A 10 min. break [LIBRE]

Con cada segundo que pasaba las cosas en el mundo mágico se ponían más y más tensas.  Comúnmente los problemas eran dentro del mismo mundo mágico así que su departamento solía estar bastante tranquilo además de las cosas del día a día, visitar gobernantes y asegurarse que el secreto de los magos se mantuviese como tal.  Eran años desde la última vez que un departamento de relaciones muggles había estado tan revolucionado y la verdad el calibre del desorden actual podía catalogarse como mayor. Gobiernos muggles habían revelado la existencia de los magos y los muggles que se habían tragado la noticia se estaban levantando contra ellos.
 
- Sigo diciendo que deberíamos usar el hechizo, Charlie.  No estoy seguro que la cordura (la poca que aún poseo) me de para seguir sin dormir por días y días seguidos - le hablaba a su secretaria que era a quien le debía seguir en pie después de tanto desastre.  Tenía al ministro de magia al cuello y ya estaba bien aburrido de las mil y una reuniones con ministerios de otros países queriendo meter la cucharada en lo que se hacía o no en su departamento. - solo tenemos 10 minutos si es que el universo posee la suficiente humanidad para dejarme tomarme un maldito café - doblaron la esquina y llegaron a la cafetería, el aroma a café recién hecho le devolvió parte de su alma.
 
-Un cortadito por favor y deme un café expreso triple sin azúcar - su cuerpo le gritaba por cafeína.  Se bebió de un sorbo el shot de café cubano y sintió como su cuerpo parecía despertar de un sopor, sonrió agradecidamente y dejó que Charlie pidiese lo que quisiera tomar junto con un sandwiche de pavo.  Caminaron hasta las sillas altas de la barra y se sentaron allí para descansar los pies de tanto subir y bajar entre pisos - cualquiera diría que como jefe del departamento podría quedarme en mi escritorio y mandar a los demás a hacer lo que debe ser hecho pero... comprendes que esto debe hacerse personalmente, verdad? no puedo cargarme con los errores de otros.  Te juro... - bajó la voz - te juro que si tengo que verle la cara de nuevo a uno de esos inútiles muggles (y él adoraba a los muggles) le voy a lanzar ese hechizo, me vale un rábano si pierdo mi empleo Charlie, habría salvado al mundo mágico y a mi familia - lo último lo más importante.

Odiaba realmente tener que ir al ministerio de magia. En su vida había pisado ese lugar al menos unas tres veces, afortunadamente ninguna de ellas en calidad de arresto, todas las veces para visitar a su madre, ahora era un poco diferente.

Harley no quería ser de esas mujeres ridículas que acosaban a sus parejas en el trabajo ni nada de eso, simplemente quería darle una sorpresa a Werther para que viera que, de alguna manera, estaba poniendo algo de empeño en que las cosas sucedieran bien esta vez, había preparado algo de comer y cocinado algunas galletas de nuez y chocolate, las tenía en una cajita mágica encantada para que cupiera todo lo que llevaba, si las cosas salían correctamente seguro llegaría al momento de su comida en el departamento, no estaba segura, tampoco es que se supiera sus horarios de memoria.

Tristemente al llegar al departamento y preguntar por él, lo que paso fue que le dijeron que había salido a comer fuera, no quiso dejarle ningún recado ni nada, sería un bochorno para ella. Mejor se dio la vuelta y decidió salir por donde llego cuando, en la cafetería a través del cristal le pareció ver al tío Marshal. Habría sido una grosera de no saludarle así que sin más decidió entrar al lugar.

Hey tío ¿Cómo esta? ¿Es su hora del almuerzo? – Pregunto animada después de saludarlo a él y a su asistente. Harley se veía bien, renovada, supuso que su tío estaba enterado de que había vuelto de la expedición en el Cairo, si no, entonces sería una gran sorpresa verla ahí. – eww ¿están comiendo estos sándwich horrendos? ¿Quieren comer conmigo? Anden, tengo una delicia en esta cajita.. – Les mostró la pequeña caja que contenía la comida, en realidad Harley si había cocinado muchísimo. Se sentó junto a ellos en el lugar y esperó en realidad que le dijeran que si, no quería volver con todo eso a su casa, la verdad le había dado algo de sentimiento.

ropita

Charlie parecía ansiosa y miraba a todos lados en espera de que alguien apareciera y les acabara su pequeño y siempre bien merecido descanso. Marshall le sonreía de forma apaciguante mientras bebía su café con lentitud, quería que le durase por siempre.  La entrada de Harley a la cafetería en verdad lo sorprendió.
 
Tal como había sido enseñado se puso en pie al verla entrar y le ofreció la silla separándola por ella e invitándola a sentarse - hola querida y rosada sobrina - ver tanto traje de ejecutiva hacía que las ropas de Harley hicieran un enorme contraste en aquel lugar - muchísimas gracias por la invitación, no tenemos mucho tiempo pero no despreciaría comida casera, ábrela que muero de hambre - sonrió ampliamente.
 
- Ay, pero que grosería de mi parte.  Harley ella es Charlotte, mi asistente. Charlotte ella es Harley, mi sobrina - Charlie sonrió con amabilidad y aceptó la invitación a comer.  Cuando la rubia abrió la cajita de comida encantada, el Lovecraft abrió sus ojos bien grandotes - pensabas alimentar a un batallón, Harley? - cuanta comida. - Dudo que vinieras a verme y traerme comida, era esto para tu madre? quizá podría mandar a buscarla para que no se lo pierda - el mago no andaba muy pendiente de los chismes de su familia últimamente aunque dudaba que así lo estuviese se hubiese enterado de por qué ella estaba ahí en realidad.
 

- Quieres tomar algo, o ya traes una botella de jugo por ahí? - miraba divertido la caja y atrapando un tenedor se robó unas cuantas cosas de las que había y se las metió a la boca como ardilla, llenándose los cachetes.  Charlie no pudo más que reír suavemente mientras se aseguraba que nadie lo estuviese viendo hacer algo así - está rico! - aunque no sabía si lo decía por el hambre o porque en realidad la rubia sabía cocinar.

En cuanto Harley se puso de pie se sentó agradeciendo el gesto de caballerosidad, en realidad el tío Marshall siempre le había parecido muy agradable, guapo y educado. Era como si un viejo caballero inglés hubiera tomado posesión de un Lovecraft, le agradaba, le recordaba a esos príncipes de cuentos de hadas que todo el mundo quiere tener, solamente que de parte de su familia y pues, más grande. En realidad no sabía si estaba saliendo con alguien, aun que si le dedico una sonrisilla cómplice cuando le presento a su asistente, Charlotte, hasta aprovecho para verla de arriba hacia abajo y asegurarse que si era el interés amoroso de su tío, fuera por buen camino.

Oh vamos, siempre hay tiempo para esto!.. chachan!... – Harley puso la caja en la mesa y con un toque de su varita esta comenzó a agrandarse, dentro tenía muchas mini pizzas, wraps de jamón y pequeños emparedados de tres quesos. Si, había exagerado mucho a la hora de cocinar, pero es que era la primera vez que lo hacía de esa manera, quería que fuera perfecto y podía haberlo sido, de no ser porque Werther no estaba y todo eso. Se llevo una pequeña mini pizza a la boca para pasar el mal sabor, casi se ahora al ver como el tío Marshall se llevaba muchos casi igual que ella, tuvo que pedir un refresco con la mano por qué no, de esos no había llevado.

No! – Respondió casi con indignación, su madre era una vegetariana, la más estricta de todas las que conocía, Harley jamás pudo comprenderlo. mi madre habría deseado tofu o no sé, esas cosas raras que come… No, la comida era para, bueno… – No sabía cómo decirlo de una manera discreta, así que simplemente lo dijo sin más. – Bueno, mi novio trabaja en el departamento de misterios y quería invitarlo a comer, la situación es que no le avise y fue hacia otro lado antes de que yo llegara.. pero está bien! Así puedo comer con ustedes. ¿Cómo ha estado tío?

Trato de decir las cosas rápido y de corrido, al finalizar se llevo una pizza a la boca, no sabía si ya el rumor de su embarazo se había corrido por la familia, suponía que si pero no a todos. – No traje jugos, pero si quieres podemos pedir algo, yo ya tengo el mio.. – Levanto el refresco que recientemente había pedido, mostrándoselo. – Oye por cierto… ¿Te dijeron lo del nuevo integrante de la familia? - Si, bueno ella no tenia tacto para nada, tampoco es que quisiera ocultarlo a la familia, terminarían enterándose.

- oh, pensé que era pura carne que no es carne y esas cosas - ya se conocía un par de lugares vegetarianos en la zona por las invitaciones a comer a la auror - pero así mejor, más para mi - Movió la caja para que Charlie agarrara lo que quisiera y volvió a comer él pero ahora con más decencia - no te creas rosita, con todo el desastre que hay con los muggles apenas me da tiempo para ir al baño, he pensado en mandar a poner uno en la oficina - parpadeó y comió uno de los pequeños emparedados - juraba que los del departamento de ministerios eran así como la CIA, todos saben que existen pero nadie sabe quiénes son, ya sabes... les daría un verdadero toque de misterio - levantó los hombros y se comió otro sándwich.
 
- Pues sobrevivo querida, sobrevivo pero no por mucho.  De no ser por Charlie ya habría pasado algo bastante malo - la joven bruja se sonrojó notablemente y agachó la cabeza mientras bebía de su té helado - Kael también me está ayudando con uno de esos menjurges que hace y ahí seguimos. Mientras no hagamos algo radical este problema con los muggles va a continuar para siempre.  Hay una película Muggle sobre extraterrestres y un equipo secreto que se encarga de cuidar que no hagan daño a los humanos y que su estadía no sea un problema. Creo que era algo como... Los hombres de Smoking o alguna cosa así... el hecho es que tenían un aparato que servía para modificarles la memoria a las personas que habían visto lo que no debían ver, y en una ocasión usaron la Estatua de la Libertad para alterarle la memoria a todo Nueva York - tamborileó con sus dedos sobre la barra - yo soy participe de hacer eso, pero todavía hay defensores de los muggles y nos hacen el trabajo muy difícil.  A mí me caen bien, nunca he tenido problemas con los muggles y sabes que hay mucho en la familia y demás, pero esto afecta al mundo mágico, no quiero imaginar lo que va a pasar cuando comiencen a salir los grupos que ya que los muggles saben que existimos quieran levantarse a la conquista del mundo como amos y señores del mismo - su mente viajaba a sucesos del futuro no muy lejano y no se había dado cuenta que se había extendido en la respuesta de más - si, todo ha estado muy bien, gracias por preguntar - concluyó como si nada y le dio un trago a su café súper amargo.
 
Un nuevo integrante en la familia? - tu madre espera otro hijo más? Rashel? Kael se casó? (aunque no le conozco novia ni nada de esas cosas macabras), Marcellus dejó embarazada a alguien? - aunque lo último le sonaba no muy Marcellus pero todo era posible en la existencia - la verdad es que no me he enterado de muchas cosas de la familia en las últimas semanas - agarró uno de los wraps y se lo devoró en dos mordiscos, el hambre le quitaba lo caballero salido de cuentos de hadas - perdonarás, pero no había tenido una comida decente desde hace ya bastante - Charlie no le traía comidita y eso lo hacía triste.

Le causo risa lo de la CIA, porque en efecto así se los imaginaba también, como una especie de FBI mágico o algo por el estilo, en realidad Harley no tenía ni la más remota idea de lo que hacia la gente de ese departamento y Werther le había dicho que era algo secreto, así que simplemente tenía que conformarse con imaginarlos a todos en traje y jugando cartas, era más divertido.

Son los hombres de negro tío… –Rodó los ojos como si fuera lo más obvio del mundo, en realidad Harley había crecido a la par del mundo mágico y muggle, le gustaban mucho las películas de ciencia ficción y si había visto las películas de hombres de negro, era en cierta forma una parodia del mundo mágico si se prestaba atención, los hombres de negro eran como el departamento de relaciones publicas con los muggles, algo así como lo que el tío Marshall hacia, pero no lo quiso obviar porque no fuera a tomarlo de mala manera, mejor se llevo un wrap a la boca y le dio una mordida. No le había pedido toda esa explicación del departamento pero igual lo escucho sin entender más que una fracción de lo que dijo, le sonrió y luego le sonrió a Charlotte como diciendo: “buen trabajo”.

No no, adelante, por favor no se midan, es mejor que todo esto se termine a que lo lleve a casa, además ahí nadie se lo comerá. - Se había llevado ahora una mini pizza a la boca así que no pudo decirle que no era su madre o la tía Rashel o alguna otra persona la del embarazo, espero en unos momentos de silencio a terminarse el bocado para hacerlo, Harley nunca había sido una persona con un gran tacto al hablar ni nada por el estilo, solo dejaba caer las cosas como eran.

No, soy yo quién va a tener un bebé, por eso volví de Egipto. ¿Me pasas otro Wrap Charlotte? - Le sonrió a la joven asistente que había quedado tan pasmada por la noticia que le tardo unos segundos en responder. Si bien Harley no daba la pinta de madre modelo, sintió que exageraba un poco con su reacción.