Fiesta Alpha

Saludó con gusto a Jessica, a Evelyn y hasta a Lucian, por algo había aceptado ser su cita de la noche aunque hubiesen llegado por separado, al alpha le dio un beso en la mejilla después del golpecito correspondiente por el cumplido de macho –redundantemente- alpha. Cuando Jess bajó de la espalda de Bill se fue a su lado para darle un abracito de esos infantiles, le gustaba que al fin hubiese entrado a la universidad, aunque claro que la idea no le era tan atractiva como a Jude.
 
Antes de notar a dónde planeaba ir Bill se tomó del brazo de Jessica y le susurró que su hermano le había preguntado por ella, el estar en medio de eso  y que el rubio jalase a su hermana de un momento a otro le impidió evitar ese trayecto. No creía que fuese bueno ir hacia allá por Mina. Violet quería mucho a Bill y por mucho protocolo que hubiese en eso de saludar a los otros presidentes no creía que fuese bueno que se acercase tanto a esa pareja, aprovechó el saludo entre ese par para saludarla y de paso separarla un poco de Jesse y sus manos de pulpo.
 
-Hola a todos. Mina, estás preciosa, ¿vamos a saludar a Madison en lo que conviven? No me hagas ir sola.-no era un secreto que el medio croata le producía un cierto miedo irracional así que era una buena excusa. Le sonreía sin saber si se notaba que se lo decía por sacarla de ese lugar en específico, ella no tenía la culpa de las pasiones de ese par y no tenía que tragarse el pleito si se producía. Lo dudaba, pero de paso podía preguntarle si ella sabía desde antes que Madison era novia de Zlatan o que estuviesen saliendo porque a ella la tomó por sorpresa.-
 
En su mente no criticó el haber visto a Madison llegar con el marginal y si era capaz de eso hasta le causaba un gusto muy básico el ver a Mina con Jesse si es que la hacía feliz, era lo mínimo que Crawford podía hacer. Había hablado con su amiga del tema y se podía decir que le tenía un aprecio indirecto a Jesse porque lo que le decía Mina era que el presidente de los Delta tenía aspiraciones y eso era respetable, afortunadamente Julisa Chee no dejó la valla muy alta. A Madison aún no le había buscado ni la mirada, quería retrasar el tener que buscar la compañía de Fleming cuando ya estaba abrumada con la idea de citarlo la semana siguiente para un asunto de negocios.

Le pidió a Lucian que la espere un momento y que le traería un trago como compensación si es que Mina aceptaba ir con ella, tampoco planeaba convivir toda la noche con la pareja que acababa de oficializar su relación porque pues de qué iba a hablar con Zlatan, si hasta se le veía pésimo con ojeras como de enfermo o de resaca.

No se podía perder esa fiesta. Parecía apenas ayer cuando había dejado la presidencia de los Alpha aunque Bill, decían, estaba haciendo un buen trabajo, en especial en el terreno deportivo que, debía aceptarlo, nunca había sido tanto su fuerte como el del rubio. No era su obligación estar en esa fiesta pero sería buen momento para encontrarse con antiguos conocidos, por nostalgia. Se vistió casual, no como si fuera a trabajar, y se apareció justo a la entrada de la fraternidad.
 
De inmediato le llovieron saludos de algunos de los hermanos Alpha que estaban afuera y se quedó un buen rato ahí mientras supuestamente lo ponían al día y le preguntaban también por su vida. Se fumó un cigarro y se bebió la primera cerveza antes de por fin entrar al lugar buscando a su hermana o a Bill.
 
Se abrió paso entre la gente hasta llegar a otro grupo de personas que lo retaron a un juego de Beer Hunter con la frase “el ex presidente no se puede negar”. Tuvo la mala suerte de que le tocara la cerveza que explotaba y unas manchas de cerveza mancharon su camisa mientras intentaba beberse el contenido tan rápido como podía, y así durante tres rondas hasta que se dio cuenta de que habían hecho trampa para hacerlo beber tres cervezas agitadas de jalón, por los viejos tiempos. Se limpió la boca con el dorso de la mano y decidió dejarlos estar con su juegos antes de buscar a su hermana o a Bill ahora sí. Desafortunadamente estaban juntos, y con Jesse, así que por más que Jude estuviera ahí de aparente mediador o algo, no quería meterse en esos líos, así que decidió esperar a que ambos estuvieran separados para saludar.
 
Por eso mejor, sus ojos terminaron ubicando a Harley. Se acercó rápidamente por detrás de ella notando que estaba con gente…bastante desagradable. Pero decidió ignorar un poco el hecho de las pintorescas amistades de Harley –diciéndolo exclusivamente por Westwood y por Chee- y le picoteó las costillas cuando estaba a su altura.
 

-No vas a una inocente fiesta de año nuevo pero sí vienes a la fiesta más escandalosa del año. Pensé que no eras del tipo social.-La rodeó por los hombros y saludó con la vista a los que sabía que eran sus hermanos –Evelyn y Ellioth- y con un movimiento de cabeza pero ignoró deliberadamente a los demás. Por lo general se había desenvuelto siempre en los terrenos de Mina y de Harley, pero ahora ellas estaban en el suyo y no solía ser un encanto cuando no le debía nada a nadie.

Miró a Darren, poniéndole atención a su sobrino debidamente una vez más, "Eso dicen los rumores, mira que yo lo uso para eso generalmente, pero ya sabes que yo soy algo excéntrico, podría ser que guardar los controles del Xbox sea el verdadero uso y yo este demente, mira que no sería la primera vez."
 
Marcellus se movió para hacer espacio a Werther en el grupo que habían formado y casi se atraganta con su bebida por evitar reírse del comentario dirigido a Harley, interviniendo inmediatamente aunque Werther muy apenas había registrado su presencia.
 
"Pero si HD es sumamente social, podría hacerle competencia a las Chi," dijo en un claro tono de broma y sarcasmo mezclados, luego levantó una mano para evitar el golpe que de seguro Harley le daría por andar diciendo esas cosas.
 
"¡Miss Muffet!" antes de darle tiempo a Madeleine de esquivarlo, Marcellus ya le había dado un abraza rápido y gentilmente la integró al grupo, "Muy linda sin duda, que bien te vez."
 
Caminó a una de las mesas y tras descartar cuatro vasos con cerveza que no estaba seguro que solo fuera eso y otras substancias que no quería saber que eran finalmente encontró las bebidas, sirvió algunas bebidas con jugos, refrescos y mezcla de licores y los llevó al grupo, "Con vodka, con ron, con gin, con whisky, escojan el que le guste, también hay una cantidad exorbitante de cerveza pero no tengo idea de cuál es." 

Se dio cuenta de que a pesar de que el objetivo era traer bebidas, no había traído una para él, giró los ojos y regresó a la mesa, levantó la vista y finalmente la vio, Mina estaba platicando con Jesse, Jude y Violet. Había un pequeño mundo de gente entre ellos y la verdad no estaba del todo seguro si era buena idea ir hacia allá. Regresó algo serio al grupo y se tragó su bebida de un solo trago, mirando sobre su hombro en la dirección que había visto a Mina, esperando al menos cruzar miradas con ella.

Bueno, las cosas no estaban saliendo realmente tan mal como podría haber imaginado. Había gente ebria y rompiendo cosas pero afortunadamente ella no era anfitriona ni tampoco tenía alguna responsabilidad ante el lugar, eso sumado a que no había ningún borracho declarándole su amor públicamente ya era un gane.  Se propuso relajarse y disfrutar de la fiesta con forme sus conocidos y amigos iban llegando con ella, tal vez no eran los presidentes de las fraternidades o gente “agradable” para algunos, pero eran sus amigos y si, ella los apreciaba muchísimo, tal era el caso de Thomas y Tyler quienes estaban en modo protector esa noche, Thomas por que la veía como una hermana y Tyler porque quería obtener su whisky, a ella no la engañaba.

Se adelanto un poco con ellos dos hacia la mesa de Beer Pong que estaba sola por que se habían acabado las jarras de cerveza de ahí, los dejo solo unos momentos para ir por mas alcohol y al volver pensó lo de la apuesta entrecerrando los ojos. .- Bueno, siempre podemos apostar alguna cosa ridícula o algo así. Es decir hay miles de castigos que se pueden hacer por jugar al beer pong, ¿Quién empieza? ¿o quieren jugar por equipos?..

No se había dado cuenta que Muffett había llegado y que su hermana andaba como loca dándole bebidas al mundo porque ella estaba en lo del juego. Solo la veía que se movía como si estuviera en drogas o algo así. Se mordió el labio inferior y estaba riéndose por alguna tontería o por verlos a todos ahí reunidos cuando sintió que alguien le picaba las costillas, ella dio un pequeño salto y se giro de medio lado para ver a Werther quien la sacaba de los brazos de Thomas  y le echaba en cara de manera encantadora (según ella) lo de la fiesta de año nuevo.

Las cosas con Werther eran complicadas, no en el mal sentido por supuesto, pero el tipo simplemente la desarmaba completamente. Eso era muy obvio  a la vista por la sonrisa boba de su rostro y sus movimientos  más torpes de costumbre, también porque no le podía quitar la mirada de encima. Se sintió pequeña cuando le rodeo los hombros con el brazo y se mordió el labio inferior conteniendo una sonrisa. Afortunadamente Marcellus había salido a su rescate diciendo, con sarcasmo, lo de las competencias de las Chi.

Bien bien, ya entendí la indirecta… ¿Estas corriéndome acaso de tu fraternidad,  por antisocial he?... – Le hizo un gesto con la nariz y luego le pico las costillas de regreso y ni se dio cuenta de la grosería de no saludarle a Thomas y a Tyler, aun que seguro de haberlo hecho habría buscado alguna excusa para no creerlo.  Le sonrió ampliamente y luego lo rodeo con otro brazo por la cintura, con confianza. Bueno ya había rumores de ella y Werther después de la tontería de Lucca en su cumpleaños, pero realmente no era algo que, en esos momentos, le importara.

Vamos a jugar Beer pong, ¿juegas o qué?  Aun no decidimos el castigo del que pierda.. - Estaba emocionada y se notaba en su voz, tal vez pecaba de ingenua porque en verdad no se imaginaba cuan diferente era estar en ese lugar o cuan diferente podía ser Werther en su círculo social.

Estaba nuevamente sonriendo cuando Marcellus volvió con todas las bebidas.  Ella tomo una cerveza para empezar bien y luego estaba por decir alguna otra tontería que rompiera la tensión cuando vio a Marcellus volver y acabarse la cerveza. Siguió su mirada con la propia y vio, al final del salón a Mina, Jesse, Violeta y Billy.  Ella solamente suspiro y negó con la cabeza.

Bueno yo haré el primer equipo con Marcellus… anda, será divertido, por cada cerveza que bebas yo beberé una! ..

-Esto es ridículo..-dijo para si misma mientras se veía en el reflejo del primer cristal oscuro que encontró de camino a la fraternidad. Marcellus había escogido su outfit en caso de que se decidiera a ir a la fiesta de la Fraternidad. Aún no sabía por qué lo hacía hasta que Marcellus le recordó que allí estaría Thomas o que al menos eso había llegado a escuchar. 

Respiró hondo y se reacomodó el cabello suelto sobre su hombro derecho. Nunca se vestía así y mucho menos se arreglaba tanto a menos que fuera una festividad importante como Navidad o incluso Thanksgiving pero, ¿para una fiesta de aniversario de una fraternidad? Tendría que estar demente. 

Se miró el cabello de colores opacos y enrolló un mechón de su cabello en el dedo, como si quisiera que las ondas que había logrado hacer sobre el mismo se fueran a deshacer o algo así y así parecer más ella. Tragó saliva y vio a la gente que iba de camino. Quizás cualquiera la confundiera con otra chica de no ser por el cabello multicolor que la delataba. Le daba igual, solo iba ahí a hablar con Thomas, beberse una cerveza y largarse lo más pronto posible a menos que la situación lo ameritase.

Finalmente siguió a la gente que iba llegando para intentar camuflajearse entre la multitud. Al pasar por el marco de la puerta la música fue cada vez más fuerte. Robó una cerveza de alguien -algún chico que se la llevaba a alguien más, a saber- y se la bebió casi de golpe. Caminó unos cuantos pasos y finalmente se encontró con la cabeza de su primo y unos cuantos pasos más allá estaba el largo cabello negro de Thomas Chee. Sintió como si corazón saltara, era una sensación agradable pero extraña y no sabía por qué le sucedía eso cada vez que lo veía. Era como si fuera la primera vez que se topaba con él. No sabía si le agradaba o terminaba por asustarla. 

Intentó pasar desapercibida entre la gente y llegar hasta donde estaba su primo. Lo tomó por el brazo sin importarle demasiado que estuviera con Dalia y rápidamente lo alejó de ahí.

-Me siento completamente fuera de lugar, no me siento yo. Además, creo que mi suéter no combina con el vestido.-le dijo antes de saludarlo siquiera mientras fruncía el entrecejo, sabía que él entendería.-¿Y si ya no quiere nada conmigo?

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Ropita Odille

Habían entrado en la fiesta y él los había seguido entre la gente. Esa era su primera fiesta oficial como universitario y lejos de emocionarle solamente le desagrado. Es decir era divertido algo de música y buena platica, pero ese no era definitivamente su ambiente, él era más de bares bohemios y cosas medio new age, pero aun y con todo no iba a rechazar lo que la universidad tenia para darle. Y justamente recobrando su plan lo primero que hizo luego de negar con la cabeza la cerveza que su hermana le ofrecía fue ver a las personas de otras fraternidades que se encontraban por ahí. Se separo unos momentos del grupo solamente para observar trofeos y cosas así que exhibían los Alpha y luego de toparse con un encapuchado al que habían llamado presidiario, volvió con la gente que conocía a la mesa que habían elegido.

Se sentía un poco fuera de sí de la conversación, no es que él fuera muy participativo de igual manera, así que solamente tomo una de las bebidas que alguien había dejado en la mesa y luego de examinarla (con magia) a ver si no tenía algo, la tomo. Era muy desconfiado a veces, pero ya sus familiares y cercanos lo conocían. Justo estaba terminando de beber el vaso cuando escucho la voz de Madeleine tras él y de inmediato le abrió paso para no darle la espalda.

Pensar que alguien como Madeleine podría ir a una fiesta así era casi imposible, él había tenido que insistirle más de lo que estaba acostumbrado a hacer con cualquiera para que fuera, aun así personalmente creía firmemente que ella no asistiría a la fiesta, pero estaba ahí y había cumplido con su palabra. Ellioth la observo unos momentos mientras todo el mundo se daba cuenta de su presencia o al menos los que estaban cerca, como Marcellus y Darren. Ellioth sonrió a penas y curvando sus labios y luego, en un movimiento directo y sin preguntar, la tomo de la mano para que permaneciera a su lado.

No tienes que beber si no lo deseas.. – Se acerco a ella para hablarle al oído. No le gustaba levantar la voz y no quería incomodarla tampoco o que se sintiera presionada por las bebidas sobre la mesa. .- Te traeré algo sin alcohol… - Estaba por separarse de ella cuando una pequeña persona de cabello de colores aparecía arrastrando como un tren a Marcellus. Ellioth tuvo que detenerse de pronto por que casi se golpea con ellos mientras escapaban como si algo los hubiera asustado, volteo a ver al grupo donde su hermana se encontraba y luego hizo un gesto con los hombros para preguntar que estaba sucediendo ahí.

Vestimenta: este conjunto

Pues era una fiesta, seguro más de la mitad de esa gente ni se iba a conocer entre ellos.  Los panfletos que habían sido repartidos en la universidad no habían demorado en hacer su camino a las mesas del Mall, el restaurante, las sillas del parque y ventanas de varias tiendas.  Los Alpha siempre se iban por lo grande y no había forma de no enterarse.  Claro, los de fuera decidían no ir porque aquello era cosa de universitarios pero a ella eso le valía tres pesos.  Habría bebidas y comida gratis toda la noche, y un sin fin de chicos y chicas para deleitar la vista y posiblemente algo más.

Los más recatados podían mirarla y decirle "Georgette, eres una mujer adulta ya, madura por Merlin", pero ella no poseía recato y aquello de "madurar" era una maricada social que a la final nadie sabía definir.  Ella cumplía con sus responsabilidades y convivía muy a su pesar, con el resto del mundo.  Le parecía entonces que merecía largarse con un montón de universitarios y disfrutar de la pinche existencia que bien corta que era.  No iba a saberlo ella que era la guardiana del cementerio.

Asegurándose de llegar fashionably late hizo su aparición a las afueras de la casa Alpha tal como otros tantos magos y brujas y se mezcló con la muchedumbre. No más entrar se hizo con cerveza de alguna mesa, sin ponerse con pendejadas de chequear qué carajos había en la bebida y se la tragó, moría de sed. No más se le atravesó otra mesa y agarró un vaso de lo que parecía Vodka, lo mezcló con algo más y algo más, sin prestar verdadera atención y mientras dejaba que el liquido quemara su garganta lento y deliciosamente fue escudriñando el lugar por caras conocidas. 

Muchas, por no decir todas, las había visto por BK Valley y el resto de Key West durante su estadía en la isla, pero pocas eran de mención.  Por supuesto el punto de atención fue Harley quien estaba exquisitamente rodeada por rostros más que conocidos.  Sin pensarlo un segundo siquiera se abrió paso entre la gente, sin importarle si alguno se caía por ahí porque ya habían varios borrachos hasta la perra y llegó hasta donde estaba Harley en medio de su harem de hombres.

- Es de lo más injusto Blue que no me invites no más para quedarte con toda la diversión - los conocía a los tres y les hizo un mohín de complicidad y travesura bastante evidente - Werther - le saludó con un beso en la mejilla sin esperar que le aceptara el saludo o no - Tyler - al chico le dio un toque en el hombre mientras se deslizaba hacía Thomas y con el total descaro que la caracterizaba le dio un beso en la comisura de los labios más largo de lo socialmente aceptable (como si dar besos así fuese socialmente aceptable) - Thomas - se alejó de ellos un paso y miró al grupo con lasciva - ay por todas las brujas quemadas en las hogueras! creo que he muerto y llegado al mismísimo infierno, que tentación - bebió de su vaso con contenido desconocido y miró a lo que ellos estaban mirando, las mesas del beer pong.

- Pues si pierdo haré LO QUE SEA que el ganador me pida hacer, y si gano quiero mi esclavo por el fin de semana - dijo sin más y los miró con una sonrisa de confidencia enorme y retándolos con cada gesto de su cuerpo - o acaso tienen mejor oferta? -

Su inconsciencia no era un secreto para nadie, menos para ella misma quien se daba cuenta -tarde- de que la regaba totalmente cuando anteponía las superficialidades a lo realmente importante. Por ejemplo, no había querido notar el aspecto decaído de su acompañante y estaba claro que el chico hacia gran esfuerzo por mantenerse limpio de sus vicios como parte del trato para poder estar nuevamente juntos. Si bien aquella petición la hizo ella fue porque quería verle bien y que no arruinara su vida. Tenía claro lo que se sentía tener dependencia a algo pero no podía compararse a lo que él estaba pasando porque definitivamente en él era más complicado y por tanto, mas difícil de superar.  

Fue por eso que escucharlo llamarle la atención, verlo enojado, cansado y encima, tratando de controlar su molestia por todo para -aun siendo ella quien cometía los errores- querer complacerla y no hacerla sentir mal. Zlatan estaba siendo demasiado tolerante y eso la hacía sentir una miserable. Él no lo merecía — Lo siento — llego a susurrar mordiendose el labio inferior luego de aquel beso tan suave. Tal vez no la llego a escuchar por la música -o los berridos ajenos alrededor- pero no lo pudo repetir más fuerte, la verguenza se lo impedía.

— ¿Sabes qué? No tenemos que ir a saludar a nadie si no quieres. No es importante, solo… son personas que podemos ver cualquier otro día — si quería reparar un poco su error tenía que pensar más en él. Ir donde Billy y los demás para saludar no era tan necesario, solo era mero protocolo social, ¿verdad? Es decir, ella no era su mejor amiga como Violet, tampoco había sido su ex ni alcanzado el titulo de Miss BK como Mina, menos tenía algún hermano o familiar que fuera Alpha u ostentaba un título de presidente de cualquier fraternidad. Así que por ese lado su presencia o saludo no iba a cambiar nada, solo era una asistente más.

— Ellos no iran a ningun lado y yo tampoco lo haré — tomo su mano libre mientras con la otra rodeaba su cuello y se pegaba a él, apoyando el rostro en su hombro por unos instantes con cuidado para no hacerlo botar su bebida — Haces un buen trabajo, no creas que no me doy cuenta — estando así logro ver a varias de esas personas que consideraba sus amigos y otros muchos conocidos a quien de verdad no sabía si llegaría a saludar esa noche sin perder la noción de con quien estaba como hace unos minutos.

Tampoco lo quería hacer sentir culpable a el por esa tontería, aunque debía admitir que luego de ver a unos metros a Violet, Mina y demás compañía, se pensó dos veces si era productivo que Zlatan se juntara con Jesse. Sobre todo en su estado actual tratando de desintoxicarse de tanta droga. Eso le asustaba un poco — Así que tu dirás, ¿aun quieres que vayamos? — se lo volvió a preguntar solo por el hecho que si el ya había visto a esas personas no pensara que lo quería ocultar o que no confiaba en él.

Desde luego, había escuchado como cien veces la historia de Mini y su amistad con el hermano de Violet desde tiempos inmemoriales, pero solo lo había recordado hasta verle la cara al tipo y el impulso de portarme un poco mal con el tipo ya se había puesto en marcha como para detenerlo así de golpe. Me podía dar una apoplejía o algo, si lo intentaba.
 
-Ah si si , el de las luchitas. Perdóname Judy, sucede que los alphas ya tienen un estigma encima, pero todo bien ¡Ah pero sí!, todavía lo hace, deberías verla con un poco de éxtasis y vodka encima. Debería responsabilizarte entonces a ti por esa habilidad en lucha grecorromana-
 
Me permití burlarme un poco de mí mismo y también de la propia Mini, que mientras tanto me pasaba la nariz por la mejilla como un animalejo. Hice flotar una bebida (que podía ser cualquier cosa, who cares), escuchando lo que Jude tenía que decir respecto a la fraternidad más desorganizada y caricaturesca de todos los tiempos. Sonreí, Jude no era el primero, ni sería el último, sobre todo porque en verdad tenían toda la razón del mundo.
 
-¿Qué si me va a costar?, la coca ahora es mi pan de cada día. No Jude, hablando en serio… sí, lo sé tal cual como todos lo saben, nuestra fraternidad de enanitos verdes es un asco. No sé en qué cojones estaban pensando al principio de sus tiempos , pero no te preocupes, con el paso del tiempo las cosas tienen que coger color. Y el buen color va a ser el verde, no el azul. Ya lo verás.
 
Un tipo nos empujó desde atrás, ya muy borracho. Nada como para hacer algún aspaviento y todo lo contrario, sirviéndonos aparentemente a todos para echar un vistazo en general. Sin saber que Jude también miraba hacia allá, recorrí de pies a cabeza a la hermana de Snyder, que se caía de buena, naturalmente. También alcance a ver por el rabillo del ojo que por ahí se encontraba mi primo el ex.reo; y tuve que pedirle a los putos dioses que me hicieran el favor de controlarlo durante el tiempo que fuera posible.
 
Unos cuantos segundos después, Bill se acercó acompañado de su hermana y de Violet, la hermana de Jude. Por un instante, me sentí tan incómodo como un puto gordo en restaurante vegetariano; en su tiempo, las dos chicas me habían gustado lo suficiente como para querer follármelas al derecho y al revés, y ambas me habían hecho saber que no todo lo puedes conseguir con pura voluntad. Violet al menos lo había hecho como gente decente, porque la desquiciada de Snyder me había roto los huevos un par de veces…
 
-Bill hombre, ¿pero qué te hiciste?, te noto un poco… distinto. ¿Nuevo corte?, ah no, espera… estás sobrio!. Lucian viejo, que gusto verte-
 
Le estreché la mano a Bill, luego de molestarle inofensivamente. Dicho sea de paso, en otros tiempos mi tolerancia para estar en medio de toda esa puta gente hubiera sido literalmente de cero, y el escenario de mi comportamiento habría sido radicalmente distinto. Pero eran otros tiempos, y ahora tenía la capacidad para ser un buen hipócrita y sonreír por aquí y por allá.
 
-Hey chicas, tengan cuidado. ¿Ya vieron con quien va Madison, no?. Claro, ninguna sorpresa. ¡Mantengan sus bolsos a la vista! -
 
Señalé hacia donde Violet se llevaba a Mini, justo donde estaban Madison y el buen Zlatan. No pude evitar negar con la cabeza al ver lo jodido que estaba el hombre. De verdad, estaba jodido; había escuchado que estaba en rehabilitación o algo por el estilo, y vaya que lo creía, porque el chico parecía haber sido sacado del basurero a punta de patadas. Menudo hijo de puta se lo tenía bien merecido.
 

-¿Y bien Billy?, ¿ya estás preparando a tus chicas para sufrir la más dolorosa de sus derrotas? No estoy hablando de beerpong, donde sé que eres un as. 

Ahora estaba más que segura que no debía haber ido.  Había un bullicio horrible, un montón de caras que prefería no cruzarse jamás y borrachos por todos lados, hasta uno estaba vomitando en un rincón, y todavía era temprano! Dio un paso atrás para irse, seguro y Ellioth con todo el ruido de sus hermanas y demás presentes ni se daba por enterado que había llegado siquiera, ya se disculparía mañana.  Sentía que la cabeza le sonaba como tambor por las vibraciones de la música y los gritos de la gente. Pero entonces apareció Darren y le arruinó el intento de huida.

El olor a licor y cigarrillo que emanaba del joven mago la hicieron apretar los labios en un mohin de disgusto que no pudo controlar - h-hola, Darren - sus mejillas se pintaron en rojo - g-gracias - el estomago le dio vueltas, agradecía al cielo no haber comido nada horas antes de la fiesta. 

Y como si contenerse a lo que había a su alrededor no le fuese ya bastante difícil apareció Marcellus y con su siempre extrovertido carácter casi la ahoga con un abrazo, o así lo sintió ella que ya percibía todo exageradamente.  Madelaine sintió que iba a perder el conocimiento por la presión en su cabeza.  Marcellus trató de incorporarla al grupo pero apareció Odille sin saludar a absolutamente nadie y se lo raptó.  Harley y su combo se fueron hacía las mesas donde había gente atorándose en cerveza y un griterío que rompía los oídos. 

Una mano la salvó de la perdición, porque ya se sentía que no sabía donde estaba la puerta - NO LO DESEO! - su voz salió más alta de lo normal, aterrada.  Sin darse cuenta le había apretado bastante fuerte la mano Ellioth. Lo había hecho por él pero seguía pensando que era una mala idea, ella estaba al borde de un ataque de pánico y aquello suponía ser un tiquete a la sociedad para su amigo, si se lo arruinaba no iba a perdonárselo jamás. Él sabía que aquello estaba más allá de lo que ella podía soportar y por eso estaba a su lado, eso la hacía feliz y de hecho comenzaba a tranquilizarla. 

- No, por ahora no tomaré nada - era mejor ser precavido, demasiado precavido - te... te ves muy guapo - le dijo finalmente ahogando un nuevo sonrojo en el que Darren ya había causado y que se había incrementado en el abrazo de Marcellus - al menos no me he desmayado - él sabía que en el colegio la simple presión de un chico dandole cumplidos la hubiese mareado terriblemente.  La curiosidad iba ganandola y se puso en puntas de pie para ver un poco más allá.  Ahí estaba Madison, y Violet, y Mina, Bill... JESSICA! dio un paso atrás y con el brazo hizo peso sobre Ellioth para que fueran a ver qué estaban planeando Harley, Tyler, Werther y otro chico que no conocía, tenía pinta de indio americano, pero nada más le sonaba de él - V-venga D-darren, no te... no te quedes solo, v-vamos!- invitó al chico regalandole una sonrisa timida para que fuese con ellos a ver el beer pong.

Ya iban llegando cuando una mujer ya mayor los adelantó casi tumbándola a ella y se incorporó al grupo de Harley saludandolos a todos muy efusivamente e invitándolos a hacer apuestas en aquellas mesas - cómo se llama eso que hacen? por qué beben cerveza de esa manera tan horrible? - se quedó a unos pasos de los presentes y solo esperó escuchar, agazapándose un poco tras Ellioth y sin soltarle la mano.

Le dio un golpe a Jude con el puño cerrado en el brazo, así como en los viejos tiempos, pero también se rió de buena gana con sus tonterías. Luego el golpe fue igual- en realidad mucho más fuerte - para Jesse por lo del vodka y el éxtasis. Dejó que Jesse y Jude hablaran de las fraternidades, sabiendo que era su hora de hablar seriamente con Violet –no esa noche, claro- para comenzar con todo el trámite de su entrada a Epsilon, y solamente volvió la vista a la conversación cuando preguntó Jude si Werther asistiría.
 
-Me dijo que sí, no se lo perdería por nada. Ya sabes que es un sentimental marica y todavía extraña su fraternidad.
 
Quizá ella era la única que hablaba de Werther de ese modo, pero era perfectamente normal siendo hermanos. Él también solía decir que era lesbiana y esas cosas, solo para molestarse el uno al otro. En eso estaban cuando apareció Billy. Mina lo miró lanzándole una mirada gélida por el malicioso comentario sobre Lucian. Joder, ¿no se suponía que ya estaban bien? ¿qué ya se habían reconciliado? ¿por qué tenía que llegar diciendo esas cosas? La mirada gélida se convirtió en una casi de súplica cuando Violet le pidió que la acompañara a saludar a Madison, lo que significaba dejar a Bill solo con Jesse y con Jude, y bueno con Jessica, que era inofensiva.
 
La verdad no le interesaba ir a saludar a nadie en ese momento, pero no le iba a decir que no a Violet para nada así que le sonrió, le devolvió el halago de que ella también estaba muy bonita y se dejó llevar. Vio en ese momento la oportunidad para desviarse cortésmente hacia la habitación donde estaban jugando beer pong y había visto a Harley y a Marcellus. Era buen momento para escapar, saludar y pasar un rato con ellos sin que Jesse le hiciera caras, al fin y al cabo, ¿estaba con Harley, no? Su mejor amiga, la luz de sus ojos.
 
Pero cuando vio que Odille jalaba a Marcellus se dio cuenta de que el momento óptimo ya había pasado. Frunció los labios en un gesto de caprichosa y desvió la vista. Claro, el no ir en ese momento, casual, era solo consecuencia de su propia paranoia, porque bien podría ir a saludar a Odille y tal…pero terminó respirando profundo. Quizá cuando volvieran con Harley y demás.
 
Al final llegaron hasta Madison y Zlatan. Ok, el chico no era nada feo pero…era un corriente, siempre. Esperaba que por estar con Madison ahora se comportara. Sonrió ampliamente a Madison y también la abrazó un poco, aunque para Zlatan solo hubo estoico asentimiento de cabeza.
 
-Estás espectacular, pero tú siempre. Las ventajas de ser semiveela.
 
Le guiñó un ojo, diciéndoselo de buena gana y luego volvió a desviar la vista hacia los Lovecraft, encontrando en su rango visual a Joe Miller. Jesse le había contado de él, naturalmente, y se le veía muy extraño ahí mirando a todos sin interactuar con nadie, aunque una chica de las TPA ya estaba muy cerca en su plan de coquetería. ¿Qué no sabía que era un ex presidiario, por la magia?.
 
-Oigan, creo que ese de ahí es como…familia mía o algo. Voy a socializar.
 
Le dio un apretón en la mano a Violet para que no se preocupara, nada malo iba a pasarle con Zlatan que al menos –hasta donde ella sabía- no había ido a la cárcel como Joseph.  Cuando se acercó hasta el tipo, desde atrás, le dio unos toquecitos en el hombro para llamar su atención, con delicadeza. Dibujó una sonrisilla leve. Seguramente al pobre lo habían violado mil veces en la cárcel. Cuando estuviera más ebria se lo iba a preguntar.
 
-Hola. Tú eres Joe, ¿no?. Soy Mini, la novia de tu primo Jesse.

Tenía el fabuloso plan de dejar seguir con la proposición de Harley y jugar Beer Pong para tomar hasta el cansancio, estaba a punto de preguntar cómo serían las reglas, si es que había alguna y cualquier otra cláusula para dejar las cartas sobre la mesa y tener todo en claro, pero antes de que pudiera decir algo, el pequeño tornando de nombre Odille Sybille Lovecraft lo arrastró fuera del círculo.
 
"Me han de disculpar, una fuerza incontenible con cabello de colores ha decidido que mi atención le pertenece, ¡Por favor empiecen sin mi…!"
 
Tuvo que levantar su mano contra su mejilla para hacer eco a su voz para ser escuchado ya que sin preámbulo alguno, Odille se lo llevó a y caminaron hasta llegar cerca de la mesa de bebidas, donde Marcellus casualmente tomó un vaso de cuba libre y se recargó contra la pared.
 
"Te vez hermosa, el saco es en lo que probablemente los Alpha noten además de tu beldad, ya sabes que el motivo de la fiesta es azul, azul y más azul porque es su día, no te preocupes por cómo te vez, estás perfecta," le dijo con cariño para luego darle un beso en la frente y tomarla por los hombros, "¿Si? Muy bien."
 
Tomó otra bebida con ron de la mesa y se la ofreció a su prima, luego le dirigió una mirada nada furtiva que rayaba en la completa obviedad a Thomas. Pasó un brazo por los hombros de Odille para que ella quedara cerca y poder hablar sin necesidad de elevar tanto la voz.
 
"Podrías empezar por saludarlo, al menos una sonrisa y un ademán, anda, no quemes puentes antes de saber el estado de las cosas."
 
El mismo alzó su vaso un poco para señalar, moviendo su brazo para tomar a Odille de la mano, "Además, ¿por qué no habría de querer algo contigo? No creo que la última vez que se vieron hayan dejado cuentas tablas, de algo han de tener que hablar." 

Le dio un empujoncito con el hombro, tratando de animarla.

Darren era buena compañía en cualquier situación y por eso no le molestaba ni incomodaba su cercanía, ya se conocían desde hace muchos años y había confianza para cualquier putada que soltaran mutuamente - Ni tan socialite, ¿acaso no ves que andan metidos perro, pericote y gato? - fue lo que llego a responder antes de perderse en sus pensamientos de resentido social.

Ya había visibilizado al cretino de Bill Snyder rodeado como siempre de mujeres para que le subieran más el inflado ego que debía tener y pretendía no acercársele por claro y puro amor propio, no iba arruinar su noche lleno de moretones por jugar a quien puede más. Ese no era más su territorio… era el apestado, el exiliado.  Tomo otra cerveza para quitarse la amargura que significaba pensar en que también Werther podía aparecer.

No descuido su atención de lo que oía o de quienes se acercaban al grupo y asentía con la cabeza o levantaba su vaso como respuesta corta a algunas cosas que le decían pero cuando vio llegar a Madeleine casi se atraganto. Estaba guapa no lo negaría pero tampoco lo diría porque después de tantos halagos que los demás le soltaron el suyo todo tosco o fuera de lugar podía reventarle algún nervio de la cabeza.

Carraspeo y metió una mano entre su ropa para buscar algún cigarrillo que lo relaje pero nunca lo encontró. Menos cuando tanto que miraba por todos lados, el enemigo estaba cerca, robándose a las mujeres de su grupo (según él). Se despeino asimismo y tocio haciendo un gesto a Thomas cuando Werther los ignoro. Pero seguro estaría prestando mas atención a la aparición de Odille y su secuestro a Marcellus.

Igual se metió entre Harley y Werther, separándolos si aun no lo estaban y quitarle el embobamiento a la rubia porque ya solo le faltaba babear o escupir un ridículo arcoíris - ¿Seguro que el querrá jugar? Debe tener cosas más importantes que hacer que perder el tiempo con los abandonados por Merlín. Por cierto, hola Werther, creo que no nos viste a Thomas ni a mi, ¿pero que crees? Existimos para tu desgracia - iba a manejarlo con calma (o algo asi). La llegada de Georgette le robo una carcajada sincera y descarada por lo que decía.

- Atención, soltera desesperada a la vista. Disimula un poco si pretendes seducir a alguno de esos, Miss Simpatía - bromeo a su estilo cerca del oído de la chica. Había algo de confianza para hacerlo y si Darren estaba en otra entonces no tenía a quien soltarle algo fuera de lugar sin que se ponga en plan dramático. Ya veía que le llamaban la atención pero no importaba mucho.

||Bueno, soy muchos comentarios y no pienso leerlos todos... Así que espero no cagarla... El gran y sexy Alexander Bloodworth volvió  ||

La "gran" fiesta por el aniversario de los Alpha Nu estaba en boca de todos, y era algo fastidioso que no hubiera otro tema de conversación, al parecer ninguna de aquellas personas salía demasiado y cualquier cosa los enloquecía. Los Nu no tenían nada que envidiarles a aquella fraternidad, sus fiestas eran un tanto diferentes y solían terminar en la enfermería unos cuantos por circunstancias que no eran necesarias mencionar. La escuela era un completo desastre por culpa de aquellos individuos y no había ni un rincón donde no hubiera un panfleto azul invitándolos a festejar con ellos aquel aniversario. 

Alex pasó de largo por aquellos anuncios, no tenía demasiado humor para asistir a un evento como aquellos, tenía demasiados pendientes y no podía perder su tiempo de aquella manera. Su madre se había comunicado con él hacía poco diciéndole que pronto habría una reunión en aquel sótano para arreglar asuntos acerca de aquellos estúpidos muggles que se habían creído lo suficiente como para atacar a los suyos y debían ponerles un "hasta aquí". Así que debido a aquello debía estar en sus mejores condiciones para no llegar y hacer el ridículo. 

Después de su última clase, se encontró con su primo quien lo invitó a su fiesta, el joven Bloodworth tomó la invitación pero pensó en simplemente tirarla en algún rincón de su casa de fraternidad e ignorarla, pero la insistencia de aquel rubio terminaron haciendo que Alex diera su palabra de que asistiría y no podía faltar a aquello.
Cuando ya casi era hora para hacer su aparición pública, se miró en el espejo para darse un vistazo de su apariencia y asintió complacido. Nadie podía negar que él era guapo y en realidad no necesitaba de mucho para hacerse notar y "brillar" (aunque en realidad su inmenso ego era el que se hiciera notar), así que la roma semi-informal que traía no lo hacían lucir mal. 

Antes de partir habló con algunos de sus compañeros para ver si alguien más asistiría a aquella reunión, pero recibió negaciones de todos y se resignó. No podía culparlos por no querer asistir, él tampoco lo deseaba pero tal vez era hora de volver a aparecer en público. 
Cuando apareció en aquella fraternidad, miró a todos lados esperando encontrar una cara conocida, pero todos los que lo miraban eran extraños para él. Por supuesto que lo reconocían, al fin y al cabo era presidente de una fraternidad a la que tenían catalogada como "los malos". 

Aquellas miradas de asombro e incredulidad comenzaban a cansarlo, era cierto que su vida social había estado decaída últimamente y se había perdido de algunos importantes eventos sociales, pero todos parecían haber creído que se lo había tragado la tierra o que hubiera estado muerto. Avanzó con paso decidido hasta la barra de bebidas mientras le hacían un camino para que pasara, haciéndolo sonreír por el "poder" o tal vez "miedo" que aún poseía. Tomó una de las bebidas y se giró para observar con más atención a los presentes.

Dio un largo trago a su bebida y entonces alcanzó a ver a su primo Bill en compañía de la hermana de este, ni siquiera supo cuándo había llegado la pequeña rubia y eso lo hizo sentir desubicado, notó al lado de esta a Violet y volvió a beber, cuando sus ojos se cruzaron con los de su primo le saludó con un asentimiento de cabeza a la par que sonreía y alzaba su vaso. Se terminó aquella bebida y tomó otra mientras continuaba observando, vio a lo lejos a Harley con un chico al que no lograba reconocer y después miró a Madison que andaba muy bien acompañada de quién sabe quien. 

Su sorpresa no se hizo esperar, al parecer si había estado encerrado en una cueva aquellas últimas semanas o tal vez el que se aproximara el "día del amor y la amistad" había hecho que todos enloquecieran y no quisieran pasar aquel día solos. Se terminó la segunda bebida y comenzó a caminar por el lugar esperando encontrar a alguna chica que no fuera acompañada y tal vez pasar un buen rato.

Difícil arrancar con cualquier intento para socializar. Habían pasado ya unos quince minutos desde que había entrado al lugar, y no había hecho otra cosa más que mirar de un lado hacia otro y beber la misma primera cerveza que había tomado, tan lentamente que de pronto me di cuenta de que la cerveza ya no pasaba tan fácilmente a través de mi garganta.
 
Alcancé a ver cuando llegaba mi primo; ese pequeño niñato hijo de puta que de la nada se había convertido en el flamante presidente de una fraternidad. No podía pensar en algún Crawford que hubiera cambiado su forma de ser de manera tan radical, aunque no debía de ir tan lejos… bastaba con mirar en un espejo y ver en lo que yo mismo me había convertido. Un puto fantasma.
 
Caminé hacia una mesa en donde había más bebidas, dejando el vaso de cerveza olvidado y optando por buscar algo que se sintiera el camino mucho más ligero. Opté por una botella de vodka de calidad muy cuestionable, y me serví solo un poco en un vaso nuevo; recordando que de cualquier manera, no sería buena idea pasarme de copas, mucho menos ahora que mi sistema era mucho menos resistente que hace tan solo un par de años. No me había dado cuenta de la chica que me clavaba la mirada, y la sorprendí mirándome, a lo que respondió desviando los ojos a cualquier parte, y sonriendo. En realidad no estaba nada mal, pero tenía la sensación de que tal vez era incluso menor de edad… o no sé, tal vez era solo una falsa impresión.
 
Traté de sonreír, sin éxito. La chica tenía lo suyo, pero no me despertaba absolutamente nada que me hiciera moverme y caminar hacia ella con todo y que tenía ya mucho tiempo sin estar con alguien. O peor, quizás mi falta de movilidad se debía a esa vieja sombra que aun lograba oprimirme el pecho. La miré de nuevo, y ella también. “Vamos Joe, te lo está pidiendo a gritos y tú solo estás ahí, con tu cara de imbécil”. En ese instante sentí un par de toques por la espalda, y me giré… pensando en que tal vez el primo se había dignado a saludarme.
 
Por un momento pensé que me encontraba dentro de una de las tantas pesadillas que había tenido desde hace años. Mi mente se bloqueó por un instante, mi cuerpo se movió hacia atrás, intentando alejarse de la chica que estaba en frente de mí. Solo el líquido vertiéndose sobre mi mano me hizo saber que no estaba en ninguna pesadilla, y que esa persona no era la que yo creía. Todo sucedió en un segundo, apenas un instante; y quizás con suerte, la chica no se percataría de lo mal que estaban las cosas dentro de mi cabeza. Quizás pensaría que aquella reacción era una especie de tic, o que simplemente me había asustado…
 
-Oh, lo siento. Yo… sí, Joe-
 
Era la novia de Jesse. No lo podía creer, el parecido que tenía con ella era demasiado grande como para ser algún tipo de coincidencia. O tal vez no, quizá la chica solo tenía rasgos mínimamente similares, pero mi mente trataba de hacer que cuadrara todo. No… lo que estaba viendo era real, era jodidamente real… un familiar, o alguien más. Durante varios segundos traté de parecer una persona normal, de no tartamudear y de no caer sumido en mis viejos demonios. Era imposible, el parecido que tenía con ella era simplemente imposible…
 
-¿Dices la novia de Jesse?, ahora… entiendo por qué no nos había presentado-
 
Tal vez Mini podía pensar que me refería a lo extremadamente guapa que era, pero la verdad es que yo hablaba de la probable precaución que había tenido Jesse al respecto evitando que me volviera loco. Pero Mini podía pensar que era lo primero, y estaba bien porque era real. Era la viva imagen de Pearlie, pero de un aspecto más estilizado, más brillante e incluso más abrumador. Me sentí como en una especie de universo alterno, como si todo lo que había vivido durante años no hubiera sido real, y ahora estuviera despertando a un mundo paralelo, pero completamente distinto. Me llevé las manos a los ojos, un dolor agudo en la sien opacó por completo mis intentos de no parecer un completo chiflado.
 
-Eres… lo siento, el vodka se me ha subido un poco. Me da gusto conocerte, tenía muchas ganas de hacerlo, pero bueno, la verdad es que no he tenido mucho tiempo para.. ya sabes, estas cosas. ¿Buena fiesta eh?
 
Mucho tiempo. Había estado encerrado en casa de Angus durante semanas, saliendo apenas unas pocas veces, sobre todo al supermercado, o al pequeño bar que se encontraba cerca del piso, pero nada más. Mis días en la universidad estaban cerca de comenzar en el curso entrante y era por eso que necesitaba estar rodeado de gente, para medirme, para saber hasta dónde podía controlarlo todo. Pero la presencia de Mini era perturbadora, demasiado.
 

-Me han dicho que eres nuestra gran Miss BK. ¿Qué tal has estado manejando la fama? ¿qué tal… lo ha hecho Jesse?

Era curioso que no fuese tan enrazado como la mayoría de los Delta, incluso Madison que no era una DIY con todas sus letras tenía de eso pero su presidente parecía tener la correa mejor puesta. Le dijo que quizá esa noche intentaría ver cómo es que se ponía con dos vasos de vodka encima pero era pura habladuría, seguía sin quitarle la mirada de encima a Jessica y ni supo si al final llegaba Werther, como enviada de su mente se acercaba hecha una visión en azul.
 
Su hermana le hizo una mueca rara pero ni siquiera llegó a entender lo que quería porque ya se iba –sorprendentemente- con su amiguita Delta y con el flamante novio nuevo, o viejo, no lo sabía porque se había interesado más en celebrar su regreso que en enterarse del ir y venir de las semiveelas y los drogadictos.
 
Respondió a las palmadas que llegaron con otro par mientras se sentía una especie de mediador entre esos dos aunque lo único que tenía en común con Jesse era el gusto por ver a Mina dando la espalda, no, no era un mediador, pero era una fiesta y no creía que Crawford tuviese suficiente peso frente a Bill como para que jodiese la mejor fiesta del año. Y como mejor fiesta del año que era, tenía que esforzarse por pasarlo lo mejor posible y ni el que fuese la hermanita de su presidente se lo iba a impedir, tampoco es que la fuese a drogar para manosearla.
 
-Me llevo a Jessica para que no escuche todo este trash talk de Crawford, que se cree intimidante.-le informó de eso a Bill antes de pasar entre Crawford y Lucian, ya lo había visto en la fraternidad por la mañana, para qué saludarlo dos veces. El debate entre ir a cuidar a su hermana del marginal y largarse con Jessica ya había acabado con una arrasadora victoria de la rubia.-
 
No la tomó del brazo como había hecho tan confianzudo con Mina, a ella la podía arrojar al lodo y ni a quién le jodiese. Con Jessica era distinto, no por una cursilería obsoleta sino porque quería saber si quería salir con él o al menos mirarlo con lasciva, para qué ir con indirectas si ella ya sabía que le gustaba.

-¿Vamos a otro lado? Te invito a donde quieras.-para qué iba a perder tiempo si lo que quería era largarse con ella a cualquier lado. Era cierto que aún no  terminaba con su novia pero Jessica le debía una salida desde hacía meses, una real, no con sus hermanos metidos en la misma habitación que ellos. Ya no había tragos exóticos para disimular la cercanía con el licor.-

Frunció los labios y terminó por morderse el inferior hasta hacerlo sangrar -comenzaba a sentir que era una costumbre terrible y nadie se lo había impedido lo suficiente como para dejar de hacerlo y por eso se le hizo costumbre- y se terminó el contenido del vaso de cerveza que le había robado al chico de primer año y dejó el vaso sobre la mesa de bebidas. 

Resopló y respiró hondo, como si estuviera encontrando el valor necesario para acercarse a Thomas. No era la primera vez que hablaba con él y evidentemente ya ambos sabían lo que sentía cada uno por el otro, sin embargo, esta vez a Odille le resultaba más complicado debido a todo lo que había pasado y porque, sinceramente, tenía un miedo terrible a que la rechazara...otra vez.

Cuando Marcellus le entregó la bebida la observó tan solo un segundo y lo miró cuando le puso las manos a los hombros y cómo luego le pasaba uno de sus brazos por los hombros para acercarla más a él y no tener que andar gritando tanto. Se alisó el vestido de forma innecesaria y luego le dio un buen sorbo a su bebida que sabía a algo bastante terrible, definitivamente prefería la cerveza mil veces a eso. Observó el vaso y luego lanzó una miradita a Marcellus y maldijo el momento en que volvía a mirar a Thomas. 

¿Por qué? Ah, porque en ese momento, la bendita Gi Gi -nótese el tono de sarcasmo- había decidido darle un beso peligrosamente de los labios al Navajo. Se dio cuenta por los mechones de cabello que le caían por el rostro que había comenzado a ponerse completamente rojo. De un rojo intenso que solamente se le ponía cuando estaba enfadada o, en su defecto, celosa. 

Miró a Marcellus nuevamente y se bebió de casi un sorbo la bebida que tenía en la mano. Se pasó un mechón del cabello rojo por detrás de la oreja y le entregó a Marcellus el vaso color rojo.-Está bien. Ya vuelvo.. o no...-dio unos cuantos pasos y se alejó lo suficiente como para quedar a la mitad de camino. Se enredó un mechón de cabello en el dedo y luego lo soltó sintiéndose como cualquier niña enamorada. 

Negó con la cabeza y finalmente se acercó a Thomas. Sonrió, como bien le había dicho Marcellus y también porque le alegraba verlo. Porque, a pesar de todo, seguía viéndolo de la misma forma desde el día en que lo vio por primera vez. Seguía estando igual de enamorada de él y sabía que no iba a quitársele. Tenía que enmendar los errores que había cometido y esperaba que esa fiesta la llevara a un lugar más firme con Thomas. 

-Hola....-Se quedó trabada ahí, no supo qué más decir. Luego observó las mesas de Beer Pong y supuso que no sería mala idea intentar un poco de conversación un tanto banal antes de llegar al punto al que ella quería llegar-¿Vas a jugar Beer Pong? Mira que yo no sé jugar, quizás puedas enseñarme.

No le pareció raro que Joe saltara casi hasta el techo apenas verla. No por nada, sino porque la gente simplemente no debía salir bien de la cárcel y quizá cualquier cosita te hiciera ponerte paranoico. Buscó con la mirada una pila de servilletas para pasarle una y que se limpiara el vodka que le había escurrido con la mano por el brinco.
 
-Perdona, no quise asustarte, ¿interrumpí tu conquista?
 
Ladeó un poco el rostro para ver a la chica Theta que la miraba preguntándose qué diablos hacía Miss BK con el objeto de su deseo, pero no le dio a entender con la mirada que se iba a marchar pronto ni nada, a menos que el mismo Joe la mandara lejos. Sonrió a Joe de nuevo, volviendo la vista hacia él. Se tomó la frase como un halago y no como una muestra de locura. Claro, ese tipo de halagos que solo la familia Crawford (Crawford-Miller en este caso) podían hacer.
 
-¿Quieres que te prepare un café o algo? Ya sé que esta casa de Satán parece que no tiene más que alcohol en sus anaqueles pero te aseguro que sé dónde encontrar algo que no sea eso.
 
Claro que Mina iba a ser un encanto, era el primo de Jesse al fin y al cabo. Lo miró fijamente, estudiando su perfil, cuánto y en qué se parecía a Jesse, pero descubrió que Jesse no se parecía a los Crawford, sino a su mamá, y que Joe más bien tenía cierto parecido con Bettina. Dejó de mirarlo fijo. 
 
-Sí, la fraternidad de los Alpha se distingue por sus fiestas. ¿Jesse te habló de mi? Pensé que ni sabías que existía.
 
Le guiñó el ojo y terminó el contenido de su vaso para dejarlo por ahí. Respiró profundo, tampoco podía decir que no le costara trabajo estar ahí socializando con quien sabía quien, que acababa de salir de la cárcel, de haber sabido que lo perturbaba, se habría ido de ahí pitando. Se rió con lo de Miss BK e hizo un gesto con la mano como restándole importancia.
 
-Nada grave, solo tengo que ir a algunos lados a poner mi mejor sonrisa y usar mi corona, que además es muuuy bonita. Ya sabes, algunas cosas de caridad y tal. Jesse…supongo que lo maneja bien. En el fondo seguramente le gusta, ya sabes, ser el “novio de Miss BK”
 
En realidad nunca habían hablado del tema, en especial por los chismes alrededor de su coronación, pero no había estado en la cama de ningún Alpha hasta que terminaron las votaciones, ni siquiera con Billy, así que todos los argumentos eran inválidos. Claro, eso no quitaba que fuera mejor que no se mencionara el tema.
 
-¿Qué se supone que estudias tú?
 

Claro, charla casual, ¿de qué otra cosa iban a hablar si no? No estaba lo suficientemente borracha como para hacerle preguntas sobre su estadía en prisión, ni tal.

Lo bueno del peyote es que logra una visión plena de las situaciones, te vuelve un espectador de tu propia vida y las cosas parecen transcurrir sin demasiado peso porque todo es analizado por ese ‘yo’ externo que puede tomarse con calma lo que va sucediendo. Así le iba sucediendo a Thomas Chee entre la iluminación de la tradición milenaria y la algarabía de la fiesta.
 
Debía ser por esa paz interna que ni siquiera notó que Odille se robaba a Marcellus aunque el chico Lovecraft hubiese estado frente a él, probablemente había sido durante el instante en el que cerró los ojos para disfrutar de la sensación. Sí los tuvo abiertos para el beso de Gigi que llevaba el vestido menos probable, no es que se vistiera como un camionero pero no creyó verla ahí y menos con ese atuendo tan peligroso. Peligroso por los pinchos y porque podía hacerle perder la cordura a cualquiera.
 
Sabía cómo poner a un hombre como perro, atento al pedazo de carne que ella llevaba en la mano y que movía sólo por verlos voltear. Era guapa y lo sabía, eso siempre era atractivo, además que su propuesta de hacer lo que sea ya lo tenía pensando cómo carajo iba a beber tanta cerveza para ganarse el suculento premio.
 
Sinceramente entre una cosa y otra ni había notado el empujón de Werther, de eso ya hacían algunos minutos, probablemente él fue al que le echó unas palmadas en el hombro, había creído que era Marcellus. Notó ese detalle tiempo después, luego de Gigi que no se le podía ignorar y cuando vio llegar al crespo Lovecraft con Odille. Sonrió inmediatamente al verla, hasta olvidó sus estrategias de beer pong pero la iluminación lo mantuvo tranquilo, el peyote era buen remedio para esas situaciones.
 
El que ella también quisiese jugar beer pong parecía una broma pero no se rió, solamente se le quedó mirando porque se le veía hermosa con su cabello rojo furia y sus zapatos altísimos. Le hubiese dado un beso sin pensarlo, de hecho casi lo hace, pero seguía como en slow motion por el peyote y le iba a durar un poco, cerró dos segundos los ojos antes de hablarle.

-Podríamos ver quién es un natural para el juego, sé jugar pero en teoría.-miró de reojo a Harley con Werther y no sabía cómo decirle a su amiga que esa gente no erade fiar, pero ya estaba distraído con Odille y le pasó un brazo por detrás de su espalda para acabar alojando su mano derecha en la cintura de la metamorfomaga.-Nunca te vi venir tan elegante a una fiesta de estas.

Dejó la bebida que trae en la mano una vez que Odille siguió su consejo y decidió ir a donde estaba Thomas para por fin hablarle, en lugar de solo especular que era lo que el Navajo podría llegar a decirle. No fue hasta que vio como Thomas le había dirigido la palabra a su primar y básicamente la envolvió en su abrazo, que Marcellus se sintió satisfecho.

Se había quedado alejado del grupo en su pequeña charla con Odille, quien los había llevado más a la esquina de lo que Marcellus esperaba, así que caminó tranquilo para regresar. Fue así como al mirar a otra dirección, finalmente encontró la presencia de Mina entre la gente. No pudo evitar sonreír, quizá más de lo adecuado, al verla ahí con un chico al que no conocía, pero considerado que Marcellus no tenía idea quienes eran el 65% de las personas en aquella fiesta, no le pareció un detalle notable.

Sin más preámbulos, se dirigió hasta donde ellos estaban, evadiendo gente con una par de palabras y unas cuantas disculpas si es que había empujado a alguien.

"Mina!" Saludó con entusiasmo, "Destello que iluminas con tu sola presencia, que gusto verte."

Marcellus se acercó a ella, haciendo un movimiento de cabeza parecido a una reverencia, su mano derecha contra su pecho, la izquierda tras su espalda. Se irguió tras ello con un guiño dirigido solo a ella. Quería acercarse mas, darle un abrazo, pero no le parecía totalmente apropiado, al menos no aun.

Una vez saludado a la persona que había estado esperando ver desde que llego, Marcellus dirigió su atención al chico a su lado, "Saludos—" Marcellus se detuvo por un momento, parpadeando, pensó que no conocía al chico, si lo había visto antes y escuchado algo de el, aunque no lo conocía realmente. "Joseph, si mal no estoy? Creo que no tengo el gusto. Marcellus Lovecraft."

Le ofreció su mano para sellar el saludo. Rumore o no rumores, Marcellus no tenia porque actuar fuera de cómo siempre lo hacía, era amigo de Zlatan por el amor a los Dioses.

Tuve la sensación de estar sonriendo de forma nerviosa, mientras Mini se disculpaba por haberme asustado y hasta me ofrecía un café, fingiendo que me había creído aquello de estar medio ebrio. Dspués de unos segundos, me percaté de que esa era probablemente la primera vez que alguien me sacaba una puta sonrisa desde hace muchísimo tiempo.

-Oh no no no, gracias, estoy bien. Y sí, la interrumpiste, ahora voy a tener que sustituirla por ti.-

Traté de que mi tono fuera el de cualquiera que hace una pequeña broma, aun cuando seguía dentro de mi propia lucha por no volverme completamente desquiciado. A medida que pasaban los segundos, poco a poco las diferencias físicas entre Mini y Pearlie se hacían más evidentes. Los ojos más brillantes, los labios no tan gruesos, las facciones más finas; probablemente una mayor estatura… detalles que mis ojos trataban de percibir casi a la fuerza para no terminar soltándole una bofetada de loco.

-Lo ha hecho, claro, un par de veces, el par de veces que me ha ido a ver. La verdad es que te imaginaba menos… ¿cómo lo digo para que no parezca que te quiero robar?-

Me di cuenta de que mi mano se cerraba fuertemente alrededor del vaso, una y otra vez, como guiado por unas extrañas pulsaciones salidas de no sé dónde. Tuve que apurar el trago y buscar dejarlo en cualquier otra parte, ante el riesgo de romperlo por accidente aun cuando el solo hecho de beber tan rápido ya me hacía ver como idiota. Ese era mi constante en la cabeza, la puta sensación de no parecer normal, la de justamente, parecer haber sido sacado de un manicomio.

-¿Bueno y a quién no le gustaría?, ser su primo y estar hablando contigo se siente como ser el círculo cercano de estrellas de Los Ángeles, o algo así-

Y justo cuando yo mismo planeaba contarle lo que se supone estaba estudiando, seguir en mi lucha interna por no asustar a nadie y por qué no, aprovechar un poco para entregarme a ese ineludible coqueteo que al parecer tan bien se le daba; llego un chico que se inclinaba haciendo una reverencia en una pantomima que me pareció la puta cosa más ridícula que había visto, digna solo de ciertos círculos sociales ya bastante olvidados allá en la vieja europa.

No le respondí, y solo le estreché la mano en un saludo casi automático, no por ser grosero, sino porque de verdad, encontré demasiadas dificultades en decir cualquier cosa que viniera a cuento. Me limité a mirar a Mini y esperar a que fuera ella la que llenara la conversación. Se le daba bien.

Se le notaba que estaba tenso, su mandíbula parecía atrancada por un rictus desagradable. Lo tenía que admitir, no le gustaba estar rodeado de esas personas y si lo estaba soportando era solamente por Harley, pero tampoco pensaba que fuera a durar mucho tiempo. Hizo un gesto –intento de sonrisa- a Marcellus por la broma de que Harley podía hacerle competencia a las Chi y negó con la afirmación de Harley.
 
-Claro que no, jamás te correría de aquí. Además esta fraternidad ya no es mía como para eso.
 
La acercó a él para besarle la cabeza y asintió a eso de que jugarían Beer Pong. Podía jugar con ella un rato mientras averiguaba como alejarla de ese círculo con Chee y Westwood sin que fuera demasiado obvio en su grosería. La misma sonrisa forzada cruzó su cara al recibir el beso de Gigi, que no le molestó en lo absoluto pero la tensión seguía presente. Saludó a gente desde su posición, reconocía a casi todos los alpha que estaban ahí, a muchos les había puesto la iniciación él mismo.
 
Miró a Westwood cuando se interpuso entre él y Harley pero por supuesto, no iba a hacer una escena. Solamente ensanchó la sonrisa y negó con la cabeza.
 
-Tu existencia o la de quien sea no me supone ninguna desgracia. Afortunadamente.
 
Y era verdad. Si pensaban que le iba a suponer alguna molestia que se comportaran como perros en celo solo por molestarlo, estaban bastante equivocados. Guiñó un ojo a Harley y sonrió con más afabilidad.
 
-Voy a conseguir algo que no sea cerveza. Tuve todos los años universitarios para consumirla, ahora me dedico al whisky. ¿Vienes conmigo? Solo que tendremos que saludar muchos Alphas en el camino.
 

Quizá no era justo intentar alejar a Harley de la gente con la que había llegado a la fiesta, pero no pensaba socializar con ninguno de ellos bajo ningún concepto, menos en su casa, ni iba a darle el gusto a nadie de pensar que le molestaban, porque tampoco se trataba de eso.

Entrecerró los ojos ligeramente con eso de que iba a sustituir a la chica TPA con ella, y después de una sonrisa, negó firmemente con la cabeza.
 
-Oh no, no soy sustituta de nadie. Debí haber sido tu primera opción.
 
No lo hacía conscientemente, eso de contestar con coqueteos apenas imperceptibles. Había desarrollado ese mecanismo de acción desde que Jesse la había hecho sentir absurdamente insegura y ahora era como buscar una reafirmación constante. Pero en cuanto llegó esa frase del robo cayó en cuenta de que estaba muy jodido su asunto de estar coqueteando con el primo de su novio. Qué vergüenza. Igual solo se encogió de hombros y frunció ligeramente el ceño, haciendo un gesto infantil con la nariz.
 
-Muy mal, eso quiere decir que no me describió como si fuera un sueño. Tendré que pedirle que me tenga en un poco más de estima o al menos que finja que lo hace cuando me describe.
 
Buscó con la mirada a Jesse, precisamente, por aquello de haberlo dejado con Bill pero en lugar de eso su mirada enfocó a Marcellus, que se acercaba. Saludó desde lejos con una sonrisa y se rió por el halago, que por supuesto era totalmente opuesto a los que solía recibir, y como siempre, cuando le decían cosas como esas no sabía como actuar.
 
-Ah, es el brillo de los shorts, fue plan con maña, para atraer miradas.
 
Terminó contestando como una tonta y volvió a reírse antes de inclinarse para besarlo en la mejilla como saludo., justo antes de que Joe se presentara con él. Y no, la verdad ella tampoco sabía qué decir, aunque estaba contenta por el encuentro, su cabeza no lograba hacer una conexión veloz como para una conversación neutral.
 
-Joe estaba a punto de contarme qué estudiaba, porque me parece que lo he visto por nuestra facultad, la de ciencias políticas y sociales, ¿no? Tengo buena memoria para esas cosas…
 
Y sí, básicamente cuando no sabía qué decir, más bien hablaba como una cacatúa sin sentido.
 
-Joe ya está medio ebrio pero como estamos en una fiesta de fraternidad deberíamos jugar algo, aunque así se emborrache más. ¿Viniste con alguien, Marcellus?
 
Obvio le interesaba saber. Ya sabía que no tenía que meterse en ciertos terrenos por el bien de todo mundo, pero una pregunta inocente no hacía ninguna diferencia,  ¿cierto?
 
-Ya le interrumpí a Joe un ligue, no quiero interrumpir otro. Seguro ya perdí un voto de TPA para el certamen de Miss BK el próximo año por tu culpa.
 
Le dio un golpecito a Joe en el brazo con la confianza de quien había pasado más de cinco minutos con alguien, que no era el caso. Y sí, como un merolico imparable.

Había estado dos segundos en la casa de los Alpha, apuntándose como siempre para jugar beer pong, y después se salió sin decirle nada a nadie. No por que de un día para otro se hubiera convertido en una antisocial o por que la conocieran menos que a una prángana becada de primer ingreso, sino por que a penas cruzó la puerta vio a Gina Arizmendi con el mismo vestido que llevaba puesto y tuvo que salirse de ahí antes de que alguien las viera.

Y es que no conforme con eso, su hermana de fraternidad se había dado el lujo de llegar primero para que fuera Kitty quien repitiera el atuendo. Era regla de la fraternidad que la “repetidora” se cambiara a menos que la otra decidiera lo contrario ya que tenía prioridad sobre el vestido por ser vista primero con él.

Como no tenía tiempo para comprar otro y no había terminado de desempacar, al final optó por quitarse los colores de los Alpha por un vestido totalmente blanco. Total, peor se iba a ver repitiendo el vestido de alguien más.

Kitty amaba las fiestas de la fraternidad de Billy, incluso había ayudado muchas veces a organizarlas. Para esta no. Para esta no había movido ni un solo dedo y de hecho había llegado por “casualidad” al acompañar a su padre para arreglar su situación en la universidad; aunque se culpaba enormemente por no haberse acordado del aniversario de una de las fraternidades más importantes. Por esa y otras razones más se estaba convenciendo de que de seguro ya ni siquiera tenía un lugar en la escala social, es más, tal vez ya ni lo tenía desde que había perdido la presidencia de su fraternidad y con ella todas sus ganas de seguir poniendo siquiera un pie en BK.

Vio a sus amigos de lejos, pero ya tendría tiempo de abrazarlos a todos, desearles feliz año nuevo y esas cosas, por que no estaba pensando en otra cosa que en Maddie a quien había visto primero. Era muy difícil ignorarla.

Adivina quién soy –dijo al acercarse por detrás y poniendo las manos sobre sus ojos, lo cual era difícil por que estaba totalmente pegada a Zlatan. La verdad no le sorprendió, pero no por eso no lo miró mal, no por que ya fuera costumbre sino por que de verdad el hombre se veía mal. A esas alturas ya no sabía si era su conocido en buenos términos y te hablo por mi amiga o su conocido “me caes mal”-. Zlatan Fleming qué mal te ves, ¿te sientes bien?

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Vestido