Crownless [Privado]

Tenía que poner su vida en orden, tratar de reparar los daños ocasionados por su nefasto comportamiento. Entre los errores a reparar estaba su relación con Violet Wildestein, la última vez que conversó con ella las cosas se tornaron muy tensas y difíciles, detestaba la sola idea de jamás volver a hablar con su mejor amiga.

Se encontraba estudiando en su cuarto desde hacia algunas horas pero por mas que intentaba no lograba concentrarse, pensaba en Violet y en todas las palabras que le diría cuando la viera a solas, buscaba las palabras adecuadas para poder pedirle una disculpa. La iniciación de Mina fue un capricho que se quiso dar por que no quería que tomaran su regreso con como una burla y que todas sintieran lástima por ella, además por que necesitaba levantar un poco su tan atrofiado ego.

-De verdad lo siento muchísimo, Vi. No debí permitir que ningún hombre me hiciera perder la cabeza…Yo… Se calló y negó con la cabeza, esa clase de disculpa no iba a funcionar, Vi tenía su orgullo y cómo se comportó Laise seguramente le costaría mucho más que un “perdón” para que todo volviera a ser como antes.

De pronto la puerta sonó un par de veces, quizá era Cherry o alguna de las chicas que necesitaban hablar con ella por alguna necedad. Laise se levantó de donde estaba, dejó el libro en la mesa y caminó a su librero para tomar otro.
No se percató que quién estaba tocando la puerta era nada más y nada menos que la presidenta épsilon. Le otorgó permiso para que se adentrara con un sencillo “Adelante” y espero a que se mostrase la persona, sentada en la orilla de su cama.

Le gustaba tener todo en orden, todo. Tanto su habitación como su agenda eran importantes para mantenerla tranquila, de otro modo le quedaba la angustia de estar olvidando alguna cosa importante. Agendaba todo, hasta que ese día quería hablar con Laise porque después de la fiesta Epsilon le pareció importante hacerlo. Lo que inicialmente creyó algo bueno para ella había sido peor que lo de Chee, se suponía que Adrien era decente, no un tipo como Chee.
 
A pesar de que dijesen que le encantaba meterse en asuntos ajenos era importante para ella en un plano personal saber que Laise por lo menos sabía lo que estaba haciendo. No dejaba de creer que seguía siendo la misma persona débil que cayó en el alcoholismo por alguna locura tonta, pero…era Laise. Se conocían desde hacía demasiado tiempo como para que pudiese ser indiferente ante ello.
 
Seguía enojada con ella y continuaba sin darle rienda suelta a su deseo de creer que podía confiar en ella como antes, pero ni por ser la hermana de Lucian iba a dejar que se le fuese la mano con la amabilidad que podía brindarle. La quería aún, pero sentía que era como querer a una araña que podía matarte en cualquier momento.
 
Llegó pronto a la habitación de Laise, tocó la puerta y tras el permiso para entrar pasó sin saber que había estado pensando en ella también. Sonrió sin pretenderlo pero al notarlo regresó su gesto a la neutralidad, ni siquiera sabía lo que pensaba Laise al respecto y era mejor esperar.

-¿Te parece si nos tomamos un café para hablar? Si tienes tiempo…o podemos hablar aquí.-no iba a imponerse para tener esa conversación, si ella no estaba dispuesta simplemente acabaría de una vez de hacer los deberes en los que no se había podido concentrar hasta el momento.-

Quedó muy asombrada por la aparición de Violet en su recamara, fue una muy agradable sorpresa para ser sinceros pero no dejó de parecerle extraño. Hubo algo dentro de si que no coordinó con su mente, sintió el impulso de correr hacia ella y abrazarle y justamente eso fue lo que hizo. Dejó que el libro cayera y caminó hacia ella, conteniéndose terriblemente. ¿Por qué había dejado que su obsesión con Thomas Chee llegara tan lejos? Terminó de comprender que el dejarlo e internarse había sido de las mejores decisiones de su vida. Primero por que ante todo Violet era su amiga, su mejor amiga y la había dejado de lado por un hombre que realmente no valia la pena.
No derramó ni una sola lágrima, solo le abrazó tan fuerte como pudo y le besó en la mejilla, no quería ir a ningún otro lado, solo estar ahí, en la privacidad de su habitación, hablando de mujer a mujer con su amiga, nada mas.

Recogió el libro y lo colocó en su mesita de noche. Le invitó a sentarse en la pequeña estancia que tenía, que pese a que ya no era la presidenta, aun conservaba los muebles que le dieron cuando se cambió de habitación.

-No sabes cuánto te he extrañado, Vi-

La invitó a que fuera ella quien empleara la primera palabra, ambas se tenían que decir muchas cosas, sobre todo Laise, que primero que nada le debía la madre de todas las disculpas.

-Se me apetece el café pero prefiero que hablemos aquí-

No tuvo ningún recurso de princesa cuando recibió el abrazo de Laise, la abrazó también sin que fuese un acto meramente cortés, la abrazó porque era como quitarse un peso de encima aunque no fuese así de sencillo quitar las tensiones que las habían separado tan abruptamente. Atrapó un poco de su cabello entre sus dedos como cuando eran niñas y le decía que su cabello era bonito, una sonrisa asomó cuando recibió el beso de Laise y dejó que se alejase a recoger si libro.
 
No recordó la procedencia de los muebles pero no era algo que le interesase mucho, fue con ella y aunque hubiese preferido sentarse en la cama como cuando se tenían más confianza e iba a contarle los problemas que tenía con su hermano o alguna de ellas estaba ansiosa por alguna cita.
 
Avanzó hasta sentarse en un sillón para dos personas que había y se acomodó la falda antes de sentarse. Pasó las manos por ella para alisarla más veces de las necesarias sólo por hacer algo, en lo obsesivo de su movimiento se notaba que la situación la colocaba en un lugar incómodo. Finalmente colocó ambas manos sobre sus piernas para dejar aquello, antes de que Laise lo notara.
 
-También te he echado de menos.-miró hacia donde el edredón de Laise casi rozaba con el suelo de madera, levantó la vista para mirarla luego de un suspiro que salió a medias.-Te ves linda, aunque creo que se te pasó la mano con la dieta.-debió ser la desintoxicación lo que le había quitado las curvas, siempre habían cuidado su peso pero la alemana siempre tuvo una sensualidad especial por no ser delgada como una tabla.-
 
Esperó a que se sentase ya olvidando el café, sólo quería hablar con ella, sentía en el pecho una presión inusual que restringió sus palabras por un momento, por eso demoró en volver a hablar.

-Hace unos meses no hubiese creído el decirte cosas tan feas como las que te dije o desear que los chismes que se escuchaban por los pasillos fuesen ciertos. Era como si fueses otra persona……hasta en el aniversario fue así.

Segundos después de que Violet se sentara en uno de los sillones, Laise la siguió sin perder contacto con ella. No sentía a su amiga como una extraña, solo que había pasado tanto tiempo de no hablar con ella que tenía la impresión de que todo era como si la hubiera conocido a penas unos días antes. Cuanto más veía a la chica, más se daba cuenta de todo lo hizo no valía la pena. Dentro de su absurda terquedad pensaba que Violet era la que estaba equivocada, que debían darle una oportunidad a las personas como Thomas, pero fue una terrible decepción lo que la llevó a darse cuenta que la equivocada era ella.

Se encogió de hombros cuando mencionó su delgadez, no se sentía orgullosa de nada, ni siquiera de haber salido de rehab, sintió por un momento que lo mejor que le hubiera pasado a todos era que no regresara jamás, que la olvidasen entre susurros y chismes. Tenía la necesidad de explicarle con lujo de detalles su terrible comportamiento, para que pudiera entenderle o por lo menos intentarlo. Sonrió para si misma cuando ella mencionó el aniversario, seguramente por cómo había aparecido del brazo de Adrien Morgan y cómo se había ido de la misma forma. Ya no importaba que dijeran lo que dijeran, solo no caería en su juego y no desmentiría nada pero tampoco lo afirmaría.

-Hasta hace unos meses no era la misma persona Violet…no soy la misma persona- esto último lo dijo con tristeza pues muy a su pesar había cambiado, esperaba que para bien pero ya no podía ser la misma chica sonriente que soñaba con llevar la fraternidad al éxito y con ello el suyo propio.

-Hiciste lo que creíste oportuno, fui yo la que se comportó como una idiota y creeme que lo lamento muchísimo, lo siento tanto Violet, no sé qué me pasó, es decir, si sé, me dejé manipular fácil por un hombre al que amé pero que no me amó...así de simple, así de llano-

Decirle que eso no era amor iba a ser un problema que ninguna de las dos quería volver a discutir, no se lo merecían y la verdad tratar ese asunto de nuevo no le iba a hacer nada bueno a su intento de mejora en la relación que antaño había sido tan buena. Le tomó una mano con una sonrisa en el rostro mientras Laise le hablaba.
 
-Las cosas han estado raras últimamente amor, y esa gente….tiene métodos. Dicen algunos libros que poseen magia distinta, quizá fue eso. No sé hermosa, pero ya tienes hasta otra carita…-era cierto pero no lograba identificar a la antigua Laise en ese rostro, era distinto, como si siguiese siendo una extraña de algún modo.-
 
No sabía nada de lo sucedido en el sótano con Laise y Adrien, tampoco que ahora saliesen por algún fetiche de él o si realmente tenían interés mutuo. Laise había cambiado mucho más que ella en el último año y hasta podría decirse que en el último mes, Violet no sabía lo que era estar en ese estado mental y ojalá nunca lo estuviese.
 
Ahora tenían diferencias abismales pero también algunas cosas en común que antes no se hubiesen atrevido a discutir. De haber sido legeremaga hubiese podido enterarse y probablemente la conversación hubiese fluido más, sin tantas dudas en la cabeza de Violet mientras se dirigía a su amiga.

-Supe que fuiste al centro aquel. Yo fui una vez por un asunto de la fundación, es lindo, tiene un jardín tan bonito como el de la casa de los Wolfclaw, ¿recuerdas?-era mejor mencionar aquello de una vez, no iba a hacer como si no supiese nada.-¿Estás saliendo con Adrien? Sabes que lo adoro, pero desde hace meses no es el mismo y me preocupa. Por ambos.

Violet le hablaba con nostalgia y no pudo hacer otra cosa más que agachar la mirada y sentirse terriblemente mal por ya no ser aquella chica que solía pasar horas en su dormitorio, hablando de sus aspiraciones y de lo bello que lucían vestidos de tonos cálidos en la temporada de otoño-invierno. Su amiga no perdía el tono dulce y conciliador con el que siempre le hablaba cuando estaba triste, le provocó una sonrisa encontrarse así de nuevo con ella, tratando de resolver ese distanciamiento que no le dejaba nada bueno.

-Nada de eso, Vi. Fui muy débil, eso es todo… tragó saliva cuando le confirmó que tenía otra cara, sí, se le notaba bastante ojerosa y pálida, aún le costaba reponerse al cien por ciento de su rehabilitación. Y hablando de eso, Violet intentaba ahondar más en su ingreso a esa clínica pero con tacto, siempre había sido así, buscaba la forma más amable de decirte las verdades a la cara.

-Sí, lo recuerdo, pero este no tiene nada de lindo una vez adentro, preciosa…- Realmente le habían tratado bien pero no por eso dejaría de verlo como una prisión, una oscura y horrible prisión que la mantuvo encerrada por largo tiempo. Ella pasó a otro tema que también le causaba una sincera sorpresa, ese estatus de “Salir” con Adrien Morgan, no podría explicarle a ciencia cierta esa parte, así que solo trataría de hablarlo lo más natural posible.

-No estamos saliendo per se, nos estamos conociendo en ese ámbito…- No podría decirle que con él expiaba todos sus demonios, que solo él lograba hacer que Thomas Chee se le borrara de la mente, que lo que le hacía, la forma tan despectiva y violenta de tratarla en la cama era más una necesidad de que alguien pusiera orden en una vida que se le iba de las manos.

-Yo tampoco soy la misma desde hace meses quizá por eso ahora coincidimos mejor, no lo sé. Por ahora estamos llevando esto de forma tranquila-

Sí, nada de bueno tenía que haber en estar encerrado pero por lo menos no eran en esos huecos llenos de inhaladores de pegamento que guardaban bolsas de plástico con eso o con un poco de gasolina para poder tener algo que aspirar. Decían que lo de Laise fue un problema con el alcohol, que no había probado otro tipo de sustancias pero no sabía que creer, quizá no quería saberlo, quizá prefería pensar que aún era capaz de meterse una pastilla con ella sin sentir que la hundía.
 
Laise se había sentado ya a su lado y ambas se habían olvidado del café, ella siempre fue como una hermana para Violet así que la trataba en ese momento como antes, porque quería retomar aquello. Si con Bill era cariñosa con ella más, siempre le había quedado el temor de que si se pasaba de amor con Billy eso mutaría a algo insano que prefería no conocer, le gustaba demasiado serle incondicional sin que aquello sea a cambio de una mirada de lujuria.
 
El cambio de ella aún le era ajeno, probablemente preferiría no saber de sus secretos de cama con Adrien por ser de ese tipo, porque le parecerían una cachetada al autoestima ya magullada de su amiga. Por eso más que por los temas sexuales, si con Laise había discutido hasta el performance de Lucian y no recordaba haber sentido calor en las mejillas o haberla visto a ella con un malestar causado por eso.
 
-Me vas contando cómo te va con eso, un amigo de Nathan me preguntó por ti el otro día. Sí sabes cuál, el rubio con apellido impronunciable que hablaba contigo en alemán.-era cierto aunque había sido para saber si era verdad el rumor de que estaba ahora loca, el pobre se había ganado una mirada gélida de Violet y una risa general de sus amigos, a veces no sabía por qué Nathan era amigo suyo, aunque en realidad no era tan desagradable todo el tiempo.-

Se acomodó en su asiento y volvió a juguetear con el cabello de Laise entre sus dedos porque como lo llevaba suelto rozaba contra su brazo.-Pero ya te sientes mejor, ¿verdad? Me imagino que ya querrás volver todo a la realidad, aunque quizá no la amistad con Bill y esas cosas, pero por lo menos tu estatus dentro de la escuela. ¿O eso tampoco lo tienes en mente ahora?

Sí Violet supiera que ahora si atención era dirigida a la coca que vendía el esperpento de Zlatan Fleming, seguramente su concepción acerca de Laise sería totalmente diferente, si bien era cierto que lo suyo era el problema con el alcohol, la abstinencia y la ansiedad le estaba cobrando muy caro la factura. Gustaba mucho de estar así con ella, como antes, como antes de que todo se fuera al carajo por una cadena de malas decisiones que se apresuró en tomar.

Aun no podría contarle nada sobre lo suyo con Adrien por que ella misma había decidido callar sobre eso, hasta que las aguas estuvieran más tranquilas. Ni siquiera Violet sabía que había sido él quien le arrebató la virginidad hace tiempo en el club de ajedrez, cuando aún estaba comprometido con Charlotte Wardwell, era mejor que ese dato fuera ignorado por la chica, no quería que la viera como una puta que no le importaba meterse con el prometido de otra.

-¿A qué te refieres? – fingió demencia un poco, necesitaba saber que terreno estaba pisando con ella, habían sido meses de no hablar y prefería también llevar las cosas con calma con ella.

- ¿Ulrich Schnitzler? Qué extraño….jamás tuve algo que ver con él, era una astilla en el trasero todo el tiempo- Hizo una mueca de desgrado y sorpresa, ese era un tipo que realmente le disgustaba, siempre le hablaba como si estuviera seguro de llegar a algo con ella, uno de esos alphas galancetes que eran como su hermano Lucian.

-Si, me siento mejor y aunque realmente quisiera, no podría volver a esa realidad que dices…- no pudo evitar lanzar una carcajada muy amplia, recuperando de inmediato la compostura.-¿mi estatus en la escuela? Violet, soy la expresidenta alcohólica de una de las fraternidades más importantes e influyentes de Basset-Knapp, la qué se revolcó con un aborigen, mandando todo al demonio ¿de verdad crees que se pueda salvar? No lo creo y espero que no, solo quiero terminar la carrera y desaparecer un tiempo del radar de Miami…

Sí, siempre fue un pesado pero no iba a hacerle daño el que le mencionase aquello. De todos modos como siempre pareció muy interesado en Laise a ella no le genero mayor problema.
 
-Amor, todo se puede salvar. Tu escándalo es de los peores, no vas a volver a ser lo que eras…pero no vas a acabar siendo una lacra social. Sabes que estas cosas se arrastran por años y años.-o esperaba que ya no le diese igual, ambas sabían de casos en los que las personas que parecían destinadas a tener éxito en la vida acababan con todo eso por un capricho juvenil, si no se suturaban esas heridas pronto se acababa por ser más que inexistente en la fase de adulto. Y eso en el mejor de los casos.-
 
De alguna forma quería ayudarla, sentía que tenía que hacerlo aunque parte de ella aún rechazase la idea de tenerla muy cerca, como si el saberla una desconocida le causase cierto recelo. Parecía querer pasar sin pena ni gloria lo que le quedaba de sus años universitarios pero no podía, no podía creer esa mentira ella misma, sabía que así no eran las cosas.
 
Ni en Miami ni en el país o el continente uno podía huir de sus fantasmas, tampoco en Europa a donde muchos iban en búsqueda de una vida nueva que se desmoronaba como un castillo de cartas cuando se encontraban con alguien de su pasado. Era una forma vagabunda de vivir, siempre esperando que te alcance tu verdadero yo, tus culpas, aquel karma inminente.
 
No podía creer que quisiese hacer eso, suicidarse socialmente y probablemente físicamente porque no duraría mucho sabiéndose una paria social. Ella no duraría mucho a su lado siendo así, cómo ser amigas si apenas podían pasar juntas, no podría ir a ninguna fiesta de las que normalmente frecuentaban. Su hermano podría seguir yendo seguramente, pero las miradas no lo dejarían caminar más de un metro sin incomodarlo o al menos fastidiarlo.

-¿Hablas en serio? Eres lista, piensa bien las cosas…no vamos a fingir que no fuimos unas víboras con mucha gente, lo seguimos siendo aunque ahora estés intentando redimir todo. Y sabes que no somos las peores, sabes que te van a comer viva o que por lo menos te van a cerrar oportunidades. ¿Ya no te importa lo que la gente diga de ti? ¿Enorgullecer a tu familia…o a tus hermanas?-le hablaba en un susurro rápido, como si alguien pudiese estarlas escuchando y todo aquello fuese muy grave.-Dime que por lo menos te sigue importando algo…

Le causaba cierta ternura ver a Violet tan decidida a ayudarla, sonrió por la situación, por lo patética que se sentía, orillar a alguien cuyo orgullo y renombre eran mucho más notorios que el propio a nadar en el excremento que era su vida hoy en día.

-Exactamente Vi, estas cosas se arrastran por años, ¿crees que acepten a una alcohólica en un bufete de abogados de prestigio? No, no, a una casquivana alcohólica que no tiene la menor idea de la importancia del buen nombre…- precisamente por que no le daba igual quería mantenerse lo más alejada de los reflectores, ya había hecho que EAC estuviera en la boca de todos y no mediante la forma que ella siempre quiso, su escándalo fue uno de los más sonados, ni siquiera la destitución de Kitty Likens.

Tenía razón también, uno no podía simplemente huir y pretender que no había pasado nada, ya que los fantasmas de ese pasado insistirían en perseguirte por siempre, evitando que crecieras como persona, entorpeciendo el rumbo de tu vida, estancándote y hundiéndote tan profundo que cada que quisieras salir, se complicaría mas y mas. Sin embargo, no podía hacer frente a su actual situación, al menos no ahora, le había ido mal por aferrarse a una idea, por luchar contra todo un sistema perfectamente estructurado que lamentablemente solo lo hacía que fuera inútil, no quería arrastrar a su amiga también con ella.

-Entiende Vi, es precisamente por que sé como somos, aunque intente redimir todo. Sé perfectamente que me cerraran todas las oportunidades, pero ya estoy tomando cartas en el asunto, no te preocupes, linda. trataba de tranquilizarla, aún no le diría que era la accionista más reciente del Hospital Bridget Bishop.-No importa lo que digan de mí, si no lo que digan de la gente a mi alrededor, eso es lo que realmente me aterra. Necesito primero enorgullecerme yo para poder despertar orgullo en los demás- Movía las manos con fluidez, tratando de hacerle ver a su amiga sus puntos, antes había hecho lo que había hecho por puro egoísmo, sintiendo que el mundo se lo debía y que podía tomarlo a la mala por que sí, por que tenía el sagrado y sacrosanto derecho de hacerlo, ahora era un poco más humilde y generosa, lo hacía por los demás, más que por si misma.

-Me importas tú y no quiero arrastrarte a la mierda que es mi vida, no podría…-

Estaba dispuesta a ayudarla por los buenos tiempos, por aquellos en los que nada parecía ser lo suficientemente fuerte como para separarlas, ni siquiera ese rumor de que Blake Henderson la había engañado con Laise. No quería dejar pasar la oportunidad de por lo menos dejarle una oportunidad por delante, las cosas no volverían a la normalidad pero serían llevaderas. Nada se iba a resolver en un estado paciente y pasivo.
 
Violet no creía que las cosas fuesen imposibles de hacer, todo se lograba con la cantidad de esfuerzo suficiente porque la suerte era para los flojos, el esperar la redención del destino era para los incapaces de hacer que las cosas sucedan. Jamás había considerado la Adivinación como una ciencia y la idea de esa materia le era tan ridícula como la de echar una moneda al aire para tomar una decisión de vital importancia.
 
-Por lo menos cuenta conmigo, sigo sin verte bien y me asusta. Perdona que siga insistiendo con esto pero no veo bien a Adrien…¿te hace bien? Últimamente me siento incapaz de darle la espalda, antes…antes hasta puse mi vida en sus manos, casi de forma literal.-quería un sí que pudiese creer y no un simple asentimiento, no iba a decirlo pero con ese navajo la había visto más feliz que en ese momento.-
 
No quería tratarla como a uno de sus casos de caridad, no quería tratarla como a una enferma que necesitaba compasión. Ella era fuerte y su preocupación le pareció innecesaria de un momento a otro, le pareció poco probable el llegar a hacer algo con solo palabras. Ni siquiera parecía estarla escuchando.

-Olvida lo que te dije, finalmente es tu vida. Por lo menos no vas a dejar la fraternidad, ¿verdad?-con un movimiento de varita acercó un gancho de Laise y tras hacer un nudo improvisado en su propio cabello lo apresó porque comenzaba a sentir calor pese a estar en pleno Abril.-

Al parecer su “relación” con Adrien Morgan era mucho más notoria de lo que ella alguna vez siquiera pensó. Sabía que había gente que solamente se dedicaba a espiar, a intrigar, a levantar falsos y hacer de la vida de otros un infierno, lo deplorable de la situación era que la mayoría de las veces tenían razón en decir aquellos rumores. Sin embargo, Laise sabía que de ahora en adelante debía irse con mucho cuidado, quería confiar en Violet, necesitaba confiar en ella más que en nadie, recuperar a su amiga como mínimo. Si lograba hacer eso, todo podía fluir y ser más fácil para ella.
Eso significaba que en algún momento tenía que decirle cual era la verdad detrás de su repentino interés por Adrien Morgan. Sabía que ambos eran amigos y así como ella, la propia Laise había notado un cambio drástico en el joven para ser exactos desde la ves que lo vio en el club de ajedrez, el día que Lucienne Wardwell los encontró teniendo sexo, afortunadamente solo ellos tres sabían de aquello y esperaba por su bien que así se mantuviera.

No podía decir con seguridad que estar con el joven le hacía bien, de hecho lo único que si podía asegurarle era que con su compañía se olvidaba por completo de Thomas Chee, eso era lo único que quería, tener momentos que no tuvieran que ver en imaginarse al navajo bajo sus sábanas otra vez o besándole el cuello como solo él podía.

-No, no me hace bien pero es a lo que aspiro por el momento…- Ella quería una relación, el compartir una vida con alguien, quería volver a enamorarse, pero ahora de alguien que le correspondiera, sabía perfectamente que Morgan no era esa persona pero le bastaba por el momento. Le extrañó que ella dijera que había puesto su vida en manos de él con anterioridad, quiso preguntar, ahondar más en el tema pero prefirió no incomodarla más.

-No puedo olvidar lo que me dices Vi, te lo agradezco en el alma, te quiero y eso no va a cambiar Le tomó de la mano y la miró sonriendo.-Lo pensé, linda, de verdad que consideré abandonar la fraternidad pero simplemente no puedo, eso significaría darte problemas a ti y es lo que menos quiero. seguido de esto, simplemente le abrazó, imprimiendo en el el cariño genuino que sentía por ella. Cada vez estaba más segura que jamás dejaría que un hombre se interpusiera entre sus amigas y ella. Nadie lo valía, nadie.

La abrazó y sólo se alejó tras unos segundos para mirarla con una sonrisa sincera, le dio un beso en la nariz como cuando eran chicas y les daba por pasar semanas sin separarse en lo absoluto, no jugando a las muñecas que ya estaban grandes pero sí hablando de todo y de todos. Recordaba que ella tenía la mejor sesión de ejercicios para los deltoides pero nunca pudo hacer ni la mitad de su rutina, a cambio  Vi le había mostrado su menjunje para alisar el cabello, le había salido mejor que el de los salones.
 
Había demasiado entre ellas como para quitarlo todo de una vez. Ambas tenían sus reservas, era lo normal, ninguna esperaba superar todo de una vez y aunque le fuese a malograr la piel hubiese aceptado de buena gana un cigarrillo.
 
-Bueno, cambiemos el tema…que quería preguntarte algo. ¿Ya solucionaste el tema con Lucian? Me dijo que estaban peleados y ya sabes que no puedo vivir con eso.-la mitad de sus peleas con Lucian habían sido por eso, detestaba que pelease con Laise porque la verdad sea dicha, podía ser un bruto, con todas las cosas buenas que tenía en eso le faltaba algo de contro.
 
-Con eso y con su fama de que anda de cama en cama, desde que me lo encontré hace unas semanas me ha empezado a importar de nuevo como a fines de sétimo. No es normal, ¿no?
 
Puso los ojos en blanco y deseó tener vino o vodka en frente, un shot le bastaba para hacer bajar ese fastidio que le subía por la tráquea y que mantenía a raya de buen modo. No quería  volver a ser su novia aunque a veces no pareciese estar segura de ello, gracias a eso la abordaban esos  celos –para qué negarlo- aleatorios.
-Bueno, necesitamos algo que selle nuestra renovación de votos de amistad. Esto no puede quedar en un simple contrato de palabra.

Le pareció apropiado que fuese ella quién quisiera cambiar de tema pues eso significaba que al menos por su parte quería que ese reencuentro funcionara y esa amistad que nunca debió ser maltratada se mantuviera firme. Le respondió el abrazó e arrugó el gesto cuando le besó la nariz, como si de un pequeño ratoncito se tratase. Sintió que ya podía respirar con normalidad, teniendo a Violet siempre a su lado, todo sería mejor.

-Sí, quedó aclarado ese asunto, nos lastimamos mucho…lo lastimé mucho, todo culpa de esos celos enfermos por…ya sabes quién- Se negaba a decir siquiera su nombre, el solo hecho de pensarlo de pronto le dolía en el alma, lo había amado como a nadie pero sabía que él nunca sería hombre para ella, por varias razones entre las cuales se encontraba una muy importante: no la amaba.

-¿Importar? ¿qué quieres decir? No me digas que…- Se llevó una mano a la boca y la emoción la embargó, ¿acaso podía ser posible que volviera a sentir algo por su hermano de nuevo? Para ser exactos, siempre le fascinó la idea de que estuvieran juntos, eran divinos y además se podía ver que se querían realmente, jamás supo por qué terminaron y lo lamentó muchísimo pero sabía que a veces Lucian podía ser un completo idiota.

-Violet, no sabes cómo extrañé esto…todo esto- se señaló a si misma, a ella y a todo lo que circundaba su habitación.-Se me ocurre una noche de cócteles, por supuesto que yo beberé jugo de naranja o alguna otra cosa ¿qué te parece? Me encantaría que Madison estuviera y Mina ¿qué dices? incluso Cherry, la pobre ha tenido la fortuna de volverse a encontrar con el imbécil de Tyler, merece un descanso-