welcome to Burlesque

Siempre se le ocurrían cosas así como "que tal si con un hechizo sencillísimo les abro una ventanita por aquí?... se enojarán mucho?" y se reía sola para sus adentros. Todo ese tipo de cosas tontas mientras que barría los rincones y las sombras la perseguían. Ya les había puesto nombre según su comportamiento. Había una que siempre se arrastraba y otra que de un segundo a otro se hacía gigante y atacaba por la espalda. La primera se llamaba Luci-an... y la segunda Bil-ly... O eso quería pensar Anne, pues estaba segura que si lo comentaba con alguien más le dirían que estaba loca, que las sombras no eran más que sombras...

La verdad es que estaba un poco decepcionada de si misma. Meses habían pasado y no había logrado controlar ninguna de las maldiciones nuevas que estaba conociendo. Así que por eso prefería hacer como que barría, como una bruja de cuentos que le tocaba limpiar el polvo del mundo mientras que otros con varitas y escobas iguales hacían la verdadera magia.

- Show a little more, show a little less.... Add a little smoke, welcome to  - estaba cantando cunado un ruido por su espalda le dio un susto de muerte, pero en vez de darse la vuelta y a lo sumo esgrimir su varita con valía, se quedó estoica en su sitio mirando a la nada, entregando la espalda y aguantando la respiración, hasta que logró seguir cantando -  Everything you dream off, but never can possess.... Nothing’s what it seems, welcome to Burlesque . Buenas noches -

Adrien siempre era el encargado de preparar todo para los rituales y al final, después que la sangre y las cenizas dejaran de utilizarse, también era quién se encargaba de recoger todo después que algún otro se deshiciera de los cadáveres que ahí se desechaban. Era uno de los puestos más bajos en la secta, por qué si, había jerarquías y a él le tocaba el trabajo pesado y peligroso, claro que no siempre había sido así y nadie de los nuevos sabía nada al respecto de eso. Auberon no quería que cuestionaran su autoridad y Adrien mantenía más bien un perfil bajo al respecto.

Bajó al sótano como cada vez, tenía una túnica negra normal, no ceremonial, y se apareció entre las sombras, mismas que le dieron la bienvenida arremolinándose ante él como si le avisaran algo justo antes de que la voz de Anne Bloodworth llegara a sus oídos cantando una canción. No la conocía, a pesar de ser americano Adrien no conocía muchas cosas muggles, así era él y su familia, "chapados" a la antigua.

¿Qué estás haciendo aquí? - Su voz sonó fria y sin emociones, tal vez un poco severa. Caminó abriendose paso entre el lugar y quedar cerca del altar, ahí donde estaban esas antorchas que daban algo de luz y los restos de una cabra o algo parecido. La sangre estaba ya seca y no tenía organos, pero tenía ese olor a carne viva que no cualquiera podía soportar.

No puedes simplemente venir a "limpiar" este lugar. ¿No te lo dijeron? La ultima vez que algo se salío de control hubo repercusiones. Además, no creo que ese sea el trabajo que Bonnie quiera para su hija.

El reconocer a Adrien por su sola voz, le dio el O.K. para darse vuelta y sonreír con cierta tranquilidad de colegas. De todas formas era inevitable al escucharlo cuestionarla en esa especie de reprimenda gélida, no agachar por un segundo los ojos y hasta trastabillar en el pensamiento.

- no estaba limpiando - arremetió de inmediato, y con una vuelta de muñeca la escoba mágica de humo desapareció entre sus dedos. Parecía que se avergonzaba de andar por ahí, y de algún modo así era. Pero no por andar en sótanos sin "permiso", si no por andar perdiendo el tiempo haciéndose la tonta de cinco años que jugaba a limpiar con humos encantados.

Dio un paso adelante y aclaró la situación, como si gracias a las mismas palabras de Adrien hubiera encontrado los argumentos - no eres quién para cuestionarme...- Ella era la hija de Bonnie! eso era! y además no estaba haciendo nada malo!...y él !?- y tu? tu, si vienes a limpiar? - señaló el altar con un dedo y casi se tienta de decirle "si quieres te ayudo y luego tu me ayudas a mi... y así sucesivamente". Pero se contuvo y dio la media vuelta para ir hacia ningún lado.

A esconderse en las sombras mejor dicho. - Si no vienes a limpiar, debes ser tu a quien estoy esperando... yo debía estar acá... - aclaró en voz alta lo que consigo misma estaba tratando de pensar. Por que, ella sabía que ella tenía que estar ahí ese día, a esa hora... Y si bien en principio se sorprendió de que no hubiera nadie más, al final terminó por suponer que sería una prueba de introspección o alguna locura medio hippie del estilo. 

Pero quizá solo había estado esperando a Adrien todo ese tiempo. - se nota que tienes muchas lecciones para dar... - sentenció con desdén, así como él la había reprendido por todo eso que ella no sabía del sótano, de las experiencias pasadas, de las repercusiones... de la sangre de cabra....

Adrien volteo a mirarla como diciéndole ¿Enserio? Pero sin decir nada cuando desapareció la escoba. Tal vez era por su forma de ser o como lo habían enseñado, no estaba reprendiéndola, estaba enseñándole y tratando de explicarle lo mejor posible como funcionaban las cosas en ese lugar. Era peligroso mover por ahí algún rastro de magia oscura y si bien quería que todos los del sótano cayeran, ella no le parecía tan culpable como el resto.

Efectivamente, vengo a limpiar los restos del ritual de la noche anterior. Tenían que permanecer así, es cuestión de poder mágico. Me sorprende que tu madre o alguien más no te lo hubiese dicho - No le respondió a lo de "no ser quién para cuestionarla". Se equivocaba si pensaba que el hecho de ser hija de quién era iba a darle algún beneficio adicional ahí si es que llegaba a cagarla en algo, él era la prueba viviente de que las influencias no lo eran todo una vez que hacías algo equivocado en ese lugar o con la gente equivocada.

¿Esperando? ¿Alguien te dijo que esperaras aquí? No veo para qué. - Esta vez se giró hacia el altar ahí presente, su plan en esa ocasión y aprovechando que le habían mandado a limpiar era estudiar un poco las maldiciones, los hechizos malditos, pero no quería hacerlo con ella, era peligroso.

¿Que quieres aprender? ¿Como guardar huesos? - Le repitió con sarcasmo un tanto velado por su seriedad. Sacó una bolsa de cuero negro, posiblemente piel de dragón y con la varita comenzó a levantar los huesos y meterlos ahí. No podía tocarlos así como así por que la magia aun andaba en el ambiente.

Puedo enseñarte algún hechizo del libro, pero tendrías que practicar con alguien y no soy la persona adecuada. Trae a alguien que podamos matar y luego platicamos al respecto. - No esperaba que lo hiciera, ¿Como iba traer a alguien? ¿Cargando? Además era peligroso si la descubrían y él no quería ser el culpable.

"Me sorprende que tu madre o alguien más no te lo hubiese dicho-" Frases como esa la tenían cansada. Todo con quién se cruzaba le decía algo similar y Anne a ese punto se estaba preguntando cuál diablos era la cosa que tantos le ocultaban y que era tan evidente que ella ignoraba. Respiró profundo para que no se le notase nada, pues tampoco venía al caso andar demostrando ignorancia y menos aun desesperación  y dijo - yo no toqué nada del ritual, y no fue necesario que me lo aclaren... - O sea! tan idiota se veía? Quizá si, y no era culpa de Adrien percibirla como una mocosa superficial.

Anne se quedó en la sombra observando como "limpiaba" y aunque solo le viera la espalda podía presumir que Adrien estaba incómodo con su presencia. O que era un maldito estúpido. Frunció los ojos y abrió la boca grandísimo para decirle que era un loco si pretendía que ella saliera a cazar gente así porque sí - estás de remat..? - pero se auto silenció y negó con desgano. Le estaba tomando el pelo el muy desgraciado! y ella había caído.

- Para todos los hechizos hay que condenar a alguien? - preguntó de verdad - es por hacer un sacrificio, dar magia por magia, sangre por sangre o algo así? o es puro morbo?... no creo que para la aparición ráfaga se necesiten espectadores... - y a ese punto ya había salido de la sombra e iba hacia Adrien, aunque claro no se iba a acercar demasiado, no fuera cosa de que la acusase de estorbar a la limpieza. 


- qué es lo que crees que necesito saber de aquí? qué tendría que haberme dicho Bonnie o cualquier otro? - Esa era la pregunta importante, buscó sus ojos y más en chiste agregó - dónde está el manual... o los diez mandamientos, sé leer, aunque no lo creas. - No se refería a los maleficios, a los trucos, al antiquísimo libro super cool, se refería a las supuestas reglas que había por todas partes, que si podía estar allí, que si no podía, que si tocaba algo, que si no lo tocaba, blablabla... puro ceremonial!

Adrien siempre había sido un hombre profesional, no hizo caso de las tonterías que Anne estaba diciendo a sus espaldas, estaba realmente enfocado en lo que le tocaba hacer, que en ese caso era recoger los restos del ritual y desaparecerlos. En esa ocasión era algo simple, no era como un muerto ni nada, esas cosas se las encargaban a Werther Schweinsteiger, Adrien tenía la teoría de que a pesar de ser uno de los más diestros en el asesinato, jamás iba a dejar de ser un simple lacayo de Auberon, jamás iba a poder sobresalir en ese lugar por sus raíces Alemanas y falta de contactos entre la secta, era cuestión de nepotismo. No era por ejemplo con Anne que su propia madre le había otorgado un puesto ya mayor solamente por ser quién era.

Adrien se mantuvo serio mientras estaba ahí, cuando empezó a ponerle atención a las palabras de Anne en realidad hubiese deseado no hacerlo. Personas como ella no merecían ese tipo de magia, personas que no tenían idea del alcance de todo eso. No podía permitir que alguien como ella en verdad tuviera acceso a los hechizos, tenía que apresurarse en su plan.

¿Que hubiesen hecho los demás de escucharla hablar así? ¿Que hubiese hecho Auberon o la misma Bonnie? Adrien solamente sonrió de manera sarcástica y la vio a los ojos antes de soltarle una bofetada con el dorso de la mano. Luego fue hacia ella apuntándola con la varita.

No te atrevas a burlarte de lo que se hace aquí niña, solamente por que no comprendes en tu cabeza hueca el poder que aquí se encuentra. Déjame decirte algo, el apellido no te va a servir de nada si cometes un error, los errores aquí abajo se pagan con sangre, con tu propia sangre.

No imaginó el golpe, pero ocultándose el rostro con una mano y aguantándose las lágrimas del dolor, entendió de qué se trataba aquello. - veo que no tienes sentido del humor - Podía sonar sarcástico dado el contexto de tener que responder así a semejante ofensa, pero era una simple frase de descripción, luego de un suspiro y de morderse los labios. Le había dolido, en mucho lados.

Él pensaba que ella se iba a poner a hacer un berrinche? Qué iba a gritarle alguna tontería para defender su honor o alzar la varita contra él en aquel lugar? Seguramente no, y estaría en lo correcto. El impacto del golpe, el mismo susto ante la sorpresa no podían negarse, la habían hecho dar un paso hacia atrás. No le faltaban ganas de alzar la mirada y hacerse valer, pero era una de esas cosas que parecía no tener caso.

el apellido, el apellido... Qué diablos con eso?! Adrien debía guardar rencores de ser un don nadie o algo, pues ni modo que la acusase con eso todo el puto tiempo, sino. Quizá era momento de ponerse a investigar sobre su procedencia. Quizá hasta era un barrendero que había caído ahí por obra y gracia de una equivocación. Y de todos modos le tenía sin cuidado, o le había tenido sin cuidado hasta el golpe.

- si va a ser mía la sangre, no sé porqué te importa tanto. - miró el altar ya limpio y por quitarse la mano del rostro vio en su palma la famosa sangre de la que hablaban que había surgido del golpe propinado y que le manchaba sutilmente los dedos, y se sonrió a si misma con pena en los ojos... A Adrien debía preocuparle otra cosa, algo así como que ella pudiera arrastrarlo con esos "errores"? Qué pudiera desbastar toda la secta por su presencia? solo por los errores de una "niña"? Que ilógico su discurso... o era una niña boba o era un potencial problema gigante? quizá se podía ser las dos cosas...  quién sabría....

- trataré de que mis "errores" no te salpiquen...  y tu tratarás de que mi sangre se quede donde pertenece - Adentro de su cuerpo. Era mucho pedir?, de una mujer a un hombre, no ser golpeada? No le sonrió y a penas si lo había mirado a la cara cuando ya se estaba marchando a la salida.