Ronnie no te comas a Jude.

Una de las cosas más difíciles que suponía el tener a una mascota como Ronnie era el tener que sacarlo a pasear. Ronnie había sido un perro de Komondor que mi padre y yo rescatamos de un albergue en Hungría el año pasado. El perro había escapado de su hogar mágico cuando era pequeño y fue a parar a un hogar muggle, la diferencia entre los Komondor normales de los mágicos es que estos crecían el doble y entonces, para la edad de Ronnie ya sobrepasaba por mucho a sus dueños muggles, así que el departamento de regulación de criaturas lo llevo a un albergue y nosotros lo adoptamos.

Esa mañana desperté temprano, como siempre. Ronnie estaba tirado de panza al lado mío en la cama, era como una gran almohada de rastas. Acaricie su cabeza y le hice la señal para que se levantara, listo para correr como todos los días, era mejor esa hora para que no hubiera más personas que pudieran sufrir una gran tacleada y sufrir alguna lesión. Ronnie podía ser muy amigable, pero seguía midiendo casi dos metros parado en dos patas.

Baje rápidamente las escaleras de la fraternidad después de despertarme. Ronnie iba tras de mí. Estaba vestida para hacer ejercicio como muchas otras de mis compañeras, simplemente las salude con una mano y me coloque los audífonos en los oídos. Era buena distracción para la distancia que generalmente recorríamos mi mascota gigante y yo.

Lo llevaba con la correa a un lado mío, siguiendo mi paso y apresurando el suyo en ocasiones. Llegamos al final al área de deportes de la universidad donde decidí tomar un descanso y beber algo de agua. Había traído en una mochila tras mi espalda una pequeña vasija para que Ronnie también pudiera beber algo antes de continuar con el ejercicio, por supuesto que por “pequeña” me refería a casi del tamaño de mi cabeza. Afortunadamente la mochila tenía un encantamiento expansor.

Solo bebe un poco, no vayas a acabártelo… Debería cortarte el cabello, ¿o prefieres que yo lleve rastas como tu? – Bromeaba con Ronnie mientras giraba la cabeza para transformar mi corto cabello platinado en largo y con rastas como las de él mismo. Luego me senté a su lado entre el césped de la cancha, era curioso que no había mucha gente en esos momentos, cosa que agradecí por supuesto.

Ronnie

Video de Ronnie

mi ropa

Cherry gozaba regularmente de una buena condición física, pocas veces se enfermaba y estaba hecha para correr maratones, por eso es que un perro del calibre de Ronnie le iba bien, le gustaban las cosas grandes y toscas, tal vez por eso sus últimos noviazgos habían sido con Alphas, así grandes y tontos le gustaban. Y precisamente estaba analizando esa situación con la última vez que vio a Tyler cuando de entre las canchas escucho un silbido fuerte y claro. Tuvo que cerrar los ojos unos segundos y contener una risa pues sabía perfectamente de quién se trataba. Cuando abrió los ojos Ronnie estaba en alerta esperando el permiso de la chica para correr a toda velocidad sobre su objetivo. Cherry solamente asintió con la cabeza y el perro comenzó entonces su carrera por toda la cancha para lanzarse sobre Jude.

Cuidado! El monstruo está en la cancha… – Le grito conteniendo una risa, pero había sido muy tarde, Ronnie había saltado sobre el joven tacleándolo para poder lamerle la cara con gusto. Ronnie era un perro muy extraño, parecía odiar a todo hombre que se le acercara a ella o a sus hermanas, con excepción de dos personas: Su papá y Jude, aun que hacía apenas poco tiempo que lo conocía. Jude era el hermano de Violeta y también su ex novio, pero no por eso lo odiaba. Se había sentido muy mal en su momento cuando la dejo, pero eso ya era asunto superado. La verdad es que lo trataba como cualquier otro chico, amable y graciosa, pero sin buscar el punto de llegar a algo con él. No nuevamente.

Se levantó del suelo y se sacudió un poco, luego troto tranquilamente hasta donde su bestia de casi dos metros estaba emocionada jugando con Jude. Por supuesto que la criatura era casi del tamaño de un jugador americano, pesaba casi 100 kilos y media más de 1.90 en dos patas, para alguien que no le agradara era muy peligroso.

¿Estás bien? Parece que se enamoro de ti. Hey Ronnie, sentado!.. – Le hizo una seña con la mano y el perro inmediatamente se quito de encima de Jude. Luego obedientemente fue a sentarse al lado de ella, sentado le llegaba arriba de la cintura y eso que Cherry era alta. Ella sonrió como siempre, luego sacudió la cabeza quitándose las rastas del cabello que se había puesto, en pocos segundos volvió a tener el cabello de pixie platinado que tenía desde que llego. La verdad nadie sabía el color verdadero de su cabello, cada cierto tiempo lo cambiaba. Cuando era novia de Jude lo tenía largo y ondulado, de un color rubio más natural. Cuando terminaron lo llevaba negro y hasta los hombros. Ahora era diferente, muchas personas decían que ella llevaba la personalidad en el cabello.

Observo a Jude lleno de baba de Ronnie con una sonrisa, negó con la cabeza y podría jurar que por fracciones de segundo las puntas de su cabello se pusieron rosas. Jude le seguía gustando a pesar de todo, era guapo y agradable, si ignoraba el hecho de que había jugado con sus sentimientos y la había utilizado solamente como objeto sexual incluso podía ser un buen partido. Por eso se le había hecho fácil perdonarle todo, porque era bueno (según ella) por que no lo había hecho con intención (según ella) y porque era hermano de su amiga Violeta y no le gustaba causar conflictos o incomodidades y, aun que había sido muy difícil para ella verlo en un inicio y no ponerse a llorar, había soportado por el bien de todos.

Sin embargo cuando hacia cosas como esas de llamarla por canciones de los Pixies y todo, aun seguía estrujando su corazón y causándole ese sentimiento de desasosiego. Esperaba algún día desapareciera, pero mientras tanto aguantaba, como con todo en su vida.

Heeeeey "Crackity Jones" – Lo abrazo de regreso y luego le ofreció una toallita que tenia con ella. Estaba limpia porque apenas había comenzado a correr, pero seguro le serviría para quitarse las babas que Ronnie le había regalado después de su efusivo encuentro. Se llevo las manos a la cintura y se mordió el labio inferior tratando de recordar una canción que pudiera responderle. Luego de unos segundos chasqueo los dedos y lo señalo.

"Another Toe in the Ocean! " Oh Damn… no! – Dio un pequeño salto sonriendo al ver que ella había perdido. Su cabello tomo un ligero tono naranja, muy parecido al amanecer. - No es justo, siempre pierdo con esa canción. ¿Qué tal estas Jude? ¿Estabas entrenando? ¿Quieres que te preste a Ronnie de entrenador? Seguro le gustara correr un par de carreras contigo.

Bromeo acariciándole la cabeza a su perro gigante. El estaba jadeando con la lengua de fuera, a penas y podía ver entre las rastas que tenía en la frente. Cherry se veía muy graciosa acariciándolo a su lado, como si fuera un monstruo o caballo o un monstruo caballo. Era divertido ese perro.

Pasa a veces que uno es bueno pero no con todos, con ella no lo fue porque simplemente no estaba enamorado de ella, fuera de eso la quería más que a muchísima gente y seguía pensando –de vez en cuando- que fue un error no intentar sostener esa relación. Creía que el enamorarse de ella no era algo tan difícil, bastaba con tratarla un poco porque era maravillosa, pero fue incapaz y siempre le quedaría aquella astilla. Lo pudo hacer feliz y viceversa, o más importante, pudo hacer feliz a Ronnie.
 
Le gustaba verlos, le hacían ver un plano más simple de las cosas, cuando estaban aún bajo la etiqueta de novios los llevó a su casa un fin de semana en el que no había nadie –porque su madre moriría de ver a Ronnie, más si supiese que se había metido a cada habitación a probar la cama que más le acomodaba- y le gustó esa sensación.
 
Una novia que tuvo estudiaba para ser psicoanalista y le había dicho que el estar viajando de un lado al otro tenía que ver con un miedo irracional a enfrentar las consecuencias de una vida sedentaria: relaciones largas, amigos perdidos, problemas que se resuelven a largo plazo, presión familiar; todas esas cosas se veían pequeñas desde una ola en Australia. Pero con todo y el diagnóstico a la mano le gustó el verse como un tipo que pasaba el fin de semana en su casa con un perro enorme y una chica linda al lado.
 
No se tomó el diagnóstico en serio porque…pues ella era la que había acabado en la Casa de Salud Mental de Madame McKernan, pero bueno, el hecho es que tenía a Cherry en frente y a Ronnie encima como a un gran oso de anteojos. Aceptó la toalla pero la baba densa que tenía encima parecía superar la capacidad absorbente de la toalla, podía parecer asqueroso pero no iba a ofender a Ronnie por ser incapaz de producir esa cantidad de saliva.

Sonrió ante el error y aceptó su victoria con humildad.-Y ganará es más que seguro. Te abrazaría para darte un buen saludo pero te voy a llenar de baba. Acompáñame a que saque el resto de elixir de amor de mi cara y nos echamos unas carreras.-no iba a decirlo en voz alta pero a Ronnie le apestaba la boca y su baba no estaba excluida de esa sensual característica.- ¿Y qué cuentan por la fraternidad de las damitas?