Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
El problema no era que había tenido uno de los días más difíciles en mucho tiempo, había estado trabajando a marcha seguida en el hospital, haciendo prácticas y en el laboratorio en una investigación sobre la cura para una nueva sepa de viruela de dragón que había aparecido en Pensilvania, no, el problema era que esa tarde había recibido un mensaje al celular de parte de Marcellus diciéndole que no “se sentía muy bien”.
La primera reacción de Adrien fue marcarle para ver qué era lo que le sucedía, pero el chico no respondía. Lo segundo fue mandarle mil y un mensajes, incluso en su desesperación, pensó en decirle al señor Kael al respecto, le había contado que Darcy se había aparecido en el hospital, por principio más que nada, porque debía informar al encargado de las visitas no autorizadas que Marcellus pudiera responder, algo sobre eso lo había puesto en alerta, pero se tranquilizo, pensó que tal vez estaba exagerando demasiado.
Era la tercera vez en el día que se dirigía hasta la habitación de Marcellus en el dormitorio estudiantil, había visto pasar a su compañero de cuarto, un ex convicto o algo así, no le gustaba que compartiera cuarto con Marcellus, no era bueno o decente, pero no había otra solución, era eso o que el chico tomara chimeneas todos los días para llegar a la escuela (que tampoco sonaba tan descabellado).
Tocó la puerta un par de veces, nada. ¿Dónde rayos estaba? Tomó su celular y le marco nuevamente a Laise, ella tampoco sabía nada, no quiso preocuparla. Estaba por colgar la llamada cuando lo vio llegar del otro lado del pasillo, se veía diferente, ¿Qué rayos le había pasado?
¿Marcell? ¿Dónde diablos estabas? He estado buscándote desde que mandaste el mensaje, ¿Estás bien? Contéstame. – No le levantó la voz, fue simplemente más directo, su día no había sido el mejor después de todo, además aun que no lo aceptara, se había preocupado muchísimo por él.
La primera reacción de Adrien fue marcarle para ver qué era lo que le sucedía, pero el chico no respondía. Lo segundo fue mandarle mil y un mensajes, incluso en su desesperación, pensó en decirle al señor Kael al respecto, le había contado que Darcy se había aparecido en el hospital, por principio más que nada, porque debía informar al encargado de las visitas no autorizadas que Marcellus pudiera responder, algo sobre eso lo había puesto en alerta, pero se tranquilizo, pensó que tal vez estaba exagerando demasiado.
Era la tercera vez en el día que se dirigía hasta la habitación de Marcellus en el dormitorio estudiantil, había visto pasar a su compañero de cuarto, un ex convicto o algo así, no le gustaba que compartiera cuarto con Marcellus, no era bueno o decente, pero no había otra solución, era eso o que el chico tomara chimeneas todos los días para llegar a la escuela (que tampoco sonaba tan descabellado).
Tocó la puerta un par de veces, nada. ¿Dónde rayos estaba? Tomó su celular y le marco nuevamente a Laise, ella tampoco sabía nada, no quiso preocuparla. Estaba por colgar la llamada cuando lo vio llegar del otro lado del pasillo, se veía diferente, ¿Qué rayos le había pasado?
¿Marcell? ¿Dónde diablos estabas? He estado buscándote desde que mandaste el mensaje, ¿Estás bien? Contéstame. – No le levantó la voz, fue simplemente más directo, su día no había sido el mejor después de todo, además aun que no lo aceptara, se había preocupado muchísimo por él.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Se sentía emocional, fisica y psicológicamente exhausto, su pequeña sesión de oclumancia con Mina había sido… no sabía ni que había sido, sólo que no había salido como lo planeaba. Descubrió muchas cosas de ella, pero también se topó con muchos dilemas y ese reclamo… ese reclamo que ella se dio por haber visto accidentalmente en sus recuerdos y concluir erróneamente que no "luchó más por ella" o "parecía con tan pocas ganas de tocarla" porque estaba con Adrien y Laise, cuando en ese punto en el tiempo no había sido el caso.
No recordaba del todo que había pasado, de hecho tenía lagunas mentales de todo el encuentro. Recordaba haberle hecho daño en algún momento durante la práctica, pero también recordaba haberse deslindado de todo, siendo todo el episodio en conjunto un ir y venir entre niebla. Marcellus sabía que la memoria estaba ahí, sólo tenía que hacer un esfuerzo por sacarla a flote… pero no sabía si quería hacerlo.
Estaba usando un pañuelo de tela para contener las gotas de sangre que parecía persistir en aun caer de su sinus, no quería usar los puños de la camisa que traía puesta, que era de color negro y le quedaba algo grande porque no era suya sino de Werther.
Levantó la vista cuando escuchó la voz de Adrien y sintió una extraña calma invadirlo en medio de tanta confusión, bajó la mano que tenía el pañuelo contra su rostro y le sonrió de forma cansada pero sincera, como al fin llegando al final de una carrera.
"Adrien…" susurró y luego caminó hasta el, sentía que la cabeza se le iba a partir en dos, el dolor que había estado sintiendo no había sucumbido. Recargó su rostro en el hombro del Nu pero no lo abrazó, solo recargando su peso en el, sentía que no podía levantar los brazos.
"No… no estoy bien… no sé qué me está pasando," murmuró, distraídamente abriendo la puerta de su dormitorio para entrar. "Lamento haberte preocupado."
Tal vez si se recostaba un momento, el mundo dejaría de girar a su alrededor.
No recordaba del todo que había pasado, de hecho tenía lagunas mentales de todo el encuentro. Recordaba haberle hecho daño en algún momento durante la práctica, pero también recordaba haberse deslindado de todo, siendo todo el episodio en conjunto un ir y venir entre niebla. Marcellus sabía que la memoria estaba ahí, sólo tenía que hacer un esfuerzo por sacarla a flote… pero no sabía si quería hacerlo.
Estaba usando un pañuelo de tela para contener las gotas de sangre que parecía persistir en aun caer de su sinus, no quería usar los puños de la camisa que traía puesta, que era de color negro y le quedaba algo grande porque no era suya sino de Werther.
Levantó la vista cuando escuchó la voz de Adrien y sintió una extraña calma invadirlo en medio de tanta confusión, bajó la mano que tenía el pañuelo contra su rostro y le sonrió de forma cansada pero sincera, como al fin llegando al final de una carrera.
"Adrien…" susurró y luego caminó hasta el, sentía que la cabeza se le iba a partir en dos, el dolor que había estado sintiendo no había sucumbido. Recargó su rostro en el hombro del Nu pero no lo abrazó, solo recargando su peso en el, sentía que no podía levantar los brazos.
"No… no estoy bien… no sé qué me está pasando," murmuró, distraídamente abriendo la puerta de su dormitorio para entrar. "Lamento haberte preocupado."
Tal vez si se recostaba un momento, el mundo dejaría de girar a su alrededor.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Aun sentía el peso de la presión sobre su cuerpo, su preocupación no disminuyo en lo absoluto aun y cuando vio a Marcellus aparecerse en ese lugar. Lo examino completamente de pies a cabeza antes de que se acercara a él, la nariz sangrando, la ropa que obviamente no le pertenecía pues era una o dos tallas mas grande… lo primero que se le ocurrió y con justa razón era que se había topado con el psicópata de su ex novio y algo había pasado, más aun cuando Marcellus se acerco a él buscando apoyo en su hombro.
Adrien había estado molesto y muy preocupado justo antes de verlo, no le fue fácil tratarse todos esos sentimientos, pero tampoco era un imprudente que iba a ponerse a reclamarle cosas sin sentido a Marcellus, él no era esa clase de personas, él era más del tipo que las guardaba en su interior, dentro, muy dentro y jamás las dejaba salir. Sin embargo la inexpresividad de su rostro era algo recurrente cuando algo estaba molestándole en verdad y así era.
Voy a revisarte – No dijo más, le ayudo a abrir la puerta y cerro tras él, saco la varita del bolsillo de su pantalón y luego encendió las luces, se quito el saco y lo coloco sobre la silla del escritorio y se levanto las mangas de la camisa hasta mitad de su brazo. Le indico a Marcellus que tomara asiento en la cama y luego se acerco a él, todo en Adrien cuando se ponía en el papel de Sanador era completamente profesional, no era la primera vez que Marcellus lo veía actuar pues él había sido de las personas encargadas de atenderlo tras el ataque en el centro comercial.
¿Comenzó el sangrado recientemente?, ¿Ocurre con frecuencia o repetitivamente? ¿Te golpeaste o sentiste mareos? – Trataba de hacer las preguntas despacio para que él tuviera oportunidad de responderlas una a una mientras él quitaba con su mano el pañuelo y revisaba su nariz, no había contusión, trato de parar la hemorragia manualmente presionando con dos dedos el tabique nasal de Marcellus, no podía lanzarle un episkey asi nada más sin saber que había causado el sangrado en primer lugar. No estaba viéndolo a los ojos, no podía.
Adrien había estado molesto y muy preocupado justo antes de verlo, no le fue fácil tratarse todos esos sentimientos, pero tampoco era un imprudente que iba a ponerse a reclamarle cosas sin sentido a Marcellus, él no era esa clase de personas, él era más del tipo que las guardaba en su interior, dentro, muy dentro y jamás las dejaba salir. Sin embargo la inexpresividad de su rostro era algo recurrente cuando algo estaba molestándole en verdad y así era.
Voy a revisarte – No dijo más, le ayudo a abrir la puerta y cerro tras él, saco la varita del bolsillo de su pantalón y luego encendió las luces, se quito el saco y lo coloco sobre la silla del escritorio y se levanto las mangas de la camisa hasta mitad de su brazo. Le indico a Marcellus que tomara asiento en la cama y luego se acerco a él, todo en Adrien cuando se ponía en el papel de Sanador era completamente profesional, no era la primera vez que Marcellus lo veía actuar pues él había sido de las personas encargadas de atenderlo tras el ataque en el centro comercial.
¿Comenzó el sangrado recientemente?, ¿Ocurre con frecuencia o repetitivamente? ¿Te golpeaste o sentiste mareos? – Trataba de hacer las preguntas despacio para que él tuviera oportunidad de responderlas una a una mientras él quitaba con su mano el pañuelo y revisaba su nariz, no había contusión, trato de parar la hemorragia manualmente presionando con dos dedos el tabique nasal de Marcellus, no podía lanzarle un episkey asi nada más sin saber que había causado el sangrado en primer lugar. No estaba viéndolo a los ojos, no podía.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
No se percató en primera instancia que Adrien lo estaba analizando de pies a cabeza, estaba un en una niebla extraña que poco a nada le permitía razonar lo que ocurría a su alrededor, como su hubieran envuelto su cabeza en algodón y cubierto sus ojos con una venda, no se sentía bien realmente.
"Hmmm…" trató de ser más elocuente con su respuesta cuando Adrien firmemente le dijo que iba a revisarlo, pero eso fue lo más que logró, entrando a su habitación en automático y sentándose sobre la cama como se le había indicado.
"Hace unas cuantas horas," le contestó a la primera pregunta, haciendo memoria de cómo había empezado, "No ocurre muy seguido… hace tiempo que no me ocurría de hecho… desde mi viaje… sólo me dolía la cabeza de vez en cuando, pero nunca tanto como ahora."
Parpadeó, se sentía algo mareado, "Mareo… pero ningún golpe."
Tenía que ser sincero con él, darle la historia completa para que pudiera hacer un cuadro diagnóstico, era algo que sabía porque su tío Kael se lo había repetido infinidad de veces a lo largo de su vida, a Marcellus y a todos sus primos y sobrinos.
"Estaba… estaba con Mina… me pidió enseñarle oclumancia…" murmuró mientras sentía el toque de Adrien sobre su rostro, "Ella… dijo algo que me hizo enfadar… y luego… empezó el dolor de cabeza."
A partir de ese momento, todo lo que había ocurrido era borroso y Marcellus sabía que si se esforzaba, esa niebla se levantaría y podría recordar lo que había ocurrido, pero… cuando le había pasado antes, era como si esas acciones hubieran sido cometidas por alguien más y eso le atemorizaba.
Miró a Adrien en silencio porque además había visto cosas sobre él, durante la sesión con Mina y no lo iba a juzgar… no, el solo quería entenderlo, lo amaba demasiado como para apartarse por haber descubierto que existía una oscuridad tangible en su persona.
No le tenía miedo… sino temía por el… porque ese culto… esos planes que Mina estaba haciendo… no quería que Adrien saliera lastimado.
"Hmmm…" trató de ser más elocuente con su respuesta cuando Adrien firmemente le dijo que iba a revisarlo, pero eso fue lo más que logró, entrando a su habitación en automático y sentándose sobre la cama como se le había indicado.
"Hace unas cuantas horas," le contestó a la primera pregunta, haciendo memoria de cómo había empezado, "No ocurre muy seguido… hace tiempo que no me ocurría de hecho… desde mi viaje… sólo me dolía la cabeza de vez en cuando, pero nunca tanto como ahora."
Parpadeó, se sentía algo mareado, "Mareo… pero ningún golpe."
Tenía que ser sincero con él, darle la historia completa para que pudiera hacer un cuadro diagnóstico, era algo que sabía porque su tío Kael se lo había repetido infinidad de veces a lo largo de su vida, a Marcellus y a todos sus primos y sobrinos.
"Estaba… estaba con Mina… me pidió enseñarle oclumancia…" murmuró mientras sentía el toque de Adrien sobre su rostro, "Ella… dijo algo que me hizo enfadar… y luego… empezó el dolor de cabeza."
A partir de ese momento, todo lo que había ocurrido era borroso y Marcellus sabía que si se esforzaba, esa niebla se levantaría y podría recordar lo que había ocurrido, pero… cuando le había pasado antes, era como si esas acciones hubieran sido cometidas por alguien más y eso le atemorizaba.
Miró a Adrien en silencio porque además había visto cosas sobre él, durante la sesión con Mina y no lo iba a juzgar… no, el solo quería entenderlo, lo amaba demasiado como para apartarse por haber descubierto que existía una oscuridad tangible en su persona.
No le tenía miedo… sino temía por el… porque ese culto… esos planes que Mina estaba haciendo… no quería que Adrien saliera lastimado.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Adrien estaba aun algo afectado por la preocupación de no saber en qué lugar o condiciones se encontraba Marcellus, es que para él esos sentimientos eran nuevos y de alguna manera no encajaban correctamente en su forma de ser, jamás se había preocupado de verdad por nadie, ni siquiera cuando su sanidad mental estaba completa, ahora esos sentimientos de paranoia se veían proyectados hacia otra persona, no era nada bueno sabiendo lo que él sabía.
Se dedico simplemente a escuchar a Marcellus hablar, reviso sus pupilas y después tomo su brazo para medir las pulsaciones de su corazón y ver si de alguna manera estaba acelerado o tenia la presión elevada. Todo parecía estar correctamente en él fuera del sangrado que estaba cesando poco a poco, lo que fuera que le había ocurrido era porque su presión había estado alta o su mente se había sobrecargado con las practicas o lo que fuera que estaban haciendo con la oclumancia, esa fue la primera impresión que le dio, sin embargo tendría que hacerle exámenes más profundos para descartar cualquier otra anormalidad.
No hablo, solamente saco su varita y convoco desde donde estaba un gran maletín que aterrizo sobre el suelo a su lado. Adrien había puesto una rodilla sobre el suelo y lo abrió, en él había frascos con diferentes sustancias, era su maletín de sanador que había invocado desde su habitación. Tomó uno de los frascos con un líquido cristalino y tomo varios polvos de otros más, los mezclaba con cantidades especificas hasta que la poción tomó nuevamente un color cristalino, como del agua.
Esto va a relajarte. Necesitas recostarte y evitar alterarte por cualquier cosa. – Cerro el maletín y se puso de pie tras darle el frasco con la poción a Marcellus, lo miro con severidad, no iba a aceptar un no por respuesta. Espero a que este hubiera tomado la poción para tomar el frasco de vuelta y desaparecerlo de la palma de su mano. La poción simplemente iba a relajarlo, no era tan fuerte como un sedante, solamente era para que las nauseas y el dolor de cabeza disminuyeran.
Se vio tentado a preguntar que era lo que había pasado, pero tampoco quería parecer como un psicópata controlador (que si era, pero no quería parecerlo), simplemente se aclaro la garganta aun sosteniendo su maletín, como si de un momento a otro fuera a irse de la habitación.
¿Sucedió algo más en la sesión de oclumancia? ¿Te pasa siempre que la practicas? – Trato de seguir con ese tono formal que siempre usaba cuando estaba con sus pacientes, Marcellus acababa de convertirse en uno, sin embargo había algo más ahí, intriga.
Se dedico simplemente a escuchar a Marcellus hablar, reviso sus pupilas y después tomo su brazo para medir las pulsaciones de su corazón y ver si de alguna manera estaba acelerado o tenia la presión elevada. Todo parecía estar correctamente en él fuera del sangrado que estaba cesando poco a poco, lo que fuera que le había ocurrido era porque su presión había estado alta o su mente se había sobrecargado con las practicas o lo que fuera que estaban haciendo con la oclumancia, esa fue la primera impresión que le dio, sin embargo tendría que hacerle exámenes más profundos para descartar cualquier otra anormalidad.
No hablo, solamente saco su varita y convoco desde donde estaba un gran maletín que aterrizo sobre el suelo a su lado. Adrien había puesto una rodilla sobre el suelo y lo abrió, en él había frascos con diferentes sustancias, era su maletín de sanador que había invocado desde su habitación. Tomó uno de los frascos con un líquido cristalino y tomo varios polvos de otros más, los mezclaba con cantidades especificas hasta que la poción tomó nuevamente un color cristalino, como del agua.
Esto va a relajarte. Necesitas recostarte y evitar alterarte por cualquier cosa. – Cerro el maletín y se puso de pie tras darle el frasco con la poción a Marcellus, lo miro con severidad, no iba a aceptar un no por respuesta. Espero a que este hubiera tomado la poción para tomar el frasco de vuelta y desaparecerlo de la palma de su mano. La poción simplemente iba a relajarlo, no era tan fuerte como un sedante, solamente era para que las nauseas y el dolor de cabeza disminuyeran.
Se vio tentado a preguntar que era lo que había pasado, pero tampoco quería parecer como un psicópata controlador (que si era, pero no quería parecerlo), simplemente se aclaro la garganta aun sosteniendo su maletín, como si de un momento a otro fuera a irse de la habitación.
¿Sucedió algo más en la sesión de oclumancia? ¿Te pasa siempre que la practicas? – Trato de seguir con ese tono formal que siempre usaba cuando estaba con sus pacientes, Marcellus acababa de convertirse en uno, sin embargo había algo más ahí, intriga.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Estaba distraído mientras Adrien hacía su revisión, pensando en lo que había ocurrido y haciendo un esfuerzo por completar la historia, levantar la niebla de los espacios donde parecía que su conciencia se había hecho a un lado pero su persona, o algo así, seguía actuando. Recordaba haber escuchado a Mina y le había contestado varias veces… recordaba haberle hecho daño… recordaba haberse detenido… pero lo veía aun entre cortado, sin embargo él estaba consiente que los hechos ahí estaban, sólo tenía que dejarlo surgir a flote en su memoria.
Le sonido que hizo el maletín de Adrien cuando este lo hizo aparecer lo distrajo, mirando hacia la dirección de este, luego poniendo atención a los movimientos de Adrien, precisos y practicados. Sonrió un poco ante la imagen, pareciéndole algo digno de observarse.
Estuvo a punto de decirle que no quería tomar la poción, pero cambió de opinión rápidamente, tomando el frasco y bebiéndola como se le había indicado, la verdad es que el dolor de cabeza si le era incómodo y necesitaba poder pensar bien para lo que quería decir.
Hizo un movimiento con su mano una vez que se había recostado, dejando espacio en la cama para que Adrien se sentara a su lado y le indicó que eso era lo que quería que hiciera, quería tenerlo cerca.
"No… no siempre me pasa, de hecho no es común que me pase, no desde hace ya tiempo, al principio es normal, sobre todo cuando era yo quien estaba aprendiendo oclumancia, porque el repeler a alguien de tu mente es un esfuerzo intenso… pero… no, Mina no atacó mi mente sino yo la suya…" murmuró, luego cerró los ojos.
"Adrien… Mina me hizo enojar… y la ataqué… la ataqué con la intensión de lastimarla… porque me molestó su actitud… me molestó lo que dijo… pero aun no entiendo cómo es que llegamos a ese punto…"
Era como si la niebla se estuviera disipando, todas las imágenes se estaban conectando, las visiones incompletas estaban tomando una lineal forma y de principio a fin todo se tornó cada vez más claro.
"La besé," le dijo entonces, "Se molestó conmigo porque... me forcé en su mente y... yo la besé en respuesta... Ni siquiera sé porque hice eso."
Todo había empezado con eso.
Le sonido que hizo el maletín de Adrien cuando este lo hizo aparecer lo distrajo, mirando hacia la dirección de este, luego poniendo atención a los movimientos de Adrien, precisos y practicados. Sonrió un poco ante la imagen, pareciéndole algo digno de observarse.
Estuvo a punto de decirle que no quería tomar la poción, pero cambió de opinión rápidamente, tomando el frasco y bebiéndola como se le había indicado, la verdad es que el dolor de cabeza si le era incómodo y necesitaba poder pensar bien para lo que quería decir.
Hizo un movimiento con su mano una vez que se había recostado, dejando espacio en la cama para que Adrien se sentara a su lado y le indicó que eso era lo que quería que hiciera, quería tenerlo cerca.
"No… no siempre me pasa, de hecho no es común que me pase, no desde hace ya tiempo, al principio es normal, sobre todo cuando era yo quien estaba aprendiendo oclumancia, porque el repeler a alguien de tu mente es un esfuerzo intenso… pero… no, Mina no atacó mi mente sino yo la suya…" murmuró, luego cerró los ojos.
"Adrien… Mina me hizo enojar… y la ataqué… la ataqué con la intensión de lastimarla… porque me molestó su actitud… me molestó lo que dijo… pero aun no entiendo cómo es que llegamos a ese punto…"
Era como si la niebla se estuviera disipando, todas las imágenes se estaban conectando, las visiones incompletas estaban tomando una lineal forma y de principio a fin todo se tornó cada vez más claro.
"La besé," le dijo entonces, "Se molestó conmigo porque... me forcé en su mente y... yo la besé en respuesta... Ni siquiera sé porque hice eso."
Todo había empezado con eso.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Adrien lo siguió con la mirada fija, solamente quería asegurarse de que descansara bien y luego ya podría preguntarle más detalles, pero algo en él lo hizo seguirlo hasta la cama, sentarse a su lado simplemente escuchándolo, observando cómo su respiración se regularizaba. En realidad Adrien jamás había sido una persona a la que fuera fácil acercarse, siempre había mantenido una distancia prudente entre él y los demás, como si simplemente ellos no fueran dignos de él o los viera como personas inferiores. Muchas cosas de él habían cambiado desde el momento en que se involucro con el chico Lovecraft y esas cosas seguían marcándolo aun después de tantos años.
Escucho atento lo de la práctica de oclumancia, él nunca había estado interesado en algo así a pesar de que Auberon lo menciono un par de veces a él y a otros, principalmente por que estando en su situación era mejor que nadie tuviera el poder de entrar en su mente, por eso no le pareció tan descabellado que Wilhelmina quisiera aprenderlo, aun que él no sabía exactamente cómo es que la mecánica funcionaba o si es que era necesario ver en los recuerdos de alguien para poder aprender a defenderse, de haber sido así tal vez se hubiera puesto más tenso sobre la situación porque Mina sabía cosas que a él no le convenía que Marcellus supiera.
Luego vino aquel golpe, directo y certero, cuando Marcellus le confesó abiertamente que la había besado, la había besado y todo había desencadenado en aquello. Adrien era una persona apacible, que no perdía los estribos con facilidad, pero al escuchar eso la imagen de Marcellus con Wilhelmina le vino directo a la mente de una manera casi insoportable, podía aceptar que estuviera con Laise, podía porque él lo había permitido, pero sabiendo lo que él sentía por Mina no hacían las cosas fáciles de sobrellevar. Entonces se encontró a si mismo mirando hacia el suelo, vacio completamente. No estaba molesto, no estaba celoso, era como si todos los sentimientos que lo cubrían hubieran sido tragados por el vacío de su interior.
Se puso de pie en ese momento, vio sus manos como esperando encontrar algo en ellas, un temblor, una reacción. Nada, no había absolutamente nada.
Te diré por que lo hiciste… – Dijo con un tono de voz frio, severo, solamente estaba afirmando lo obvio. – La amas y eso es todo. La quieres, la necesitas. Ella no te quiere y es por eso que viniste a mí. Esa es la respuesta, no hay más. – No iba a discutir nada más con él, Adrien era una persona de lógica, era lo que la lógica le decía que había sucedido. Se dio la vuelta para darle la espalda, no iba a discutir más ese asunto.
Duerme y no fuerces tu mente en las próximas 24 horas. – Se lo dijo como recomendación de Sanador, era lo mejor.
Escucho atento lo de la práctica de oclumancia, él nunca había estado interesado en algo así a pesar de que Auberon lo menciono un par de veces a él y a otros, principalmente por que estando en su situación era mejor que nadie tuviera el poder de entrar en su mente, por eso no le pareció tan descabellado que Wilhelmina quisiera aprenderlo, aun que él no sabía exactamente cómo es que la mecánica funcionaba o si es que era necesario ver en los recuerdos de alguien para poder aprender a defenderse, de haber sido así tal vez se hubiera puesto más tenso sobre la situación porque Mina sabía cosas que a él no le convenía que Marcellus supiera.
Luego vino aquel golpe, directo y certero, cuando Marcellus le confesó abiertamente que la había besado, la había besado y todo había desencadenado en aquello. Adrien era una persona apacible, que no perdía los estribos con facilidad, pero al escuchar eso la imagen de Marcellus con Wilhelmina le vino directo a la mente de una manera casi insoportable, podía aceptar que estuviera con Laise, podía porque él lo había permitido, pero sabiendo lo que él sentía por Mina no hacían las cosas fáciles de sobrellevar. Entonces se encontró a si mismo mirando hacia el suelo, vacio completamente. No estaba molesto, no estaba celoso, era como si todos los sentimientos que lo cubrían hubieran sido tragados por el vacío de su interior.
Se puso de pie en ese momento, vio sus manos como esperando encontrar algo en ellas, un temblor, una reacción. Nada, no había absolutamente nada.
Te diré por que lo hiciste… – Dijo con un tono de voz frio, severo, solamente estaba afirmando lo obvio. – La amas y eso es todo. La quieres, la necesitas. Ella no te quiere y es por eso que viniste a mí. Esa es la respuesta, no hay más. – No iba a discutir nada más con él, Adrien era una persona de lógica, era lo que la lógica le decía que había sucedido. Se dio la vuelta para darle la espalda, no iba a discutir más ese asunto.
Duerme y no fuerces tu mente en las próximas 24 horas. – Se lo dijo como recomendación de Sanador, era lo mejor.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
El tono de voz de Adrien lo hizo arredrarse, porque le dolió el que se lo dijera, pero más aún, le dolió que hubiera hecho algo incorrecto y al final todo le había salido mal. Empezó a sentir una desesperación terrible porque la forma tan fría y directa que Adrien estaba empleando nunca había estado dirigida hacia él antes.
Por un momento pensó en dejarlo irse, pero luego se negó esa cobardía, no iba a perderlo, no de nuevo.
Se puso de pie rápidamente, ignorando el mareo que sentía y se le adelantó a Adrien, quedando recargado contra la puerta y negando con la cabeza varias veces, mirando los zapatos del sanador mientras la palabras se formaban en su mente, mientras se daba cuenta de una verdad que ahora podía afirmar.
"Si la amé," le dijo en voz baja, haciendo énfasis en el tiempo pasado y luego apretó los dientes, "Pero nunca como a ti."
Levantó la vista, mirando a Adrien directamente, "Y estuvo mal, que me dejara caer en su juego mientras ella buscaba cumplir su capricho… porque eso es lo que soy para ella, dama más que un capricho… Mina me aprecia, pero nunca va a poder amarme y lo entiendo."
Golpeó la puerta con un puño, contendiendo las ganas de jalarse el cabello en frustración completa, porque ahora que veía a Adrien frente a él, sabía que había cometido un gran error que al final le iba a dejar más consecuencias de las que esperaba.
"Vi algo en su mente Adrien… Algo que tú conoces… ¿y sabes que fue lo primero que me pasó por la mente? Que tu podías estar en peligro y que no quería que eso pasara… por eso seguí ayudándola y luego…. Luego todo se salió de control."
Siguió mirándolo a los ojos, haciendo el esfuerzo con cargar con su propia culpa mientras encaraba el problema que había causado, "Vine a tu porque contigo me siento seguro, te necesito, porque te amo maldita sea, te amo… y te dije que la besé porque no quiero mentirte… no quiero guardarte secretos… no sobre esto… "
Se pasó las manos por el cabello, cerrando los ojos cuando sintió algo de vértigo y que la fuerza le faltaba. La poción que Adrien le había dado no era un sedante, pero si estaba haciendo efecto, aun así se mantuvo firme en donde estaba.
Lo miró de nuevo, una expresión evidente de culpa en su rostro, "Perdóname…"
Bajó la mirada y cerró los ojos, sintiendo un sollozo formarse en su pecho. No era justo que todo esto estuviera pasando y aunque entendía que era una consecuencia de sus actos, no iba a aceptarlo, iba a luchar por él, a toda costa.
Lo había perdido una vez... años después, la noche que pasaron juntos con Laise, le había dicho Nunca Más, nunca mas lo iba a dejar y lo había dicho en serio.
Por un momento pensó en dejarlo irse, pero luego se negó esa cobardía, no iba a perderlo, no de nuevo.
Se puso de pie rápidamente, ignorando el mareo que sentía y se le adelantó a Adrien, quedando recargado contra la puerta y negando con la cabeza varias veces, mirando los zapatos del sanador mientras la palabras se formaban en su mente, mientras se daba cuenta de una verdad que ahora podía afirmar.
"Si la amé," le dijo en voz baja, haciendo énfasis en el tiempo pasado y luego apretó los dientes, "Pero nunca como a ti."
Levantó la vista, mirando a Adrien directamente, "Y estuvo mal, que me dejara caer en su juego mientras ella buscaba cumplir su capricho… porque eso es lo que soy para ella, dama más que un capricho… Mina me aprecia, pero nunca va a poder amarme y lo entiendo."
Golpeó la puerta con un puño, contendiendo las ganas de jalarse el cabello en frustración completa, porque ahora que veía a Adrien frente a él, sabía que había cometido un gran error que al final le iba a dejar más consecuencias de las que esperaba.
"Vi algo en su mente Adrien… Algo que tú conoces… ¿y sabes que fue lo primero que me pasó por la mente? Que tu podías estar en peligro y que no quería que eso pasara… por eso seguí ayudándola y luego…. Luego todo se salió de control."
Siguió mirándolo a los ojos, haciendo el esfuerzo con cargar con su propia culpa mientras encaraba el problema que había causado, "Vine a tu porque contigo me siento seguro, te necesito, porque te amo maldita sea, te amo… y te dije que la besé porque no quiero mentirte… no quiero guardarte secretos… no sobre esto… "
Se pasó las manos por el cabello, cerrando los ojos cuando sintió algo de vértigo y que la fuerza le faltaba. La poción que Adrien le había dado no era un sedante, pero si estaba haciendo efecto, aun así se mantuvo firme en donde estaba.
Lo miró de nuevo, una expresión evidente de culpa en su rostro, "Perdóname…"
Bajó la mirada y cerró los ojos, sintiendo un sollozo formarse en su pecho. No era justo que todo esto estuviera pasando y aunque entendía que era una consecuencia de sus actos, no iba a aceptarlo, iba a luchar por él, a toda costa.
Lo había perdido una vez... años después, la noche que pasaron juntos con Laise, le había dicho Nunca Más, nunca mas lo iba a dejar y lo había dicho en serio.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
No tenia caso que siguiera ahí, no iba a seguir molestando a Marcellus y tampoco iba a permitirse el perder el control por una situación como esa, él no era esa clase de personas que demostraban a los demás el poder que tenían sobre ellos, porque en efecto, Marcellus tenía un gran poder sobre él.
Se detuvo de golpe cuando lo vio levantarse e ir hacia la puerta, él lo estaba viendo fijamente con una mirada acusadora, aun que él no pudiera mirarlo a los ojos Adrien si lo estaba viendo, lo estaba juzgando, porque sabía en su interior que era verdad, pero necesitaba confirmarlo, necesitaba saber que si estaba con él iba a estar con él, no iba a dejar que el poder que Marcellus tenía sobre él fuera utilizado por otras personas, ya lo habían hecho antes, no más, nadie iba a controlarlo nuevamente.
Dejo el maletín a un lado y le dio la espalda a Marcellus mientras él trataba de explicarse, de decirle que en realidad nunca la había amado como a él y todas esas cosas que, de ser otro el momento, lo hubiera tomado con gracia o tal vez elocuencia, pero no, luego vinieron esas palabras de que él sabía cosas que estaban escondidas en la mente de Mina. ¿Lo sabía? ¿En verdad lo sabía?
Se quedo callado después de su explicación, tal vez no podía notarse pero su pulso se acelero de pronto. No podía dejar que Marcellus supiera esas cosas, mucho menos lo que estaba oculto en su mente. ¿Mina sabía que Marcellus lo había descubierto? Maldita sea, lo había puesto en peligro, lo había puesto en peligro por un maldito capricho. Era una imbécil, una imprudente.
Adrien se giro hacia Marcellus con la mirada encendida, tenía la varita en la palma de su mano, parecía estar a punto de atacar. Dio un paso hasta él acortando la distancia y con la mano libre lo tomo por la camisa azotándolo sobre la puerta sin ninguna contemplación, ahora parecía ser una persona completamente diferente quién estaba frente a él, un animal herido que no dudaría en atacar antes de recibir nuevamente un golpe. Lo apunto con la varita por la garganta y lo miro fijamente a los ojos, sus ojos azules estaban vacios, oscurecidos por lo quebrada que su alma se encontraba.
No sabes nada, ¿Entiendes? No viste nada en su mente más que recuerdos de una niña ridícula y caprichosa… - Hablo con los labios sobre los suyos, lo tomo de la nuca y lo beso de una manera furiosa. – Maldita sea… ¿Por qué tenias que hacerlo? …. – Soltó su agarre lentamente con la respiración acelerada. Se llevo ambas manos a la cien tratando de pensar en algo, necesitaba poner a salvo a Marcellus, esta vez no iba a bastar simplemente con alejarse de él.
Se detuvo de golpe cuando lo vio levantarse e ir hacia la puerta, él lo estaba viendo fijamente con una mirada acusadora, aun que él no pudiera mirarlo a los ojos Adrien si lo estaba viendo, lo estaba juzgando, porque sabía en su interior que era verdad, pero necesitaba confirmarlo, necesitaba saber que si estaba con él iba a estar con él, no iba a dejar que el poder que Marcellus tenía sobre él fuera utilizado por otras personas, ya lo habían hecho antes, no más, nadie iba a controlarlo nuevamente.
Dejo el maletín a un lado y le dio la espalda a Marcellus mientras él trataba de explicarse, de decirle que en realidad nunca la había amado como a él y todas esas cosas que, de ser otro el momento, lo hubiera tomado con gracia o tal vez elocuencia, pero no, luego vinieron esas palabras de que él sabía cosas que estaban escondidas en la mente de Mina. ¿Lo sabía? ¿En verdad lo sabía?
Se quedo callado después de su explicación, tal vez no podía notarse pero su pulso se acelero de pronto. No podía dejar que Marcellus supiera esas cosas, mucho menos lo que estaba oculto en su mente. ¿Mina sabía que Marcellus lo había descubierto? Maldita sea, lo había puesto en peligro, lo había puesto en peligro por un maldito capricho. Era una imbécil, una imprudente.
Adrien se giro hacia Marcellus con la mirada encendida, tenía la varita en la palma de su mano, parecía estar a punto de atacar. Dio un paso hasta él acortando la distancia y con la mano libre lo tomo por la camisa azotándolo sobre la puerta sin ninguna contemplación, ahora parecía ser una persona completamente diferente quién estaba frente a él, un animal herido que no dudaría en atacar antes de recibir nuevamente un golpe. Lo apunto con la varita por la garganta y lo miro fijamente a los ojos, sus ojos azules estaban vacios, oscurecidos por lo quebrada que su alma se encontraba.
No sabes nada, ¿Entiendes? No viste nada en su mente más que recuerdos de una niña ridícula y caprichosa… - Hablo con los labios sobre los suyos, lo tomo de la nuca y lo beso de una manera furiosa. – Maldita sea… ¿Por qué tenias que hacerlo? …. – Soltó su agarre lentamente con la respiración acelerada. Se llevo ambas manos a la cien tratando de pensar en algo, necesitaba poner a salvo a Marcellus, esta vez no iba a bastar simplemente con alejarse de él.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
No se esperaba la reacción violenta, aunque a decir verdad no había anticipado los movimientos que Adrien haría. El ser azotado contra la puerta lo confundió mucho, pero el que le estuviera apuntando a la garganta solo lo entristeció. Lo tomó por la muñeca de la mano que estaba usando para sostener la varita, pero no hizo movimiento alguno para apartarlo.
Miró en sus ojos notando que la luz que tanto le gustaba estaba ausente, reemplazada con una reacción de sobresalto que no podía descifrar del todo en ese momento.
Le sonrió con tristeza porque sus palabras, sus amenazas, eran hasta cierto punto vacías, porque aunque Marcellus pretendiera que no había visto nada, no era el caso y la evidencia yacía no solo en el consiente de su persona, sino también en Mina e incluso en Jesse.
Respondió al beso porque lo quería, quería a Adrien, aunque este parecía querer plasmar furia en sus palabras, en su mirada, en sus acciones, en el maldito beso.
Cuando Adrien lo soltó, Marcellus se quedó en dónde estaba sin hacer movimiento alguno por un momento, luego suspiró en un tono largo y lleno de cansancio.
"Quería ayudarla… pero las cosas me salieron mal," le contestó en una versión simple del porqué lo había hecho.
Sacó la varita del bolsillo de su pantalón y conjuró protección sobre el lugar, porque estaba consciente de que había sacado a flote algo peligroso y que Adrien no iba a hablar sobre ello, no podía hacerlo, no si estaba bajo el mismo juramento que Mina.
"Si hubiera sólo visto los recuerdos de una niña… todo hubiera sido más fácil…" tomó a Adrien por las muñecas para que las bajara y lo viera, "Adrien… lo que Mina tiene en mente la pone en peligro no sólo a ella… y no sabe defender su mente aun…" Cerró los ojos, tomando valor para seguir sus estúpidas confesiones, "Perdí el control… estábamos en una situación comprometedora cuando apareció Jesse… él no sabe sobre el sótano… aunque él es parte vital de los planes que tienen…"
Negó con la cabeza, ese detalle no era importante, "¿Cómo te lo explico Adrien?, ¿Cómo te explico que la mitad de las cosas que hice las recuerdo como si alguien más las hubiera hecho? No tiene sentido…"
Lo miró directo a los ojos de nuevo, una silente suplica en ellos, "No quiero que te hagan daño."
Sospechaba que la persona que era ahora, parecida pero a la vez tan diferente del chico que le pidió que se alejara de su vida tres años atrás, se había formado en ese lapso por una situación demasiado fuerte, pero no podía saber cuál… ahora tenía una sospecha… porque esa imagen de Adrien pintando el rostro de Mina con sangre… esa luz carente en sus ojos la estaba viendo ahora, cuando le amenazó en un arranque de furia.
Parpadeó varias veces, recordando algo que lo hizo reír en desesperación, "Tu sabías… tu sabías sobre el ataque al centro comercial…"
Los hilos se estaban conectando y lo único que podía pensar era en la larga lista de secretos que Adrien tenía y como lo único que Marcellus quería era que estuviera con bien, pero con él, porque ya se había cansado de perder a los que amaba.
Miró en sus ojos notando que la luz que tanto le gustaba estaba ausente, reemplazada con una reacción de sobresalto que no podía descifrar del todo en ese momento.
Le sonrió con tristeza porque sus palabras, sus amenazas, eran hasta cierto punto vacías, porque aunque Marcellus pretendiera que no había visto nada, no era el caso y la evidencia yacía no solo en el consiente de su persona, sino también en Mina e incluso en Jesse.
Respondió al beso porque lo quería, quería a Adrien, aunque este parecía querer plasmar furia en sus palabras, en su mirada, en sus acciones, en el maldito beso.
Cuando Adrien lo soltó, Marcellus se quedó en dónde estaba sin hacer movimiento alguno por un momento, luego suspiró en un tono largo y lleno de cansancio.
"Quería ayudarla… pero las cosas me salieron mal," le contestó en una versión simple del porqué lo había hecho.
Sacó la varita del bolsillo de su pantalón y conjuró protección sobre el lugar, porque estaba consciente de que había sacado a flote algo peligroso y que Adrien no iba a hablar sobre ello, no podía hacerlo, no si estaba bajo el mismo juramento que Mina.
"Si hubiera sólo visto los recuerdos de una niña… todo hubiera sido más fácil…" tomó a Adrien por las muñecas para que las bajara y lo viera, "Adrien… lo que Mina tiene en mente la pone en peligro no sólo a ella… y no sabe defender su mente aun…" Cerró los ojos, tomando valor para seguir sus estúpidas confesiones, "Perdí el control… estábamos en una situación comprometedora cuando apareció Jesse… él no sabe sobre el sótano… aunque él es parte vital de los planes que tienen…"
Negó con la cabeza, ese detalle no era importante, "¿Cómo te lo explico Adrien?, ¿Cómo te explico que la mitad de las cosas que hice las recuerdo como si alguien más las hubiera hecho? No tiene sentido…"
Lo miró directo a los ojos de nuevo, una silente suplica en ellos, "No quiero que te hagan daño."
Sospechaba que la persona que era ahora, parecida pero a la vez tan diferente del chico que le pidió que se alejara de su vida tres años atrás, se había formado en ese lapso por una situación demasiado fuerte, pero no podía saber cuál… ahora tenía una sospecha… porque esa imagen de Adrien pintando el rostro de Mina con sangre… esa luz carente en sus ojos la estaba viendo ahora, cuando le amenazó en un arranque de furia.
Parpadeó varias veces, recordando algo que lo hizo reír en desesperación, "Tu sabías… tu sabías sobre el ataque al centro comercial…"
Los hilos se estaban conectando y lo único que podía pensar era en la larga lista de secretos que Adrien tenía y como lo único que Marcellus quería era que estuviera con bien, pero con él, porque ya se había cansado de perder a los que amaba.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Adrien había perdido la poca compostura que le quedaba, no era solamente el hecho de que Marcellus hubiera besado o a saber qué cosa a Mina, no, aquello iba más allá de eso. Sabía que una parte de él tenía el derecho, no, más bien el deber de avisar lo que había sucedido para evitar que los pusieran en evidencia a todos, para que alguien hablara o castigara a Wilhelmina para que simplemente dejara de hacer ese tipo de cosas tan imprudentes, pero también estaba el hecho de que la persona involucrada era Marcellus y no podía dejar que alguien lo lastimara por culpa de Mina.
Trato de controlarse mientras él seguía hablando, tratando de darle razones, no entendía nada de lo que estaba sucediendo ahí, no sabía que la única persona en verdadero peligro era él mismo. Por primera vez Adrien no sabía qué hacer, trato de sentarse, pensar por unos minutos, procesar la información que le había sido dada. No, obviamente Marcellus no iba a dejar todo eso así como así, maldita sea ¿Por qué no podía dejar todo eso así como así?
No respondió, obviamente él sabía lo que iba a ocurrir el día del ataque al centro comercial. Lo vio a los ojos, no había ni una pizca de arrepentimiento en su mirada. Adrien le había dicho ese día que no fuera a trabajar, Adrien había sido el sanador encargado de atender a los heridos del ataque, era más que obvio que eso había sido premeditado, pero no podía responderle ni decirle nada, no quería confirmarle las cosas que sabía, no quería hacer más difícil todo eso.
Había una razón… hace años, cuando me separe de ti la primera vez. – Dijo con voz baja, llena de una desesperación terrible. No sabía exactamente qué cosas decirle, tenía que medir muy bien sus palabras si no quería caer muerto por el juramento inquebrantable, él no era como Mina que hablaba de una manera explosiva, no, él pensaba bien las cosas, sus consecuencias, no iba a morir por estar dando información de más. – Aquí el único que saldrá lastimado por su culpa eres tu, ¿No lo entiendes verdad? No tienes si quiera una idea de todo esto. Lo mejor será que desistas, no le digas esto a nadie y yo… simplemente fingiré que no sé nada en absoluto. – No era una solución pero era lo primero que se le venia a la cabeza.
Trato de controlarse mientras él seguía hablando, tratando de darle razones, no entendía nada de lo que estaba sucediendo ahí, no sabía que la única persona en verdadero peligro era él mismo. Por primera vez Adrien no sabía qué hacer, trato de sentarse, pensar por unos minutos, procesar la información que le había sido dada. No, obviamente Marcellus no iba a dejar todo eso así como así, maldita sea ¿Por qué no podía dejar todo eso así como así?
No respondió, obviamente él sabía lo que iba a ocurrir el día del ataque al centro comercial. Lo vio a los ojos, no había ni una pizca de arrepentimiento en su mirada. Adrien le había dicho ese día que no fuera a trabajar, Adrien había sido el sanador encargado de atender a los heridos del ataque, era más que obvio que eso había sido premeditado, pero no podía responderle ni decirle nada, no quería confirmarle las cosas que sabía, no quería hacer más difícil todo eso.
Había una razón… hace años, cuando me separe de ti la primera vez. – Dijo con voz baja, llena de una desesperación terrible. No sabía exactamente qué cosas decirle, tenía que medir muy bien sus palabras si no quería caer muerto por el juramento inquebrantable, él no era como Mina que hablaba de una manera explosiva, no, él pensaba bien las cosas, sus consecuencias, no iba a morir por estar dando información de más. – Aquí el único que saldrá lastimado por su culpa eres tu, ¿No lo entiendes verdad? No tienes si quiera una idea de todo esto. Lo mejor será que desistas, no le digas esto a nadie y yo… simplemente fingiré que no sé nada en absoluto. – No era una solución pero era lo primero que se le venia a la cabeza.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Lo miró confundido al principio, no ubicando del todo que era lo que decía, pero el momento duró poco, ya que la compresión se fue sumiendo en su persona y los eventos de hace ya más de tres años se reprodujeron en su mente de manera instantánea, súbita compresión parecía haberlo arrollado, recordándole aquella vez cuando Adrien le había dicho que lo suyo tenía que terminar.
Quería exigirle una explicación, pero incluso en su consternación por tener información tangible que pudiera darle iluminación para encontrar una solución o formar una si esta no existía, su mente recordaba que Adrien estaba bajo un juramento… un juramente que lo ponía en peligro de hablar, por lo que no lo haría.
Sin embargo, necesitaba saber, necesitaba algo para darse una base, necesitaba mantenerse firme, no podía dejar que todo se viniera abajo y por más que Adrien dijera que el único en peligro era él, no había marcha atrás en lo que había hecho… podría olvidarlo a la fuerza, pero la sola idea le aterraba, su mente ya estaba demasiado fragmentada.
"Fingir que no sabes nada…" murmuró pensado en aquella escena que vio en la mente de Mina, las paredes del sótano, la sangre, el olvido, "¿Cómo pretendiste que no sabías de lo que estaba hablando cuando te dije sobre aquella visión?"
Formó las manos en puño, cerrando los ojos con fuerza y se golpeó la sien con ambos, sintiendo el dolor de cabeza reafirmarse como si nunca se hubiera ido, algo hirvió dentro de Marcellus y luego, una vez más, no era quien estaba al frente.
–¿Te funciona esa técnica? – preguntó mientras bajaba los puños y estiraba las manos lentamente, girando la cabeza para estirar el cuello, abriendo los ojos para mirar a Adrien con una expresión dura, juzgándolo. –Si pretendes que no sé nada, ¿será más fácil dejarme cuando cualquier problema se presente a primera instancia? – se empezó a reír entre dientes, acomodándose el cabello que se había caído sobre sus ojos cuando Adrien lo azotó contra la puerta.
–Estabas listo para irte cuando te dije sobre Mina, a quien tenté al grado de sacarla de quicio… ¿sabías que estaba molesta porque no quería tener sexo con ella? Estaba midiéndome, y ella siguió y siguió hasta que tocó un límite y al final decidí que le iba a dar lo que quería, pero claro, el destino decidió que Jesse interrumpiera… hmmm, tal vez así fue mejor, ¿no te parece? –
Se lanzó sobre él, tomando su rostro con fuerza para robarle un beso, empujándolo hacia atrás hasta que sus rodillas toparan con la cama y se viera forzado a sentarse, después se abalanzó sobre su regazo, sosteniéndolo al punto de que su agarre era doloroso.
–¿Hubieras hecho algo, Adrien? – Marcell sonrió como si sus palabras no fueran maliciosas –¿Hubieras hecho algo al respecto si Mina hubiese obtenido de mi lo que quería o sólo hubieras fingido que no pasó nada y me hubieras dejado al primer instante entonces? –
Lo sostuvo del cuello con fuerza, hablando entre dientes con una mirada gélida y determinada, –Eres mío, que no sé te olvide, porque no te voy a permitir fingir lo contrario… –
Ya había dejado a Adrien ir una vez, ya le habían roto el corazón varias veces… ya estaba cansado.
Quería exigirle una explicación, pero incluso en su consternación por tener información tangible que pudiera darle iluminación para encontrar una solución o formar una si esta no existía, su mente recordaba que Adrien estaba bajo un juramento… un juramente que lo ponía en peligro de hablar, por lo que no lo haría.
Sin embargo, necesitaba saber, necesitaba algo para darse una base, necesitaba mantenerse firme, no podía dejar que todo se viniera abajo y por más que Adrien dijera que el único en peligro era él, no había marcha atrás en lo que había hecho… podría olvidarlo a la fuerza, pero la sola idea le aterraba, su mente ya estaba demasiado fragmentada.
"Fingir que no sabes nada…" murmuró pensado en aquella escena que vio en la mente de Mina, las paredes del sótano, la sangre, el olvido, "¿Cómo pretendiste que no sabías de lo que estaba hablando cuando te dije sobre aquella visión?"
Formó las manos en puño, cerrando los ojos con fuerza y se golpeó la sien con ambos, sintiendo el dolor de cabeza reafirmarse como si nunca se hubiera ido, algo hirvió dentro de Marcellus y luego, una vez más, no era quien estaba al frente.
–¿Te funciona esa técnica? – preguntó mientras bajaba los puños y estiraba las manos lentamente, girando la cabeza para estirar el cuello, abriendo los ojos para mirar a Adrien con una expresión dura, juzgándolo. –Si pretendes que no sé nada, ¿será más fácil dejarme cuando cualquier problema se presente a primera instancia? – se empezó a reír entre dientes, acomodándose el cabello que se había caído sobre sus ojos cuando Adrien lo azotó contra la puerta.
–Estabas listo para irte cuando te dije sobre Mina, a quien tenté al grado de sacarla de quicio… ¿sabías que estaba molesta porque no quería tener sexo con ella? Estaba midiéndome, y ella siguió y siguió hasta que tocó un límite y al final decidí que le iba a dar lo que quería, pero claro, el destino decidió que Jesse interrumpiera… hmmm, tal vez así fue mejor, ¿no te parece? –
Se lanzó sobre él, tomando su rostro con fuerza para robarle un beso, empujándolo hacia atrás hasta que sus rodillas toparan con la cama y se viera forzado a sentarse, después se abalanzó sobre su regazo, sosteniéndolo al punto de que su agarre era doloroso.
–¿Hubieras hecho algo, Adrien? – Marcell sonrió como si sus palabras no fueran maliciosas –¿Hubieras hecho algo al respecto si Mina hubiese obtenido de mi lo que quería o sólo hubieras fingido que no pasó nada y me hubieras dejado al primer instante entonces? –
Lo sostuvo del cuello con fuerza, hablando entre dientes con una mirada gélida y determinada, –Eres mío, que no sé te olvide, porque no te voy a permitir fingir lo contrario… –
Ya había dejado a Adrien ir una vez, ya le habían roto el corazón varias veces… ya estaba cansado.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Adrien necesitaba tiempo, necesitaba procesar todo lo que estaba pasando, considerar sus opciones; no era y nunca había sido una persona impulsiva, no era una de sus mejores cualidades. Se llevo ambas manos a la nuca y luego las paso por su rostro en un gesto de cansancio. Se encontró con las palabras y mirada de Marcellus, una mirada que reconoció y no a la vez, la había visto en otras ocasiones, siempre tan diferente, tan fuera de sí. Ese hombre que estaba ahora frente a él no era Marcellus y lo sabía.
¿Quién ere…? – No alcanzo a completar la frase cuando lo sintió sobre él, no pudo defenderse de una manera inmediata, no lo esperaba. Lo vio fijamente a los ojos, sorprendido, tal vez incluso un poco asustado; sus labios se unieron con los de Marcellus mientras él ponía las manos hacia atrás sosteniéndose en la cama. No tenía idea de que es lo que estaba sucediendo en esos momentos entre ellos, pero no iba a dejarlo así como así.
Sus palabras dolían, no podía negarlo, era algo tangible, latente en su interior. Poco a poco la ira fue creciendo dentro de él, algo roto, destruido, el ser que trataba de ocultar tras la apatía y la indiferencia, aquel hombre que solamente aparecía cuando tenía que quitar la vida de alguien, aquel que había torturado de terribles maneras a Laise.
No habría hecho nada. ¿Sabes porque? Porque aun que te hubieras revolcado con esa mujer, sabes que en el fondo lo único que quieres es que sea yo quién te posea. ¿Crees que no lo sé? - El también lo tomo de la nuca y sonrió sobre sus labios con malicia.
Esto no tiene nada que ver con si te acostaste con ella o no, no seas idiota. – Lo soltó de una forma agresiva y se puso de pie, imponente sobre él, acomodo su camisa como si estuviera sacudiéndose el peso de algo terrible. – Estas en graves problemas, solamente viste la punta de un iceberg y estas tan… tan perdido. Aun que quiera separarme de mi para protegerte, esta vez no servirá de nada….
Lo miro fijamente esperando alguna reacción, algo. Frunció el entrecejo y luego se llevo una mano a la cabeza.
Escuchame, necesito que me digas si alguien más sabe lo que viste dentro de su mente… o más específicamente, ¿Qué es lo que viste?...
No iba a amenazarlo, no necesitaba hacerlo, dentro de todo aun quería protegerlo, pero necesitaba saber hasta que punto es que Marcellus estaba dentro de aquello.
¿Quién ere…? – No alcanzo a completar la frase cuando lo sintió sobre él, no pudo defenderse de una manera inmediata, no lo esperaba. Lo vio fijamente a los ojos, sorprendido, tal vez incluso un poco asustado; sus labios se unieron con los de Marcellus mientras él ponía las manos hacia atrás sosteniéndose en la cama. No tenía idea de que es lo que estaba sucediendo en esos momentos entre ellos, pero no iba a dejarlo así como así.
Sus palabras dolían, no podía negarlo, era algo tangible, latente en su interior. Poco a poco la ira fue creciendo dentro de él, algo roto, destruido, el ser que trataba de ocultar tras la apatía y la indiferencia, aquel hombre que solamente aparecía cuando tenía que quitar la vida de alguien, aquel que había torturado de terribles maneras a Laise.
No habría hecho nada. ¿Sabes porque? Porque aun que te hubieras revolcado con esa mujer, sabes que en el fondo lo único que quieres es que sea yo quién te posea. ¿Crees que no lo sé? - El también lo tomo de la nuca y sonrió sobre sus labios con malicia.
Esto no tiene nada que ver con si te acostaste con ella o no, no seas idiota. – Lo soltó de una forma agresiva y se puso de pie, imponente sobre él, acomodo su camisa como si estuviera sacudiéndose el peso de algo terrible. – Estas en graves problemas, solamente viste la punta de un iceberg y estas tan… tan perdido. Aun que quiera separarme de mi para protegerte, esta vez no servirá de nada….
Lo miro fijamente esperando alguna reacción, algo. Frunció el entrecejo y luego se llevo una mano a la cabeza.
Escuchame, necesito que me digas si alguien más sabe lo que viste dentro de su mente… o más específicamente, ¿Qué es lo que viste?...
No iba a amenazarlo, no necesitaba hacerlo, dentro de todo aun quería protegerlo, pero necesitaba saber hasta que punto es que Marcellus estaba dentro de aquello.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Besarlo se sentía como algo que estipulado, un decreto que debía ser llevado a cabo sin importar que pasara, aquella base de acciones que debían ser realizadas, acompañando sus palabras como un martillo de imponencia. Sonrió contra los labios de Adrien al sentirlo responder y se pegó aun mas a él de lo que ya estaba, sus rodillas apoyadas en la cama a los lados del sanador.
Las palabras de Adrien lo hicieron detenerse por un momento, separándose un poco de él para verlo a los ojos, pero aun seguía directamente sobre él, su rostro una expresión de fastidio, porque el otro joven tenía razón en sus palabras y era una sensación molesta, el concluir que después de todo Adrien si lo conocía incluso en sus momento como este, cuando no era el.
Descansó su frente contra la de Adrien, riendo un poco en tono bajo, sintiendo los labios de Adrien hablando sobre los suyos –Te lo acabo de decir – le remarcó rozando dos dedos por su mejilla –Si tu eres mío, por asaduría yo te pertenezco y sí, eso es lo que quiero –
Marcell giró los ojos en respuesta directa a que Adrien sacara del cuadro a Mina como si nada, como si realmente no le afectara que estuvo a punto de serle infiel, de cierta forma.
El movimiento de Adrien mandó a Marcell al suelo, perdiendo el balance y cayendo sobre su espalda con un gemino de molestia mientras el otro joven tenía el descaro de sacudirse como si no quisiera al Lovecraft sobre el. Marcell soltó otra risita y se volteó, quedando sobre sus rodillas para luego levantarse.
-¿Sólo la punta del iceberg? – Preguntó con una falsa curiosidad y mas con cierto cinismo en sus movimientos, se colocó las manos en los bolsillos traseros de su pantalón, -Vi cosas interesantes, pero claro, no me puedes confirmar nada porque no quiero que caigas muerto por decir algo que no debes – había visto sobre el juramente, no iba a arriesgar a a Adrien.
Fue esa declaración, aquella de separarse de él por su protección la que encendió una llama de furia en su interior, la cual se reflejó en su rostro y ojos sin luz de inmediato -¿para protegerme? – gruñó tras dientes cerrados, -¡Me abandonaste Adrien… me hiciste sentir como un maldito call boy al cual ya no podías seguir viendo porque su esposa le había puesto un hasta aquí! –
Sacó la varita de su bolsillo, -En lugar de decirte que es lo que vi… ¿Por qué no me muestras si es lo que crees que me esta pendiendo en tan inminente peligro? – se sonrió de una forma oscura, con una ferocidad en su mirada que no era común de su persona –Muéstrame Adrien, muéstrame a que tanto le tienes miedo que me quieres alejar con tanto endemoniado fervor… ¡legeremens! –
El miedo principal de Mina era que Auberon descubriera que ella y otros tenían la intención de empezar un movimiento civil, el cual aun no estaba del todo estructurado pero tenía objetivos ya puestos… pero Adrien… Adrien le estaba ocultando algo más.
Las palabras de Adrien lo hicieron detenerse por un momento, separándose un poco de él para verlo a los ojos, pero aun seguía directamente sobre él, su rostro una expresión de fastidio, porque el otro joven tenía razón en sus palabras y era una sensación molesta, el concluir que después de todo Adrien si lo conocía incluso en sus momento como este, cuando no era el.
Descansó su frente contra la de Adrien, riendo un poco en tono bajo, sintiendo los labios de Adrien hablando sobre los suyos –Te lo acabo de decir – le remarcó rozando dos dedos por su mejilla –Si tu eres mío, por asaduría yo te pertenezco y sí, eso es lo que quiero –
Marcell giró los ojos en respuesta directa a que Adrien sacara del cuadro a Mina como si nada, como si realmente no le afectara que estuvo a punto de serle infiel, de cierta forma.
El movimiento de Adrien mandó a Marcell al suelo, perdiendo el balance y cayendo sobre su espalda con un gemino de molestia mientras el otro joven tenía el descaro de sacudirse como si no quisiera al Lovecraft sobre el. Marcell soltó otra risita y se volteó, quedando sobre sus rodillas para luego levantarse.
-¿Sólo la punta del iceberg? – Preguntó con una falsa curiosidad y mas con cierto cinismo en sus movimientos, se colocó las manos en los bolsillos traseros de su pantalón, -Vi cosas interesantes, pero claro, no me puedes confirmar nada porque no quiero que caigas muerto por decir algo que no debes – había visto sobre el juramente, no iba a arriesgar a a Adrien.
Fue esa declaración, aquella de separarse de él por su protección la que encendió una llama de furia en su interior, la cual se reflejó en su rostro y ojos sin luz de inmediato -¿para protegerme? – gruñó tras dientes cerrados, -¡Me abandonaste Adrien… me hiciste sentir como un maldito call boy al cual ya no podías seguir viendo porque su esposa le había puesto un hasta aquí! –
Sacó la varita de su bolsillo, -En lugar de decirte que es lo que vi… ¿Por qué no me muestras si es lo que crees que me esta pendiendo en tan inminente peligro? – se sonrió de una forma oscura, con una ferocidad en su mirada que no era común de su persona –Muéstrame Adrien, muéstrame a que tanto le tienes miedo que me quieres alejar con tanto endemoniado fervor… ¡legeremens! –
El miedo principal de Mina era que Auberon descubriera que ella y otros tenían la intención de empezar un movimiento civil, el cual aun no estaba del todo estructurado pero tenía objetivos ya puestos… pero Adrien… Adrien le estaba ocultando algo más.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
El hecho de que Marcellus le confirmaba que si él hablaba Adrien moriría le hizo ver que, en efecto, Wilhelmina había dejado al descubierto sus pensamientos sobre él, que en efecto Marcellus sabía cosas que lo ponían en peligro si alguien más fuera de esa habitación los veía. Adrien solamente apretó los puños con fuerza y exigió la respuesta a su pregunta con la misma mirada severa de antes. En efecto, él lo había abandonado, lo había dejado por que no quería que cayera en donde precisamente y por culpa de alguien más, se encontraba. En ese entonces Adrien era un chiquillo miedoso de las palabras de su padre, incapaz de ir contra los deseos de nadie, pero no más, ahora él gobernaba sus acciones.
Se alerto de inmediato cuando Marcellus tomo su varita, él también tomo la suya para defenderse, pero antes de que pudiera desviarlo, el hechizo le pego con fuerza en la cabeza haciéndolo dar varios pasos hacia atrás hasta topar contra un mueble. Podía sentir como es que Marcellus estaba escudriñando en su mente, él simplemente dejo caer su varita y se llevo ambas manos a la cabeza, como si con eso pudiera evitarlo, la realidad es que no podía, no en verdad.
Podía sentirse el latido acelerado de un corazón, el lugar estaba completamente oscurecido, era una especie de bodega, sótano sin ventanas. De pronto como en una ráfaga de viento las antorchas se encendieron dejando ver el mismo lugar de sacrificios que antes Marcell había visto en la mente de Wilhelmina, pero este era mucho más tétrico. Él estaba ahí, Lucienne lo tenía apuntado con la varita, la semi veela tenía un rostro de terror en ella, como si en realidad temiera por lo que estaba por suceder.
“Ve por Joseph Morgan” – Dijo la voz de Auberon al fondo, los gritos de Laise podían escucharse también en el fondo, pero Adrien no había tenido una visión perfecta de donde estaba o como se encontraba, pues en esos momentos Auberon se coloco frente a él y le apunto con la varita, detrás del hombre entre la oscuridad, podían verse cientos de pares de ojos rojizos, criaturas que vivían entre las tinieblas comandadas por ese mismo hombre.
Por segundos y entre susurros en verdad Adrien había rogado por su muerte. Luego como imágenes sacadas de las más horribles pesadillas, la ropa de Adrien parecía fundirse contra su fiel, pero Adrien no gritaba, solamente cerraba los ojos sintiendo como la piel iba desprendiéndose de su cuerpo. El joven cayó al suelo retorciéndose en dolor y en un mar de sangre, el ambiente se había vuelto irrespirable.
Alto, detente! .. – La voz de Adrien había salido a la realidad. Estaba respirando de manera agitada, tenía una mano puesta en el pecho y los ojos cansados.
Se alerto de inmediato cuando Marcellus tomo su varita, él también tomo la suya para defenderse, pero antes de que pudiera desviarlo, el hechizo le pego con fuerza en la cabeza haciéndolo dar varios pasos hacia atrás hasta topar contra un mueble. Podía sentir como es que Marcellus estaba escudriñando en su mente, él simplemente dejo caer su varita y se llevo ambas manos a la cabeza, como si con eso pudiera evitarlo, la realidad es que no podía, no en verdad.
Podía sentirse el latido acelerado de un corazón, el lugar estaba completamente oscurecido, era una especie de bodega, sótano sin ventanas. De pronto como en una ráfaga de viento las antorchas se encendieron dejando ver el mismo lugar de sacrificios que antes Marcell había visto en la mente de Wilhelmina, pero este era mucho más tétrico. Él estaba ahí, Lucienne lo tenía apuntado con la varita, la semi veela tenía un rostro de terror en ella, como si en realidad temiera por lo que estaba por suceder.
“Ve por Joseph Morgan” – Dijo la voz de Auberon al fondo, los gritos de Laise podían escucharse también en el fondo, pero Adrien no había tenido una visión perfecta de donde estaba o como se encontraba, pues en esos momentos Auberon se coloco frente a él y le apunto con la varita, detrás del hombre entre la oscuridad, podían verse cientos de pares de ojos rojizos, criaturas que vivían entre las tinieblas comandadas por ese mismo hombre.
Por segundos y entre susurros en verdad Adrien había rogado por su muerte. Luego como imágenes sacadas de las más horribles pesadillas, la ropa de Adrien parecía fundirse contra su fiel, pero Adrien no gritaba, solamente cerraba los ojos sintiendo como la piel iba desprendiéndose de su cuerpo. El joven cayó al suelo retorciéndose en dolor y en un mar de sangre, el ambiente se había vuelto irrespirable.
Alto, detente! .. – La voz de Adrien había salido a la realidad. Estaba respirando de manera agitada, tenía una mano puesta en el pecho y los ojos cansados.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Su imagen mental aterrizó en una habitación oscura que no tardó en iluminarse. Reconoció el lugar pero había algo que lo hacía ver aun peor de lo que se había visto en la mente de Mina, Marcell concluyó que era debido a la percepción de Adrien de ese momento, así era como el lo había vito y por lo tanto como lo recordaba.
Sintió una repulsión y un odio ardiente por Lucienne, no le importaba que la maldita fuera una semi-veela o que se dijera que era una belleza, para Marcell era una criatura asquerosa que no merecía más que el infortunio, una peste que debía ser eliminada por simple hecho de existir. No pensó que Lucienne pudiera desagradarle más de lo que ya le disgustaba, pero al verla ahí con la varita en alto despertó una nueva repugnancia por ella.
Se movió en la memoria, buscando de donde venia la voz de Laise, la cual reconoció de inmediato, ¿por qué estaba ahí, por qué no podía verla? Se giró buscando en la dirección donde venía el sonido, pero la imagen de Auberon se impuso sobre los recuerdos de Adrien.
-No… - murmuró cuando todo empezó, poniendo especial atención en Adrien pero también en la nauseabunda presencia de Auberon y como parecía disfrutar lo que estaba haciendo -¡NO! –
Marcell sabía que no podía hacer que parara porque esto era un recuerdo, esto ya había pasado y él ni siquiera había estado cerca para Adrien.
Se retrajo de su mente con una expresión complicada, apretando las manos en puño, alanzado la varita y dando un grito de rabia, provocando que los libros salieran volando del estante, cosas que cristal que estaban cerca explotaron y con otro movimiento de su varita todo quedó en silencio.
Marcell se llevó una mano al cabello, tirando con fuerza mientras murmuraba en la lengua de los antiguos una y otra vez mirando al suelo con cólera en la mirada. Se movió alrededor de la habitación, aumentando el volumen del que hablaba en la lengua de los antiguos, un sonido gutural y terrífico.
-F’chah pIhof’h jI’h… - los voy a matar, dijo en una lengua que Adrien no podía entender -¡F’chah pIhof’h jI’h! –
Dio otro grito de ira y luego se lanzó sobre Adrien, tomando su muñeca para alejar la varita de su dirección y acorralándolo contra una esquina, reclamando sus labios con desesperación y furia, porque no era posible que Adrien estuviera cargando con semejante realidad, con semejante tormento, quería destruir a todos aquellos que vio, Lucienne, Auberon… los quería ver muertos por lo que hicieron.
Besó a Adrien con mas intensidad, abrazándolo contra él en un esfuerzo de anclarse a la realidad, a que Adrien estaba ahí y porque se sentía culpable de haberlo hecho revivir ese momento, aunque no hubiera otra forma de obtener la respuesta.
Sintió una repulsión y un odio ardiente por Lucienne, no le importaba que la maldita fuera una semi-veela o que se dijera que era una belleza, para Marcell era una criatura asquerosa que no merecía más que el infortunio, una peste que debía ser eliminada por simple hecho de existir. No pensó que Lucienne pudiera desagradarle más de lo que ya le disgustaba, pero al verla ahí con la varita en alto despertó una nueva repugnancia por ella.
Se movió en la memoria, buscando de donde venia la voz de Laise, la cual reconoció de inmediato, ¿por qué estaba ahí, por qué no podía verla? Se giró buscando en la dirección donde venía el sonido, pero la imagen de Auberon se impuso sobre los recuerdos de Adrien.
-No… - murmuró cuando todo empezó, poniendo especial atención en Adrien pero también en la nauseabunda presencia de Auberon y como parecía disfrutar lo que estaba haciendo -¡NO! –
Marcell sabía que no podía hacer que parara porque esto era un recuerdo, esto ya había pasado y él ni siquiera había estado cerca para Adrien.
Se retrajo de su mente con una expresión complicada, apretando las manos en puño, alanzado la varita y dando un grito de rabia, provocando que los libros salieran volando del estante, cosas que cristal que estaban cerca explotaron y con otro movimiento de su varita todo quedó en silencio.
Marcell se llevó una mano al cabello, tirando con fuerza mientras murmuraba en la lengua de los antiguos una y otra vez mirando al suelo con cólera en la mirada. Se movió alrededor de la habitación, aumentando el volumen del que hablaba en la lengua de los antiguos, un sonido gutural y terrífico.
-F’chah pIhof’h jI’h… - los voy a matar, dijo en una lengua que Adrien no podía entender -¡F’chah pIhof’h jI’h! –
Dio otro grito de ira y luego se lanzó sobre Adrien, tomando su muñeca para alejar la varita de su dirección y acorralándolo contra una esquina, reclamando sus labios con desesperación y furia, porque no era posible que Adrien estuviera cargando con semejante realidad, con semejante tormento, quería destruir a todos aquellos que vio, Lucienne, Auberon… los quería ver muertos por lo que hicieron.
Besó a Adrien con mas intensidad, abrazándolo contra él en un esfuerzo de anclarse a la realidad, a que Adrien estaba ahí y porque se sentía culpable de haberlo hecho revivir ese momento, aunque no hubiera otra forma de obtener la respuesta.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Pero no se detenía, el dolor seguía ahí latente sobre su piel, ya no sabía si sus gritos de suplica eran los suyos propios o los salidos de sus recuerdos mientras su cuerpo se convertía en nada más que un cumulo de piel rostizada sobre el suelo. El dolor, su cuerpo ardía, su piel ardía. Se vio rápidamente las manos con los ojos desorbitados y los labios abiertos, la misma pesadilla no terminaba. Ahí estaba su padre, había aparecido junto con Lucienne, demandando una explicación de lo que estaba sucediendo. Auberon fue quién habló:
-Lo que pasa aquí es que tu hijo nos ha traicionado. Incluso a ti. Solo estás aquí porque lo vas a mantener vivo, pero si prefieres que se muera, puedes quedarte de pie sin mover un dedo hasta que termine. Es tu decisión.
El medimago alzó su varita hacia él para traerlo nuevamente a la conciencia, para que siguiera experimentando el dolor de su castigo. Luego, uno a uno fueron llegando los convocados a esa reunión, Werther Schweinsteiger, Miles Selvagi, Billy Snyder y ante la vista de todos, Auberon cesó su ataque al joven, se separo de él y dirigió unas palabras a la multitud, curiosamente en esos momentos Wilhelmina no parecía estar dentro de ese circulo exclusivo.
-Esto es lo que sucede cuando nos traicionamos entre nosotros. Esto es lo que sucede cuando tratas de engañar a la gente que te da la mano. Esto es lo que sucede cuando crees que la gente tu alrededor es estúpida y que tus promesas con un Venerable…o con cualquiera que pise este suelo sagrado, incluyéndolos, no valen nada. Esto, Miles, es lo que pasa cuando crees que las palabras de Julius White no valen nada. Y esto, es lo que le puede suceder a cualquiera de ustedes si acaso se les ocurre hacer una cosa mal.
Luego había tomado un cuenco y se dirigió hasta el cuerpo desollado de Adrien que temblaba en el suelo, en el cuenco había una especie de tiza negra con la cual comenzó a cubrir el cuerpo de Adrien, piernas, brazos, la mitad de la cara, el abdomen, un hombro...en realidad no ponía mucha atención. Se separo de él solamente para hacer un gesto a unos pequeños elfos domésticos que parecían criaturas infernales. Las criaturas en ese instante se dirigieron hacia Adrien arrancando la carne, el musculo que no estaba cubierto por la tiza. El espectáculo era grotesco y él estaba consciente, sintiendo, escuchando como los dientes rechinaban mientras su carne era devorada por ellos.
La imagen término mientras él estaba sentado en el suelo, se había llevado las manos a la cabeza, temblando con los ojos cerrados. Aun podía escuchar el rechinar de los dientes sobre él.
Luego no hubo más, se puso de pie cuando Marcellus soltó ese grito y maldiciones. Cuando fue hacia él no reacciono de inmediato, seguía en shock por la conmoción de los recuerdos, eso era lo que habitaba en su mente. No respondió el beso por más que él lo reclamara, simplemente en un movimiento rápido e invasor, lo tomo de las muñecas con más fuerza de la necesaria.
Querías saberlo... ¿No es así? Hazlo, termina de una vez… Hazlo! … – Se apunto a él mismo con la varita de Marcellus, su mirada estaba fija en él, temible, la mirada de un hombre que no tiene nada más que perder.
¿Quieres saber de que están realmente hechas las pesadillas? ¿Quieres saber que hay detrás de esos recuerdos borrados de Laise? ¿De su adicción? De su próxima e inminente muerte? Anda, míralo… Te lo mostrare todo, tú has decidido este camino… - Estaba hablando cara a cara contra él, pero era la voz de un lunático.
papa de adrien
-Lo que pasa aquí es que tu hijo nos ha traicionado. Incluso a ti. Solo estás aquí porque lo vas a mantener vivo, pero si prefieres que se muera, puedes quedarte de pie sin mover un dedo hasta que termine. Es tu decisión.
El medimago alzó su varita hacia él para traerlo nuevamente a la conciencia, para que siguiera experimentando el dolor de su castigo. Luego, uno a uno fueron llegando los convocados a esa reunión, Werther Schweinsteiger, Miles Selvagi, Billy Snyder y ante la vista de todos, Auberon cesó su ataque al joven, se separo de él y dirigió unas palabras a la multitud, curiosamente en esos momentos Wilhelmina no parecía estar dentro de ese circulo exclusivo.
-Esto es lo que sucede cuando nos traicionamos entre nosotros. Esto es lo que sucede cuando tratas de engañar a la gente que te da la mano. Esto es lo que sucede cuando crees que la gente tu alrededor es estúpida y que tus promesas con un Venerable…o con cualquiera que pise este suelo sagrado, incluyéndolos, no valen nada. Esto, Miles, es lo que pasa cuando crees que las palabras de Julius White no valen nada. Y esto, es lo que le puede suceder a cualquiera de ustedes si acaso se les ocurre hacer una cosa mal.
Luego había tomado un cuenco y se dirigió hasta el cuerpo desollado de Adrien que temblaba en el suelo, en el cuenco había una especie de tiza negra con la cual comenzó a cubrir el cuerpo de Adrien, piernas, brazos, la mitad de la cara, el abdomen, un hombro...en realidad no ponía mucha atención. Se separo de él solamente para hacer un gesto a unos pequeños elfos domésticos que parecían criaturas infernales. Las criaturas en ese instante se dirigieron hacia Adrien arrancando la carne, el musculo que no estaba cubierto por la tiza. El espectáculo era grotesco y él estaba consciente, sintiendo, escuchando como los dientes rechinaban mientras su carne era devorada por ellos.
La imagen término mientras él estaba sentado en el suelo, se había llevado las manos a la cabeza, temblando con los ojos cerrados. Aun podía escuchar el rechinar de los dientes sobre él.
Luego no hubo más, se puso de pie cuando Marcellus soltó ese grito y maldiciones. Cuando fue hacia él no reacciono de inmediato, seguía en shock por la conmoción de los recuerdos, eso era lo que habitaba en su mente. No respondió el beso por más que él lo reclamara, simplemente en un movimiento rápido e invasor, lo tomo de las muñecas con más fuerza de la necesaria.
Querías saberlo... ¿No es así? Hazlo, termina de una vez… Hazlo! … – Se apunto a él mismo con la varita de Marcellus, su mirada estaba fija en él, temible, la mirada de un hombre que no tiene nada más que perder.
¿Quieres saber de que están realmente hechas las pesadillas? ¿Quieres saber que hay detrás de esos recuerdos borrados de Laise? ¿De su adicción? De su próxima e inminente muerte? Anda, míralo… Te lo mostrare todo, tú has decidido este camino… - Estaba hablando cara a cara contra él, pero era la voz de un lunático.
papa de adrien
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Le fue muy difícil mantener el control de sus emociones, no quería proyectarlas en la mente de Adrien, no era propio ni conveniente. Sentía que la marca en su espalda estaba ardiendo, Marcell había tomado control total aunque su personalidad base, Marcellus era testigo continuo de todo, porque esta vez no levantaría niebla en sus acciones, esta vez ambos iban a recordar todo, tal y como se estaba presentando.
–Supongo que no todos creen que sus hijos son un tesoro que debe ser conservado – murmuró al ver las acciones de Joseph Morgan –Ni siquiera por el valor que tienen en el futuro. –
Marcellus estaba de espaldas en aquella visión, detrás de Marcell con los ojos cerrados pero forzándose a escuchar todo. Negó con la cabeza varias veces, para luego mirar alrededor, gravando los rostros de los presentes, cada detalle, todo lo que le fuera a servir más delante.
"¡Quiero romper la conexión, rómpela, no quiero que siga reviviendo esto!" dijo entre dientes, cuando se atrevió a ver por completo lo que estaba pasando, se lo debía a Adrien.
–No somos nosotros quienes la estamos manteniendo… –se hincó junto a la imagen de Adrien, dejando su mano sobre sus ojos pero sin tocarlo realmente, buscando romper la conexión que el mismo joven había entroncado entre ellos, por alguna razón.
"¡ADRIEN!"
El regreso a la realidad fue cargado de ira, una que tuvo que descargar de alguna forma porque no sabía cuanta más podría cargar consigo, maldijo en la lengua de los antiguos, perdiendo control de sí mismo e importándole poco, le habían hecho un daño irreparable a una persona que amaba, tenía que obtener retribución por ello.
Le molestó que Adrien no respondiera a su demanda de atención, aunque la parte razonable de su ser sabía porque era que estaba en ese estado, el agarre con más fuerza de la necesaria era de esperarse, a estas alturas hasta un maldito crucio se esperaba, lo que no esperaba era aquella exigencia, ese punto de demencia, esa necesidad de que viera todo aunque era más que claro que el recordar le hacía daño.
–Entonces muéstramelo todo – murmuró mirándolo fijamente a los ojos –Encubrirlo en ti mismo obviamente no te ha funcionado… muéstramelo Adrien, muéstrame todo lo que te carcome –
Todos guardaban secretos, unos peores que otros. Sentía que iba a encontrar algo terrible dentro de ese camino que había elegido, pero no iba a dar vuelta atrás porque Adrien le importaba demasiado y como ya se había dicho a si mismo, esto se lo debía, tomar esa responsabilidad, por haberlo hecho desenterrar esa realidad que con tanto fervor estaba ocultando, bajo una máscara de constante control, represión emocional y distancia.
Todos tenía formas distintas de sobrellevar el dolor, el tenía otra cara… Adrien… Adrien aun estaba construyendo su forma.
Adrien fue quien puso la varita contra su propia sien, Marcell simplemente conjuró.
–Supongo que no todos creen que sus hijos son un tesoro que debe ser conservado – murmuró al ver las acciones de Joseph Morgan –Ni siquiera por el valor que tienen en el futuro. –
Marcellus estaba de espaldas en aquella visión, detrás de Marcell con los ojos cerrados pero forzándose a escuchar todo. Negó con la cabeza varias veces, para luego mirar alrededor, gravando los rostros de los presentes, cada detalle, todo lo que le fuera a servir más delante.
"¡Quiero romper la conexión, rómpela, no quiero que siga reviviendo esto!" dijo entre dientes, cuando se atrevió a ver por completo lo que estaba pasando, se lo debía a Adrien.
–No somos nosotros quienes la estamos manteniendo… –se hincó junto a la imagen de Adrien, dejando su mano sobre sus ojos pero sin tocarlo realmente, buscando romper la conexión que el mismo joven había entroncado entre ellos, por alguna razón.
"¡ADRIEN!"
El regreso a la realidad fue cargado de ira, una que tuvo que descargar de alguna forma porque no sabía cuanta más podría cargar consigo, maldijo en la lengua de los antiguos, perdiendo control de sí mismo e importándole poco, le habían hecho un daño irreparable a una persona que amaba, tenía que obtener retribución por ello.
Le molestó que Adrien no respondiera a su demanda de atención, aunque la parte razonable de su ser sabía porque era que estaba en ese estado, el agarre con más fuerza de la necesaria era de esperarse, a estas alturas hasta un maldito crucio se esperaba, lo que no esperaba era aquella exigencia, ese punto de demencia, esa necesidad de que viera todo aunque era más que claro que el recordar le hacía daño.
–Entonces muéstramelo todo – murmuró mirándolo fijamente a los ojos –Encubrirlo en ti mismo obviamente no te ha funcionado… muéstramelo Adrien, muéstrame todo lo que te carcome –
Todos guardaban secretos, unos peores que otros. Sentía que iba a encontrar algo terrible dentro de ese camino que había elegido, pero no iba a dar vuelta atrás porque Adrien le importaba demasiado y como ya se había dicho a si mismo, esto se lo debía, tomar esa responsabilidad, por haberlo hecho desenterrar esa realidad que con tanto fervor estaba ocultando, bajo una máscara de constante control, represión emocional y distancia.
Todos tenía formas distintas de sobrellevar el dolor, el tenía otra cara… Adrien… Adrien aun estaba construyendo su forma.
Adrien fue quien puso la varita contra su propia sien, Marcell simplemente conjuró.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Y ahí estaba, dentro de su mente nuevamente. Adrien lo estaba mirando fijamente a los ojos mientras que, en su mente dentro de él todo era oscuridad. Una habitación fue iluminándose y se veía a él mismo en el club de ajedrez terminando de aponer en su lugar tableros. Laise había llegado buscando un libro, prácticamente estaba en ropa interior cuando Adrien comenzó a besarla, los besos se convirtieron en caricias hasta el momento en que él estaba poseyéndola contra la pared. Fue Lucienne quién los encontró y luego de hacer que Laise desapareciera, unos ojos entre la oscuridad habían desaparecido también, los elfos habían estado espiándolo y llamaron a Auberon.
¿Esto era una trampa? ¿Sabrias que ella vendria? ¿Estuvo contigo todo este tiempo? Anda!, mátame aquí, ahora!. Estoy harto de ellos y de ti… – Le había dicho a Lucienne mientras se apuntaba directo al pecho con su varita, ella no había podido hacerlo.
La imagen se volvió un torbellino de imágenes, una tras otra. Luego volvió a situarse en tiempo presente, un recuerdo no muy lejano. Estaba él caminando, siguiendo a alguien hasta la facultad de Leyes mágicas. Estaba fuera de si, no parecía él mismo, clamaba venganza, culpaba a Laise por lo que le había ocurrido. Fue hasta ella, la golpeo y la llevo hasta su habitación. La imagen de él golpeándola, torturándola, lacerando su piel, no era algo fácil de observar.
Al final había sido él quién termino por borrarle la memoria. Esos eran los recuerdos que habían desaparecido de su mente.
Eso es lo que él era…
El recuerdo volvió a cambiar, ahora se veía a él, más joven, tenía cuando mucho 17 años pero se veía más joven. Estaba entrando por primera vez al sótano de tras de su padre. La primera vez que había quitado una vida. Lo había hecho sin dudar, siguiendo las instrucciones de Julius White mientras sujetaba el cuchillo con el que se había abierto el estomago de una joven.
Los recuerdos seguían, más y más hasta el momento en que Marcellus le había contado sobre la visión.
“tienes que alejarte, tienes que alejarlo. No puede saberlo, él debe estar a salvo” – Se decía a si mismo mientras hablaba con él.
Marcell… ¿Por qué estás haciendo todo esto? Es decir, ¿Realmente te interesa entrar en esa fraternidad o estas haciéndolo por mí? ….Sabes que voy a casarme con Lucienne… esto no puede continuar por mucho tiempo. – Pero estaba mintiendo, sabía que el compromiso con Lucienne había terminado, ella no lo había aceptado. Lo hacía por él, para mantenerlo alejado de todo lo que era.
Luego no hubo más, las imágenes no tenían realmente un contexto. Adrien en la realidad se separo de él, lo soltó como si su mero tacto doliera, quemara. Se llevo una mano a la cabeza, su respiración estaba agitada.
¿Que harás ahora que sabes de lo que soy capaz? ¿Qué harás ahora que sabes lo que somos? … - Exigió su respuesta, ahora era él quien sostenía la varita para defenderse casteando un protego sin darse cuenta que Marcell también había lanzado otra vez el hechizo.
¿Esto era una trampa? ¿Sabrias que ella vendria? ¿Estuvo contigo todo este tiempo? Anda!, mátame aquí, ahora!. Estoy harto de ellos y de ti… – Le había dicho a Lucienne mientras se apuntaba directo al pecho con su varita, ella no había podido hacerlo.
La imagen se volvió un torbellino de imágenes, una tras otra. Luego volvió a situarse en tiempo presente, un recuerdo no muy lejano. Estaba él caminando, siguiendo a alguien hasta la facultad de Leyes mágicas. Estaba fuera de si, no parecía él mismo, clamaba venganza, culpaba a Laise por lo que le había ocurrido. Fue hasta ella, la golpeo y la llevo hasta su habitación. La imagen de él golpeándola, torturándola, lacerando su piel, no era algo fácil de observar.
Al final había sido él quién termino por borrarle la memoria. Esos eran los recuerdos que habían desaparecido de su mente.
Eso es lo que él era…
El recuerdo volvió a cambiar, ahora se veía a él, más joven, tenía cuando mucho 17 años pero se veía más joven. Estaba entrando por primera vez al sótano de tras de su padre. La primera vez que había quitado una vida. Lo había hecho sin dudar, siguiendo las instrucciones de Julius White mientras sujetaba el cuchillo con el que se había abierto el estomago de una joven.
Los recuerdos seguían, más y más hasta el momento en que Marcellus le había contado sobre la visión.
“tienes que alejarte, tienes que alejarlo. No puede saberlo, él debe estar a salvo” – Se decía a si mismo mientras hablaba con él.
Marcell… ¿Por qué estás haciendo todo esto? Es decir, ¿Realmente te interesa entrar en esa fraternidad o estas haciéndolo por mí? ….Sabes que voy a casarme con Lucienne… esto no puede continuar por mucho tiempo. – Pero estaba mintiendo, sabía que el compromiso con Lucienne había terminado, ella no lo había aceptado. Lo hacía por él, para mantenerlo alejado de todo lo que era.
Luego no hubo más, las imágenes no tenían realmente un contexto. Adrien en la realidad se separo de él, lo soltó como si su mero tacto doliera, quemara. Se llevo una mano a la cabeza, su respiración estaba agitada.
¿Que harás ahora que sabes de lo que soy capaz? ¿Qué harás ahora que sabes lo que somos? … - Exigió su respuesta, ahora era él quien sostenía la varita para defenderse casteando un protego sin darse cuenta que Marcell también había lanzado otra vez el hechizo.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Marcell se movió en la oscuridad de la mente de Adrien como el espectador que era, esta vez no se acercó a nadie, ni siquiera tuvo que moverse mucho entre los recuerdos, el mismo Adrien los estaba poniendo frente a él, manipulando los escenarios para mostrarle todo, como precisamente se lo había dicho.
No estaba del todo sorprendido de verlo con Laise o como la hizo suya aquella noche, pero las consecuencias si eran algo que lo hizo enfurecer, sintiendo de nuevo un rencor viviente por Lucienne, por Auberon, por el mismo Joseph Morgan…
Los recuerdos presentados eran seccionados, los que emocionalmente más habían afectado a Adrien, Marcell creía que era precisamente porque había mostrado muchas emociones en el momento de vivirlos o las había reprimido de igual forma. Sintió un odio ardiente por todos los involucrados al escuchar a Adrien rogar por su muerte, pero no podía interrumpir… esto ya había ocurrido después de todo.
El torbellino parecía estar filtrando recuerdos, seccionando que mostrar y que no, hasta que finalmente lo dejó en el camino que Adrien había tomado, en una imagen donde este parecía estar fuera de si, donde terminó descargando su furia contra Laise lo que terminó viendo.
–Fuiste tú – dijo sorprendido, –Fuiste tú quien fracturó su mente... –
Se mantuvo firme, mirando las imágenes con una sensación de incomprensión, porque no había sido Laise la causa del dolor de Adrien, no realmente, si lo veía de forma sensata, de forma real, ella no había sido más que otra víctima, la única razón por la que Adrien seguía culpándola, castigándola, era porque podía hacerlo… a Laise podía hacerle daño, mientras que a los verdaderos culpables no.
Eso no lo justificaba, pero le daba cierto entendimiento.
Al cambio de recuerdo se quedó de pie junto a Adrien mientras este le quitaba la vida a aquella joven, se preguntó con mórbida curiosidad si había valido la pena el mancharse las manos de sangre, si había obtenido una recompensa de ello…
Adrien estaba atacándolo con un torbellino, su estructura mental aunque caótica era existente, como si ese mismo caos fuera la defensa que el estaba usando para darle forma a su plano mental, era interesante y escalofriante a la vez, sonrió de forma extraña, como si estuviera orgullo de ver aquello en la mente de Adrien, pero el gusto le duró poco, ya que fue arrojado a un pasado, hacia años, cuando Adrien le dijo que se fuera de su vida.
–No es coincidencia… que a pesar de tu esfuerzo haya terminado involucrado… – No podía creer que era una coincidencia, el universo rara vez era tan perezoso.
El regreso a la realidad se sintió como una caída, más porque Adrien se alejó de el con fuerza, agitado por el esfuerzo, trémulo por la experiencia, visiblemente cansado por la travesía emocional que había revivido.
–¡Lo que eres… lo que son… como si eso fuera suficiente! –
Conjuró inconscientemente, por mero instinto más que por realmente querer adentrarse de nuevo en su mente, una reacción que terminó en su contra cuando Adrien conjuró un protego a la vez, regresando el ataque mental hacia su persona, adentrando a ambos esta vez en la mente de Marcell.
Estaba oscuro, la luz de su varita a penas iluminando el paso, el viento era frio y sonaba como llanto mientras él se adentraba en la cueva, corriendo a toda velocidad, detrás de él un grupo de gente venía persiguiéndolo, gritando amenazas y promesas en su contra por llevar la sangre Lovecraft.
El recuerdo cambió al pasado, en la explanada de Rectoría donde Claude Darcy acaba de decirle palabras tan crueles que sólo pudo mirarlo en shock mientras este lo humillaba frente a todos para luego dar media vuelta e irse sin decir más.
La imagen morfó, estando de nuevo en la entrada de la cueva, tenía las manos cubiertas de sangre, la nieve a su alrededor estaba manchada de rojos en diferentes tonos y frente a él había varios cuerpos sin vida, se pasó las manos ensangrentadas por la cara y se empezó a reír, el eco de su demencia era llevado por el frío viento de Antártica.
Mina apareció en sus recuerdos, sonriéndole tranquilamente mientras platicaban en un restaurante, se sentía bien después de años, aunque no sabía por qué. La imagen morfó en la de Adrien, quien al parecer después de tanto tiempo quería acercarse de nuevo a él. Sintió aprensión, porque ya una vez terminaron, pero no quería dejarlo ir, no quería…
El escenario cambió de nuevo, estaba de pie frente a un altar, varias figuras encapuchadas a su alrededor, pero la que más le aterraba era aquella en frente, el ser de al menos dos metros de alto, cubierto de pies a cabeza en ropas de color amarillo oscuro. Fue arrojado al altar y luego no podía ver nada, pero sintió el dolor viajar por sus venas, sus gritos perdiéndose en el silencio hasta que parecía haberse desagarrado la garganta, despertó solo, en la nieve, con la marca en su espalda aun candente, los testigos a su alrededor yacían sin vida en un charco de su propia sangre.
La imagen del Nightgaunt se alzó entre los recuerdos, Marcellus no podía controlar la invocación, puesto que la hizo por error, estaba en problemas, estaba en graves problemas.
Mina estaba frente a él de nuevo y fue cruel con ella, la hizo ver cosas que nunca habían pasado, la hizo ver como ella misma le había quitado la vida a Jesse, sólo porque estaba molesto con ella, porque estaba harto.
Jesse lo estaba mirando a los ojos con odio puro, por haberse metido con Mina, por lo que estuvo a punto de hacer y antes de que Marcell se fuera, le hizo una amenaza con aire de promesa - Tú ya estás muerto… te voy a cazar, no importa cuánto te escondas, no importa cuántos putos Lovecrafts se pongan por delante de ti. Yo te regalé la miserable vida… y así como te la di, también voy a ser yo quien te la quite. Voy a cavar tu propia puta tumba.-
Marcell desapareció del lugar y ser rió al aire, porque gracias a Mina había despertado por completo, era una sensación gloriosa, él era la mejor defensa de Marcellus, aquella que tenía las manos manchadas de sangre.
Regresó a la realidad con un grito ahogado, haciéndose hacia atrás para finalmente chocar contra la pared, se llevó una mano a la cabeza y luego buscó la mirada de Adrien, sintiendo una gota de sudor resbalar por su sien.
–¿No te había preguntado yo algo parecido? – le dijo en voz baja –¿Qué harías si descubrirás más de mi lo que ya sabes? Estoy maldito Adrien, desde el momento en que fue concedido he estado maldito… sólo en una forma diferente a ti. –
Se acercó a el, poniéndose frente a su persona y abrió los brazos.
No estaba del todo sorprendido de verlo con Laise o como la hizo suya aquella noche, pero las consecuencias si eran algo que lo hizo enfurecer, sintiendo de nuevo un rencor viviente por Lucienne, por Auberon, por el mismo Joseph Morgan…
Los recuerdos presentados eran seccionados, los que emocionalmente más habían afectado a Adrien, Marcell creía que era precisamente porque había mostrado muchas emociones en el momento de vivirlos o las había reprimido de igual forma. Sintió un odio ardiente por todos los involucrados al escuchar a Adrien rogar por su muerte, pero no podía interrumpir… esto ya había ocurrido después de todo.
El torbellino parecía estar filtrando recuerdos, seccionando que mostrar y que no, hasta que finalmente lo dejó en el camino que Adrien había tomado, en una imagen donde este parecía estar fuera de si, donde terminó descargando su furia contra Laise lo que terminó viendo.
–Fuiste tú – dijo sorprendido, –Fuiste tú quien fracturó su mente... –
Se mantuvo firme, mirando las imágenes con una sensación de incomprensión, porque no había sido Laise la causa del dolor de Adrien, no realmente, si lo veía de forma sensata, de forma real, ella no había sido más que otra víctima, la única razón por la que Adrien seguía culpándola, castigándola, era porque podía hacerlo… a Laise podía hacerle daño, mientras que a los verdaderos culpables no.
Eso no lo justificaba, pero le daba cierto entendimiento.
Al cambio de recuerdo se quedó de pie junto a Adrien mientras este le quitaba la vida a aquella joven, se preguntó con mórbida curiosidad si había valido la pena el mancharse las manos de sangre, si había obtenido una recompensa de ello…
Adrien estaba atacándolo con un torbellino, su estructura mental aunque caótica era existente, como si ese mismo caos fuera la defensa que el estaba usando para darle forma a su plano mental, era interesante y escalofriante a la vez, sonrió de forma extraña, como si estuviera orgullo de ver aquello en la mente de Adrien, pero el gusto le duró poco, ya que fue arrojado a un pasado, hacia años, cuando Adrien le dijo que se fuera de su vida.
–No es coincidencia… que a pesar de tu esfuerzo haya terminado involucrado… – No podía creer que era una coincidencia, el universo rara vez era tan perezoso.
El regreso a la realidad se sintió como una caída, más porque Adrien se alejó de el con fuerza, agitado por el esfuerzo, trémulo por la experiencia, visiblemente cansado por la travesía emocional que había revivido.
–¡Lo que eres… lo que son… como si eso fuera suficiente! –
Conjuró inconscientemente, por mero instinto más que por realmente querer adentrarse de nuevo en su mente, una reacción que terminó en su contra cuando Adrien conjuró un protego a la vez, regresando el ataque mental hacia su persona, adentrando a ambos esta vez en la mente de Marcell.
Estaba oscuro, la luz de su varita a penas iluminando el paso, el viento era frio y sonaba como llanto mientras él se adentraba en la cueva, corriendo a toda velocidad, detrás de él un grupo de gente venía persiguiéndolo, gritando amenazas y promesas en su contra por llevar la sangre Lovecraft.
El recuerdo cambió al pasado, en la explanada de Rectoría donde Claude Darcy acaba de decirle palabras tan crueles que sólo pudo mirarlo en shock mientras este lo humillaba frente a todos para luego dar media vuelta e irse sin decir más.
La imagen morfó, estando de nuevo en la entrada de la cueva, tenía las manos cubiertas de sangre, la nieve a su alrededor estaba manchada de rojos en diferentes tonos y frente a él había varios cuerpos sin vida, se pasó las manos ensangrentadas por la cara y se empezó a reír, el eco de su demencia era llevado por el frío viento de Antártica.
Mina apareció en sus recuerdos, sonriéndole tranquilamente mientras platicaban en un restaurante, se sentía bien después de años, aunque no sabía por qué. La imagen morfó en la de Adrien, quien al parecer después de tanto tiempo quería acercarse de nuevo a él. Sintió aprensión, porque ya una vez terminaron, pero no quería dejarlo ir, no quería…
El escenario cambió de nuevo, estaba de pie frente a un altar, varias figuras encapuchadas a su alrededor, pero la que más le aterraba era aquella en frente, el ser de al menos dos metros de alto, cubierto de pies a cabeza en ropas de color amarillo oscuro. Fue arrojado al altar y luego no podía ver nada, pero sintió el dolor viajar por sus venas, sus gritos perdiéndose en el silencio hasta que parecía haberse desagarrado la garganta, despertó solo, en la nieve, con la marca en su espalda aun candente, los testigos a su alrededor yacían sin vida en un charco de su propia sangre.
La imagen del Nightgaunt se alzó entre los recuerdos, Marcellus no podía controlar la invocación, puesto que la hizo por error, estaba en problemas, estaba en graves problemas.
Mina estaba frente a él de nuevo y fue cruel con ella, la hizo ver cosas que nunca habían pasado, la hizo ver como ella misma le había quitado la vida a Jesse, sólo porque estaba molesto con ella, porque estaba harto.
Jesse lo estaba mirando a los ojos con odio puro, por haberse metido con Mina, por lo que estuvo a punto de hacer y antes de que Marcell se fuera, le hizo una amenaza con aire de promesa - Tú ya estás muerto… te voy a cazar, no importa cuánto te escondas, no importa cuántos putos Lovecrafts se pongan por delante de ti. Yo te regalé la miserable vida… y así como te la di, también voy a ser yo quien te la quite. Voy a cavar tu propia puta tumba.-
Marcell desapareció del lugar y ser rió al aire, porque gracias a Mina había despertado por completo, era una sensación gloriosa, él era la mejor defensa de Marcellus, aquella que tenía las manos manchadas de sangre.
Regresó a la realidad con un grito ahogado, haciéndose hacia atrás para finalmente chocar contra la pared, se llevó una mano a la cabeza y luego buscó la mirada de Adrien, sintiendo una gota de sudor resbalar por su sien.
–¿No te había preguntado yo algo parecido? – le dijo en voz baja –¿Qué harías si descubrirás más de mi lo que ya sabes? Estoy maldito Adrien, desde el momento en que fue concedido he estado maldito… sólo en una forma diferente a ti. –
Se acercó a el, poniéndose frente a su persona y abrió los brazos.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Adrien había alzado instintivamente su varita para protegerse del ataque de Marcellus, no quería que siguiera indagando en su mente desentrañando sus recuerdos. No supo bien que fue lo que sucedió de pronto, nunca había experimentado lo que era el ver dentro de los recuerdos de las personas. Cuando se vio transportado a ese lugar en un principio se exaltó, confundido, desorientado. No reconoció el lugar, nunca había estado en nada que se le pareciera. Se abrazo a si mismo buscando mantener la varita en alto entre la oscuridad, luego vio una figura también iluminando su camino. Al distinguirlo inmediatamente dio un par de pasos hacia él.
-Marcell…. – Se detuvo, lo había atravesado, todo era una especie de bruma, se dio cuenta entonces que nada de eso era real o si lo era no estaba sucediendo en esos momentos.
Cuando la imagen cambio él frunció el entrecejo y sujeto con más fuerza su varita. Pudo ver el rostro de Claude, lo desprecio, se obligo él mismo a mantener la vista dentro de ese recuerdo aun que y su mente estaba pensando inmediatamente en las formas de deshacerse de él.
Entonces todo volvió a cambiar a la cueva, la sangre y los cuerpos, el corazón de Adrien dio un vuelco, ¿Marcellus había hecho esto? Se inclino un poco ante uno de los cuerpos sin vida para examinar la forma en que habían sido muertos pero la risa demencial de Marcellus lo llamó, se le quedo viendo fijamente, ese había sido su punto de quiebre.
Ahora estaba Mina frente a él ¿Por qué estaba mostrándole todo eso? Una vez más se obligo él mismo a ver, no podía si no más que ser un mero espectador, un fantasma en sus recuerdos. Observo a Mina y la calma que le transmitía a Marcellus, tal vez él nunca podría darle eso, no, se negó él mismo a creer en ello.
Entonces vino aquello… las figuras encapuchadas, el ser, la criatura gigante que estaba ahí devolviendo la mirada. Por unos segundos Adrien se sorprendió, pero inmediatamente, casi como un acto reflejo comenzó a buscar en aquel recuerdo señales, algo que le indicara que es lo que estaban haciendo…
Luego la imagen del Nightgaunt y eso explico muchas cosas. Adrien archivo esos recuerdos para luego.
Ahora estaba nuevamente en un recuerdo reciente. Mina, Marcellus, Jesse… “eres tu quién está muerto y no lo sabe aun…” pensó como regresando las palabras que Jesse había dicho.
Entonces volvió a la realidad entendiendo más de lo que quisiera, confundido aun por los recuerdos y el viaje a la mente de Marcellus. Se recargo sobre la pared aun con las manos en la cabeza, fue bajando los brazos lentamente. Estaba desecho, roto, desmoronado… lo único que tenia seguro en esos momentos es que él no era el único así dentro de aquella habitación.
Entonces quédate a mi lado…. Nadie más podría entenderlo… tal vez de los fragmentos que somos, puede surgir algo real… - Se acerco a él lentamente, sentía que los pies le temblaban, como si él estuviera a un distancia gigantesca cuando fueron solamente un par de pasos hasta que estuvo frente a frente. Lo abrazo por la cintura, fue diferente, había algo diferente esta vez. En esos momentos Adrien buscaba un refugio, seguridad, lo buscaba a él para anclarse a la realidad, para poder mantenerse en pie.
Puso su frente sobre la de él con los ojos cerrados, sus labios a penas se movían, suspiro profundamente exhalando el aliento sobre él, no lo beso de inmediato, solamente sintió la textura de sus labios sobre los de él, era como si el mismo tiempo se hubiera detenido mientras buscaba una respuesta de él.
-Marcell…. – Se detuvo, lo había atravesado, todo era una especie de bruma, se dio cuenta entonces que nada de eso era real o si lo era no estaba sucediendo en esos momentos.
Cuando la imagen cambio él frunció el entrecejo y sujeto con más fuerza su varita. Pudo ver el rostro de Claude, lo desprecio, se obligo él mismo a mantener la vista dentro de ese recuerdo aun que y su mente estaba pensando inmediatamente en las formas de deshacerse de él.
Entonces todo volvió a cambiar a la cueva, la sangre y los cuerpos, el corazón de Adrien dio un vuelco, ¿Marcellus había hecho esto? Se inclino un poco ante uno de los cuerpos sin vida para examinar la forma en que habían sido muertos pero la risa demencial de Marcellus lo llamó, se le quedo viendo fijamente, ese había sido su punto de quiebre.
Ahora estaba Mina frente a él ¿Por qué estaba mostrándole todo eso? Una vez más se obligo él mismo a ver, no podía si no más que ser un mero espectador, un fantasma en sus recuerdos. Observo a Mina y la calma que le transmitía a Marcellus, tal vez él nunca podría darle eso, no, se negó él mismo a creer en ello.
Entonces vino aquello… las figuras encapuchadas, el ser, la criatura gigante que estaba ahí devolviendo la mirada. Por unos segundos Adrien se sorprendió, pero inmediatamente, casi como un acto reflejo comenzó a buscar en aquel recuerdo señales, algo que le indicara que es lo que estaban haciendo…
Luego la imagen del Nightgaunt y eso explico muchas cosas. Adrien archivo esos recuerdos para luego.
Ahora estaba nuevamente en un recuerdo reciente. Mina, Marcellus, Jesse… “eres tu quién está muerto y no lo sabe aun…” pensó como regresando las palabras que Jesse había dicho.
Entonces volvió a la realidad entendiendo más de lo que quisiera, confundido aun por los recuerdos y el viaje a la mente de Marcellus. Se recargo sobre la pared aun con las manos en la cabeza, fue bajando los brazos lentamente. Estaba desecho, roto, desmoronado… lo único que tenia seguro en esos momentos es que él no era el único así dentro de aquella habitación.
Entonces quédate a mi lado…. Nadie más podría entenderlo… tal vez de los fragmentos que somos, puede surgir algo real… - Se acerco a él lentamente, sentía que los pies le temblaban, como si él estuviera a un distancia gigantesca cuando fueron solamente un par de pasos hasta que estuvo frente a frente. Lo abrazo por la cintura, fue diferente, había algo diferente esta vez. En esos momentos Adrien buscaba un refugio, seguridad, lo buscaba a él para anclarse a la realidad, para poder mantenerse en pie.
Puso su frente sobre la de él con los ojos cerrados, sus labios a penas se movían, suspiro profundamente exhalando el aliento sobre él, no lo beso de inmediato, solamente sintió la textura de sus labios sobre los de él, era como si el mismo tiempo se hubiera detenido mientras buscaba una respuesta de él.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Marcell recorrió el rostro de Adrien de su sien a su barbilla con las yemas de los dedos, su frente contra la de él, observando los ojos cerrados de Adrien y la manera en que parecía estar ya cansado. Su otra mano la recargó en su nuca y levantó el rostro para rosar sus labios contra los de él, primero en un gesto delicado, buscando el simple contacto entre ambos, después inició un beso de forma lenta, recorriendo los labios de Adrien con su lengua, alentándolo a dejarlo explorar su boca. Se detuvo recargando de nuevo su frente contra la de Adrien y suspiró, dejando que Marcellus tomara la situación por el momento.
"Me importas demasiado…" murmuró contra su labios, "Demasiado…"
El cambio de porte se dio en un segundo y Marcell se lanzó sobre Adrien de forma posesiva, tomando otro beso rayando en el punto de casi agresivo, como si de Adrien pudiera sacar la vida misma, lo tomó por la cintura y por la nuca, juntado sus cuerpos en un esfuerzo por anular toda distancia entre ellos.
–A tu lado – le dijo entre besos – Me voy a quedar contigo sin importar que y si quieres te juro un inquebrantable para que lo entiendas –
Había algo entre ellos dos que se había anidado dentro de su persona hacia años, como una semilla que ahora crecía a una manera veloz y tremenda, consumiendo su entendimiento, avivando su sentir y despertando facetas de su persona que en otras ocasiones solo se levantaban muy de vez en cuando, permaneciendo en una sombra constante, ahora en balance con su misma luz.
Entre la euforia de sus palabras y la necesidad en sus acciones, terminó por empujarlo contra la cama de nuevo, haciéndolo caer hacia atrás y de inmediato trepando para quedar sobre él, acariciando sus costados mientras lo seguía besando, marcando con sus labios su quijada, besando el pulso que corría bajo su piel y descansando sus rostro en la curva de su cuello.
se irguió quedando sobre el pero de rodillas en la cama, prácticamente sentado sobre el regazo de Adrien y le sonrió mientras le desabotonaban la camisa para seguir su curso, trazando su cuerpo con sus labios, memorizando cada detalle de su cuerpo en busca de darle el placer que lo hiciera resanar su ser, al menos por un momento.
Había demasiadas cosas en su mente, demasiados detalles que tomar en cuenta, pero no quería pensar en ellos en este momento, no con Adrien ahí, buscando refugio en su persona y él no sólo dispuesto sino deseoso de dárselo.
Le pertenecía, era suyo, desde el momento en que le confesó que lo necesitaban en su vida, que aún lo quería a pesar del tiempo, a pesar de que ambos estaban astillados al punto de quiebre en las de un sentido.
Había demasiadas variables en sus vidas, pero Marcell quería hacerse de sí mismo una constante en la de Adrien e iba a luchar por ello, con la furia que sentía y el deseo que ardía en su ser.
"Me importas demasiado…" murmuró contra su labios, "Demasiado…"
El cambio de porte se dio en un segundo y Marcell se lanzó sobre Adrien de forma posesiva, tomando otro beso rayando en el punto de casi agresivo, como si de Adrien pudiera sacar la vida misma, lo tomó por la cintura y por la nuca, juntado sus cuerpos en un esfuerzo por anular toda distancia entre ellos.
–A tu lado – le dijo entre besos – Me voy a quedar contigo sin importar que y si quieres te juro un inquebrantable para que lo entiendas –
Había algo entre ellos dos que se había anidado dentro de su persona hacia años, como una semilla que ahora crecía a una manera veloz y tremenda, consumiendo su entendimiento, avivando su sentir y despertando facetas de su persona que en otras ocasiones solo se levantaban muy de vez en cuando, permaneciendo en una sombra constante, ahora en balance con su misma luz.
Entre la euforia de sus palabras y la necesidad en sus acciones, terminó por empujarlo contra la cama de nuevo, haciéndolo caer hacia atrás y de inmediato trepando para quedar sobre él, acariciando sus costados mientras lo seguía besando, marcando con sus labios su quijada, besando el pulso que corría bajo su piel y descansando sus rostro en la curva de su cuello.
se irguió quedando sobre el pero de rodillas en la cama, prácticamente sentado sobre el regazo de Adrien y le sonrió mientras le desabotonaban la camisa para seguir su curso, trazando su cuerpo con sus labios, memorizando cada detalle de su cuerpo en busca de darle el placer que lo hiciera resanar su ser, al menos por un momento.
Había demasiadas cosas en su mente, demasiados detalles que tomar en cuenta, pero no quería pensar en ellos en este momento, no con Adrien ahí, buscando refugio en su persona y él no sólo dispuesto sino deseoso de dárselo.
Le pertenecía, era suyo, desde el momento en que le confesó que lo necesitaban en su vida, que aún lo quería a pesar del tiempo, a pesar de que ambos estaban astillados al punto de quiebre en las de un sentido.
Había demasiadas variables en sus vidas, pero Marcell quería hacerse de sí mismo una constante en la de Adrien e iba a luchar por ello, con la furia que sentía y el deseo que ardía en su ser.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Sabía que era egoísta, que tener a Marcellus a su lado tal vez no era lo que merecía, sin embargo en esos momentos quería serlo, quería estar con él, solo él podría entender por lo que había pasado, solo alguien igual a él podía hacerlo. El joven Lovecraft le había mostrado la oscuridad que habitaba en su alma, en su corazón, la había aceptado, solo un monstruo podría entender a otro. Estaba cansado ya de esconderse en los rincones, de vivir de las sobras de algo, quería algo real y lo quería a su lado, nada más importaba.
Adrien sonrió de medio lado buscando la mirada de Marcellus cuando menciono el juramento inquebrantable. Estuvo realmente tentado a hacerlo, ahí mismo, a ligar su vida con la de él, pero no lo haría, jugarse el destino en las manos de Marcellus le parecía en esos momentos la mejor forma de morir. El decidiría en esos momentos el futuro de su vida, si le decía a alguien más lo que sabía. Negó apenas unos segundos antes de que sus labios fueran a los de él reclamando ese beso ansiado, su respiración se aceleraba mientras Marcellus le recorría el cuerpo con las manos y lo guiaba hasta la cama.
Si voy a morir de alguna manera, prefiero que sea esta… – En sus manos, estaba en esos momentos a merced de sus acciones. Adrien lo sujeto del cuello mientras él desabotonaba su camisa, hizo lo mismo con la de Marcellus, paso la yema de los dedos acariciando unas pequeñas marcas de sangre seca que habían caído sobre ella y luego se la saco por los brazos, acaricio su piel mientras sus labios se hacían más necesarios cada vez.
Quería curarse y había encontrado en él la forma de hacerlo, dejo sus labios unos momentos para llevar los labios hasta su cuello, lo beso y mordisqueo suavemente, sentía en la piel de marcellus un bálsamo que lograba de alguna manera anclarlo a la tierra, lo necesitaba, necesitaba todo de él, sus caricias, su cuerpo dentro de él. Llevo las manos hasta su nuca y lo atrajo a él tras pasarle los dedos por el cabello, el roce de sus cuerpos le erizaba la piel.
Te necesito, entiéndelo… - Su voz salió ronca desde su pecho, pero eran palabras definitivas, verdaderas.
Adrien sonrió de medio lado buscando la mirada de Marcellus cuando menciono el juramento inquebrantable. Estuvo realmente tentado a hacerlo, ahí mismo, a ligar su vida con la de él, pero no lo haría, jugarse el destino en las manos de Marcellus le parecía en esos momentos la mejor forma de morir. El decidiría en esos momentos el futuro de su vida, si le decía a alguien más lo que sabía. Negó apenas unos segundos antes de que sus labios fueran a los de él reclamando ese beso ansiado, su respiración se aceleraba mientras Marcellus le recorría el cuerpo con las manos y lo guiaba hasta la cama.
Si voy a morir de alguna manera, prefiero que sea esta… – En sus manos, estaba en esos momentos a merced de sus acciones. Adrien lo sujeto del cuello mientras él desabotonaba su camisa, hizo lo mismo con la de Marcellus, paso la yema de los dedos acariciando unas pequeñas marcas de sangre seca que habían caído sobre ella y luego se la saco por los brazos, acaricio su piel mientras sus labios se hacían más necesarios cada vez.
Quería curarse y había encontrado en él la forma de hacerlo, dejo sus labios unos momentos para llevar los labios hasta su cuello, lo beso y mordisqueo suavemente, sentía en la piel de marcellus un bálsamo que lograba de alguna manera anclarlo a la tierra, lo necesitaba, necesitaba todo de él, sus caricias, su cuerpo dentro de él. Llevo las manos hasta su nuca y lo atrajo a él tras pasarle los dedos por el cabello, el roce de sus cuerpos le erizaba la piel.
Te necesito, entiéndelo… - Su voz salió ronca desde su pecho, pero eran palabras definitivas, verdaderas.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Se sentía completo estando con él, era una sensación de necesidad y satisfacción que se tornaban sobre si misma, que aunque contradictoria era adecuada, estable, constante…presente en cada segundo que respiraba su aliento, sintiendo su cuerpo contra el suyo.
–Esta forma… la que has elegido… la que yo postergaré hasta el cansancio – murmuró sobre aquella fúnebre decisión, sobre una muerte con la cual se encargaría de luchar para impedirle la llegada.
Poco a poco, su respiración se fue acelerando, sintiendo los labios de Adrien sobre su cuello, el toque de sus dientes, la marca de su toque sobre su piel, lo trajo a otro tiempo, un recuerdo de años atrás y de otros momentos que ahora parecían unirse de nuevo, formando un circulo completo, murmuró en su oído el mismo soneto de aquella ocasión entonces
–En altura, tu amor vence al linaje; en soberbia al atuendo; al oro en fausto; en júbilo al de halcones y corceles…Teniéndote, todo el orgullo es mío – dijo como un sentimiento creciente y luego lo tomó por el mentón para mirarlo directo a los ojos, para terminar el soneto, puesto que nunca lo terminaba, ahora lo haría porque la frase sostenía toda la verdad que podía concebir en su persona en ese aquí y en ese ahora – Mi única miseria es que pudieras quitarme todo y en miseria hundirme… –
Lo besó mas desesperadamente, buscando tenerlo todo de él para sí mismo, porque lo necesitaba tanto como Adrien lo necesitaba a él. Le sacó la camisa cuando el hizo lo mismo con la suya, luego desabrochó sus pantalones, tocando a Adrien sobre su ropa interior en un movimiento suave, constante, queriendo excitarlo antes de abrirse paso.
Lo necesitaba, necesitaba poseerlo y sus movimientos marcaban en claro sus acciones, la forma en que lo despojó de su ropa sin dejar de tocarlo ni un momento, construyendo el calor entre ellos en la fricción de sus cuerpos. Se desvistió en movimientos rápidos y reclamó otro beso de los labios de Adrien, con más fuerza y más deseo, rayando casi en lo desaliñado, besó su cuello, mordiendo ligeramente al principio, después con un poco más fuerza, dejando su marca mientras recorría de su quitada hasta su pecho, pasando su legua sobre sus pezones mientras sus manos exploraban su entrepierna.
–Me tienes… me has tenido siempre… pero ahora más que nunca… –
Uso sus dedos para prepararlo, alentándolo a relajarse, rozando contra aquel punto dentro de su ser que mandaría una corriente constante de placer por todo su cuerpo, después reemplazo sus dedos por su sexo, penetrándolo lentamente al principio, jadeando al mirando a los ojos, memorizando sus expresiones en todos los sentidos.
Sus movimientos fueron cortos y firmes al inicio, después se tornaron más agresivos, contantes y con más fuerza, embistiendo con la necesidad igual de buscar placer como de proporcionarlo.
Lo quería todo de él, todo.
–Esta forma… la que has elegido… la que yo postergaré hasta el cansancio – murmuró sobre aquella fúnebre decisión, sobre una muerte con la cual se encargaría de luchar para impedirle la llegada.
Poco a poco, su respiración se fue acelerando, sintiendo los labios de Adrien sobre su cuello, el toque de sus dientes, la marca de su toque sobre su piel, lo trajo a otro tiempo, un recuerdo de años atrás y de otros momentos que ahora parecían unirse de nuevo, formando un circulo completo, murmuró en su oído el mismo soneto de aquella ocasión entonces
–En altura, tu amor vence al linaje; en soberbia al atuendo; al oro en fausto; en júbilo al de halcones y corceles…Teniéndote, todo el orgullo es mío – dijo como un sentimiento creciente y luego lo tomó por el mentón para mirarlo directo a los ojos, para terminar el soneto, puesto que nunca lo terminaba, ahora lo haría porque la frase sostenía toda la verdad que podía concebir en su persona en ese aquí y en ese ahora – Mi única miseria es que pudieras quitarme todo y en miseria hundirme… –
Lo besó mas desesperadamente, buscando tenerlo todo de él para sí mismo, porque lo necesitaba tanto como Adrien lo necesitaba a él. Le sacó la camisa cuando el hizo lo mismo con la suya, luego desabrochó sus pantalones, tocando a Adrien sobre su ropa interior en un movimiento suave, constante, queriendo excitarlo antes de abrirse paso.
Lo necesitaba, necesitaba poseerlo y sus movimientos marcaban en claro sus acciones, la forma en que lo despojó de su ropa sin dejar de tocarlo ni un momento, construyendo el calor entre ellos en la fricción de sus cuerpos. Se desvistió en movimientos rápidos y reclamó otro beso de los labios de Adrien, con más fuerza y más deseo, rayando casi en lo desaliñado, besó su cuello, mordiendo ligeramente al principio, después con un poco más fuerza, dejando su marca mientras recorría de su quitada hasta su pecho, pasando su legua sobre sus pezones mientras sus manos exploraban su entrepierna.
–Me tienes… me has tenido siempre… pero ahora más que nunca… –
Uso sus dedos para prepararlo, alentándolo a relajarse, rozando contra aquel punto dentro de su ser que mandaría una corriente constante de placer por todo su cuerpo, después reemplazo sus dedos por su sexo, penetrándolo lentamente al principio, jadeando al mirando a los ojos, memorizando sus expresiones en todos los sentidos.
Sus movimientos fueron cortos y firmes al inicio, después se tornaron más agresivos, contantes y con más fuerza, embistiendo con la necesidad igual de buscar placer como de proporcionarlo.
Lo quería todo de él, todo.
- Marcellus J. Lovecraft
Mensajes :
865
Edad : 33
Re: Mental Breakdown [ Marcellus, privado ]
Adrien no rechazo en lo absoluto el contacto con su piel, su mirada en esos momentos reflejaba la necesidad que tenia de él, lo mucho que le deseaba para poder de alguna manera volver a estar completo. Guardo la frase de sus labios directamente en su memoria, era como si ahora, a pesar de los infortunios del pasado pudieran volver a estar juntos y terminar lo que antes no habían podido, ahora las cosas serian diferentes, porque ahora estarían unidos y no podrían simplemente alejarlos, al menos, de su parte, tendrían que matarlo antes de arrancarlo del lado de Marcellus nuevamente.
Se permitió a él una vista perfecta de su cuerpo mientras Marcellus estaba frente a él, lo tomo por el cuello acercándolo a él para depositar nuevamente un beso en sus labios, su respiración estaba haciéndose cada vez más pesada mientras sus manos lo acariciaban, lo provocaban. Se mordió el labio inferior tratando de contener un gemido que al final término por escapar de su pecho como un rugido, como si Marcellus estuviera desatando el ser que estaba encerrado dentro de él.
Se aferro a su espalda con fuerza mientras lo penetraba, el dolor fue abriendo paso al placer, el sentimiento de volverse uno con el hombre que amaba. Mientras más tiempo permanecía a su lado más seguro estaba de su decisión, en esos momentos y aun que le costara admitirlo, por primera vez sus emociones estaban nublando su conciencia, se había dejado llevar por él, por lo que quería de ambos y, tal vez en una decisión arriesgada lo tomo por las mejillas mordiéndose el labio inferior.
Y no voy a dejarte ¿Me escuchas? No lo hare… así muera mañana mismo por esta decisión, no voy a volver a dejarte…
Sus palabras salían entrecortadas, aferro sus manos en los hombros de Marcellus para hacer las embestidas más fuertes, se mordió el labio inferior casi llegando al punto del éxtasis con las manos del joven sobre su cuerpo. Cuando sintió tensarse y antes de terminar se separo de Marcellus por unos segundos que parecían eternidad. Le sonrió de medio lado.
¿Por qué a veces lo que más dolor nos causa es lo que más queremos? - No estaba buscando en realidad una a respuesta, eso solamente era para hacerle ver que a pesar del dolor, a pesar de lo que le costara, en realidad estaba buscando en estos momentos permanecer a su lado. Lo amaba, lo amaba maldita sea de una manera enferma, llena de necesidad.
No pretendía hacer esa espera más larga, se giro sobre el colchón quedando sobre sus rodillas. Necesitaba sentirlo dentro de él nuevamente, piel contra piel, sentimiento con sentimiento.
Se permitió a él una vista perfecta de su cuerpo mientras Marcellus estaba frente a él, lo tomo por el cuello acercándolo a él para depositar nuevamente un beso en sus labios, su respiración estaba haciéndose cada vez más pesada mientras sus manos lo acariciaban, lo provocaban. Se mordió el labio inferior tratando de contener un gemido que al final término por escapar de su pecho como un rugido, como si Marcellus estuviera desatando el ser que estaba encerrado dentro de él.
Se aferro a su espalda con fuerza mientras lo penetraba, el dolor fue abriendo paso al placer, el sentimiento de volverse uno con el hombre que amaba. Mientras más tiempo permanecía a su lado más seguro estaba de su decisión, en esos momentos y aun que le costara admitirlo, por primera vez sus emociones estaban nublando su conciencia, se había dejado llevar por él, por lo que quería de ambos y, tal vez en una decisión arriesgada lo tomo por las mejillas mordiéndose el labio inferior.
Y no voy a dejarte ¿Me escuchas? No lo hare… así muera mañana mismo por esta decisión, no voy a volver a dejarte…
Sus palabras salían entrecortadas, aferro sus manos en los hombros de Marcellus para hacer las embestidas más fuertes, se mordió el labio inferior casi llegando al punto del éxtasis con las manos del joven sobre su cuerpo. Cuando sintió tensarse y antes de terminar se separo de Marcellus por unos segundos que parecían eternidad. Le sonrió de medio lado.
¿Por qué a veces lo que más dolor nos causa es lo que más queremos? - No estaba buscando en realidad una a respuesta, eso solamente era para hacerle ver que a pesar del dolor, a pesar de lo que le costara, en realidad estaba buscando en estos momentos permanecer a su lado. Lo amaba, lo amaba maldita sea de una manera enferma, llena de necesidad.
No pretendía hacer esa espera más larga, se giro sobre el colchón quedando sobre sus rodillas. Necesitaba sentirlo dentro de él nuevamente, piel contra piel, sentimiento con sentimiento.
- Adrien Morgan
Mensajes :
511
Edad : 32
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Risky Business [Marcellus]
» I was born sick ..but I love it [Marcellus]
» Look forward [privado]
» A new beggining {Privado}.
» Crownless [Privado]
» I was born sick ..but I love it [Marcellus]
» Look forward [privado]
» A new beggining {Privado}.
» Crownless [Privado]
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.