de Voldemort y se enteró de la graciosa conversación entre Zlatan y su primo.
-Jaja... no es información jugosa, simplemente soy reservada y no quiero traerle problemas. Es Kyle Gallagher, el adjunto de Dragonología. Ya teníamos historia desde hace mucho tiempo.-respondió finalmente después de pensárselo unos segundos. Mina ya le había contado prácticamente su vida en las últimas semanas así que se sentía en una especie de deuda. Era lo mínimo que podría hacer.-No sé que tan perjudicial sea para él estar con una alumna. Todavía no sé ni lo que tenemos, solo hemos... ya sabes.... y ya.-no le iba a decir en voz alta que se lo había follado en el hábitat de los dragones bebés porque había mucha gente y no quería tener que aguantar miradas escandalizadas, así que omitió la palabra, seguramente Mina lo entendería.-Pero él dice que lo tengo hecho un lío y que no sabe cómo lo hago, pero que lo tengo....¿cómo me dijo? Ah, si... que lo tengo "mesmerizado".
- Odille S. Lovecraft
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Re: Una charla importante
Le sonrió con honestidad por lo dicho sobre la confianza. A Mina no le había quedado más que ser lo más sincera posible y aunque no le hubiera dicho todo a Odille, sí había tratado de exponer con total claridad qué era lo que le pasaba por la cabeza respecto a toda su situación. Luego de la pinky promise se acercó más a Odille para conocer al gran secreto de estado. Y no, no la iba a juzgar fuera quien fuera, estuviera en lo correcto respecto a los profesores sexys o no.
Alzó las cejas cuando escuchó lo del adjunto de Dragonología, su nombre y su apellido. Kyle era amigo de Werther desde hacía tiempo, un tipo genial al que una vez le había dejado un ojo morado por su salvajismo en el quodpot, y que por cierto, Sonja adoraba argumentando que “era el único hombre por el que podría dejar de ser lesbiana”.
-No way! Es mi amigo. Bueno, más amigo de mis hermanos que mío pero sí, una vez le pegué horrible sin querer y nos debemos una revancha de quodpot desde entonces. Mi hermana lo adoraba, Werther también lo tiene en alta estima.
Le sonrió a Odille, con complicidad. Kyle era súper guapo –como aparentemente lo eran todos los malditos amigos de Werther- y además era un encanto.
-Igual solo es adjunto, ¿no? Quizá no sea tan complicada la cosa, pero sea como sea es personal del colegio y eso tiene su encanto.
O su morbo, para ser más exactos. Lanzó un involuntario suspiro.
-Vaya, pues te deseo lo mejor. Juro que no le diré nada a nadie, al menos hasta que no sepamos cómo está la situación legal aunque los idilios secretos son…emocionantes.
Si lo sabría ella.
Alzó las cejas cuando escuchó lo del adjunto de Dragonología, su nombre y su apellido. Kyle era amigo de Werther desde hacía tiempo, un tipo genial al que una vez le había dejado un ojo morado por su salvajismo en el quodpot, y que por cierto, Sonja adoraba argumentando que “era el único hombre por el que podría dejar de ser lesbiana”.
-No way! Es mi amigo. Bueno, más amigo de mis hermanos que mío pero sí, una vez le pegué horrible sin querer y nos debemos una revancha de quodpot desde entonces. Mi hermana lo adoraba, Werther también lo tiene en alta estima.
Le sonrió a Odille, con complicidad. Kyle era súper guapo –como aparentemente lo eran todos los malditos amigos de Werther- y además era un encanto.
-Igual solo es adjunto, ¿no? Quizá no sea tan complicada la cosa, pero sea como sea es personal del colegio y eso tiene su encanto.
O su morbo, para ser más exactos. Lanzó un involuntario suspiro.
-Vaya, pues te deseo lo mejor. Juro que no le diré nada a nadie, al menos hasta que no sepamos cómo está la situación legal aunque los idilios secretos son…emocionantes.
Si lo sabría ella.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Una charla importante
-¿Es en serio? ¿Fuiste tú quien lo dejó todo golpeado? Oye, que nunca se había visto tan sexy. Gracias por eso.-sonrió y guiñó un ojo soltando una carcajada. Recordaba cuando lo había visto con el ojo lastimado y se lo había follado porque le había dicho que nunca le pareció más sexy y a Kyle parecía no haberle importado. Según Odille, los hombres un poco golpeados o con un poco de sangre encima eran aún más atractivos que los que siempre estaban limpios y presentables. Quizá por eso también le gustaba tanto Kyle, no era presuntuoso ni nada y no le importaba ensuciarse las manos, al igual que a ella. -Nunca me contó sobre Werther o algún otro. Aunque claro, en realidad nunca hablamos sobre nada más que lo que nos interesaba y todo eso. Pero es verdad, es alguien a quien yo quiero mucho, mucho, desde niña.
Sonrió y no pudo evitar sonrojarse un poco con lo del encanto que tenía ser personal de la Universidad y recordó lo que le había dicho el día que lo había encontrado de nuevo, ese día de los dragones. Sonrió con complicidad y se recargó en su asiento y raspó lo último que quedaba del helado en su vasito de cartón.
-Los idilios secretos tienen su morbo. Creo que por eso son tan emocionantes. Ya era hora de ponerle algo de emoción a mi vida. Creo que me lo merecía después de esperar en vano a Thomas.-suspiró y luego dejó el vasito sobre la mesa y jugueteó con la cuchara de plástico dándole vueltas en el vasito.-Pero en fin, no vamos a hablar de cosas pasadas. ¿Quieres ir a ver los departamentos?
Sonrió y no pudo evitar sonrojarse un poco con lo del encanto que tenía ser personal de la Universidad y recordó lo que le había dicho el día que lo había encontrado de nuevo, ese día de los dragones. Sonrió con complicidad y se recargó en su asiento y raspó lo último que quedaba del helado en su vasito de cartón.
-Los idilios secretos tienen su morbo. Creo que por eso son tan emocionantes. Ya era hora de ponerle algo de emoción a mi vida. Creo que me lo merecía después de esperar en vano a Thomas.-suspiró y luego dejó el vasito sobre la mesa y jugueteó con la cuchara de plástico dándole vueltas en el vasito.-Pero en fin, no vamos a hablar de cosas pasadas. ¿Quieres ir a ver los departamentos?
- Odille S. Lovecraft
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Re: Una charla importante
Soltó una carcajada por lo de verse sexy golpeado, entendía perfectamente a lo que se refería, pero aquella vez de verdad había sido completamente sin querer el puñetazo que le había metido, cuando jugaba se volvía loca, algo que estaba trabajando muy duro con Zlatan, para que no terminara expulsada por tonterías.
-Ah pues, estoy planeando con Fleming hacer un partido de quodpot extremo cuando acabe la temporada oficial, para rompernos unos cuantos huesos. Quizá invite a Kyle y con suerte le dejo otro ojo medio apagado, en tu honor.
Bromeó, otra vez con completa inocencia porque no tenía idea del asunto de Odille y Zlatan y le guiñó un ojo. Sabía perfecto lo que era querer a alguien desde que se era una niña, con Jesse le había pasado. Lo que sí fue que frunció el ceño ante la mención de Thomas Chee, seguía sin entender qué tenía ese tipejo que las dejaba a todas por la calle de la amargura: Kitty, Laise, Odille...quizá solamente follaba como dios navajo o algo así pero en dado caso, ¿por qué lo dejaban acercarse en primer lugar? O sea...
Pero claro que no le iba a decir nada de eso a Odille y solamente sonrió a medias y se encogió de hombros como diciendo "ah qué dura la vida".
-¡Sí vamos! Me muero de ganas por ver esto en vivo y saber de una vez si vale la pena o no. Afortunadamente somos magos y la mudanza no será un parto. ¿Llevamos algo para llevar? ¿Nos apareces tú? Como no conozco la zona seguro terminaríamos con un brazo mutilado.
-Ah pues, estoy planeando con Fleming hacer un partido de quodpot extremo cuando acabe la temporada oficial, para rompernos unos cuantos huesos. Quizá invite a Kyle y con suerte le dejo otro ojo medio apagado, en tu honor.
Bromeó, otra vez con completa inocencia porque no tenía idea del asunto de Odille y Zlatan y le guiñó un ojo. Sabía perfecto lo que era querer a alguien desde que se era una niña, con Jesse le había pasado. Lo que sí fue que frunció el ceño ante la mención de Thomas Chee, seguía sin entender qué tenía ese tipejo que las dejaba a todas por la calle de la amargura: Kitty, Laise, Odille...quizá solamente follaba como dios navajo o algo así pero en dado caso, ¿por qué lo dejaban acercarse en primer lugar? O sea...
Pero claro que no le iba a decir nada de eso a Odille y solamente sonrió a medias y se encogió de hombros como diciendo "ah qué dura la vida".
-¡Sí vamos! Me muero de ganas por ver esto en vivo y saber de una vez si vale la pena o no. Afortunadamente somos magos y la mudanza no será un parto. ¿Llevamos algo para llevar? ¿Nos apareces tú? Como no conozco la zona seguro terminaríamos con un brazo mutilado.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Una charla importante
-Muy bien, podrías dejarle la boca sangrando o la ceja si quieres, que se ven muy sexys cuando sangran.-esta vez no se tensó con la mención de Zlatan como cuando Mina mencionó a Madison. Supuso que estaba lo suficientemente concentrada imaginándose a un Kyle golpeado y sucio que la mención de Zlatan le pareció lo más natural del mundo sin siquiera proponérselo.
Se encogió de hombros con lo de Thomas y agradeció que Mina no hiciera comentarios. Sabía del disgusto -o quizá era aversión- que sentía por Thomas desde hacía mucho y a pesar de que las cosas hubieran resultado mal, Thomas formaba una parte muy importante para ella y fuera quien fuera quien dijera las cosas, no iba a permitir que se hablara mal de él.
Tomó el panfleto del primer departamento que le había mostrado, el del piano, y lo sacó de la mochila para buscar la ubicación. Decía ahí que había una persona que trabajaba las 24 horas y los atendía fuera la hora que fuera y como aún era temprano -ni siquiera había anochecido- y el sol estaba bonito, no tendrían problema alguno.
-No, mira, mejor luego vamos a cenar. Te llevo otra vez ahí a la cafetería sesentera que te gustó la vez pasada. Dame la mano.-tomó la mano de Mina fuertemente y afianzó su mochila con la misma. En un par de segundos ya habían desaparecido -las ventajas de estar en un vecindario mágico y que no hubiera problemas para ello- y otros cuantos segundos más, ya estaban en la entrada del edificio.
Se veía muy elegante, como esos que había en Nueva York cerca de Central Park -tenía entendido que Mina vivía por ahí- o de los edificios más grandes de la ciudad de Dublín aunque no fueran ni una décima parte de modernos.
-Whoah... qué elegancia. Vamos, seguro hay un elevador.-Odille acudió a la recepción donde había un hombrecillo canoso y viejo de baja estatura que les indicó el número de departamento al que irían que era casi hasta el último piso. Llegaron al elevador y se parecía ligeramente al del Ministerio de Magia inglés, con su cortinilla dorada ya vieja. Ahí dentro había un duendecillo color verde que revoloteaba y apretaba el botón con la nariz, figurándosele como un colibrí sobre crecido. Finalmente llegaron al Departamento y había una persona fuera de la puerta.-¡Hola! Nos gustaría ver el departamento, por favor.
Se encogió de hombros con lo de Thomas y agradeció que Mina no hiciera comentarios. Sabía del disgusto -o quizá era aversión- que sentía por Thomas desde hacía mucho y a pesar de que las cosas hubieran resultado mal, Thomas formaba una parte muy importante para ella y fuera quien fuera quien dijera las cosas, no iba a permitir que se hablara mal de él.
Tomó el panfleto del primer departamento que le había mostrado, el del piano, y lo sacó de la mochila para buscar la ubicación. Decía ahí que había una persona que trabajaba las 24 horas y los atendía fuera la hora que fuera y como aún era temprano -ni siquiera había anochecido- y el sol estaba bonito, no tendrían problema alguno.
-No, mira, mejor luego vamos a cenar. Te llevo otra vez ahí a la cafetería sesentera que te gustó la vez pasada. Dame la mano.-tomó la mano de Mina fuertemente y afianzó su mochila con la misma. En un par de segundos ya habían desaparecido -las ventajas de estar en un vecindario mágico y que no hubiera problemas para ello- y otros cuantos segundos más, ya estaban en la entrada del edificio.
Se veía muy elegante, como esos que había en Nueva York cerca de Central Park -tenía entendido que Mina vivía por ahí- o de los edificios más grandes de la ciudad de Dublín aunque no fueran ni una décima parte de modernos.
-Whoah... qué elegancia. Vamos, seguro hay un elevador.-Odille acudió a la recepción donde había un hombrecillo canoso y viejo de baja estatura que les indicó el número de departamento al que irían que era casi hasta el último piso. Llegaron al elevador y se parecía ligeramente al del Ministerio de Magia inglés, con su cortinilla dorada ya vieja. Ahí dentro había un duendecillo color verde que revoloteaba y apretaba el botón con la nariz, figurándosele como un colibrí sobre crecido. Finalmente llegaron al Departamento y había una persona fuera de la puerta.-¡Hola! Nos gustaría ver el departamento, por favor.
- Odille S. Lovecraft
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Re: Una charla importante
-¡Hecho!
Dijo ante la mención de la cafetería esa, que de verdad le había gustado muchísimo a pesar de que la habían conocido con un mal sabor de boca. Tomó fuerte la mano de Odille y tras el conocido tirón, llegaron al departamento número 1. No era el que a Mina le gustaba más, pero la recámara la había enamorado y quizá terminaría entusiasmada con lo del piano, había que verse.
Le encantó el detalle del elevador y el del duendecillo, y por un momento se imaginó cómo sería vivir ahí. No parecía nada mal en realidad. Miraba a su alrededor viendo cada detalle del edificio y sonreía a Odille de vez en cuando. Todavía no había pensado en si a Werther le iba a parecer la venta, pero al fin y al cabo ya había tomado la decisión. Sin Harley, Nueva York no iba a tener mucho sentido.
Había un tipo ahí que les mostraría el departamento y Mina, no precisamente de forma involuntaria, puso su mejor sonrisa de encanto y coquetería Miss Bassett-Knapp solo por si el fulano era el dueño del departamento, con suerte y con un buen uso del pestañeo, les rebajaba al menos 2,000 dólares o algo.
-Mina Schweinsteiger, mucho gusto. Y ella es Odille Lovecraft, nos medio enamoramos del departamento en el folleto, venimos a ver si el romance se concreta en persona.
Se presentó con un apretón de manos firme y la sonrisa sostenida. Cómo le gustaban las relaciones públicas. Sonrió a Odille con la misma complicidad que habían empezado a maniobrar y cuando por fin entraron al departamento, se quedó encantada con la cantidad de luz que podía entrarle, en especial porque el sol todavía alcanzaba a colarse. Y sí, ahí estaba el piano. Volteó a ver al tipo, entusiasmada aunque exagerando la mirada intensa, porque sí.
-Pues sí, es súper amplio. Quiero ver las habitaciones, ¿son cómodas? En realidad es lo que más me interesa. A mi amiga también.
Si no soltaba una carcajada ahí mismo, era porque los dioses le permitían guardar las apariencias más que bien.
Dijo ante la mención de la cafetería esa, que de verdad le había gustado muchísimo a pesar de que la habían conocido con un mal sabor de boca. Tomó fuerte la mano de Odille y tras el conocido tirón, llegaron al departamento número 1. No era el que a Mina le gustaba más, pero la recámara la había enamorado y quizá terminaría entusiasmada con lo del piano, había que verse.
Le encantó el detalle del elevador y el del duendecillo, y por un momento se imaginó cómo sería vivir ahí. No parecía nada mal en realidad. Miraba a su alrededor viendo cada detalle del edificio y sonreía a Odille de vez en cuando. Todavía no había pensado en si a Werther le iba a parecer la venta, pero al fin y al cabo ya había tomado la decisión. Sin Harley, Nueva York no iba a tener mucho sentido.
Había un tipo ahí que les mostraría el departamento y Mina, no precisamente de forma involuntaria, puso su mejor sonrisa de encanto y coquetería Miss Bassett-Knapp solo por si el fulano era el dueño del departamento, con suerte y con un buen uso del pestañeo, les rebajaba al menos 2,000 dólares o algo.
-Mina Schweinsteiger, mucho gusto. Y ella es Odille Lovecraft, nos medio enamoramos del departamento en el folleto, venimos a ver si el romance se concreta en persona.
Se presentó con un apretón de manos firme y la sonrisa sostenida. Cómo le gustaban las relaciones públicas. Sonrió a Odille con la misma complicidad que habían empezado a maniobrar y cuando por fin entraron al departamento, se quedó encantada con la cantidad de luz que podía entrarle, en especial porque el sol todavía alcanzaba a colarse. Y sí, ahí estaba el piano. Volteó a ver al tipo, entusiasmada aunque exagerando la mirada intensa, porque sí.
-Pues sí, es súper amplio. Quiero ver las habitaciones, ¿son cómodas? En realidad es lo que más me interesa. A mi amiga también.
Si no soltaba una carcajada ahí mismo, era porque los dioses le permitían guardar las apariencias más que bien.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Una charla importante
Le dio un fuerte apretón de mano al tipo de la inmobiliaria y sonrió, notando a Mina y su gran sonrisa que, si la conociera mejor, diría que era una de coquetería. Odille negó con la cabeza, divertida, y con ganas de seguirle el juego. ¿Qué tal y le dejaba el departamento más barato nada más por andarle coqueteando?
Finalmente abrieron el departamento y ¡Oh, por Hastur! La luz que se colaba por los ventanales era impresionante. La vista era bellísima y hasta le daban ganas de saltar por ese balcón de no ser porque podría morirse del impacto o algo así.
Odille había decidido comportarse como si en verdad fuera ella a comprar un departamento, no iría como niña pequeña jugando con las persianas de los ventanales ni a abrir y cerrar todas las puertas de las habitaciones solo para ver si estaban bien aceitados los tornillos y las rendijas. No, no, se comportaría de acuerdo a su edad.
Todo se fue por la borda en cuanto sus ojos azules encontraron el piano y le brillaron como cuando era pequeña y le regalaron su primer harpa. Se acercó al instrumento y le pasó los dedos por la superficie mientras Mina observaba lo demás del lugar. Odille se sentó sin preguntarle al agente pero le coqueteó un poco guiñándole el ojo y sonriéndole y con eso no puso objeción.
Puso los dedos sobre las teclas y cerró los ojos unos segundos y luego comenzó a tocar una pieza que le gustaba bastante de un pianista japonés. Miró a Mina y sus dedos se deslizaban por el marfil blanco como si fueran hechas de mantequilla. Sonrió nuevamente y le dijo a Mina que siguiera observando el departamento, a fin de cuentas era ella quien iba a realizar la compra. El hombrecillo le dio el tour por las habitaciones y luego regresaron.
-¿Te gusta?-le dijo una vez terminó de tocar, con una sonrisa de complicidad. Era lo que necesitaba para recargar energías. Ella sería muy feliz si tuviera un piano en su habitación y no tuviera que ir hasta la sala de coro para practicar o componer algo.-¿Se concretó el romance?
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musiquita
Finalmente abrieron el departamento y ¡Oh, por Hastur! La luz que se colaba por los ventanales era impresionante. La vista era bellísima y hasta le daban ganas de saltar por ese balcón de no ser porque podría morirse del impacto o algo así.
Odille había decidido comportarse como si en verdad fuera ella a comprar un departamento, no iría como niña pequeña jugando con las persianas de los ventanales ni a abrir y cerrar todas las puertas de las habitaciones solo para ver si estaban bien aceitados los tornillos y las rendijas. No, no, se comportaría de acuerdo a su edad.
Todo se fue por la borda en cuanto sus ojos azules encontraron el piano y le brillaron como cuando era pequeña y le regalaron su primer harpa. Se acercó al instrumento y le pasó los dedos por la superficie mientras Mina observaba lo demás del lugar. Odille se sentó sin preguntarle al agente pero le coqueteó un poco guiñándole el ojo y sonriéndole y con eso no puso objeción.
Puso los dedos sobre las teclas y cerró los ojos unos segundos y luego comenzó a tocar una pieza que le gustaba bastante de un pianista japonés. Miró a Mina y sus dedos se deslizaban por el marfil blanco como si fueran hechas de mantequilla. Sonrió nuevamente y le dijo a Mina que siguiera observando el departamento, a fin de cuentas era ella quien iba a realizar la compra. El hombrecillo le dio el tour por las habitaciones y luego regresaron.
-¿Te gusta?-le dijo una vez terminó de tocar, con una sonrisa de complicidad. Era lo que necesitaba para recargar energías. Ella sería muy feliz si tuviera un piano en su habitación y no tuviera que ir hasta la sala de coro para practicar o componer algo.-¿Se concretó el romance?
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musiquita
- Odille S. Lovecraft
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Re: Una charla importante
Le lanzó una mirada a Odille de odio y asesinato -fingido- cuando la desgraciada la mandaba sola con el agente para ver el resto del departamento. ¿No vio que había prendido un boiler y que definitivamente NO se iba a meter a bañar? se volvió a aguantar la carcajada antes de hacerle un gesto al tipo en cuestión -que no estaba de mal ver pero tampoco era para andar como loca- y se fue atrás de él para ver el resto del departamento, obvio, empezando por la habitación principal que era preciosa.
Y sí, había seguido deshaciéndose en sonrisas, pero todo con moderación, porque si estaba sola la cosa ya no era la misma. Le gustaba mucho, pero al menos en los folletos se había enamorado más del otro departamento, si resultaba un fiasco, no tendría reparos en quedarse con ese.
Revisó todas las habitaciones mientras el sonido de Odille tocando el piano llegaba como un suave eco para convencerla o algo así. Era un bonito sonido ambiente, sin duda. Se lo comentó al tipo, que le preguntó en dónde estudiaba asumiendo que era una estudiante. La charla casual llegó hasta la siempre obvia pregunta de "¿tienes novio?" a lo que Mina solo contestó con una risilla sin decir nada, a los dioses gracias, justo cuando volvían a donde Odille, a la que volvió a lanzarle una mirada chistosa justo a espaldas del agente.
-En eso estamos. Mira, voy a dejarte mi celular. ¿Usan cosas muggles, no? No me digas que son anticuados. Si todo sale bien para este idilio, regresaré dentro de dos horas. Si no regreso, me llamas, ¿vale?
Sacó de su bolsa, por inercia, una de las tarjetas de presentación de la cupcakería en donde anotó su celular, aunque luego se arrepintió de haberle dado la tarjeta y no nada más el número. Bleh.
Se acercó a Odille y la tomó por el brazo.
-La habitación principal es una belleza, en verdad. Lástima que no entraste con nosotros. ¿Vamos al destino número 2?
Y sí, había seguido deshaciéndose en sonrisas, pero todo con moderación, porque si estaba sola la cosa ya no era la misma. Le gustaba mucho, pero al menos en los folletos se había enamorado más del otro departamento, si resultaba un fiasco, no tendría reparos en quedarse con ese.
Revisó todas las habitaciones mientras el sonido de Odille tocando el piano llegaba como un suave eco para convencerla o algo así. Era un bonito sonido ambiente, sin duda. Se lo comentó al tipo, que le preguntó en dónde estudiaba asumiendo que era una estudiante. La charla casual llegó hasta la siempre obvia pregunta de "¿tienes novio?" a lo que Mina solo contestó con una risilla sin decir nada, a los dioses gracias, justo cuando volvían a donde Odille, a la que volvió a lanzarle una mirada chistosa justo a espaldas del agente.
-En eso estamos. Mira, voy a dejarte mi celular. ¿Usan cosas muggles, no? No me digas que son anticuados. Si todo sale bien para este idilio, regresaré dentro de dos horas. Si no regreso, me llamas, ¿vale?
Sacó de su bolsa, por inercia, una de las tarjetas de presentación de la cupcakería en donde anotó su celular, aunque luego se arrepintió de haberle dado la tarjeta y no nada más el número. Bleh.
Se acercó a Odille y la tomó por el brazo.
-La habitación principal es una belleza, en verdad. Lástima que no entraste con nosotros. ¿Vamos al destino número 2?
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Una charla importante
Se puso de pie pasando los dedos por las teclas una última vez, cerró la tapa del piano y acercó el banco como estaba. La verdad era una belleza de piano aunque había visto y tocado mejores. Sus favoritos eran los de cola, como ese, pero su abuela en Irlanda tenía uno que no se le comparaba con ningún otro.
-Quería probar el piano.-le dijo y se acercó a su oído lo suficiente como si quisiera susurrarle algo pero lo dijo en un volumen lo suficientemente audible como para que el agente le escuchara.-Aunque me gustaría verte sobre él.
Seguido de eso le puso una mano sobre el trasero y observó también al agente, guiñándole un ojo, viendo el efecto de sus palabras y sus actos, en conjunto con las sonrisas de Mina, que tenían sobre su calor corporal.
Se separó de Mina y se alejó un poco, aguantándose una carcajada del tamaño del departamento. Quería observar la cocina y la mesa de billar. Pasó los dedos por el fieltro color verde de la superficie y empujó la bola blanca contra la bola 8, haciéndola rodar hasta una de las canastas.
-Estoy lista, baby.-le dijo mientras le guiñaba el ojo nuevamente al agente inmobiliario. Vio como se tensaba y Odille se dio cuenta de la razón. Su pantalón comenzaba a mostrar cambios considerables y eso era todo lo que necesitaban. Su trabajo ahí estaba hecho. Tomó a Mina de la mano y se despidió del agente. Una vez cerraron la puerta y entraron al pequeño elevador, Odille estalló en una fuerte carcajada que hasta al duendecillo asustó.-Si no le baja por lo menos unos cinco mil al precio, no servimos para coquetear. ¿Le viste los pantalones?
Hizo la seña para darle un high five a Mina y luego salieron del edificio. Buscó en su mochila el folleto del Departamento No. 2, el que más le había gustado a Mina y se aparecieron. Entraron y de forma inmediata las pasaron al departamento, pero esta vez los acompañó el agente que estaba en el lobby del edificio.
Odille le sonrió y luego miró a Mina, levantando las cejas, como si estuviera instándola a alguna travesura. Finalmente llegaron al piso del departamento y el elevador se abrió para mostrar una puerta de color madera rojiza y entraron por la sala de estar.
-Ufff... es más bonito que en el folleto.
-Quería probar el piano.-le dijo y se acercó a su oído lo suficiente como si quisiera susurrarle algo pero lo dijo en un volumen lo suficientemente audible como para que el agente le escuchara.-Aunque me gustaría verte sobre él.
Seguido de eso le puso una mano sobre el trasero y observó también al agente, guiñándole un ojo, viendo el efecto de sus palabras y sus actos, en conjunto con las sonrisas de Mina, que tenían sobre su calor corporal.
Se separó de Mina y se alejó un poco, aguantándose una carcajada del tamaño del departamento. Quería observar la cocina y la mesa de billar. Pasó los dedos por el fieltro color verde de la superficie y empujó la bola blanca contra la bola 8, haciéndola rodar hasta una de las canastas.
-Estoy lista, baby.-le dijo mientras le guiñaba el ojo nuevamente al agente inmobiliario. Vio como se tensaba y Odille se dio cuenta de la razón. Su pantalón comenzaba a mostrar cambios considerables y eso era todo lo que necesitaban. Su trabajo ahí estaba hecho. Tomó a Mina de la mano y se despidió del agente. Una vez cerraron la puerta y entraron al pequeño elevador, Odille estalló en una fuerte carcajada que hasta al duendecillo asustó.-Si no le baja por lo menos unos cinco mil al precio, no servimos para coquetear. ¿Le viste los pantalones?
Hizo la seña para darle un high five a Mina y luego salieron del edificio. Buscó en su mochila el folleto del Departamento No. 2, el que más le había gustado a Mina y se aparecieron. Entraron y de forma inmediata las pasaron al departamento, pero esta vez los acompañó el agente que estaba en el lobby del edificio.
Odille le sonrió y luego miró a Mina, levantando las cejas, como si estuviera instándola a alguna travesura. Finalmente llegaron al piso del departamento y el elevador se abrió para mostrar una puerta de color madera rojiza y entraron por la sala de estar.
-Ufff... es más bonito que en el folleto.
- Odille S. Lovecraft
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Re: Una charla importante
Se sorprendió por la osadía de Odille pero no de mala manera. Le provocó que le dieran muchas más ganas de reírse pero de hacerlo terminarían con el teatro y nada, tenían que asegurar una buena oferta en caso de que terminara decidiéndose por ese departamento. Siguió con la mirada a Odille sin decir más nada, -aunque todavía arrepintiéndose por haberle dado al tipo la tarjeta de la cupcakería - y luego de que la rubia probara la mesa de billar, estaban listas para irse.
Cuando estuvieron fuera del departamento y a una buena distancia -o sea, en el elevador- entonces sí, soltó una carcajada y asintió a la pregunta de los pantalones.
-Eres una maldita, me dejaste sola y ya estaba preguntándome que si tenía novio y no sé qué. Ahora luego de tu numerito seguramente me hablará diario, ha de pensar que estamos listas para un trío. Dioooooses, voy a tener que cambiar mi celular.
Igual chocó su palma con la de Odille como una tonta y después se preparó para aparecerse en su segunda opción. Esta vez el agente era más guapo, pero lo mismo, en esos momentos ningún hombre le provocaba ningún efecto intenso ni mucho menos, así que solo sonrió a Odille como indicándole que esperara a que vieran el departamento y...nada, era simplemente perfecto.
Así que empezaba la lucha por el precio.
-Sí, y el folleto no incluía que el agente inmobiliario era un encanto. ¿Nos presentamos? No, ¿verdad?
Repitió la dinámica otra vez con la cándida sonrisa de certamen de belleza y apretón de manos firme. Le encantaban los techos altos y por lo que podía ver de la terraza, era enorme y preciosa. Además los muebles también le gustaban, lo supo en cuanto pasó los dedos por la mesa de centro -inclinándose deliberadamente, también, la verdad- el piso le gustaba, la cantidad de luz le gustaba. Seguramente a Jesse le gustaría también.
-¿Nos llevas a ver el resto? Ya estoy enloquecida con la sala de estar, pero quiero ver lo demás.
Le dijo al agente con entusiasmo desmedido -pero honesto, de verdad le gustaba el lugar- , acomodándose el cabello hacia un lado con inocente coquetería como siempre había visto hacer a las amiguitas de Werther y luego lanzándole a Odille una mirada obvia, una que decía: "este es"
El departamento, obviamente, no el agente.
Cuando estuvieron fuera del departamento y a una buena distancia -o sea, en el elevador- entonces sí, soltó una carcajada y asintió a la pregunta de los pantalones.
-Eres una maldita, me dejaste sola y ya estaba preguntándome que si tenía novio y no sé qué. Ahora luego de tu numerito seguramente me hablará diario, ha de pensar que estamos listas para un trío. Dioooooses, voy a tener que cambiar mi celular.
Igual chocó su palma con la de Odille como una tonta y después se preparó para aparecerse en su segunda opción. Esta vez el agente era más guapo, pero lo mismo, en esos momentos ningún hombre le provocaba ningún efecto intenso ni mucho menos, así que solo sonrió a Odille como indicándole que esperara a que vieran el departamento y...nada, era simplemente perfecto.
Así que empezaba la lucha por el precio.
-Sí, y el folleto no incluía que el agente inmobiliario era un encanto. ¿Nos presentamos? No, ¿verdad?
Repitió la dinámica otra vez con la cándida sonrisa de certamen de belleza y apretón de manos firme. Le encantaban los techos altos y por lo que podía ver de la terraza, era enorme y preciosa. Además los muebles también le gustaban, lo supo en cuanto pasó los dedos por la mesa de centro -inclinándose deliberadamente, también, la verdad- el piso le gustaba, la cantidad de luz le gustaba. Seguramente a Jesse le gustaría también.
-¿Nos llevas a ver el resto? Ya estoy enloquecida con la sala de estar, pero quiero ver lo demás.
Le dijo al agente con entusiasmo desmedido -pero honesto, de verdad le gustaba el lugar- , acomodándose el cabello hacia un lado con inocente coquetería como siempre había visto hacer a las amiguitas de Werther y luego lanzándole a Odille una mirada obvia, una que decía: "este es"
El departamento, obviamente, no el agente.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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Re: Una charla importante
Repitió los movimientos de Mina al presentarse. En realidad a Odille nunca se le dieron las relaciones públicas y sus tratos interpersonales eran básicamente con sus amigos o con criaturas y no se le daba nada bien hacerse de amigos desconocidos, pero cuando estaban en busca de una buena oferta, Odille era capaz de hacer cualquier cosa. Y si eso incluía mostrar modales de señorita de alta sociedad como Mina y de coquetearle al agente inmobiliario, lo haría.
-Un encanto, efectivamente.-le sonrió al agente y le rozó deliberadamente el brazo, esperando encontrar en su mirada una pequeña reacción que finalmente obtuvo. Le guiñó el ojo y le volvió a sonreír.
Tomó a Mina de la mano y la jaló para seguir al agente mientras las llevaba a ver lo demás del departamento. Empezó por la cocina. Era bellísima, con un tamaño perfecto y acabados divinos. Si Odille supiera cocinar la mitad de bien que su madre, seguramente se la pasaría metida en la cocina si llegara a vivir ahí con Mina. Pero no, no estaría metida en la cocina. Quizás en alguna de las habitaciones porque eran enormes y ahí cabía un piano sin problema alguno.
-¡Es enorme!-dijo sobre la habitación, con una enorme ventana que dejaría entrar una cantidad increíble de luz.-Mina, tienes que comprarlo.-le dijo mientras levantaba el rostro para ver hasta donde llegaba el techo. Frunció los labios al ver que era increíblemente alto. Y eso que todavía les faltaba ver la planta alta.
-Un encanto, efectivamente.-le sonrió al agente y le rozó deliberadamente el brazo, esperando encontrar en su mirada una pequeña reacción que finalmente obtuvo. Le guiñó el ojo y le volvió a sonreír.
Tomó a Mina de la mano y la jaló para seguir al agente mientras las llevaba a ver lo demás del departamento. Empezó por la cocina. Era bellísima, con un tamaño perfecto y acabados divinos. Si Odille supiera cocinar la mitad de bien que su madre, seguramente se la pasaría metida en la cocina si llegara a vivir ahí con Mina. Pero no, no estaría metida en la cocina. Quizás en alguna de las habitaciones porque eran enormes y ahí cabía un piano sin problema alguno.
-¡Es enorme!-dijo sobre la habitación, con una enorme ventana que dejaría entrar una cantidad increíble de luz.-Mina, tienes que comprarlo.-le dijo mientras levantaba el rostro para ver hasta donde llegaba el techo. Frunció los labios al ver que era increíblemente alto. Y eso que todavía les faltaba ver la planta alta.
- Odille S. Lovecraft
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Re: Una charla importante
Claro que sí, definitivamente estaba enamorada de ese departamento. Le gustaba tanto que ya había olvidado por completo el primero que habían ido a ver, y ni siquiera le importaba si había otros por ver. Lo quería ese. Tanto así que estuvo en silencio durante todo el recorrido, pensando en cómo podría hacer una nueva vida ahí, solo sonriéndole a Agente de vez en cuando, con los ojos brillantes, pero sin estar realmente preocupada por ser un encanto. Con o sin descuento, quería ese departamento.
Sonrió a Odille y le guiñó un ojo, la decisión estaba tomada y la verdad, tendría que idear una forma de agradecerle porque en parte era obra suya que hubiera dado con ese lugar tan perfecto.
-Pues es un hecho. Me lo quedo. ¿Cómo procedemos?
Dijo dando el veredicto final por fin. Agente se mostró muy contento y con razón, seguro se llevaría una buena tajada. Estaba bien, se lo merecía por guapo. Rodeó a Odille por los hombros con un brazo y la acercó a ella para darle un beso en la mejilla.
-Gracias, no lo hubiera logrado sin ti.
Tan eufórica estaba que por poco se le escapaba un "seguro que a Jesse también le gusta" pero por suerte se calló la boca a tiempo. Quién lo diría.
Sonrió a Odille y le guiñó un ojo, la decisión estaba tomada y la verdad, tendría que idear una forma de agradecerle porque en parte era obra suya que hubiera dado con ese lugar tan perfecto.
-Pues es un hecho. Me lo quedo. ¿Cómo procedemos?
Dijo dando el veredicto final por fin. Agente se mostró muy contento y con razón, seguro se llevaría una buena tajada. Estaba bien, se lo merecía por guapo. Rodeó a Odille por los hombros con un brazo y la acercó a ella para darle un beso en la mejilla.
-Gracias, no lo hubiera logrado sin ti.
Tan eufórica estaba que por poco se le escapaba un "seguro que a Jesse también le gusta" pero por suerte se calló la boca a tiempo. Quién lo diría.
- Wilhelmina Schweinsteiger
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