Turbios Secretos Para estar en linea (Adrien Morgan)
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Turbios Secretos Para estar en linea (Adrien Morgan)
Lo ultimo que recordaba eran las grandes tiendas y las ganas de comprar, luego un mareo tremebundo y como todo se desvanecía. Seguro era por el calor y no por la dieta que estaba llevando que a sus amigas les resultaba tan excesiva, aunque en realidad lejos de ser sana como ella aseguraba, estaba basada en agua, hielo , goma de mascar sin azúcar y alguna píldora.
Abrió los ojos ensombrecida, mareada y con un mal sabor en la boca. Fuera donde fuera, no estaba en casa y eso era seguro, pero tampoco estaba tirada en la calle ni en un lugar horrendo. Una habitación blanca con una luz entrando tenuemente por la ventana con cortinas de tiras plásticas. Se limpio la garganta con un pase de saliva y alzo su mano para llevarla a su cabeza, buscando un alivio y una memoria a los últimos recuerdos. Su sorpresa fue mayor cuando encontró su cuerpo conectado por una tira casi invisible a aquella bolsa que desconocía en esencia, sobre todo por que nunca había puesto mucha atención a la clase de pociones y bueno, esto no se sabía siquiera si era una poción, en cuestiones médicas ella no se metía mucho. Refunfuñando se levanto para sentarse sobre la cama. La cabeza le mareo y respiro hondo buscando nuevamente ese alivio. Si no se equivocaba aquél lugar le era muy familiar e independientemente de los miles de olores, había uno que resultaba aún más conocido, un aroma que le decía que alguien más estaba involucrado con su prisión hospitalaria.
En una mesa de fondo un arreglo de flores, en otra mesa algunos libros, frutas y unas píldoras. Por otro sitio un pequeño "Llamador" para poder avisar a una enfermera a un médico que le eran necesarios.
Bufo, rodeó los ojos y se acarició el rostro y el cuello buscándose la razón del por que estaba aquí metida. Su bolsa no la veía por ningún lugar, así que miro su reflejo en el metal de la mesa y se acomodo el cabello, horrorizada por su palidez. Necesitaba urgentemente retocar su maquillaje.
Miro de nuevo a su alrrededor exigiéndole a la nada una explicación y estaba apunto de arrancarse todo cuando la puerta de su (dentro de todo lujosa) habitación, se abrió. Ella sonrío al encontrarse aquella elegante y jovial cara familiar y entre todo, se sintió tranquila. Y saludo alzando la mano y moviendola al aire en largos y cortos como una reina de belleza, con una sonrisa de revista.
Abrió los ojos ensombrecida, mareada y con un mal sabor en la boca. Fuera donde fuera, no estaba en casa y eso era seguro, pero tampoco estaba tirada en la calle ni en un lugar horrendo. Una habitación blanca con una luz entrando tenuemente por la ventana con cortinas de tiras plásticas. Se limpio la garganta con un pase de saliva y alzo su mano para llevarla a su cabeza, buscando un alivio y una memoria a los últimos recuerdos. Su sorpresa fue mayor cuando encontró su cuerpo conectado por una tira casi invisible a aquella bolsa que desconocía en esencia, sobre todo por que nunca había puesto mucha atención a la clase de pociones y bueno, esto no se sabía siquiera si era una poción, en cuestiones médicas ella no se metía mucho. Refunfuñando se levanto para sentarse sobre la cama. La cabeza le mareo y respiro hondo buscando nuevamente ese alivio. Si no se equivocaba aquél lugar le era muy familiar e independientemente de los miles de olores, había uno que resultaba aún más conocido, un aroma que le decía que alguien más estaba involucrado con su prisión hospitalaria.
En una mesa de fondo un arreglo de flores, en otra mesa algunos libros, frutas y unas píldoras. Por otro sitio un pequeño "Llamador" para poder avisar a una enfermera a un médico que le eran necesarios.
Bufo, rodeó los ojos y se acarició el rostro y el cuello buscándose la razón del por que estaba aquí metida. Su bolsa no la veía por ningún lugar, así que miro su reflejo en el metal de la mesa y se acomodo el cabello, horrorizada por su palidez. Necesitaba urgentemente retocar su maquillaje.
Miro de nuevo a su alrrededor exigiéndole a la nada una explicación y estaba apunto de arrancarse todo cuando la puerta de su (dentro de todo lujosa) habitación, se abrió. Ella sonrío al encontrarse aquella elegante y jovial cara familiar y entre todo, se sintió tranquila. Y saludo alzando la mano y moviendola al aire en largos y cortos como una reina de belleza, con una sonrisa de revista.
- Anastasia Lodge
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Re: Turbios Secretos Para estar en linea (Adrien Morgan)
Iba a estar de guardia durante la noche, si bien había terminado ya una de sus especialidades de sanación mágica, aun tenía que cubrir las horas de servicio que se requerían para la pasantía, era una tontería puesto que su padre era el dueño de ese hospital y si quería podría decirle a cualquiera que firmara sus papeles y ya, pero Adrien no era así y si por algo le gustaba esa profesión era por al menos sentir que ayudaba a fines menos egoístas que los suyos propios de vez en cuando.
Sabía ya que Anastasia había llegado por la tarde, él mismo la había recibido y estabilizado bajo la supervisión de otro de los médicos familiares, siempre era así cuando alguna de sus primas enfermaba de algo que no querían que los medios se enteraran, era como el doctor de la familia que cubría sus indiscreciones. La cosa había sido simple, una baja en las defensas y la presión por mala alimentación, no era tampoco la primera vez que Anastasia iba a parar al hospital por eso, pero él ya se había cansado de decirle que eso no la llevaría a ningún lado.
Tomo el expediente antes de entrar a la habitación, lo más seguro es que ella ya estuviera despierta así que tampoco era su plan entrar con sigilo, aun que si tocó un par de veces antes de girar la perilla para asegurarse. El estaba vestido con la túnica verde de sanador, tenía en su rostro un par de lentes de pasta gruesa que se quito al momento de entrar y coloco en el bolsillo de su camisa. No le sonrió inmediatamente a Anastasia, pero fue más porque se detuvo unos momentos a examinarla, se veía apagada, desgastada, no le gustaba verla así.
Veo que has despertado… ¿Cómo te sientes? – Hablo de manera firme, tratando de parecer agradable con ella, se acerco hacia la cama para revisar los aparatos y comparar unos números con las lecturas que proporcionaban, luego su mirada fue hacia la bolsa que colgaba al lado de ella, aquella que estaba conectada al brazo de Anastasia.
Tienes que quedarte por lo menos esta noche, ya hemos avisado a tus padres y están al tanto de ello. – Pero no estaban como podría esperarse afuera de la sala, nadie más sabia al respecto de lo que había sucedido y así tenía que quedarse, Anastasia también debió suponerlo. Cuando Adrien termino de revisar las cosas, guardo una pluma al lado de donde estaban sus anteojos y luego se cruzo de brazos, observándola severamente.
No es la primera vez que esto sucede Anastasia, hablamos acerca de esto la última vez, no puedes estar haciéndote esto y esperando que no tenga repercusiones por dios santo. .
Sabía ya que Anastasia había llegado por la tarde, él mismo la había recibido y estabilizado bajo la supervisión de otro de los médicos familiares, siempre era así cuando alguna de sus primas enfermaba de algo que no querían que los medios se enteraran, era como el doctor de la familia que cubría sus indiscreciones. La cosa había sido simple, una baja en las defensas y la presión por mala alimentación, no era tampoco la primera vez que Anastasia iba a parar al hospital por eso, pero él ya se había cansado de decirle que eso no la llevaría a ningún lado.
Tomo el expediente antes de entrar a la habitación, lo más seguro es que ella ya estuviera despierta así que tampoco era su plan entrar con sigilo, aun que si tocó un par de veces antes de girar la perilla para asegurarse. El estaba vestido con la túnica verde de sanador, tenía en su rostro un par de lentes de pasta gruesa que se quito al momento de entrar y coloco en el bolsillo de su camisa. No le sonrió inmediatamente a Anastasia, pero fue más porque se detuvo unos momentos a examinarla, se veía apagada, desgastada, no le gustaba verla así.
Veo que has despertado… ¿Cómo te sientes? – Hablo de manera firme, tratando de parecer agradable con ella, se acerco hacia la cama para revisar los aparatos y comparar unos números con las lecturas que proporcionaban, luego su mirada fue hacia la bolsa que colgaba al lado de ella, aquella que estaba conectada al brazo de Anastasia.
Tienes que quedarte por lo menos esta noche, ya hemos avisado a tus padres y están al tanto de ello. – Pero no estaban como podría esperarse afuera de la sala, nadie más sabia al respecto de lo que había sucedido y así tenía que quedarse, Anastasia también debió suponerlo. Cuando Adrien termino de revisar las cosas, guardo una pluma al lado de donde estaban sus anteojos y luego se cruzo de brazos, observándola severamente.
No es la primera vez que esto sucede Anastasia, hablamos acerca de esto la última vez, no puedes estar haciéndote esto y esperando que no tenga repercusiones por dios santo. .
- Adrien Morgan
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Re: Turbios Secretos Para estar en linea (Adrien Morgan)
El la saluda y la morena reina de belleza se siente mucho más tranquila, no solo por que el este presente sino por que es evidente que encuentra mucha gracia en el destino y en como juega para hacerla encontrarse con Adrien, el mas estricto, perfecto y semi traumatizado con la gracia de la vida. Ana no podría jamás ser como el, las reglas y la etiqueta no van con su asunto, mucho menos la ética, pero vaya que lo aprecia, sobre todo considerando que su primito es la viva imagen de lo que ella habría sido en otro universo muy muy lejano a este o quizá, lo que ella hubiera sido de haber sido varón, como siempre su padre quizo. Su tono firme no la intimida y mas bien le roba una de esas sonrisas infantils, burlonas y retadoras que dicen lo que realmente piensa de esa seriedad. Es una niñata, siempre cuando Adrien la regaña es irracional, pero el la entiende, es por eso que quiza de vez en vez pueden hablarse claro, despedazarse, matarse pero nunca hacerse daño, como dice el dicho tan conocido por el mundo. El checa los numeros del aparato, ella finje que no pasa nada, y todo sigue en orden, lo cual le causa un espasmo ficticio de felicidad. De todo estar bien, se va ahora mismo, tal cual lo desea.
Cuando su primo le notifica que han avisado a sus padre y lo que es peor, que se quedara esa noche, un vacio hace que le duela el estomago y algo la patee desde adentro, seguro la vida riendose de ella. Alza una ceja por que no quiere pasar una noche en el hospital, de hecho lo odia y es bien sabido que sus padres no vendran siquiera a buscarla o a preocuparse por ella, cosa que ahora ya no le duele en absoluto como cuando niña. ¿Por que le juega el dedo en la boca de esa forma?, ¿Que tan malo le hizo a su primo para que la condene asi?. Frunce el seño, por que no podrá soportarlo, pero tambien sabe que debe hacerlo, como que no quiere quedarse asi una semana o más. El guarda la pluma, por que ha terminado con las anotaciones y ella lo mira como esperando un milagro. Ante el regaño ella pone cara de niña regañada y se hcha sobre la cama.
-No me culpes por querer mantener mi figura ¿si? tu sabes que este es el mejor metodo Adrien-
se justifica
-además, no es como que alguien muriera antes por no comer...y yo, bueno yo tengo mis maneras particulares de mantenerme con vida...no se supone que debería terminar aqui, fue un error que no volvera a suceder ¿si?-
Y le dedica una mirada inquisidora.
-¿O es que tienes una medicina magica que me ayude con esto ´primito?
Cuando su primo le notifica que han avisado a sus padre y lo que es peor, que se quedara esa noche, un vacio hace que le duela el estomago y algo la patee desde adentro, seguro la vida riendose de ella. Alza una ceja por que no quiere pasar una noche en el hospital, de hecho lo odia y es bien sabido que sus padres no vendran siquiera a buscarla o a preocuparse por ella, cosa que ahora ya no le duele en absoluto como cuando niña. ¿Por que le juega el dedo en la boca de esa forma?, ¿Que tan malo le hizo a su primo para que la condene asi?. Frunce el seño, por que no podrá soportarlo, pero tambien sabe que debe hacerlo, como que no quiere quedarse asi una semana o más. El guarda la pluma, por que ha terminado con las anotaciones y ella lo mira como esperando un milagro. Ante el regaño ella pone cara de niña regañada y se hcha sobre la cama.
-No me culpes por querer mantener mi figura ¿si? tu sabes que este es el mejor metodo Adrien-
se justifica
-además, no es como que alguien muriera antes por no comer...y yo, bueno yo tengo mis maneras particulares de mantenerme con vida...no se supone que debería terminar aqui, fue un error que no volvera a suceder ¿si?-
Y le dedica una mirada inquisidora.
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- Anastasia Lodge
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